Los casos no son comparables con los años cincuenta”, dijo Obama.
Ante las protestas por los excesos policiales, el alcalde neoyorquino propuso que los agentes lleven cámaras en sus uniformes.
El presidente estadounidense Barack Obama manifestó que “el racismo tiene raíces profundas en la historia y en la sociedad”, pero consideró que se lograron avances en ese sentido. “Es algo que no se resolverá de un día para otro”, señaló Obama en una entrevista concedida a la emisora televisiva BET, dirigida principalmente al público afroamericano, que será emitida hoy y de la cual se difundieron algunos pasajes ayer. “Lo que nos ayudará a resolverlo es entender que, más allá de lo dolorosos que son estos casos, no son comparables con lo que ocurría hace 50 años. Si se les pregunta a sus padres, abuelos, les dirán que las cosas son mejores ahora, no buenas, sino mejores”, indicó el presidente demócrata, en el marco de las protestas de los últimos días en su país por la violencia policial,
A raíz de los casos de violencia institucional registrados en las últimas semanas en Estados Unidos, en los que murieron ciudadanos afroamericanos a manos de la policía, el debate en el país sobre el racismo volvió a surgir como posible causa de esos incidentes. En ese contexto, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, manifestó ayer que la distancia entre la policía y la población representa un problema fundamental para Estados Unidos que hay que resolver. “Debemos hablar abiertamente sobre la histórica dinámica racial, que es la base del problema”, señaló De Blasio a la cadena televisiva ABC. El alcalde, que está casado con una afroamericana, confesó que tuvo que advertirle a su hijo Dante que tuviera cuidado en sus encuentros con la policía.
“Tenemos que hablar honestamente sobre el problema que hizo que los padres sientan que sus hijos podrían estar en peligro en sus dinámicas con la policía, cuando la policía está allí para protegerlos”, agregó el alcalde. De todas formas, De Blasio señaló que es optimista y consideró que se puede reconstruir el vínculo entre la policía y la población negra. Como parte de la solución al problema sugirió una serie de medidas que –aseguró– ya se aplican en Nueva York: entrenar a la policía para tratar de forma pacífica con sospechosos y la instalación de cámaras en sus uniformes.
La semana pasada, Obama anunció su intención de tomar medidas junto al secretario de Justicia, Eric Holder, para resolver los problemas de racismo entre la policía y la población en todo el país. Con mayor o menor intensidad, la protesta en las calles de las principales ciudades de Estados Unidos se mantiene viva desde el 24 de noviembre, cuando el policía Darren Wilson quedó libre sin cargos tras matar a tiros en agosto al joven negro Michael Brown, quien iba desarmado en un área de Ferguson. Tras la calma de Acción de Gracias, la gran fiesta familiar de Estados Unidos en la que se registran los mayores desplazamientos del año, las manifestaciones volvieron con fuerza el miércoles, tras conocerse la decisión de otro gran jurado de no imputar a otro policía blanco en un caso similar.
En la noche del sábado, la policía de California utilizó gas lacrimógeno y balas de goma contra los manifestantes que protestaban contra la violencia policial en Berkeley, cerca de San Francisco, informó ayer el diario San Francisco Chronicle. La intervención policial fue el resultado de una larga noche plagada de disturbios en Berkeley, donde se produjeron enfrentamientos violentos en el marco de marchas de protestas que se extendieron por más de cinco horas, señaló el diario el San Jose Mercury News.
Un policía resultó herido y al menos seis personas fueron detenidas, según señalaron los medios locales. Según cálculos de un reportero, en algunos momentos al menos 1500 manifestantes llegaron a enfrentarse a unos 100 policías. Los manifestantes lanzaron sacos de arena, tubos, piedras, espejos retrovisores de automóviles y granadas de humo contra la policía. Además, varios negocios fueron saqueados cerca del campus de la Universidad de Berkeley y automóviles de la policía resultaron dañados.
En Nueva York las protestas se sosegaron durante el fin de semana. Algunas decenas de personas volvieron a protestar el sábado con un simbólico “die-in”, en el que simulan estar muertos, en el hall de espera de la estación Grand Central de Nueva York. Se trata de un acto simbólico en recuerdo de los últimos minutos de Eric Garner, un afroamericano de 43 años, asmático, que murió por asfixia después de que un policía le hiciera una llave en el cuello en Nueva York al intentar reducirlo. Las protestas estallaron después de que un gran jurado decidiera no imputar a Daniel Pantaleo, el policía vestido de civil que mató a Garner, tal como sucedió con el agente que en agosto mató al adolescente afroamericano Michael Brown en Ferguson, Missouri.
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