Los Heraldos Negros en la Ciudad Amarilla
Por Conrado Yasenza*
Julieta Egul, cronista de la TV pública, recibió el martes 29 de Enero por la noche, dos impactos de bala de goma en su abdomen cuando realizaba su trabajo en las cercanías del Parque Centenario. Otros trabajadores de prensa fueron brutalmente reprimidos por el accionar violento de la Policía Metropolitana, creación y responsabilidad del Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri.
La ola de violencia represiva accionada desde el Poder Estatal de la Ciudad comenzó el lunes 28 por la noche cuando fueron cercados y reprimidos vecinos, asambleístas de Parque Centenario, feriantes y personas en situación de calle y extrema vulnerabilidad.
La violencia ejercida por Macri y sus Metropolitanos (muchos de civil, sin identificación alguna) es la expresión cabal de una concepción ideológica mercantilista que considera los espacios públicos como propios, ajenos a los deseos y necesidades de los ciudadanos, de sus pueblos, y es bajo esa misma lógica de mercado que en estos espacios pueden gestarse negocios beneficiosos para el Poder de la Ciudad y sus amigos.
Pero la cuestión de fondo, y vinculada a esa lógica mercantilista e individualista, es la absoluta falta de sensibilidad social que exhibe con fiereza el Gobierno de la Ciudad. Los conflictos sociales obtienen como respuesta palos y balas de goma. Allí la torva desnudez de los funcionarios que cubren sus lomos de lobo con falsas pieles de cordero. Y esa lógica de negocios, violencia, racismo y abandono es la marca de fuego que porta Macri desde su ingreso al campo político (y desde antes también)
Es preciso también decir que el conflicto de Parque Centenario es complejo por la cantidad y diversidad de problemáticas e intereses que allí se desarrollan: Feriantes, vecinos, asambleístas del Parque, feriantes agrupados en una suerte de Cooperativa que se entiende con todos los Gobiernos ( hoy se identifican con toldos amarillos) y personas en situación de extrema vulnerabilidad, de indefensión absoluta, que acuden allí para intentar el descanso de un vida hostil, y que son considerados por Macro y su equipo como detritos sociales, residuos de una Ciudad en la que triunfan los que deben triunfar mientras que para aquellos que no lo logran solo cabe la desidia, el abandono, las rejas, las balas y el garrote. Eso sí es inseguridad; eso sí es violencia porque la violencia siempre es de arriba hacia abajo, siempre es del poderoso hacia el indefenso, siempre es desde la riqueza y el egoísmo hacia la pobreza y el abandono.
Y es preciso también destacar que esta brutal represión se lleva a cabo a días de la conmemoración del 16 aniversario del asesinato de José Luis Cabezas, lo cual indica una línea de continuidad ideológica subsidiaria y continuadora de la segunda década infame sufrida por la República. Estos son los verdaderos rostros de la derecha racista y neoliberal que se maquilla con discursos republicanistas y con apelaciones sensibleras e impostadas dictadas por Durán Barba o alguna otra consultora de imagen (D. Barba: el mismo que le enseña a Macri cómo destruir a sus enemigos)
Por todo ello, repudio con todo mi ser el accionar represivo y violento que la Policía Metropolitana - repito: creación y responsabilidad de Macri -, desplegó sobre nuestros compatriotas en estas dos nefastas noches de Parque Centenario, y sobre todos los seres que vienen sufriendo desde su asunción todo tipo de atropellos y violencias. Y hago responsable de la cobarde represión al Jefe de Gobierno de la Ciudad y a los funcionarios de su Gabinete a quienes les quepan las responsabilidades del caso.
¿Serán estos los heraldos negros que la muerte envía como señales a los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires?
* Periodista. Dtor. de la Revista La Tecl@ Eñe www.lateclaene.blogspot.com
Miembro de COMUNA.
GB
Por Conrado Yasenza*
Julieta Egul, cronista de la TV pública, recibió el martes 29 de Enero por la noche, dos impactos de bala de goma en su abdomen cuando realizaba su trabajo en las cercanías del Parque Centenario. Otros trabajadores de prensa fueron brutalmente reprimidos por el accionar violento de la Policía Metropolitana, creación y responsabilidad del Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri.
La ola de violencia represiva accionada desde el Poder Estatal de la Ciudad comenzó el lunes 28 por la noche cuando fueron cercados y reprimidos vecinos, asambleístas de Parque Centenario, feriantes y personas en situación de calle y extrema vulnerabilidad.
La violencia ejercida por Macri y sus Metropolitanos (muchos de civil, sin identificación alguna) es la expresión cabal de una concepción ideológica mercantilista que considera los espacios públicos como propios, ajenos a los deseos y necesidades de los ciudadanos, de sus pueblos, y es bajo esa misma lógica de mercado que en estos espacios pueden gestarse negocios beneficiosos para el Poder de la Ciudad y sus amigos.
Pero la cuestión de fondo, y vinculada a esa lógica mercantilista e individualista, es la absoluta falta de sensibilidad social que exhibe con fiereza el Gobierno de la Ciudad. Los conflictos sociales obtienen como respuesta palos y balas de goma. Allí la torva desnudez de los funcionarios que cubren sus lomos de lobo con falsas pieles de cordero. Y esa lógica de negocios, violencia, racismo y abandono es la marca de fuego que porta Macri desde su ingreso al campo político (y desde antes también)
Es preciso también decir que el conflicto de Parque Centenario es complejo por la cantidad y diversidad de problemáticas e intereses que allí se desarrollan: Feriantes, vecinos, asambleístas del Parque, feriantes agrupados en una suerte de Cooperativa que se entiende con todos los Gobiernos ( hoy se identifican con toldos amarillos) y personas en situación de extrema vulnerabilidad, de indefensión absoluta, que acuden allí para intentar el descanso de un vida hostil, y que son considerados por Macro y su equipo como detritos sociales, residuos de una Ciudad en la que triunfan los que deben triunfar mientras que para aquellos que no lo logran solo cabe la desidia, el abandono, las rejas, las balas y el garrote. Eso sí es inseguridad; eso sí es violencia porque la violencia siempre es de arriba hacia abajo, siempre es del poderoso hacia el indefenso, siempre es desde la riqueza y el egoísmo hacia la pobreza y el abandono.
Y es preciso también destacar que esta brutal represión se lleva a cabo a días de la conmemoración del 16 aniversario del asesinato de José Luis Cabezas, lo cual indica una línea de continuidad ideológica subsidiaria y continuadora de la segunda década infame sufrida por la República. Estos son los verdaderos rostros de la derecha racista y neoliberal que se maquilla con discursos republicanistas y con apelaciones sensibleras e impostadas dictadas por Durán Barba o alguna otra consultora de imagen (D. Barba: el mismo que le enseña a Macri cómo destruir a sus enemigos)
Por todo ello, repudio con todo mi ser el accionar represivo y violento que la Policía Metropolitana - repito: creación y responsabilidad de Macri -, desplegó sobre nuestros compatriotas en estas dos nefastas noches de Parque Centenario, y sobre todos los seres que vienen sufriendo desde su asunción todo tipo de atropellos y violencias. Y hago responsable de la cobarde represión al Jefe de Gobierno de la Ciudad y a los funcionarios de su Gabinete a quienes les quepan las responsabilidades del caso.
¿Serán estos los heraldos negros que la muerte envía como señales a los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires?
* Periodista. Dtor. de la Revista La Tecl@ Eñe www.lateclaene.blogspot.com
Miembro de COMUNA.
GB
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