lunes, 13 de mayo de 2013
El Sargento Lanata Por Miguel Russo
mrusso@miradasalsur.com
“Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez” Bernardo de Monteagudo
La pregunta resonó, profesional y austera, en el estudio amplio donde transcurre Telenoche 2013 (lunes a viernes a las 20 por El Trece, “tu casa”, ¿no?): “¿Por qué va a responder si todo lo dicho es cierto?”. Poco y nada importa quién la formuló, voz engolada, dura. Allí estaban los responsables de la plana mayor del periodismo televisivo del Grupo Clarín reunidos bajo el paraguas anfitrión de Santo Biasatti y María Laura Santillán: Nelson Castro (cada día más “doctor”, como plantea Borges en su “Arte de injuriar”), Nicolás Wiñaski, Joaquín Morales Solá (cada día más parecido al retrato silente de Shakespeare), Edgardo Alfano (cada día más Alfano, Edgardo) y Marcelo Bonelli (cada día más “Kiner”), entre otros. Todos de impecable traje negro y cara de circunstancia, menos Jorge Lanata (vestido simpáticamente a lo Jorge Lanata), el Sargento García de esa patrulla perdida del periodismo vernáculo, el “Messi” de ese Barcelona de la investigación y el análisis político que coordina el “Pep” Magnetto. Podrían haber estado Julio Blank y Eduardo Van Der Kooy, pero no estaban, no. Quizá por ausencia de trajes negros en sus placares, la cuestión es que no estaban. Podría haber estado Ricardo Kirschbaum, pero a lo mejor a esa hora estaba desarrollando sus tareas de editor general del diario Clarín y no estaba. Aunque los tres estuvieron en otras emisiones de Telenoche 2013 de apoyo incondicional a Lanata. La respuesta que resonó en el estudio venía a cuento del relojito digital que marca la cantidad de horas (nuevo chiche mediático que supera con creces las mediocres escenografías de A dos voces) que lleva la Presidenta del país sin contestar a la denuncia lanzada desde Periodismo para Todos (domingos a las 22 por El Trece, “tu casa”, ¿no?) sobre las asociaciones de Lázaro Báez y el informe llamado “Ruta del dinero K” que tuvo como entrevistados duros del equipo periodístico a rutilantes figuras de la verdad manifiesta como Leonardo Fariña, Federico Elaskar y la reciente adquisición Miriam Quiroga. Esa respuesta que resonó en el estudio de Telenoche 2013 remitía a los pesajes de plata de los que habló Fariña pero después se desdijo. A los insólitos trayectos ida y vuelta de esa misma plata en bolsones de los que habló Elaskar pero después se desdijo. Y a los cuadernos con calcomanías de las Chicas Superpoderosas que dizque eran de Néstor Kirchner de los que habló Quiroga pero después se desdijo. Dicho esto, 1) pretender que un/a presidente/a conteste a acusaciones desdichas parece, como mínimo, improcedente; 2) pretender que un/a presidente/a se trepe a un sube y baja cachaciento en el cual del otro lado se encuentra un periodista parece, como mínimo, irresponsable, y 3) pretender que un/a presidente/a deje la agenda presidencial de lado para desfacer entuertos cochambrosos, parece, como mínimo, patético. Pero la pregunta resonó igual, profesional y austera, “¿Por qué va a responder si todo lo dicho es cierto?”, como si la mentira (haga un ejercicio de imaginación rápido: suponga, por caso, que la verdad es la del informe) no tuviera argumentos. La cámara hizo foco en cada una de las caras de la plana mayor del periodismo televisivo del Grupo Clarín. Y las caras redoblaron sus circunstancias, intentando, con ese mínimo gesto (paneado por la cámara como si se trata de una película de Tarkovsky), dar mayor veracidad aún a lo expresado. Se sabe, la verdad, en determinados estudios de televisión, no admite la más pequeña sonrisa. La verdad se dice con cara seria, de culo, como insisten en llamarla en los barrios renuentes a la adjetivación vistosa. Y con las mismas caras serias, en el estudio se volvieron a sacudir, en bloque, las argumentaciones para que la oposición aprenda, las repita en la Cámara (“Se pesa, la plata es tanta que se pesa”, gritó días después en sesión el senador radical Ernesto Sanz) y se deje de esgunfiar con alianzas apuradas (“La única manera de vencer al kirchnerismo es con una sola lista donde entren todos, hasta Mauricio Macri. No nos une nada, pero podemos dejar nuestras ideas por un rato”, dijo, para la posteridad, unos días después la renovada Chiche Duhalde). ¿Las argumentaciones? Ah, sí: Néstor se bañaba en billetes –ya se dijo aquí mismo– emulando a Rico Mc Pato, construyó bóvedas para guardar la tarasca de los alquileres, no usaba tarjeta de crédito porque le gustaba pagar cash los puchos en el kiosco de la esquina de Calafate cuando fumaba y, encima, era fan descontrolado de las Chicas Superpoderosas.
Argumentaciones que la hinchada (esa de la que habla permanentemente otro adalid pulitzeriano, Luis “el incisivo” Majul) aplaude para ponerse a bramar sus indignaciones en las sobremesas que sufría Francisco Bálazs en la contratapa del pasado 28 de abril ( http://sur.infonews.com/notas/el-sentido-común-antik ) de este semanario.
12/05/13 Miradas al Sur
gb
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