domingo, 15 de diciembre de 2013

“La democracia no puede ser jaqueada”

El presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, advirtió que "el sistema democrático no puede ser jaqueado por estos movimientos tan raros de estos días", y aseguró que "la agenda política" la marca la Presidenta. En una entrevista con Télam, el titular de la Federación Agraria reconoció que en estos años la Mesa de Enlace no consiguió "nada trascendental" tras el `voto no positivo` del entonces vicepresidente Julio Cobos, que definió el rechazo a la Resolución 125 que impulsaba un esquema de retenciones móviles para las exportaciones agrarias. También admitió que "la moda de los agrodiputados se extinguió", y explicó que eso fue porque "los problemas del campo pasaron a un segundo plano" en la agenda pública. De todos modos, consideró que las designaciones del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y del ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela "constituyen una oportunidad" para alcanzar un diálogo sostenido con el sector, y valoró "la recuperación de Aerolíneas Argentinas y de YPF" llevada a cabo por el kirchnerismo. ¿Que reflexión le merece que se cumplan 30 años de la recuperación de la democracia? Es correcta la consigna oficial de `Democracia para Siempre`, es un acierto. Son estos momentos donde se reafirma la importancia de un sistema que no puede ser jaqueado, como podríamos inferir de algunos resabios en estos movimientos tan raros de estos días. Tenemos una democracia formal, consolidada, pero hacen falta resolver cuestiones que están pendientes, básicamente que tengamos mesa de consenso, porque la democracia es negociación. ¿Por qué el agro es el único sector económico que no ha logrado en estos años alcanzar un diálogo sostenido con el Gobierno? Yo puedo reconocer que en algún momento de 2009, la Mesa de Enlace tuvo más que ver con una coordinadora de partidos políticos de la oposición que con una representación sectorial. Los productores pedían avanzar sobre el Congreso, tener presencia ahí. Está bien, pero nosotros no podemos ser una agencia de colocación de candidatos, sino que debemos ser una clara representación del sector. Con la llegada de Julián Domínguez, tuvimos mucho juego. Y extrañamos después cuando Julián Domínguez dejó de estar en Agricultura. Luego vino este tiempo en que volvimos a estar en el pelotón de los enemigos. Por eso estamos tirando centros claros de que nosotros no somos parte del problema, sino parte de la solución. ¿Qué espera de los nuevos nombramientos ministeriales en el Gobierno? Que estos 30 años de democracia incluyan un diálogo amplio con la representación agropecuaria, que tenemos bastante para aportar para que este país siga creciendo, sin descalificar lo que se ha hecho bien en este tiempo, como recuperar Aerolíneas Argentinas y recuperar YPF, pero diciéndoles `señores, hace falta una política agropecuaria distinta, volver a tener mesa de diálogo`. Y la llegada de Casamiquela y de Capitanich constituyen una oportunidad. ¿Qué expectativa le genera el nuevo Congreso? Sigue teniendo mayoría el oficialismo con sus aliados. Por lo tanto no esperamos que haya cuestiones parlamentarias marcando la agenda. La agenda la sigue marcando el Poder Ejecutivo. Por lo tanto es ese Poder Ejecutivo, con esos ministros, el que tiene la oportunidad. El Congreso podrá ser un ámbito de debate, pero hoy es el Poder Ejecutivo el que va a seguir marcando la agenda. Ahí es donde está el rol de Capitanich y Casamiquela, y de los ministerios que deben abordar cuestiones que hoy son preocupantes como la pérdida de competitividad, crisis en las economías regionales, situaciones que hay que resolver. ¿Qué evaluación hace del paso de los `agrodiputados` por el Congreso? Estuvo bueno que estén, lleven la voz del campo, y permitan conocer cómo funciona el Congreso. Está bien que haya dirigentes agropecuarios en la política y no aislados en ella. Pero cuando se dio la votación del 16 julio de 2008 en el Senado (que rechazó la Resolución 125), no había un solo senador del sector agropecuario, y sin embargo hubo 36 senadores que votaron a favor de los productores. Por lo tanto, lo que tenemos que tener las entidades es la capacidad de influir sobre la política, eso es crecer en organización. No podemos fundar un partido agrario, eso no a va suceder nunca. Nuestra fortaleza es ser organizaciones fuertes. ¿Por qué la mayoría de los dirigentes no buscó renovar su mandato? La moda de los legisladores de origen agropecuario se extinguió en 2010 y aparecieron otros temas en agenda como la inseguridad y la inflación que hicieron que el tema agropecuario pase a un segundo plano. Si la relevancia de la Mesa de Enlace continuara hoy en día, estaríamos en una situación muy rara. Hay un momento en que estuvo en el centro de la escena, y después la escena la fueron ocupando otras cuestiones que llevaron a que la avenida 9 de Julio se llene de gente con un cacerolazo. Alguna vez esa gente se movilizó detrás del reclamo agropecuario, y después se movilizó por otras cosas. Es todo muy dinámico y ese dinamismo hace que lo agropecuario se haya corrido a un lugar más natural y las preocupaciones sean otras. ¿Por qué la Mesa de Enlace no pudo mantener la fuerza demostrada en el lock out de marzo de 2008, en la multitudinaria marcha al Monumento de los Españoles y en la votación ganada en el Congreso en julio de ese año? Cambiaron muchas cosas, cambió la conformación de los medios de comunicación, hubo una Ley de Medios. También nuevos problemas que emergieron y fueron desplazando el tema agropecuario, y es normal y natural que así haya sido. Lo agropecuario se corrió a un segundo plano, lo cual no quiere decir que haya desaparecido. Hoy queda claro que está vigente. Y tiene la capacidad de dejar vacíos los corrales en Liniers. Tiene la capacidad de parar los barcos en los puertos. Pero no es ese el método que queremos transitar. Estamos dándole un mensaje categórico al gobierno nacional. En marzo se cumplen seis años de la conformación de la Mesa de Enlace ¿Qué se consiguió después de impedir que se aprobara la Resolución 125? No se consiguió nada trascendente. Muchas cosas quedaron a mitad del camino. Lamentablemente no se consiguieron que se corrijan cuestiones que debían ser corregidas, como costos, fletes, presión impositiva, y eso explica que hoy haya muchos productores que estén en problemas. Por eso me parece que a todos nos conviene que el gobierno de Cristina Fernández vuelva a tener un puente normal con la representación agropecuaria. La política agropecuaria la discuten las entidades gremiales y eso hoy no está sucediendo, y es bueno para ambas partes que eso suceda. ¿Por qué no se consiguió nada trascendente? En el medio hubo un refortalecimiento de Cristina, con el 54 por ciento (de los votos en su reelección como Presidenta) y un corrimiento de la agenda agropecuaria. Télam

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