martes, 3 de diciembre de 2013

Estadísticas sobre inseguridad: la violencia que sufren los pobres

El juez de la Corte, Eugenio Zaffaroni, presentó un estudio con datos sobre "homicidios dolosos" en CABA y Conurbano. Lo que muestran los números. http://www.clarin.com/policiales/Insuficientes-Gobierno-gendarmes-resultadosemiliana-miguelez_CLAIMA20120825_0147_24.jpg Por Enrique de la Calle El juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, presentó un informe sobre homicidios dolosos que recoge información de Capital Federal, departamentos judiciales del Gran Buenos Aires y La Plata. En el caso de CABA compara datos de 2010, 2011 y 2012. El trabajo permite dar cuenta de una problemática compleja, sobre la que abundan malentendidos, de derecha a izquierda. ¿La inseguridad es una sensación? El estudio concluye que tanto CABA como GBA presentan estadísticas que están por debajo de la media latinoamericana y cerca de la de países “serios”, como Uruguay y Chile. “El número total de víctimas de homicidios dolosos del año 2012 asciende a 995 (de los cuales 789 corresponden al Conurbano, 158 a CABA y 48 a La Plata), lo que arroja una tasa por 100.000 ha­bitantes de 6,9 (5,4 para Ciudad y 7,6 para el Conurbano). En relación con las tasas de Europa y Canadá es alta; en relación con las de los países latinoamericanos es en general baja, junto con las de Uruguay y Chile”, describe el informe. En el caso de CABA, el estudio permite una mirada en perspectiva que compara cifras de los últimos tres años. De ese modo, se puede observar un descenso de los homicidios dolosos en 2012 (5,4 cada 100 mil habitantes), por debajo de 2010. Sin embargo, los números muestran importantes diferencias si se toma en cuenta el eje que separa al norte del sur, es decir, la distancia que divide a las comunas ricas de las más pobres. En éstas últimas, los delitos aumentan notoriamente. En las comunas 1, 4, 7, 8 y 9 (“medialuna sur”) tiene lugar el 63% de los homicidios, con una tasa de 10 por 100 mil. En el resto de la Ciudad, la cifra se reduce a 3. Esta situación ocurre mientras los medios de comunicación ponen el acento en los barrios de clase media y alta, como epicentro de la “inseguridad”. “La sensación mediática es cualitativa y discriminatoria, pues subes­tima los casos que para nosotros indican la necesidad de poner especial atención. La sensación es que hay víctimas de primera y de segunda categoría”, afirman los autores de la investigación. alt En entrevista con AGENCIA PACO URONDO, uno de los autores del libro “La violencia en los márgenes”, Javier Auyero, describió el modo en que se vuelve invisible la violencia que sufren los pobres. Para la derecha, la violencia es sufrida por los sectores medios o altos; para la izquierda, no existe, es un invento de la derecha. De ese modo, analizó el investigador, “quedan invisibilizadas no solo la problemática, sino quienes son las víctimas”. Del otro lado del Riachuelo “Los partidos del Conurbano con mayor concentración (de homicidios culposos) son José C. Paz (12,79 por 100.000), Quilmes (12), San Martín (10,8) y Lomas de Zamora (10,5). En este último partido, es de destacar que el número es muy alto en el Cuartel IX (Budge, Villa Fiorito y Villa Centenario), no así en el resto del partido”, afirma el trabajo. Y agrega: “Al parecer, en el Conurbano la concentración no sólo tiene lugar en barrios de emergencia, sino también en lugares urbanizados pero que tienen muy alta den­sidad de población (monobloques) y están rodeados a asentamientos precarios. Sería necesario profundizar cualitativamente esta investigación, para orientar eventuales programas de vivienda y urbanización”. En el caso del Gran Buenos Aries, el informe detalla que “se observa la alta incidencia de las armas de fue­go (68% de los homicidios), (lo) que indica la necesidad de continuar y profundizar el desarme”. Por último, el informe enfatiza en destacar que la violencia tiene mayor presencia entre las poblaciones más pobres: “En general se verifica claramente que no hay un desplazamiento de homi­cidios dolosos de las zonas de concentración a las restantes, o sea, que no se trata de víctimas de otros barrios ni de otras clases sociales, sino que la violencia se manifiesta entre los propios habitantes de las zonas de concentración, donde también se concen­tran los victimizados”.

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