Mauricio Macri afinó su estrategia. Pasó de intentar construir una fuerza con presencia nacional a sumar figuras reconocidas para que acompañen su candidatura presidencial en los principales distritos del país.
Una vez que consolidó ese proceso, se avocó a la segunda fase de su estrategia, centrada en meter una cuña en la única fuerza política que puede mostrar una presencia nacional: la Unión Cívica Radical.
Después de los coqueteos iniciales, el jefe del PRO dobló la apuesta y convidó a Elisa Carrió y a Ernesto Sanz, a la sazón actual presidente del radicalismo, a sumarse a una alianza electoral de cara a 2015.
Carrió, que hasta hace poco lo denunciaba a cada paso y aseguraba que ese era su límite en la construcción de la "República", hoy es una de las principales impulsoras del acuerdo. Sanz sabe a estas alturas que su candidatura presidencial es una entelequia, tal vez por eso empiece a pensar que es mejor acompañar a Macri.
La cuña amarilla que introdujo el fanático de Queen amenaza con dinamitar al Frente Amplio UNEN, una fuerza que se forjó precisamente al calor de la excelente experiencia electoral en la Ciudad. El PRO es un batracio demasiado grande para los sectores progresistas del Frente.
Una alianza de un sector de la UCR con el PRO podría polarizar la elección de antemano en una fuerza de centro-derecha y otra de centro-izquierda con protagonismo del PJ y el Frente para la Victoria.
La pregunta, por ahora sin respuesta, es cuál será el costo que tendrá que pagar esta vez la UCR por las decisiones de sus dirigentes. Las experiencias electorales previas, en las que se privilegió una aventura electoral por sobre la idiosincrasia del partido, tal vez sirvan de muestra para entender cuál puede ser el impacto de la cuña amarilla.
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domingo, 16 de noviembre de 2014
Por qué no te callas... Economistas al borde de un ataque de dólar
Los ecotarotistas locales nunca predijeron que el dólar ilegal achicaría la brecha con el oficial a menos del 50%, que las compras del "dólar ahorro" caerían después de siete meses o que el dólar futuro cotizaría actualmente a $ 9 para fin de año.
Por Alejandro Robba
El crecimiento de la economía de los próximos cinco años será insuficiente y no creará el empleo necesario." La recuperación es "irregular y frágil" y se confirmó que el déficit de trabajo se acrecentará. Sin duda, estas afirmaciones podrían ser el veredicto sobre la economía argentina a que nos tienen acostumbrados los economistas de la city y políticos opositores desde hace 11 años, pero no: ¡surprise! Es el diagnóstico de la directora del FMI, Christine Lagarde, sobre la economía mundial de los próximos años y fue como para tirarles buena onda a los presidentes y representantes de los países del G-20, reunidos esta semana en Brisbane, en el noreste de Australia.
El panorama no es alentador. Para el FMI, los Estados Unidos y el Reino Unido se están recuperando, pero Europa enfrenta amenazas de un mayor estancamiento y deflación, Japón está luchando para crecer y las economías emergentes de Asia y América del Sur se están desacelerando. Debido a los diferentes ritmos de crecimiento que enfrentan hoy distintos países y regiones del mundo, existen dos debates. El primero se enfoca en discutir si, salvo la zona euro, las demás regiones dejaron de lado los efectos de la crisis económico-financiera de 2008, o si el mundo en su conjunto todavía no superó dicha debacle. El segundo se enmarca en si el "desacoplamiento" entre países ricos y emergentes que se profundizó a partir de inicios de este siglo continuará, seguirá a niveles menores o desaparecerá. ¿Qué es el desacoplamiento? Existen varias versiones sobre el tema pero la idea es que los países emergentes pueden tener desempeños económicos al margen de lo que ocurre con los países centrales. En el fondo, la globalización implica que existan vasos comunicantes entre el norte y el sur, pero estos no serían tan determinantes como hasta hace 15 años y las relaciones Sur-Sur podrían ser autosustentables.
Por supuesto que estas no son sólo discusiones académicas sobre economía política internacional, sino que forman parte de la agenda del G-20 y las estrategias de desarrollo y de inserción internacional de los países que, como Argentina, son tomadores de escenarios y no los construyen, dependen de para dónde vaya la bocha. Es decir, un futuro de desarrollo económico con inclusión está íntimamente ligado a profundizar los pasos hacia la reindustrialización del país y a cómo elijamos a nuestros socios en este recorrido. Si le pifiamos, fuimos.
Los analistas locales habitualmente ocultan este horizonte preocupante para la economía mundial y sólo ven dificultades internas autoinflingidas por las malas políticas públicas del gobierno. Vayamos al dólar nuestro de cada día. Con respecto al bajón sufrido en la cotización del ilegal desde inicios de octubre, las explicaciones de los gurúes económicos han sido desopilantes. Afirman, por un lado, que la causa de la caída se relaciona con la persecución del gobierno sobre las "cuevas" y, por el otro, declaran que es por "el ritmo que ya impone el nuevo gobierno". Con respecto a la primera versión de los hechos, habría que recordarles que hasta hace poco tiempo afirmaban justamente lo contrario, que el ilegal subía porque a mayor represión, el "verde" se convertía en un bien prohibido y contestaba con subas de precio. La segunda explicación ha sido la más creativa. Una nota publicada por La Nación esta semana afirma que el tiempo hasta el cambio de gobierno se achica, y con ese acortamiento cae la incertidumbre. Es decir, que el dólar ilegal cayó fuertemente, porque el "mercado" ve como positivo que cada vez falten menos días para que Cristina Fernández de Kirchner deje la presidencia.
La buena noticia para el equipo económico es que el dólar negro, según la simple ecuación del economista, va a seguir cayendo debido a que cada día que pase, la incertidumbre será menor hasta que desaparecerá por completo el 10 de diciembre de 2015. ¡Riñones! En otra parte de la nota, se juega el todo por el todo y afirma que la inflación para 2015 oscilará entre el 25% y el 50 por ciento. Es como jugar al prode y apostar simultáneamente a local, empate y visitante. Con tal grado de certezas, es el mejor ladero para que nos tire una fija para este domingo en el hipódromo. Si estos análisis son asombrosos, ni que hablar de los consultores que, en promedio, auguraban para fin de año un dólar oficial a $ 10,50 y un dólar negro entre $ 17 y $ 20. Lo cierto es que ninguno muestra cuáles son las ecuaciones o los modelos de predicción esgrimidos. Pareciera que simplemente se basan más en sus deseos personales o en los intereses de quienes los financian, que en un análisis serio, como queda demostrado con la relación tiempo-incertidumbre del opinador de La Nación. Así como las calificadoras de riesgo no pronosticaron la crisis de 2009, los ecotarotistas locales nunca predijeron que el dólar ilegal achicaría la brecha con el oficial a menos del 50% o que las compras del llamado "dólar ahorro" caerían después de siete meses de subas constantes o que el dólar futuro cotizaría actualmente a $ 9 para fin de año.
Para no caer en la misma dinámica confusionista, ni la economía está próxima al colapso como sistemáticamente nos anuncian, ni estamos sobre un lecho de rosas, ya que el propio gobierno reconoce que este año se va a crecer un magro 0,5 por ciento. Lo cierto es que a las decisiones de política cambiaria y monetaria tomadas por el equipo económico, que ahora incluye al BCRA como actor importante de esta coordinación de políticas, se les suma una "mayor predisposición" por utilizar los mecanismos de control existentes para brindar más transparencia al mercado financiero.
Por su parte, en los países supuestamente serios, la transparencia viene complicada. El diario El País de España informó esta semana que "en una nueva acción multimillonaria de los reguladores contra los excesos de la banca, Citigroup, JP Morgan, Chase, UBS, HSBC, Royal Bank of Scotland y Bank of America han sido sancionados con cerca de 4300 millones de dólares en EE UU, Reino Unido y Suiza". Se los acusa de haber conspirado durante casi seis años para conseguir manipular el tipo de cambio de las divisas, comunicándose entre ellos a través de mensajes en grupos de chats a los que habían bautizado como Los Tres Mosqueteros, El Equipo A o La Cooperativa. Y acá no estamos hablando de "cuevas" sino de que la maniobra fue realizada coordinadamente por los seis principales grupos financieros del mundo.
Si sucede en los países desarrollados, ¿cómo no esperar que se reproduzcan estos fraudes también en países como los nuestros? Pero la doble vara es tan notoria, que la acción coordinada entre organismos de contralor argentinos como AFIP, CVN, BCRA, UIF y Procelac es vista como una persecución por economistas, editorialistas y políticos opositores, que sí aplauden supuestas políticas de Estado cuando lo mismo sucede en los países del norte. Imaginen el dinero que ganarán estos buenos muchachos si ya hace un año, la Comisión Europea impuso a algunos de ellos una multa de 1700 millones de euros por participar en un acuerdo ilegal para manipular tipos de interés de referencia como el Euribor. Es decir, en lugar de competir –como abogan los adoradores del libre mercado que dirigen esos mismos bancos– se ponían de acuerdo para fijar los índices por las cuales se ajustan los créditos hipotecarios.
El 13 de noviembre se conmemora en nuestro país el Día del Pensamiento Nacional, en homenaje al nacimiento de Arturo Jauretche, un intelectual underground, nacido en 1901 en Lincoln, provincia de Buenos Aires. Nunca reconocido por la así llamada academia, sus ideas, conceptos y frases andan siempre más por fuera que por dentro de los claustros universitarios. Estaño, vendepatria, medio pelo, zonceras, tilingos, FORJA, argentina subterránea son conceptos que ya forman parte del acervo cultural nacional. Es importante recordar que quienes siempre ven en los EE UU y Europa virtudes y aquí oscuridad, piensan a la Argentina en clave del relato que se fuera escribiendo con el Facundo de Sarmiento, cuya dicotomía civilización o barbarie se propagó en toda la historiografía mitrista con generales unitarios de bronce y caudillos, gauchos y caciques estigmatizados como propios del estado de naturaleza, alejados de toda humanidad.
En estas columnas muchas veces confrontamos ideas y describimos los dichos de muchos actores de la vida política nacional que piensan en esta misma clave. Algunos, como Jauretche, consideramos que no somos ningunos "vivos" sino apenas "giles avivados", pero otros siguen sosteniendo posiciones antinacionales no por desconocimiento, sino por convicción. Don Arturo utilizaba habitualmente el concepto de "cipayo", cuya acepción recoge la Real Academia Española como soldado indio de los siglos XVIII y XIX al servicio de Francia, Portugal y Gran Bretaña; o simplemente como "secuaz a sueldo".
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Por Alejandro Robba
El crecimiento de la economía de los próximos cinco años será insuficiente y no creará el empleo necesario." La recuperación es "irregular y frágil" y se confirmó que el déficit de trabajo se acrecentará. Sin duda, estas afirmaciones podrían ser el veredicto sobre la economía argentina a que nos tienen acostumbrados los economistas de la city y políticos opositores desde hace 11 años, pero no: ¡surprise! Es el diagnóstico de la directora del FMI, Christine Lagarde, sobre la economía mundial de los próximos años y fue como para tirarles buena onda a los presidentes y representantes de los países del G-20, reunidos esta semana en Brisbane, en el noreste de Australia.
El panorama no es alentador. Para el FMI, los Estados Unidos y el Reino Unido se están recuperando, pero Europa enfrenta amenazas de un mayor estancamiento y deflación, Japón está luchando para crecer y las economías emergentes de Asia y América del Sur se están desacelerando. Debido a los diferentes ritmos de crecimiento que enfrentan hoy distintos países y regiones del mundo, existen dos debates. El primero se enfoca en discutir si, salvo la zona euro, las demás regiones dejaron de lado los efectos de la crisis económico-financiera de 2008, o si el mundo en su conjunto todavía no superó dicha debacle. El segundo se enmarca en si el "desacoplamiento" entre países ricos y emergentes que se profundizó a partir de inicios de este siglo continuará, seguirá a niveles menores o desaparecerá. ¿Qué es el desacoplamiento? Existen varias versiones sobre el tema pero la idea es que los países emergentes pueden tener desempeños económicos al margen de lo que ocurre con los países centrales. En el fondo, la globalización implica que existan vasos comunicantes entre el norte y el sur, pero estos no serían tan determinantes como hasta hace 15 años y las relaciones Sur-Sur podrían ser autosustentables.
Por supuesto que estas no son sólo discusiones académicas sobre economía política internacional, sino que forman parte de la agenda del G-20 y las estrategias de desarrollo y de inserción internacional de los países que, como Argentina, son tomadores de escenarios y no los construyen, dependen de para dónde vaya la bocha. Es decir, un futuro de desarrollo económico con inclusión está íntimamente ligado a profundizar los pasos hacia la reindustrialización del país y a cómo elijamos a nuestros socios en este recorrido. Si le pifiamos, fuimos.
Los analistas locales habitualmente ocultan este horizonte preocupante para la economía mundial y sólo ven dificultades internas autoinflingidas por las malas políticas públicas del gobierno. Vayamos al dólar nuestro de cada día. Con respecto al bajón sufrido en la cotización del ilegal desde inicios de octubre, las explicaciones de los gurúes económicos han sido desopilantes. Afirman, por un lado, que la causa de la caída se relaciona con la persecución del gobierno sobre las "cuevas" y, por el otro, declaran que es por "el ritmo que ya impone el nuevo gobierno". Con respecto a la primera versión de los hechos, habría que recordarles que hasta hace poco tiempo afirmaban justamente lo contrario, que el ilegal subía porque a mayor represión, el "verde" se convertía en un bien prohibido y contestaba con subas de precio. La segunda explicación ha sido la más creativa. Una nota publicada por La Nación esta semana afirma que el tiempo hasta el cambio de gobierno se achica, y con ese acortamiento cae la incertidumbre. Es decir, que el dólar ilegal cayó fuertemente, porque el "mercado" ve como positivo que cada vez falten menos días para que Cristina Fernández de Kirchner deje la presidencia.
La buena noticia para el equipo económico es que el dólar negro, según la simple ecuación del economista, va a seguir cayendo debido a que cada día que pase, la incertidumbre será menor hasta que desaparecerá por completo el 10 de diciembre de 2015. ¡Riñones! En otra parte de la nota, se juega el todo por el todo y afirma que la inflación para 2015 oscilará entre el 25% y el 50 por ciento. Es como jugar al prode y apostar simultáneamente a local, empate y visitante. Con tal grado de certezas, es el mejor ladero para que nos tire una fija para este domingo en el hipódromo. Si estos análisis son asombrosos, ni que hablar de los consultores que, en promedio, auguraban para fin de año un dólar oficial a $ 10,50 y un dólar negro entre $ 17 y $ 20. Lo cierto es que ninguno muestra cuáles son las ecuaciones o los modelos de predicción esgrimidos. Pareciera que simplemente se basan más en sus deseos personales o en los intereses de quienes los financian, que en un análisis serio, como queda demostrado con la relación tiempo-incertidumbre del opinador de La Nación. Así como las calificadoras de riesgo no pronosticaron la crisis de 2009, los ecotarotistas locales nunca predijeron que el dólar ilegal achicaría la brecha con el oficial a menos del 50% o que las compras del llamado "dólar ahorro" caerían después de siete meses de subas constantes o que el dólar futuro cotizaría actualmente a $ 9 para fin de año.
Para no caer en la misma dinámica confusionista, ni la economía está próxima al colapso como sistemáticamente nos anuncian, ni estamos sobre un lecho de rosas, ya que el propio gobierno reconoce que este año se va a crecer un magro 0,5 por ciento. Lo cierto es que a las decisiones de política cambiaria y monetaria tomadas por el equipo económico, que ahora incluye al BCRA como actor importante de esta coordinación de políticas, se les suma una "mayor predisposición" por utilizar los mecanismos de control existentes para brindar más transparencia al mercado financiero.
Por su parte, en los países supuestamente serios, la transparencia viene complicada. El diario El País de España informó esta semana que "en una nueva acción multimillonaria de los reguladores contra los excesos de la banca, Citigroup, JP Morgan, Chase, UBS, HSBC, Royal Bank of Scotland y Bank of America han sido sancionados con cerca de 4300 millones de dólares en EE UU, Reino Unido y Suiza". Se los acusa de haber conspirado durante casi seis años para conseguir manipular el tipo de cambio de las divisas, comunicándose entre ellos a través de mensajes en grupos de chats a los que habían bautizado como Los Tres Mosqueteros, El Equipo A o La Cooperativa. Y acá no estamos hablando de "cuevas" sino de que la maniobra fue realizada coordinadamente por los seis principales grupos financieros del mundo.
Si sucede en los países desarrollados, ¿cómo no esperar que se reproduzcan estos fraudes también en países como los nuestros? Pero la doble vara es tan notoria, que la acción coordinada entre organismos de contralor argentinos como AFIP, CVN, BCRA, UIF y Procelac es vista como una persecución por economistas, editorialistas y políticos opositores, que sí aplauden supuestas políticas de Estado cuando lo mismo sucede en los países del norte. Imaginen el dinero que ganarán estos buenos muchachos si ya hace un año, la Comisión Europea impuso a algunos de ellos una multa de 1700 millones de euros por participar en un acuerdo ilegal para manipular tipos de interés de referencia como el Euribor. Es decir, en lugar de competir –como abogan los adoradores del libre mercado que dirigen esos mismos bancos– se ponían de acuerdo para fijar los índices por las cuales se ajustan los créditos hipotecarios.
El 13 de noviembre se conmemora en nuestro país el Día del Pensamiento Nacional, en homenaje al nacimiento de Arturo Jauretche, un intelectual underground, nacido en 1901 en Lincoln, provincia de Buenos Aires. Nunca reconocido por la así llamada academia, sus ideas, conceptos y frases andan siempre más por fuera que por dentro de los claustros universitarios. Estaño, vendepatria, medio pelo, zonceras, tilingos, FORJA, argentina subterránea son conceptos que ya forman parte del acervo cultural nacional. Es importante recordar que quienes siempre ven en los EE UU y Europa virtudes y aquí oscuridad, piensan a la Argentina en clave del relato que se fuera escribiendo con el Facundo de Sarmiento, cuya dicotomía civilización o barbarie se propagó en toda la historiografía mitrista con generales unitarios de bronce y caudillos, gauchos y caciques estigmatizados como propios del estado de naturaleza, alejados de toda humanidad.
En estas columnas muchas veces confrontamos ideas y describimos los dichos de muchos actores de la vida política nacional que piensan en esta misma clave. Algunos, como Jauretche, consideramos que no somos ningunos "vivos" sino apenas "giles avivados", pero otros siguen sosteniendo posiciones antinacionales no por desconocimiento, sino por convicción. Don Arturo utilizaba habitualmente el concepto de "cipayo", cuya acepción recoge la Real Academia Española como soldado indio de los siglos XVIII y XIX al servicio de Francia, Portugal y Gran Bretaña; o simplemente como "secuaz a sueldo".
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Pulseada Por Por Alfredo Zaiat
El análisis financiero habitual se construye sobre metáforas de los sujetos económicos e instituciones que intervienen en el mercado. Los movimientos de las variables son narrados en términos de catástrofes de la naturaleza o de estados de ánimo de las personas. Así el dólar se “agita”, la plaza cambiaria “sufre”, las acciones registran bruscas “sacudidas”, sube la “fiebre” por el dólar, existe “sequía” de créditos o una “tormenta” se descargó sobre el negocio financiero. Detrás de esa forma de interpretación de la dinámica del mercado como un acontecimiento de la naturaleza o de sentimientos se oculta el comportamiento de los principales protagonistas de la actividad financiera. Las explicaciones de quienes pronosticaban una cotización de 18 a 20 pesos del denominado dólar blue para fin de mes son una muestra de esa confusión deliberada y, a la vez, de la impunidad que tienen de decir un día una cosa y al otro, todo lo contrario. Un día sentencian que el blue bajó por los controles, violentando el postulado de los fanáticos del mercado libre que dice que si un bien es prohibido el precio sube, y al siguiente aseguran que subió por los controles. El análisis de la evolución cambiaria es tan variado que hasta permite sumar el humor en esas variantes interpretativas, como el desplegado en una reciente columna publicada en La Nación titulada “el dólar blue, en baja por el ritmo que ya impone el futuro gobierno”.
No hubo elementos provenientes de la naturaleza, acciones mágicas ni especulación electoral que modificaran la tendencia en la plaza cambiaria de las últimas semanas. Muchos en la city están sorprendidos y otros frustrados porque estaban lanzados a reeditar las jornadas turbulentas del año pasado, cuyo desenlace fue la traumática devaluación de fines de enero. En el mercado se había construido una fuerte expectativa devaluacionista pensando en condicionar el proceso electoral 2015 más que en consideraciones de competitividad de la economía. Esas expectativas perturbadoras de la estabilidad fueron revertidas por el Gobierno con iniciativa política y una serie de medidas financieras específicas. Esto no significa la neutralización de los motores de la corrida, que pueden encenderse en cualquier momento y que varios están calentando, sino que revela una mayor capacidad de reacción oficial ante un sistema financiero que no descansa. La pulseada en el mercado cambiario es permanente.
El equipo económico tuvo como objetivo desde el inicio de su gestión reducir la brecha cambiaria (el tipo de cambio oficial en relación con el contado con liqui y el dólar Bolsa) para ubicarla debajo del 40 por ciento, considerando peligroso si se ubicara por encima del 60 por ciento porque impactaría sobre las reservas al incentivar la sobrefacturación de importaciones y sobrefacturación de exportaciones. Disminuir la brecha era una cuestión central en la estrategia del ministro Axel Kicillof para incentivar la inversión productiva, impulsar expectativas positivas sobre la evolución de la economía y recuperar márgenes de maniobra para relajar la restricción externa. Con esa línea de acción, Kicillof habilitó a trabajadores en relación de dependencia con sueldos medios y altos la posibilidad de comprar dólares para ahorrar, y también flexibilizó la adquisición de dólares para turismo. Con la forzada devaluación de enero y el alza de la tasa de interés, terminó de recuperar el control efectivo del mercado de cambios que había quedado en manos de los privados.
El estallido del conflicto con los fondos buitre, que mantienen lazos con operadores financieros locales para impulsar la estrategia explícita de desestabilización cambiaria, y la imprudencia de la anterior conducción del Banco Central de sugerir a sus interlocutores habituales acerca de una probable nueva devaluación brusca, gatillaron una nueva corrida cambiaria que elevó el dólar Bolsa, el contado con liqui y el blue por encima de los 15 pesos. El comercializado por canales informales tocó un máximo de 15,95 pesos. Otra vez el mercado de cambios pasó a ser administrado por los privados con un potencial desestabilizador aún mayor porque el dique defensivo de las reservas estaba más castigado y porque se estaba ingresando en el último año del actual período kirchnerista.
La reacción oportuna del gobierno de CFK logró quebrar esas expectativas devaluacionistas reafirmando el objetivo de reducir la brecha con las siguientes medidas políticas y financieras.
–Remover la conducción del Banco Central que, ya sea por un acuerdo con bancos o por convencimiento de que así podía domesticar a las fieras, había comentado la posibilidad cercana de una nueva devaluación.
–Desplazar a funcionarios de la línea gerencial del Banco Central que estaban muy ocupados en cuidar los negocios de las entidades que debían controlar.
–Gatillar el acuerdo de intercambio de monedas (swap) con China por 840 millones de dólares. Antes de fin de año se habilitará una segunda cuota por un monto similar.
–Ratificar que ingresarán unos 500 millones de dólares de China por el financiamiento para la construcción de las dos represas en Santa Cruz. Esa posibilidad de más dólares para abultar las reservas actúa sobre la formación de expectativas desalentando un poco la corrida.
–Definir un acuerdo con el complejo agrario exportador para reanudar la venta de dólares de la actual cosecha por unos 4200 millones de dólares y adelantar 1500 millones de la próxima.
–Plantear eventuales líneas de financiamiento para sumar reservas provenientes del Banco de Francia.
–Sumar poco más de 2200 millones de dólares por la licitación de la frecuencia de telefonía móvil de cuarta generación (4G).
–Limitar la dolarización de las carteras de inversión de las compañías de seguros con bonos utilizados en el contado con liqui. Esas empresas tuvieron que vender esos papeles y para mantener el porcentaje de cobertura cambiaria el Gobierno emitió bonos atados al tipo de cambio (linked).
–Emisión de dos bonos atados al tipo de cambio: el primero por el equivalente a 938 millones de dólares con vencimiento en 2016, y el otro por 653 millones de dólares hasta el 2018.
–Subir la tasa de interés para pequeños y medianos ahorristas por colocaciones a plazo.
–Fiscalizar el funcionamiento del sistema financiero para obturar los canales de comunicación entre la franja formal y la ilegal del mercado cambiario.
–Generar la “percepción de riesgo” por parte de la AFIP sobre grandes empresas locales y extranjeras que utilizan precios de transferencia y sobre y subfacturación en operaciones de comercio exterior, maniobras que impactan negativamente en el stock de reservas.
–Coordinar la acción del BCRA, UIF, Procelac, CNV y AFIP. Una de las principales tareas del trabajo en conjunto fue la de un mayor control sobre las operaciones de contado con liqui, que son legales para determinados fines y otras son difíciles de justificar al encubrir evasión y lavado de dinero.
La recuperación del control del mercado de cambios por parte de la gestión económica, que derivó en el desinfle de las cotizaciones del dólar (el contado con liqui bajó a 12,05, el dólar Bolsa a 12,45 y el blue a 13,30 pesos), fue por ese conjunto de iniciativas que defendió el actual stock de reservas y brindó opciones de inversión a pequeños y medianos ahorristas y a grandes operadores. Fueron medidas para tranquilizar las expectativas sobre una pronta devaluación brusca, a lo que se agregó la necesaria intervención de los organismos públicos para combatir el delito cambiario y el lavado de dinero. Estas acciones generaron sorpresa entre protagonistas de la city porque no han sido frecuentes, a diferencia de lo que ocurre en las plazas desarrolladas donde se castiga con multas millonarias el fraude financiero. Esta semana las autoridades de regulación del mercado financiero de Estados Unidos, Reino Unido y Suiza multaron al Citibank, HSBC, JPMorgan, RBS, y UBS, a pagar unos 3300 millones de dólares por la manipulación de los tipos de cambio en el mercado de divisas.
La batería de medidas para disminuir la brecha cambiaria fue el golpe adecuado para tranquilizar las expectativas de devaluación y recuperar el control del mercado por parte del Banco Central. En el equipo económico saben que esta reacción no significa inmunidad a una nueva corrida cambiaria en los meses calientes de la contienda electoral del año próximo. Dicen que se están preparando para continuar esta pulseada fortaleciendo la actual estrategia financiera y de control del mercado, adelantando que puede escalar en su intensidad hasta la estatización de un gran banco nacional “flojo de papeles” muy activo en estimular las corridas cambiarias.
azaiat@pagina12.com.ar
16/11/14 Página|12
No hubo elementos provenientes de la naturaleza, acciones mágicas ni especulación electoral que modificaran la tendencia en la plaza cambiaria de las últimas semanas. Muchos en la city están sorprendidos y otros frustrados porque estaban lanzados a reeditar las jornadas turbulentas del año pasado, cuyo desenlace fue la traumática devaluación de fines de enero. En el mercado se había construido una fuerte expectativa devaluacionista pensando en condicionar el proceso electoral 2015 más que en consideraciones de competitividad de la economía. Esas expectativas perturbadoras de la estabilidad fueron revertidas por el Gobierno con iniciativa política y una serie de medidas financieras específicas. Esto no significa la neutralización de los motores de la corrida, que pueden encenderse en cualquier momento y que varios están calentando, sino que revela una mayor capacidad de reacción oficial ante un sistema financiero que no descansa. La pulseada en el mercado cambiario es permanente.
El equipo económico tuvo como objetivo desde el inicio de su gestión reducir la brecha cambiaria (el tipo de cambio oficial en relación con el contado con liqui y el dólar Bolsa) para ubicarla debajo del 40 por ciento, considerando peligroso si se ubicara por encima del 60 por ciento porque impactaría sobre las reservas al incentivar la sobrefacturación de importaciones y sobrefacturación de exportaciones. Disminuir la brecha era una cuestión central en la estrategia del ministro Axel Kicillof para incentivar la inversión productiva, impulsar expectativas positivas sobre la evolución de la economía y recuperar márgenes de maniobra para relajar la restricción externa. Con esa línea de acción, Kicillof habilitó a trabajadores en relación de dependencia con sueldos medios y altos la posibilidad de comprar dólares para ahorrar, y también flexibilizó la adquisición de dólares para turismo. Con la forzada devaluación de enero y el alza de la tasa de interés, terminó de recuperar el control efectivo del mercado de cambios que había quedado en manos de los privados.
El estallido del conflicto con los fondos buitre, que mantienen lazos con operadores financieros locales para impulsar la estrategia explícita de desestabilización cambiaria, y la imprudencia de la anterior conducción del Banco Central de sugerir a sus interlocutores habituales acerca de una probable nueva devaluación brusca, gatillaron una nueva corrida cambiaria que elevó el dólar Bolsa, el contado con liqui y el blue por encima de los 15 pesos. El comercializado por canales informales tocó un máximo de 15,95 pesos. Otra vez el mercado de cambios pasó a ser administrado por los privados con un potencial desestabilizador aún mayor porque el dique defensivo de las reservas estaba más castigado y porque se estaba ingresando en el último año del actual período kirchnerista.
La reacción oportuna del gobierno de CFK logró quebrar esas expectativas devaluacionistas reafirmando el objetivo de reducir la brecha con las siguientes medidas políticas y financieras.
–Remover la conducción del Banco Central que, ya sea por un acuerdo con bancos o por convencimiento de que así podía domesticar a las fieras, había comentado la posibilidad cercana de una nueva devaluación.
–Desplazar a funcionarios de la línea gerencial del Banco Central que estaban muy ocupados en cuidar los negocios de las entidades que debían controlar.
–Gatillar el acuerdo de intercambio de monedas (swap) con China por 840 millones de dólares. Antes de fin de año se habilitará una segunda cuota por un monto similar.
–Ratificar que ingresarán unos 500 millones de dólares de China por el financiamiento para la construcción de las dos represas en Santa Cruz. Esa posibilidad de más dólares para abultar las reservas actúa sobre la formación de expectativas desalentando un poco la corrida.
–Definir un acuerdo con el complejo agrario exportador para reanudar la venta de dólares de la actual cosecha por unos 4200 millones de dólares y adelantar 1500 millones de la próxima.
–Plantear eventuales líneas de financiamiento para sumar reservas provenientes del Banco de Francia.
–Sumar poco más de 2200 millones de dólares por la licitación de la frecuencia de telefonía móvil de cuarta generación (4G).
–Limitar la dolarización de las carteras de inversión de las compañías de seguros con bonos utilizados en el contado con liqui. Esas empresas tuvieron que vender esos papeles y para mantener el porcentaje de cobertura cambiaria el Gobierno emitió bonos atados al tipo de cambio (linked).
–Emisión de dos bonos atados al tipo de cambio: el primero por el equivalente a 938 millones de dólares con vencimiento en 2016, y el otro por 653 millones de dólares hasta el 2018.
–Subir la tasa de interés para pequeños y medianos ahorristas por colocaciones a plazo.
–Fiscalizar el funcionamiento del sistema financiero para obturar los canales de comunicación entre la franja formal y la ilegal del mercado cambiario.
–Generar la “percepción de riesgo” por parte de la AFIP sobre grandes empresas locales y extranjeras que utilizan precios de transferencia y sobre y subfacturación en operaciones de comercio exterior, maniobras que impactan negativamente en el stock de reservas.
–Coordinar la acción del BCRA, UIF, Procelac, CNV y AFIP. Una de las principales tareas del trabajo en conjunto fue la de un mayor control sobre las operaciones de contado con liqui, que son legales para determinados fines y otras son difíciles de justificar al encubrir evasión y lavado de dinero.
La recuperación del control del mercado de cambios por parte de la gestión económica, que derivó en el desinfle de las cotizaciones del dólar (el contado con liqui bajó a 12,05, el dólar Bolsa a 12,45 y el blue a 13,30 pesos), fue por ese conjunto de iniciativas que defendió el actual stock de reservas y brindó opciones de inversión a pequeños y medianos ahorristas y a grandes operadores. Fueron medidas para tranquilizar las expectativas sobre una pronta devaluación brusca, a lo que se agregó la necesaria intervención de los organismos públicos para combatir el delito cambiario y el lavado de dinero. Estas acciones generaron sorpresa entre protagonistas de la city porque no han sido frecuentes, a diferencia de lo que ocurre en las plazas desarrolladas donde se castiga con multas millonarias el fraude financiero. Esta semana las autoridades de regulación del mercado financiero de Estados Unidos, Reino Unido y Suiza multaron al Citibank, HSBC, JPMorgan, RBS, y UBS, a pagar unos 3300 millones de dólares por la manipulación de los tipos de cambio en el mercado de divisas.
La batería de medidas para disminuir la brecha cambiaria fue el golpe adecuado para tranquilizar las expectativas de devaluación y recuperar el control del mercado por parte del Banco Central. En el equipo económico saben que esta reacción no significa inmunidad a una nueva corrida cambiaria en los meses calientes de la contienda electoral del año próximo. Dicen que se están preparando para continuar esta pulseada fortaleciendo la actual estrategia financiera y de control del mercado, adelantando que puede escalar en su intensidad hasta la estatización de un gran banco nacional “flojo de papeles” muy activo en estimular las corridas cambiarias.
azaiat@pagina12.com.ar
16/11/14 Página|12
“Estamos a merced de los sectores más especulativos”
El funcionario remarcó la necesidad de que haya un instrumento internacional legal que les permita a los países resolver sus reestructuraciones de deuda sin quedar expuestos a los fondos buitre. La debilidad de la economía mundial estuvo en el centro del debate.
Por Fernando Krakowiak
Desde Brisbane
En la reunión de apertura de la cumbre del G-20, el ministro de Economía, Axel Kicillof, ratificó ayer el peligro que representan los fondos buitre, sobre todo para los países endeudados que están tratando de recuperarse. “Es lamentable que cuando las deudas públicas siguen siendo una grave carga para que los países puedan poner en marcha sus economías, además tengan que enfrentar el peligro de que grupos minúsculos, que son especuladores financieros acompañados por abogados, consigan sentencias de jueces que ponen en riesgo la arquitectura financiera internacional. El riesgo sistémico a nivel de reestructuración de deudas es uno de los temas del G-20”, aseguró el funcionario, quien encabezó la delegación argentina en reemplazo de Cristina Kirchner, ausente por problemas de salud. Kicillof insistió además con la necesidad de que haya un instrumento internacional legal que les permita a los países resolver esas reestructuraciones. Hoy se conocerá la declaración final de los presidentes, donde se incluirá una referencia a este problema.
La jornada de los presidentes comenzó ayer por la mañana con un encuentro a puertas cerradas en el Parlamento. Luego de esa escala, la cumbre se inauguró formalmente a las 15.40 (2.40 del sábado en Argentina) con un breve discurso del primer ministro australiano, Tony Abbott. El impresionante dispositivo de seguridad montado por más de 6 mil policías en el área restringida del evento garantizó que no hubiese ningún tipo de protesta cerca. Todas las calles aledañas estuvieron bloqueadas y se cerró al tránsito el Puente Victoria, que conecta a esta zona de museos del sur de Brisbane con el centro de la ciudad. Los movimientos sociales se concentraron cerca de Roma Street Parkland, del otro lado del río. Allí predominaron consignas de lo más diversas. Había chicas vestidas de ángeles con carteles que decían “Coal Kills” (el carbón mata), jóvenes con las máscaras de Guy Fawkes que popularizó Anonymous y pancartas con leyendas en defensa de los derechos de los aborígenes, los refugiados, los palestinos, los tibetanos e incluso las Pussy Riot, el colectivo feminista ruso que enfrenta a Vladimir Putin.
La reunión inaugural en el centro de convenciones se extendió por dos horas y lo único que se transmitió fue el discurso de Abbott. Allí hubo una primera intervención de los jefes de Estado, quienes luego se fueron a sacar la tradicional foto de familia donde Kicillof saludó con la “V” de la victoria. En el recinto, el ministro de Economía aprovechó su tiempo para exponer sobre el riesgo sistémico que representa el hecho de que los fondos buitres puedan bloquear las reestructuraciones de deuda soberanas, poniendo en jaque la recuperación de los países y afectando el crecimiento de la economía en términos globales. “Los países que más dificultades tienen para salir de la recesión son los que más peso tienen de la deuda sobre el producto. Es ahí donde Argentina señaló y esperamos tener todo el apoyo, porque lo hemos sentido en los diferentes foros internacionales, sobre la cuestión de la reestructuración de la deuda soberana. Si no hay un instrumento internacional legal que permita a los países tener un marco jurídico para resolver estas cuestiones, como comunidad estamos a merced de los sectores más especulativos, de los fondos buitres”, contó Kicillof ante Página/12 al salir del encuentro.
El canciller Héctor Timerman, por su parte, que acompañó a Kicillof durante el diálogo con los periodistas, destacó el consenso que existe entre los distintos países para buscar una solución. “Todos los países reconocen que hay un problema con la reestructuración de las deudas soberanas. Habrá diferentes visiones sobre cómo enfrentar ese problema, pero lo que no hay es algún país que diga que este no es un tema del G-20. En ese sentido, estamos muy satisfechos con que en el debate vamos a encontrar varias respuestas a un problema que atañe hoy a la Argentina, pero que también ha sido sufrido por muchos países en Asia, Africa y América latina”, remarcó.
La referencia del canciller a las diferentes visiones sobre cómo enfrentar el problema, da cuenta del debate que existe entre los países que proponen el diseño de un marco jurídico multilateral sobre reestructuración de deudas, al que deberían adherir los Estados y aquellas otras naciones que consideran que la solución pasa, en todo caso, por introducir mayores precisiones en futuros contratos de deuda entre privados. Por ejemplo, incorporando cláusulas de acción colectiva que permitan extender al conjunto de los acreedores lo decidido por una mayoría a definir y/o explicitando mejor lo que se entiende por pari passu (tratamiento igualitario) para evitar interpretaciones pro-buitres, como la que realizó el juez estadounidense Thomas Griesa. En el primer grupo se ubican los 124 países que votaron en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a favor de avanzar con el diseño de un marco jurídico multilateral para restructuraciones de deuda. De esos 124, nueve integran el G-20, incluidos China, Brasil, Rusia e India. Del otro lado, se ubican los 11 que votaron en contra en la ONU. Son minoría, pero en sus filas están nada menos que Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Japón y Canadá.
Más allá de la cuestión de los buitres que resaltó Argentina, lo que predominó en el debate entre los presidentes fueron las intervenciones referidas a las dificultades que experimenta la economía mundial para recuperarse, habiendo pasado ya seis años del estallido de la última gran crisis. Kicillof señaló que durante la sesión, el titular de la OCDE, Angel Gurría (México), precisó que “el comercio mundial va a la mitad de la velocidad esperada y las inversiones están un 40 por ciento por debajo de antes de la crisis de 2008, mientras que en Europa esta caída es del 80 por ciento”.
Uno de los objetivos centrales que se propuso este G-20 es tratar de que sus países miembros tomen una serie de medidas para crecer un 2 por ciento adicional durante los próximos cincos años y así fortalecer una economía mundial que aparece debilitada. El problema es que no termina de haber consenso sobre cuál es el mejor camino para alcanzar ese objetivo. “Se ha visto una tensión entre dos visiones de cómo orientar la salida de la crisis. Una más vinculada con la oferta y con la consolidación fiscal, que es el eufemismo que le han puesto a la cuestión de ajustar las cuentas públicas, y otra vía que propone incrementar la demanda agregada con una expansión que venga más desde el gasto y la inversión en infraestructura. Esa es una tensión a nivel mundial que se refleja en el G-20”, aseguró Kicillof. Al ser consultado por Página/12 sobre cómo podría saldarse ese debate, el ministro opinó que “si bien todavía no se encuentra una tendencia, se ve que la vía del salvataje financiero más la reducción del gasto no funcionó”. “Estamos en un punto de inflexión donde empiezan a aparecer algunas voces hablando fuertemente de los estímulos a la demanda. Tanto Argentina como Rusia, China y Brasil se han orientado en esa dirección”, concluyó el funcionario.
16/11/14 Página|12
Por Fernando Krakowiak
Desde Brisbane
En la reunión de apertura de la cumbre del G-20, el ministro de Economía, Axel Kicillof, ratificó ayer el peligro que representan los fondos buitre, sobre todo para los países endeudados que están tratando de recuperarse. “Es lamentable que cuando las deudas públicas siguen siendo una grave carga para que los países puedan poner en marcha sus economías, además tengan que enfrentar el peligro de que grupos minúsculos, que son especuladores financieros acompañados por abogados, consigan sentencias de jueces que ponen en riesgo la arquitectura financiera internacional. El riesgo sistémico a nivel de reestructuración de deudas es uno de los temas del G-20”, aseguró el funcionario, quien encabezó la delegación argentina en reemplazo de Cristina Kirchner, ausente por problemas de salud. Kicillof insistió además con la necesidad de que haya un instrumento internacional legal que les permita a los países resolver esas reestructuraciones. Hoy se conocerá la declaración final de los presidentes, donde se incluirá una referencia a este problema.
La jornada de los presidentes comenzó ayer por la mañana con un encuentro a puertas cerradas en el Parlamento. Luego de esa escala, la cumbre se inauguró formalmente a las 15.40 (2.40 del sábado en Argentina) con un breve discurso del primer ministro australiano, Tony Abbott. El impresionante dispositivo de seguridad montado por más de 6 mil policías en el área restringida del evento garantizó que no hubiese ningún tipo de protesta cerca. Todas las calles aledañas estuvieron bloqueadas y se cerró al tránsito el Puente Victoria, que conecta a esta zona de museos del sur de Brisbane con el centro de la ciudad. Los movimientos sociales se concentraron cerca de Roma Street Parkland, del otro lado del río. Allí predominaron consignas de lo más diversas. Había chicas vestidas de ángeles con carteles que decían “Coal Kills” (el carbón mata), jóvenes con las máscaras de Guy Fawkes que popularizó Anonymous y pancartas con leyendas en defensa de los derechos de los aborígenes, los refugiados, los palestinos, los tibetanos e incluso las Pussy Riot, el colectivo feminista ruso que enfrenta a Vladimir Putin.
La reunión inaugural en el centro de convenciones se extendió por dos horas y lo único que se transmitió fue el discurso de Abbott. Allí hubo una primera intervención de los jefes de Estado, quienes luego se fueron a sacar la tradicional foto de familia donde Kicillof saludó con la “V” de la victoria. En el recinto, el ministro de Economía aprovechó su tiempo para exponer sobre el riesgo sistémico que representa el hecho de que los fondos buitres puedan bloquear las reestructuraciones de deuda soberanas, poniendo en jaque la recuperación de los países y afectando el crecimiento de la economía en términos globales. “Los países que más dificultades tienen para salir de la recesión son los que más peso tienen de la deuda sobre el producto. Es ahí donde Argentina señaló y esperamos tener todo el apoyo, porque lo hemos sentido en los diferentes foros internacionales, sobre la cuestión de la reestructuración de la deuda soberana. Si no hay un instrumento internacional legal que permita a los países tener un marco jurídico para resolver estas cuestiones, como comunidad estamos a merced de los sectores más especulativos, de los fondos buitres”, contó Kicillof ante Página/12 al salir del encuentro.
El canciller Héctor Timerman, por su parte, que acompañó a Kicillof durante el diálogo con los periodistas, destacó el consenso que existe entre los distintos países para buscar una solución. “Todos los países reconocen que hay un problema con la reestructuración de las deudas soberanas. Habrá diferentes visiones sobre cómo enfrentar ese problema, pero lo que no hay es algún país que diga que este no es un tema del G-20. En ese sentido, estamos muy satisfechos con que en el debate vamos a encontrar varias respuestas a un problema que atañe hoy a la Argentina, pero que también ha sido sufrido por muchos países en Asia, Africa y América latina”, remarcó.
La referencia del canciller a las diferentes visiones sobre cómo enfrentar el problema, da cuenta del debate que existe entre los países que proponen el diseño de un marco jurídico multilateral sobre reestructuración de deudas, al que deberían adherir los Estados y aquellas otras naciones que consideran que la solución pasa, en todo caso, por introducir mayores precisiones en futuros contratos de deuda entre privados. Por ejemplo, incorporando cláusulas de acción colectiva que permitan extender al conjunto de los acreedores lo decidido por una mayoría a definir y/o explicitando mejor lo que se entiende por pari passu (tratamiento igualitario) para evitar interpretaciones pro-buitres, como la que realizó el juez estadounidense Thomas Griesa. En el primer grupo se ubican los 124 países que votaron en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a favor de avanzar con el diseño de un marco jurídico multilateral para restructuraciones de deuda. De esos 124, nueve integran el G-20, incluidos China, Brasil, Rusia e India. Del otro lado, se ubican los 11 que votaron en contra en la ONU. Son minoría, pero en sus filas están nada menos que Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Japón y Canadá.
Más allá de la cuestión de los buitres que resaltó Argentina, lo que predominó en el debate entre los presidentes fueron las intervenciones referidas a las dificultades que experimenta la economía mundial para recuperarse, habiendo pasado ya seis años del estallido de la última gran crisis. Kicillof señaló que durante la sesión, el titular de la OCDE, Angel Gurría (México), precisó que “el comercio mundial va a la mitad de la velocidad esperada y las inversiones están un 40 por ciento por debajo de antes de la crisis de 2008, mientras que en Europa esta caída es del 80 por ciento”.
Uno de los objetivos centrales que se propuso este G-20 es tratar de que sus países miembros tomen una serie de medidas para crecer un 2 por ciento adicional durante los próximos cincos años y así fortalecer una economía mundial que aparece debilitada. El problema es que no termina de haber consenso sobre cuál es el mejor camino para alcanzar ese objetivo. “Se ha visto una tensión entre dos visiones de cómo orientar la salida de la crisis. Una más vinculada con la oferta y con la consolidación fiscal, que es el eufemismo que le han puesto a la cuestión de ajustar las cuentas públicas, y otra vía que propone incrementar la demanda agregada con una expansión que venga más desde el gasto y la inversión en infraestructura. Esa es una tensión a nivel mundial que se refleja en el G-20”, aseguró Kicillof. Al ser consultado por Página/12 sobre cómo podría saldarse ese debate, el ministro opinó que “si bien todavía no se encuentra una tendencia, se ve que la vía del salvataje financiero más la reducción del gasto no funcionó”. “Estamos en un punto de inflexión donde empiezan a aparecer algunas voces hablando fuertemente de los estímulos a la demanda. Tanto Argentina como Rusia, China y Brasil se han orientado en esa dirección”, concluyó el funcionario.
16/11/14 Página|12
Rusia despliega bombarderos en el Golfo de México Por Miradas al Sur
Shepard Smith de la cadena Fox News, informó esta tarde que Rusia pronto comenzará el envío de bombarderos de largo alcance en patrullas regulares desde el Océano Ártico hasta el Caribe y el Golfo de México, de acuerdo con funcionarios militares.
Jennifer Griffin se unió a Shepard y dijo que esta muestra de músculo refleja tanto las tensiones por el conflicto en curso en Ucrania como el aumento de la audacia del presidente ruso, Vladimir Putin.
Griffin dijo que funcionarios del Pentágono no ven el movimiento como una amenaza seria, pero es un recordatorio de que Putin está tratando de hacer su ejército más visible y más asertivo.
Shepard señaló que esta decisión se produce justo después de que la OTAN afirmó que Rusia está introduciendo tropas, tanques y artillería en Ucrania, algo que negaron las autoridades rusas.
Agregó que el Ministerio de Defensa ruso dijo que están buscando el permiso de Argelia, Chipre, Nicaragua, Venezuela, Cuba, Seychelles, Vietnam y Singapur para que buques de la Armada de Rusia utilicen los puertos de esos países para la reposición de suministros y hacer el mantenimiento, ya que comienzan estas misiones de largo alcance.
Gordon Chang sugirió que Putin se siente envalentonado por su nueva amistad con los chinos –y su respaldo financiero– y está tomando lo que quiere, sobre todo, mientras que los EE.UU. están distraídos en otras regiones.
Según Chang, Putin está haciendo alarde de su relación con China y diciendo al resto del mundo, “yo puedo hacer lo que quiera, y los EE.UU. no pueden detenerme.”
“Ambos se ven a sí mismos como en la misma página”, explicó Chang. “Ellos ven a los Estados Unidos como el adversario común. Es por eso que están moldeando sus ejércitos juntos... y por eso, ahora están cooperando en el este de Asia, así como otros lugares.”
Por otra parte, un experto estadounidense vaticina que la guerra contra Rusia y China es inminente si Obama no es destituido, afirma el analista Mike Billington, analista de la revista semanal asiática Executive Intelligence, en una entrevista concedida al canal iraní Press TV.
Para Billington, lo que estamos viendo es sólo un elemento más de “la creciente demonización de Putin”, bajo la que se escudan las autoridades que apostaron por la guerra. “Después de las elecciones parlamentarias ucranianas celebradas la semana pasada, Poroshenko anunció inmediatamente que él no acataría los términos de los acuerdos establecidos previamente en Minsk y la tregua. También cambió su decisión de retirar las tropas”, añade.
En cuanto a las pautas de actuación estadounidenses actuales, afirmó que “lo que está ocurriendo ahora no tiene que ver con Ucrania”, sino que se trata de los intentos desesperados por parte de la comunidad financiera de Londres y Nueva York de no darle a China, Rusia, India y otros países Brics la posibilidad de crear una alternativa propia al corrupto sistema financiero occidental.
Por último, y refiriéndose a los beneficios que Estados Unidos podría obtener provocando un enfrentamiento directo con Rusia y China, Billington lo vincula con el hecho de que el sistema financiero occidental esté en bancarrota. “Lo que sucedió la semana pasada es un colapso del sistema bancario. Incluso los propios banqueros advierten que los bancos están al borde de una crisis mucho más terrible que la producida en el año 2007. Y las comunidades financieras de Londres y Nueva York no están dispuestas a ver cómo el resto del mundo encuentra alternativas. Esto significa que están dispuestos a ir a la guerra si Rusia y China no se retiran, y ellas no están por la labor”, explica.
16/11/14 Miradas al Sur
Jennifer Griffin se unió a Shepard y dijo que esta muestra de músculo refleja tanto las tensiones por el conflicto en curso en Ucrania como el aumento de la audacia del presidente ruso, Vladimir Putin.
Griffin dijo que funcionarios del Pentágono no ven el movimiento como una amenaza seria, pero es un recordatorio de que Putin está tratando de hacer su ejército más visible y más asertivo.
Shepard señaló que esta decisión se produce justo después de que la OTAN afirmó que Rusia está introduciendo tropas, tanques y artillería en Ucrania, algo que negaron las autoridades rusas.
Agregó que el Ministerio de Defensa ruso dijo que están buscando el permiso de Argelia, Chipre, Nicaragua, Venezuela, Cuba, Seychelles, Vietnam y Singapur para que buques de la Armada de Rusia utilicen los puertos de esos países para la reposición de suministros y hacer el mantenimiento, ya que comienzan estas misiones de largo alcance.
Gordon Chang sugirió que Putin se siente envalentonado por su nueva amistad con los chinos –y su respaldo financiero– y está tomando lo que quiere, sobre todo, mientras que los EE.UU. están distraídos en otras regiones.
Según Chang, Putin está haciendo alarde de su relación con China y diciendo al resto del mundo, “yo puedo hacer lo que quiera, y los EE.UU. no pueden detenerme.”
“Ambos se ven a sí mismos como en la misma página”, explicó Chang. “Ellos ven a los Estados Unidos como el adversario común. Es por eso que están moldeando sus ejércitos juntos... y por eso, ahora están cooperando en el este de Asia, así como otros lugares.”
Por otra parte, un experto estadounidense vaticina que la guerra contra Rusia y China es inminente si Obama no es destituido, afirma el analista Mike Billington, analista de la revista semanal asiática Executive Intelligence, en una entrevista concedida al canal iraní Press TV.
Para Billington, lo que estamos viendo es sólo un elemento más de “la creciente demonización de Putin”, bajo la que se escudan las autoridades que apostaron por la guerra. “Después de las elecciones parlamentarias ucranianas celebradas la semana pasada, Poroshenko anunció inmediatamente que él no acataría los términos de los acuerdos establecidos previamente en Minsk y la tregua. También cambió su decisión de retirar las tropas”, añade.
En cuanto a las pautas de actuación estadounidenses actuales, afirmó que “lo que está ocurriendo ahora no tiene que ver con Ucrania”, sino que se trata de los intentos desesperados por parte de la comunidad financiera de Londres y Nueva York de no darle a China, Rusia, India y otros países Brics la posibilidad de crear una alternativa propia al corrupto sistema financiero occidental.
Por último, y refiriéndose a los beneficios que Estados Unidos podría obtener provocando un enfrentamiento directo con Rusia y China, Billington lo vincula con el hecho de que el sistema financiero occidental esté en bancarrota. “Lo que sucedió la semana pasada es un colapso del sistema bancario. Incluso los propios banqueros advierten que los bancos están al borde de una crisis mucho más terrible que la producida en el año 2007. Y las comunidades financieras de Londres y Nueva York no están dispuestas a ver cómo el resto del mundo encuentra alternativas. Esto significa que están dispuestos a ir a la guerra si Rusia y China no se retiran, y ellas no están por la labor”, explica.
16/11/14 Miradas al Sur
Farabutes y chapulines Por Francisco Balázs
Las argumentaciones leídas y escuchadas en los medios opositores para explicar la caída en la cotización del dólar ilegal revela el enorme desconcierto que genera en estos sectores que, una vez más, tienen que recurrir a sus habituales mentiras.
Los controles e inspecciones realizadas por la AFIP en cuevas y empresas bursátiles y financieras a partir de la designación de Alejandro Vanoli en el Banco Central deja también en evidencia que, a diferencia de la gestión del amigable Juan Carlos Fábrega, el Estado dispone de mecanismos y herramientas para controlar las operaciones ilegales en la compra venta de dólares, y en las oscuras maniobras de empresas multinacionales para realizar fuga de divisas.
Más allá de entretenerse habitualmente en la inconsistente elaboración de tramas periodísticas oscurantistas, en algunos casos con un previsible manejo de la ironía, los medios opositores dan cuenta de las supuestas maniobras del gobierno nacional contra el desvalido poder económico de las grandes empresas multinacionales que requiere del apoyo del periodismo libre. En esa dirección, una de las expresiones más desgarradoras fue publicada en la edición del sábado pasado del diario La Nación a través de uno de sus columnistas habituales que, angustiosamente se preguntaba: “¿Quién de la oposición alzará la voz para defender a multinacionales?” El llamado, casi de chapulinismo colorado, es un grito desesperado a la espera de que, raudamente, acuda alguno de los candidatos de opositores a proteger al capital extranjero, tal como lo vienen haciendo cada vez que por atacar al gobierno nacional defienden la rentabilidad de las grandes empresas.
En otra nota del diario La Nación, en ese caso publicada anteayer, un consultor económico se animó a titular "El dólar blue, en baja por el ritmo que ya impone el futuro gobierno". El título de la nota fue furor en las redes sociales por su alto contenido humorístico.
No sólo pronostican y pifian, sino que juegan a las escondidas con las supuestas fuentes que les brindan datos que nunca pueden citar. El autor de la nota afirmó: "En los últimos días de la gestión Fábrega en el BCRA, los importadores que no lograban acceder al mercado oficial eran enviados por el ministro Axel Kicillof a hacerse de dólares en el CCL." Más adelante, lanzó: "La inflación en 2015 oscilará entre 25 y 50% anual, dependiendo de que se acuerde o no con los holdouts."
Ahora bien, la pregunta se impone: ¿Por qué tantos errores, tantas lecturas equivocadas, tanto pifiarle a todo lo que pronostican? Tal vez haya que encontrar la respuesta en que las estrategias desplegadas en el pasado ya no dan el resultado de entonces. De alguna manera atrasan. Atrasan con sus demonizaciones sobre el autoritarismo kirchnerista, atrasan con denuncias que nunca llegan a nada, atrasan con anuncios de fines de ciclo, con denuncias papelonescas que ya pocos creen.
Atrasan en los ejes que plantean, en el repiqueteo de sus argumentaciones que conjugan dictadura, autoritarismo, régimen, Venezuela y corrupción cada media hora. Atrasan con sus tonos indignados porque se les empezó a colar la impostura. Atrasan porque hay pereza, porque sobreestiman sus propias fuerzas y subestiman a las de las grandes mayorías que desde hace mucho se vienen dando cuenta de que ninguno de ellos las incluye en sus planes.
El fin de año que se acerca no es el que anunciaron los grandes medios y sus representantes. No por eso dejarán de redoblar sus esfuerzos para que en diciembre intenten llevar adelante maniobras que ya han anticipado. A diferencia de años anteriores, queda claro quiénes son y detrás de quiénes se esconden.
Infonews
Los controles e inspecciones realizadas por la AFIP en cuevas y empresas bursátiles y financieras a partir de la designación de Alejandro Vanoli en el Banco Central deja también en evidencia que, a diferencia de la gestión del amigable Juan Carlos Fábrega, el Estado dispone de mecanismos y herramientas para controlar las operaciones ilegales en la compra venta de dólares, y en las oscuras maniobras de empresas multinacionales para realizar fuga de divisas.
Más allá de entretenerse habitualmente en la inconsistente elaboración de tramas periodísticas oscurantistas, en algunos casos con un previsible manejo de la ironía, los medios opositores dan cuenta de las supuestas maniobras del gobierno nacional contra el desvalido poder económico de las grandes empresas multinacionales que requiere del apoyo del periodismo libre. En esa dirección, una de las expresiones más desgarradoras fue publicada en la edición del sábado pasado del diario La Nación a través de uno de sus columnistas habituales que, angustiosamente se preguntaba: “¿Quién de la oposición alzará la voz para defender a multinacionales?” El llamado, casi de chapulinismo colorado, es un grito desesperado a la espera de que, raudamente, acuda alguno de los candidatos de opositores a proteger al capital extranjero, tal como lo vienen haciendo cada vez que por atacar al gobierno nacional defienden la rentabilidad de las grandes empresas.
En otra nota del diario La Nación, en ese caso publicada anteayer, un consultor económico se animó a titular "El dólar blue, en baja por el ritmo que ya impone el futuro gobierno". El título de la nota fue furor en las redes sociales por su alto contenido humorístico.
No sólo pronostican y pifian, sino que juegan a las escondidas con las supuestas fuentes que les brindan datos que nunca pueden citar. El autor de la nota afirmó: "En los últimos días de la gestión Fábrega en el BCRA, los importadores que no lograban acceder al mercado oficial eran enviados por el ministro Axel Kicillof a hacerse de dólares en el CCL." Más adelante, lanzó: "La inflación en 2015 oscilará entre 25 y 50% anual, dependiendo de que se acuerde o no con los holdouts."
Ahora bien, la pregunta se impone: ¿Por qué tantos errores, tantas lecturas equivocadas, tanto pifiarle a todo lo que pronostican? Tal vez haya que encontrar la respuesta en que las estrategias desplegadas en el pasado ya no dan el resultado de entonces. De alguna manera atrasan. Atrasan con sus demonizaciones sobre el autoritarismo kirchnerista, atrasan con denuncias que nunca llegan a nada, atrasan con anuncios de fines de ciclo, con denuncias papelonescas que ya pocos creen.
Atrasan en los ejes que plantean, en el repiqueteo de sus argumentaciones que conjugan dictadura, autoritarismo, régimen, Venezuela y corrupción cada media hora. Atrasan con sus tonos indignados porque se les empezó a colar la impostura. Atrasan porque hay pereza, porque sobreestiman sus propias fuerzas y subestiman a las de las grandes mayorías que desde hace mucho se vienen dando cuenta de que ninguno de ellos las incluye en sus planes.
El fin de año que se acerca no es el que anunciaron los grandes medios y sus representantes. No por eso dejarán de redoblar sus esfuerzos para que en diciembre intenten llevar adelante maniobras que ya han anticipado. A diferencia de años anteriores, queda claro quiénes son y detrás de quiénes se esconden.
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Humberto Costantini: el rescate del cuentista perfecto
"Ninguna de esas dos categorías genéricas (“costumbrismo” o “realismo”) marca una suficiencia para abarcar el lado complejo e intenso de lo simple de la obra de Costantini".
Por Santiago Asorey
Alguna vez el escritor argentino Horacio González dijo de Humberto “Cacho” Costantini lo siguiente: “La literatura de Costantini es una literatura extremadamente atenta a los desgarramientos de una sociedad, a las luchas políticas; pero hay algo vinculado a lo que les falta a las existencias, y que nunca tendrán. Hay una idea de que el mundo político como lucha siempre implica abandonar el mundo barrial, donde se podría ser feliz. La destreza de Costantini lo lleva a la peripecia universal, al desgarramiento de las vidas y sus angustias características”.
La lectura de González es sin dudas un acierto. Quienes mejor leyeron los cuentos de Humberto Costantini, comprendieron de forma profunda lo ridícula de la crítica de su obra en términos de “costumbrismo” o “realismo”. Existía en esas críticas un rechazo ideológico de las literaturas dominantes acostumbradas a tematizar sobre Paris en una tonada extranjera. Ninguna de esas dos categorías genéricas marca una suficiencia para abarcar el lado complejo e intenso de lo simple de la obra de Costantini. El autor de “Cuestiones con la vida” y “el Libro de Trelew” aspiraba a lo universal a partir de cosas “aparentemente comunes”: el barrio, la política cotidiana, la amistad, Estudiantes de la Plata. Aunque nada sea realmente común en su universo en donde las cosas se descubren bajo una luz única hecha a la medida de una profunda sensibilidad. Costantini es una referencia obligada para cualquier cuentista que se tome en serio las especificades del género. Pocos cuentistas de su generación entendieron como él las necesidades internas de la arquitectura del género. Cuentos como “El Cielo entre los Durmientes” o “Insai Izquierdo” muestran un desarrollo hacia la perfección del cuento como unidad de efecto.
Como decía el maestro de maestros Juan José Manauta: “El cuento es el género más difícil de todos. En una novela vos te ponés a escribir y te tendés como en un galope largo. En cambio, el cuento es como una piedra que cae en un estanque. Forma círculos concéntricos. Vos vas agrandando siempre el mismo núcleo; en el cuento hay un solo tema.” Costantini llevó esa idea hacia la perfección, poniendo sus textos en los lugares más altos de la literatura argentina. Borges le confesó que le envidiaba su cuento “Hábleme de Funes”, Cortázar sabía que era un escritor muy importante y se encargó de hacérselo saber a los demás. La necesidad de revindicar su obra es la de recuperar una tradición literaria que se ha intentado olvidar. Pero que reclama en la actualidad un verdadero protagonismo basado en un lenguaje que lucha por un dominio sobre la particularidad de lo local y, sobretodo, su proyección universal.
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