domingo, 24 de febrero de 2013

EL VATILEAKS POR WALTER GOOBAR

Los mandamientos del Vatileaks Por Walter Goobar wgoobar@miradasalsur.com La renuncia de Benedicto XVI. Los pecados de la carne, la fornicación, las relaciones homosexuales en la cúpula vaticana y el escándalo bautizado Vatileaks forman parte del turbio trasfondo que llevaron a la renuncia de Benedicto XVI y que seguramente influiran en la elección del próximo Padre de la Iglesia. Los pecados de la carne, la fornicación, las relaciones homosexuales en la cúpula vaticana y el escándalo bautizado Vatileaks forman parte del turbio trasfondo que llevaron a la renuncia de Benedicto XVI y que seguramente influiran en la elección del próximo Padre de la Iglesia. Una minuciosa investigación del diario italiano La Repubblica revela que el 17 de diciembre pasado Benedicto XVI recibió un dossier de casi 300 páginas, dividido en dos tomos, que guardó en la caja fuerte de las habitaciones pontificias. Era el informe completo de la investigación sobre la fuga de documentos robados del despacho del Papa (el llamado “Vatileaks”) realizada por los cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi. El contenido de ese informe, según asegura el diario La Repubblica, sería demoledor. Hasta el punto de haber convencido a Benedicto XVI de que tenía que dimitir para posibilitar que un papa más joven y enérgico llegue al Vaticano y se encargue de hacer limpieza a fondo. Ese informe revelaría un complejo entramado de luchas de poder, malversaciones económicas, lavado de dinero, relaciones homosexuales... “Todo gira en torno a la observación del Sexto y Séptimo Mandamiento”, asegura el periódico italiano citando a una persona muy próxima a uno de los autores del informe. “No cometerás actos impuros”, proclama el Sexto Mandamiento; “no robarás”, dice el Séptimo. El artículo de La Repubblica recuerda que en 2010 salió a la luz un escándalo que reveló la existencia de seminaristas que se prostituían, de un miembro de un coro vaticano que ejercía como proxeneta... La historia tenía como protagonista a Angelo Balducci, entonces gentiluomo del Papa y presidente del Consejo Nacional italiano de Obras públicas. Estaba siendo investigado por corrupción y los jueces le pincharon el teléfono. Y descubrieron así que hablaba con frecuencia con un miembro del coro de la reverenda Capilla Musical de la Sacrosanta Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano (un nigeriano llamado Chinedu Thiomas Eheim) que le ofrecía servicios sexuales con jovencitos, seminaristas incluidos. “Sólo te digo que mide dos metros, pesa 97 kilos, tiene 33 años y es completamente ‘activo’”, aseguraba el miembro del coro vaticano a Balducci en una de las conversaciones interceptadas. Los encuentros sexuales, según asegura La Repubblica citando la investigación judicial, tenían lugar en una villa a las afueras de Roma, en un sauna, en un centro estético, en el propio Vaticano y en una residencia universitaria. Esta última, según el periódico, es el domicilio en Roma de Marco Simeon, un joven de 33 años que ha acumulado un enorme poder a la sombra de la cúpula de San Pedro, y que hasta hace pocos días fue director de RAI Vaticano. La Repubblica habla de la posible existencia dentro del Vaticano de un lobby gay. “Una red transversal unida por la orientación sexual. Por primera vez la palabra homosexualidad ha sido pronunciada, leída en voz alta de un texto escrito, en las habitaciones de Ratzinger. Y por primera vez se ha hablado, aunque en latín, de la palabra chantaje: influentiam”, recoge el artículo del diario italiano, haciéndose eco de lo que la comisión de tres octogenarios cardenales habría expuesto al Papa en sus conclusiones finales. Benedicto XVI decidió ese día que debía dimitir, según La Repubblica. Lo cierto es que la renuncia de Benedicto XVI tiene más que ver con asuntos de dinero que con temas espirituales. Los temas económicos tienen un claro protagonista también vinculado al lobby gay del Vaticano: el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado Vaticano y el brazo derecho de Benedicto XVI. Bertone habría boicoteado sistemáticamente los intentos de hacer limpieza en el IOR, el banco vaticano, para adecuarlo a la normativa internacional contra el lavado de dinero. La comisión puesta en marcha en 2011 para sanear los agujeros negros del IOR fue desmantelada a los seis meses de ser establecida por Bertone. “Está claro que cualquiera puede lavar dinero en el IOR”, sentencia La Repubblica. “Bin Laden podría tener dinero en el IOR. Y también las mafias, los políticos que cobran comisiones... Es una enorme lavadora, el vientre oscuro de los intereses personales”. Hasta Matteo Messina Denaro, el nuevo jefe de la Cosa Nostra, tenía su dinero en el IOR. La dimisión del Benedicto XVI podría haber sido una oportunidad para una regeneración positiva y una limpieza a fondo en la Santa Sede, pero nada de eso ocurrirá. Por el contrario, el mandato del renunciante Benedicto XVI será recordado por sus intentos de encubrir a los sacerdotes depredadores sexuales y negar la responsabilidad de la Iglesia en el asunto. Una profecía: el próximo papa será un anciano célibe escogido por otros mezquinos ancianos con el propósito de decirle al mundo que Dios se la tiene jurada a los gays y las mujeres. Habrá también incienso para hacerlo más convincente. Lo único seguro es que el próximo Pontífice contará con la bendición de Estados Unidos, como viene ocurriendo desde la época de la Guerra Fría. El 10% de los cardenales del Vaticano son estadounidenses y Benedicto XVI fortaleció la posición de ese lobby en la Santa Sede. Uno de los enigmas no develados todavía es el de la relación del ascenso de James Harvey, el arzobispo estadounidense y jefe de Paolo Gabriele, el mayordomo del Papa, con el robo de documentos sensibles y privados del Pontífice unos meses atrás. Según han admitido expertos vaticanistas, los documentos filtrados por Gabriele, apodado “el Cuervo”, podrían ser reutilizados antes de la celebración del cónclave que debe elegir al próximo papa. La influencia de Washington y el Pentágono sobre la Santa Sede se reveló a finales de los 70. En un mundo dividido entre dos bloques ideológicos, hubo un papa, Albino Luciani, que afirmó: “La Iglesia no debe tener poder ni poseer riquezas”. Duró poco. Tan sólo 33 días. Algunos sostienen que fue asesinado justamente por intentar romper la Santa Alianza con EE.UU. 24/02/13 Miradas al Sur gb

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