lunes, 13 de mayo de 2013

En Europa sí se consigue Por Gabriela Esquivada

cultura@miradasalsur.com En peligro. Aunque estaban legalmente detenidos, los militantes presos en la Unidad 9 sufrieron tormentos y homicidios, más el secuestro y desaparición de sus familiares./ “La presencia de Alicia Zanca resultó muy valiosa, no sólo por su dirección de actores sino por su motivación. Fue su última película.” (Carlos Martínez)/ Denuncia de la OEA. Raúl Rizzo interpreta a un militar encargado de enfrentar el caso. Condenados, la película de Carlos Martínez sobre los Pabellones de la Muerte que funcionaron en la cárcel Unidad 9 de La Plata durante la dictadura, espera que en el país se la encuentre de interés igual que en el Parlamento Europeo. Carlos Martínez realizó muchas cosas a lo largo de su vida: fue un gimnasta reconocido, luchó por la revolución social que anhelaba, sobrevivió a la represión, hizo del arte su profesión, tuvo éxito. Cualquiera –él mismo– llamaría a eso una vida cumplida. Pero se guardó un deseo: al llegar a los sesenta años contaría la historia de los Pabellones de la Muerte donde estuvo encerrado como preso político en la Unidad 9, una cárcel de alta seguridad de La Plata, entre diciembre de 1976 y diciembre de 1978. Allí, la última dictadura militar separó a los jóvenes líderes de la insurgencia armada detenidos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. En el Pabellón 1, los Montoneros; en el Pabellón 2, los del PRT-ERP. El sueño cumplido, Condenados, tiene un estreno de lujo el 29 de mayo en Bruselas: en el Parlamento Europeo. Al día siguiente se ofrecerá una función en París, en la sede de la Embajada Argentina. “Salí de la cárcel a los treinta años”, dijo a Miradas al Sur. “Me sentía cargado con las historias y las enseñanzas de mis compañeros. Sabía que no se debían perder, pero no quise escribir en ese momento porque sentía todo muy fresco dentro de mí y todavía no lograba insertarme en la realidad, flotaba en una nube”. Descubrió la pantomima –actuó y dirigió en los teatros Cervantes y San Martín sus obras Mimojuegos y Krinsky, entre otras–, que le permitió “comunicar contenidos y valores sin atarme a la palabra”. Luego estudió cine y allí descubrió cómo podía encauzar aquella experiencia en la Unidad 9. Y se hizo la promesa secreta. Tenía cincuenta años, había terminado su primer largometraje, Rosas rojas… rojas, y salía del Festival de Cine de Mar del Plata de 2004 cuando se encontró con uno de sus compañeros de cárcel: Eduardo Anguita. –¿Ahora dónde vas? –le preguntó Anguita. –A Buenos Aires. –¿Por qué no venís conmigo a Villa Gesell? Con algunos de los compañeros estamos pensando en llevar al cine la historia de los Pabellones de la Muerte. ¿No te gustaría? Le gustó: terminó por dirigirla. Otros dos detenidos en el 2 de la Unidad 9 participaron en la realización de Condenados: Alberto Elizalde Leal, productor y asesor histórico, y Héctor Vilche, autor de la música. La historia abre en diciembre de 1976, cuando el golpe militar había comenzado a sembrar el país de centros clandestinos de detención –donde los represores se dedicarían a torturar, asesinar y desaparecer personas– y a cambiar la política hacia los miles de presos políticos legalmente detenidos en las cárceles, a disposición del Poder Ejecutivo o de jueces federales. Primero se realizó una clasificación tosca: recuperables, difícilmente recuperables e irrecuperables como Martínez, Elizalde Leal, Vilches, Anguita y otros que sufrieron los Pabellones de la Muerte de la Unidad 9: Dardo Cabo, Rufino Pirles, Ángel Georgiadis, Julio Urien, Eduardo Jozami, Guillermo Segalli, Gonzalo Carranza, Roberto García, Julio Mogordoy, Mario Rodríguez, Jorge Taiana, Oscar Montenegro, Dalmiro Suárez, entre otros. Luego, el nuevo director de la Unidad 9, prefecto Abel Dupuy, implementó el nuevo trato a los irrecuperables: requisas, tormentos y, a pesar de las restricciones de una detención legal, homicidio. “Por lo menos están en una cárcel. Los que agarran ahora no aparecen”, dice una familiar de los presos cuando comienza Condenados. La mujer acierta a medias. No era lo mismo desaparecer en un centro clandestino de detención, por cierto. Pero en ese estado de anomia y barbarie que crearon las Juntas Militares, aun los detenidos blanqueados podían morir en fusilamientos que se justificaban con falsos intentos de fuga, o ser liberados para desaparecer una vez que pisaran la calle, o perder a toda su familia secuestrada, torturada y asesinada. Todo eso cuenta la película. Condenados muestra cómo una noche, a dos días de que Dupuy hubiera asumido la dirección de la Unidad 9, se esposó, encapuchó y tiró dentro de un camión a Cabo y Pirles, que horas más tarde fueron fusilados en la ruta 215. También fueron asesinados Georgiadis y Horacio Rapaport y, tras anunciar su presunta liberación, desaparecieron Segalli, Carranza y García. Entre los familiares de los presos, secuestraron y desaparecieron a la familia entera –madre, hermano y hermana– de Elizalde Leal, a la mujer de Jozami, a la madre de Anguita, a la hermana y la novia de Suárez, al hermano de Ernesto Villanueva, y otros. A 32 años de esos hechos, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 juzgó y condenó con sentencias de entre catorce años y prisión perpetua, a once agentes y tres médicos por los delitos que cometieron contra esos detenidos políticos. Condenados, que se estructura como una ficción con actores, cambia su registro y muestra a los ex presos, de espalda a la cámara, contando sus tragedias. Condenados no abre con la modesta expresión “basada en una historia real”, sino con la altiva “Una película basada en la historia real. Argentina, diciembre de 1976 a diciembre de 1978”. La historia, es decir la Historia. Ese aserto se condice con la valoración que hizo la Comisión de Libertades, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo, que encontró que la historia cuenta la Historia y, por su interés para la humanidad, debe ser difundida en los países miembros de la Unión Europea. “Asisto al acto del 29 de mayo como invitado de la Cancillería”, dijo Martínez. “Es un tema para las relaciones exteriores del país. Nos apoyan los organismos de derechos humanos y el Estado Nacional, salvo el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), que me gustaría que nos acompañara”, agregó. Ese acompañamiento sería la declaración de Condenados de interés para el Incaa, de manera tal que la producción pudiera recibir el subsidio que le permitiría afrontar las deudas que Martínez tomó para filmar y editar la película y llegar al estreno comercial. Un primer comité –que integraron Jorge Maestro, Malena Solda, Adrián Masaluppi, Pablo Mazzeo y Adrián Caetano, aunque el director de Un oso rojo no asistió a las reuniones y no votó– la halló sin interés. “Pero las circunstancias fueron raras”, dijo Martínez. “Mientras yo terminaba la película y el comité trabajaba, sufrí fuertes presiones. Mi teléfono sonaba todas las mañanas a las 7, y cuando atendía nadie hablaba. Una noche estalló un explosivo potente en la entrada de mi casa. Creo que el comité pudo haber sufrido presiones al mismo tiempo. En mi caso, la investigación de la Justicia Federal se orienta a mi trabajo sobre la Unidad 9.” Martínez apeló y en este momento un segundo comité, que conforman Esteban Mentasti, Juan Taratuto, Ezio Massa, Eduardo Cutuli y Raúl Ahumada. “Confío en que resolverá favorablemente”, dijo Martínez. “El contenido coincide con las políticas del Estado Nacional en materia de verdad, memoria y justicia sobre los crímenes de la dictadura. Y las objeciones escritas del primer comité fueron subsanadas”. La principal es que, mientras filmaba Condenados, Martínez realizó una miniserie de trece capítulos, Unidad 9, de la que sólo se vio hasta hoy el Capítulo 1 en el 14º Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos, en mayo de 2012, cuyos contenidos presentan semejanza. “Pero son obras diferentes”, dijo el director. “Tienen en común los fusilamientos y los secuestros de familiares. El resto es diferencia.” Además, fue primero la película: el azar determinó que se completara antes la miniserie. En 2004, luego del encuentro en Gesell, Martínez comenzó la investigación para Condenados. Cuando en 2010, mientras filma el juicio, se convocó al primer concurso para series de televisión digital. Martínez pensó en la sinergia de ambos proyectos y escribió los trece capítulos, que resultaron premiados. Gracias a la investigación previa pudo cumplir con los plazos ajustados de la miniserie. Durante el rodaje, que se realizó de modo global, Martínez desglosó los contenidos de ambos proyectos: “Se hizo una producción muy grande porque filmamos dentro de la cárcel real donde sucedieron los hechos, que hoy tiene 1.400 detenidos, y en un pabellón habitado. Además, como estaban sucediendo los juicios, muchos oficiales irritados nos hostigaban; otros nos apoyaron. En ese rodaje, la presencia de Alicia Zanca resultó muy valiosa, no sólo por su dirección de actores sino por la motivación. Ella protagonizó mi película anterior, Rosas rojas… rojas, conocía el proyecto de Condenados y acordamos que ella interpretaría a su personaje, que es mi madre”. Casi nadie en el elenco (que integran Ingrid Pelicori, Raúl Rizzo, Horacio Peña y Nicolás Pauls, entre otros), sabía que Zanca luchaba contra el cáncer del que murió en julio de 2012: “Fue su última película”. Además de las separación en el rodaje, como el material de la miniserie pertenecía, por las normas del concurso, al Estado, Condenados solicitó y obtuvo el permiso del Consejo Asesor para la Televisión Digital, del Ministerio de Planificación nacional, para utilizar algunas partes. “La semejanza no es objetable”, argumentó el director. “Jorge Maestro, por caso, estrenó cuatro obras de teatro basadas en sus novelas más exitosas. Le consulté a Tito Cossa, porque varias de sus obras de teatro se llevaron al cine con guión de él mismo, y me dijo que siempre lo felicitaron porque La nona, por ejemplo, se viera en el cine además de en el teatro”. Por eso, en su viaje a Europa para el estreno de Condenados ante el Parlamento Europeo, Martínez lleva un corto “con lo esencial de la historia”, que se presentará en la Sección No Competitiva de Cortometrajes del Festival de Cannes. Mientras espera la resolución final de su apelación ante el Incaa: “Nos hace falta su apoyo. Pero si no lo conseguimos, la película se estrenará igual. Es un empeño de militancia inclaudicable”. Las mejores películas según los críticos Por Redacción cultura@miradasalsur.com Los premios del Fipresci. La película argentina Abrir puertas y ventanas, opera prima de Milagros Mumenthaler, y la finesa El puerto (Le Havre), de Aki Kaurismaki, resultaron elegidas como las mejores de 2012 por los miembros de la filial argentina de Fipresci (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica), entidad que agrupa a 33 de los críticos de cine más relevantes del país. Durante la ceremonia realizada en el Complejo Village Recoleta, también el documental Tierra de los padres, de Nicolás Prividera, y el largo iraní La separación, de Asghar Farhadi (ganador del Oso de Oro del Festival de Berlín y del Oscar a mejor película extranjera), obtuvieron menciones especiales. Entre las nominadas argentinas figuraban además, El último Elvis, de Armando Bo; Los salvajes, de Alejandro Fadel; La casa, de Gustavo Fontán; y Papirosen, de Gastón Solnicki. Y entre las extranjeras compitieron 35 Rhums, de la francesa Claire Denis; Moonrise Kingdom, del estadounidense Wes Anderson; y Tournée, del actor y cineasta francés Mathieu Amalric. “Funciona desde un lugar muy particular, contando la historia de tres hermanas muy distintas entre sí a partir de su cotidianidad, sus muchas veces silenciosos enfrentamientos, sus miradas, sus peleas y su compañerismo en una vida compartida sin ‘adultos’. Las verdades salen a la luz sin grandilocuencia y en un tono bajo, como asordinado, como esas melodías que uno debe escuchar con atención para poder apreciar sus bellas y, finalmente, inolvidables construcciones”, escribió Diego Lerer, uno de los miembros de la Federación, sobre Abrir puertas y ventanas. Otro de los integrantes de la agrupación, Horacio Bernades, opinó sobre El puerto y su director Kaurismaki: “Es posible que no haya en el cine contemporáneo un autor más fiel, más consecuente con el trazo de su firma que el creador de los Leningrad Cowboys, de Ariel, de Nubes pasajeras o de El hombre sin pasado. Como todas sus películas, El puerto (el título con que Le Havre se estrena en la Argentina) no transcurre en este mundo, sino en el planeta Aki. Sin embargo, de todas sus películas, El puerto es, seguramente, la que guarda una relación más notoria y visible con este mundo, en la medida en que aborda uno de esos temas que, en otra época, algún amante de los lugares comunes hubiera llamado ‘de candente actualidad’: el de los inmigrantes sin papeles de los países pobres. De esos a los que los gobiernos europeos quieren echar al mar.” En anteriores ediciones, celebradas desde 1988, fueron premiadas en orden cronológico las argentinas Pizza, birra, faso, Mundo grúa, Nueve reinas, La Ciénaga, El Bonaerense, Yo no sé qué me han hecho tus ojos, Los guantes mágicos, El aura, Ana y los otros, Pulqui, Historias extraordinarias, Una semana solos, Excursiones y El estudiante. En el caso de las extranjeras, resultaron elegidas El sabor de la cereza, Flores de fuego, Recursos humanos, Con ánimo de amar, El camino de los sueños, El viaje de Chihiro, Una historia violenta, Tarnation, Imperio, Shara, Criaturas de la noche, Policia, adjetivo y Morir como un hombre. Cine experimental Nace una ediotorial con un homenaje a la obra de Narcisa Hirsch El cineasta Daniel Böhm y el fotógrafo y también realizador Bruno Stecconi lanzan, con Victoria Sayago y Emilio Bernini, la primera editorial dedicada al cine y el video experimentales, mQ2*. El primer trabajo, que se presenta el próximo sábado 18 a las 18 en la Fundación Proa (Pedro de Mendoza 1929, CABA), es la selección en un DVD doble de las películas de Narcisa Hirsch (referencia del género en la Argentina, además de pintora, dibujante y creadora de happenings en la década de 1960), en una edición que suma un libro bilingüe con prólogo de Victoria Sayago, una evaluación crítica del teórico Emilio Bernini y un texto especial para la publicación de Hirsch. Böhm (creador del programa El Rayo y director de videos musicales para La Portuaria, David Byrne y Gustavo Cerati) y Stecconi (cuya obra se vio en la Bienal del Fin del Mundo, Arte Una y la muestra Gente de mi ciudad) buscan que mQ2* publique, y por ende promueva, obras experimentales de artistas audiovisuales al margen de los principales circuitos de exhibición. 12/05/13 Miradas al Sur gb

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