miércoles, 29 de mayo de 2013

STRASSERA EL BUENITO

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner decidió intervenir hoy en el conflicto que su Gabinete mantiene con el ex fiscal del Juicio a las Juntas, Julio César Strassera, a quien atacó por su rol durante la última dictadura militar. A través de una columna de opinión que escribió para el blog del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, la mandataria responsabilizó a Strassera por los años de cárcel que debió enfrentar el ex gobernador de Santa Cruz, Jorge Cepernic, detenido en 1976. Cristina afirma que conoció a Cepernic en 1982, cuando recorría con Kirchner El Calafate con algunos compañeros. Allí, relata CFK, el ex gobernador le contó los detalles de su detención en 1976 y que después de la presentación de un habeas corpus un juez le pasó a un fiscal la responsabilidad de dirimir si debía ser liberado o no. “Este Fiscal dictaminó que no se hiciera lugar al pedido de libertad”, recuerda la mandataria, que agrega: “Ese Fiscal duro en sus apreciaciones y firme en sus convicciones a la hora de hacer cumplir el Estatuto del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, era Julio César Strassera. Don Jorge estuvo varios años detenido hasta recuperar la libertad”. “Siempre me pregunté, cuántos habeas corpus y otros tantos argentinos o argentinas, habrán corrido la misma suerte. Presos sin ninguna razón ni causa, sin juez, sin derechos, sin garantías y cuántos de esos, tal vez nunca fueron liberados porque aún continúan detenidos desaparecidos”, se pregunta y describe a Cepernic como una persona íntegra, memoriosa y sin rencores. “Vaya pues, mi recuerdo a Don Jorge Cepernic, un hombre de verdad”, cierra CFK. En contexto. La presentación del informe “Papel Prensa, la verdad” fue la que detonó un duro cruce verbal entre el ex fiscal y el Gobierno. Strassera desmintió que hayan existido presiones para comprar Papel Prensa durante la dictadura, tal como lo señaló la viuda de David Graiver, Lidia Papaleo, y su hermano Osvaldo. Eso desató la ira del kirchnerismo que a través de Aníbal Fernández respondió en términos pocos amistosos. “Ahora Strassera es el abuelito de Heidi”, ironizó el funcionario K, quien aseguró que Strassera era un personaje despreciable al que no le creía nada. "Se ocupaba de maltratarlos (a los detenidos) y ahora resulta ser un señor buenito. Que venga a contarnos la verdad de la milanesa”, disparó. Otro que se sumó a sus críticas fue el Canciller, Héctor Timerman, quien manifestó que el ex fiscal del juicio a las Juntas “está enojado y molesto” porque “se considera dejado de lado”. Strassera tampoco se quedó atrás y durante el acto de desagravio que le hizo la UCR lanzó frases durísimas. “Este Gobierno lo único que hizo por los DD.HH. fue mandar a bajar un cuadro”, dijo en referencia a los retratos de Videla y Bignone que el ex presidente Néstor Kirchner ordenó descolgar el 24 de marzo de 2004 en el Colegio Militar. Otra declaración de Strassera fue aún más allá: “Estos presuntos defensores de los derechos humanos no secuestran, no matan ni torturan personas, pero sí lo hacen con las instituciones”.

SOMOS NAZIS K DICE STRASSERA.

Strassera volvió a cargar contra la reforma judicial y comparó al Gobierno “con la Alemania de 1933”gustavo En declaraciones hechas a Mañana Sylvestre, por AM1030 Radio del Plata, el ex fiscal Julio César Strassera calificó como “inconstitucional” y “monstruosa” la reforma judicial aprobada por el Parlamento y comparó la situación política argentina a la de la Alemania de 1933 del inicio del nazismo, “con la diferencia es que aquella era una dictadura sangrienta y esta no, esto es simplemente un gobierno autoritario, pero la semilla es exactamente la misma”. El ex fiscal Julio César Strassera negó que hubiera conversaciones desde sectores políticos de la oposición para incluirlo en una lista unificada para la elección del Consejo de la Magistratura y señaló que “nadie habló conmigo, lo leí en los diarios pero decía entre paréntesis no fue consultado”. “Tendría que ser una lista apoyada por la enorme mayoría de los partidos políticos pero eso resulta bastante difícil y ya Rodríguez Saá dijo que va a ir por las suyas”, precisó. Luego cuestionó el paquete de leyes que componen la reforma judicial impulsada por el Gobierno y dijo que “en realidad esto (por la lista de candidatos al Consejo de la Magistratura) es un plan B, porque a lo que se debe apuntar es a lograr la inconstitucionalidad de estas leyes, porque son monstruosas, y cercenan completamente la independencia judicial”. Más tarde volvió a cuestionar al Gobierno y lo comparó con el germen del nazismo: “Es la pérdida total de la independencia judicial, es convertir a la Justicia en un apéndice del poder ejecutivo, lo mismo que es en la actualidad el poder legislativo. Basta tomar un libro de historia, y esto comenzó igual en Alemania de 1933, con la diferencia es que aquella era una dictadura sangrienta y esta no, esto es simplemente un gobierno autoritario, pero la semilla es exactamente la misma”. “Esto yo lo vengo diciendo hace rato, uno no compara un régimen con otro. Pero el comienzo fue así, quitar jueces liberales y poner jueces amigos, así empezó todo”, insistió. “Si gana la oposición es lo mismo, porque es dejar en manos del partido que gane, la Justicia. Es inconstitucional porque está en contra del texto expreso del artículo 114 de la Constitución. En la Constitución los pactos internacionales establecen la posibilidad de que un ciudadano se presente ante un tribunal internacional independiente, por los Pactos de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto de San José de Costa Rica. Esto es un disparate que no tiene nombre, y una ambición de poder increíble”, recalcó. En Radio Del Plata, el ex fiscal dijo también que “el Congreso es una escribanía del poder ejecutivo, acá no hay debate. No dejan cambiar ni un coma”. “El señor Pichetto (jefe de bloque de PFV en el Senado) fue menemista, fue duhaldista y ahora es cristinista, y será cualquier “ista”, y el señor Rossi (por el jefe de bloque del FPV en Diputados) no se tienen respeto a sí mismos, cómo quieren que los respetemos nosotros”, disparó. La muerte de Videla “Videla no estaba involucrado solo, seguirán los juicios porque esto no se acaba. Videla murió en la cárcel cumpliendo una condena impuesta por un tribunal civil”, declaró quien fuera fiscal en el juicio a las juntas militares de 1985. Strassera defendió su rol en el juicio contra los represores de la dictadura y dijo que “el Gobierno pretende desconocer. De no haber existido esa causa, estos juicios de la actualidad serían imposibles”.

25 de mayo de 1862, muere la Coronela.

CORONELA JUANA AZURDUY Nació en Chuquisaca, el 12 de julio de 1780. Fue heroína de la independencia. De una familia de buen pasar, y muertos sus padres, la educación queda a cargo de sus tíos, en un convento para consagrarse como monja, pero abandonó la rígida disciplina religiosa y se casó con el general patriota Manuel Ascencio Padilla, con quien en las guerras de emancipación del Alto Perú. Habla perfectamente el quechua y el aimará, lo que le permite relacionarse con los aborígenes. Fue popular por su coraje. Su acción más famosa se produjo cuando su marido le encomendó la defensa de la hacienda de Villar, mientras él dirigía un ejército hacia la región del Chaco. Los realistas atacaron Villar para cortar la retirada al general Padilla, y Juana Azurduy lo defendió con sólo treinta fusileros. En uno de los asaltos mató ella misma al jefe de la fuerza enemiga y le arrebató una bandera que luego presentó a su esposo. Se trasladó a Salta en donde se convirtió en un valioso combatiente junto a Güemes quien en 1816, obtuvo permiso del director Pueyrredón para designarla teniente coronel con derecho al uso del uniforme y con todos los privilegios del rango el mismo. Tras la victoria en 1824 Belgrano le entregó el sable. Juana regresó a Chuquisaca junto a su hija llevando una vida tranquila y pobre, hasta su muerte el 25 de mayo de 1862 en Jujuy. Prof. GB

estamos peleando no por la libertad, sino por la igualdad que es el gran signo de esta década y de las que vendrán… si no se organizan y participan, van a venir por ustedes como vinieron toda la historia”

Argentina: 10 años de kirchnerismo Por José Steinsleger Miniencuesta para subrayar las opciones que le parezcan razonables. Sugerencia: trate de evitar las medias tintas (no sé/no responde/quién sabe). 1) ¿Cómo impulsar una revolución social? ¿Con organización, inteligencia política y participación popular, o demostrando tautológicamente que el capitalismo está en crisis? 2) ¿Cómo apuntalar los cambios económicos? ¿Redistribuyendo el ingreso en democracia, o esperando que la revolución acabe con el reparto desigual de la riqueza? 3) ¿Cómo fortalecer la justicia social? ¿Partiendo de lo mucho o poco conquistado, o imaginando que, de todos modos, nuestros tataranietos defenderán su causa? 4) ¿Cómo defender la independencia y soberanía nacional? ¿Midiendo con lucidez la correlación de fuerzas en disputa, o declarando la guerra al imperialismo? 5) ¿Cómo entender la noción de "verdad" en política? ¿Desde las relaciones de poder que oprimen a los desesperados, o desde las ideas que se les ocurren a los sosegados? Muchas gracias. Ahora bien: si usted subrayó la segunda de las opciones planteadas, coincidirá con Hegel y Marx en el supuesto de que la historia avanza por su "lado malo". Lo entiendo: igual pensaba el articulista a finales de 2001, cuando la curva de suicidios trepó en Argentina verticalmente, y el futuro papa Francisco viraba los ojos en blanco encomendándose a su jefe. Pero desde mayo de 2003 (y sin la ayuda de Messi o el ungido), los argentinos empezaron a ser más optimistas. Lo que ya es decir algo. Me refiero, claro, a los argentinos condenados a la extinción por el "único modelo viable", tras nueve años de terrorismo de Estado, y 20 más de entreguismo y degradación ética, moral e institucional. Incluyendo, faltaba más, las bizarras clases medias del país rioplatense. Esas que hoy, tras recuperarse del saqueo de sus cuentas corrientes y depósitos a plazo fijo, despotrica contra la "dictadura" de "los K" porque “mirá vos, che, no hay ‘libertad’ para ‘comprar dólares’”, y “mirá vos, che, con la nueva ley de servicio doméstico y la asignación universal por hijo y por cada embarazada, las ‘negritas’ cuestan un ojo de la cara”. Leyendo el comentario de una novela publicada por uno de los escritores más cínicos de Argentina (tranquilos, no es el único), me detengo en la frase que interrogan acerca de “…la entrega apasionada de un pueblo a un caudillo difícilmente salvable por la Historia”. U otra que alude al “…nacionalismo exacerbado y populista que no se explica después de un balance objetivo de las tareas sociales desempeñadas por ese caudillo” (sic). No deseo detenerme, por enésima vez, en "matrices de opinión" acuñadas por el browderismo y el Libro azul del Departamento de Estado en 1945, y asimiladas acríticamente por los que nunca pudieron sacudirse del funcionalismo liberal spenceriano. Rijosa alienación de tomo y lomo, en la que subyacen las causas que a los marxistas le impidieron conducir las revoluciones políticas y sociales de América Latina. Y no por ausencia ( last but not least) de teorías revolucionarias. Acompañarlas, sí. Algunos patearon el pesebre y acompañaron a Sandino y a Lázaro Cárdenas, así como hoy acompañan los procesos revolucionarios de Venezuela, Bolivia y Ecuador. Que en el ranking de los rijosos tendrían cuatro, tres y dos estrellas, mientras el puesto en marcha en Argentina en 2003 (posiblemente, el más radical de todos), apenas contaría con media estrella por el imperdonable pecado de no asumirse "anticapitalista", ni adherir al "socialismo del siglo XXI". Muchos intelectuales que niegan o que de plano atribuyen al "caudillismo" (¿?) que obnubilaría el cacumen de nuestros pueblos, sostienen que el peronismo habría impedido que en Argentina la "lucha de clases" transcurra con la diafanidad propia (¡y el programa, compañeros! ¡el programa!), de un auténtico proceso revolucionario (¿?). De ahí el "misterio" que el peronismo suscita en las derechas, y en la infantería de las izquierdas alineadas con el Ejército de Salvación. Pues que se vayan actualizando: el sábado pasado, con motivo del día patrio, y en respuesta a la brutal ofensiva económica y mediática del poder corporativo concentrado del gran capital imperialista, el kirchnerismo reunió 700 mil almas en las calles de Buenos Aires. Apoyo y convalidación más elocuente que la conocida por Juan Domingo Perón en sus tres gobiernos democráticos, y en la que los científicos de verdad se pronuncian con más claros que los politólogos mañosos. Así, los contenidos de la carta enviada a La Jornada por el doctor Miguel Socolovsky fueron breves, concisos y precisos: "en Argentina, una verdadera revolución" (27/5/13). Socolovsky sabe de lo que habla: es investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, y experto en física teórica de altas energías y mecánica cuántica. Y Cristina también: “…estamos peleando no por la libertad, sino por la igualdad que es el gran signo de esta década y de las que vendrán… si no se organizan y participan, van a venir por ustedes como vinieron toda la historia” La Jornada, México

Un trago amargo para Binner

EXPULSARON AL PARTIDO SOCIALISTA DEL FORO DE SAN PABLO El presidente del PS, Hermes Binner, acusó a “los gobiernos populistas” por las muertes en Venezuela. El foro, que agrupa a organizaciones progresistas y de izquierda de toda América latina, consideró motivo de expulsión las declaraciones de Binner sobre las elecciones en Venezuela y sobre la violencia desatada luego de los comicios. El Partido Socialista (PS) de Argentina fue expulsado del Foro de San Pablo (FSP), que agrupa a organizaciones políticas progresistas y de izquierda de toda América latina, a causa de las declaraciones de su principal referente, Hermes Binner, criticando al chavismo, apoyando al candidato de oposición en los comicios venezolanos y responsabilizando “a los gobiernos populistas de la región” por las víctimas producidas tras las últimas elecciones en el país caribeño. La medida no tiene antecedentes en la historia del FSP y fue apoyada por todos los espacios que forman parte del foro, con excepción de Libres del Sur, socios políticos del socialismo en el Frente Amplio Progresista. La iniciativa de excluir por primera vez a uno de los miembros del foro fue puesta en consideración por el secretario general del organismo, el brasileño Valter Pomar, a causa de las reiteradas definiciones de Binner respecto del proceso político venezolano. Todo comenzó poco después de la muerte del ex presidente Hugo Chávez, cuando el titular del PS manifestó en un programa televisivo que “hubiera votado por Capriles”, el candidato de unidad de la oposición venezolana, vinculado con la derecha de ese país. La situación terminó de empeorar luego de los últimos comicios, que dieron ganador a Nicolás Maduro y desataron una ola de violencia por parte de simpatizantes de Capriles. Al comentar las consecuencias de esas acciones, que causaron varias víctimas fatales, además de heridos y daños materiales en salas de salud y comités políticos, Binner había considerado públicamente que “las muertes en Venezuela son consecuencia de estos gobiernos populistas”, en referencia al proceso bolivariano, pero también haciendo una comparación tácita con la situación local. “Muchos de los miembros fundadores” del FSP “hoy son gobierno sin haber resignado sus principios, mientras que Binner se derechizó buscando respaldo en los sectores de derecha, tratando de convertirse en una opción electoral”, analizó la medida Oscar Laborde, representante para la Integración Económica Regional del Ministerio de Relaciones Exteriores y dirigente del Frente Transversal en Unidos y Organizados. Con esta decisión, destacó el diplomático, el foro “preserva su condición de progresista y de izquierda, rol que asumió desde su fundación, hace 23 años”. El FSP está conformado por más de cincuenta organizaciones políticas de veintidós países distintos de América latina, incluyendo una docena que ejercen el gobierno, como el Partido dos Trabalhadores en Brasil, el Partido Socialista Unido de Venezuela, el Movimiento al Socialismo en Bolivia, el Frente Amplio en Uruguay, el Frente Farabundo Martí en El Salvador, el Partido Comunista de Cuba, Alianza PAIS en Ecuador y el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua, entre otros. En la Argentina, forman parte del foro varios integrantes del Frente para la Victoria (además del Frente Transversal participan el Frente Grande, el Partido Comunista, el Partido Humanista y el Partido Solidario) y otros que se encuentran en la oposición, como Libres del Sur y, hasta ayer, el Partido Socialista. El Partido Justicialista nunca participó, debido al recelo que le profesan algunos sectores de la izquierda latinoamericana al peronismo, pero en la última década, desde la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia, ha habido un progresivo acercamiento. “La separación de un partido por sus posicionamientos políticos no tiene antecedentes en el foro”, recordó Laborde, y destacó la importancia de la medida tomada por el organismo en vistas a fortalecer la alianza entre los espacios políticos progresistas en toda la región. 29/05/13 Página|12

La 9 de Julio, bienvenida a la inundación

GRANIZO Y 50 MILIMETROS DE LLUVIA EN MEDIA HORA PROVOCARON ANEGAMIENTOS EN EL AREA METROPOLITANA Los anegamientos afectaron a Belgrano, Saavedra, Once y, por primera vez, la avenida 9 de Julio, por las obras del metrobús. El agua afectó cinco líneas de subte, dos ferroviarias e ingresó hasta en la Casa Rosada. Un fuerte temporal de lluvia –cayeron más de 50 milímetros en apenas 20 minutos– y granizo se produjo ayer en el área metropolitana, provocando el anegamiento de calles, comercios y viviendas en distintos barrios porteños, en La Plata y en el Gran Buenos Aires. Aunque el temporal estuvo lejos de alcanzar los niveles de gravedad del ocurrido el 2 de abril, de todos modos provocó alarma en las zonas donde, en esa fecha, se registraron más de 60 muertes. A mediodía, el cielo se oscureció como ocurre en el lapso que va de la tarde a la noche, motivo por el cual las torres del alumbrado público se encendieron en forma automática. En algunos barrios porteños hubo autos semitapados y en algunos casos, arrastrados por las aguas. Hubo dos hechos fuera de lo común: se inundó la avenida 9 de Julio, al parecer por causa de las obras del metrobús encaradas por el gobierno porteño, y sin audiencia previa, el agua ingresó a la planta baja de la Casa Rosada, por la entrada de Balcarce 50. “Nunca supe de una inundación en la 9 de Julio, por efecto de la lluvia, como la que se produjo hoy (por ayer), sobre todo en el cruce con la calle Chile y hacia el sur. Esto coincide con la eliminación de 50 mil metros cuadrados de plazoletas que constituían una superficie absorbente y también por la elevación del asfalto por donde se desplazará el metrobus”, le dijo a Página/12 Enrique Viale, de la Asociación de Abogados Ambientalistas, que se opuso a la tala de árboles y a la eliminación de canteros en la tradicional avenida porteña. “También tenemos datos que indican que la línea C de subterráneos (que corre bajo la 9 de Julio) se inundó como nunca. Esto es algo que nunca había pasado y que es la crónica de una muerte anunciada, porque nosotros advertimos que iba a ocurrir.” Por la lluvia se suspendieron por dos horas los servicios de las líneas A, B, C, D y H de la red de subterráneos y el Premetro. Al mediodía también dejaron de circular los trenes de los ramales Tigre y José León Suárez, de la línea Mitre, por anegamiento de vías. El problema se solucionó una hora después. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) confirmó que cayeron 50 milímetros en veinte minutos. “De haber persistido una hora con esa intensidad, habríamos registrado 120 milímetros de agua sobre gran parte del territorio bonaerense”, dijo el meteorólogo Héctor Ciappesoni, del SMN. El experto precisó que lo ocurrido “no es comparable con la tormenta del 2 de abril pasado, pero fue la más intensa desde ese evento. Tal como lo habíamos anunciado con dos alertas ayer (por el lunes) a la noche y esta mañana (por ayer)”. En la ciudad de Buenos Aires, los barrios más afectados fueron Palermo, Belgrano, San Telmo, Once y Saavedra. En Viamonte y Azcuénaga, el agua entró dentro de las casas y comercios, alcanzando un metro de altura. “Acá pasa siempre esto porque es una zona baja y los sumideros viven tapados. Es la tercera vez en el año que nos inundamos”, aseguró Carlos Melgar, dueño de la pi-zzería Bahía, mientras sacaba el agua del comercio, con secadores, ayudado por sus empleados. Los anegamientos se produjeron por Viamonte, de Pasteur hasta Azcuénaga, y por Pasteur hasta Tucumán. El agua ingresó a alguna casas y sus dueños tuvieron que sacarla con secadores y trapos de piso. Una esquina castigada cada vez que llueve, la de Cabildo y Blanco Encalada, en el barrio de Belgrano, esta vez sufrió un anegamiento leve. “Por más que pongas compuertas, algo entra porque es mucha la presión del agua. Lo bueno de esta vez es que nos dio tiempo a resguardar la mercadería”, dijo Gabriel, empleado de una zapatería. Hubo cortes de luz en la avenida Santa Fe, entre Paraná y Rodríguez Peña, donde dejaron de funcionar los semáforos. También se registraron dificultades en las bajadas de las autopistas, en el carril Este de la Avenida del Libertador y en algunos tramos de la avenida Pueyrredón, donde los obradores de las nuevas estaciones del subte H actuaron como diques de contención y acumulación de las aguas. La fuerte lluvia afectó a la Casa Rosada, cuya planta baja fue inundada en forma parcial al quedar bajo las aguas la calle Balcarce. Antes del mediodía, el agua se deslizó hacia el interior, hasta mojar los pisos de la Galería de Patriotas Latinoamericanos. El problema se solucionó con secadores y trapos de piso. En La Plata, el temporal produjo anegamientos en la zona norte y en el centro de la ciudad. La lluvia anegó calles y avenidas en las localidades de Tolosa, City Bell y Villa Elisa, donde el agua superó el cordón de la vereda. También se inundó la zona del Parque San Martín y el barrio La Loma, donde los vecinos impidieron el paso del tránsito vehicular para evitar las olas provocaran el ingreso de agua a las viviendas. La municipalidad de La Plata dijo que se habían adoptado “todas las medidas necesarias” para evitar hechos similares a los ocurridos el 2 de abril. 29/05/13 Página|12

Procesaron al ex embajador Sadous por falso testimonio

Procesaron al ex embajador Sadous por falso testimonio El juez Canicoba Corral lo acusó formalmente tras haber sido desmentido por los empresarios y diplomáticos a quienes había atribuido las versiones sobre pagos indebidos para exportar maquinaria agrícola a aquel país. La declaración del ex embajador en Diputados fue eje de una operación Clarín aseguró que Sadous había acusado a Kirchner y De Vido, pero la publicación del documento desarticuló el armado mediático. El jueves 1 de julio de 2010, hace casi tres años, Tiempo Argentino difundió en su portada un documento exclusivo que empezó a desarmar una de las más fuertes operaciones mediáticas de los últimos tiempos: la denuncia de la existencia de una presunta embajada paralela en la representación argentina en Venezuela. Esa denuncia comenzó a desmoronarse ayer cuando se conoció el procesamiento por falso testimonio para el ex embajador argentino en Caracas Eduardo Sadous. El documento que Tiempo presentó a sus lectores era la versión taquigráfica de la declaración completa del ex embajador Sadous ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, que había sido utilizada políticamente por la oposición para denunciar la existencia de una embajada paralela en Venezuela. Pese a que se había acordado que la declaración de Sadous sería a puertas cerradas para garantizarle al expositor todas las condiciones de seguridad, al día siguiente de su comparencia en el Congreso se filtraron presuntos comentarios del ex embajador en los que se vinculaba al ex presidente Néstor Kirchner y al ministro de Planificación, Julio De Vido, con la existencia de una estructura diplomática paralela orientada a realizar negocios ilegales en ese país. Para poner al lector en contexto vale la pena recordar que en aquel momento estaba en plena vigencia el Grupo A, aquella agrupación de legisladores de la oposición que intentaban imponer su mayoría en la Cámara de Diputados. Luego de la declaración del embajador en el Congreso, el diario Clarín afirmó en su título principal de portada que "Sadous apuntó directo a Kirchner y a De Vido". Además, el matutino de Héctor Magnetto afirmó en su primera plana que el ex embajador en Caracas ratificó en el Congreso que desde el Ministerio de Planificación se realizaban "acciones paralelas" a las de la Cancillería y la Embajada en Venezuela. Sin embargo, esa construcción mediática se desmoronó a partir de la difusión por parte de Tiempo Argentino de la versión taquigráfica de las declaraciones de Sadous, que en ningún momento apuntó contra Kirchner o De Vido. Roberto Cavallero denunció en aquella oportunidad que la versión de Clarín, que en realidad era una interpretación de los representantes de la oposición sobre los dichos del ex embajador, se daba en medio de la negativa del gobierno nacional de concederle el negocio de Telecom, que el Grupo pretendía para sí. Y consignó además que de la reunión participaron los diputados Juan Carlos Morán, de la Coalición Cívica; Juan Pablo Tunessi, de la UCR; Eduardo Amadeo, del PJ Federal; y Patricia Bullrich, que en ese entonces militaba también en la Coalición. Al día siguiente de la declaración de Sadous, el ex presidente Néstor Kirchner rechazó las denuncias de Sadous y advirtió que esas sospechas "sólo le importan al delincuente de (Héctor) Magnetto", CEO de Clarín. "Es muy poco serio. Ustedes saben que no pasó nada de eso en absoluto. Para nada se le puede dar importancia", puntualizó Kirchner. En su declaración en Diputados, en la que no agregó nada diferente de su ponencia ante la justicia en una causa en la que era testigo, Sadous incluso desmintió que existiera una embajada paralela como machacaban los medios hegemónicos. "Con respecto a la diplomacia paralela, yo nunca usé la expresión 'diplomacia paralela'’. Lo que sí creo que hubo fueron gestiones paralelas, es decir gestiones en las cuales la embajada no participó", sostuvo el ex embajador frente a los diputados. A esa altura el resultado de la reunión era un fiasco. A tal punto que el diputado Jorge Yoma intervino y, luego de quejarse del "horario castrense" impuesto por el presidente de la comisión Alfredo Atanasof, que le impidió tomar mate tranquilo con su familia, expuso: "Estábamos frente a un escándalo de corrupción de proporciones en la Argentina en el que un embajador iba a aportar datos confidenciales que poco menos que iban a generar una catástrofe institucional. Ello ameritó que dejara el mate de un lado y venga para esta reunión. La verdad es que estoy totalmente decepcionado y le transmito, presidente, esta queja en nombre de mi familia." La decepción de Yoma chocó al día siguiente con la portada de Clarín, que construyó un relato sobre la presunta declaración de Sadous y sus presuntas acusaciones contra Kirchner y De Vido. Ayer lo procesaron por falso testimonio. Cuando Atanasof pidió que se revele la fuente El escándalo político que desató la publicación de la versión taquigráfica de la declaración de Eduardo Sadous en el Congreso fue tal que el diputado Alfredo Atanasof, que integraba la Comisión de Asuntos Exteriores, le pidió al director fundador de Tiempo Argentino, Roberto Caballero, que diera a conocer la identidad de las fuentes que le habían suministrado el documento oficial. La desmesura de Atanasof se produjo el mismo día de la publicación del artículo en una reunión de la Comisión de Libertad de Expresión, en la que el coeditor responsable de Tiempo, Sergio Szpolski, efectuaba junto a periodistas del Grupo Veintitrés un planteo para que se ordenara la inclusión de la señal de noticias de CN23 en la grilla de Cablevisión, a lo que el Grupo Clarín se oponía. "Hoy nos encontramos con este título y con esta foto, que a muchos nos hace pensar que podríamos estar ante la presencia de un delito, probablemente de quien lo haya entregado, porque evidentemente lo que hizo fue violar decisiones que ha tomado un poder del Estado, que es la Cámara de Diputados", señaló Atanasof en la Comisión de Libertad de Expresión exhibiendo un ejemplar de este diario. El diputado agregó que "esta publicación que ustedes hicieron hoy es claramente una violación a un derecho que tiene un poder del Estado, que es la Cámara de Diputados de la Nación". "Concretamente les voy a pedir a los señores Szpolski y Caballero que si están deseosos de cooperar y colaborar nos digan quién les entregó este material. Si no lo hacen, porque podrán ampararse en algunas cuestiones que estimen convenientes, debo decirles que nosotros vamos a llevar adelante todas las acciones políticas y judiciales que creamos pertinentes", amenazó el diputado. La fuente de la información, como corresponde, fue preservada. Tiempo Argentino

Cuenta regresiva para la Corte

EL TRIBUNAL APURARA EL TRATAMIENTO DE LAS IMPUGNACIONES AL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA La semana que viene la Corte ya podría estar en condiciones de evaluar un planteo sobre el Consejo. Los jueces quieren tratar los planteos vinculados con las elecciones, en particular el cuestionamiento a la elección de consejeros, antes del 22 de junio, cuando vence la presentación de candidaturas. Evalúan la vía del per saltum. La Corte Suprema adelantó ayer que tratará la constitucionalidad de las leyes de reforma judicial “lo antes posible”, con lo que dejó en claro que aceptará el primer per saltum bien redactado que le llegue. Las estimaciones hablan de entre 40 y 50 planteos de inconstitucionalidad presentados en todo el país en los últimos dos días. Entre ellos, el del mediático abogado Ricardo Monner Sans, que utilizó una vieja causa para plantearle la causa al máximo tribunal. Este lo rechazó in limine por falta de fundamentación. En Tribunales nadie está en condiciones de pronosticar cuándo llegará la cuestión a la Corte, ni por cuál de todas las vías posibles, pero la lógica indica que, a más tardar, les llegará a los ministros del máximo tribunal la semana que viene. Todos los protagonistas de la batalla judicial admiten que el tema tiene pocos parámetros y que habrá que ver los extraños caminos que pueden tomar algunos jueces. Por ejemplo, puede haber un planteo de inconstitucionalidad en cualquier juzgado y que el magistrado en cuestión dicte una cautelar ordenando que no se continúe el proceso electoral para elegir los miembros del Consejo de la Magistratura. Teóricamente, la resolución de ese juez sólo puede valer para el individuo que hizo la presentación y, sin embargo, el magistrado podría despacharse ordenando que se frene todo el proceso. El tema es más llamativo todavía porque no se trata de un comicio provincial, de distrito, sino una elección nacional de distrito único que abarca todo el país: se elige un solo listado para integrar el Consejo de la Magistratura. Hasta ahora, los planteos fueron hechos en dos fueros, el Contencioso Administrativo y el Electoral. Hay quien se presentó en ambos fueros. De manera que puede haber un juez/jueza electoral o un juez/jueza en lo Contencioso Administrativo que dicte un amparo. En la Cámara Electoral dicen que cualquier cautelar ya plantea un conflicto de competencia, porque un juez en lo Contencioso Administrativo puede emitir una orden de frenar la elección. En ese caso, el criterio es elevarlo de inmediato a la Corte y que ésta lo asuma por per saltum. En forma paralela, si hay una cautelar de un juez en cualquier lugar del país, alguna de las partes podrá plantear que el tema sea resuelto por el máximo tribunal a través del per saltum. El criterio de la Corte es tomar la cuestión cuanto antes. Desde el punto de vista del proceso electoral, lo necesario sería que los ministros resuelvan antes del 12 de junio, fecha de presentación de alianzas. Los hombres de la Corte que hablaron ayer con el periodismo dijeron que creen que lo pueden tratar antes del 22, fecha de presentación de candidaturas. En este último caso, habrá que ver cómo se solucionan las cosas desde el punto de vista del cronograma electoral. Los cuestionamientos que se incluyen en los planteos sobre el Consejo de la Magistratura vienen desde distintos ángulos: - Que la forma de elección es anexada a las boletas partidarias y eso vulneraría el criterio, por ejemplo, de que los consejeros abogados sean elegidos por los abogados o los consejeros jueces por los jueces. El oficialismo sostiene que la Constitución de ninguna manera excluye el voto popular para elegir a los consejeros y que ese mecanismo es, por lejos, el método más democrático. La realidad es que, hasta ahora, las elecciones de los consejeros abogados o los consejeros jueces tuvieron un alto nivel de partidización: las listas estaban nítidamente alineadas con oficialismo u oposición. - También se cuestiona la nueva composición del Consejo, con el aumento de la cantidad de consejeros académicos, y una supuesta falta de balance en la nueva formación del Consejo, en el que argumentan que el oficialismo tendría, como mínimo, poder de veto. En la edición del domingo, Horacio Verbitsky señaló que la oposición hasta puede lograr la mayoría del Consejo en las próximas elecciones. - El otro punto que se objeta es que en 18 de los 24 distritos habrá que presentar listas para el Consejo y para legisladores nacionales con la misma denominación para que la boleta de la categoría consejeros vaya adherida a la boleta de las nóminas de legisladores nacionales. Esto significa que si hay una lista unificada PRO-UCR-Socialismo para el Consejo, sólo podrá ir pegada la boleta a la de diputados y senadores, si existe alianza PRO-UCR-Socialismo en 18 de los 24 distritos. De igual manera, el Frente para la Victoria tendrá que llamarse de esa manera en 18 distritos para que en su boleta vaya la lista de consejeros del FpV. - Se cuestiona asimismo la proporción para votar dentro del Consejo la elección de un juez o el envío a juicio político. En la actualidad es dos tercios de los presentes, en la nueva ley es la mitad más uno del Consejo. Los trascendidos indican que la Corte podría resolver primero las cuestiones que tengan que ver con el mecanismo electoral y recién después los demás planteos. Pero lo cierto es que en Tribunales nadie sabe qué cautelar llegará a la Corte, cuál será el contenido de la resolución de un magistrado y ni siquiera de qué fuero provendrá. raulkollmann@hotmail.com 29/05/13 Página|12

“Hay algunos que no se dan cuenta de la diferencia entre la tele y la vida real”

Hay algunos que no se dan cuenta de la diferencia entre la vida real y la tele durante toda su vida La presidenta Cristina Kirchner recibirá en Casa de Gobierno a Agustín, de 4 años, el niño que quiso pero no pudo conocerla durante los festejos por el 25 de Mayo. Hará lo mismo con Mara, una nieta de desaparecidos que tiene 6 años y que recolecta dinero para comprar netbooks para escuelas públicas. "Agustín, que no debe llegar a los cuatro años, distingue perfectamente, entre la vida real y la tele. Qué notable ¿No? Hay algunos que no se dan cuenta de la diferencia durante toda su vida. Una lástima, no saben lo que se pierden”, comparó la mandataria a través de su cuenta de Twitter, desde donde confirmó el encuentro con ambos chicos. “El domingo por la tarde alguien me dice: “Doctora. ¿vio el video del nene que la quiere ver? ¿De qué me hablás? Miro la pantalla de la compu y aparece Agustín. Campera azul. Super abrigado. Chiquito. Terco. Adorable”, escribió. Añadió que el chico dijo querer verla “en la vida real" y que, como el padre le dijo que era imposible porque había mucha gente, el chico insistió: "Qué me importa, yo la quiero ver igual. No la quiero ver en la tele la quiero ver en la vida real". “Pido que por favor averigüen si pueden comunicarse con el padre. Positivo. Hoy Agustín me ve en la vida real antes de la inauguración al mediodía de la Bienal de Venecia desde el museo del Bicentenario, también en tiempo real”, señaló CFK Sobre Mara destacó que “vende dibujitos a sus compañeros” de colegio porque quiere “comprar compus” que se entregan en los colegios. “El pasado viernes Carlos, secretario e Legal y Técnica) Zanini habló en la cena que había organizado H.I.J.O.S . Eran más de 700. Habían venido de todo el país, también para el acto del 25 de Mayo: El de la década ganada, entre ellos estaba Mara”. “Mara me había escuchado en un discurso en el que decía que las netbooks las comprábamos con el aporte de los trabajadores. Lo encaró a Carlos y le dijo: ¿Vos la ves a Cristina? Dale este dibujo mío y este dinero que lo junté para que pueda seguir comprando las nets”, twiteó. “Con la carta de Mara, además del dibujo vienen un poco más de treinta pesos en billetes muy ajados de 2 de 5 y monedas. El dibujo de Mara, nieta de desaparecidos, son tres personas presas tras las rejas. Casi me largo a llorar”, confesó.

Portada Editorial Internacionales Info. Gral Deportes Economia Justicia Seguridad Mas Pedirán levantamiento de secreto bancario de las cuentas de Jorge Lanata

Varios legisladores del gobierno uruguayo “quieren ir hasta el hueso” en torno a las denuncias del periodista Jorge Lanata que involucra a Uruguay en el lavado de activos. Las fuentes consultadas opinaron que “todo este escándalo es puramente político” y agregaron si este hombre (por Lanata) está actuando de buena fe “no debe tener un mango” como todos los periodistas. Otros afirmaron que “ya se hizo millonario” gracias a las fortunas que está destinando el Grupo Clarín para el cual “opera” en su guerra contra el gobierno. Uno de los informantes señaló que “es muy bueno que los diputados argentinos Manuel Garrido y Graciela Ocaña vengan a Uruguay a radicar una denuncia formal”. “Bueno porque será una oportunidad inmejorable para echar toda la carne sobre el asador y pedir una investigación del patrimonio actual del propio Lanata, pero a nivel global”, agregó. Ayer Lanata le respondió a Mujica que lo trató de poeta. “Si cree que no se saca dinero a Uruguay para lavar dinero, a Mujica le diría que salga a la calle a ver qué es lo que ocurre”, dijo según publica el diario argentino La Nación. De esta forma el periodista que denunció una operación de lavado de activos desde Argentina, vía Uruguay, por parte de empresarios “amigos” y “socios” del difunto ex presidente Néstor Kirchner, respondió a los comentarios que hizo Mujica sobre su persona. Lanata había dicho en su programa que en Uruguay, a cualquiera que llegara a un banco con US$ 5 millones para depositar, lo máximo que le preguntarán es si quiere un café. “Eso es una cosa que dice Lanata. Parece que tiene mucha experiencia en venir a los bancos uruguayos y depositar y tomar un café e irse olímpico. Pero no es tan así. Pero como existe la garantía a la libertad de prensa y la libre información, quienes manejan la supuesta libertad de prensa se permiten cierta licencia poética que si funcionara un Estado de derecho eso no lo pueden decir”, expresó Mujica. Ante estos comentarios, el periodista argentino respondió: “A Mujica le están pasando mal la información. Yo ahora no tengo una cuenta en Uruguay. Yo trabajé en Uruguay durante la presidencia de Tabaré Vázquez en el Canal 12, y fui echado. Esa fue mi relación con el sistema tributario uruguayo. A tal punto que tengo número de RUC, que es mi número como contribuyente”. Lanata también recordó que en el 2012 vendió una casa que tenía en José Ignacio con su esposa, y que pagó todos los impuestos. “Debemos ser unos de los pocos argentinos que teníamos una casa a nuestro nombre, mientras que el 90% de los argentinos tienen la casa en Punta del Este a nombre de empresas truchas. Esa casa de José Ignacio se vendió el año pasado y pagamos todos los impuestos que correspondían, un montón de impuestos. Que Mujica lo busque en los archivos”, dijo. Lanata aprovechó y también criticó al Frente Amplio por no decir nada cuando, según él, lo echaron por intentar hacer programas en la televisión sobre la corrupción en Uruguay. “Cuando íbamos a denunciar corrupción, me despidieron y el Frente Amplio se calló la boca. Íbamos a lanzar una sección titulada ‘Los intocables’, que iba a hablar de corrupción. Efectivamente fueron intocables porque me echaron de una patada en el culo. Y el gobierno, del Frente Amplio, se calló la boca en ese momento””, dijo Lanata.

Denuncia: "a los hijos adoptados de Magnetto se los entregó Elisa Carrió"

En una entrevista radial, el ex Director del Diario La Razón José Pirillo, reveló que la líder de la Coalición Cívica Elisa Carrió, quien hoy se opone a la revelación de la identidad de los hijos de Ernestina de Noble, le consiguió los hijos al propio Magnetto. Escuche el audio de la entrevista. (Diario EL VIGÍA) - El ex director del diario La Razón, dijo el Sábado 5 de Junio en AM 530 “La Voz de las Madres” (en el programa Vaca Cubana) que Héctor Magnetto, le consiguió los hijos a Ernestina Herrera de Noble a través de una gestión ante el entonces presidente de facto Jorge Rafael Videla. En la entrevista Pirillo afirmó que la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, le consiguió los hijos al propio Magnetto. El CEO de Clarín le pidió “por favor que dejara de publicar notas sobre el tráfico de bebés que se producía en el norte del país, porque eso lo afectaba a él y a su señora esposa, por cuanto los hijos que él tenía, también adoptivos, los había conseguido a través de la intervención de su amiga personal Elisa Carrió”. Recordemos que Elisa Carrió se desempeño en cargos de responsabilidad institucional en la Justicia chaqueña, durante la última dictadura militar. El audio de la entrevista, en el siguiente enlace: http://www.estiloradio.com.ar/estiloradio/wp-content/uploads/2010/06/ENTREVISTA-A-JOSE-PIRILLO2.mp3 En una entrevista radial, el ex Director del Diario La Razón José Pirillo, reveló que la líder de la Coalición Cívica Elisa Carrió, quien hoy se opone a la revelación de la identidad de los hijos de Ernestina de Noble, le consiguió los hijos al propio Magnetto. Escuche el audio de la entrevista. (Diario EL VIGÍA) - El ex director del diario La Razón, dijo el Sábado 5 de Junio en AM 530 “La Voz de las Madres” (en el programa Vaca Cubana) que Héctor Magnetto, le consiguió los hijos a Ernestina Herrera de Noble a través de una gestión ante el entonces presidente de facto Jorge Rafael Videla. En la entrevista Pirillo afirmó que la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, le consiguió los hijos al propio Magnetto. El CEO de Clarín le pidió “por favor que dejara de publicar notas sobre el tráfico de bebés que se producía en el norte del país, porque eso lo afectaba a él y a su señora esposa, por cuanto los hijos que él tenía, también adoptivos, los había conseguido a través de la intervención de su amiga personal Elisa Carrió”. Recordemos que Elisa Carrió se desempeño en cargos de responsabilidad institucional en la Justicia chaqueña, durante la última dictadura militar. El audio de la entrevista, en el siguiente enlace: http://www.estiloradio.com.ar/estiloradio/wp-content/uploads/2010/06/ENTREVISTA-A-JOSE-PIRILLO2.mp3 O escuchar aquí: Fuente: http://www.estiloradio.com.ar/ PD: NOTA DE ARCHIVO: "En su declaración ante Bergesio, el ex dueño de La Razón arremetió también contra la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que según su relato ante la Justicia, le consiguió los hijos al propio Magnetto. Pirillo le relató al magistrado que en ese entonces Magnetto le pidió “por favor que dejara de publicar notas sobre el tráfico de bebés que se producía en el norte del país, porque eso los afectaba a él y a su señora esposa, por cuanto los hijos que él tenía, también adoptivos, los había conseguido a través de la intervención de su amiga personal Elisa Carrió”. Desde el entorno de la chaqueña lo desmintieron y lo calificaron de “disparate”. ( Diario Perfil, 22 de Agosto de 2009) O escuchar aquí: Fuente: http://www.estiloradio.com.ar/ PD: NOTA DE ARCHIVO: "En su declaración ante Bergesio, el ex dueño de La Razón arremetió también contra la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que según su relato ante la Justicia, le consiguió los hijos al propio Magnetto. Pirillo le relató al magistrado que en ese entonces Magnetto le pidió “por favor que dejara de publicar notas sobre el tráfico de bebés que se producía en el norte del país, porque eso los afectaba a él y a su señora esposa, por cuanto los hijos que él tenía, también adoptivos, los había conseguido a través de la intervención de su amiga personal Elisa Carrió”. Desde el entorno de la chaqueña lo desmintieron y lo calificaron de “disparate”. ( Diario Perfil, 22 de Agosto de 2009)

martes, 28 de mayo de 2013

2003-2013: la evocación y la discusión Por Eduardo Anguita eanguita@miradsalsur.com

Cuando una persona pública despierta un vínculo apasionado, inevitablemente es valorada a partir de la identidad y las convicciones de quien la mira. No hay objetivación posible que permita sortear esto. Néstor Kirchner fue, para mí, el dirigente político más sencillo y más llano de estas tres décadas de democracia. Pero su estatura, una década después, está asociada a otra cualidad esencial. Encaró de modo sencillo la conducción de un Estado quebrado. Puso en marcha un programa feroz de transformaciones en el que involucró a los sectores de poder que él estaba modificando. Néstor estuvo varios pasos delante no sólo del resto de la dirigencia, sino también de la misma sociedad, que estaba tan movilizada como confundida, producto del hambre, la pobreza y la indignación ante la estafa de los banqueros y del presidente profugado hacia su quinta de fin de semana. Néstor puso el pecho. En ese sentido, puede decirse que interpretó el papel que al pueblo argentino le subyuga. De pibe, sobre todo durante los años de Illia y de Frondizi, escuché frases como: “Necesitamos una mano fuerte, un Fidel Castro o un Franco, alguien que ponga orden”. Néstor puso orden y desorden al mismo tiempo. Ordenaba que la policía fuera sin cascos ni palos y, al mismo tiempo, conducía y contenía el conflicto social. La sociedad argentina bancó a Néstor a los pocos meses de asumir. Mucho más por su propia decisión de involucrarse en cada tema de la agenda pública que por la deserción y el doble discurso del resto de los políticos. Fue el primer presidente de estos 30 años que no dejó ningún tema fuera de su gobierno. Sería injusto atribuirle a Raúl Alfonsín falta de afecto popular en sus primeros años de gestión. Pero la realidad económica y su propio encuadre partidario lo fueron mostrando como un político negociador y capaz de retroceder sin límites. La mayoría de sus medidas de gobierno fue una suma de contradicciones que neutralizaron cualquiera de los cambios prometidos. Por ejemplo, Bernardo Grinspun fue al Ministerio de Economía con el firme propósito de pelear como un león para no pagar la deuda externa ilegítima. Para hacer números finos, mandó a un equipo de técnicos al Banco Central. Pero, al tiempo que bancaba a Grinspun, Alfonsín permitió que Enrique García Vázquez, al frente del Central, confirmara a toda la línea gerencial heredada de la dictadura, muchos de los cuales habían estado durante la brutal reforma financiera de 1977 cuyo arquitecto era nada menos que José Martínez de Hoz. Resultado: los técnicos de Grinspun no tuvieron posibilidad de ver nada. Grinspun duró 15 meses en Economía y tuvo que irse a la casa. Nunca se pudo separar ni un rubro de deuda ilegítima y cuando Alfonsín terminó su mandato la deuda externa había crecido un 44%. En 1983 era de 45.000 millones de dólares y en 1989 era de 57.800 millones. Alfonsín tuvo como asesor en temas de Justicia y derechos humanos al filósofo Carlos Nino, pero sus ministros de Interior y de Justicia eran los balbinistas Antonio Tróccoli y a Carlos Alconada Aramburú. Nino promovía los juicios a los represores mientras que Tróccoli y Alconada Aramburú eran interlocutores de la jerarquía militar, eclesiástica y empresarial de la dictadura. Nino no pasó de consejero y el retroceso después de las condenas a las juntas militares fue vergonzoso. El alfonsinismo nunca se repuso de haber empezado con el juicio a las juntas y el ataque a los capitales concentrados para terminar cediendo ante “los capitanes de la industria” y los genocidas. Otra era. No es de extrañar que los comunicadores del establishment se indignaran por que Néstor no hiciera reuniones de gabinete como en tiempos de Alfonsín. Los sectores de poder económico querían buscar fisuras en 2003 a partir de la evidencia de que varios funcionarios de Néstor eran interlocutores de corporaciones y empresas poderosas. Néstor los tenía, efectivamente, porque necesitaba puentes de diálogo y también para neutralizarlos. Prefería, en la coyuntura que vivía la Argentina, conducir en medio de las tensiones y no negarlas. Menos que menos, entregarlos. Cuando Roberto Lavagna proponía medidas que enfriaban el crecimiento, Néstor se ocupaba de aclarar que la política mandaba sobre la economía. Los sectores más concentrados del empresariado confiaban en que, una vez salidos “del infierno”, el gobierno de Néstor retomaría la senda neoliberal. Pero, claro, llegaron los juicios a los genocidas, llegó el no al ALCA y se iba perfilando una política cultural y comunicacional que prometía tomar distancia para no volver nunca. Cabe recordar que, mientras Alberto Fernández (desde ya por mandato de Néstor) era el puente con Clarín, Pepe Albistur y Gabriel Mariotto impulsaron en 2004 la Coalición por una Radiodifusión Democrática. América latina vivía un cambio profundo. Era la primera vez que se sumaban dos factores: incapacidad de los halcones norteamericanos de propiciar golpes de Estado tradicionales al tiempo que ese espacio cedido era ocupado por los marginados y perseguidos durante las dictaduras y los gobiernos neoliberales. A mediados de 2006, con la mejora sensible de los precios de los productos primarios y el aumento de las reservas de los bancos centrales de la mayoría de los países, se hablaba de la inminencia de un Banco del Sur capaz de dar aportes del financiamiento a largo plazo. Pasado y presente. Diez años de gestión, con la muerte de Néstor y la reelección de Cristina, imponen pensar también los cambios operados entre aquellos primeros años y estos últimos. Tanto en la conducción del Gobierno como de la situación económica. Pero los cambios son dentro de un mismo proceso político y cultural. En estos últimos años se consolidaron muchos derechos. Los planes universales –de los cuales el principal es la Asignación Universal por Hijo– son una realidad en la Argentina de esta década. En cuanto a la gestión política, sin duda, hay cambios de estilo y de alianzas. Es simplista atribuirlos a los modos diferentes de Néstor y de Cristina. Algo tendrá que ver la personalidad de cada uno, pero la Argentina y el peronismo son materias demasiado complejas. Desde el acto de Huracán del 11 de marzo de 2011, la tensión entre el Gobierno y Hugo Moyano fue creciendo. El líder camionero intentó ser el representante de un peronismo a secas que no existe. Y no le salió bien. Quedó al frente de un sector sindical sin posibilidad de articular con sectores ortodoxos del conurbano. La mayoría de ellos fueron cortando algunos contratos con las empresas vinculadas a Moyano y se mantuvieron dentro del Frente para la Victoria. Eso sí, el kirchnerismo paga un precio alto desde el momento que el sindicalismo argentino no generó nuevas dirigencias: además de los sectores fantasmales ligados a Luis Barrionuevo hay, por los menos, dos CGT y dos CTA. Acostumbrado a la tradición sindical peronista, el líder camionero aspiró a tener más peso dentro de funciones claves de gobierno y también más legisladores de entre sus allegados para los comicios de 2011. Cristina Fernández de Kirchner buscaba otros horizontes. Sin abandonar para nada la consolidación de derechos (humanos, sociales, civiles) orientó sus vínculos a sectores más concentrados de la economía y hasta quienes fueron feroces opositores en las jornadas antigubernamentales de la resolución 125. Algunos ejemplos: pocos días antes de las presidenciales de octubre, Cristina visitó la sede de Coninagro y dio muestras de diálogo con el complejo agroindustrial-sojero. Poco antes de eso, con un festejo por el Día de la Industria en Tecnópolis, la Presidenta lanzó el plan 2020 que aspiraba, entre otras cosas, duplicar el PBI industrial para ese año. El acercamiento a la Unión Industrial Argentina fue precisamente el día en que estalló la pelea con Moyano. En el plano financiero, la Argentina venía del segundo paquete de renegociación de tenedores de títulos de la deuda en 2010 y completar el 97% del total de la deuda externa argentina al 2003. Con el país incorporado al G-20 y con las negociaciones con el Club de París, parecía que Argentina podía cerrar un círculo y pasar del default a las puertas abiertas para el llamado mercado voluntario de deuda. En esa perspectiva, la diferencia sustantiva sería no perder la soberanía en las decisiones y no estar atado a los organismos financieros internacionales. Hay que decir una cosa: en esa década, muchos sectores de poder transnacional no sintieron que sus privilegios hubieran sido tocados. Concretamente el petróleo y el gas, en un momento donde el crecimiento económico dejaba un déficit de la balanza comercial energética muy elevado a lo que se sumaban altísimos subsidios (recién habrá una modificación en abril de 2012 con la estatización del 51% de las acciones de YPF y con una serie de medidas complementarias). En la minería, los beneficios para las transnacionales de la década del noventa estaban intactos. Las grandes cerealeras y exportadoras de granos siguieron con sus negocios sin que el Estado interviniera a través de algún mecanismo directo. Las automotrices siguieron haciendo los mismos modelos de autos concebidos desde las casas matrices. El comercio minorista avanzaba en manos de las grandes cadenas de supermercados extranjeros. El esquema de las empresas agroquímicas de semillas transgénicas siguió sin ningún reparo. Las plantas de armado industrial electrónico con fuertes beneficios fiscales seguían siendo una boca de aumento de los componentes importados. Es decir, de los superávits mellizos, la realidad daba señales de extranjerización creciente de la economía y también de un crecimiento sostenido de la inversión y el gasto públicos. El Gobierno apostó a sostener el consumo con la expectativa de que también creciera el ahorro y la inversión. Había claras señales de inflación y, sin embargo, no eran debidamente registradas por el Indec. Muchos sectores (desde los exportadores tradicionales hasta las economías regionales y las pymes) señalaban el llamado retraso cambiario. Esta es una apretada síntesis del panorama. Requería discusión. Requería aportes de diversos sectores. El Gobierno, a través de la AFIP y la Secretaría de Comercio, dio a conocer una serie de medidas que, apenas pasadas las elecciones, modificaron bastante el rumbo económico y también el humor de los sectores sociales de ingresos medios y medio-altos. Restricciones cambiarias, limitaciones para las importaciones y restricciones para remitir utilidades al exterior. Las medidas fueron repentinas, poco explicadas y los funcionarios a cargo (Ricardo Echegaray y Guillermo Moreno) no dieron ámbitos de diálogo y reclamo. No faltaron quienes constataron que en los bancos cada vez que iban a comprar dólares con autorización de la AFIP, casualmente, “se caía el sistema”. Moreno creó, extraoficialmente, un sistema de compensación de importaciones, consistente en que un importador al que se le rechazaba la “declaración jurada anticipada de importación” podía (puede en la actualidad) comprar una parte del cupo de exportaciones de algún exportador y hacerlo figurar “por cuenta y orden de”. Pero esto no sólo complicaba a quien importa autos de lujo, sino también a quienes traen máquinas o componentes industriales. Cualquier reclamo era (y es) atendido directamente por el secretario de Comercio. Esto sucedía al mismo tiempo en que se había hecho público el interés de duplicar la capacidad industrial. La restricción para remitir utilidades, al igual que las otras medidas, tenía como explicación la necesidad de cuidar los dólares. Un objetivo más que comprensible en un proyecto nacional. Pero sin siquiera discutir una nueva ley de inversiones extranjeras. Es decir, a las grandes corporaciones se les cambió las reglas del juego sin establecer un plazo. Pero al conjunto de la sociedad se la involucró en un tema que puede ser revolucionario, histórico, pero que requiere de racionalidad, de oportunidad, de medir las relaciones de fuerzas. Estas tres medidas se convirtieron en el plan económico. Es cierto que el contexto internacional muestra ejemplos de arbitrariedades tremendas. Sobre todo porque en muchos países europeos hubo –y hay– ajustes que recaen sobre los sectores populares. Y en la Argentina todas estas medidas se hicieron con el expreso propósito de evitar tocar el bolsillo popular. Si se miran los inicios del gobierno de Néstor Kirchner, queda claro que siempre se sostuvo ese propósito. Pero estas medidas no fueron eficaces. Los retiros de dólares de depósitos y las fugas del circuito legal no se detuvieron. El Banco Central tiene muchas menos reservas (en la actualidad son 39.000 millones de dólares y cuando se tomaron esas medidas era de 45.000 millones). Pero, además, el crecimiento sostenido de los precios internos llevó a un descrédito generalizado del Índice de Precios al Consumidor. Hasta los sindicalistas más cercanos al Gobierno hablan de que en las negociaciones de las escalas salariales se basan en la “inflación del changuito”. La construcción política. Néstor decía que prefería ser el primero de lo nuevo y no el último de lo viejo, para graficar el cambio que se estaba operando en la Argentina, que atravesaba al conjunto de los partidos políticos. Cristina apostó a crear algo “de lo nuevo” y lo hizo estableciendo un vínculo muy fuerte entre ella y los sectores populares, especialmente los trabajadores, las mujeres y, con especial énfasis, los sectores juveniles. Es indudable que un partido que gobierna impulsa de modo radial la construcción política. En ese sentido, un flanco débil es que la promoción de cuadros a veces confunde idoneidad con confianza política. Pero el problema es más complejo que la telenovela que pretenden los medios hegemónicos: el Estado no fue reformado y tiene bolsones de ineficiencia cuya raíz no es La Cámpora ni mucho menos. Al revés: Cristina apuesta a algo muy difícil. No lo logró Néstor con los movimientos sociales en los primeros años. La jugada salió bien en el sentido de que Emilio Pérsico, Luis D’Elía, Edgardo De Petri y Humberto Tumini eran dirigentes fogueados, cada uno con inserción en distintos sectores, y canalizaron a buena parte de la militancia de la resistencia de los noventa. Al mismo tiempo, la CGT de Moyano y la CTA de Víctor De Genaro expresaban al sindicalismo que resistió durante los noventa. Pero esa experiencia se pulverizó. En la actualidad, el kirchnerismo no tiene fuerza en los sindicatos (sólo tiene un armado circunstancial en base a un diálogo sectorial y no de convicciones políticas), pero los sindicatos no tienen fuerza en la política. A lo sumo, el espacio que aspiran algunos dirigentes es el de ser una fuerza de daño al Gobierno pero no de construcción de alianzas en defensa de lo nacional y popular. Un problema no menor es que muchas provincias argentinas están gobernadas por sectores justicialistas pero que tienen estructuras autoritarias, en algunos casos casi feudales y en otros de fuertes vínculos con las empresas mineras o petroleras. En algún momento, un plan de desarrollo integral deberá vincularse a reformar la Constitución. La de 1994 dejó a las provincias manejos claves (educación, regalías y contratos con las riquezas minerales e hidrocarburíferas). Podría decirse que el Gobierno tiene su punto más fuerte en la capacidad de Cristina de generar vínculos con el pueblo. Por estimular el empleo, por no dejar caer el salario real, por evitar una devaluación, que sería un golpe a los ingresos populares, por la Asignación Universal, la educación y por defender una política de derechos sociales y humanos que es constitutiva del kirchnerismo. Como nunca puede analizarse la política sin ver el peso relativo de las otras fuerzas que compiten electoralmente es difícil pensar que de la oposición surgirá una propuesta capaz de ganarle al kirchnerismo. La apuesta del establishment es, en el fondo, confiar en que desde el peronismo aliado a Cristina surja una fuerza que se diferencie. Lo agitan todos los días. Es más, usan los nombres de algunos intendentes o del gobernador bonaerense de un modo tan burdo que los obligan a declararse siempre mucho más leales y cercanos a la Presidenta de lo que cualquier observador calificado pueda creer. Medios y debates. En el kirchnerismo hubo una apuesta muy fuerte, desde mediados de 2012, en que la Justicia no entorpecería más la demorada adecuación de inversiones de Clarín. Es difícil que un Gobierno reconozca públicamente que algo salió de un modo distinto al esperado. Porque, sin duda, es darles argumentos a los adversarios y, a su vez, elementos de desaliento a los sectores propios. Pero el análisis político no puede quedarse encorsetado en las preferencias subjetivas. Hay que abrir el debate. El remanido 7-D planteaba, al menos, dos problemas. Uno de chicanas judiciales que se prolongarían a este año electoral. El otro era que el debate sobre los medios fue sobredimensionado en la agenda diaria. Desplazó o condicionó muchos temas en los que el Gobierno debía haber actuado con más previsión. Los económicos, nada menos. Recién se recurrió a una conferencia de prensa de funcionarios de Economía para dar cuenta de las ventajas del blanqueo. Pero, por caso, no se tomó la inflación como un tema al que es preciso atacar. Y que, a su vez, es un síntoma de otros problemas que afronta la economía argentina. Cabe preguntarse por qué el Gobierno actúa así. Las respuestas más visibles, las que repiten funcionarios y comunicadores cercanos al Gobierno, es que hay una contienda con el Grupo Clarín y que la cantidad de mentiras de los medios de Clarín sólo tienen el propósito de castigar al Gobierno. Es probable que la capacidad electoral de Cristina esté en buena forma. Es probable que a la mayoría de la base social que la acompaña no le haga mella discusiones sobre indicadores. Pero las decisiones no pueden tomarse, como algunos creen, desconociendo que hay una situación económico-social que requiere modificaciones. 26/05/13 Miradas al Sur

Equilibrio entre populismo e institucionalismo

A diez años del corte histórico de 2003, muchos han señalado los logros del inmenso camino recorrido en ese período en diversos campos: desde la afirmación de los Derechos Humanos hasta la igualdad civil, desde la reconquista de la economía nacional en todos los rubros básicos de la economía hasta el avance de una legislación redistributiva que nos acerca a una sociedad más participativa e igualitaria. Por Ernesto Laclau Yo adhiero a esa celebración y quisiera tan sólo contribuir a ella con dos reflexiones acerca de la inscripción del camino recorrido en procesos históricos más vastos. El primero es el carácter latinoamericano de la transformación. Lo que ha acontecido en la Argentina se hermana a procesos similares que tuvieron lugar en otros países del área: la revolución ciudadana en Ecuador, la revolución bolivariana en Venezuela, la profunda transformación del sistema político en Bolivia. En todos estos casos se ha dado algo más que un cambio simplemente político: se ha dado una reconfiguración del accionar político que ha conducido a un nuevo modo de entender la relación entre el cambio social y las prácticas institucionales. Yo diría que el kirchnerismo –como parte de esta onda general de cambio en América Latina– ha representado una nueva etapa histórica en la rearticulación de las dos vertientes fundamentales de la política: el populismo y el institucionalismo. El populismo es el momento de la ruptura, la instancia en que nuevas fuerzas históricas irrumpen y pugnan por superarlas formas institucionales del pasado; el institucionalismo es el modo en que estas rupturas cristalizan en una reconfiguración del Estado. El equilibrio que la Argentina ha logrado entre ambas dimensiones –conjuntamente con otros países del área– es un modelo, internacionalmente reconocido de modo creciente. No es de sorprender que la reacción conservadora haya seguido la ruta de unilateralizar la dimensión puramente institucional a expensas de la del cambio social (a lo que se suman las voces de algunos ex funcionarios del gobierno que hablan, estúpidamente, del balance globalmente negativo de una de las décadas más progresistas y creativas de la historia del país en el último siglo). La segunda dimensión que quiero señalar se refiere a lo que el presidente Chávez advocaba como 'socialismo del siglo XXI'. Hay un rasgo de ese nuevo socialismo que quiero subrayar; su punto de ruptura con el socialismo clásico. Este último se fundaba en la centralidad ilimitada de la clase obrera y en una visión del proceso histórico fundada en esa creciente centralidad. Desde Gramsci, al menos, sabemos que la historia no avanza en esa dirección: el ejército de los explotados es mucho más heterogéneo y numeroso y la articulación política de todos estos sectores es la tarea esencial de una transformación histórica global. Es decir, que hay que mantener un equilibrio entre la proliferación horizontal de las reivindicaciones democráticas y la transformación vertical de los aparatos del Estado. Es este equilibrio el que se está logrando en la Argentina en la "década ganada". 24/05/13 Infonews

José María Gatica: Un odio que no conviene olvidar Por Osvaldo Soriano

José María Gatica: Un odio que no conviene olvidar Por Osvaldo Soriano Un 25 de mayo de 1925 nacía en Villa Mercedes, San Luis, José María Gatica, "El Mono", Osvaldo Soriano lo recordaba en este texto de 1975. Poco después del "Rodrigazo", que nos dejó a todos en la miseria, Roberto Cossa me hizo entrar en El Cronista Comercial, donde volví a ser redactor de deportes. Esta semblanza de José María Gatica se publicó a fines de 1975. A Julio Cortázar "No me dejés solo, hermano". Tirado en el pavimento, el cuerpo sacudido por los espasmos, Gatica se aferraba al pedazo de vida que se le iba. Lo rodeaba una multitud de extraños que lo habían visto caer bajo las ruedas de un colectivo, a la salida de la cancha de Independiente. Pocos ojos entre los que miraban esa piltafa cercana a la muerte habrán reconocido el cuerpo de José María Gatica, uno de los mayores ídolos que tuvo el boxeo argentino. Tenía 38 años y parecía un viejo. Hasta ese día en que la borrachera no le dejó hacer pie en el estribo del ómnibus, había sobrevivido en una villa miseria como tantos otros; algún rasgo lo distinguía: la nariz aplastada, la sonrisa provocadora, un cierto desdén por el futuro. Era uno de esos hombres obligados a soñar con el pasado, porque el suyo estaba teñido de sangre y ovaciones. El 7 de diciembre de 1945 subió por primera vez a un ring como semifondista profesional. Esa noche, su triunfo por nocaut en la primera vuelta frente a Leopoldo Mayorano no puso al público de pie, ni lo irritó. Comenzaba su carrera un hombre de rabia larga, de ambición fresca. Había sufrido la violencia desde su nacimiento, en Villa Mercedes, San Luis, el 25 de Mayo de 1925. A los siete años llegó a Buenos Aires en un tren de carga, con su madre y un hermano mayor. A los diez había ganado un lugar en Plaza Constitución, donde lustró miles de zapatos. De rodillas, miraba desde abajo la cara de la gente, pero hasta ese privilegio tuvo que defender a golpes frente a competidores tan desesperados como él. Un peluquero que vivía por allí lo vio pelear varias veces y quedó impresionado por su agresividad. Era Lázaro Koczi, un hombre relacionado con el boxeo profesional. Pronto le propuso cambiar de oficio. The Sailor's Home era la casa de la misión inglesa para marineros. Estaba en Paseo Colón y San Juan, un barrio con tradición de compadritos. Allí paraban los hombres que habían perdido sus barcos en los extravíos de una borrachera, los desertores, los enfermos, los malandras sin cuchillo. Todo se resolvía a puñetazos. Un hombre de agallas podía ganarse allí veinte pesos si era capaz de vencer en tres rounds al marinero más fuerte. Lázaro Koczi apareció una noche con Gatica, le mostró el ring y le habló de los veinte pesos. El lustrabotas subió. Se sabe que ganó varias peleas, que agachó a corpulentos marineros y luego dejó su parada de Constitución. Había ganado el derecho a más. El 7 de diciembre de 1945 -ese año singular en la historia argentina- debutó en el Luna Park. Sus ojos verdes habrán visto la multitud con el brillo del desafío. Bastó un golpe para que Mayorano, su rival, fuera a la lona. En poco tiempo ganaba dos peleas más y los empresarios pusieron sus ojos en él. Al año siguiente ganó las siete peleas que hizo, una de ellas con Alfredo Prada, quien sería su más rival encarnizado. Por entonces el público se había dividido: el ring-side abucheada a Gatica, quería verlo en el piso; la popular rugía alentando a ese morocho que miraba con odio a sus rivales y cuando los tenía a sus pies levantaba los brazos tan abiertos como para abrazar al mundo. Los apodos de la tribuna eran diversos, según de dónde provenían: Tigre, para la popular, Mono para el ring-side. A los periodistas le gustaba más Mono y así lo recuerdan aún. Mientras duró su grandeza tuvo un rival irreconciliable sobre el ring: Alfredo Prada. Ya se habían enfrentado antes, cuando no suponían que la vida los iba a unir en el triunfo y el fracaso. Combatieron seis veces y ganó tres cada uno. La última pelea, en 1953, significó la derrota de Gatica y el comienzo de su patética decadencia. Los enfrentamientos entre Gatica y Prada dividieron al público como nunca; se estaba con Gatica o contra él. Prada era campeón argentino, una satisfacción que el Mono nunca alcanzó. Cuando el pleito terminó, las carreras de ambos llegaraban al ocaso. Prada dejó el boxeo con algún dinero en el banco. Afrontó la vida como un ciudadano recompensado. El Mono volvió a su origen, como si toda su pelea con la vida hubiera sido una parábola restallante, una explosión de luces que lo iluminaron hasta, de pronto, dejarlo nuevamente en la oscuridad. Volvió a una villa miseria. Vivió de la caridad junto a su segunda mujer y dos hijas. Fue una fiesta para los periodistas encontrarlo sentado a la puerta de su casilla de latas, tomando mate, sucio y harapiento. Entonces Prada tuvo un gesto que los diarios elogiaron: abrió un restaurante en calle Paraná y llevó al Mono con él. Le pagó quince mil pesos por mes y lo puso en la puerta del negocio para exhibirlo. El gesto compasivo de Prada era otra humillación que Gatica soportó porque no podía sino aceptar su derrota. Había vivido como un esclavo y pocos le perdonaron su grotesca revancha: como un Robin Hood de barrio, iba con los suyos -los lustradores- y les destrozaba los cajones a patadas a cambio de billetes de mil. Pagaba con una fragata los diarios que quitaba a las viejas que rodeaban el Luna Park. Unos pocos lo miraban con respeto, otros ser reían de él. Desde que Alfredo Prada lo venció en 1953, en la última pelea, no dejó de caer. Siguió tres años más, pero estaba acabado como boxeador. Como hombre le faltaba recorrer la pendiente más dura: el desprecio, el odio, el revanchismo de las buenas conciencias. Era, para ellas, un analfabeto despreciable, un "lumpen". Perdió todo lo que tenía pero jamás se lamentó. Fue noticia para los diarios el día que una inundación se llevó lo poco que le quedaba. Entonces, fue fotografiado en camiseta, lleno de mugre y mereció crónicas colmadas de aleccionadora compasión. Curiosamente, el Mono sonreía. Adhirió fervorosamente al peronismo y, curiosamente, su esplendor y caída desplegó la misma parábola en el almanaque: levantó su brazos en 1945 y lo bajó, vencidos, en 1956. Había sido el preferido de Perón mientras brillaba. Aficionado al boxeo, el Presidente apoyó el viaje de Gatica a Estados Unidos para buscar una pelea con el campeón de los livianos. En cuatro rounds venció a Terence Young y esta victoria le abrió las puertas a la pelea con Ike Williams, dueño de la corona mundial, en 1951. Medio país estuvo pendiente de la suerte del Mono que iba a batirse en el Madison Square Garden de Nueva York. Subió a la lona sobrador, fanfarrón. Cuando empezó el combate bajó las manos y puso la cara, como lo haría luego Nicolino Locche. Pero Gatica no sabía de esas sutilezas. Bastaron tres golpes de Williams y a los tres minutos de pelea el Mono se derrumbó. Desde entonces perdió los favores oficiales y dejó de ser el hombre que se fotografiaba junto a Perón. Entre 1952 y 1953 ganó trece combates luego de ser vencido por Luis Federico Thompson, pero la última derrota ante Prada lo puso en la pendiente definitiva; caualmente, esa derrota sucedió un 16 de setiembre, dos años antes del día que estalló el pronunciamiento militar contra el peronismo. No sólo Prada usó al Mono para exaltar la beneficencia. Martín Karadagián, un empresario del espectáculo que había montado una troupe de luchadores, lo llevó a parodiar una final. También allí tenía que perder. En "sensacional encuentro" Karadagián, dueño del poder, benefactor de hospitales, lo sometió por unos pocos pesos. La última derrota ocurrió el 10 de noviembre de 1963, bajo las ruedas de aquel colectivo. Había terminado su vida en una parábola perfecta de humillación; "una bala perdida", como solía decir él. No tuvo amigos. Apenas dos o tres compañeros de aventuras en los momentos en que regalaba su pequeña fortuna. Contestaba con monosílabos, recuerdan algunos, para escapar de los adulones y los ambiciosos; otros dicen que no hablaba para ocultar su escasa educación. Tirado en la calle Herrera, de Avellaneda, manchado de sangre, con los ojos abiertos puestos en otro vendedor de muñecos, repitió: "No me dejés solo, hermano; levantáme, no quiero estar tirado". Cuando murió, La Prensa dijo: "La popularidad que adquirió Gatica por sus éxitos y por su característico estilo de infatigable peleador, fue utilizada por el régimen de la dicatdura, que lo adoptó como en el caso de otros campeones deportivos como instrumento de propaganda. Y esta publicidad extradeportiva y el aplauso obsecuente de personajes encumbrados no fueron ajenos por cierto a que él cayera en actos de inconducta dentro y fuera del ring". Fué un recuerdo político, cargado de desprecio. Al comentarista, como a tantos otros hombres de traje gris, le hubiera gustado ver a Gatica domado. Pero no; aún muerto sería molesto: nunca llegó tanta gente a la Federación Argentina de Box como para su velatorio. Hombres y mujeres hicieron una colecta y compraron una corona que decía: "El pueblo a su ídolo". El féretro tardó siete horas en llegar al cementerio de Avellaneda. Cuando la última palada de tierra cubrió el modesto cajón, los cronistas anotaron esta frase de Jesús Gatica: "La única miseria qe vivió mi hermano fue consecuencia de su desesperado afán de querer vivir la vida". Se cumplen tres décadas de la que fue, quizá, su primera alegría, cuando tenía veinte años. Gatica es, todavía, un símbolo contradictorio, arbitrario; la vida le fue quitada poco a poco, con un odio que conviene no olvidar. 1974

El público ya puede acceder al archivo de Tomás Eloy Martínez

El públ Los hijos del autor de La novela de Perón y Santa Evita sistematizaron la vasta producción de ficción y periodismo de su padre, que incluye originales mecanografiados, inéditos, correspondencia y materiales de investigación. Hubo un momento, un relámpago ciego de la eternidad, en que los Dioses inmortales quisieron morir. Lo sabían todo, pero no sabían morir”. Así comienza la novela El Olimpo, que Tomás Eloy Martínez estaba terminando cuando murió el último día de enero de 2010. Un trabajo inconcluso, que tiene como escenario el centro clandestino llamado como la casa de los dioses griegos, al que le faltaban la corrección y el visto bueno final; así como la novela inédita La mujer de la vida (1987), y un valioso patrimonio sobre peronismo, son sólo una parte del invaluable material que la Fundación Tomás Eloy Martínez (FTEM) presentó ayer al inaugurar su Archivo y ponerlo a disposición de los interesados en la obra de quien es uno de los autores más importantes de América Latina. El archivo guarda la producción del escritor tanto de ficción como periodística realizada entre 1958 y 2010. Al bucear por estos documentos se encuentran originales mecanografiados de sus primeras novelas y ensayos, poemas inéditos, cuentos, y el material académico que TEM elaboró como director del Programa de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Rutgers, en los Estados Unidos. Pero también documentos como el certificado de embarque del cuerpo embalsamado de Eva Perón bajo el nombre de María Magis de Magistris, parte de sus minuciosas investigaciones encaradas para la escritura de Santa Evita. "Sobre peronismo, lo más impactante y valioso es la documentación de las negociaciones entre Perón y Lanusse para el regreso de Perón. Y todo lo investigado sobre el cadáver de Evita. Por ejemplo, está el acta que labran en el momento en que le dan el cadáver firmada por López Rega, Isabelita… También tenemos el acta de casamiento de los padres de Perón, las fotos de su infancia, todo lo que fue atesorando mientras investigaba para la escritura de La novela de Perón y Santa Evita", relata Ezequiel Martínez, hijo del escritor y albacea de la obra. También es el presidente de la Fundación de la que participan sus seis hermanos, los hijos de Tomás. "El periodismo es, ante todo, un acto de servicio. El periodismo es ponerse en el lugar del otro, comprender lo otro. Y, a veces, ser otro", había dicho Tomás E. Martínez sobre la profesión que lo llevó a escribir y a tener que exiliarse. Fue en 1975 cuando Jacobo Timerman, el director del diario La Opinión, tras enterarse que Eloy Martínez había sido amenazado de muerte por la Triple A, lo saca del país en 24 horas con la excusa de ir a cubrir a Francia el Festival de Cannes. Martínez había publicado La pasión según Trelew (1974). De esta obra, el archivo de la FTEM no conserva el manuscrito original que data de 1973. Guarda sí, en papel, una versión resumida y mecanografiada en máquina de escribir eléctrica, que se ubica entre la edición original y la segunda edición, corregida y aumentada, de 1997. En formato digital, el archivo tiene la primera edición, que Martínez colocó en la misma carpeta en la que trabajó sus artículos periodísticos sobre la Masacre de Trelew y en los prólogos a las ediciones de 1997 y 2009. Su hijo Ezequiel recuerda en lo personal cómo vivió el momento del exilio. "Yo tenía diez años. Estaba acostumbrado a que papá viajara por trabajo. Lo que no sabíamos es que no iba a poder volver. Me acuerdo del primer cumpleaños que pasé en su ausencia. Él me llamó y me dijo que no iba a poder venir. Y me mandó a través de alguien una lapicera de regalo", recuerda. "Guardamos artículos de Tomàs Eloy Martìnez desde 1958 hasta 2010, crónicas, ensayos, columnas. Es un devenir que da cuenta de todas sus etapas como escritor y muestra claramente cómo va creciendo como reportero. Es para cualquier periodista muy inspirador, pero también para cualquiera que aprecie el oficio”, dice Ana Prieto, licenciada en comunicación y responsable de la catalogación del patrimonio documental del escritor. Y surgen preguntas al revisar los papeles. ¿Por qué nunca publicó la novela para la que la Fundación Guggenheim lo becó en 1987 y que tituló La mujer de la vida? Tiene el tan vigente tema de la trata como núcleo principal, ya que relata la historia de una muchacha traída desde Polonia a la Argentina por una red. De esto el archivo conserva dos elaboraciones y dos carpetas con material de investigación, puestos a disposición para consulta de esta que terminó siendo parte de los capítulos 3 y 4 de la novela El cantor de tango, publicada en 2004. "Él conservó esa novela porque, decía, quería tener presente el testimonio de su fracaso, decía que era una novela ‘que le nació muerta’. No quedó convencido de cómo le quedó. Decía que no tenía respiración, no latía. No la sintió. Leyendo sus archivos, las veces que se le preguntó por esta novela que para él era tan mala decía que ojalá a nadie se le ocurra publicarla. Cuando el autor en vida fue tan claro no caben dudas de que no vamos a publicarla. Pero sí se puede consultar en el archivo", explica el presidente de la FTEM. El contenido está organizado en series: Poesía (1951 a 1960), Cuento (1961 a 2006), Guión (1960-1990), Novela (1969 a 1990), Novela (1969 a 2010). De sus obras más conocidas, como La novela de Perón (1985), se conservan tres versiones. La correspondiente al semanario El periodista de Buenos Aires publicada en 1984 y una protonovela escrita en 67 hojas de pequeño formato. Asimismo la versión final que corresponde al manuscrito de la novela. También cuenta con manuscritos previos a la escritura y material de investigación. Entre ellos todas las entrevistas que Martínez realizó o encargó realizar para confirmar lo que Juan Domingo Perón le relatara acerca de su vida. Todas esas entrevistas fueron a dar a Las vidas del general, que en el archivo se encuentran en la serie Ensayo. El archivo sólo puede revisarse en la sede de la Fundación, en Carlos Calvo 4319 de la Ciudad de Buenos Aires. El envío de copias digitalizadas de determinados documentos será posible tras un proceso de evaluación de la solicitud. La página es www.fundaciontem.org La organización del material se concretó a través de un subsidio de la Convocatoria Abierta y Permanente de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID); a través de un convenio de colaboración con la Universidad de La Plata se contó además con la colaboración de Florencia Buret y Lucía Capalbi, licenciadas en Letras, y de la doctora Vanesa Pafundo, de la UBA. Tiempo Argentino

Bonapartismo, un término de moda Por Eduardo Pérsico

¿Y Rosas Irigoyen Perón Frondizi Evita y otro nombre bien actual, ahora son bonapartistas? Es común decir Bonapartismo por citar un estilo de gobernar que otorgue toda la autoridad a un referente que por sus condiciones para la gestión, el mando y su influjo personal sobre el potencial electorado en el supuesto de dirimir su actuación por el voto popular, pueda subordinar al resto a su inspiración. Una condición favorable cuando es conveniente esquivar demoras burocráticas o legislativas si las hubiere, y por ende se trata de administradores políticos que resuelven sin largo debate cierto problema que atañe al gentío común. En general de modo peyorativo son denominados Bonapartistas para vincularlos con el autoritarismo, y en Argentina se los descalifica así en general a los dirigentes que por sí cuentan con un favor electoral considerable, y.que a veces pareciera imbatible. Desde un líder de gran ciudad a cierto caudillo rural, en nuestro país son acusados de Bonapartistas quienes no satisfagan a esos grupos que suelen tensar la convivencia íntegra del cuerpo social. Tarea disociadora que por principio ejercen los sectores privilegiados si un gobernante no favorece los intereses de ellos con armas y bagajes, y a quienes según suele acontecer se les suma una incierta ‘izquierda revolucionaria’ de trasnoche y mero discurso sin pueblo. Dos sectores que a veces no cuentan con más proyecto que el descrédito de ‘la dictadura de la mayoría’; esos enemigos electoralmente inalcanzable para ellos. Dentro de ese contexto son variados los ejemplos de bonapartismo en el devenir político de nuestro país; Rosas, Yrigoyen, Perón, Frondizi, Eva Perón y también algún otro nombre muy actual. Y no como curiosidad y los perfiles propios, se contarían dos políticos de la provincia de San Juan, en Argentina, que a inicios del siglo veinte gravitaran en la opinión pública nacional. Federico Cantoni, que naciera en 1890 y falleciera en 1956, un médico electo gobernador de San Juan por la Unión Cívica Radical Bloquista, una escisión del reconocido Partido Radical que él mismo fundara en 1919 junto a su hermano menor Aldo, quien se desafiliara del Partido Socialista para sumarse al Bloquismo. Y luego que Federico Cantoni fuera electo gobernador en 1923 dentro de un clima de violencia a veces muy tormentosa, un funcionario de Marcelo T.de Alvear, -un presidente más reconocido como marido de una cantante famosa que por tarea de gobierno, dixit Arturo Jauretche- al borde de una intervención a la provincia acusaría a los Cantoni de bonapartistas. Pese a otros varios incidentes violentos que se repetirían el bloquismo ‘bonapartista’ desarrollaría en San Juan un gobierno progresista en relación a tanto opaco caudillismo tan habitual en el interior argentino, en tanto reformaría la constitución provincial, en el año 1927 establecería el sufragio femenino y los derechos de segunda generación, y una avanzada legislación laboral con más de una década antes del primer gobierno nacional del peronismo. Y ese estilo basado en recaudación impositiva y desarrollo de la educación técnica para modernizar la producción del olivo y el vino, más algún efectivo plan de viviendas y el tendido de una red vial, los animó a una reforma agraria sin concretar ‘por esas razones’. Auque esa misma administración bonapartista propiciaría en 1927 la Constitución Provincial con derechos como la limitación de la jornada de trabajo, salario mínimo, seguros de vejez y planes de vivienda. Más una verdadera extrañeza de época fue la ley del sufragio femenino donde no sólo la mujer del gobernador votara por vez primera en nuestro país. Durante la década del ’20 el Bloquismo apoyaría a la Unión Cívica Radical Antipersonalista, y en 1946 apoyaría la candidatura presidencial de Juan D. Perón; quien nombraría a Federico embajador argentino ante la Unión Soviética de 1947 a 1952. Cantoni allí conocería a José Stalin y abriría el camino al primer tratado comercial entre la Argentina y la URSS, un muy importante acuerdo además por su concepción política en ese tiempo. Por lo que estos datos y otros quizá contradictorios, los modales y maneras bonapartistas de gestionar la cosa pública, ya merecen discutirse con más rigor que seguir alardeando sobre la pureza de la democracia formal, tan ferozmente defendida cuando le conviene a la clase económica mandante. Más ejerciendo una mayor seriedad conceptual que la descalificación rápida para cualquier lado, discutamos en serio la valiosa o negativa eficacia que al cuerpo de nuestra sociedad, le resultó el hoy meneado bonapartismo. (may.013) Eduardo Pérsico nació en Banfield y vive en Lanús www.eduardopersico.blogspot.com

Década ganada La política y la fiesta Soledad Guarnaccia

La fiesta popular que conmemoró el 203° aniversario de la Revolución de Mayo y los diez años de gobiernos de Néstor y Cristina invita a pensar qué clase de hecho político es un acto kirchnerista. ¿Qué clase de hecho político es un acto kirchnerista como el que acaba de acontecer el 25 de Mayo? Aunque el carácter multitudinario de la convocatoria del sábado pasado ha conseguido que se atenúe en los medios la idea de que los actos kirchneristas son el exclusivo producto del "aparato" que a cambio de micros y choripán son capaces de movilizar el PJ y La Cámpora, algunos medios persistieron en un encuadre que repiten hace años: “espectáculos musicales para garantizar la convocatoria”, “ritual para poner en escena un relato que hace agua”, "el plan k para recuperar la calle", "celebraciones con milicias populares", etc. Tales interpretaciones tienden a no atender la complejidad que conlleva la reunión de experiencias tan diversas como las que confluyen en los actos kirchneristas. En primer lugar, estas movilizaciones poseen algo del orden de lo inédito: cuesta encontrar en la historia argentina ejemplos de gobiernos que, tras diez años de gestión, hayan sido capaces de convocar a las multitudes en un marco predominantemente festivo. Este clima festivo pone en juego una amplia gama de afectos, pero de ningún modo recrea la escena, a veces mentada por opositores, de una plebe rabiosamente enardecida capaz de seguir ciegamente a su líder en su plan de “ir por todo”. Y sin embargo, aún cuando estos actos no ponen de manifiesto esta escena, conservan una fuerza política suficiente para generar repudios y activar fantasmas. Para los liberales, ya sea los confesos o los militantes de la impolítica, se trata de la enajenación de las potencias creativas del individuo en función del culto a la líder o el Estado. Para la izquierda más doctrinaria, es el “perverso” mecanismo por el cual la rabia de clase deviene amor al Estado. Y para los sectores conservadores y reaccionarios, el kirchnerismo es demasiado peronista y rosista: basta con leer la editorial dominguera de J. Morales Solá y su invocación al mito de que el kirchnerismo, como el rosismo en el siglo XIX, gobernaría implantando un sistema de delación colectiva. Aún cuando los actos kirchneristas son predominantemente festivos, hay momentos en que la celebración invoca aquellas ausencias a partir de las cuales la multitud recrea la vivencia del duelo colectivo: ello ocurre cuando las voces de Néstor Kirchner –y también Hugo Chávez- irrumpen a través de un proyector de imagen y sonido, provocando un efecto de vacilación en los manifestantes: algunos hacen silencio como buscando dar crédito al deseo de que sus muertos no se han ido; otros aplauden cerradamente como signo de reconocimiento a quienes hasta ayer eran los conductores y ahora son personajes de la historia; finalmente, aparece el cántico colectivo en el que la multitud se ofrece como forma de trascendencia de los líderes que ya no están. Desde 2010 a esta parte, los actos kirchneristas no han dejado de expresar una dimensión del duelo, como la única forma colectiva de elaborar la pérdida. Además del carácter festivo y la recreación del duelo, los actos kirchneristas suelen ser también conmemorativos y ello tiene que ver con la importancia que el kirchnerismo le asigna a la historia como discurso capaz de producir nuevos sentidos colectivos. Esto suele ser así no sólo porque estos actos se producen en ocasión de alguna fecha especial de la historia argentina que se busca conmemorar sino también porque en los discursos presidenciales aparece la idea de que los conflictos del pasado ofrecen más de una pista para comprender los conflictos del presente. Además, el kirchnerismo coloca el acento en la necesidad de reparaciones sociales frente a una historia en la cual los derechos de las mayorías han sido vulnerados por los sectores dominantes; finalmente, esa identidad política y colectiva que es el kirchnerismo se construye como heredera de otras identidades colectivas que emergieron en la historia –a modo de ejemplo, en el discurso de la Presidenta la cita con peronismo histórico fue la más invocada. Frente a esta lectura política de la historia, la oposición no ha construido una mirada histórica alternativa porque prevalece en ella la confianza en que el marketing político es la mejor usina para producir identificación, a tal punto que la cuestión de la identidad política queda subsumida al color que acompaña cada spot publicitario. Asimismo, los actos kirchneristas son multitudinarios y policlasistas. Es imposible agotar las significaciones que adquiere la participación en los distintos actores que son interpelados: desde un militante de algún PJ provincial hasta los militantes del Partido Comunista, pasando por los de La Cámpora, el Movimiento Evita, Kolina, los sindicatos, etc. Más fácil, en cambio, resulta percibir cómo el kirchnerismo ha logrado transformar a una porción importante de aquel grupo que hace una década se reconocía como “votante independiente” y hoy no sólo se considera “kirchnerista” sino que además entiende que esa identidad lo compromete a asistir a los actos, como si su presencia allí fuese el requisito mínimo –orgullosamente aceptado- que se demanda para defender al Proyecto y a la Presidenta. Además de policlasistas, los actos asumen un registro predominantemente “juvenilista que no sólo interpela al nutrido grupo de jóvenes que asisten a las manifestaciones. En ese carácter juvenilista, el kirchnerismo vehiculiza ciertos tópicos ligados a la reivindicación de la “trasgresión”, un valor que en determinadas épocas ha sido socialmente estimado por los jóvenes y que en general es altamente aceptado dentro de la cultura política peronista, pero sobre todo reivindica la pertenencia a un mismo colectivo. Así resulta posible que sean tantos los manifestantes que habiendo trasvasado holgadamente el límite etario que distingue a la juventud, se pliegan al canto de las agrupaciones juveniles cuando entonan el ya clásico "Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación". Finalmente, lo más importante de los actos no es el “espectáculo” sino lo que todos esperan: la palabra de Cristina. Porque los recursos audiovisuales, incluso algunos momentos de experimentación estética, adquieren relevancia en función del discurso de la Presidenta, como si las multitudes reconocieran que en esa palabra se concentra no sólo un rasgo distintivo del movimiento político al que pertenecen, sino uno de sus mayores capitales políticos. En su discurso del 25 de Mayo, Cristina abordó, como suele suceder, varios aspectos de la realidad política. Sin embargo, lo distintivo de ese discurso fue una de las tantas preguntas que lanzó a la multitud, una pregunta que, según admitió, la “desvela”: ¿cómo hace un pueblo, sabiendo que su conductora no es eterna, para sostener un proyecto político basado en la inclusión social y en la ampliación de derechos? No hay en la política argentina, y éste es otro de los rasgos distintivos del kirchnerismo, una fuerza capaz de convocar multitudes y convertir esa convocatoria en un espacio festivo que aborda la reflexión colectiva acerca de sus dilemas centrales. Espacio festivo entre la conmemoración histórica y la elaboración colectiva del duelo; experiencia policlasista capaz de interpelar a los “organizados” y a los “sueltos”; clima juvenilista entre la trasgresión y la reivindicación de un sentido de pertenencia; y aprovechamiento de la oportunidad histórica de acompañar la palabra de quien es una de las más notables figuras políticas que ha dado la Argentina, los actos kirchneristas expresan una complejidad que desborda las viejas matrices interpretativas. Télam

El merecido homenaje a Carlos Caride, una figura destacada de la Resistencia Peronista

Fundador de la JP y las FAP, fue miembro de los Montoneros. Desde 1955, luchó contra todas las dictaduras, en una vida dedicada a la militancia y alejada del bronce. Un hombre de acción que también cambiaba los pañales a sus hijas. Siguiendo los hechos que definieron la vida política de Carlos Caride, bien podría conformarse un manual de militancia peronista. Caride fue uno de los fundadores de la primera JP, su nombre figuró entre quienes pusieron las ideas y el pecho en los años de la Resistencia, integró las filas originarias de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y luego acompañó la fusión con los Montoneros. Nació el 31 de octubre de 1940, creció en los inquilinatos de San Telmo, y de niño pudo ver cómo las palabras de Juan Domingo Perón y de Eva se transformaban en una "realidad efectiva". Desde entonces, Caride fue peronista –de base y revolucionario– y la fuerza con que defendió sus convicciones y el valor que demostró a la hora de entrar en acción, agigantó su huella. La dictadura genocida lo asesinó el 28 de mayo de 1976, en la localidad bonaerense de Haedo. Y hoy, a 37 años de su muerte, sus familiares y compañeros le rendirán un homenaje, con un acto en el Museo Histórico Nacional (Defensa 1600), en San Telmo, a partir de las 11. También se proyectará un video realizado por su hija Ana, que va desde la infancia de su padre hasta la actualidad. "Carlos era un tipo muy activo. Hacía muchas cosas y él creía en todo lo que hacía. Estaba enamorado de lo que hacía. Enamorado de mí, enamorado de sus hijas", contó Susana Burgos, quien fue su esposa y compañera de militancia. Se conocieron a principios de 1974, en Mar del Plata. Luego se casaron y tuvieron dos hijas. "Íbamos a comer a donde iba el resto de la gente, los domingos, con las nenas al Tigre, y nos hacíamos fotos. Y, a la vez, íbamos armados. Porque estábamos perseguidos", relató Susana, en cuyos recuerdos la figura de Caride es tan valiosa como lejana del bronce. Por eso lo define como "una persona normal, que quería a su familia y quería un país mejor para su familia". Un hombre "que consideraba que un militante tenía que militar, pero también tenía que lavar los platos y ser un buen tipo con su compañera, no un machista”. En la memoria popular de la Resistencia, Caride es recordado como un hombre de acción, dispuesto a llevar sus ideas a la práctica, aunque en eso se jugara la vida. "Sin dudas, era un compañero preparado militarmente para enfrentar la situación que fuera, no te quepa la menor duda", aseguró Susana a Tiempo Argentino, aclarando que eso no le impedía dar una mano con las tareas de la casa y, como pedía Arturo Jauretche, luchar con alegría. "Era un hombre de acción, sí, pero también cambiaba los pañales. Cocinaba y cantaba y ser reía mucho", explicó Susana, que hace 34 años vive en España, donde trabaja en el área de Salud Mental. Dejó la Argentina al salir de la ESMA, donde estuvo detenida por dos años, luego de que la secuestraran en enero de 1977. En su repaso por la historia del peronismo, Roberto Baschetti se refirió a Caride como un "combatiente de la resistencia a las diversas dictaduras que nos asolaron desde 1955 en adelante". Y en un desglose de esta trayectoria militante, Baschetti recordó que en 1967 "Carlitos" fue herido en un enfrentamiento con la Policía Federal y que los uniformados lo abandonaron a su suerte. Sin embargo, "su fortaleza física y la indignación de los testigos del hecho lo salvan". El 22 de agosto de 1969, fue "nuevamente detenido al resistir un allanamiento a su domicilio", en un enfrentamiento que dejó a tres policías heridos, uno de ellos, mortalmente. "En represalia –escribió Baschetti– fue brutalmente torturado, lo que le deja secuelas de por vida." En los diez años que pasó en prisión, Caride nunca dejó de militar. En 1973, fue liberado junto a otros presos políticos por el gobierno de Héctor Cámpora, y en 1974 asumió como director de Turismo en Mar del Plata. En marzo de 1974, su fortaleza fue de nuevo puesta a prueba: el comisario Luis Margaride lo detuvo, acusándolo ridículamente de un complot para matar a Perón. Recuperó la libertad al poco tiempo y, meses después, se sumó a Montoneros. Cuando lo asesinaron, en un tiroteo con la custodia de un alto jefe de la bonaerense, sus compañeros protegieron su cuerpo, para que no cayera en manos de los represores. Ese día, pasó a la inmortalidad de las luchas populares. Tiempo Argentino

LITERATURA › RICARDO FORSTER HABLA DE LA ANOMALIA KIRCHNERISTA

“El kirchnerismo perturba la buena conciencia argentina” “No creo en las concepciones acumulativas de la historia”, se planta Ricardo Forster. En su flamante libro, el filósofo y ensayista plantea que la aparición de Néstor Kirchner “rediseñó, hacia atrás y hacia adelante, la travesía del país”. Y aquí plantea que “nadie puede permanecer indiferente a lo que esta década suscitó en términos de discusión”. Por Silvina Friera Las pasiones políticas regresaron. La lengua de Néstor Kirchner, a diez años de su irrupción en la escena argentina, “rediseñó, hacia atrás y hacia adelante, la travesía del país”, plantea Ricardo Forster en La anomalía kirchnerista (Planeta). “El kirchnerismo perturba, desacomoda, incomoda; desemprolija una historia que prolijamente iba cegando cualquier posibilidad de cambio. Bajo otra lógica, recobra aquella idea cookeana de lo maldito; rompe ese bloque bien ordenado del poder. El kirchnerismo introduce una febrilidad a la realidad, le sube la temperatura. Me interesa el kirchnerismo en la medida que perturba la buena conciencia argentina”, admite el filósofo en la entrevista con Página/12. “El lenguaje es el centro de una disputa. Las palabras se convierten en instrumentos de construcción de sentido, en trama de controversia política. Y más hoy cuando todo está en discusión. Lo que rescato de este tiempo –por eso el concepto de anomalía que retoma el título de otro libro, pero que ahora piensa específicamente lo kirchnerista– es que no recuerdo un momento histórico donde tantas cuestiones hayan sido puestas en debate público. Y que se lo haya hecho tocando núcleos del sentido común que antes permanecían intocables, independientemente de si uno se siente más próximo o lejano del kirchnerismo. Nadie puede permanecer indiferente a lo que esta década suscitó en términos de discusión.” –Le han cuestionado el concepto de “anomalía”, una palabra que tal vez genera cierto malestar. –No soy un defensor a ultranza de una palabra, como si fuera iluminadora del mundo. El concepto de anomalía apunta a un énfasis: qué hay de ruptura, de giro, de perturbación en esta época. Qué trajo el kirchnerismo, en un sentido de ir a contracorriente. Intento ser muy benjaminiano en mi lectura de la realidad histórica, de lo que va sucediendo en el interior de la vida social-político-cultural. Me interesa mucho la idea de la ruptura, de discontinuidad, de sorpresa, de lo inesperado, de la excepcionalidad. No creo en las concepciones acumulativas de la historia, en la historia como una continuidad necesaria. Desde esa perspectiva, me interesa el dislocamiento, la ruptura, el descentramiento; lo que viene de antes, pero cae en el interior de una nueva significación. No pretendo que la anomalía sea una categoría ni que el kirchnerismo no tenga dentro suyo continuidades. Hay un conflictivo vínculo con el peronismo, resabios de la vieja política, dispositivos de alianzas que, lejos de ser innovadores o rupturistas, podrían ser leídos como continuidades de formas previas. Pero el kirchnerismo coloca a todo eso en una “dimensión otra”. Y al colocarlo en esa otra dimensión, lo desplaza. No es lo mismo una alianza con gobernadores o intendentes para llevar adelante las políticas de siempre, que una puja en el interior de un dispositivo tan complejo como el peronismo para sostener una política de transformación de la sociedad. –¿Qué otras cuestiones son tensas para usted al interior del kirchnerismo, eso que se podría definir como núcleos críticos, problemáticos? –El kirchnerismo no ha podido todavía salirse de cierto abrazo de oso que le marca una historia muy compleja del peronismo. Soy de aquellos que piensan –y lo digo en el libro– que el kirchnerismo es un plus. Que es el peronismo, pero es algo más. Que el kirchnerismo no debe ser pensado sólo desde la matriz del peronismo, sino que se ha constituido en el interior de una nueva experiencia histórica en la Argentina. Se nutre del peronismo, pero a su vez se mueve en el interior de una realidad que ya no es aquella que definía las circunstancias hegemónicas del peronismo tal cual lo conocimos. El kirchnerismo tiene un problema no menor: cómo construye alianzas y cuáles son los actores sociales y económicos con los que desarrollar esas alianzas. El ideal inicial del kirchnerismo de forjar una burguesía nacional ha fracasado. Los sectores del capital en la Argentina están siempre al borde de la ilegalidad y del juego de debilitamiento de las estructuras institucionales, porque estaban acostumbrados a ser los que determinaban la vida política. El kirchnerismo se ha encontrado frente a un problema no menor en relación con la estructura sindical, que está fragmentada, y no queda claro si hay un actor sindical que pueda sostener al Gobierno, en caso de dificultades. No ha logrado desplegar una transformación de la estructura del Estado que esté a la altura de los cambios que efectivamente sí ha producido. No quiero disculparme frente a la pregunta “¿cuáles son tus críticas?”. Lo voy a decir de una manera muy contundente y decisiva: tanto Néstor Kirchner como Cristina siempre se colocan a la izquierda de nuestras supuestas críticas de lo no hecho. A nosotros no se nos hubiera ocurrido que éste era el momento para plantear una reforma de la Justicia. Discutir la Justicia es discutir una de las tramas estructurales del poder y de las formas de dominación de una sociedad. Al mismo tiempo, vos me dirías: “¿Qué hacemos con los qom?”. Ahí hay una deuda y hay que actuar sobre esa deuda. –Es una gran deuda, a pesar de que no se puede obviar el hecho de que el kirchnerismo hizo por las comunidades originarias lo que no hicieron otros gobiernos. –Pero eso lo endeuda más. Si este es un gobierno que efectivamente ha avanzado en la construcción de nuevos derechos –que tienen una relación directa con los sectores más débiles de la sociedad, desde las minorías sexuales hasta las minorías étnicas–, el gobierno más responsable es de cualquier tipo de acción violenta o de cualquier pérdida de garantías para que esos derechos funcionen. El Gobierno no puede decir “nosotros somos los que más hicimos”. Se tiene que hacer cargo de que modificó un mapa de carencias, pero que hoy está más obligado. Lo mismo sucede con los sectores populares, con los trabajadores. Cuando vos salís de un momento de destrucción, de caída brutal de salarios, de desocupación y reconstruís salarios y derechos, el piso cada vez es más alto y las aspiraciones cada vez mayores. Y, por lo tanto, las demandas van a crecer. Y un gobierno democrático, transformador, progresista, no puede decir “ya les dimos demasiado”. Cuando una sociedad se reconstruye, aspira a más. Ahí está la dificultad y también la oportunidad del gobierno: cómo lograr que ese “más” no quede encerrado. Algo que me parece clave es el tema corporativo. Y no me refiero sólo a las corporaciones económicas, sino también a los sindicatos, los movimientos sociales. Cuando la corporación pone por delante su propio interés al interés general, se pierde de vista el conjunto. Se pierde de vista la densidad de las transformaciones que están operando y la necesidad de ir acomodando los intereses particulares a un interés general. Este es el punto más complicado de cualquier proyecto de transformación social que busca ampliar el piso de la igualdad. Los mineros en Bolivia ahora piden un tipo de régimen jubilatorio que es insostenible. O las demandas corporativas de ciertos sectores sindicales en la Argentina. –Más allá de que Hugo Moyano haya transformado una demanda por cierto legítima, elevar el piso del mínimo no imponible de Ganancias, en punto de ruptura sin retorno con el kirchnerismo, ¿el kirchnerismo también se equivocó al soltarle la mano? –Pero el piso de Ganancias no fue el motivo de la ruptura. Moyano guardaba la estructura autorreferencial de una trama corporativa que no ve más allá de sus propios intereses. Moyano fue un aliado importante. Los años de Néstor Kirchner y los primeros de Cristina tuvieron a Moyano como un personaje necesario para sostener un momento complejo, el que se abrió con la crisis por la disputa de la renta agraria. Pero Moyano, al mismo tiempo, tiene una visión de sociedad, de país, que iba a entrar en antagonismo con un salto cualitativo que se está dando en el kirchnerismo, en términos de resignificación de la política, de los actores sociales. Y que Cristina va llevando hacia otra dimensión de lo político, de los vínculos y de las alianzas, que no eran las que dominaban la escena del primer kirchnerismo. ¿Podía haberse encontrado un punto de contemporización? Puede ser... Lo extraño de este momento es que el kirchnerismo no suele retroceder frente a ciertas decisiones que incluso lo pueden conmover: desde la disputa por la renta agraria, la disputa por la ley de medios, la disputa con el sindicalismo y con Moyano, la disputa con el Poder Judicial. El modo en que el kirchnerismo ha ido construyendo lo político y el poder está en ese filo de la excepcionalidad, esa sensación de un momento histórico donde el piso bajo nuestros pies está siempre moviéndose. ¿Fue terrible la ruptura de esa alianza con Moyano? –Quizá fue dramática para quienes recuerdan al Moyano que se plantó en los años ’90 contra la flexibilización laboral. –Evo (Morales) tiene un conflicto equivalente con la COB, la vieja central obrera boliviana, que no es lo que era. Hoy la COB va hacia la construcción de un partido político, como intenta Moyano, un partido contrario a Evo. La COB también termina aliándose o siendo funcional con los sectores de la derecha golpista boliviana. Cuando se mira las alianzas de Moyano hoy, uno acepta que podés entrar en disputa, distanciarte de un gobierno, pero hay una idea de sociedad, de país y el reconocimiento de quiénes son tus adversarios efectivos que no te permite ese movimiento oportunista, ese desplazamiento de Moyano. Converso mucho con dirigentes sindicales y creo que no hay una política hacia el movimiento obrero del kirchnerismo. No ha surgido la posibilidad de una relación entre kirchnerismo y movimiento sindical. Hay que preguntarse si el kirchnerismo no supone una visión de los sujetos sociales que no hace del sindicalismo el núcleo central de esa trama social indispensable sobre la cual sostenerse. Es un tema no menor, complejo, difícil, que marca una diferencia del kirchnerismo respecto de la matriz tradicional del peronismo. –¿Va a ser candidato a diputado en las próximas elecciones? –No lo sé, nadie me habló... Por un lado me entusiasma, me desafía. Pero al mismo tiempo me produce un ruido interno grande porque tengo una vida construida, un trabajo intelectual no encerrado en lo académico. Me siento cómodo escribiendo, interviniendo en el debate público. Asumir una responsabilidad política tiene otro peso, otra determinación... No deja de producirme contradicciones. Y aparte, tengo una vida hecha ya. No voy a construir una profesionalización de la política, en términos profesionales he seguido otro camino, aunque respeto la figura del político profesional. ¿Qué hago con toda esta película? Tendré que consultar con mi mujer, con mis hijos, con mis amigos. Pero también asumo que algo me pasó, que tengo un lugar. Recorro mucho el país, estoy en distintos lugares y tengo un feeling muy fuerte con la gente, sobre todo de extracción popular. Y eso me produce una emoción enorme... Estas elecciones son fundamentales. Si Cristina me pide que sea candidato, ¿qué le voy a decir? Es casi imposible decirle no a Cristina; estoy en un brete (risas). Suena el teléfono. Forster atiende. Un programa de radio lo quiere sacar “ya” al aire. Dice que lo llamen en una hora. Cuenta que estuvo recientemente en Bolivia con Evo Morales, entrevistándolo para el documental La letra inesperada. Diez años que conmovieron a la Argentina, que se estrenará en agosto en el canal Encuentro. “Evo tiene una conciencia poderosa de que Bolivia sola no puede. Que sin Kirchner, sin Lula, sin Chávez, no hubiera amanecido a la historia del modo en que amaneció. Me sorprendió muy gratamente ver la relación directa, profunda, intensa, entre Evo y los actores sociales que sostienen el proyecto.” –¿Qué balance respecto del modo en que el kirchnerismo “rediseñó” el pasado? –El kirchnerismo tuvo un papel clave en la reinvención del pasado. Vuelvo a ser benjaminiano: el pasado es una cita del presente. No es que el presente hace cualquier cosa con el pasado o que el pasado es una ficción. Se trata de que ese pasado material, que se ha fugado de una determinada forma de percibirlo, vuelve a ser percibido de otra manera. Y vuelve a darle potencia a lo que está sucediendo en el presente. Que Videla haya muerto en prisión tiene una carga simbólica tremenda. No murió en su casa tranquilo, como un viejito al que todos le tienen lástima. Murió como aquel que cumplió una sentencia por crímenes de lesa humanidad, gracias a que hubo un Estado y un momento político democrático que pudo salir de la trampa de los indultos y de las leyes de impunidad. Esto es mucho más de lo que yo hubiera soñado... La canalla interpretativa “Que discuta con Beatriz Sarlo no es lo mismo que discutir sobre una diferencia teórica en los años ’80 o ’90. Adquiere otro calibre –dice Ricardo Forster–. Tenemos una diferencia en la comprensión de la realidad histórica, pero Beatriz ha sido una de las pocas que no han pasado un límite, lo que yo llamaría ‘la canalla interpretativa’: aquellos que hablaron de terrorismo simbólico de Estado, que homologaron el debate del acuerdo de Irán al punto final y la obediencia debida, o incluso que hablan de dictadura. Sarlo se ha cuidado en esto, aunque se ha cebado, me parece que finalmente enflaqueciendo su pensamiento, con la figura de Cristina, que la obsesiona. Andá a saber qué le pasa en ese sentido. Beatriz se ha replegado en una visión liberal-conservadora de la política. Pero no lo hace bajo la premisa de la denigración del otro, al modo en que lo hacen Marcos Aguinis o Santiago Kovadloff, o hasta incluso un (Roberto) Gargarella, para quienes nosotros somos unos tarados, capturados por el discurso de la mentira, de la impostura y del populismo perverso.” Un buceador de palabras Nicolás Casullo fue “uno de los pensadores más agudos de este tiempo argentino”, dice Ricardo Forster. En La anomalía kirchnerista se invocan las ideas y el fraseo del pensamiento de Casullo. “Tiene una sensibilidad muy fina para capturar las transformaciones sociales, políticas e ideológicas, pero también las transformaciones de la subjetividad y el papel de lo que él llamaba la ‘culturalización de la política’, el rol de la sociedad del espectáculo, de los medios de comunicación; la metamorfosis en la visión del mundo en las clases medias. Hay reflexiones notables de Nicolás que hunden sus raíces en su interpretación del peronismo, de los años ’60, de la generación del ’70, de la dictadura, del terrorismo de Estado, que operaron en la matriz de la vida argentina desde los ’70 –plantea Forster, hablando en presente, acaso para conjurar esa muerte repentina, inesperada–. Hay una visión muy intensa de la trama argentina; es un pensador de lo argentino, de una sensibilidad que le provenía de una cosmovisión más amplia, no pegada exclusivamente al día a día o a la política, sino que atravesó lo argentino con una reflexión muy aguda de la modernidad, la crisis de la conciencia burguesa, la problemática cultural.” Forster cuenta que cuando crearon Carta Abierta y se escribió esa primera carta en la que apareció la expresión “clima destituyente”, la idea fue de Casullo. “Nicolás era un buceador de palabras, de conceptos. Decía que si el lenguaje no se inventa de nuevo, no hay manera de decir el mundo y su complejidad. Y creo que ése es el esfuerzo que hay que hacer para pensar esta época: encontrar las palabras que digan sin renunciar a las palabras que nos formaron. Cómo pensar una realidad cambiante, sin renunciar a esas tradiciones que nos permitieron indagar sobre la vida, el mundo, la política y el poder.” 26/05/13 Página|12