miércoles, 17 de julio de 2024

MALVINAS /4

 

CAPITULO IV

Las Invasiones inglesas (1806-1807).[1]

   Contexto internacional.                           

Quien manda en el mar, manda en el comercio del mundo, manda en las riquezas del mundo, y consecuentemente en el mundo mismo.” Walter Raleigh, 1618.

            

     Esa frase del parlamentario, comerciante y corsario británico, no es más que una foto de época, en la cual este Imperio disputa con el francés, español y los Países Bajos, el control planetario de recursos materiales y de seres humanos. Un siglo más tarde de estas palabras, Francia e Inglaterra se disputarán más precisamente hasta 1815 (año en que es derrotado el Imperio napoleónico) primero la hegemonía europea y desde allí consolidar y/o expandir sus dominios alrededor del mundo. La ventaja inglesa era la creación entre los años 1696 y 1713, del Banco de Inglaterra, la Cámara de Comercio, la Compañía de Indias y la Compañía de los Mares del Sur.

     Este entramado económico-financiero-comercial, asentado sobre el contrabando de mercancías, los corsarios (piratas) que robaban cargamentos de oro y plata a galeones pertenecientes a otros países, la trata de esclavos/as desde Africa, garantizaba el poderío en esos rubros a nivel mundial, más allá de lo que sucediera en el campo bélico terrestre y/o marítimo. De todos modos, en el año 1805, la batalla de Trafalgar, frente al puerto de Cádiz, terminó con la denominada Armada Invencible española, dando definitiva supremacía en los mares y océanos del mundo a Inglaterra. Y, la batalla de Waterloo, en el año 1815, tampoco dejó dudas, tras el triunfo sobre Napoleón Bonaparte, de quién era…

El Imperio Mundial.

El Río de la Plata.

“La llave de Sudamérica”.

     El lugar que ocupábamos en este ajedrez económico y geopolítico para Inglaterra estaba íntimamente relacionado con la decadencia del Imperio español en todas sus colonias hispanoamericanas; la natural entrada del estuario del Plata a Sudamérica y su conexión con los ríos Paraná y Uruguay que bañan el territorio de Argentina, Uruguay, Paraguay y comunican al norte de nuestro Litoral con Bolivia y Perú, y a través de los ríos Pilcomayo, Amazonas y Orinoco, a Venezuela y Colombia. Una “organizada” vía natural fluvial, de ingreso de manufacturas británicas y egreso de materias primas y alimentos de todos estos países para el imperio, y sumar a cientos de miles de habitantes sudamericanos al consumo de las producciones industriales inglesas. Sumado a ello, el control de los puertos de Montevideo y Buenos Aires, para las incursiones terrestres hacia el sur del Brasil (entonces colonia portuguesa, aliada a los ingleses) y de este a oeste, llegar a la zona de Cuyo y de allí a Chile y Perú, conectando las colonias británicas del Océano Indico con el Pacífico y Sudamérica. Este proyecto se comenzó a debatir en Inglaterra desde los inicios del Siglo XVIII.

     A partir el año 1805 se comenzó a trazar la que se conocería como la Primera Invasión inglesa. Al desalojar a los holandeses (aliados de los españoles) de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica; desde allí el comodoro Home Riggs Popham navegaría hacia el Río de la Plata, para conquistarnos como un primer anclaje comercial imperial y también como parte de un plan estratégico que nos aislaría del resto de las regiones en manos españolas. Vale aclarar que el Almirantazgo le recomendó a H. R. Popham, recorrer las costas del Brasil y de Buenos Aires, pero sin desembarcar. Sin embargo, el comodoro se convenció por espías propios que Buenos Aires sería presa fácil y decide por su cuenta la invasión. Finalmente desembarcaría con su ejército el 25 de junio de 1806 en las playas de Quilmes.

     El general William Carr Bresford, es designado como vicegobernador de Buenos Aires y gobernará por cuarenta y seis días. Inicialmente, tras el retiro a Córdoba del virrey marqués de Sobremonte para proteger los caudales de la corona española, los referentes comerciales, y muchos de los vecinos acatan a su nuevo rey, Jorge III. Sin embargo, el libre comercio establecido por las fuerzas de ocupación perjudicaba a los comerciantes españoles que controlaban el monopolio de mercaderías con la metrópoli.

    Precisamente, con el nuevo Reglamento de Comercio de dieciséis artículos, el flamante vicegobernador dejó claramente establecido cómo serían de ahí en más los aranceles de los productos exportados e importados, que beneficiaban obviamente a las mercaderías británicas y a sus consumidores en el Reino Unido. A partir de estas medidas económicas, y el accionar militante contra los invasores de Manuel Belgrano, Martín de Alzaga, Juan M. de Pueyrredón y Santiago de Liniers entre otros, se organizó la resistencia y la reconquista. El día 4 de agosto Santiago de Liniers se posiciona en los Corrales de Miserere e intima la rendición de W. C. Beresford. Al no aceptarla comienza el avance patriota que le permite tomar el arsenal una semana más tarde. El conjunto de la sociedad porteña se suma a la rebelión y el 12 de agosto las tropas del Regimiento Highlander 71, desfila derrotada ante los criollos. El héroe, líder de la Reconquista reemplaza al virrey de Sobremonte, al tiempo que se había conformado un pueblo en armas.

La Segunda Invasión Inglesa.

     A inicios del año 1807, las tropas inglesas (alrededor de 6.500), bajo el mando del mayor general Samuel Auchmuty ya estaban en las costas del Maldonado. La presión mediática (tal como ocurre en la actualidad) de los diarios londinenses, quienes definieron a Buenos Aires como “el granero de Sudamérica” y “parte integrante del Imperio británico”, aportó lo suyo para acelerar los planes de esta nueva invasión.

      El general John Whitelocke reunió en total 12.500 hombres; tomó primero Montevideo, donde dejó una guarnición importante antes de avanzar con 9.000 efectivos hacia Buenos Aires. En esta oportunidad, tras desembarcar nuevamente en la localidad de Quilmes el 1° de julio, avanzó hacia Miserere donde derrotó la resistencia criolla.

     Martín de Alzaga dispuso entonces, concentrarse en el Fuerte, con milicias populares ya formadas tras la Primera Invasión. Buenos Aires tenía casi 10.000 de sus 40.000 habitantes integrando Regimientos militares. El más importante con casi 2.000 integrantes era del de Patricios, liderado por Cornelio Saavedra, un criollo comerciante nacido en Potosí (la actúa Bolivia), que además era un líder popular nato; esta milicia se había organizado con pobladores de los márgenes de la aldea bonaerense y sus suboficiales y oficiales eran elegidos mediante asambleas de los soldados.

     Nuevamente el accionar del Pueblo en su conjunto, desde las azoteas, las callejuelas, las Iglesias, casa por casa; españoles/as, criollos/as, las etnias todas que conformaban la sociedad virreinal (un capítulo aparte merecerán los pueblos originarios), fueron los protagonistas que tomaron conciencia además, de la posibilidad cierta de comenzar a decidir sus destinos a corto plazo. Prácticamente en un día, de 6 al 7 de julio se produjo la segunda derrota de uno de los Imperios más poderosos del mundo.[2] Ahora sí, esperarían casi treinta años en intentar nuevas incursiones en el Río de la Plata y en el Atlántico Sur, con distinta suerte.



[1] Según el historiador Leonardo Catagnino, se produjeron doce invasiones inglesas a lo largo de nuestra historia, a saber: en el SXVIII: año 1763, Colonia de Sacramento, 1765 y 1769, el archipiélago malvinense, y 1788: la isla de los Estados, las ya conocidas (y analizadas en este trabajo) de 1806-07, 1833 y 1845. En los años 1908 y 1917, mediante cartas patentes de pesca, se arrogó la incursión en aguas continentales y Malvinas, Sándwich y Georgias del Sur, aduciendo que, inclusive la Patagonia le pertenecían. En el año 1970, la empresa Deltec Internacional (de capitales ingleses) y King Ranch (norteamericana) se unieron y conformaron Deltec Panamericana, para adquirir 35 mil hectáreas en la provincia de Santa Fe. Monopolizaron así la exploración de ganado vacuno, en su crianza, procesamiento, embarques y traslado a bajo costo para el mercado inglés. Entre Uruguay, Brasil y nuestro país sumaron1.400.000km cuadrados y 140 millones de cabezas de ganado. Y finalmente, el tema que nos convoca: la usurpación en el año 1982 hasta el día de hoy de nuestras Islas Malvinas. En http://www.lagazeta.com.ar/. Leonardo Castagnino. Las invasiones inglesas. Ultima vez consultado 2 de agosto de 2022.

[2] Vale destacar la aparición de liderazgos políticos y militares que a lo largo de décadas participarían no solamente de las guerras de independencia (1810-1825) Sudamericanas, sino también en las civiles de nuestro territorio. Manuel Belgrano, Bernardino Rivadavia, Juan M. de Rosas, Facundo Quiroga, Cornelio Saavedra, José G. de Artigas, Estanislao López, Manel Moreno, Martín M. de Güemes, Macacha Güemes, Juana Azurduy, Juan R. Balcarce, Gregorio Las Heras, Juan M. de Pueyrredón, Mariano J. Escalada., José M. Paz, Juan G. Lavalle, entre tantos otros.



CONTINUA....

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