Exposición de los aspectos fundamentales del Plan Quinquenal en la Cámara de Diputados.
21 de octubre de 1946.
Doctrina.
“Señores: Si gobernar es un arte --ya que presupone creación--, ha de tener su teoría, como todas las artes, y ha de tener también su doctrina. La teoría esta formada por grandes principios de gobierno, de enunciación quizás conocida, pero de aplicación absolutamente variable, de acuerdo a los numerosos e infinitos casos concretos que la vida de un país va presentando a lo largo de su marcha.
Esa teoría es la parte inerte del arte; la parte vital es el artista, que en este caso es el gobernante. A él corresponde hacer la creación y la aplicación de los principios del arte. La doctrina es el sentido y sentimiento colectivo que ha de inculcarse en el pueblo, mediante la cual se llega a la unidad de acción en las realizaciones y soluciones. Lo importante es, sin embargo, poner es absoluta congruencia y armonía estos tres factores fundamentales del arte de gobernar: el conductor de la Nación , la teoría del arte y su ejecución y la doctrina de la acción del pueblo. Conseguido ello, se obtiene una completa nacionalización y armonía, que es el factor esencial para el éxito”.
Cultura Nacional.
“En el cuadro siguiente se encuentra diagramado todo lo referente a la cultura nacional. Nuestra finalidad es mover esta importante actividad del espíritu nacional para llevar a la población el conocimiento de nuestra cultura nacional, conservarla y engrandecerla. Para eso el Poder Ejecutivo considera la necesidad de formar la cultura y de conservar la existente.
Para la formación considera el método por la enseñanza y por el de la tradición. Así, tratara de incidir en la universidad, en la escuela, en los colegios conservatorios, escuelas de arte, centros científicos y centros de perfeccionamiento técnico para al enseñanza de nuestra cultura, como así también sobre el folklore, las danzas, las efemérides patrias, la poesía popular, la familia, la historia. La religión y el idioma, para la conservación por tradición de nuestra cultura popular. La conservación de la cultura confiada a los museos, a los archivos y a las bibliotecas ha de incrementarse en sentido no sospechado.
Para el fomento integral de nuestra cultura, que es la base espiritual de nuestra Nación y la base para el verdadero sentimiento popular, tendremos los centros de difusión de Bellas Artes, ciencias, conferencias por la radiodifusión, y las letras; centros de investigación científica, literaria, histórica, filosófica, ideológica, artística y filológica, como así también las academias de ciencias, letras, historia y lenguas y los centros de estudio de folklore, lenguas autóctonas, danzas nativas, creencias religiosas, literatura popular y tradiciones familiares nacionales.
Este aspecto del alma nacional ha sido un poco descuidado hasta ahora. Es necesario volver por los fueros de nuestra propia individualidad conservando y enalteciendo los propios valores de la nacionalidad, porque de lo contrario, deberemos importar a otros quienes no reconozco ni mayor merito ni mayores posibilidades de arraigo en el pueblo argentino. “
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