siglo XXI
¿Que hago con este amor eterno enredado en la red social?
¿Como surco por adentro de tu verdadero portal?
Dame la contraseña quiero ver tu corazón, sumarle a cada latido un nuevo mensaje de amor.
Parece que el antivirus considera sospechosa la imagen de mi cerebro, … es que con él enhebro cada frase singular, un toque, un twitte, un Wassapp o un mensajito del chat.
Te pienso cada momento más no te puedo tocar, equipo de realidad virtual para darte un beso total, pero al final, solo el gusto amargo de esta tumultuosa soledad.
Virtud del tiempo moderno, fugaz viajante molecular, tal vez parimos distinto y es otra forma sexual, mezclamos electrones, neutrones y protones en un encuentro casual ¿Y el amor? Una forma antigua de vivir en soledad.
Te quiero mi fibra óptica, mi objetivo celestial, mi satélite universal, te quiero como ahora, como antes o como será, viajando por las estrellas mi sonda super estelar.
El tiempo no condiciona, sobrevive a lo mortal, cada impulso magnético viajará eternamente con sólo decir “te amo” una ves. Su onda infinito testigo, o prueba, huella electrónica y fugaz de lo que hoy compartimos.
Te dedicaré entonces cada verso en mi portal, en mi perfil, en mi blog, en mi fanpage, en mi TV de Yutube y en todo lo que vendrá, cruzaré con mis protones tu núcleo tan singular, dame tu contraseña y escondánomos a amar.
Perdidos en la red ¿quién nos puede encontrar?, me borro de linkedin no me reflejo en Pinterest, siete cuentas en Gmail, cuatro en el Hotmail y dos también en Yahoo, seis correos en el Outlook configurado con contraseñas distintas, ponen cortinas al nido. Ocultando chispas y ruidos.
Dame tu contraseña… ¡¡¡ hoy quiero ser muy feliz ¡!!.
Ernesto Garcia (El Talar)
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