martes, 23 de julio de 2024

MALVINAS /8

 

CAPITULO IX

El Tiempo de la Dictadura

El Operativo Rosario.

     En el año 1980 un empresario argentino, de nombre Constantino Davidoff, gestionó la adquisición de una antigua factoría ballenera, perteneciente a la Compañía Christian Salvensen de Edimburgo, ubicada en Puerto Leith, Islas Georgias. El objetivo era desmontarla y embarcarla en naves contratadas por este empresario con el objetivo de ser vendida como chatarra. El 27 de agosto de 1980 las autoridades británicas de las Islas Georgias fueron notificadas que la empresa extranjera autorizaba la operación del empresario argentino. El 17 de marzo de 1982 el Bahía Buen Suceso, un buque perteneciente a la Armada, arribó a Puerto Leith (Isla San Pedro) con la maquinaria y operarios argentinos para comenzar el desmantelamiento de la factoría. El gobierno inglés protestó afirmando que el empresario tenía autorización oficial para estos trabajos y la primera ministra Margaret Thatcher[23], envió al buque de guerra HMS Endurance para iniciar el desalojo; al cual sumó además el envío de tres submarinos atómicos provenientes de diferentes bases británicas alrededor del mundo.

     El gobierno militar, respondió movilizando a las fuerzas previstas para la ocupación de Puerto Stanley el 26 de marzo, y dos días más tarde, la flota de guerra argentina, al mando del contraalmirante Gualter Allara zarpó para Puerto Argentino.[24]  Entre la noche del 1° de abril y la madrugada del 2, miembros del Regimiento 25 de Infantería, pertenecientes al Ejército, junto a buzos tácticos de la Armada, desembarcaron en las Islas Malvinas, tomando la casa del gobernador, y posiciones de fusileros británicos. La primera baja argentina fue el capitán Pedro Giacchino, y tras casi un siglo y medio de usurpación, se procedió a izar la bandera argentina.[25]

     Una Dictadura que intentó de este modo unificar al país tras un enemigo común (Gran Bretaña), ante la crisis económica y social que ya no podía dominar. A poco de producirse este hecho el dictador, general Leopoldo F. Galtieri organizó su propio acto en la Plaza de Mayo, donde le dirigió un discurso de fuerte contenido “guerrero” a una multitud que no era la misma que días antes había sido reprimida.

     La Junta Militar estaba dando un “salto al vacío” al no medir las consecuencias internacionales (por ejemplo, la relación entre los EE. UU. y el Reino Unido de la Gran Bretaña, líderes de la OTAN)[26], además de enfrentar con esta acción al colonialismo imperial de estas potencias, creyendo así galvanizar al pueblo argentino tras una reivindicación histórica, como lo era la consigna de la soberanía nacional con recuperación de las Islas Malvinas. A esto se le sumó la contradicción de contar con el apoyo inicial de los países No Alineados y de América Latina a pesar de la estrecha relación con el gobierno de Ronald Reagan a quien siguieron en “su lucha contra el marxismo internacional”

     A continuación, transcribimos este apartado del historiador Hugo Quiroga, del trabajo más extenso acerca de la dictadura militar[27] (Capítulo 1, “El tiempo del Proceso”). Aquí observaremos un análisis detallado de las transformaciones que produjo en el conjunto de la sociedad argentina y de todas sus instituciones, la recuperación de las Islas Malvinas y el conflicto que desató con Gran Bretaña:

“El fracaso del proyecto económico, el desprestigio del gobierno, la débil unidad de las Fuerzas Armadas y el despertar de la sociedad civil son los elementos principales que rodean la aventura de Malvinas. Esta cambió favorablemente el escenario político, aunque no por mucho tiempo. El desembarco argentino del 2 de abril conmovió al país y unificó a todos los sectores detrás de la histórica reivindicación. El régimen se lanzó en una operación audaz e irresponsable a la conquista de consenso y al fortalecimiento de la unidad militar. La adhesión de la sociedad fue total y se produjo un cambio notable en la relación con los actores primordiales de la sociedad civil. Dos hechos son reveladores de esta mutación: por un lado, el gobierno pasó de ser objeto de una reprobación masiva durante el acto de la CGT el 30 de marzo a recibir el apoyo público en la Plaza de Mayo setenta y dos horas más tarde y, por otro, la opositora clase política, tanto su ala moderada como la dura, acortó las distancias que la separaban del régimen militar, cuando ingresó el viernes 2 de abril a la Casa de Gobierno para exteriorizar su conformidad por la recuperación de las Malvinas”.

 

     En este primer párrafo quedó claro que, el objetivo político de las Fuerzas Armadas fue lo que guió su accionar, fundamentado en su supervivencia al frente del gobierno que ya era fuertemente cuestionado.

 

“Con las esperanzas renovadas, sectores del gobierno y de las Fuerzas Armadas discutieron la posibilidad de una "concertación" entre civiles y militares o un "gabinete de coalición" que consolidara tanto en el plano interno como en el internacional la arriesgada operación emprendida. Hoy no caben dudas, la expedición fue lanzada sin ninguna preparación militar y con una apreciación errónea sobre las posibilidades de apoyo que brindarían los Estados Unidos. El análisis perdió de vista que el país del Norte tenía que optar entre un buen aliado en América del Sur y el principal aliado europeo en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). La opción no despertaba dudas: Estados Unidos tomó partido por Inglaterra contra la Argentina, eligió un aliado en lugar de otro, o una alianza — la OTAN— en lugar de otra —el TIAR— (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca). El conflicto austral acabó con las intenciones de Galtieri de eliminar, según su primer discurso presidencial, las "zonas grises" de la política exterior. Nunca imaginó, y su canciller mucho menos, el "abrazo" entre Fidel Castro y Costa Méndez, ni el discurso tercermundista de éste en La Habana, en oportunidad de la reunión de los No Alineados, como tampoco su participación en una cumbre similar en Nueva Delhi”.

    

     Al describir el contexto internacional, el autor no hace más que refrendar la concepción geopolítica histórica de los militares argentinos, volcada a lo que ellos definieron desde mediados de la década de 1950 como “el mundo occidental y cristiano”, aliado a los EE.UU. Esa relación política, ideológica y militar, no fue suficiente para poner siquiera en duda que, los EE.UU. y el Reino Unido de la Gran Bretaña, al menos desde 1917 (año en que el país norteamericano entró a la Gran Guerra del lado de Inglaterra), venían transitando una alianza global que se profundizó durante el transcurso de la segunda Guerra Mundial (1939-1945). Y se transformó en “doctrinaria” en el marco de la Guerra Fría (1947-1991), en pleno desarrollo en el año 1982.

“El día del desembarco, una multitud calculada en diez mil personas se concentró en la Plaza de Mayo para celebrar la "exitosa hazaña". La oportunidad fue más que propicia para que el presidente Galtieri saliera a los balcones de la Casa de Gobierno y, ante el júbilo del público, pronunciara un discurso. En este clima de concordia la dirigencia argentina fue invitada, junto con la comitiva oficial, a participar del acto de toma de posesión del gobernador militar de las islas, general Mario Benjamín Menéndez. Los dirigentes partidarios comprendían que la hora de la transición democrática se adelantaba en la Argentina. (…) En medio del conflicto, y cuando se presumía una derrota, las Fuerzas Armadas buscaron —mediante diferentes propuestas de participación— compartir la responsabilidad de la acción militar emprendida. La rendición de las fuerzas argentinas el 14 de junio daba por terminada la aventura del Atlántico Sur. Concluía, de esta manera, el intento de otorgar legitimidad al régimen militar a través de la guerra. El fracaso, que en buena medida arrastró a los partidos que se cohesionaron detrás del "objetivo patriótico", desprestigió aún más a los militares y apresuró la descomposición del orden autoritario. Las Fuerzas Armadas adicionaban la derrota militar al fracaso político y económico de seis años de gobierno.”[28]

 

     Finalmente, la demagogia e irresponsablidad del dictador L. F. Galtieri, ocultó brevemente, la profunda irresponsabilidad de unas Fuerzas Armadas, que lograron seducir con una causa sensible y arraigada en la mayoría del pueblo argentino, al conjunto de la sociedad y a sus representantes políticos, que también vislumbraron una pronta salida electoral. Sin embargo, la guerra terminó siendo un eslabón más de la trágica cadena del genocidio cultural, económico y social que cubrió a la Argentina durante los años que gobernó la dictadura cívico-militar.        

 


 La Guerra.

Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla.”

                                              general Leopoldo F. Galtieri, 10/4/1982.

     El 3 de abril, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por 10 votos contra uno (Panamá), sin el veto de China y la URSS, ordenó con la Resolución 502: “el retiro de todas las fuerzas argentinas de las islas”. A continuación, el secretario de Estado norteamericano, el general Alexander Haig, designado mediador por el presidente Ronald Reagan, declaró acerca: “de la irracionalidad y la naturaleza caótica de la conducción argentina.” Tras once días (del 8 al 18 de abril) de intentos por evitar la guerra, regresó a su país.[29] Al tiempo que la flota británica se desplazaba hacia las Islas Malvinas, durante ese mes de abril, se trasladaron 10000 soldados en su inmensa mayoría conscriptos, sin preparación militar adecuada, ni infraestructura en lo concerniente a abrigos, ropa, armamentos, medicinas.

     El 2 de mayo se produjo un hecho por demás cruel (aún en el marco de la guerra, ya de por sí inhumana), que fue el hundimiento fuera de la zona de exclusión marítima, esto es, lejos del teatro de operaciones y retirándose del mismo, del crucero argentino, ARA general Manuel Belgrano, por parte de un submarino nuclear inglés que lo venía siguiendo. La orden fue dada por la propia primera ministra Margaret Thatcher, para hacer fracasar las gestiones de paz del presidente peruano F. Belaúnde Terry.

     El 4 de mayo, el destructor británico Shefield, fue hundido por aviones de nuestra Fuerza Aérea, que se destacaron en su lucha contra sus pares británicos (aviones Harrier), ya que debían volar entre setecientos y mil kilómetros al continente para abastecerse de combustible y escasos misiles Exocet. Los enfrentamientos fueron favoreciendo a los ingleses: hundieron el transporte, Isla de los Estados y en la Isla Borbón, destruyeron una cantidad importante de aviones argentinos.

     A pesar de evitar a comienzos de mayo el desembarco de tropas inglesas, finalmente, miles de ellas, lo hicieron el 22 de mayo desde varios buques de guerra entre los que se encontraba el Canberra. Y paracaidistas hicieron lo propio sobre la zona de San Carlos, ubicada en el estrecho que separa a las Islas Malvinas (Gran Malvina y Soledad). Entre esa fecha y el 26 de mayo, una vez más la Fuerza Aérea demostró su capacidad y valor al lograr hundir varias embarcaciones enemigas: las fragatas Ardent y Antelope, y el transportador de helicópteros Atlantic Conveyor. El 8 de junio al hundir a los transportes Sir Galahad y Sir Tristan, se produjo la última victoria argentina.

     Sin embargo, conducidos por el general Julián Thompson, miles de soldados ingleses continuaron desembarcando, logrando el día 29 la rendición de más de mil soldados argentinos en Goose Green (pradera del Ganso). Al tiempo que el general de división Jeremy Moore mediante una maniobra de pinzas, rodeaba desde el sur (Darwin) y el norte (San Carlos) a Puerto Argentino, la capital malvinense. En una sola noche (del 11 al 12 de junio) las tropas británicas desalojaron los montes Harrier, Dos Hermanas y Longdon. Y los paracaidistas del Reino Unido, hacían lo propio ocupando los montes Tumbledown, Williams y Sapper, la mañana del 14 de junio. A las 21 hs. de ese mismo día, los generales Jeremy Moore y Luciano B. Menéndez, firmaron la rendición incondicional argentina. En las Islas y en el mar quedaron 649 argentinos (más de 170 conscriptos y 323 pertenecientes al ARA general Belgrano), y alrededor de mil heridos; las bajas enemigas fueron 255 ingleses muertos y 777 heridos. Los suicidios posteriores de nuestros soldados llegaron hasta el día de hoy a 500.

     Esta crónica de una derrota anunciada devino como era de suponer, en la renuncia del dictador Galtieri el 17 de junio. Varios miles de personas, la noche de la rendición, se habían manifestado en la Plaza de Mayo al grito de “Galtieri !! borracho!! mataste a los muchachos!!” y con la consigna que desde hacía al menos un par de años se venía escuchando en las manifestaciones populares, políticas, culturales, deportivas: “¡Se va acabar, se va acabar, la dictadura militar!”.

     El dictador también debió renunciar a la comandancia del Ejército, siendo reemplazado por el general Cristino Nicolaides. La Junta Militar se disolvió, y el Ejército en soledad designó al general Reynaldo Bignone a cargo del poder ejecutivo; apenas asumió (el 1° de julio), se apresuró en aclarar que el país se normalizaría institucionalmente, en el año 1984. Poco después, la presión popular en alza desde el año 1979, los obligará a adelantar el proceso electoral para el 30 de octubre del año 1983.[30]



[1] Ariel Hartlich. Bicontinelidad Argentina y peronismo en la Antártida suramericana. Universidad de la Defensa Nacional, UNDEF. Buenos Aires: 2021 p. 225

[2] Ibídem.

[3] Op. cit. p. 227.

[4] Op. cit. p. 234.

[5] Ibídem.

[6] Op. cit. p. 245.

[7]  Ibídem.

[8] La Argentina de Perón, libro de lectura, Buenos Aires: Lasserre, 1954: 80- 82. p. 4. En Amelia Beatriz García. Textos escolares: Las Malvinas y la Antártida para la "Nueva Argentina" de Perón Antíteses, vol. 2, núm. 4, julio-diciembre, 2009, pp. 1033-1058 Universidad de Estadual de Londrina Londrina, Brasil. Como antecedente es importante mencionar que “La información del Boletín Oficial, del 28 noviembre de 1946, detalla los aspectos del decreto nacional Nº 8.944 de 1946, que prohibía la publicación de mapas escolares de la República Argentina “a) que no representen en toda su extensión la parte insular del territorio de la Nación; b) que no incluyan el sector Antártico sobre el que el país mantiene soberanía; y c) que adolezcan de deficiencias o inexactitudes geográficas, o que falseen en cualquier forma de la realidad, cualesquiera fueran los fines perseguidos con tales publicaciones.” (LOIS, 2004). Op. cit. p.15

 

 

[9] Hernán Pujato, general de división, (1904-2003), fue un militar pionero en las cuestiones relacionadas con la Antártida Argentina, el 12 de febrero del año 1951 lideró la primera expedición científica a la Antártida continental bajo el mando del capitán de ultramar Santiago Farrell.

[10] Manual de Educación V, 1953: 37-41. op. cit. p. 13

 

[11] Op.cit. p. 13.

[12] Manual de Educación. IV, 1953:9. En Op. cit. p. 14

[13] Op. cit. pp. 18 y 19.

[14] Mónica Juliana Revelo Madroñero. ¿ANTÁRTIDA ARGENTINA?: Incidencia del discurso formal del Instituto Antártico Argentino en la implementación del discurso práctico peronista durante el período comprendido entre 1945 y 1960. Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Facultad de Relaciones Internacionales Bogotá D.C. 2015. p. 40.

[15] Para ampliar estos contenidos ver: Bonifacio del Carril. Op. cit., pp. 115 – 119. En http://www.lagazeta.com.ar/. Op. cit. Ultima vez consultado el 2 de agosto de 2022.

[16] Op. cit.

[17]El gobierno radical creó en el año 1966 el Instituto Nacional de las Islas Malvinas y Adyacencias presidido por el Dr. Ernesto Fitte, uno de los grandes defensores de los derechos soberanos y también un importantísimo historiador argentino. El Instituto aprobó la creación de un escudo de las islas y la marcha compuesta por Carlos Obligado y José Tieri; fue disuelto en el año 1969 por la autodenominada Revolución Argentina (dictadura militar del general Juan C. Onganía) por problemas internos. Para reemplazarlo se formó el Instituto de las Islas Malvinas y Tierras Australes presidido por Alfredo Díaz Molino, pero no era oficial sino privado”. Op. cit.

 

 

[18] Vice comodoro ® Horacio Ricciardelli en http://www.lagazeta.com.ar. Op. cit. El antecedente era la Resolución 1514 del 14 de diciembre del año 1960 de las Naciones Unidas. La misma planteaba la necesidad de un proceso de descolonización a nivel mundial, terminando con el colonialismo en todas sus formas. Ultima vez consultado 2 de agosto de 2022.

[19] Ibídem.

[20]Inclusive empresas estatales como Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Gas del Estado, Empresas Marítimas del Estado y organismos públicos como el ministerio de Salud llegaron a prestar servicios a los kelpers en una política de acercamiento” ideada por aquella dictadura militar. Loc. Cit.

[21] El 14 de diciembre del año 1973, las Naciones Unidas reiteraron mediante la Resolución 3160, el reconocimiento a la Argentina de sus esfuerzos en solucionar vía el diálogo la cuestión de la soberanía, y volvió a instar a ambas partes a continuar con las negociaciones pacíficas.

[22] El 29 de mayo del año 1974, la presidenta Isabel Perón, declaró el 10 de junio como día de la “Reafirmación de los derechos sobre las Islas Malvinas, Sándwich y Georgias del sur y el sector Antártico.”

[23] Margaret Thatcher (1925-2013), primer ministro del Reino Unido entre los años 1979 y 1990, perteneciente al partido Conservador. Apoyó el inicio de las políticas económicas neoliberales y fue una fuerte aliada del gobierno conservador de Ronald Reagan de los EE.UU. La guerra de Malvinas, le permitió ser reelecta en el año 1983. Por su dureza en la gestión de gobierno fue bautizada como la Dama de Hierro.

[24] El marino (teniente de navío) Alfredo Astiz, alias “el ángel rubio”, junto a un grupo de comandos anfibios, denominados “Los Lagartos”, unos días antes de esta movilización había desembarcado para proteger a los obreros argentinos ante la llegada de los ingleses que los iban a evacuar. Al llegar las tropas enemigas, este militar (acusado y juzgado por secuestrar, torturar, asesinar y desaparecer personas durante la Dictadura) se rindió sin disparar un solo tiro.

[25] Se puede establecer, que tanto el dictador Leopoldo F. Galtieri, al asumir en el mes de diciembre del año 1981, como inclusive el miembro de la junta militar, el contralmirante Leandro Anaya, ya tenían preparado un Plan de Operaciones para la invasión de las Islas. Tal es así que el 2 de marzo, el general Luciano B. Menéndez, fue informado por L. F. Galtieri que sería el próximo gobernador militar de las Islas. En Félix Luna. Los conflictos armados (De las Invasiones inglesas a la Guerra de Malvinas). Buenos Aires: 2003. Editorial Planeta. La Nación. pp. 96-98.

[26] Organización de Tratado del Atlántico Norte, tratado firmado en el año 1949, que incluye países europeos (menos Rusia) y a Canadá y EE.UU. El objetivo era en aquel año establecer una organización militar occidental que se defendiera de un supuesto ataque soviético (comunista) a esos países capitalistas. Actualmente se encuentra activamente involucrada apoyando a Ucrania en su conflicto con Rusia.

[27] Nos referimos a la colección de la Nueva Historia Argentina, el tomo 10 dedicado al período histórico de nuestro país 9abarcó los años 1976 a 1999: Dictadura y Democracia.

[28]Tomo X, Nueva Historia Argentina. Dictadura y Democracia. Período: Del Proceso de Reorganización Nacional al gobierno de Menem. (1976-1999). Dirección del Tomo Juan Suriano. Hugo Quiroga. El tiempo del proceso, Capítulo 1. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. 2005. Pp. 76-79.

[29] En esta línea caben destacar también los intentos de mediación del presidente del Perú, Fernando Belaúnde Terry, y de Javier Pérez de Cuéllar, presidente de la OEA. Perú inclusive ofreció ayuda militar a nuestro país.

[30] Para un detallado análisis de las fallas militares, diplomáticas, de organización, ver” Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur. Informe Final”, más conocido como “Informe Rattenbach, en alusión al teniente general (Benjamín Rattenbach) que lo trabajó con una visión crítica del proceso que desencadenó el conflicto bélico, y obviamente el análisis de la guerra en sí. En https://www.casarosada.gob.ar/pdf/InformeRattenbach/01-InformeFinal.pdf. Ultima vez consultado 2 de agosto de 2022.


CONTINUA

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