lunes, 8 de diciembre de 2014

La conflictiva deuda interna del imperio Por Jorge Muracciole

Lo que en otros tiempos era un problema de la comunidad negra es ahora, como dijo Obama, "un problema americano".

Hay veces que el tiempo cronológico de una sociedad se ve alterado con un acontecimiento que nos remite a décadas pasadas, irrumpiendo en la realidad y haciendo evidente la falta de soluciones a viejas cuestiones.

El hecho de que las marchas contrarias a las segregación racial que hoy carcome Estados Unidos se produzcan con un afroamericano en la presidencia, Barack Obama, y otro en la Fiscalía General, Eric Holder, no es sino la paradójica evidencia de la gravedad de un problema que muchos daban por superado. Lo que en otros tiempos era un problema de la comunidad negra es ahora, como dijo Obama, "un problema americano".

Las históricas luchas de los años sesenta contra la segregación racial, buscaban establecer la igualdad de derechos de los negros, en una sociedad que intentaba instalarse a escala planetaria como el modelo de democracia, de libertad individual y de movilidad social ascendente. El llamado "sueño americano" no es tal para los jóvenes de las barriadas pobres de la comunidad negra estadounidense. Los indicadores de desocupación, como las estadísticas de detenciones, muestran la marcada diferencia en la aplicación de la justicia para un joven blanco o un descendiente afroamericano. Las últimas investigaciones demuestran con claridad que existen un número mayor de afroamericanos dentro de la población carcelaria que el número de estudiantes universitarios en el total de universidades de los Estados Unidos.

Que una seguidilla de muertes por el accionar policial, sobre miembros de la comunidad afroamericana, sigan produciéndose, y se conviertan en noticias cotidianas en diversas localidades estadounidenses es un hecho a tener en cuenta. Pero si la condena de la justicia a tales hechos se torna imposible, por recurrentes fallos de jurados populares, dicha decisión se convierte en algo aún mas grave. Ya que lo que denota es la existencia de arraigados prejuicios culturales de significativos sectores de la población blanca hacia la igualdad de derechos de la comunidad negra.

En las últimas semanas las prejuiciosas decisiones de los jurados populares, en el juzgamiento de casos de muerte por el accionar policial, sobre miembros de la comunidad negra, se convirtieron en el punto de inflexión de la indignación ciudadana. En la pequeña localidad de Ferguson en San Luis Missouri, la negativa del gran jurado a juzgar al policía blanco que dio muerte en el mes de agosto al joven negro Michael Brown, desató jornadas de lucha callejera que trascendieron las fronteras del estado de San Luis, siendo materia de análisis y preocupación por el mismísimo presidente de los Estados Unidos. 

A una semana de la exoneración del agente de policía blanco Daniel Pantaleo, por la muerte del vendedor ambulante afroamericano Eric Garner, quien fuera literalmente asfixiado por el policía neoyorquino, mediante una toma de defensa personal prohibida por ley, ante la incontrastable prueba fílmica de los hechos, La indignación ciudadana, ante los hechos de State Island, expresada en decenas de marchas callejeras, han consolidado un frente común de más de 25 organizaciones en defensa de los derechos civiles contra la segregación racial y el accionar políciaco. 

La convocatoria para el próximo sábado 13 de diciembre de una masiva marcha de protesta a escala nacional, en cercanías de la Casa Blanca en Washington. Se convertirá seguramente en un acontecimiento que marcará el nuevo escenario político , donde la renovada batalla contra la segregación racial y la defensa de los derechos civiles de la minoría afroamericana, pone de manifiesto las profundas injusticias que perduran a lo largo del tiempo en el modelo societal por antonomasia de occidente.

Dejando al descubierto que el hecho emblemático de la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, como el primer presidente de la minoría afroamericana en los Estados Unidos de Norteamérica, no salda la deuda histórica el autodenominado "gendarme de la libertad".

Como arengaba en esta última semana ante la indignación ciudadana el reverendo Al Sharpton, rodeado de 25 organizaciones comunitarias en la barriada negra del Harlem "2015 será el año de la lucha por la justicia".

Infonews

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