La presidenta terminó su discurso por cadena nacional y salió al escenario virgen a saludar a los militantes que quedaban en la Plaza. Su lenguaje -casi siempre intuitivo y volcánico- vislumbró un futuro de lucha y resistencia.
La libertad guiando al Pueblo, de Eugène Delacroix
Por José Cornejo
“Esta es la plaza del aguante” arrancó. Fuerte dos veces, porque reivindica la estigmatizada cultura popular del fútbol y se la aplica a la política. Habrá que aguantar la Plaza. Como hicieron las Madres aquel 20 de diciembre.
¿Qué se viene compañera? “Los que creen que corriéndome van a eliminar un problema, no conocen la historia de quienes fueron proscriptos”. “Ni la lluvia ni la fuerza de la naturaleza ni ninguna otra fuerza podrán jamás quitarnos esta historia. Porque esta historia, es del pueblo argentino, de sus luchas, de sus caídos, desde San Martín, desde Rosas y de todos los que entregaron sus vidas por una patria mejor, porque la patria sigue siendo el otro”.
“Si traicionan las banderas, si vuelve un orden conservador, no voy a ser yo el problema. El problema van a ser ustedes porque crecieron en un país distinto. El problema van a ser los millones de trabajadores que consiguieron trabajo, los millones de jubilados incorporados”. Acá hay dos cosas. La clase obrera que se configuró desde 2001/2003 hasta la fecha. Y “ustedes”: el activismo que estaba “en este lugar fundante de los argentinos que es la Plaza de Mayo”. Trabajadores politizados.
“(El problema) Va a ser inclusive, algunos de los que hoy no me quieren”. La presidenta precisó que hablaba de aquellos que creen que su éxito es solo mérito personal. Pero con las definiciones anteriores podemos agregar: el problema serán otros luchadores, que hoy no son nuestros.
“Después de la tormenta, podemos percibirnos los unos con los otros”. Nosotros: los trabajadores, los luchadores, la conductora.
Si una Argentina peor asoma, si el mercado (“con comillas”, dijo la presidenta en el discurso anterior) pide más, nos toca ser el problema. Por injusta que Argentina nos siga pareciendo, los capitales piden más. ¿Estarán los trabajadores, el activismo, Cristina, estaremos a la altura de la tarea que nos toque?
¿Qué se viene compañera? “Los que creen que corriéndome van a eliminar un problema, no conocen la historia de quienes fueron proscriptos”. “Ni la lluvia ni la fuerza de la naturaleza ni ninguna otra fuerza podrán jamás quitarnos esta historia. Porque esta historia, es del pueblo argentino, de sus luchas, de sus caídos, desde San Martín, desde Rosas y de todos los que entregaron sus vidas por una patria mejor, porque la patria sigue siendo el otro”.
“Si traicionan las banderas, si vuelve un orden conservador, no voy a ser yo el problema. El problema van a ser ustedes porque crecieron en un país distinto. El problema van a ser los millones de trabajadores que consiguieron trabajo, los millones de jubilados incorporados”. Acá hay dos cosas. La clase obrera que se configuró desde 2001/2003 hasta la fecha. Y “ustedes”: el activismo que estaba “en este lugar fundante de los argentinos que es la Plaza de Mayo”. Trabajadores politizados.
“(El problema) Va a ser inclusive, algunos de los que hoy no me quieren”. La presidenta precisó que hablaba de aquellos que creen que su éxito es solo mérito personal. Pero con las definiciones anteriores podemos agregar: el problema serán otros luchadores, que hoy no son nuestros.
“Después de la tormenta, podemos percibirnos los unos con los otros”. Nosotros: los trabajadores, los luchadores, la conductora.
Si una Argentina peor asoma, si el mercado (“con comillas”, dijo la presidenta en el discurso anterior) pide más, nos toca ser el problema. Por injusta que Argentina nos siga pareciendo, los capitales piden más. ¿Estarán los trabajadores, el activismo, Cristina, estaremos a la altura de la tarea que nos toque?
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