jueves, 2 de enero de 2014

El señor de todo Por Mario Rapoport *

Bunge & Born, la primera multinacional argentina, una de las corporaciones más grandes del mundo en comercialización de commodities y en especial de soja, está de nuevo en la mira. Como sucedió en 1974 con el secuestro de los hermanos Born, dos de sus principales directivos; en los años ‘90, cuando la empresa puso dos ministros de Economía sucesivos para impulsar el programa neoliberal del presidente Menem; y ahora que se la acusa de complicidad en el secuestro de trabajadores en la época de la dictadura militar. B&B ya existía en el país desde 1884 dedicada más que nada al comercio de cereales, pero no todos saben que el que le dio su mayor impulso y la convirtió en lo que hoy es, fue Alfredo Hirsch, un judío alemán que llegó a Buenos Aires en 1897 contratado por la sede principal de la compañía que operaba en Amberes. La carrera de Hirsch en Argentina fue tan fulgurante que en 1927 ya era el presidente de la compañía, y por veintiocho años iba a ser su directivo principal. Se dice que su hija Leonor tuvo un romance con el presidente Agustín P. Justo, lo que demuestra su fuerte vinculación con el poder político local. “No cabe duda de que sin el paso de Alfredo Hirsch por el Grupo Bunge –confiesa un ex presidente de esa empresa, Salvador Carbó– éste no habría llegado a lo que fue cuando lo dejó y lo que también es ahora. Un grupo que cotiza en la Bolsa de Nueva York con una facturación de más de 26.000 millones de dólares, siendo el mayor exportador mundial de aceite de soja.” B&B tenía en los años veinte a muchos familiares de Alfredo Hirsch en sus filas y a nuestras manos llegó una carta del 25 de julio de 1925, que uno de ellos, Max, le envía a su hermano Kurt, entonces en Europa, escrita apresuradamente mientras viajaba en un coche comedor hacia Charata (Chaco). En ella revela la magnitud de los intereses de B&B y del mismo Hirsch en esa región donde reinaba otra empresa tristemente célebre La Forestal, que en esos años, después de pasar por varias manos, la compartían capitales ingleses y alemanes. Con características semifeudales, incluso dinero propio o vales, de los que los trabajadores dependían totalmente (para su alojamiento, compra en almacenes, salones de baile, etc.) a medida que avanzaba el desmonte de los árboles de quebracho, se abandonaban viejos pueblos y se creaban otros, dejando detrás zonas desérticas. Varias huelgas y movimientos de los trabajadores tuvieron lugar en la empresa, que los reprimía con la ayuda de las autoridades locales, terminando muchos de ellos por años en prisiones o cárceles, tal como lo relata muy documentadamente en un libro imperdible Gastón Gori. Según señala Max en su carta, La Forestal era la firma más grande del mundo en propiedad de bosques y tierras, 1.800.000 hectáreas, que estaban dedicadas principalmente a la explotación del tanino o extracto de quebracho. Y allí remarca que todos sus establecimientos se hallaban equipados con máquinas alemanas e inglesas y dirigidos por administradores e ingenieros europeos. Poseía varias fábricas de tanino y cientos de kilómetros de ferrocarriles propios y exportaba muchos rollizos de quebracho, sin tratar, a Estados Unidos. La carta de Max sostiene que la compañía era ya en esa época completamente alemana y hace un balance de la penetración de los capitales de este origen en la región. B&B había instalado en esa zona varias fábricas bajo su supervisión cuyo objeto era la explotación del algodón, para lo cual disponían desmontadoras de algodón en bruto que trabajaban con máquinas Lummus de origen alemán y motores Otto a gas o semidiésel, aunque algunas disponían de productos ingleses o norteamericanos. En Resistencia, la ciudad principal de la región, existían cinco fábricas de aceite, que era refinado en el lugar y se vendía como aceite comestible, y la mayor parte de las usinas tenían prensas Krupp. También había fábricas de aceite de ricino, de las cuales una era propiedad de otro industrial alemán, Hugo Stinnes. Max señalaba que Molinos Río de la Plata, el establecimiento creado por Hirsch y equipado totalmente por Krupp, era el más moderno de toda Sudamérica. Pero allí se hacía aceite de lino, nabo y maní no de algodón, por eso necesitaban crear establecimientos en el Chaco. “De todos modos –le decía a Kurt– sería muy interesante si te encontraras frecuentemente con don Alfredo, quien te puede contar todo ya que es el Señor de todo.” Finalmente, se refería a la cría de ganado vacuno, que no eran de razas finas por la garrapata que afectaba a éstas. Pero los vacunos que se habían traído aguantaban bien las difíciles condiciones de la región. Jorge Born tenía en la zona 250.000 hectáreas, con 35.000 cabezas de ganado en una sola propiedad y Alfredo Hirsch había comprado 30.000 hectáreas. No lo dice la carta, pero una demostración del poderío del Señor de todo, como lo calificaba el autor de la misma, la dio Hirsch cuando se transformó en el rey de los cielos de Buenos Aires construyendo entre 1931-1933 el edificio Comega (Compañía Mercantil Ganadera), también gracias a una empresa alemana, Geopé, en un lugar emblemático de la city porteña, Corrientes 222, desde cuya terraza se pudo ver en 1934 la llegada del dirigible germano Graf Zepellin, en febrero de 1936 el sepelio de Carlos Gardel y en 1937 la transformación final de la angosta calle Corrientes en una avenida. Edificado en el lugar de la vieja residencia de Francisco Madero, aquel que creó el puerto que lleva su nombre, se demostró pronto inservible y hoy es un paseo de lujo. El Comega fue el primer edificio completamente construido en hormigón armado, con 21 plantas y cinco ascensores ultra modernos y llegó a ser uno de los más altos de la ciudad. Fue un pionero porque luego de su construcción se levantó el edificio Safico (Corrientes 456) y más tarde, en 1937, el Kavanagh (monumento histórico mundial de la ingeniería civil), todos ellos ejemplos en el mundo de la arquitectura Art Deco. Dedicado sólo al alquiler de oficinas, en su interior albergaba el Departamento de Administraciones Rurales de B&B, dedicado a la gerencia y auditoría de estancias, que se ocupaba no sólo de las de Hirsch y sus socios como Las Lilas, La Mechita, La Criolla, El Bonete, La Elisa, La Leonor, Bellamar, etc. sino también de las de muchos otros. Era el imperio Hirsch. La carta no mencionaba esta última información pero terminaba de manera algo servil: “En cuanto a mi prometido viaje a Europa aparentemente es todavía un problema porque, como digo yo siempre: ‘el hombre piensa y Hirsch conduce’. ¿Quién sabe lo que tiene planeado para mí cuando vuelva a BA? ¿Quién sabe lo que tiene en la cabeza para el año que viene?”. En verdad, Alfredo Hirsch parecía tener a sus empleados, incluso a sus ejecutivos, en un puño. Una revelación temprana del espíritu de la empresa. * Economista e historiador

CINE › MARTIN SCORSESE Y EL CAMINO QUE CONDUJO A EL LOBO DE WALL STREET, SU NUEVA PELICULA “Esta es una mirada a la naturaleza humana”

El director señala que, contra lo que podría suponerse de acuerdo con el material que se ve en pantalla, no tuvo demasiados problemas con el comité de calificación. Aquí habla en extenso de una película que remite a sus films de gangsters, en forma y contenido. Por Nick Friedman “Habría que ver si hay tantas diferencias entre una tribu y otra”, dice Martin Scorsese, comparando a sus legendarios mafiosos de Buenos muchachos (1988) y Casino (1995) con los agentes financieros noventistas de El lobo de Wall Street. Desde su estreno estadounidense, en la pasada Navidad, el opus 23 de Scorsese en el cine de ficción viene siendo abundantemente comparado, no sin razón, con aquellos clásicos de su filmografía. Los puntos de contacto van de lo temático a lo moral, sin dejar atrás cuestiones de forma, estilo y narración. De todo eso habla el director de Taxi Driver en la entrevista que sigue, arriesgando incluso –aunque sin estar del todo seguro– que tal vez se trate de una trilogía. De lo que no hay duda es que El lobo de Wall Street –que con sus escenas de orgías descomunales, excesos de todo tipo y propulsión a la cocaína por parte de sus aceleradísimos personajes, sorteó casi milagrosamente la calificación R de la MPAA, comité de calificación de películas en los Estados Unidos– es la más desaforada, extrema y feroz de las tres. No por nada desde el título se califica al héroe como un lobo. El lobo del que se habla es Jordan Belfort, en cuyo libro de memorias se basa el guión de Terence Winter, con quien Scorsese había trabajado previamente en la serie Boardwalk Empire. Publicado a fines de los años ’90, The Wolf of Wall Street narra la historia de Belfort, todo un icono de la ambición de fines de los ’80 y los enteros ’90, que ascendió desde la condición de modesto agente financiero a dueño de una firma en la que la falta de escrúpulos se celebraba con champán, descorche y mujeres. Recibida como la mejor película de Scorsese en vaya a saber cuánto tiempo, El lobo de Wall Street –que con una duración de tres horas es, junto con Casino, la más larga del autor– representa la quinta colaboración del cineasta italoamericano con su paesano Leonardo DiCaprio, luego de Pandillas de Nueva York, El aviador, Los infiltrados y La isla siniestra. El resto del ecléctico elenco está integrado por puros recién llegados a Marty’s World, desde los notables como nunca Jonah Hill y Matthew McConaughey hasta los veteranos Rob Reiner y Joanna Lumley, que allá por fines de los ’60 actuó en Al servicio secreto de Su Majestad. También debuta junto a Scorsese el mexicano Rodrigo Prieto, director de fotografía de todas las películas de su compatriota Alejandro González Iñárritu, mientras que la edición y la música volvieron a quedar en manos de los brazos derecho e izquierdo de Martin S.: Thelma Schoonmaker y Robbie Robertson. Se da por descontado que el próximo 16 de enero lloverán nominaciones al Oscar para la película, incluyendo todos los rubros principales. –¿Cuándo llegó a sus manos el libro de Jordan Belfort? –En algún momento de la década pasada. Alguien me lo alcanzó. El tema es que en esos casos, cuando me vinculo con algún material no por iniciativa propia sino a través de terceros, me lleva un tiempo hacerlo mío. Necesito encontrar mi punto de vista personal con respecto a la historia, y eso me lleva a veces muchos años. Con El rey de la comedia, por ejemplo, pasaron diez años desde el momento en que leí el guión por primera vez hasta que sentí que estaba en condiciones de filmarla. El toro salvaje, seis o siete años. –¿Y en este caso? –Lo que pasó es que en el momento en que decidí filmarla, después del estreno de Los infiltrados, no encontré apoyo de ningún estudio para hacerla. Cuando pasa eso hay que empezar a dar pelea para conseguir apoyo, y esa pelea es siempre larga y dura, ya que hay que encontrar puntos de contacto entre lo que uno quiere contar y lo que a los estudios les interesa. En ese proceso es necesario estar convencido de que a uno el proyecto le interesa lo suficiente, porque por más que te den luz verde todo rodaje es un proceso largo y complicado, con el que se convive durante años. En este caso, en el medio se cruzaron La isla siniestra primero, La invención de Hugo Cabret más tarde. Por lo cual recién después de terminar ésta pude volver a la carga con El lobo de Wall Street. –¿Se reunió con Belfort para tener una impresión de primera mano? –No, mi política en estos casos es mantener distancia, para poder sostener el punto de vista que se tiene con respecto a la historia y el personaje. Lo mismo hice en su momento con Henry Hill, protagonista de Buenos muchachos. La primera vez que vi a Belfort fue el día de la avant première de la película. Se lo veía contento después de la proyección, pero no llegamos a hablar. –Llamó a Terence Winter, jefe de guionistas de Boardwalk Empire, para escribir el guión. –Lo conocí trabajando en esa serie, de cuya producción participé, y me pareció que era la persona indicada para este proyecto. –¿Está de acuerdo en que la historia, el arco dramático, ciertos aspectos de la técnica narrativa de El lobo de Wall Street recuerdan mucho a Buenos muchachos y Casino? –Es posible. Esta intenta ser también, como aquéllas, una mirada al corazón de los Estados Unidos. Y también a la naturaleza humana: la ambición, la sed de poder, el deseo de conquistar todo lo que haya por conquistar no son exclusivas de los Estados Unidos. Lo que intenté hacer fue llevarla más lejos, empujarlas más en términos de estilo, de salvajismo, de locura. Tal vez se trate de una trilogía, no lo tengo claro. –La diferencia en tal caso es que cambió de “fauna”. De la ecología mafiosa pasó a la financiera. –Habría que ver si hay tantas diferencias entre una tribu y otra... (risas) En Wall Street no te matan, te hunden para siempre. La violencia es la misma. Me refiero al grado de violencia, no al modo en que se manifiesta. En lugar de ejecuciones hay orgías salvajes, consumo desaforado de cocaína, estrategias para engañar incautos. La verdad es que en el futuro no me veo a mí mismo haciendo películas violentas, como las que alguna vez hice. Siento que eso ya lo hice, ahora quiero probar otras cosas. –La película es también muy violenta en términos de forma. –Sin embargo fíjese que no hay movimientos de cámara muy complicados. Al final, cuando cada personaje encuentra su destino, la puesta es muy simple, con encuadres muy sencillos. Es casi teatral. –Pero tiene una adrenalina, una velocidad, una crudeza en los diálogos, que la hacen violenta. –Tenía que ser necesariamente así, ya que los personajes están movidos por un grado de ambición y competitividad extremadamente agresivo. Traté de que la forma se adaptara al contenido. –La música, una vez más a cargo de Robbie Robertson, mantiene altas las pulsaciones. –Puede ser. Usé la música como suelo hacerlo: para mantener un ritmo sostenido y también para dosificar intensidades. –Otra coincidencia con Buenos muchachos es que toda esa selva financiera produce tanto rechazo como fascinación. –Es que no es posible relacionarse con protagonistas que sean seres repulsivos y nada más. En ese caso el espectador mantiene la distancia, no los relaciona consigo mismo. Los ve como monstruos y eso es tranquilizador, ya que puede depositarse en ellos todo lo negativo, mientras que nosotros, los que estamos de este lado, somos los buenos, los normales. A mí me interesa poner al espectador en la situación contraria: la de que ese mundo lo fascine lo suficiente como para querer ser parte de él. De ese modo, cuando ese orden se da vuelta el espectador se ve obligado a replantearse qué lo hizo querer estar en ese lugar. –Alguna vez usted comentó que el consejo que suele darles a los actores es “Hacé menos”. ¿Fue así en este caso? –¡No, esta vez fue “Hacé más”! (risas) La idea era llevar las cosas al límite, así que la consigna era “Más, más y más”. –¿Es verdad que dejó improvisar bastante en el set? –Sí, desde hace tiempo no lo hacía. Por lo que recuerdo, desde Casino. Habíamos improvisado algo en Los infiltrados, pero nada en El aviador, La isla siniestra o Hugo. Después de que Terry (Winter) tuvo listo el guión, Leo (DiCaprio) compartió el trabajo de preproducción con él y yo, y a partir de ese trabajo se improvisaron cosas durante el rodaje. –Usted agudiza la identificación entre espectador y protagonista mediante el relato en primera persona, tal como sucedía en Buenos muchachos. Aquí incluso el protagonista se dirige al espectador en forma directa en dos o tres ocasiones, rompiendo lo que se conoce como “cuarta pared”. –Exactamente. Esa es la intención del relato en primera persona, y de esos monólogos a cámara: implicar al espectador en forma directa con la moral del personaje. –La película es de una gran crudeza en todos los terrenos: el del sexo, el consumo de drogas, la profanidad de los diálogos, la amoralidad de los protagonistas... ¿No tuvo problemas con la MPAA? –Mucho menos de lo que preveía, debo decirle. Yo tengo una larga historia con la MPAA. Tenga en cuenta que ya en Calles peligrosas (1973) tuve que cortar líneas de diálogo que hoy en día dicen hasta los conductores de noticiero. En este caso, el principal enemigo fue el tiempo, porque estábamos apretados para llegar a la fecha de estreno. Para ganar tiempo yo mismo hice algunos cortes en diálogos y escenas, mientras estaba montando la película, para evitar que me obligaran a volver más tarde a la mesa de edición. Y conseguimos que los cortes no afectaran demasiado el conjunto. Traducción, edición e introducción: Horacio Bernades.

EL GOBIERNO ANUNCIARA MAÑANA LOS VALORES DE ENTRE 175 Y 200 PRODUCTOS DE PRIMERA NECESIDAD Llegan los precios del nuevo acuerdo

Regirá todo el año y tendrá revisiones trimestrales. Los precios no serán especialmente bajos, sino que estarán en línea con los valores actuales que se ven en las góndolas. Cómo resultaron los acuerdos de precios en la historia argentina. Por Javier Lewkowicz El Gobierno anunciará mañana la puesta en marcha del acuerdo de precios con proveedores de artículos de consumo masivo y supermercados. Serán entre 175 y 200 productos de primeras y segundas marcas cuyos precios se van a unificar en los comercios que participen del acuerdo: primero serán las grandes cadenas de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, luego los comercios regionales y se sumarían los súper chinos, quienes ofrecerían una versión reducida de la lista. El acuerdo rige todo el año y tendrá revisiones trimestrales. Los precios no serán especialmente bajos, sino que estarán en línea con los valores actuales que se ven en las góndolas. Con resultados dispares, bajo democracia y dictadura, en contextos de crecimiento y recesivos, hay varios antecedentes de acuerdos de precios. El acuerdo pretende, según el Gobierno, ordenar el universo de precios de productos de primera necesidad. También procura contener un escenario de mayor presión en los precios, en primer lugar por el fuerte aumento en el ritmo de depreciación del peso, que encarece insumos y bienes finales importados y alimentos exportables que se venden a nivel local. El primer acuerdo de precios data del segundo gobierno peronista. Con sólido apoyo sindical, Perón encaró la crisis económica de principios de los ’50 con un acuerdo de precios y salarios que ató los incrementos salariales a la productividad y los precios a los costos. Permitió que la reactivación viniera al compás de una baja de la inflación desde el 38 al 4 por ciento entre 1952 a 1954. Perón volvió a instrumentar un acuerdo en su tercer gobierno que contuvo la inflación, aunque luego se disparó en 1975 a partir de una brutal devaluación en un contexto político explosivo. Dos antecedentes más recientes tuvieron lugar en el gobierno de Alfonsín, en el Plan Austral y el Primavera. Los resultados fueron desastrosos, en una economía quebrada por el elevado endeudamiento heredado y los bajos precios internacionales. Y no sólo gobiernos populares aplicaron esta medida. En 1967, Adalbert Krieger Vasena, ministro de Economía del gobierno de facto de Juan Carlos Onganía, y en 1976 José Martínez de Hoz, ministro de la dictadura de Jorge Rafael Videla, utilizaron controles. Fueron dos casos de deterioro planificado de los salarios, combatido por el Cordobazo y aplicado bajo el terrorismo de Estado, aunque sin éxito en términos inflacionarios, respectivamente. El kirchnerismo utiliza un esquema de autorizaciones de aumentos de precios de productos de consumo masivo por parte de Comercio Interior desde 2006, cuando comenzó la gestión del ex secretario Guillermo Moreno. Además, aplicó un congelamiento total en la primera parte del año pasado, con un resultado aceptable según varias mediciones de precios alternativas al Indec y otro reducido a 500 productos que al final quedó totalmente desdibujado. Desde mañana arranca otro acuerdo de algo menos de 200 productos con lista de precios única. En todos los casos, se trata de medidas que procuran administrar la inflación, pero que no tienen el alcance en sí mismas para reducirla en forma visible y sostenida. La biblioteca, como casi siempre, se divide en materia de control de precios. La ortodoxia dice que es ineficiente porque inhibe el mecanismo de oferta y demanda y no ataca al exceso de emisión monetaria, que advierte como la única causa de la inflación en todo tiempo y lugar. En cambio, John Kenneth Galbraith, economista y ex funcionario norteamericano, escribió Una teoría sobre control de precios, donde plantea que la política keynesiana expansiva debe ir acompañada por un control de precios que evite que la inflación se acelere y afecte la distribución del ingreso. El historiador de la economía Mario Rapoport dice que la vigencia de los acuerdos tiene que ver con el punto de partida: “Una inflación del 400 o del 1000 por ciento no es lo mismo que una del 20 o 25 por ciento”. Agrega que el crecimiento, la inversión, la situación fiscal, la balanza comercial, la concentración económica, la política monetaria y fiscal, el endeudamiento y las condiciones externas pueden explicar si los acuerdos funcionan o no. Una variable central es el poder político del Gobierno para disciplinar a los actores económicos. Compartir: Twitter

› EN UNA CANCHITA DE UNA ALDEA INDIGENA, ENTRE NIEBLA Y GARUA, EL ZAPATISMO CELEBRO DOS DECADAS DE REBELDIA Año Nuevo en Chiapas a veinte años del estallido

Hoy hay fiesta en Oventic. El Año Nuevo se abre paso entre recuerdos, músicas contestatarias, llamados a la rebeldía y la escandalosa situación en la que aún viven los indígenas de la región. Combate y pobreza en Chiapas. Por Eduardo Febbro Desde Oventic, Chiapas La voz de los símbolos se calla en cuanto aparece la niebla. Espesa y creciente a medida que la ruta de montaña asciende hacia la comunidad de Oventic, una de las cinco juntas de buen gobierno administradas por los zapatistas. Estas son tierras rebeldes y muy pobres. Aquí, las palabras llenas de símbolos y poesía del Subcomandante Marcos no tienen cabida. Esto es la realidad. Se respira la doble fuerza de la humildad y la dignidad. Hoy hay fiesta. El año viejo se va en medio de la niebla, la garúa y el frío que cubren la cancha donde el EZLN, Ejército Zapatista de Liberación Nacional, organizó la celebración de los 20 años del levantamiento zapatista, 1994-2014. El Año Nuevo se abre paso entre recuerdos, músicas contestatarias, llamados a la rebeldía y la escandalosa situación en la que aún viven los indígenas de la región. Combate y pobreza. “Los de abajo vamos por los de arriba”, canta una rapera venida de los Estados Unidos. Un grupo musical del EZLN con el pasamontañas cubriéndoles el rostro entona corridos zapatistas. No hay tiempo ni espacio para la nostalgia. La gente se abre paso entre el barro y la niebla. Hay mucho por hacer, por construir, por resistir. El EZLN acusa a las autoridades de mantener en pie una política de guerra, una presión permanente de desgaste cuya meta consiste en marginarlos en la pobreza y sacarles las tierras que recuperaron en 1994. La experiencia zapatista tiene varias lecturas. Muchas pueden ser ciertas individualmente, ninguna abarca la complejidad de un movimiento indígena armado que logró instalar en el paisaje político un sistema de autogobierno que engloba a cerca de mil pueblos agrupados en los municipios autónomos. Estas zonas están regidas con sistemas propios de salud, educación, cultivos agrícolas autosuficientes, seguridad, distribución de café, artesanías o miel. Una buena parte de las familias choles, tzeltales, tojolabales o tzotziles no recibe el amparo de los programas sociales gubernamentales porque no responden del todo a los reglamentos dictados por las autoridades, entre estos, por ejemplo, el pago de impuestos por las tierras. Cierta prensa urbana y occidental saca un balance injusto de la revolución zapatista. Apuntan hacia el EZLN como un mal gestor de sus comunidades que implementó una revuelta que dos décadas más tarde es estéril. Es una mirada muy estrecha de este vasto conflicto. Chiapas es un modelo en pequeña escala de la arrasadora injusticia del mundo. Hay que vivir o venir a estas tierras para beber el frío y estrechar la hostilidad del clima, la dificultad para renovar los cultivos, la mirada siempre profunda y digna de las comunidades mayas. “Estamos aprendiendo a gobernarnos de acuerdo a nuestras formas de pensar y de vivir. Estamos tratando de avanzar, de mejorar y fortalecer entre todos, a hombres, mujeres, jóvenes, niños y ancianos. Como hace 20 años, dijimos ya basta.” La comandanta Hortensia leyó con vos segura el comunicado del EZLN. Parada en el centro del escenario, con el rostro cubierto, la comandanta reiteró que no habría marcha atrás en el proceso de autonomía. “Existimos y aquí estamos. Hace 20 años no teníamos nada, ningún servicio de salud y educación que sea de nuestro pueblo. No existía ningún nivel de autoridad que sea del pueblo. Ahora tenemos nuestros propios gobiernos autónomos. Bien o mal que se haya hecho, pero es la voluntad del pueblo. (...). Estamos tratando de mejorar nuestros sistemas de salud, educación y gobierno. Estamos claros que falta mucho por hacer, pero sabemos que nuestra lucha avanzará.” Y ahí están esas zonas de autogobierno, perfectibles, dignas, amenazadas: “Es una verdadera guerra de exterminio. Hay decenas de miles de soldados que están ocupando las tierras que nos pertenecen. A pesar de tantas maldades aprendimos a sobrevivir y resistir de manera organizada”, dijo la comandanta. Chiapas es una reinvención en movimiento, descendiente de aquella madrugada del primero de enero de 1994 cuando los zapatistas ocuparon el Palacio Municipal y lo vaciaron. En el balcón del municipio apareció el comandante Felipe, un tzotzil que leyó con el rostro descubierto el primer comunicado del EZLN, la famosa Declaración de la Selva Lacandona. Aquellas palabras tenían un acento nuevo. Aportaban aire puro a los ya muy usados discursos revolucionarios. Los zapatistas exigían algo distinto: “Para todos todo, nada para nosotros”. No hablaban en nombre de Marx, o del indigenismo puro. Fueron, a su manera increíblemente adelantada, los primeros indignados de la historia moderna. Por eso sus palabras nos englobaron a todos con su portavoz como estandarte, el Subcomandante Marcos, el único mestizo de aquellos tiempos que se sumó a los indígenas. La noche del 31 de diciembre al 1º de enero tomó por sorpresa al presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari. El mandatario estaba festejando la aplicación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. El ministro de Defensa le avisó que un grupo alzado en armas acababa de tomar San Cristóbal de las Casas y otras localidades de Chiapas. Salinas mandó al ejército. Los combates duraron cerca de dos semanas. Al cabo de centenas de muertos, Salinas de Gortari, presionado por su socio norteamericano, el ex presidente norteamericano Bill Clinton, decretó un alto el fuego con una oferta de perdón. El Subcomandante Marcos respondió con una memorable declaración: “¿De qué tenemos que pedir perdón? ¿De qué nos van a perdonar? ¿De no morirnos de hambre? ¿De no callarnos en nuestra miseria? ¿De no haber aceptado humildemente la gigantesca carga histórica de desprecio y abandono? ¿De habernos levantado en armas cuando encontramos todos los otros caminos cerrados? ¿De no habernos atenido al Código Penal de Chiapas, el más absurdo y represivo del que se tenga memoria? ¿De haber demostrado al resto del país y al mundo entero que la dignidad humana vive aún y está en sus habitantes más empobrecidos? ¿De habernos preparado bien y a conciencia? ¿De haber llevado fusiles al combate, en lugar de arcos y flechas? ¿De haber aprendido a pelear antes de hacerlo? ¿De ser mexicanos todos? ¿De ser mayoritariamente indígenas? ¿De llamar al pueblo mexicano todo a luchar de todas las formas posibles, por lo que les pertenece? ¿De luchar por libertad, democracia y justicia? ¿De no seguir los patrones de las guerrillas anteriores? ¿De no rendirnos? ¿De no vendernos? ¿De no traicionarnos?”. El mensaje zapatista recorrió el mundo. Todo esto se respira en la humedad neblinosa de Oventic, lejos, muy lejos de los análisis de los intelectuales urbanos que no se asoman a estas alturas ni envueltos en frazadas, muy lejos de las estadísticas y las cifras que acercan la sospecha de un fracaso. La resistencia siempre es costosa. El EZLN y los indígenas pagan el tributo de la autonomía que intentan sellar. Hay errores y los habrá siempre. “Los zapatistas tenemos que trabajar y organizarnos más. Ya no sólo se trata de resistir sino organizar la resistencia en todos los niveles. Piensan que con su estrategia van a calar la estrategia, pero se equivocan. Aquí estamos y aquí seguiremos”, recordó la comandante Hortensia. Y aquí estamos en esta medianoche humilde y grandiosa. Fría y entrañable. El Año Nuevo desviste al anterior. Vendrán nuevas neblinas. Pero esta voz auténtica, estos rostros y estas manos marcadas por la dignidad y el trabajo, ya son un tejido más del patrimonio de rebeldía política de la humanidad. efebbro@pagina12.com.ar

MASSA DIJO QUE BUSCARA SUMAR MAS MIEMBROS DE LA UCR Radicales para todos los gustos

El líder del Frente Renovador, Sergio Massa, afirmó ayer que en 2014 profundizará la estrategia de incorporar a su espacio intendentes y referentes de la Unión Cívica Radical (UCR) de todo el país. Aseguró que creará un espacio interno partidario que se llamará Radicales en el Frente, al tiempo que convocará a un encuentro nacional con todos ellos en la Costa Atlántica durante el verano. “Los radicales nos suman institucionalidad, respeto republicano, diversidad”, sostuvo el diputado. Los intendentes radicales Mario Meoni (Junín) y Gustavo Posse (San Isidro) son los encargados para esta tarea. Meoni destacó: “Vamos a ir por todos los talentos que tiene el radicalismo”. Y precisó que los radicales no se van al massismo “por cooptación sino por espanto a la UCR”. Posse agregó que el nuevo grupo será “un vértice dentro del massismo bajo el criterio de la diversidad y el frentismo”. Algunos de quienes sonarían en el comando nacional del FR prontos a participar son: los intendentes Walter Santalla (Ramallo), Federico Sciurano (Ushuaia), Manuel Celauro (Clorinda, Formosa) y Alicia Azula (Barranqueras, Chaco) y el diputado Mario Barbieri (San Pedro). Además, el senador José Cano (Tucumán), los diputados Eduardo Costa (Santa Cruz) y Ricardo Buryaile (Formosa) y el intendente Ramón Mestre; todos ellos poseedores de cierto caudal de votos y de estructura en distritos débiles para el FR. Respecto de los dichos de Ricardo Alfonsín, Massa respondió: “Cooptar sería si tuviéramos una billetera, nosotros convocamos desde el respeto al otro”. PD POR TODOS LOS TALENTOS?, TODOS TODOS?

El capitalismo corruptor Por Norberto Alayón *

Empecemos rememorando lo mero principal: en esencia, el capitalismo es profundamente corrupto y corruptor. Como decía el viejo proverbio español, “lo que por sabido se calla, por callado se olvida”. Para no olvidar, entonces, recordamos que el capitalismo es el sistema político-económico-social que predomina en casi todo el mundo. El juez federal Ariel Lijo acaba de procesar a ex ejecutivos de la empresa alemana Siemens por el pago de sobornos, por 106 millones de dólares, a funcionarios del gobierno de Carlos Menem, para quedarse con el negocio de la informatización de los DNI en la “Década Infame” de los ’90. El juez consideró probado que las coimas existieron y dictó 17 procesamientos y embargos millonarios a los directivos de Siemens, a los funcionarios de Menem y también a integrantes del Grupo Socma (de la familia Macri) por su relación con el delito cometido. La corrupción no es un fenómeno exclusivamente inherente a lo estatal. Se trata de un comportamiento que, en sintonía y correlato con el modelo de funcionamiento social, atraviesa al conjunto de la sociedad, incluyendo –obviamente– también a la clase política. La corrupción no es patrimonio exclusivo de los poderes del Estado, se trate del Ejecutivo, del Legislativo o del Judicial. Seguro que hay –y está muy mal– políticos corruptos, legisladores corruptos, jueces corruptos. Y también hay empresas corruptas (pensemos sólo al pasar en Papel Prensa), empresarios corruptos, medios de comunicación corruptos, sindicalistas corruptos, corporaciones profesionales corruptas, lobistas corruptos, organizaciones internacionales corruptas. ¡Mi Dios, la corrupción parece estar en todos los lados! Y ya que invocamos a Dios, recordemos que hay corrupción hasta en el Vaticano y en diversas cúpulas religiosas. Pero el “sentido común” de la gente adjudica y relaciona, casi automáticamente, la corrupción sólo con los políticos. Y no se trata de ser ingenuos ni indulgentes con determinados políticos corruptos. Pero hay que advertir que, cuanto menos política haya, que cuanto menos Estado funcione, más actuarán a sus anchas los corruptos de adentro y de afuera, y especialmente los grandes mercaderes (sean los Estados imperiales, las empresas internacionales de enorme poder económico, los grupos financieros del mundo, los “serviciales” bancos, etc.). En suma, como se decía certeramente en otras épocas (y que es necesario seguir teniendo presente), nos referimos a los principales expoliadores y corruptos de toda laya, los cuales para garantizar su reproducción y vigencia buscan y logran corromper a distintos actores de la función pública y, lo que no es menor, logran pasar como cínicos ángeles impolutos, sorteando el descrédito que también los debería alcanzar a ellos. Y ya que estamos, a la luz de la ausencia de luz de estos últimos días, no estaría mal que nos preguntáramos acerca del comportamiento comercial de las empresas Edenor y de Edesur. Las embajadas, especialmente las del llamado primer mundo, sistemáticamente operan y presionan sobre nuestros Estados para defender los intereses económicos de las empresas de sus respectivos países. En este caso, referido al anómalo proceder de Siemens, sería edificante que la Embajada de Alemania en Argentina se expidiera por lo menos reprobando el delictuoso accionar de esa gran compañía alemana que representa –en alguna medida– a dicho país europeo. * Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

ENTREVISTA AL ANTROPOLOGO BRASILEÑO CARLOS RODRIGUES BRANDAO, EX COLABORADOR DE PAULO FREIRE “La educación popular es un gran paraguas”

Rodrigues Brandao observa que, en su origen, la educación popular se inscribía en un proyecto revolucionario, mientras que hoy no existe “un horizonte unificado de megametas, sino una pluralidad de mediametas: la emancipación de minorías, mujeres, indígenas”. Por Laura Vales Detrás de los anteojos bifocales, los ojos se le vuelven dos rayitas. “Cada vez me invitan más a hablar como un testigo de la historia y no como el educador que soy. Eso me alegra... ¡y me espanta!”, dice Carlos Rodrigues Brandao, y exagera su queja: “¡Incluso han llegado a llamarme ‘testigo ocular’!”. Es porque acaban de preguntarle por Paulo Freire. Antropólogo, doctor en Ciencias Sociales, psicólogo que nunca ejerció, este brasileño de 73 años trabajó con Freire en los ’60 y ya nunca dejó la educación popular. Como es de esperar, congreso al que vaya le preguntan por Freire. O por la época de Freire. O por las diferencias entre la época de Freire y esta época. Rodrigues Brandao estuvo en Buenos Aires para participar del Seminario Movimientos Sociales y Educación Popular, organizado por la Universidad Nacional de Luján, la Red de Investigadores y Organizaciones Sociales de Latinoamérica y la Universidad de los Trabajadores (del IMPA). Se alojó, por supuesto, en el Hotel Bauen, donde –café y medialunas de por medio– habló con Página/12. –En los últimos diez años, en la Argentina vimos cómo las organizaciones de desocupados alfabetizaron en los barrios, después las fábricas recuperadas organizaron bachilleratos populares, ahora se están armando universidades populares. ¿Es un fenómeno local o se dio en toda la región? –Es algo más que un fenómeno local o regional: un fenómeno mundial. Acá los bachilleratos populares, en otros países latinoamericanos las escuelas de la pedagogía del campo, las universidades indígenas, las escuelas de los pueblos de la floresta en el Amazonas... En Escandinavia son pioneros en la creación de lo que ellos llaman también educación popular, que es llegar a la gente del pueblo, trabajar con ellos, letrarlos, alfabetizarlos y crear cultura propia, sobre todo en el caso sueco. Por todas partes surgen universidades libres, en una cantidad impresionante, algunas musicales, algunas de erudición cultural, algunas más centradas en un quehacer más concreto junto a obreros. Si hiciéramos un mapeo quedaríamos sorprendidos. –¿Y a qué se debe? –Son la expresión de un nuevo contrato social entre gente del pueblo movilizada y nosotros, de extracción universitaria, maestros, estudiantes. Y sin embargo, uno de los asistentes a este seminario que estamos haciendo nos comentaba un dato preocupante: “Hace diez años –decía– yo daba clases de Pedagogía I, y una lectura esencial era Paulo Freire. Hoy ya no se lee más a Freire en la universidad”. Es decir que algo que para nosotros es todavía muy importante y que nos reúne muy seguido, se estudia cada vez menos. –¿Con qué está siendo reemplazado Freire? –Con otras teorías, posmodernas. Casi todas europeas y norteamericanas que dicen “olviden las megametas, las ideologías, los imaginarios libertarios”. Ahora todo es una especie de criticismo de la realidad, algo del tipo “Vivimos en el peor de los mundos, somos colonizados por una dictadura universal que controla desde lo que hacemos en la cama a lo que hacemos en la escuela, y eso es tan aterrador que no podemos hacer más que hacer la crítica de lo que hacen con nosotros”. –Pero la educación popular tampoco tiene todavía una teoría propia. –Es que el mismo Paulo Freire tuvo siempre una dificultad muy grande en decir quién era. Por ejemplo: nunca fue marxista, solamente cuando viejo. En Pedagogía del oprimido utiliza a Mao-Tsé Tung, Marx, Martin Buber, que es un judío conservador, también a autores críticos pero no marxistas. Siempre, en toda su vida, fue muy ecléctico. Y por otra parte, las experiencias de educación popular fueron siempre muy diversas. Yo diría que aunque tuvimos un libro, claro, Pedagogía del oprimido, nunca hubo una única educación popular. –¿Qué diferencias ve entre lo que fue la educación popular en sus inicios, con Freire, y lo que se hace ahora? –En los inicios teníamos como horizonte una megameta. En mi juventud, tanto el militante de la iglesia como el del partido comunista en el Frente Amplio tenían el horizonte de la revolución socialista. Trabajábamos con grupos de alfabetización con el método de Paulo Freire, pero eso era el primer paso de algo que se concretaría en un modelo, Cuba, por ejemplo. Yo en aquel tiempo estudiaba psicología y mis compañeros me decían: “La psicología es una ciencia burguesa, la revolución está ahí, no habrá necesidad de psicólogos en un mundo socialista” (se ríe). Por eso dejé todo y me fui a México a estudiar educación comunitaria. Una segunda cuestión es que en aquel tiempo teníamos muchas ideas, muchos proyectos, pero no teníamos un pueblo, es decir, eran tiempos en que, más en Brasil que aquí, la gente del pueblo estaba muy desorganizada, tal vez las pequeñas ligas campesinas en el noreste, algún que otro sindicato... y nada más. Así que queríamos hacer una revolución popular sin pueblo. –¿Y hoy? –Tenemos una situación casi opuesta, es decir tenemos una pluralidad de horizontes, y la educación popular es como un gran paraguas que debajo tiene varios paragüitas. –¿Por ejemplo? –Bueno, el Instituto Paulo Freire tiene una educación ambiental popular, el Movimiento Sin Tierra tiene una experiencia de escuelas de la Vía Campesina, y una propuesta de educación del campo. Los movimientos de negros que luchan por sus tierras (en Brasil no solo hay una lucha de los indígenas por la tierra) tienen prácticas de movilización que se consideran una modalidad de educación popular. Entonces, no tenemos un horizonte unificado de megametas, sino que tenemos una pluralidad de mediametas, la emancipación de minorías, mayorías, mujeres, homosexuales, lo que sea, los frentes de lucha de los pueblos indígenas... –¿Qué cambios ha provocado eso en la educación popular? –La está cambiando. La educación popular no es más la que está escrita en la Pedagogía del oprimido. Tiene ahí sus raíces, pero es toda una pluralidad de experiencias. Nosotros estamos conmemorando cincuentenarios, el del primer encuentro nacional de cultura popular en Brasil, la primera experiencia de Paulo Freire. La pregunta es, después de tantos años de dictadura, movimientos de liberación, colonización neocapitalista, ¿cuál es el rol nuestro? Todavía no tenemos la respuesta, eso es de lo que venimos hablando en encuentros como éste. Vemos que los movimientos están siendo educadores de sí mismos. Los bachilleratos populares, la universidad andina... Es una cosa nueva con respecto a los principios de la educación popular y muy alentadora, muy significativa. –¿Cree que los educadores populares tienen que trabajar con el Estado? –Yo tengo una serie de artículos de los años ’70 y ’80 que pido que por favor que no lean (se ríe). Son muy radicales, uno de ellos, muy leído, se llamaba “De la educación fundamental a lo fundamental en la educación”, y establecía una dicotomía entre lo que llamaba la educación del sistema y las educaciones alternativas. Estábamos bajo dictadura, y no veíamos de ninguna manera la posibilidad de una educación popular gubernamental. Pero de repente, Paulo Freire empieza su vida de educador en una institución empresarial, un servicio de empresarios de la industria. Trabaja ahí nueve años, después empieza a trabajar en la universidad de Recife, y ahí crea su método, luego es contratado por el Ministerio de Educación para trazar una campaña nacional de alfabetización. Luego se dio el golpe militar y se exilió en Chile. Paulo raramente estuvo vinculado con movimientos populares, pero sí con gobiernos populares. Cuando vuelve a Brasil es contratado e invitado para hacer un programa de alfabetización en la alcaldía de San Pablo. Es decir que practicando una educación para la liberación del pueblo, casi siempre trabajó para gobiernos de izquierda. –Y fue secretario de Educación. –Pero no estuvo más de seis meses, porque nos confesó “es imposible hacer cualquier trabajo con los militantes del PT”. Eran una patrulla ideológica muy fuerte. –¿Qué es Rosa Dos Ventos? –Aquí en Argentina hay núcleos de economía solidaria... Hay experiencias incluso mucho más importantes que en Brasil, como las fábricas recuperadas, que allá no tenemos, las cooperativas, que son mucho más fuertes aquí. Allá tenemos experiencias más pequeñas, algunas cooperativas en el campo, sobre todo en el sur. Yo tengo una finca allá, en una región muy bonita, en la que solo hay sierras y piedras, en el sur de Minas Gerais. Allí creamos Rosa Dos Ventos, una casa abierta, o posada abierta. Es un centro basado en la economía solidaria, y ahí están mis libros y discos, y todo lo que tengo. Es una experiencia muy bonita, que tiene ya 18 años. Me gustaría que eso se multiplicara: crear espacios donde la gente puede encontrarse y compartir vidas, porque hacemos todos juntos. Son unas siete u ocho casitas y es un poco una experiencia de una eco-villa, de esas sí hay muchas en Brasil, condominios de izquierda, grupos que compran una hacienda. –La revolución en el patio. –Es la idea de la economía solidaria. Ya que no podemos hacer una revolución socialista, vamos a comer por los fondos al sistema capitalista, vamos a crear experiencias cooperativas, de intercambio, modelos sociales. En Brasil, pocos lo saben, hay cuarenta y tantas monedas en curso. El MST está haciendo en el sur experiencias de agroecología y el mismo gobierno, que está muy condescendiente con el agronegocio, acaba de librar una guerra muy grande para estas experiencias de agricultura familiar y agroecología. Son espacios donde se asocia la lucha por la tierra con la producción verde, con la economía familiar y la agroecología. Experiencias muy esperanzadoras, como pequeñas islas intercomunicadas y libres. Y allí también estamos intentando crear una universidad popular.

EN 2013, EL GOBIERNO PORTEÑO MANTUVO LA TENDENCIA DE NO USAR LOS FONDOS PRESUPUESTADOS PARA AREAS SOCIALES Esa costumbre tan PRO de subejecutar

La administración de Macri no utilizó ni la mitad de los recursos disponibles para la crisis habitacional y apenas usó el 11 por ciento de los previstos para obras en el subte. Los presupuestos privilegiados fueron los de publicidad oficial y obras visibles. Por Werner Pertot El año cambia; la subejecución presupuestaria de la gestión PRO, no. El gobierno de Mauricio Macri mantiene la tendencia de subejecutar los presupuestos de las áreas sociales. El programa de obras para el subte tuvo una ejecución del 11,78 por ciento en todo 2013. El transporte sobre tierra tampoco tuvo suerte: las obras para mejorar el tránsito se ejecutaron en un 18,08 por ciento. La gestión PRO no usó ni la mitad de los fondos disponibles para la crisis habitacional. Tampoco fiscalizó las tres cuartas partes de las obras en construcción. Los datos surgen de un informe del espacio La Fábrica porteña, que está basado en el reporte de la contaduría del gobierno porteño del tercer trimestre de 2013. “Se destacan entre los programas más subejecutados los que tienen vinculación directa o indirecta con lo social. Ninguno de los programas relevados supera el 50 por ciento de ejecución, cuando la media se ubica en el 64 por ciento”, indica el informe sobre la subejecución que acompaña a Macri desde el comienzo de su mandato. Lejos de ser una tendencia de un solo ministerio, la subejecución es transversal a las distintas áreas sociales, mientras que los presupuestos privilegiados son el de publicidad oficial –suele ser sobreejecutado– y los vinculados a obras visibles, como la reparación de baches. Los subsidios a la educación privada también tienen un incremento sostenido a lo largo de los años: en promedio, es del 19 por ciento anual, mientras que el dinero para la infraestructura escolar de las instituciones públicas cae un 12 por ciento por año desde 2008. El informe del equipo de Carlos Tomada señala que “los ministerios que presentan más programas subejecutados son Desa-rrollo Social, Salud, Desarrollo Urbano, Desarrollo Económico, y la Secretaría de Gestión Comunal”. En el caso de Desarrollo Social, un área bajo el control de María Eugenia Vidal, los programas con una subejecución alta son: - El Promudemi, una línea de créditos blandos para financiar emprendimientos sociales. En 2013, tuvo una ejecución del 6,9 por ciento. - El Programa de Fortalecimiento de Políticas de Igualdad de Oportunidades, que desarrolla campañas contra la violencia contra las mujeres y promueve la igualdad de oportunidades. Vidal lo muestra como una de sus iniciativas. El año pasado tuvo una ejecución del 7,31 por ciento. - El Programa de Integración de Adultos Mayores, que promueve centros de reunión y actividades, y también fue publicitado por los macristas. En 2013 tuvo una ejecución anual del 30,49 por ciento. El informe de La Fábrica porteña también pone la lupa sobre la subejecución en el presupuesto de vivienda: hubo recortes a los programas de vivienda con ahorro previo, del que se ejecutó el 21,63 por ciento del dinero disponible. De las metas físicas de ese programa (construir más de 113 mil metros cuadrados), solo se hizo un 9 por ciento. Tampoco tuvieron impulso los créditos de primera vivienda: pese a los anuncios de la gestión macrista, el presupuesto total no superó los 5 millones de pesos. Para todo 2013, la gestión PRO contaba con 1300 millones de pesos para la problemática de vivienda. “No ha usado ni siquiera la mitad de esos fondos”, indica el informe, que señala que en los primeros seis meses utilizó 626 millones. Algunos programas, como el de Hotelados –que sirve para reubicar a personas que viven en pensiones– tuvo una ejecución de cero pesos de los 40 millones que le asignó la Legislatura porteña. La Agencia de Gestión Comunal tuvo también un fuerte déficit en 2013: solo se fiscalizó un cuarto del total de obras en construcción, que sumaban 47.200. “Frente a esta inoperancia, cabe preguntarse qué responsabilidad le concierne al PRO frente al creciente número de derrumbes ocurridos en la ciudad de Buenos Aires”, indica el informe. En el Ministerio de Salud se subejecutaron los programas de atención para las regiones sanitarias I (33,26 por ciento), III (41,94 por ciento) y IV (33,71), que agrupan a casi toda la ciudad, excepto el sur. Los programas están destinados a monitorear y controlar las políticas sanitarias de esas zonas, además de planificar mecanismos de prevención de epidemias. En el caso del programa de atención de salud mental, el gobierno de Macri utilizó solo 35 de los 88 millones que tenía disponibles. Del dinero para obras de infraestructura en los hospitales, usó solo el 29,17 por ciento. En el Ministerio de Desarrollo Económico, el Programa de Inclusión Social tuvo un 37,6 por ciento de ejecución en todo el año. En el área de Cultura, los programas con mayor subejecución fueron la Usina del Arte –del que solo se usó el 16,66 por ciento– y el de Incentivo a la Producción Cultural, con un 37,05 por ciento de ejecución. En Educación, el Programa de Mitigación de Riesgos en las escuelas tuvo una ejecución del 27,26 por ciento. En Desarrollo Urbano, el programa de obras para el subte tuvo una ejecución del 11,78 por cuento anual. Las obras de infraestructura urbana –destinadas a mejorar el tránsito, eliminar pasos a nivel, mejorar el espacio público– tuvieron una ejecución del 18,08 por ciento, mientras que la instrumentación del plan urbano ambiental tuvo una ejecución del 48,73 por ciento. En 2013, solo se revisó el 40 por ciento de las 500 mil luminarias de la ciudad. Y solo se instaló el 24 por ciento de nuevas señales viales que se propusieron colocar el año pasado. Tal vez tenga que ver con que usaron solo el 6 por ciento del presupuesto disponible.

Un año para recordar Por Atilio A. Boron *

El año que termina fue pródigo en acontecimientos muy significativos. Una mirada latinoamericanista comenzaría por señalar que el hecho más trascendente de 2013 fue la muerte del comandante Hugo Chávez Frías. El líder bolivariano fue una verdadera fuerza de la naturaleza: un huracán que con su fervor antiimperialista, su visión estratégica de la lucha que debía librarse contra el imperio y su incansable protagonismo reconfiguró decisivamente el mapa sociopolítico del área. Chávez fue el gran mariscal de la batalla del ALCA y el hombre que llenó de propuestas lo que hasta entonces era una agradable, pero inofensiva retórica latinoamericanista, huérfana de contenidos concretos. Para Chávez aquélla tenía que ser una convocatoria a la unidad de América latina y el Caribe, unidad y no sólo integración; debía ser, tras las huellas de la Revolución Cubana, un internacionalismo solidario que se traduciría en proyectos concretos como el Banco del Sur, Petrocaribe, Telesur, Unasur y la Celac, entre tantos otros. Su muerte, en circunstancias aún no aclaradas, llenó de júbilo al imperialismo y sus aliados, pensando que con ella se acabaría el chavismo. Sin embargo, y ésta es una de las notas más positivas del año, la desaparición física de Chávez no impidió que el chavismo volviera a triunfar en las elecciones presidenciales del 14 de abril –consagrando a Nicolás Maduro como presidente– y nuevamente, por una aplastante diferencia (más de un millón de votos), sobre la coalición opositora, en las municipales del 8 de diciembre. Parece que tendremos Chávez para rato. Otra noticia muy importante fue la sorpresiva elevación del cardenal Jorge Bergoglio al papado. La consagración de este jesuita motivó un áspero debate que está lejos de apagarse en este país. Jerarca de una Iglesia que fue cómplice de todos los crímenes de la dictadura, hay quienes le fustigan por sus actitudes tibias y ambivalentes, sobre todo si se las compara con las que tuvieron otros obispos como los monseñores Angelelli, De Nevares, Novak o Hesayne. Esta sinuosidad de su conducta, síntoma de lo que Antonio Gramsci definiera como “jesuitismo”, explica las razones por las que junto a sus críticos emergiera desde las filas de la izquierda, los derechos humanos y la teología de la liberación un fogoso contingente de defensores de Francisco prestos a señalar las formas sigilosas con las que el por entonces provincial de los jesuitas habría protegido a su rebaño. Más allá de estas consideraciones los temores que muchos tenían en el sentido de que Francisco se convirtiera en una ominosa reencarnación de Juan Pablo II (quien junto a Ronald Reagan y Margaret Thatcher conformara el más formidable tridente reaccionario del siglo XX) hasta ahora han demostrado ser injustificados. Pragmático, cierto cambio en el léxico del pontífice (como por ejemplo hablar de la “Patria Grande”) o su insistente “opción por los pobres” demuestran que ha percibido con claridad los datos de este “cambio de época” y que Venezuela no es Polonia, ni Ecuador, Checoslovaquia, y que los cambios acaecidos en la región en los albores del siglo XXI ya no tienen vuelta atrás. En El 18 Brumario Marx evoca la intervención del cardenal Pierre d’Ailly en el Concilio de Constanza (1414-1418), cuando ante las quejas de los puritanos por la vida licenciosa de los papas respondiera con voz tonante “¡Cuando sólo el demonio en persona puede salvar a la Iglesia católica, vosotros pedís ángeles!”. La situación de la Iglesia hoy es mucho peor que la motivara el exabrupto de D’Ailly: incontenible deserción de la feligresía, escándalos por pedofilia, millonarios juicios de las víctimas y bancarrota de las iglesias, manejos mafiosos del banco del Vaticano, el papel de la mujer en la Iglesia y el cuestionamiento del celibato sacerdotal configuran una agenda que difícilmente le dejen tiempo a Francisco para organizar la dispersa y confusa derecha latinoamericana, suponiendo que quisiera hacerlo. Además, para eso está “la embajada”. Otro acontecimiento de trascendencia fue la reaparición de Rusia como un gran actor de la política mundial. La Unión Soviética lo había sido en el casi medio siglo transcurrido desde finales de la Segunda Guerra Mundial, para desaparecer de los primeros planos cuando se produjo su hundimiento en 199192. Esto dio pie a que algunos publicistas del imperio se solazaran con la ilusión de que allí comenzaba el “nuevo siglo (norte)americano”, no ahorrando descalificaciones humillantes y racistas en contra de los rusos, como Vladimir Putin se encarga de recordar una y otra vez. El sueño del “nuevo siglo americano” rápidamente se convirtió en pesadilla. Rusia, que nunca había dejado de ser una potencia atómica y que venía acumulando fuerzas desde comienzos del siglo, irrumpió abruptamente en el escenario mundial otorgándole asilo político nada menos que a Edward Snowden, el enemigo público número uno de Washington y, después, torciéndole el brazo a Barack Obama cuando le hizo abortar sus planes de bombardear Siria. Por si lo anterior fuera poco, el apoyo ruso a Teherán aventó también un desenlace bélico por la cuestión del programa nuclear iraní, en una crisis alentada hasta el paroxismo por el régimen israelí. La impetuosa reemergencia de Rusia sumada a la ya consolidada gravitación de China en la economía y la política mundiales produjo significativas modificaciones en el gran tablero geopolítico internacional. Cambios que favorecen los proyectos emancipatorios de Nuestra América porque el derrumbe del unipolarismo norteamericano y la constitución de una estructura multipolar de poder mundial abren nuevos e inéditos márgenes de maniobra para nuestros países. El evidente debilitamiento del poderío global de los Estados Unidos (del cual el cierre de su gobierno por dos semanas es apenas uno de sus muchos síntomas) junto con el agotamiento del proyecto europeo, sacrificado en el altar de la banca alemana, hace del mundo un espacio mucho más abierto e indeterminado cuyos resquicios y contradicciones ofrecen una magnífica oportunidad para que los pueblos de Nuestra América avancen resueltamente hacia la conquista de su segunda y definitiva independencia. Por supuesto, en el 2013 pasaron muchas otras cosas: los diálogos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, alentados por el clamor que en Colombia exige poner fin al conflicto armado, las expectativas en torno de las elecciones presidenciales de mayo de 2014; la crisis domínicohaitiana por las nuevas normas denegatorias de la nacionalidad a los hijos de haitianos nacidos en la República Dominicana; la fraudulenta elección en Honduras, donde “la embajada” asumió la responsabilidad de un tribunal electoral y sentenció quién ganó y quién perdió; las elecciones del pasado 27 de octubre en Argentina, sembrando de dudas la continuidad del proceso abierto en el 2003; el triunfo de Michelle Bachelet, regresando a un Chile desquiciado por el holocausto social del neoliberalismo; la persistencia y profundización de la crisis en México a 20 años del “grito” zapatista; la vigorosa e inesperada irrupción de grandes manifestaciones de masas en Brasil, a poco más de un año de las presidenciales del 2014, conmoviendo la estolidez de un orden social injusto y políticamente oligárquico; la aplastante victoria de la Alianza País en las elecciones legislativas del Ecuador, que le concedieron a Rafael Correa una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional; la lenta pero irreversible implementación de los nuevos “lineamientos” en la economía cubana; la consolidación del liderazgo de Evo Morales en Bolivia, de cara a las elecciones del próximo octubre; la integración plena de Venezuela al Mercosur, con el voto del Senado paraguayo; la valerosa resistencia de los pueblos ante los estragos de la gran minería a cielo abierto, el fracking y el auge del agronegocio monoproductor (soja, caña de azúcar, palma africana, etcétera) son noticias que también marcaron la agenda del año que finaliza. A lo anterior hay que agregar la agresión imperialista y la guerra civil en Siria, donde Al Qaida, con la bendición y el apoyo de la Casa Blanca (¿no había sido Al Qaida la que perpetró el atentado del 11-S?) lucha codo a codo con los mercenarios sauditas, yemenitas e israelíes que procuran derrocar a Al Assad; golpe militar pronorteamericano en Egipto, en contra del gobierno de Mohamed Morsi y la Hermandad Musulmana, no suficientemente pronorteamericanos según Washington; intervención armada de tropas francesas en Mali para contener a los insurgentes aliados de Al Qaida (¡mientras París apoya a esta organización en Siria!) y, finalmente, la muerte de Nelson Mandela, comunista de toda la vida que liquidó el apartheid sudafricano y fue acusado de “terrorista” por Estados Unidos hasta julio de 2008. Y hoy, ya en el 2014, celebremos con inmensa alegría el 55º aniversario del triunfo de la Revolución Cubana –un acontecimiento “histórico-universal”, como seguramente lo hubiera caracterizado el viejo Hegel– destinado a inaugurar una nueva era en la lucha de los pueblos de América latina y el Caribe, Africa y Asia por su definitiva emancipación. * Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.

PROVINCIA DE BUENOS AIRES Para Baradel, el inicio de clases "no parece sencillo"

El titular de Suteba adelantó que en las próximas paritarias el gremio reclamará primero "una suerte de equiparación" del salario inicial docente respecto del que se paga en varias provincias, "para después sí poder discutir el aumento" correspondiente a 2014, y anticipó que si el gobierno bonaerense no "cambia de actitud" las clases podrían no iniciarse el 5 de marzo, tal como está previsto. Roberto Baradel sostuvo que la provincia "tiene el salario docente relegado en comparación con otras" y apuntó que mientras el sueldo inicial del docente bonaerense "está en 3600 pesos", en Santa Fe es de 5 mil, en Córdoba 4400, en Capital Federal 4200 y el Río Negro 4900 pesos. Puntualizó que "no puede ser que una provincia que cuenta con el 38 por ciento de los docentes del sistema educativo nacional tenga esos niveles salariales. No sólo en el tema de los docentes, también en la administración pública, en los médicos, en los judiciales". En diálogo con radio La Red, el sindicalista reconoció en este sentido que "no parece sencillo" el inicio de las clases en la provincia, pero confió en que la gestión de Daniel Scioli no va a cerrar las paritarias como el año pasado, cuando el aumento anual se determinó en junio. Por eso le pidió "un cambio de actitud" respecto de 2013. Además contó que antes de fin de año el gremio solicitó, sin éxito, una reunión con el gobernador, que confía se concrete en breve y manifestó que el gobierno nacional "tiene que hacer una convocatoria" para todo el país porque "no puede ser que la paritaria docente termine en una decisión unilateral". Compartir: Twitter

CIUDAD DE BUENOS AIRES Cuatro días reclamando por una vivienda

Vecinos y representantes de 141 familias de las villas 31 y 31 bis que el lunes fueron desalojados de un predio ocupaban en la zona de Retiro volvieron a cortar la autopista Illia para exigirle al gobierno porteño una solución al problema habitacional que viven, y por el que se les había prometido una respuesta. Se trata de un grupo de vecinos de las villas 31 y 31 bis que habían construido viviendas precarias en un terreno junto a las vías del ferrocarril Belgrano, casi en el cruce con la avenida Salguero, y lo habían denominado "Villa Nylon". La protesta bajo la lluvia era encabezada por un reducido grupo de manifestantes e impedía el tránsito en la mano que del norte del Gran Buenos Aires a la Capital Federal, de la autopista Illia. Son familias que afrontan elevados alquileres y exigen la asistencia del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Durante un corte que habían hecho a principios de diciembre, uno de los vecinos dijo que la protesta se hacía en reclamo de “poder construir viviendas” en ese predio o en la Villa 31 bis, ya que “hay muchas mujeres con hijos, sin trabajo y sin un techo”. Ese día, el 3 de diciembre de 2013, Gonzalo Mórtola, coordinador general del programa de Mejoras de las Villas 31 y 31 bis se acercó hasta el corte y convocó a los manifestantes a una mesa de diálogo para evaluar su situación habitacional. “Esta gente está intrusando ilegalmente un predio del gobierno nacional que está a cargo de la concesionaria AUSA”, dijo. Pero hasta ahora, los vecinos no recibieron una respuesta favorable.

Los asesinatos de la patria movilera Por Ricardo Ragendorfe

En un año con más muertes violentas en los hogares que en la calle, la prensa miserable lucró con el caso Ángeles. No resultó una mala temporada para la cosecha roja. Pero con una notable característica: 2013 fue el año en que las calles fueron menos peligrosas que el hogar. La Argentina, con una de las tasas de homicidios más bajas del continente –alrededor de 5,4 por cada 100 mil habitantes–, contiene, sin embargo, un creciente escenario de violencia que brota entre sectores sociales sin vínculos con el mundo del delito. De hecho, en los últimos 12 meses, el espíritu público se vio abrumado por episodios mortales cometidos entre personas que se conocían previamente a través de lazos familiares, laborales o de vecindad. Esta clase de crímenes –según estadísticas del Ministerio de Seguridad– constituye el 55% de los asesinatos cometidos en la Ciudad de Buenos Aires y el 68% de los ocurridos en el resto del país. Una cifra que, por cierto, supera con holgura las fatalidades urbanas en ocasión de robo. Prueba de ello son las 280 mujeres malogradas durante dicho lapso en manos de maridos, novios y amantes, por motivos tan diversos como los celos, el ataque sexual o una camisa mal planchada. En semejante contexto temporal y fáctico, el espantoso modo de morir de la adolescente Ángeles Rawson edificaría una bisagra en la historia policial argentina. Aunque, más que por derecho propio, en razón a su fenomenología comunicacional algo surrealista. Ya se sabe que ciertos hechos criminales suelen dejar huellas imborrables en su tiempo. A manera de ejemplo, bien vale evocar uno en particular: el caso del descuartizador de Barracas. Su víctima: Alicia Methyger, una empleada doméstica de la cual Jorge Eduardo Burgos, un joven de clase media que trabajaba en la papelería mayorista del padre, se había enamorado de un modo algo obsesivo. Sus trozos anatómicos aparecieron en diferentes sitios de la ciudad. El asunto –cuyos capítulos incluyeron un misterio inicial sobre la identidad de la finada y la pesquisa que dio con su matador– mantuvo en vilo por meses a la llamada mayoría silenciosa. Corría el verano de 1955. Lo cierto es que esa particularidad cronológica incidió en un fenómeno político digno de ser analizado. El océano social que separaba a los protagonistas hizo que el público dividiera sus simpatías: para algunos, ella murió por no someterse al yugo afectivo del hijo de sus patrones; para otros, él era un muchacho de bien, caído en las garras de una arribista. En realidad, bajo tal distribución de pareceres anidaba nada menos que un signo de la época: la representación de la antinomia en torno al peronismo. El interés por el caso cesó abruptamente el 16 de junio de ese año, al ser opacado por un crimen aún mayor: el bombardeo a la Plaza de Mayo. A casi seis décadas de ello, el 8 de junio de 2013, la chica Rawson fue hallada sin vida dentro de una bolsa de residuos en un predio de la CEAMSE. Ya en el atardecer de ese mismo día, un psiquiatra forense convocado por un canal de TV trazaría una hipótesis inolvidable: "Los empleados del lugar, por el tipo de trabajo que realizan, son muy proclives a cometer este tipo de asesinatos." El tipo pronunció esa frase sin que se le moviera un solo músculo del rostro. Tampoco imaginó que acababa de dar el puntapié inicial de algo hasta entonces no explorado en forma tan extrema: la transformación de la noticia policial en entretenimiento puro. Transmitido en tiempo real. Con cada paso de la pesquisa ante la mirada de millones de espectadores. Una sinfonía con opinadores de toda laya y afín al señalamiento irresponsable de presuntos sospechosos. En suma, una gesta mediática oscilante entre Kafka, Orwell y Lombroso. Claro que existió una escalada para llegar a ello. En lo que va del siglo XXI, hubo al menos tres coberturas antológicas sobre crímenes y situaciones afines: el del secuestro del padre de Pablo Echarri, el del accidente fatal de la familia Pomar y el asesinato de la niña Candela Sol Rodríguez. Lo de Echarri fue sublime, y derivó en el cobro del botín por una banda de oportunistas, luego de que la TV transmitiera en tiempo real las negociaciones por el rescate. Lo de los Pomar fue antológico, y derivó –ante la inacción policial por localizar a esa familia– en un festival de informaciones apócrifas que incluían tráfico de drogas, deudas de juego, violencia doméstica, abuso sexual y, por último, tres homicidios seguidos por un discretísimo suicidio. En cambio, lo de Candela fue más elaborado. La fraudulenta pesquisa del caso no tuvo otro propósito que el de encubrir, en los arrabales de ese crimen, los negocios de los uniformados con el hampa. En tal escenario, el rol de la prensa no fue fruto de un juego propio sino parte de la estrategia policial. Una simple parte. Y tal vez la más miserable. Con el caso Ángeles, los protocolos periodísticos retornaron a su habitual afán por vampirizar una tragedia policial. Pero con una intensidad jamás vista. Y aun cuando la autoría del crimen estaba esclarecida desde el comienzo. ¿Acaso en ello radica su diferencia con otras coberturas? Es muy posible: por lo común, los homicidios suelen tener motivos, escenarios y datas de la muerte, aunque eventualmente se desconozca la identidad o el paradero del victimario. Aquí fue al revés: había un asesino en medio de un crimen sin historia, sin tiempo ni lugar. Un asesino en la nada. Ello bastó para que la patria movilera se lanzara al maratónico frenesí de la abstracción. En el caso Ángeles, los periodistas renunciaron a ser los relatores de una trama para integrar el elenco de sus protagonistas, pero apenas como actores de reparto. Lo cierto es que el cénit del caso coincidió con la ya famosa frase por TV del pequeño hijo del abogado defensor: "Boludo, si el portero la mató". Luego caería pesadamente el telón. A meses de tal declive, la "parte sana de la población" asistió no sin horror a la seguidilla de sublevaciones policiales y saqueos, con la fantasmal presencia del crimen organizado como música de fondo. El mundo real está otra vez en acción. Infonews

Objetivo 2014: Fortalecer Unasur

El hombre y el arma Por Mario Toer *

El lunes 23, La Nación destacó en primera plana la “inquietud” que habría en el Ejército, consecuencia del alineamiento “con Cristina” del nuevo jefe de esa fuerza. Es sin duda comprensible que ésa sea la preocupación central del matutino, la más severa en mucho tiempo, lo que puede tomar por sorpresa a muy pocos. Cuando desde el riñón de la reacción se alienta y articula una campaña destituyente que no reconoce treguas, que quien ejerce la conducción de la rama principal de las FF. AA. pueda proponerse sustraer a éstas de su rol de vigía impiadoso del orden establecido resulta una amenaza excesiva para toda la lógica que sustenta esta ofensiva. ¿De qué vale generar alarma y desasosiego si no se encuentra debidamente alineada la instancia que puede instar o imponer la “calma” requerida? La misma preocupación formulaba el nuevo jefe de los radicales, otro tanto hacía el senador jujeño por ese partido, así como otros jerarcas opositores y denunciadores seriales. A su vez, Clarín, en su desenfrenada campaña, llegaba a límites grotescos. En su edición del 14 de diciembre titulaba “Un médico reveló que Milani participó del secuestro de un colega”. En el transcurso de la nota, el supuesto “secuestrado”, que no quiso dar su nombre, relata que en compañía de su esposa y hermana fue llevado detenido por una patrulla desde la esquina de la casa de gobierno en La Rioja a una comisaría cercana, donde pasaron “varias horas de detención con malos tratos verbales con la presencia de Milani”. Con semejante nota, entre otras cosas, queda claro lo que significan para Clarín los “secuestros” y hasta qué punto llega el afán de generar sospechas hacia un oficial que pareciera no estar disponible para subordinarse a los mandos de quienes se suponen los dueños del país. Cuando se expresan de este modo estos reparos queda claro cuál es el fondo de la cuestión y se desenmascaran las reales intenciones de quienes denuncian la supuesta falta de perseverancia gubernamental en el sustento de la política de derechos humanos. Y esta es una evidencia de enorme porte que no podemos perder de vista si queremos fortalecer el campo que pretende perseverar en un curso diferente en nuestro país. No porque supongamos que el nuevo jefe, de buenas a primeras, pretenda o eventualmente pueda dar vuelta como una media la instancia que tantos padeceres y ajustes de cuentas protagonizó en nuestra historia. Es más, cuando se alega que un subteniente no podía estar completamente ignorante a la índole que adquiere la política represiva de aquellos años, se está en lo cierto. Es poco menos que imposible que nadie, en esa institución, haya podido permanecer ajeno. A lo sumo, algunos pueden haber mantenido ciertas discretas distancias, favorecidos por los destinos y las especializaciones. ¿Pero alguien ha supuesto que las FF.AA. debían ser refundadas sin que ninguno de los que hubiesen accedido a las respectivas escuelas antes de 1984 pudiese permanecer en sus filas? ¿Quién podría haberlo hecho? Por otra parte, hasta en los países donde las FF.AA. fueron disueltas por movimientos insurreccionales se volvió a convocar a oficiales para que aporten a las nuevas configuraciones, y no sólo a subtenientes. Hubo hasta mariscales de renombre. Pero resulta antojadiza una elucubración de esta índole. Baste con mirar el panorama existente en países hermanos para darnos por muy satisfechos con la tarea de haber sido muy firmes con los juicios de todos los que se encontraron notoriamente involucrados, gracias a los gobiernos de Néstor y Cristina y la perseverancia de Madres y demás organizaciones de derechos humanos. Porque estos diez años fueron fundantes, se gestaron las condiciones políticas para avanzar en la creación de unas FF. AA. democráticas, partiendo del reclamo por Memoria, Verdad y Justicia, que encontraron en la imagen de Néstor solicitando a un general del ejército que bajara un cuadro, el símbolo que lo condensa. De allí que nadie que entienda o le preocupen las cuestiones que hacen al tema del poder en nuestra región y en nuestro país puede suponer como aleatorio el compromiso a rectificar un rumbo en los términos que lo ha puesto de manifiesto el nuevo jefe del Ejército. Esto es de enorme valor y evidente fruto de una política. Y a los representantes de lo establecido les produce un manifiesto escozor. En cualquier caso, sin subestimar el papel de los juicios y de los jueces que darán su veredicto, tenemos que ser conscientes que la transformación de estas instituciones dependen de la consolidación y los avances que apuntalen el proceso actual, junto a nuestros hermanos de América latina. De nada sirven las expresiones de deseos en este u otros terrenos si se los aborda separadamente, en sus dimensiones culturales o psicológicas, al margen de las relaciones de fuerzas políticas que se vienen constituyendo. De últimas, la índole del Estado deviene de una ecuación con estas características. Y hoy por hoy, como no cesan de corroborarlo aquellos que están en las antípodas, quien está a la cabeza del proyecto en curso –del que somos partícipes– ha dado pruebas suficientes de sus intenciones. * Profesor titular de Política Latinoamericana, UBA. 31/12/13 Página|12

El derecho a las estrellas para 2014 Por Julián Axat

Hace pocos días visité un centro de encierro de adolescentes de la provincia de Buenos Aires, una de las actividades fue escribir en secreto, en un papel que les di, algún deseo para 2014. Antes de irme me los entregaron y los leí en voz alta, pero sin identificar a sus autores. La mayoría pidió un 2014 en libertad, otros, cosas más simples o sencillas, como “me gustaría sentir la lluvia en el cuerpo” o “poder mirar la noche estrellada más seguido”. Estos últimos deseos me llevaron a escribir lo que sigue. No hay ningún artículo de ninguna constitución, convención, tratado o ley que establezca el derecho a contemplar el cielo estrellado dentro de las cárceles del planeta. Nuestra civilización viaja lentamente hacia la matriz de Guantánamo, confinamiento en jaulas bajo techo donde la diferencia entre noche y día se pierde. Donde el infierno se impone sobre el cielo. Ni a Juan Bautista Alberdi ni a ningún constitucionalista de los nuestros se les hubiera pasado por la cabeza la idea de un derecho al cielo en los lugares de encierro. Es cierto que existiendo en la Argentina actual déficits de alimentación, higiene, salud, como altos niveles de violencia dentro de las cárceles, pensar el derecho a contemplar el cielo estrellado o a sentir la lluvia sobre el cuerpo puede sonar inocente, extravagante, romántico o hasta canallesco. Pero no, decimos que nada es incompatible en el contexto carcelario que sea, y para toda persona presa (aun en el dantesco infierno de todos los círculos y las crueldades), el derecho a contemplar la bóveda celeste es una necesidad humana de los encerrados, como lo es el deseo de absoluto y el rezo en la celda. Y ya no como parte del derecho a tener una abertura en la celda para proyectar la mirada, sino como parte del esparcimiento. En el cielo, la proyección de la libertad de quien está solo y espera, estar con alguien. La eternidad a través de los astros es el libro que escribió en 1871 Louis-Auguste Blanqui, encerrado en una celda como consecuencia de su actuación en la Comuna de París. “Me refugio en los astros donde uno puede pasearse sin límites... y sentir que todo ser humano es eterno en cada uno de los segundos de su existencia. Esto que escribo en este momento en una celda del fuerte de Taureau, lo he escrito y lo escribiré durante la eternidad, sobre una mesa, con una pluma, con vestimentas, en circunstancias semejantes.” El amparo estelar de Blanqui es el derecho o la forma de comunicarse con lo absoluto que tienen todos los confinados. Blanqui es el padre del derecho a las estrellas. La Convención Internacional de los Derechos del Niño de 1989, en el artículo 40, refiere al derecho al esparcimiento y a la dignidad que tiene la infancia encerrada por motivos penales. El derecho a la recreación en lugares abiertos choca de plano con los lugares con barrotes y muros que cada vez caracteriza más a los centros de encierro juvenil de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, hace poco conocí la experiencia de un conjunto de egresados de la Facultad de Astronomía de La Plata, seguramente ellos incentivaron a deseos de estrellas que yo luego recogí en mi visita. El proyecto se llama: “Derecho al cielo nocturno” y está a cargo de los docentes Mara Inés Fasciolo, María Cecilia Scalia, Federico García, Ignacio Gargiulo. Los talleres se dictaron en horario nocturno durante 2013. Una evaluación final sostiene: “...en general, las actividades realizadas durante estos siete encuentros consistieron tanto en observación del cielo nocturno a simple vista, utilizando también binoculares y telescopios, como en talleres áulicos con los que abordamos contenidos como el reconocimiento de los puntos cardinales, movimiento diurno, fases de la Luna y planetas, el origen de los meteoritos, etc. En todos los encuentros, llevamos cartas celestes que repartimos entre los jóvenes, las cuales fueron recibidas con mucho entusiasmo. Pudimos observar a los chicos muy entusiasmados en la tarea de hacer un reconocimiento del cielo a simple vista, que en su gran mayoría no habían podido ver desde antes de ingresar al Instituto, ya que las ventanas de las celdas no les permiten ver el cielo...” En la obra de teatro de Albert Camus, Calígula, el emperador en decadencia lo tenía todo pero le faltaba algo, “quiero la luna” vociferaba. A los presos de nuestro país les falta todo o demasiado, pero aun así pueden “querer las estrellas”. El derecho al cielo es mucho más que el deseo de un preso, puede ser el de cualquier ciudadano de este país que no levanta la cabeza y sueña. En esa proyección, en ese olvido del desasosegado, el derecho a las estrellas como deseo para el año que viene. * Defensor juvenil. 31/12/13 Página|12

LAS DEFINICIONES QUE DEBEN HACER JUECES Y TRIBUNALES EN 2014 Lo que se viene en el sistema judicial

La Corte debe resolver, entre otros temas, sobre actualización de jubilaciones. Habrá juicios orales por Once y por los asesinatos de diciembre de 2001. El Código Civil y Comercial. La parálisis del Consejo de la Magistratura. Los expedientes mediáticos. Por Irina Hauser El Poder Judicial terminó el 2013 con un enorme protagonismo político. Para el año que empieza, no sólo quedan grandes discusiones existenciales por profundizar sobre el sistema de justicia, sino cuentas pendientes en todos sus ámbitos. Causas cruciales en la Corte Suprema (incluida la cuestión de la larga edad de sus integrantes), una reforma (al menos interna) del paralizado Consejo de la Magistratura, la posibilidad de aprobar el Código Civil y Comercial y el Código Penal para aggiornar las bases del derecho, implementar prácticas “democratizadoras” que ya tienen peso de ley, como el ingreso por concurso a tribunales; habrá megajuicios como el de la tragedia de Once y el de los asesinatos del 20 de diciembre de 2001, y en el fuero federal porteño es posible que se defina la suerte de algunos expedientes mediáticos como el caso Ciccone y el de Lázaro Báez. Asuntos supremos Nada de lo que se viene pinta tan arrollador como el fallo que volteó la reforma del Consejo de la Magistratura ni el que convalidó la ley de medios. Pero pasan cosas en la Corte, que hará todo en pos de su legitimidad. Los expedientes colectivos que piden actualización de las jubilaciones llevan más de dos años de discusión interna: los jueces temen un desastre fiscal si obligan a pagar de cuajo, pero analizan atajos. Si es por asuntos de impacto político, el tribunal también tiene cola de reclamos millonarios de coparticipación, como el de Córdoba. Aunque quizá toque más el nervio del bolsillo de la gente común si llega a definir algo sobre la constitucionalidad de las limitaciones a la compra de dólares, que la procuradora Alejandra Gils Carbó recomendó declarar constitucionales. En otro rubro, hay un grupo de expedientes sobre sindicalización policial. A menos que decidan hacerse los distraídos, los cortesanos deberán decidir (o pedirle a conjueces) si uno de ellos, Enrique Petracchi, puede continuar en el cargo pese a que superó los 75 años. Petracchi tiene una cautelar a su favor (basada en el caso de Carlos Fayt, que tiene 95), que no cuestionó el Estado, pero sí un particular. Tendrá que decidir su propio destino Raúl Zaffaroni, que cumple la edad límite en un año, aunque desliza que se va. Habrá que ver qué papel asume, además, Ricardo Lorenzetti este año, en un contexto distinto, y con otra agenda. Y un tema latente, para el que el tribunal busca una solución, es la posibilidad de que los jueces empiecen a pagar ganancias. Consejo sin rumbo El Consejo de la Magistratura está en punto muerto. Su actividad el último año fue casi inexistente. Se reflejó en los concursos para cubrir vacantes de jueces: en 2013 sólo terminó uno con éxito, y le quedan concursos para 213 cargos. En el cuerpo le echan la culpa al tiempo que insumió la ley de reforma que introducía el voto popular de consejeros, invalidada por la Corte, y a que tienen que adaptar su reglamento a aspectos que sí quedaron vigentes. Sin embargo, llegado fin de año, las internas entre los consejeros y las ansias de todos los sectores por influir en los procesos de selección abortaron la votación de una reforma reglamentaria. En teoría, se votará este año. En el rubro de las acusaciones (antesala de los juicios políticos) la performance no fue mucho mejor: el cuerpo, por ejemplo, dedicó horas de discusión a la situación del juez Daniel Rafecas por el caso Ciccone, que tiene en veremos hace un año y medio, y nada a la del camarista de Casación Eduardo Riggi, denunciado por uno de los casos más escandalosos de presuntos sobornos en la Justicia, en el expediente sobre el asesinato de Mariano Ferreyra. Este año cada estamento votará nuevos consejeros, que asumirán en noviembre. Puede ser que cambie también el delegado del Poder Ejecutivo, Hernán Ordiales. Por ahora no se vislumbran grandes cambios. Cuestión de códigos Hay dos códigos claves capaces de impactar en la vida de los ciudadanos, que ya están redactados, adecuados a este siglo. Uno, el Código Civil y Comercial consiguió media sanción del Senado pero contra todos los anuncios se postergó su aprobación en Diputados, entre criticadas negociaciones con la Iglesia Católica y cuestionamientos de los jueces de la Corte (Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco) que habían elaborado la versión original del anteproyecto, modificada por el oficialismo, que dejó en una ley aparte –por ejemplo– la regulación sobre responsabilidad patrimonial del Estado. El texto del código introduce conceptos acordes a los modelos actuales de familia y el matrimonio igualitario. Prevé cambios sobre divorcio, adopción, fertilización asistida, entre muchos otros. La definición sobre el inicio de la vida, generó polémica. Se aprobaría, pese a todo, este año. El proyecto de reforma del Código Penal fue entregado en diciembre a la Presidenta por la comisión de juristas que lo redactó, encabezada por Zaffaroni, y será presentado en el Congreso. Prevé un cambio enorme en la legislación penal, armoniza las penas, introduce nuevos delitos (desde los ambientales al genocidio), penas alternativas a la prisión, pone como máxima 30 años de cárcel, criterios de oportunidad y de casos insignificantes, e integra toda la regulación de leyes especiales, entre muchos aspectos. También se evalúa una reforma procesal, que acorte las causas y dé poder a los fiscales, pero está más verde. Casos mega y mediáticos El caso Ciccone, donde se investigan manejos en la quiebra de la imprenta y posible lavado, lleva casi dos años en los diarios y pocas definiciones. La causa, a cargo del juez Ariel Lijo, pasa por un momento particular: los integrantes del grupo Ciccone, que eran sospechosos, ahora son posibles víctimas. Es así desde que Guillermo Reinwick, yerno de Nicolás Ciccone, declaró que fue Amado Boudou quien estuvo detrás del rescate de la empresa. Más allá de lo que haga Lijo, hay una decisión pendiente, que es central, en la Cámara de Casación que tiene la llave sobre la situación de Boudou. El fiscal Javier De Luca les recomendó a los camaristas que hagan lugar a una presentación de la defensa del vicepresidente que la investigación en su contra debe cerrarse porque nunca se definió cuál sería el delito que cometió. En la causa sobre el supuesto lavado de dinero del empresario Lázaro Báez todavía no está claro cuánto hubo de construcción mediática y cuánto de pruebas judiciales. El juez Sebastián Casanello intenta dilucidarlo. Por ahora, sólo hubo algunas indagatorias, como las de los faranduleros Federico Elaskar y Leonardo Fariña, que dijeron en televisión que sacaron del país 55 millones de euros de Báez y en tribunales lo desmintieron. Aún no se definió la situación de nadie. De la mano de este asunto, un jurado deberá decidir el futuro del fiscal Luis María Campagnoli, suspendido por generar una investigación paralela en este caso y obstaculizar. Se vienen juicios grandes en los tribunales federales: el de cinco homicidios del 20 de diciembre de 2001, donde serán juzgados el ex secretario de Seguridad, Enrique Mathov y el ex jefe policial Rubén Santos. Si también entra Fernando de la Rúa será decisión de la Corte. El 18 de marzo empieza el juicio por la tragedia de Once, donde murieron 52 personas y hubo 700 heridos. Se juzga a ex funcionarios como Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, al maquinista y a los directivos de TBA. Democratización pendiente El ingreso al Poder Judicial por concurso y no por amiguismos o apellido es ley, pero no fue reglamentado por la Corte y solo lo aplican algunos tribunales. Tampoco se ve reflejada, en la web suprema, la publicación de todas las sentencias y resoluciones. En un balance findeañero, Justicia Legítima cuestionó a la Corte en esos y otros temas como una convocatoria limitada a jueces para diseñar reformas que agilicen juicios penales. Casaciones La creación de las Cámaras de Casación Civil y Comercial, del Trabajo y Contencioso Administrativo está frenada por medidas cautelares. La que sí existe, o a medias, es la Casación Penal Ordinaria, con sus diez jueces nombrados por decreto, pero no les toman juramento ni les dan edificio para funcionar, algo que esperan para este año. 02/01/14 Página|12

EL ESTADO DE LOS EXPEDIENTES QUE INVOLUCRAN GRUPOS ECONOMICOS Responsabilidad empresaria

El año pasado se confirmaron los procesamientos del dueño del Ingenio Ledesma, Carlos Blaquier, de tres directivos de Ford y del ex titular de la Comisión Nacional de Valores. Pero en muchas causas hay demoras. Por Alejandra Dandan Las investigaciones sobre la responsabilidad empresaria en crímenes de la dictadura avanzaron lentamente durante 2013. El dato más significativo fue la confirmación de la Cámara Federal de Salta de los dos procesamientos del dueño del Ingenio Ledesma, Carlos Blaquier, y de su administrador Alberto Lemos, por su participación en 29 secuestros. Otro dato fue la confirmación de la Cámara Federal de San Martín del procesamiento de tres directivos de Ford por el secuestro de 24 obreros ocurridos durante 1976. Hubo también otros avances. El procesamiento con prisión preventiva dictado por Daniel Rafecas y confirmado por la Cámara de Casación del ex titular de la Comisión Nacional de Valores, Juan Etchebarne, amigo íntimo de Alfredo Martínez de Hoz, por su rol en la organización de un grupo de tareas destinado al secuestro del grupo empresario Grassi-Chavanne. En el contexto de las investigaciones a empresarios por su rol durante la última dictadura, este año, en la causa Papel Prensa, el Ministerio de Defensa aportó las actas de la Junta Militar halladas en el edificio Cóndor. También fueron importantes los allanamientos promovidos por el juez Norberto Oyarbide a la empresa Acindar, la apertura de una causa para investigar la responsabilidad de Bunge y Born en la desaparición de un grupo de trabajadores de la planta Avellaneda de Molinos Río de la Plata y el informe publicado por la Comisión Nacional de Valores en marzo del año pasado. Entre los avances, hubo procesamientos para los directivos de la empresa Mina el Aguilar de Jujuy, muchos de cuyos trabajadores pudieron declarar este año en el juicio oral que se llevó a cabo en esa provincia. También hubo un impulso para la investigación por los desaparecidos y secuestrados del INTA. Pablo Llonto es abogado querellante de algunas causas emblemáticas que involucran a grupos empresarios. En su balance hay cuestiones positivas, pero también mucho pendiente: “Se avanzó en los casos de civiles con dos agregados importantes: la confirmación de los procesamientos de Blaquier y la resolución de Casación, que establece la citación a indagatoria del primer periodista en causas de lesa humanidad por hechos cometidos desde una acción periodística, como fue usar un reportaje a una secuestrada para encubrir los delitos que se cometían en la ESMA. El caso es el del periodista Agustín Botinelli, de la revista Para Ti, en el secuestro de Thelma Jara de Cabezas”. Pero todavía en materia de civiles, dice, “queda mucho por hacer con los directivos de las empresas que fueron partícipes de los secuestros de sus trabajadores y delegados. En el juzgado federal de San Martín se avanzó con los directivos de la Ford, pero hay que lograr que ello se extienda a toda la Argentina”. Una Conadep económica Otro dato significativo de 2013 fue la propuesta que hicieron Horacio Verbitsky y Juan Pablo Bohoslavsky en el marco de la presentación del libro Cuentas pendientes: crear una Conadep que analice e investigue las causas de responsabilidad empresaria. En ese sentido, hubo un proyecto en la Legislatura de Río Negro que fue firmado por todos los legisladores del bloque del FpV. Y otro proyecto que elaboró el diputado Hector Recalde y que impulsa la creación “en el ámbito del Congreso de la Nación de una Comisión Bicameral de Identificación de las Complicidades Económicas durante la última dictadura militar para la búsqueda de la Verdad, la Memoria, la Justicia, la Reparación y el Fortalecimiento de las Instituciones de la Democracia”. En lógica de balance, Bohoslavsky señala que durante 2013 hubo “avances judiciales, administrativos, informativos, simbólicos y académicos en materia de responsabilidad por complicidad civil”. El mayor logro, sin embargo, “ha sido la consolidación de la narrativa que explica con argumentos racionales el involucramiento planificado y sistemático de los actores económicos en el plan criminal de la dictadura. También la disposición a pensar la responsabilidad por complicidad desde mecanismos de verdad, justicia y memoria que exceden largamente la reacción penal. Una explicación más amplia de lo que sucedió permite ubicar en un marco general piezas de información que han permanecido sueltas”. Y en ese sentido da un ejemplo que entendió cuando presentó el libro en Río Negro: “La represión de los chacareros cooperativistas de Río Negro, la sucesiva concentración de los negocios de la fruta en esa provincia y el terrorismo de Estado pueden pensarse ahora como engranajes de una misma maquinaria”. La importancia de los megajuicios En este momento hay 12 juicios orales en curso. En ellos, se juzga a 219 imputados por unas 2000 víctimas. Esto muestra que hay un promedio de 166 víctimas por cada juicio. Pero el “promedio” no refleja la situación real. Aún hay juicios fragmentados y pequeños, pero la política que se profundizó este año va hacia otro lugar. En la Ciudad de Buenos Aires se están haciendo dos debates, ambos con características de megajuicio: Plan Cóndor, con 24 imputados por 106 víctimas y el juicio unificado de la ESMA, por 66 imputados y por casi 800 víctimas. En Córdoba sucede lo mismo: el juicio por los crímenes de La Perla tiene en el banquillo a 44 imputados por un total de 417 víctimas. Y juicios que terminaron este año con las mismas características alimentaron las estadísticas de condenas. Entre ellos estuvo el juicio de Tucumán con 41 acusados por 234 víctimas. Carolina Varsky, de la Procuración, señala que “a través de estos números ahora pueden verse los resultados de las políticas que viene impulsando la Procuración desde hace años con el pedido de unificación de las causas y también muestran el efecto, la importancia y el impacto que tienen los grandes juicios. Lo que se vio este año es la maduración del proceso. Y también el resultado del uso de las reglas de la Cámara de Casación, que no es menor”, agrega. Se refiere, por ejemplo, a las reglas que permiten a los testigos que ya declararon no tener que volver a hacerlo. “Esto permite aprovechar los días de audiencia, no repetir prueba que ya se obtuvo en juicios anteriores y ayuda a evitar que el testigo no se revictimice al tener que volver a actualizar todo”. Demoras en la Corte La demora en la confirmación de las sentencias por parte de la Corte Suprema es un tema que preocupa a los organismos de derechos humanos. Uno de los problemas que genera es que trunca el proceso de justicia. Los acusados que mueren antes de esa última confirmación, por ejemplo, no terminan jurídicamente condenados sino “sobreseídos por muerte”. Uno de los ejemplos fue el del dictador Jorge Rafael Videla. Tenía una sentencia firme del Juicio a las Juntas. Pero murió este año sin tener ninguna sentencia firme como producto de este nuevo proceso de justicia, apunta en este caso Lorena Balardini, del CELS. Otro dato paradigmático es el suboficial Gregorio Medina. Medina fue el primer condenado por una violación sexual como delito de lesa humanidad. La condena fue del año 2010. La dictó un tribunal de Mar del Plata. Casación confirmó ese fallo con una resolución muy importante, pero Medina quedó “sobreseído” porque murió antes de que la Corte confirmara la condena. “Llegamos al final 2013 con tan sólo 28 condenas firmes a genocidas desde la apertura de los juicios en 2006”, dice la abogada Liliana Alaniz, militante de Apel, representante de Justicia Ya! en el juicio ESMA. 02/01/14 Página|12

EL 2013 TERMINO CON 520 CONDENADOS Y 927 PRESOS POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD DURANTE EL TERRORISMO DE ESTADO La hora de revisar el rol de la Justicia

Hay 272 civiles involucrados en causas que tuvieron un movimiento significativo el año que terminó y seguirán avanzando en el que empieza. Cincuenta y tres entre esos acusados están vinculados con el Poder Judicial. Por Alejandra Dandan El 2013 concluyó con varios datos significativos en las causas de lesa humanidad. Hubo un aumento de 144 detenidos: pasaron de 593 en 2011 a 813 en 2012 y ahora son 927 en 2013. Y no hay en este momento constancias de detenidos en dependencias del personal militar. El año terminó con 520 condenados: 142 más que en 2012, que representa un aumento del 27 por ciento. Los números pertenecen a las últimas estadísticas de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad. Pero el año tuvo otros datos significativos. Hay 272 civiles involucrados en distintas causas, sobre un universo de 2335 imputados. La información surge de un relevamiento hecho por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y muestra otro de los efectos de las políticas de persecución penal de este año. Entre los civiles acusados –conjunto que incluye a hombres de la Iglesia y empresarios– sobresalen los funcionarios del Poder Judicial: son 53 casos, 32 de ellos son jueces. El número es elocuente si se tiene en cuenta que hasta aquí hay un solo juez condenado. Los civiles y el Poder Judicial Según datos del CELS, a diciembre de 2013 son 272 los civiles registrados en distintas causas, lo que representa el 12 por ciento de los 2335 imputados. Es significativa la presencia del personal civil de Inteligencia, de sacerdotes o profesionales de salud, entre los que hay médicos, varios de los cuales están afectados a causas de robo de niños. Pero el dato más relevante es el del Poder Judicial. Hay 53 personas mencionadas en distintos procesos. Entre ellas hay fiscales, asesores de menores, defensores, secretarios y jueces. Los datos de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, que encabezan Jorge Auat y Carolina Varsky, indican que las causas en la que estas personas están involucradas tuvieron movimientos importantes durante este año. En esta línea, Varsky destaca que este año quedó firme la condena impuesta al ex juez Víctor Hermes Brusa. Brusa es hasta ahora el único juez condenado –la sentencia fue en 2009–, aunque cuando cometió los crímenes era secretario de juzgado. Este año también se elevaron a juicio dos causas que involucran a seis ex funcionarios judiciales: Rolando Evaristo Carrizo Elst, Gabriel Francisco Guzzo, Luis Francisco Miret, Guillermo Max Petra Recabarren y Otilio Ireneo Roque Romano Ruiz en Mendoza y Luis María Vera Candioti en Santa Fe. Y distintas Cámaras Federales confirmaron procesamientos de cinco imputados: Roberto Catalán (La Rioja), Roberto Mazzoni (Resistencia), Luis Angel Córdoba (Resistencia), Gustavo Modesto Demarchi (Mar del Plata) y Manlio Torcuato Martínez (Tucumán). Detrás de los datos El movimiento en torno de los funcionarios judiciales implica una revisión sobre el rol de la Justicia durante la última dictadura. Un rol que durante años se vio como “inactivo” y ahora se lo entiende como “activo”, aun en su supuesta inactividad. Dos resoluciones consolidaron esa línea de interpretación. Una de Omar Palermo, ahora integrante de la Corte Suprema de Justicia de Mendoza, cuando era fiscal y tuvo que pensar responsabilidades de imputados en una provincia paradigmática en ese sentido. Y otra de la Cámara de Casación en marzo de 2013, en la que se revocó el sobreseimiento del ex juez salteño Ricardo Lona. Allí se señaló: “Con tristeza estamos descubriendo que esos abogados fueron nombrados jueces federales para cumplir el rol de denegar justicia a cualquiera que mediante su reclamo cuestionara o revelara el plan sistemático de eliminación de oponentes políticos”. Lorena Balardini, coordinadora del área Memoria, Verdad y Justicia del CELS, sostiene: “Las responsabilidades empresariales y judiciales están tematizadas desde la época de la Conadep. Siempre hubo menciones a los distintos poderes del Estado, pero eso no se había traducido en persecución penal. La hipótesis que tenemos es evidentemente que toda la cuestión civil estuvo presente en la transición democrática, pero lógicamente no hubo un foco en esa cuestión, salvo en el tema de la Iglesia. Ese tema estuvo muy presente, y sigue estando. Lo trabajó desde Emilio Mignone a Horacio Verbitsky. Pero sin embargo no tuvo su correlato en la persecución penal. Con los jueces existe un solo caso hasta ahora de una persona condenada. En ese sentido está todo por venir.” Brusa visitaba los centros clandestinos de detención. Su caso es paradigmático, pero “no todos los jueces fueron Brusa”, dice Balardini. El juicio que comenzará en febrero en Mendoza va a ser importante, entre otras cosas, porque permitirá ver las distintas dimensiones en las que se está pensando la intervención de la Justicia. “No todo accionar fue visitar centros clandestinos. También son ejemplos de aquello no investigar, cajonear, no citar testigos, rechazar sistemáticamente hábeas corpus o dar la espalda a familiares”, señala. “Durante mucho tiempo se discutió este tema y se decía que los jueces estaban atados de pies y manos. O que estuvieron ‘inactivos’. Lo que ahora se ve es que los jueces o integrantes del Poder Judicial tuvieron un rol ‘activo’ a su modo. Porque su rol no era picanear, sino, por ejemplo, impedir el acceso a la justicia.” Juan Pablo Bohoslavsky trabaja en la edición de un libro de varios expertos sobre la complicidad de funcionarios judiciales y abogados durante la dictadura. “Contra lo que sugiere la literatura comparada en la ciencia política, el Poder Judicial durante la dictadura en Argentina fue activo –no sólo complaciente o apolítico– en su colaboración con el régimen, cubriendo una amplia y variada gama de conductas”, dice uno de los párrafos de presentación del proyecto. “Desde la denegación sistemática (tanto de la Corte Suprema como de tribunales inferiores) de hábeas corpus interpuestos por los familiares de las víctimas, la confirmación de la validez de las normas de facto represivas, la participación en maniobras de ocultamiento de cadáveres y las razones de esas muertes, así como en la apropiación ilegal de niños, la intervención en tribunales militares para juzgar civiles, la ayuda prestada para interrogar e incluso torturar a detenidos ilegalmente, y la delación de abogados comprometidos con los reclamos de las víctimas a fin de que fueran disciplinados por las fuerzas represivas –señala–. Se debe tener en cuenta que al día de la fecha ha habido, por lo menos, 129 acusaciones contra funcionarios judiciales por su complicidad durante la dictadura. La mitad se desvinculó voluntariamente de sus cargos, otros fueron destituidos y una tercera parte aún continúa en funciones”. Auat reflexiona sobre este movimiento en un año en el que estuvo de fondo el debate de Justicia Legítima. Dice que después de la caída de las leyes de impunidad, el avance de estos expedientes se vio trabado por un segundo cerco de impunidad promovido por los propios jueces y operadores que debían investigar. Unos eran jueces, fiscales y operadores del sistema judicial que habían cumplido funciones durante la dictadura y aún ocupaban puestos. Otros habían ingresado después, pero estaban imbuidos por una misma matriz cultural. “Al no haber sido alcanzado por la democracia, ese Poder Judicial siguió funcionando con los mismos paradigmas y los mismos operadores de entonces, así se retroalimentó hacia adentro. Esos nuevos funcionarios ingresaron al abrigo de los viejos paradigmas con apoyo y padrinazgos, familiares o de amistad y evidentemente se generaron anticuerpos para investigar a sus propios miembros y no sólo los de esa época. Ellos encontraban el manto de impunidad porque las propias estructuras se encargaban de generar esa situación. El hecho de que pertenezcan a la misma comunidad, en ciudades chicas, hace que se inhiban de actuar por distintas razones, se excusan, en un trámite que lleva muchísimo tiempo. Y la demora se paga con monedas de impunidad, no hay otro costo y es el costo más grave que tenemos”. Aunque estos 53 casos no son todos, ni muchos, en ellos puede verse cierto quiebre de esa lógica de clan. Las razones son muchas. Los juicios orales, por ejemplo, suelen hacerse con jueces que se movilizan desde otras provincias porque no hay magistrados del lugar disponibles. Eso llevó jueces de Tucumán a Santiago del Estero, de Buenos Aires a Santiago o Jujuy, de Santiago a Salta y de Catamarca a La Rioja. A la vez, eso impide la consolidación en cada lugar de una estructura judicial que se haga cargo de avanzar con estos ejes y lentifica las causas con audiencias que se hacen una o dos veces por semana. Pero mirados en conjunto generaron algunas sacudidas interesantes en los principados territoriales.

martes, 31 de diciembre de 2013

2014 justo libre y soberano.

Que todos sean un poquito feliz cada día, lo demás se hace despacito y de a poco...solía decír el General Perón en su regreso definitivo a la Patria. La felicidad fue siempre un tema recurrente en el Líder...humanista, al fin y al cabo, preocupado por la Juventud en su otoño, por la ecología, el universalismo, el agua, los alimentos, preveía un mundo global y complejo. No era adivino, no, solo leía estratégicamente la realidad. En el 2014, mas Unidos que Dominados, avanzamos a pesar de trenes desquiciados con motormans ídem. LEVANTAMIENTOS POLICIALES, NARCOS,CORTES PORGRAMADOS Y DESPROGRAMADOS. Con un Estado soñado y cumplido en los '40 y los '50. Vilipendiado durante décadas y resarcido en el último decenio. Con una Juventud recuperada, soñadora, callejera,plena. Con desocupación en baja, mercado interno, industrias,energía, alimentos, y liderazgo de una mujer,esa mujer, que es pura doctrina por donde se la escuche y observe. El 2000 llegó, y el 2014 nos encontró con profecías casi cumplidas. El vaso de leche, los juguetes de la Fundación, y hoy las netbooks, la AUH, y por sobre todas las cosas, algo que me alivia, los mismo enemigos con las mismas taras de siempre pero sin las bombas ni los tanques de siempre. Gran parte de ellos están presos. Despacito y de a poco, la Revolución en paz, con mucho por hacer, por construir, por responder. La palabra, la militancia,el movimiento nacional y popular recuperados. Andando por Latinoamérica,insertos en un mundo multipolar, siendo. Con la maza y la cantera, y las banderas, que el niño y la niña sigan yendo felices a la escuela. Feliz Año, compañeros y compañeras, justo libre y soberano en cada uno y en todos y todas, en una Comunidad que se realiza digan y plena de paz pan y trabajo. GB