viernes, 22 de agosto de 2014

TULIO ZEMBO, ABOGADO DE BONISTAS ITALIANOS “Hay que aceptar para poder cobrar”

El abogado de bonistas italianos Tulio Zembo avaló ayer el proyecto de ley de pago soberano de la deuda pública y consideró que “hay que aceptar” el cambio de jurisdicción “para garantizar que se pueda cobrar en tiempo y forma como fue siempre hasta ahora”. A su criterio, “era inevitable llegar al momento en que se tomara esta decisión”, porque destacó que “no se podía pensar en otra solución que ésta”, ya que “la imposibilidad (de seguir con la reestructuración de la deuda) era evidente”.
Zembo señaló que “contra la disponibilidad argentina de pagar, había un bloqueo al Bank of Nueva York Mellon, por parte del juez de primera instancia del Distrito Sur de Manhattan, Thomas Griesa”, por lo cual destacó que “había que tomar una decisión”. “Probablemente ésta sea la decisión más correcta”, afirmó Zembo a las radios América y Vorterix, al tiempo que subrayó que el anuncio de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner “era lo que se esperaba; la voluntad de pagar de Argentina está y puede ser la solución de todos los problemas”.
El asesor de los bonistas italianos, inversores que no participaron del canje del 2005 y sí intervinieron en el del 2010, evaluó que “lo importante es que la voluntad del deudor sea pagar y que después llegue la plata”. “A los bonistas les diría que cobren, lo que a mí me importa es que la plata llegue a los bolsillos de los bonistas”, sostuvo Zembo, quien insistió con que “la solución sería aceptar para cerrar (el conflicto) de una vez y garantizar el pago”. Asimismo, indicó que “ahora hay un trabajo: convencer a todos los bonistas de que es necesario cambiar para seguir cobrando en tiempo y forma como fue siempre hasta ahora”. Por otra parte, estimó que “es una locura que haya economistas de acuerdo con el fallo de Griesa” en favor de los buitres, en referencia a analistas locales que están actuando como voceros de los intereses de los fondos buitre.
Página 12

UNA ASAMBLEA CONVOCADA POR SMATA REMOVIO A LOS DELEGADOS DE LEAR Con sus mandatos revocados

El Sindicato de Mecánicos, liderado por Ricardo Pignanelli, realizó ayer una asamblea en la autopartista Lear, que fue impugnada ante la Justicia y el Ministerio de Trabajo por la comisión interna, en la que se decidió revocar los mandatos de los delegados de base. El desplazamiento de los representantes gremiales de izquierda se realizó un día después de que la fábrica reabriera sus puertas para reanudar su producción, en un clima de malestar por la decisión empresaria de no dar marcha atrás con 67 despidos. El Smata enfatizó que lo resuelto en la asamblea demostró que se “respeta la voluntad de las grandes mayorías”.
El Smata dio cuenta de la decisión de desplazar a los delegados de base a través de un comunicado. El sindicato consignó que la asamblea en la que se votó la remoción “estuvo oportunamente solicitada por los compañeros mediante un petitorio”.
Los delegados removidos son Graciela Maidana, Rubén Matu, Gustavo Trocaioli, Silvio Fanti y Gustavo Farías, es decir la totalidad de la comisión interna, y no intervinieron en la asamblea. “Fueron invitados a participar por parte de los funcionarios del Ministerio de Trabajo, tanto de la Nación como de la provincia de Buenos Aires, y se negaron a hacerlo”, aseguró el Smata
El gremio que conduce Pignanelli informó que la asamblea fue presenciada por una escribana y funcionarios de los ministerios de Trabajo nacional y provincial y que la decisión de remover a la comisión fue tomada de manera “unánime”. “El gremio mecánico mostró una vez más que su fuerza de convicción se sustenta en la cultura del trabajo y respetando la voluntad de las grandes mayorías”, destacó el Smata en su comunicado.
El sindicato ya había intentado separar a los delegados el 17 de julio pasado, en otra asamblea que también fue impugnada por la comisión interna. En aquel momento, intervino en el reclamo la jueza del Trabajo María Stella Vulcano, que dictaminó dejar sin efecto lo resuelto por el Smata “hasta tanto se dicte sentencia en la cuestión de fondo”. Un grupo de abogados laboralistas también presentó una denuncia penal contra Pignanelli, para que se investigue si cometió el delito de “coacción”. Basados en aquel fallo, que consideran aún vigente, y enumerando irregularidades como la falta de garantías para una adecuada defensa, los delegados y varios despedidos impugnaron ayer la nueva asamblea.
“En este momento no hay libertad para expresarse libremente dentro de la planta”, aseguró en este sentido Sergio Castro, abogado de la comisión interna. “Para dar una idea, para convocar a la asamblea anterior el Smata pidió a los trabajadores que firmaran una solicitud; hubo cuatro personas que se negaron a firmar y al otro día les llegó el telegrama de despido.”
El abogado explicó que los delegados no participaron de la asamblea, “para no someterse a una cosa ilegítima ni exponer a sus compañeros”. Relató además que el día anterior, con una orden de la Justicia, se presentaron a trabajar, “pero los mantuvieron esperando durante cuatro horas en un cuartito, con la excusa de una revisación médica y el objetivo de impedir que hablaran con el resto de los trabajadores”.

miércoles, 20 de agosto de 2014

CINE › HASTA EL SABADO, EL FESTIVAL DE CINE DEL CONURBANO Películas para construir una identidad

Por Paula Sabatés
Hace seis años, el Centro Cultural Padre Mugica de la localidad de Banfield organizó un ciclo de cine para que los vecinos pudieran ver películas hechas por realizadores de la región. Parece que esa propuesta era en realidad una necesidad, porque el ciclo colmó las expectativas (y las butacas) y llevó a los organizadores a pensar en algo más grande. Desde entonces, cada año para esta época se lleva a cabo allí el Festival de Cine del Conurbano (Fecico), que ya se consolidó como un espacio de referencia para las producciones independientes. Pensado como un homenaje al séptimo arte, al que en el centro cultural conciben como “fundamental para la construcción, conservación y transmisión de la identidad de las ciudades”, el festival tendrá desde hoy y hasta el sábado su quinta edición, para la que se presentaron cerca de mil producciones, entre cortos y largometrajes. Además del espacio de Banfield y otros centros culturales vecinos, habrá una sede en La Plata y otra en Dolores.
Como su nombre lo indica, el Fecico se propone, sobre todas las cosas, contribuir a la construcción de una identidad del conurbano. Para Julio Rivero, director del centro cultural, el cine de esa región tiene una impronta propia, lo que equivaldría a decir que existe algo así como un modo de filmar de los cineastas que viven por fuera de la capital. “La primera característica es la utilización de paisajes y locaciones propias, lo que termina afectando el ritmo de la narración, el modo y la estética. La otra diferencia gira en torno de las temáticas que abordan estos realizadores, que en general miran más a lo propio y no al afuera, como el cine porteño, que está muy pensado desde el inicio para el festival de Cannes”, sostiene el referente a Página/12. Para él la diferencia es grande: “Con los primeros tres planos te podés dar cuenta de dónde se produjo una película”, asegura.
De todos modos, si bien desde un principio se trató de un festival dedicado a exhibir películas del conurbano, la creciente demanda del público y la participación de los realizadores hicieron que el Fecico se abriera a otras regiones. Así, hoy cuenta con distintas secciones y las producciones postuladas se agrupan en ellas de acuerdo a dónde fueron producidas. En esta edición habrá una categoría dedicada a películas realizadas en la provincia de Buenos Aires, otra para producciones del resto de la Argentina, otra para realizaciones de Latinoamérica y una cuarta para aquellas producidas en Europa. Además, habrá una sección especial dedicada a las producciones de alumnos de instituciones educativas. Las películas que integran estas cinco categorías están por fuera de la competencia oficial del festival. Sí compiten los cortometrajes, largometrajes y películas de animación que el jurado seleccionó especialmente para pelear por el galardón, una estatuilla realizada por el artista plástico Miguel Palagi que recrea el recorrido del ferrocarril Roca.
Además de las proyecciones, el Fecico tendrá este año una serie de actividades especiales. Entre ellas se destaca un homenaje al director, productor, guionista y actor Gerardo Vallejo, durante el cual se repasará su filmografía y habrá una charla abierta con sus familiares. Será hoy a las 19 en el Mugica, ubicado en Hipólito Yrigoyen 7923 (Banfield). También se proyectará En el nombre del padre El legado de Mugica, un documental de Andrés Irigoyen que recuerda al sacerdote a 40 años de su asesinato. La función será mañana a las 19, también en el centro cultural, que ya está listo para poner en marcha la gran vidriera del sur.
* Se puede consultar la programación en la página del festival:www.fecico.com.ar

LOS DEFENSORES DE LOS REPRESORES REALIZARON UN ENCUENTRO REGIONAL Sí, hay dinosaurios vivos

Por Ailín Bullentini
–¿Cuáles son los objetivos del Foro de Buenos Aires por la Justicia, la Concordia y la Libertad?
–Acá se está tratando de compartir experiencias de la región latinoamericana sobre lo que sucede en cada lugar con los presos políticos.
–¿Quiénes son los presos políticos?
–Aquellos que pertenecían a las Fuerzas Armadas, de seguridad, algunos civiles, algunos integrantes de la Iglesia que en aquel entonces...
–¿Cuándo?
–En los ’70, ellos lucharon por la patria. Aquí en la Argentina se persigue mayormente al Ejército. Los gobiernos usan al Poder Judicial como arma de guerra para destruir a esas instituciones.
Del cuello de Ana Barreiro colgaba una pequeña credencial que acreditaba su labor comunicacional en la revista Guerra en la Argentina. La publicación, ligada a la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia que organizó el encuentro que comenzó ayer en el Hotel Meliá, difunde la misma visión de la historia argentina que rebotó una y otra vez en los discursos de apertura del foro: aquella para la que hablar del genocidio que desarrollaron los responsables de la última dictadura cívico-militar es, cuanto menos, una infamia; aquella que plantea la existencia de una guerra, de un ejército terrorista marxista al que los “salvadores de la patria” vencieron en los ’80 y, producto de “una revolución cultural dominante en la actualidad”, se convirtieron en “víctimas del odio y la venganza”.
“Queremos agradecer a todos aquellos que no se han dejado gobernar por el miedo y están acá hoy”, inauguró las exposiciones el vicepresidente de la asociación, Gerardo Palacios Hardy. En la lista de saludos también incluyó a “las esposas de nuestros presos políticos de la Argentina, siempre dispuestas y aguerridas” de las que Barreiro, esposa del jefe del centro clandestino de detención cordobés La Perla, Ernesto Barreiro, es un ejemplo tan acabado como Cecilia Pando, que no paró de abrazar y besar a cuanto personaje se acercaba a felicitarla por “su resistencia”. “A los hijos de los presos políticos”, continuó los saludos Palacios Hardy, “y a ellos también, que desde su injusta e infame prisión han colaborado dentro de sus posibilidades con toda clase de recursos para este foro”.
El público, un modesto cúmulo de cabelleras ceniza brushinadas y entrecanos mechones que, con la ayuda de la gomina, intentaban sin éxito disimular calvicies, recibió con sonrisa sarcástica la mención que Palacios Hardy le dedicó al saludo proveniente de la gobernación de la provincia de Buenos Aires. “No, no, no se rían. Una señorita de ceremonial nos avisó que el gobernador Daniel Scioli no podía acercarse pero que velaba por el cumplimiento de los objetivos del foro.” Con más respeto recibieron los oyentes los saludos del titular de la Policía Federal.
Tras los detalles de protocolo, en los que también se incluyó la lectura de una carta que Jaime Smart (ministro de Gobierno bonaerense durante la última dictadura) envió desde el penal de Marcos Paz, en donde purga una condena a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad, el vicepresidente de la entidad organizadora pasó el micrófono al encargado de la inauguración del evento. “En estos tiempos de turbulencia política y social es necesario recuperar los principios de la Justicia y poner el acento en la reconciliación como primicia indispensable para la reconstrucción de la República”, arengó Alberto Solanet a sus “pares de Latinoamérica”. “Hemos enfrentado una lucha desigual pero nada debe desanimarnos”, les aconsejó en referencia a la “búsqueda de la concordia, un bien común irrenunciable en la sociedad” que deben perseguir como objetivo del encuentro. “Nos acusan de destituyentes, pero recordemos que la concordia es restituyente por excelencia”, jugó con el lenguaje.
Entre ayer y hoy, desfilarán militares, abogados y académicos de Chile, Venezuela, Perú, Uruguay y Colombia que compartirán el encuentro con figuras sobresalientes de la defensa militar argentina, como Ricardo Saint Jean, hijo del represor Ibérico Saint Jean, o el director del diario de Bahía Blanca La Nueva Provincia, Vicente Ma-ssot, entre otros. En una aclaración que posteriormente dedicó a los medios, el letrado mencionó que el encuentro “servirá para que, con amigos de la región, pongamos en común problemas que compartimos con determinados matices”.
–¿Cómo cuáles? –insistió la prensa.
–En estos países, en la Argentina también, se produjo un quiebre del estado de derecho debido a que primaron las políticas de odio y venganza.
En los pasillos del hotel, y muy interesada por la presencia de la prensa entre el público que remarcaba su aprobación con pequeños y constantes asentimientos de cabeza, Barreiro opinó de la misma manera:
–¿Consideran que la historia que cuentan hoy acá es la parte que completa la que se conoce a través de los juicios por delitos de lesa humanidad que tienen lugar en la Argentina desde hace una década?
–La historia oficial, digámosle, la que brinda el Gobierno, la que enseñan en las escuelas, es.... A ver, primero que todo debemos decir que no reconocen que hubo una guerra, y acá hubo una guerra contra un ejército invasor, clandestino, terrorista e ilícito de parte de un ejército nacional que juró bajo bandera defender la patria hasta morir. Entonces hay algunas referencias que tienen que quedar claras.
–¿No se permite la discusión de la existencia de esa guerra?
–Eso fue lo que hubo. Esa es la verdad.

LOS POBLADORES DE FERGUSON LLAMAN A PROTESTAR DE FORMA PACIFICA Al grito de “queremos justicia”

Por David Usborne *
Desde Ferguson, Missouri
“¡Cálmense, cálmense!” El caballero negro alto con la camisa verde lima pide a través de un megáfono, aunque a él mismo le cuesta obedecer su propia advertencia. El sabe que más cosas malas podrían suceder a segundos de distancia. “Esta noche no va a caer, no va a caer esta noche.”
Malik Shabazz, el líder de un grupo llamado Abogados Negros por la Justicia, no es el único en unirse a la multitud una vez más, en protesta contra el asesinato de Michael Brown, instando a la inquieta, nerviosa multitud a que se mantenga dentro de los límites de la protesta legítima, sin provocar a la policía en otra noche de enfrentamientos. Los líderes de la comunidad local están llamando a la calma, así como un contingente de pastores.
“Estoy susurrando en sus oídos, diciéndoles que sigan adelante, que nos importan y que los amamos”, dice el reverendo Michael McBride del Centro del Camino Cristiano en Oakland, California. El vino porque está horrorizado. “Si sólo los departamentos de policía de todo el país hicieran lo mismo... Susurrarles en los oídos, decirles que los aman.”
El amor, sin embargo, por el momento está ausente en Ferguson, un suburbio en el extremo noroccidental de St. Louis. Se fue unos cuatro minutos después del mediodía, el 9 de agosto, cuando un oficial de policía, identificado como Darren Wilson, 28, disparó seis balas sobre un hombre desarmado, Michael Brown, de 18 años, y lo privó de su joven vida. Se fue cuando la policía dejó que su cuerpo quedara tirado en la calle durante horas hasta que finalmente se lo llevaron. O tal vez el amor se había ido mucho antes de eso, en una ciudad donde ser negro es sentirse marginado, relegado a las divisiones inferiores de la vida, oprimido.
El amor parece ser un sentimiento pintoresco. Vemos lo que está pasando aquí en el cruce de las avenidas Ferguson y West Florissant. Una línea de policías –algunos con máscaras antigases, algunos sin, todos con escudos antidisturbios– nos ha bloqueado hacia el sur y, a cierta distancia al norte se está formando una segunda línea. Nosotros, los manifestantes y periodistas, estamos cercados. Un cañón sónico está comenzando a perforar nuestros tímpanos.
Y vemos también el vehículo descomunal –el capitán Ron Johnson, de la policía estatal asignada por el gobernador Jay Nixon a finales de la semana pasada, más tarde lo va a llamar Camión Swat– con su torreta delantera. La torreta tiene un hombre en el interior que sale de vez en cuando aferrando una ametralladora. Mueve la nariz de izquierda a derecha. Por un segundo, el cañón está apuntando hacia mí, al igual que el reflector del helicóptero que sobrevuela y de vez en cuando soy su objetivo.
Y no es amor lo que están pidiendo ahora. Es justicia. “Queremos justicia, queremos justicia”, gritan los manifestantes. Es lo que busca el grupo de Shabazz. La banda más joven y de aspecto ocasionalmente aterrorizado de observadores de Amnistía Internacional está aquí para proteger precisamente eso. Estados Unidos piensa que puede dar por sentada la justicia. Pero en Ferguson eso está a prueba. La justicia parece desaliñada, principiante y lenta.
La justicia es el santo grial en Ferguson. El presidente Barack Obama dice que quiere justicia. Lo mismo sucede con el fiscal general Eric Holder, quien estará aquí hoy y que abrió su propia investigación federal sobre lo que le pasó ese sábado a Brown. Las circunstancias de ese hecho aún no son claras. Justicia es lo que su madre, Lesley McSpadden, dice que debe hacerse antes para ponerle fin al problema. Pero el camino hacia ella es largo y tiene muchas bifurcaciones.
McSpadden y la mayoría de los manifestantes lo querían ayer. No verla es lo que los enfurece. Pero en Estados Unidos la justicia es un asunto deliberado y burocrático. La evidencia que se ha recogido hasta el momento, la mayoría de la cual no hemos visto, será presentada por primera vez por el fiscal de St Louis, Robert McCulloch, a un gran jurado especial que comienza hoy. Pero ese proceso puede tardar semanas. La justicia estadounidense es una cosa de engranajes que gira lentamente, demasiado lentamente para la familia y sus partidarios.
Justicia significa permitir que todo el mundo aquí esta noche bochornosa exprese su ira, como requiere la Constitución de Estados Unidos. Y significa escuchar. La justicia se reveló sobre todo por ser dos cosas; algo de violencia y gran ruido y algo de arcilla, incapaz de satisfacer las demandas. Requiere paciencia y requiere confianza. Ninguna de las dos resulta evidente en West Florissant Avenida en este momento, como el amor.
* De The Independent de Gran
Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

ONTRATAPA Calidad educativa y calidad de lectura

Por Mempo Giardinelli
De regreso a esta página y consciente de las distancias espirituales que proveen los viajes, resulta fascinante constatar cómo el país asiste a reencuentros conmovedores como el de Ignacio Guido Montoya Carlotto, mientras diversas especies falconiformes sobrevuelan los cielos de esta nación y la política ofrece un renovado circo de opositores a las patadas verbales. Tales comprobaciones validan reflexionar acerca de la educación en la Argentina.
En el 19º Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, que terminó este sábado y se celebra anualmente en Resistencia, Chaco, volvieron a reunirse miles de maestros, bibliotecarios y estudiantes en un encuentro masivo que lleva casi dos décadas debatiendo el presente y el futuro de la lectura y la educación.
En un ambiente inimaginable para las prisas porteñas, cada año más de 50 intelectuales de todo el mundo discuten políticas y estrategias para que la Argentina vuelva a ser una sociedad de lectores capaz de combatir la ignorancia. Miles de educadores, narradores, poetas, investigadores, cientistas sociales y bibliotecarios, comunicadores y académicos de diversas disciplinas llenan teatros y auditorios, y universidades, escuelas y bibliotecas compartiendo una convicción irrenunciable: la educación requiere también la promoción de la mejor literatura como camino idóneo para formar lectores competentes. Educación y lectura van de la mano, y no se trata de leer cualquier texto sino los mejores.
Si en todos estos años se ha trabajado tanto para que este país se recupere como lector, ahora se apunta aún más alto partiendo de la idea de que no hay mejores orientadores de la buena lectura que los maestros y los bibliotecarios, cuando están preparados con excelencia, porque entonces, y sólo entonces, su formación y capacitación los convierten en guías de conocimiento y de comportamiento.
Si se recuerda que hace 30 y 40 años este país era una carnicería, que hace 20 éramos una sociedad que no se daba cuenta de cómo la robaban y vaciaban y que, al inicio de este siglo, en 2001, estuvimos al borde de licuarnos como nación, se entiende el entusiasmo de miles de asistentes al ya proverbial Foro de la Lectura del Chaco, donde hay conciencia de que hemos cambiado muchísimo y para bien, como la hay de que el mérito no es sólo de un gobierno.
En los últimos años creció la preocupación por la calidad de la educación, que es y, todo indica, seguirá siendo uno de los ejes de las futuras campañas políticas, y enhorabuena. Pero eso se debe sobre todo a que hoy la escuela argentina ya no es ese lugar del barrio adonde los chicos iban a tomar leche o comer un pedazo de pan una vez al día, como sucedía hace sólo diez años. Hoy la escuela no es el fogón de la olla popular, sino el escenario natural en el que se manifiesta y se discute la calidad de la educación que se brindará a las nuevas generaciones.
A su vez, la lectura ya no es ese otro desaparecido al que tanto costó recolocar en la agenda nacional. Hoy se reinstaló la lectura en la conciencia, el imaginario y la vida cotidiana de este país, y eso plantea también una exigencia de calidad que debe resolverse libro a libro, lectura a lectura.
Desde hace ya muchos años, con prédica tenaz, información alternativa y cursos, talleres y seminarios, estos foros desarrollan programas concretos. Cientos de abuelas cuentacuentos, decenas de autores en las escuelas y ediciones masivas estimulan a maestros y alumnos con nuevas estrategias, creando conciencia sobre la importancia social y política de la práctica lectora. Así se contribuyó a que los argentinos de hoy lean mucho más que los de la generación anterior, a la vez que el país tiene ya una múltiple política de Estado de lectura.
Desde luego que hay mucho por hacer. Nunca se puso en marcha el Consejo Nacional de Lectura, organismo pensado para coordinar esfuerzos e inversiones. Y no fue suficientemente difundida la 2ª Encuesta Nacional de Lectura, que debería realizarse todos los años, como en muchos países, y dando participación a las ONG que trabajan en la materia. Y esto es grave cuando esta nación está siendo sometida a un implacable bombardeo de desinformación y siembra de odio y resentimiento.
Por eso desde el Chaco se lanzó la consigna de elevar el nivel de lo que se lee. Porque lo esencial de una política de lectura no es solamente convencer a la sociedad para que lea, ni es sólo lograr índices de lectoría masivos. Siendo eso importante, lo verdaderamente significativo es que esa sociedad lea textos de calidad, que son los únicos que garantizan una buena calidad educativa.
Es necesario y es urgente, por eso, apartarse de modas e imposiciones del mercado y retornar a la Gran Literatura. Para ello, recuperar la lectura de los clásicos es un imperativo. Los clásicos universales, y los de la literatura argentina y latinoamericana. En ellos está todo y por eso el énfasis en leer menos moda y más clásicos. Menos novedades y más lecturas de calidad probada. Que la experimentación está muy bien, pero no a costa de la educación de nuestros 17 millones de chicos y chicas en edad escolar.
Los Foros en el Chaco vienen proponiendo un sistema escolar menos permeable a las sugerencias interesadas del mercado editorial. La diversidad y calidad de las lecturas de los alumnos de toda nación deben determinarlas el Estado, a través de orientaciones ministeriales. Y esto es un llamado de atención ante dispersiones y olvidos de la acción política estatal.
Criticar la educación es hoy una práctica política reaccionaria que hacen los sectores más retrógrados. Intentan que la sociedad crea que los problemas y deficiencias educativas son de hoy, pura mala praxis del gobierno nacional, cuando la verdad es que nuestros problemas educativos vienen de por lo menos los últimos 40 años y son herencia de la dictadura y de pésimas decisiones políticas como cuando en los ’90 se atomizaron planes de estudio y luego se rebajó el 13 por ciento en los sueldos docentes.
Es claro que la educación no está bien en la Argentina en términos cualitativos, pero es notable cómo ha mejorado en lo cuantitativo y lo honesto es considerar ambas perspectivas. Si en los ’90 se construyeron menos de 50 escuelas en todo el país, en esta última década se han construido más de 1500. Eso trajo, naturalmente, nuevas exigencias de todo tipo a la vez que se resentía, como no podía ser de otro modo, la calidad educativa del presente.
Por eso se recomienda elevar la calidad de las lecturas. Porque solamente leyendo mucho y bueno se educa a una nación para la democracia y la anhelada justicia social.

LA CAUSA POR LA APROPIACION DEL NIETO DE LA PRESIDENTA DE ABUELAS DE PLAZA DE MAYO Un médico que no puede salir del país

La jueza federal María Romilda Servini de Cubría prohibió ayer la salida del país del médico de Olavarría Julio Luis Sacher, cuyo nombre aparece en la falsa partida de nacimiento a nombre de Ignacio Hurban, quien es en realidad Montoya Carlotto. El pedido fue hecho por Abuelas de Plaza de Mayo. La magistrada recibió también un informe decepcionante: el acta de nacimiento, que viene firmada por el médico interviniente en el parto, se perdió en una inundación de 1980. Según le informaron oficialmente, en aquel año, el fenómeno climático se llevó todos los archivos correspondientes a los nacimientos de Olavarría y Azul. En la jornada de hoy, el juez federal de La Plata Manuel Blanco podría pedir la instrucción de la causa, por cuanto hay indicios de que Ignacio Guido Montoya Carlotto nació dentro del circuito del campo clandestino de La Cacha, cerca de Olmos, donde estaba secuestrada su madre, Laura Carlotto.
Según contaron fuentes del juzgado de Servini, Sacher ya se presentó formalmente en la causa a través de un abogado. El hombre, de 74 años, casi seguro alegará que no tuvo nada que ver con la apropiación del joven y que sólo usaron su nombre. Es que en la partida de nacimiento no consta su firma. Por esa razón, el documento clave era el acta en el que siempre firma el médico que atendió el parto y que es el que se entrega a la hora de inscribir a un bebé. Esa acta queda en el Registro Civil de la zona y supuestamente se perdió en la inundación. Servini ayer pidió a Olavarría los datos de la denuncia penal que se debió formular a raíz de las pérdidas de archivos en Olavarría y Azul. Por ahora, la jueza no recibió tampoco un informe que solicitó al Registro Civil sobre el director de esa época, Juan Francisco Forte, que, por lo que se sabe en Olavarría, murió en 2008. Se trata de la otra persona cuya firma aparece en la partida de nacimiento.
Como se sabe, Servini quería tomar declaración del propio Ignacio Guido, pero hubo un pedido de postergación de Abuelas para que el joven pudiera digerir el enorme impacto causado por su recuperación. De todas maneras, tampoco es mucho lo que podrá aportar. Guido Ignacio ya explicó que se enteró de que no era hijo de los Hurban en junio.
En el juzgado están evaluando la convocatoria de Clemente Hurban, quien junto con su esposa, Juana, crió al bebé robado a Laura Carlotto después del parto. Clemente aparece firmando la partida de nacimiento y, en el juzgado, creen que podría hacer revelaciones sobre el origen del bebé. A esta altura parece bastante claro que quien se lo entregó fue el dueño del campo en el que Clemente era puestero por entonces: Carlos Francisco “Pancho” Aguilar. En la partida de nacimiento figura la dirección de la vivienda que hasta hoy pertenece a los Aguilar y a lo largo de su vida el terrateniente mantuvo un fluido contacto con los mandos militares de Olavarría.
Por ahora, en el juzgado de Servini consideran que la citación de Clemente –que tendrá que ser a indagatoria– es prematura. Ayer, la magistrada resolvió dar vista a la querella –Abuelas de Plaza de Mayo representadas por el abogado Alan Iud– y al fiscal Carlos Stornelli para que propongan medidas y se decidan los próximos pasos. Paralelamente, habrá que ver si hoy el juez Blanco reclama la competencia porque, como sostienen los fiscales Hernán Schapiro y Marcelo Molina, no se puede separar la causa del nacimiento de Ignacio Guido de la causa del asesinato de Laura y, además, porque, en algún momento, se pensó que Laura Carlotto podía haber sido llevada al Hospital Militar Central, en la ciudad de Buenos Aires, para parir; luego de la aparición de Ignacio Guido cobró fuerza la hipótesis de que el bebé habría nacido cerca de La Cacha, tal vez en la cárcel de Olmos.
Ayer, el tribunal oral de La Plata que está juzgando a 21 represores por crímenes cometidos en La Cacha aceptó incorporar, a pedido del abogado de Abuelas Emanuel Noveli, la ficha de ADN que determina que el joven que fue anotado como Ignacio Hurban es el hijo de Laura Carlotto y Walmir Montoya.