jueves, 26 de diciembre de 2013
MARIO PONTAQUARTO AFIRMO QUE EL FALLO FUE “VERGONZOSO” Las críticas del arrepentido
El ex secretario parlamentario del Senado insistió en que hubo pago de coimas y dijo sentir “una profunda tristeza e impotencia”. Habló de “un compromiso de la corporación judicial con un sector de la política” para que no se condene un delito de corrupción.
El ex secretario parlamentario del Senado de la Nación, Mario Pontaquarto, reiteró ayer que el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 3 No, que absolvió a todos los acusados por el presunto pago de coimas para aprobar una reforma laboral en 2000, fue “vergonzoso” y consideró que, tras esta sentencia, “nunca más nadie presentará una denuncia por corrupción” en el país. Aunque los jueces afirmaron que las coimas “no existieron”, Pontaquarto insistió en que sí las hubo.
“Siento una profunda tristeza e impotencia. Estoy convencido de que después de este fallo, nunca más nadie en la puta vida va a presentar una denuncia por corrupción”, dijo el arrepentido. El ex funcionario parlamentario analizó que “el mensaje es que no se denuncien más hechos de corrupción” y expresó su esperanza en que “la apelación que haga la Oficina Anticorrupción y la fiscalía permita que la Cámara de Casación revoque un fallo vergonzoso para la Justicia y el país”. A su criterio, el fallo no responde “a ningún tecnicismo legal, sino a un compromiso de la corporación judicial con un sector de la política. No se puede dar el mensaje que se condene un delito de corrupción, porque si pasa una vez, seguirá pasando siempre”.
Al ser consultado sobre su actitud, dijo que volvería a denunciar el hecho y explicó que, luego de hacerlo, se sintió “mejor persona por haber confesado y haberme sacado toda esa basura de adentro. Yo tengo la tranquilidad de que hice todo lo que tenía que hacer, ahora que se haga cargo la Justicia”. Y sobre la falta de pruebas concretas de los pagos a cambio del voto favorable para la aprobación de la ley de reforma laboral que impulsaba el gobierno de Fernando de la Rúa en 2000 dijo: “No hay una foto de la plata pero yo conté la historia tal como fue. No hubo contradicciones. Hace 10 años que cuento lo mismo, al periodismo y a la Justicia. Pero todos los testimonios fueron derrumbados por el tribunal”. Pontaquarto también desmintió las afirmaciones de De la Rúa, quien durante el juicio había denunciado “un complot político en su contra”.
Al mismo tiempo que expresó su esperanza de que en la instancia de apelación ante la Cámara Nacional de Casación sea revocada esta sentencia, con la cual resultó absuelto, Pontaquarto cuestionó a los integrantes del TOF 3 al recordar que “es el mismo que absolvió a los acusados del caso AMIA, en septiembre de 2004”. De hecho, la Oficina Anticorrupción y la fiscalía recurrirán el fallo. En una suerte de compulsa numérica, el ex funcionario mencionó que tanto el juez Daniel Rafecas, como su colega Rodolfo Canicoba Corral, creyeron en la culpabilidad de los imputados y elevaron la causa a juicio, del mismo modo que lo creyeron los fiscales de instrucción y la fiscalía de juicio. “Los únicos que no creyeron son los del tribunal”, dijo Pontaquarto.
Tras el fallo absolutorio, y en medio de la conmoción que había causado, hubo una escena que tensó aún más el ambiente. El ex senador del Partido Justicialista Augusto Alasino se cruzó con Pontaquarto y le tiró un sopapo, agresión que no fue respondida. Al respecto, el arrepentido dijo que el ex legislador “es lo que fue toda su vida: un hombre cobarde”.
El ex secretario parlamentario cuya confesión dio origen al expediente judicial abierto en 2003 reiteró: “Yo debería haber tenido una condena porque declaré y me autoincriminé en la causa de corrupción. Yo fui un corrupto”. Pontaquarto había relatado que en 2000 trasladó 5 millones de pesos para senadores peronistas que debían garantizar la aprobación de la ley de flexibilización laboral.
EL EX PRESIDENTE HABLO DE LA CAUSA Y DE SU CAIDA
De la Rúa siguió repartiendo
Paso a paso, el ex presidente Fernando de la Rúa empieza a cosechar los frutos de la sentencia que lo absolvió, el lunes pasado, de los cargos de cohecho por los que se lo acusó en el marco de la causa que investigaba el pago de sobornos a ex senadores justicialistas para la aprobación de la reforma laboral. Luego de la sentencia, De la Rúa se dedicó a hablar en extenso de la decisión que considera que lo “reivindica” e insistió en que la denuncia de coimas en el Senado del ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto fue una “maniobra política”. “Hubo un complot en mi contra para reivindicar a (su ex vicepresidente Carlos) ‘Chacho’ Alvarez, que había renunciado”, agudizó la acusación.
“Me reivindica la verdad que surge de la sentencia, me alegra que haya salido la verdad. Estoy feliz de haber recuperado la libertad, porque no es necesario estar preso para no ser libre. Vuelvo a ser libre para decir lo que pienso”, dijo el ex presidente de la Alianza, quien les respondió a quienes cuestionan la sentencia absolutoria de la Justicia y remarcó que “no se puede hablar de impunidad después de doce años de juicio”.
En cuanto a Pontaquarto, aseguró que espera que “ahora pueda decir ‘me equivoqué’ y pida disculpas”. Fiel a su estilo, respecto del “arrepentido” añadió que no tenía “opinión ni juicio” sobre él, aunque lo acusó de ser el autor de “una fábula que mantuvo de principio a fin” y el “instrumento de una maniobra política”.
No obstante, no lo ubicó a él sólo en aquella supuesta “maniobra” a la que también definió de “complot, una operación política que hicieron creer que era cierto, fue una parodia”. Insistió en que también formaron parte de ella el ex jefe de Gabinete del gobierno de Néstor Kirchner, Alberto Fernández, así como el ex jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra. Según dijo, el objetivo de la maniobra fue “reivindicar a Carlos ‘Chacho’ Alvarez, que estaba condenado por la sociedad por la ligereza de su renuncia a la vicepresidencia”.
De la Rúa desarrolló aún más su versión de los hechos al atribuir su renuncia temprana a la Presidencia de la Nación a una lucha con el justicialismo. “Yo derroté a (el ex presidente Eduardo) Duhalde y Duhalde me derrocó a mí. Cuando asumí me topé con una bomba encendida y los dirigentes del PJ no me la hicieron más fácil. Teníamos una terrible deuda externa de arrastre y recesión mundial. El FMI quería tirarnos a la cuneta. Finalmente lo logró con la alianza del peronismo de Buenos Aires y la UCR, sabiendo de la conspiración de Duhalde, no la impidió”, repartió culpas el ex presidente.
26/12/13 Página|12
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