Tras la muerte de Julio Grondona se abre una nueva etapa, con el peligro de las gestiones empresariales con Tinelli a la cabeza, y el desafío de recuperar y sanear la economía de los clubes.
Por Juan Ciucci
Es una obviedad decir que se fue el último de una estirpe dirigencial en Argentina que cosechó tantos triunfos como derrotas, elogios y críticas. Sus números pueden evaluarse de modo positivo en la Selección Nacional, dónde sin dudas dejó su marca para la historia.
Pero en el fútbol local su interminable reinado en la AFA brinda una imagen borrosa, la delmandamás que logró imponerse sobre todo y todos según sus propios designios e intereses. Que supo regalarle a TyC el fútbol, privando a quienes no podían acceder a las canchas de ver los partidos en vivo. Esa gestión fue la más clara imposición de la lógica comercial en el fútbol.
Los otros puntos oscuros del dirigente fueron la creciente importancia de los barras en la política interna de los clubes (algo que no depende solo de él, pero que en tantos años no supo, pudo o quiso batallar) y la poca transparencia en los números de los clubes y de la AFA.
Quedarán en el recuerdo las innumerables denuncias sobre su persona, como aquella que afirmaba su acuerdo con Carlos Avila al sostener que Platense, Ferro, Argentinos Juniors y Huracán no eran clubes viables para jugar en primera división (a su muerte, los cuatro equipos juegan en las categorías del ascenso nacional).
Se abre la oportunidad para que la Asociación del Fútbol Argentino pueda lograr el saneamiento económico de los clubes y una mejor distribución de los ingresos. Y el refuerzo de las categorías del ascenso, algo de suma urgencia para la C y D.
En esta nueva etapa el riesgo mayor para nuestro fútbol viene de la mano de los empresarios que han comenzado sus carreras dentro de los clubes. El modelo europeo de clubes-empresas, con el ejemplo de Macri que hoy tiene a Marcelo Tinelli como emblema. De la mano de un discurso que viene a “trasparentar” las cuentas de los clubes, son la llave de acceso a la privatización del fútbol argentino. Quedará en manos de los socios e hinchas qué nos depare el futuro, partiendo de la herencia que nos deja Don Julio.
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