viernes, 29 de mayo de 2015

CONTRATAPA Meyer versus Praga

Por Juan Forn
En una habitación en la Calle de los Alquimistas del barrio judío de Praga, un muchacho sentado en una silla se lleva un revólver al corazón. Praga le ha dado todo y luego se lo ha quitado. Gustav Meyer llegó a la ciudad a los doce años, arrastrado por su madre bataclana (el padre era un ministro de la corte de Würtenberg que no quiso reconocerlo; cuando se hartó de los reclamos de la madre, los fletó lejos). Praga no le gustó a la madre de Gustav, así que se unió a una compañía teatral que partía de gira a Rusia. El quinceañero quedó solo en la ciudad, pero se las arregló para concluir su bachillerato y la carrera de economía con notas brillantes, durmiendo en plazas y galpones abandonados y lavándose en las fuentes de las plazas. A los veintitrés años por fin tenía el mundo a su disposición, cuando una pena de amor lo llevó al borde del suicidio. En el preciso momento en que estaba por dispararse un balazo en el pecho, manos anónimas pasaron bajo su puerta un folleto espiritista titulado La vida que te espera y su existencia dio un drástico viraje. Dos años después, era uno de los banqueros más exitosos de Praga y un experto en las prácticas de adivinación que le causarían la ruina.
El joven Meyer era un as para los números, pero el capital para abrir su banco lo hizo jugando al poker. La habilidad para las cartas se la debía a la ingesta diaria de goma arábiga (que, según él, le permitía tener visiones fulgurantes en la mesa de juego). Los intereses esotéricos de Meyer, detonados por aquel folleto espiritista, no se detenían allí: abarcaban desde el yoga a la telepatía y las experiencias con alucinógenos. Comía sólo legumbres y granos, no se permitía dormir más de tres horas por noche pero era capaz de permanecer hasta ocho horas seguidas en dolorosas posturas asana que, según él, lo cargaban de energía. Sus prácticas espirituales no le impedían destacarse como deportista: era un maestro de la esgrima y el tiro y representó a su país como remero, además de ser el primer propietario de un automóvil en Praga. Una noche, en una mesa de poker con selectos financistas de la ciudad, alguien puso en duda sus dotes de videncia. Para demostrarlas, Meyer bebió delante de ellos un preparado de treinta gramos de hachís disueltos en un tazón de café negro y predijo el precio que alcanzarían en la Bolsa las acciones de una docena de empresas. En opinión de todos los expertos en la mesa, el pronóstico era descabellado. Pero, al cerrar la Bolsa esa semana, Meyer había acertado en once de sus doce anuncios. La historia se propagó como un mal olor por la ciudad, la comunidad bienpensante exigió escandalizada que se lo arrestara por estafador, Meyer fue juzgado, la corte lo encontró inocente de estafa pero no de ofender el honor de sus colegas de la banca. En las semanas que duró el juicio, el Banco Meyer quebró y él quedó en la ruina. Cuando Kafka y Max Brod lo conocieron, en 1903, era un paria que recorría los cafés praguenses retando a duelo a sus enemigos: ilustres juristas, funcionarios y ex colegas de la banca que, con la excusa de que Meyer era bastardo, lograban esquivar el desafío (y la muerte segura, porque el bastardo también era, como recordarán, un espadachín y tirador sin par).
Por intermedio de Max Brod, Meyer encontró por fin cómo dar pelea a aquella ciudad que lo había ofendido y humillado. Brod le sugirió poner por escrito los tremendos relatos con los que Meyer aterrorizaba a los borrachos del Café Continental y enviarlos a la revista satírica alemana Simplizissimus, que le ofreció un sueldo fijo y comenzó a publicar de inmediato esos retratos vitriólicos de las bajezas del mundo praguense. Meyer adoptó el seudónimo Meyrink, para decir que hasta su buen nombre le había quitado Praga. Así lo conocieron Thomas Mann, Karl Kraus, Rilke, Strindberg y Hamsun: por las páginas de la revista. Lo que pagaba Simplizissimus no alcanzaba ni para un cuarto de pensión, pero los admiradores alemanes que cosechó Meyrink le significaron un pasaporte de salida de Praga: la editorial Fischer le ofreció un departamentito en su sede de Viena a cambio de que tradujera para ellos, a jornada completa, las dieciséis novelas de Dickens (hasta hoy se siguen reeditando algunas de esas traducciones). Meyrink aceptó sin dudar la oferta y dejó Praga agitando un puño: “¡No he terminado contigo!”, juró.
Diez años después, en 1915, llegó a manos de Kafka, enviada por Max Brod, una novela llamada El Gólem, que era la sensación de la temporada en Viena y en Berlín. Meyrink se había pasado de los cuentos cortos a la novela por motivos estrictamente financieros, pero había puesto en ese libro todo lo que tenía: según la frase inmortal, “en El Gólem hay un Castillo pero no es el Castillo de Kafka, hay un Proceso pero no es el Proceso de Kafka y hay una Metamorfosis pero no es la Metamorfosis de Kafka”. El joven Franz leyó la novela en una noche, aterrado, literalmente abducido por el retrato de la vieja Praga, en particular de su zona favorita, el barrio judío. Meyrink se tomaba venganza de la ciudad, la condenaba al terror y la retrataba en su más abyecta hipocresía, de rodillas ante un gigante de barro en cuya boca había un papelito donde estaba escrito el nombre impronunciable de Dios. Imaginemos por un instante la escena: mientras afuera retumba la Gran Guerra, Kafka en su dormitorio devora a lo largo de una noche esa novela que exhumaba y entretejía todos los secretos y las miserias de Praga. Imposible imaginar un lector mejor, más idóneo, más perfecto, para El Gólem. Si Meyrink tuvo algún poder mediúmnico, alquímico, cabalístico, fue el que le permitió ganarse ese lector para su libro.
Por morir en 1924, Kafka se perdió el último acto del duelo implacable entre Praga y Meyrink: a principios del año 1932, cuando su libro llevaba vendidos más de medio millón de ejemplares y él vivía con su esposa y su único y adorado hijo en un chalet en las montañas de Montreux, en Suiza, ese muchacho que era la luz de sus ojos, que brillaba por su inteligencia, su buen gusto, sus aptitudes deportivas y su luminosa naturaleza, se quebró la espalda esquiando y quedó confinado de por vida a una silla de ruedas. No soportó mucho tiempo. Una mañana descubrieron que se había arrastrado por la nieve hasta el bosque al fondo de la residencia de los Meyrink y allí se había cortado las venas: la misma muerte que sufría el vivaz estudiante Charousek en El Gólem. Meyrink no pudo asimilar el golpe. Pocas semanas después, el 4 de diciembre, dio las buenas noches a su esposa, se retiró a su dormitorio, se sentó en una silla desnudo, frente a la ventana abierta, y permaneció así “hasta que sus ojos vidriosos se posaron para siempre en la única estrella que seguía brillando en el cielo cuando amaneció”.
Pasó el nazismo, pasó la guerra y luego el comunismo por Praga, y recién entonces, en 1989, se publicó por primera vez El Gólem en checo: habían transcurrido exactamente cien años desde la noche en que Gustav Meyer se sentó en una silla de cara a la ventana en su habitación en la Calle de los Alquimistas con una pistola apuntando a su corazón.

EL MEGAFONO Con más capacitación la Justicia archiva menos causas por violencia

Por Romina Pzellinsky *
En un bar, en un pueblo, en plena calle, de día, de noche. En las últimas semanas una serie alarmante de femicidios fueron cometidos en nuestro país. Estamos frente a una situación que presenta emergencias evidentes y requiere de nuestro mayor esfuerzo para procurar revertir y desandar los caminos de los distintos tipos de violencias contra las mujeres.
Los casos se multiplican y la diversidad de discursos sobre los homicidios cometidos contras las mujeres se nutren de ideas que no son nuevas, y sin duda pueden ser peligrosas. Porque era joven, porque salió sola, porque estaba en una fiesta, porque tiene muchas fotos en la web, porque tomó un taxi de noche, porque no amó, porque “lo dejó”, porque estaba embarazada, o simplemente porque era mujer.
A lo largo de estos dos años y medio de funcionamiento del Programa sobre Políticas de Género del Ministerio Público Fiscal de la Nación hemos identificado diversos problemas que se presentan en el abordaje de estos hechos. Algunos están vinculados a cuestiones estructurales del sistema de justicia y otros, por ejemplo, se relacionan con la ineficacia de las medidas de protección dictadas, la minimización del problema, la desvalorización de la palabra de la víctima y prácticas periciales innecesarias y reiteradas que se traducen en una desconfianza de su testimonio. Malas prácticas que tal vez tienen en su condición de producción aquellos discursos en los que las mujeres son de algún modo responsables.
Ante este diagnóstico, el programa realiza desde su creación un fuerte trabajo en materia de capacitación, asesoramiento y asistencia técnica a las fiscalías del Ministerio Público. El abordaje especializado desprovisto de estereotipos y prejuicios en los casos de violencia contra las mujeres permite no sólo reducir los índices de revictimización, sino también brindar respuestas adecuadas que responden a los estándares internacionales en la materia.
El positivo impacto cuantitativo se tradujo en una reducción en el número de causas archivadas. Asimismo, podemos destacar el incremento de las causas llevadas a la etapa de juicio oral, entre los que se pueden mencionar los resultados de una fiscalía que de 2012 a 2013 duplicó los casos que llegaron a esta instancia y mantuvo el mismo porcentaje durante 2014.
Aun así es tan indiscutible como preocupante el aumento de las denuncias que puede deberse a un mayor número de hechos de violencia, o bien a una disminución en la cifra negra correspondiente a esos sucesos que no eran denunciados, que eran “problemas de pareja” o quedaban “de la puerta para adentro”.
En cualquier caso no se pega por amor. El sistema de administración de justicia, junto con los otros poderes del Estado, tiene la responsabilidad insoslayable de garantizar a todas las mujeres una vida libre de violencia.
* Titular del programa de género del Ministerio Público Fiscal.

A TREINTA AÑOS DE LA TRAGEDIA DE HEYSEL, HABLA UN SOBREVIVIENTE El día en que el fútbol perdió 39 a cero

Por Emmanuel Barranguet
Treinta años después, a Luciano Barelli (65 años) todavía le “tiembla la voz” cuando habla de Heysel, donde a punto estuvo de morir como un “imbécil”. Aquello sucedió en el estadio de Heysel, en los suburbios de Bruselas, el 29 de mayo de 1985.
“¡Heysel era uno de los peores estadios del mundo! Las gradas en las esquinas eran simples zonas encementadas en el suelo. Tuvimos problemas, junto a mis cuatro amigos, para llegar a la esquina maldita, donde estábamos con esos energúmenos. Había unos pocos ‘tifosi’ y en el medio una simple reja, ésa era la única separación con los aficionados del Liverpool...”
El equipo inglés y la Juventus dirimían la Copa de Europa de aquel año. “En un momento dado, estos animales comenzaron a gritar, a amenazar y de repente cargaron y rompieron la reja. Si hubiera habido barras de la Juve, se hubieran enfrentado entre ellos, pero nosotros, ¡nosotros huimos! Pasamos por arriba, nos la arreglamos para saltar el muro, habría como dos o tres metros de altura. Pero los que escaparon por un lado, ésos llegaron al muro que luego se derrumbó y se quedaron atrapados.”
La tragedia ocurrió antes del inicio del encuentro. “Tuvimos miedo de inmediato, tiraban bloques de cemento que arrancaban del suelo, ¡incluso extintores! Estaban listos para causar los peores destrozos y sus caras lo reflejaban, esas caras feas, feas, feas”, relata el sobreviviente. “Sin poder respirar más, aplastado por la gente, me decía a mí mismo: ‘Pirla (imbécil, en milanés) de milanista (hincha del Milan), ¡vas a morir por la Juve!’, entonces me apoyé en otros dos, recuperé el aliento y pude escaparme. Y terminó tan rápido como empezó.”
Treinta y nueve hinchas de la Juventus no lograron escapar. “La imagen que me quedó grabada es el campo de batalla en la tribuna, los zapatos y la ropa tirada, las botellas rotas... como en un terremoto. Y después, las carpas montadas en la entrada principal del estadio con los muertos. Ahí, comprendí la magnitud del desastre. Todavía hoy me tiembla la voz cuando hablo de esta historia, me invaden la rabia y el miedo, casi muero allí.”
Después de muchos cabildeos, el partido se disputó pese a la magnitud del drama. La Juventus se quedó con la Copa de Europa gracias a un gol de penal de Michel Platini, entonces ídolo del conjunto de Turín, hoy presidente de la UEFA.
“Fue un escándalo absoluto que se jugara ese partido. Los que estaban allí no tenían una visión adecuada de la situación, pero los dirigentes, los equipos, el estadio, la UEFA, ellos lo sabían muy bien. La razón era que podría haber habido un mayor riesgo de desastre fuera, puede ser cierto, pero cuando hay 39 muertos, ¿cómo se puede jugar? Comprendo, pero no estoy de acuerdo. Y luego se decidió por un penal que ni existió, como si Dios quisiera que ganara la Juventus, como siempre.”
La tragedia de Heysel y después la de Hillsborough, en 1989, forzaron al fútbol inglés a modernizarse y a extirpar al “hooliganismo” feroz que lo envenenaba. “Al menos, esto sirvió para calmar a estos hooligans. Margaret Thatcher los envió a la cárcel, los ingleses fueron expulsados de los torneos europeos durante cinco años. Nos mataron, pero aquí en Italia no hemos aprendido nada, en Inglaterra, a partir de ese momento, cambiaron.”

las12 VIERNES, 29 DE MAYO DE 2015 ARTE Grasa de la buena

Por Flor Monfort
Yegua & Groncha es un colectivo vivo, que ocurre aquí y ahora, en cualquier rincón del Gran Buenos Aires donde la parrilla chorrea la grasa necesaria para que el asado sea rico, suculento y reparador, capaz de habilitar las reflexiones más filosas sobre la coyuntura política. Las imágenes de una morocha hermosa que goza del chorizo tanto como de sus tetas empezaron a flotar en la marea digital hace dos años, desde que sus creadores, Noe Fois y Max Letcher, supieron captar esa identidad que tanto sueño le ha robado a muchxs pensadores: ¿Qué es ser argentino? Ni idea, diría Y&G, pero argentina es una que toma Uvita, se fuma un pucho y lava la ropa al ritmo de la cumbia mientras lleva adelante un barrio entero, porque sabemos, las que aguantan, cinturean, cuidan y velan por todxs, siempre son las mujeres. La argentina de Y&G también se apropia del placer, de la ropa comprada sin marca y de su propio cuerpo, nuevo, gastado, tallado como quiere y con quien desea. Un poco de ese veneno que tanto indigna de una Presidenta mujer: esa “yegua”, dicho con saña, que parece disfrutarse tanto que no necesita de la aprobación de nadie. El primer libro del colectivo es un hermoso sachet de leche con 50 postales de distintas categorías, están las de leche en polvo, las de larga vida, las cultivadas y las vencidas, pero más que nada están ellas, las chicas, más zarpadas que nunca, madres, abuelas, lesbianas y santas que a veces no se depilan y corean con actitud: A la gilada ni cabida.
“Groncha define lo popular, lo grasa, lo vulgar, que nosotros lo tomamos como una bandera. A mí siempre me gustaba jugar con eso, con que me compro la ropa en Once, yo me crié en un barrio muy pobre, entonces no era ocultar la gronchedad sino llevarla con orgullo”, dice Noe. “También nos importa la connotación política del cabecita negra, el chori y la coca, en clave peronista. Y no sólo por pobre, sino porque reivindicamos lo positivo de estos años kirchneristas: somos negros pero nos puede ir bien, podemos viajar, podemos ir a la universidad, le pese a quien le pese. Nos interesa la connotación erótica, ya a Evita le decían yegua y a Cristina también, el combo quedó explosivo. Yo a veces busco en Google y lo que más aparece son comentarios de “la yegua de mierda”, “esta yegua hija de puta” y así... ella que es la más top (risas). Nos apropiamos del insulto y lo revertimos a tal punto que nosotros mismos decimos “che, ¿escuchaste a la yegua?”.
César Fois y Gabriel Sarmiento también forman parte del grupo que se nutre en imágenes de sus propias familias, barrios, amigxs, escenarios que dejan al natural, sin demasiada producción y cero retoque: lo que hay es un ojo entrenado y la esencia de algo que ellos mismos llevan adentro, desde siempre. “Mi abuela limpió pisos toda su vida, vivíamos en una casa con techo de chapa y calefón eléctrico pero amaba la ópera y leía muchísimo. Porque si no siempre está ese prejuicio de que el pobre no puede acceder a la cultura. Como si ser groncho te impidiera hacer las fotos cuidadas”, completan y Noe cuenta la historia de algunas de las imágenes.

Madre

Esta es mi vieja en el patio de su casa. Le digo “mami, vamos a hacer una foto, ponete lo que quieras” y me recibe así vestida. Obviamente es muy desinhibida con el cuerpo, cuando yo era chica, ella vivía en tetas. No tuve la gracia de heredarlas pero por suerte nos re parecemos. La historia de mi vieja es muy particular: ella fue prostituta toda su vida, y nunca se mintió eso en mi familia, se llevó siempre con mucha dignidad y orgullo, era con lo que nos bancaba. Ella decía “prefiero pagarle a la policía y no a un tipo que me cague a palos y me saque la mitad de la plata”, ésa fue siempre su bandera. Cada dos por tres caía en cana. Pero me crié en un ambiente de mucha solidaridad, de mucho cariño, yo fui súper amada, jamas vi una situación de violencia en mi infancia.

Hay que pasar el inv(f)ierno

A veces siento que me tengo que defender de ciertos sectores del feminismo que dice que no hay que usar tacos porque cosifican a la mujer, al final ¿esa postura no es machista? Si estamos defendiendo el derecho de usar y gozar del cuerpo... Esta foto la hicimos un poco como respuesta a esas críticas: ¿querés que mee de parada? Y ahí hicimos esta foto.

Mercado central

Cuando salió una nota nuestra en Perfil los comentarios eran “ay sí, la negra se embaraza para cobrar”, “qué negra catinga, ya vas a estar en Devoto, negra subsidiada”, y la verdad es que, en lugar de agraviarnos, cuando nos putean nos inspiran. Esta la hicimos cuando Macri puso la vagina con el cierre y nosotras respondimos con ésta y el lema: “Protegete del PRO”.

Ruth y Gladys

La Gladys es mi tía, que es la pareja de mi abuela, Ruth. Me crié con ellas dos. Yo le digo “la tía” pero es la novia de mi abuela, que siempre lo ocultó pero en el barrio todo el mundo lo sabía. Cuando salió la ley de matrimonio igualitario mi abuela empezó a decir que no quería ocultarse más. Nosotros habíamos pensado en organizarles el casamiento pero al tiempito murió. Con los nietos era una abuelita súper amorosa pero con ella era una turra, nada cariñosa. Y ésta fue la única vez que las vi darse un beso. Esa es su ropa, no hay producción.

Abuela Lipa

Es la abuela de Max. Cuando le pusimos la pipa pedía que le trajéramos el tabaco. Hay cosas acomodadas, obviamente, pero no armamos una puesta. Y la foto surge ahí, está la abuela y decimos “hagamos la foto”. Las redes sociales tienen eso, que muchas veces se pierde el contexto, entonces vos ves el culo de una mina suelto y bueno, es un mensaje, pero si ves todo nuestro trabajo, entendés mejor cómo viene. Hay gente que nos ha pedido disculpas. Pero bueno, el agravio muchas veces está, y no pasa nada, es parte también de lo viral.
Para saber los puntos de venta del libro y conocer todo el proyecto
yeguaygroncha.com
Facebook: Yegua y Groncha
Twitter: @yeguaygroncha
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DENUNCIAN QUE UNA EMPRESA DE LOS DE NARVAEZ USURPO TERRENOS DE LA CIUDAD Negocio en tierras de todos

Por Werner Pertot
El legislador ibarrista Fernando Muñoz acusó a una empresa privada de la familia De Narváez de apropiarse de tres hectáreas de terrenos públicos de la Ciudad en la zona del Parque de los Niños. El legislador recorrió los terrenos y tomó fotos del alambrado y la garita de seguridad de la empresa Ribera Desarrollos SA, que impulsa un proyecto inmobiliario en la costa de Vicente López. El presidente de esa empresa es Carlos de Narváez –hermano del precandidato a gobernador, con el que tiene una pésima relación–, y también figura Federico de Narváez. Muñoz aseguró que en el proyecto también tiene participación Francisco de Narváez, aunque no figura en el directorio de la empresa.
El terreno en cuestión se encuentra en la zona lindante al río, junto al Parque de los Niños y en la frontera con Vicente López, donde gobierna Jorge Macri. Del lado bonaerense, Ribera Desarrollos SA trabaja en un megaemprendimiento inmobiliario, llamado Al Río. Con una inversión de 800 millones de dólares, el proyecto incluye un estadio cubierto, un shopping, un hotel 5 estrellas, 16 torres de departamentos de lujo y –desde 2013– el edificio nuevo del diario La Nación.
Del lado de la ciudad, Muñoz señaló que hay un triángulo de tres hectáreas que son terrenos ganados al río que pertenecen a la Ciudad desde octubre de 1975, cuando lo obtuvo por una ley nacional. Durante el gobierno porteño de Fernando de la Rúa, ese terreno se incorporó formalmente mediante un convenio de 1998 que firmó con el entonces intendente de Vicente López, Enrique “Japonés” García. El legislador recorrió esa zona y se encontró con una alambrada y hasta una garita con agentes de seguridad privada, que dijeron pertenecer al proyecto Al Río.
“La usurpación de ese terreno es de fácil comprobación: figura en los mapas del proyecto difundidos a través de la página web de la empresa”, advirtió Muñoz, quien señaló que en los planos de ese proyecto inmobiliario en desarrollo, allí se incluye una zona de amarras para acceder por vía marítima al complejo de torres.
“La intención de los hermanos De Narváez es construir en ese sector un amarre de veleros, que aumentaría ampliamente la cotización del proyecto”, sostuvo el legislador porteño, que presentó un pedido de informes al Gobierno de la Ciudad. “Es un lugar muy visible frente al Parque de los Niños como para que los funcionarios no vean que está alambrado y con una garita. Son tres hectáreas”, remarcó. Hasta ahora, Muñoz no tuvo respuesta por parte de la gestión de Mauricio Macri, ex aliado político de De Narváez, por el que no tiene más que desprecio.
Muñoz señaló que su pedido de informes está hace tres meses durmiendo en la Comisión de Planeamiento Urbano, que preside el macrismo. “Es evidente que el macrismo conoce la situación que estamos denunciando y que no tiene ninguna voluntad de resolverla, incluso hace tiempo un asesor mío le presentó los planos al subsecretario de Mantenimiento del Espacio Público, Rodrigo Javier Silvosa, quien se comprometió a poner en conocimiento a Héctor Lostri, subsecretario de Planeamiento Urbano, pero todavía estamos esperando la reunión”, indicó Muñoz.
El legislador porteño recordó que la aprobación del proyecto inmobiliario no estuvo exenta de polémica: fue aprobada en la madrugada del 23 de diciembre de 2004 por el Concejo Deliberante de Vicente López, que no tuvo en cuenta ningún estudio de impacto ambiental. Un grupo de vecinos todavía querella contra el emprendimiento costero. Y ahora se suma un frente porteño. “Esta enorme extensión de tierra en la zona de mayor valor inmobiliario de la ciudad está usurpada y ocupada ilegalmente por el emprendimiento inmobiliario Al Río de la familia De Narváez”, remarcó el legislador, quien solicitó que el gobierno porteño explique si otorgó algún permiso para la apropiación del terreno.

LA CORTE AVALA UNA TEORIA FAVORABLE A JUZGAR CIVILES POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD La empresa criminal conjunta

Por Alejandra Dandan
Los jueces de la Corte Suprema confirmaron el fallo de Casación en la causa ESMA.
Imagen: Joaquín Salguero.
En medio de los cuestionamientos por los frenos a las causas que investigan la complicidad civil en los crímenes de la dictadura, la Corte Suprema de Justicia de la Nación parece haber emitido una señal positiva. Confirmó una sentencia de la Sala II de Casación Penal de abril del año pasado que usa la teoría de la “empresa criminal conjunta” para confirmar condenas de la causa ESMA II y rechazar dos absoluciones. Con esa línea, la Sala II en realidad no sólo discutió penas o absoluciones, sino lo que los abogados llaman la “teoría de la dirección específica”. Esa teoría cuestionada aquí e internacionalmente es usada por las defensas de militares y de civiles para discutir responsabilidades. Y plantea un diálogo en el subtexto con el fallo que benefició al empresario Carlos Blaquier. La Sala II la de- sestimó. Y ahora lo hizo la Corte. La línea de la “empresa criminal conjunta” pone a todos los partícipes como autores, aunque estén distantes del lugar del “evento” puntual. Y piensa que los hechos se prueban porque los que colaboran o contribuyen conocen el “plan” y no el evento específico. Estas decisiones auspician avances en el campo de la responsabilidad empresaria en delitos de lesa humanidad.
La Sala II de Casación integrada por Angela Ledesma, Alejandro Slokar y Pedro David sacó su fallo en abril de 2014. El juicio ESMA II terminó con 16 condenas: 12 a prisión perpetua y 4 a penas de entre 18 y 25 años de prisión. Y dos acusados absueltos: Juan Carlos Rolón y Pablo García Velasco. La Sala II confirmó las condenas, entre otros, a Jorge “El Tigre” Acosta, Alfredo Astiz y el ex contraalmirante Manuel Jacinto García Tallada. Pero, además, revocó las absoluciones. Entre los hechos, se juzgaron los secuestros, tormentos y desapariciones ocurridas en la iglesia de la Santa Cruz y el secuestro, desaparición y muerte de Rodolfo Walsh.
El argumento más importante fue la doctrina de la “empresa criminal conjunta”. Esa sala trabajó esa doctrina en otros fallos, pero aquí discutió, además, la línea de la “dirección específica” muy en boga entre quienes defienden a militares y civiles en los juicios de lesa humanidad. Y es la que alentó, al menos filosóficamente, la falta de mérito para Blaquier. En el caso ESMA, la introdujo la defensa de Raúl Enrique Scheller para deslindar la responsabilidad de los altos mandos. Para decirlo rápido, esa línea conocida como fallo Perisic fue dictada por el Tribunal Criminal Internacional para la ex Yugoslavia en 2013 en base al caso de un militar, Momcilo Perisic, jefe del Estado Mayor del ejército serbio que proporcionó armas que sirvieron para matar a civiles y a soldados. La primera instancia de ese tribunal condenó a Perisic a 27 años de prisión por crímenes que incluyeron la matanza a 8 mil musulmanes al este de Bosnia. Perisic no estaba en la zona, pero para los jueces –entre ellos, Pedro David– eso no impidió su responsabilidad porque entendieron que conocía “muy bien el terreno donde hacía más de tres años se mataban civiles”, como recordó hace poco tiempo en Buenos Aires Fausto Pocar, integrante de ese tribunal. Perisic apeló. La Cámara de Apelaciones le dio la razón. Entendió que para probar su colaboración no era suficiente que conociera el contexto, sino que era necesario demostrar que el aporte estuvo destinado “específicamente” a cometer el crimen particular, es decir que iba a matar a civiles. Esa mirada fue muy cuestionada internacionalmente. “La doctrina desatiende, soslaya, el contexto en el que son cometidos estos hechos”, señala a Página/12 uno de los integrantes de la Sala II. La tesis duplicaba los estándares de prueba. En los hechos, continúa la fuente, “exigía algo imposible de cumplir, cuyo único desenlace es la impunidad”. Aquí fue difundida por editoriales de La Nación como un camino que podía alentar las defensas a los civiles. En ese momento, el titular de la Procuración de crímenes contra la Humanidad, Jorge Auat, levantó una señal de alarma. En los hechos, los efectos sin embargo parecían atomizados porque luego del sobreseimiento a Perisic, la postura contraria fue retomada por la Corte Especial para Sierra Leona y en otros fallos del Tribunal para la ex Yugoslavia. El jurista italiano Fausto Pocar hace unos meses dijo, de hecho, que debía ser leído sólo como un “incidente” ya superado. En esa línea se inscribió el fallo de la Sala II de Buenos Aires de 2014 y ahora esta confirmación de la Corte.
Los camaristas plantean en el fallo que “lo importante es el conocimiento que tiene cada partícipe en el plan criminal colectivo” y no del “evento” en sí mismo. Lo que aporta esta teoría es que lo que hay que probar es que la persona conocía el plan. “El dato central es definir la atribución de responsabilidad en casos de crímenes organizados, en los que es imposible acreditar la participación específica de cada uno en el evento particular, pero lo que es importante probar entonces es su conocimiento, su dolo, en el plan criminal general.”
Para los jueces, el acusado puede estar lejos, pero está cerca del ejecutor de distintas maneras: porque dio una orden, porque pudo aportar la logística necesaria, información o recursos. Los camaristas de Casación dicen que quien aporta está cerca del ejecutor porque, por ejemplo, simuló una entrevista que permitió encubrir esos crímenes ante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. O porque aportó camionetas para los traslados ilegales, como Blaquier.
“Es importante destacar que la Corte ratifica la doctrina desarrollada por Pedro David en la sentencia de Casación, en cuanto al análisis de la participación de los imputados por estos hechos bajo la doctrina de la ‘empresa criminal conjunta’, descartando la teoría tan cuestionada de la ‘dirección específica’ como elemento adicional exigido en la participación criminal”, señalan en la sala. “Esta doctrina entonces, desa- rrollada minuciosamente en el fallo de Casación, queda confirmada por la Corte Suprema, lo que resulta promisorio para los casos futuros, pues, en definitiva, quedará categórica e indiscutiblemente atrás cualquier cuestionamiento respecto de la responsabilidad de un individuo que, pese a encontrarse distante geográficamente de la comisión del crimen, se encuentra próximo al ejecutor directo mediante la impartición de órdenes y directivas tendientes a la comisión de esos crímenes. Su confirmación por la Corte, insisto, tendrá entonces fuertes efectos en materia de lesa humanidad a nivel nacional, por el carácter vinculante de los fallos de la Corte”.
La Corte emitió la sentencia ESMA hace tres semanas. Con tres integrantes. El fallo sólo tiene unos pocos párrafos. En el escrito, la Corte menciona el artículo 280, que es el que usa cuando considera que no hay cuestiones de fondo o de doctrina para discutir. Eso es lo que hizo en este caso.

LA SOCIEDAD RURAL PRESENTO SU PROPUESTA DE POLITICA AGROPECUARIA Recetario liberal campestre

Por Sebastián Premici
La Sociedad Rural Argentina (SRA) desplegó su recetario liberal y reclamó ayer la eliminación de las retenciones a todos los granos, incluida la soja, y de las “trabas a las exportaciones”. Así quedó establecido en un trabajo titulado “La agenda del campo: lineamientos para la definición de una política agropecuaria argentina para el período 2015-2020”, con el que la entidad que preside Luis Miguel Etchevehere busca marcarle la cancha al próximo gobierno. En cuanto a la carne vacuna, la Rural también expresó como “propuesta” la eliminación de las retenciones y el “uso de la genética”. Una de las principales fuentes de financiamiento de la SRA proviene de su potestad para administrar el registro genealógico de las distintas razas del país.
A tono con los precandidatos presidenciales y sus equipos económicos, los dirigentes y técnicos de la SRA explicitaron en el trabajo presentado ayer la necesidad de “generar un shock de confianza”. Para alcanzar esta meta, los ruralistas no solamente plantean objetivos vinculados al sector sino que avanzan sobre todo el sistema impositivo. Para la SRA, la confianza llegaría a partir de la “determinación del gasto público aceptable para la economía argentina y garantizar la responsabilidad fiscal”, “la eliminación del Impuesto al Cheque y Ganancia Mínima Presunta” y la reducción del “impuesto al trabajo”, es decir, las contribuciones patronales.
La “reducción del impuesto al trabajo” se aplicó durante el menemismo y su resultado no fue la mayor generación de empleo sino todo lo contrario. En relación con este tema, la SRA reclamó la reinstalación del viejo Renatre, manejado por Gerónimo “Momo” Venegas y las cuatro entidades de la Mesa de Enlace. Los ruralistas explicaron que la ley 26.727, que creó el nuevo estatuto del peón rural y el actual Renatea, fue una “confiscación”. Por eso reclamaron la reforma de la ley. “Nada de esto podrá conseguirse si no se consolida la calidad institucional para estimular las inversiones”, agregó Etchevehere.
“En la última década se ha debilitado la corresponsabilidad fiscal, en detrimento de las autonomías provinciales, maniatando a los gobiernos provinciales, y por lo tanto impidiendo llevar adelante uno de los principios básicos de la república: el federalismo”, sostuvo la SRA en su paper. Algo que no dijo la entidad es que con las retenciones a la soja, todas las provincias del país han recibido recursos de manera directa y automática para financiar obras de infraestructura. El año pasado, el Fondo Federal Solidario distribuyó 14.704 millones de dólares, un 52 por ciento más de lo que habían recibido en 2013.
“Una caída de la recaudación por derechos de exportación se ve recompensada en parte por el aumento de la base imponible de otros tributos como consecuencia de los mayores recursos generados en la economía, a través de la recaudación de Impuestos a las Ganancias y otros impuestos nacionales y provinciales”, puede leerse en el trabajo. Lo curioso es que en el mismo paper la SRA se queja de la “presión tributaria” sobre el sector y reclama la eliminación y modificación de la mayoría de los tributos nacionales.
Otro de los capítulos abordado por la sociedad sin fines de lucro estuvo dedicado al Impuesto Inmobiliario Rural. “Se propone eliminar las cargas anexadas al inmobiliario, tales como el impuesto complementario en Buenos Aires, el Impuesto a los Grandes Propietarios en Santa Fe y los rangos de gravosas alícuotas para el caso Entre Ríos”, explicitó la SRA.
Según Etchevehere, la entidad tiene la voluntad de generar un “intercambio de propuestas con todos los espacios políticos”. “Aspiramos a que este documento pueda ser enriquecido por todos los actores del sector y de la sociedad”, concluyó Etchevehere. Los lineamientos de este trabajo y sus propuestas coinciden con lo planteado por el Foro de Convergencia Empresarial, donde también participa la entidad ruralista.
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