UNA IMAGEN QUE HABLA POR SI SOLA.
Mientras allá se prioriza que el trofeo lo levante el Rey de su país, acá el trofeo se lo dieron en andas al utilero que trabaja hace más de 25 años en la Selección Argentina.
Quizás no seremos los mejores para las ceremonias protocolares, pero actuamos con el corazón. Esta selección trascendió más allá del fútbol. Nos representan.
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