(Guerra del Paraguay)
El sádico criminal más grande de la guerra del paraguay fue el Conde D´Eu, yerno de Pedro II, que reemplazó a Caxias en la dirección de la guerra. La crónica criminal del conde es fantástica. En la batalla de Peribebuy en que muere el general brasileño Mena Barreiro, la furia vengativa del conde manda a degollar a todo el ejército vencido, incluido el General Pedro Pablo Caballero. El Conde D´Eu no sólo da la orden, sino que, según testimonios, presenció “pálido e imperturbable” todo el degüello. Pero no acaba ahí su venganza: manda a cerrar el hospital de Piribebuy y con todos los enfermos y heridos dentro, lo manda prender fuego. El hospital quedó cercado por las tropas brasileñas, que a punta de bayoneta por orden de ese demente, empujaban a la hoguera a los que lograban escapar de las llamas. J.J.Chiavenatto dice textualmente que “No se conoce en la historia de América del Sur, por lo menos, ningún crimen mas hediondo que ese. Incendiar un hospital y matar los enfermos. ¡Quemar viejos y criaturas!
El ejército paraguayo era seguido por mujeres “residentas”, que entre otras cosas, después de las batallas atendían a los heridos y enterraban a sus muertos, maridos, hermanos o hijos. En la batalla de Avahi, en que fue herido el general brasileño Osorio y mueren tres mil brasileños, el furor fue tal que cuando las “residentas” salieron del monte para ayudar a los heridos y rescatar los muertos en el campo de batalla, sufrieron una carga de caballería y fueron muertas a lanzazos o debajo de las patas de los caballos, cumpliéndose las profecías de Sarmiento, cuando en carta del 12 de octubre de 1869, a Manuel R. García le dice: “La guerra no está concluida, aunque aquel bruto (Solano López) tiene todavía veinte piezas de artillería y dos mil perros que habrán de morir bajo las patas de nuestros caballos. Ni a la compasión mueve ese pueblo, rebaño de lobos” (A.Bray, Solano López, p.269 – J.M.Rosa. La guerra del Paraguay, p.300)
Es difícil determinar cual fue el peor de los crímenes de este sádico loco. Después de la batalla de Acosta Nú, en que un ejército de tres mil quinientoschicos son vencidos por veinte mil veteranos brasileños, al caer la tarde, cuando las madres de las criaturas salen del monte aledaño para asistirlos o darles sepultura, el sádico príncipe manda incendiar el campo envolviendo a madres e hijos en una hoguera.
El mismo historiador brasileño dice que “Las tropas aliadas que cometieron tales crímenes –los más hediondos de ellos al mando de Conde D´Eu- actuando por cuenta de gobiernos que se esmeraban en presentar al mundo al Paraguay como un cubil de bárbaros, la guerra como una forma de redención de los paraguayos de las garras de Francisco Solano López. Nunca el crimen de guerra estuvo tan íntimamente ligado a la calumnia, la infamia y la mentira. Nunca se vio tanta vergüenza en América”
Los crímenes de los aliados no tienen ejemplo en América, y en solo un año al mando del ejército, el sádico D´Eu se lleva todos los laureles de la infamia.
Fuentes:
- Rosa, José María – La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas – Buenos Aires (1985).
- García Mellid. Atilio. "Proceso a los falsificadores de la historias del Paraguay"(1965)
- Chiavenatto, Julio José. Genocidio Americáno: A Guerra do Paraguai. Sao Paulo
- Castagnino L. Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los paises del Plata
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
El ejército paraguayo era seguido por mujeres “residentas”, que entre otras cosas, después de las batallas atendían a los heridos y enterraban a sus muertos, maridos, hermanos o hijos. En la batalla de Avahi, en que fue herido el general brasileño Osorio y mueren tres mil brasileños, el furor fue tal que cuando las “residentas” salieron del monte para ayudar a los heridos y rescatar los muertos en el campo de batalla, sufrieron una carga de caballería y fueron muertas a lanzazos o debajo de las patas de los caballos, cumpliéndose las profecías de Sarmiento, cuando en carta del 12 de octubre de 1869, a Manuel R. García le dice: “La guerra no está concluida, aunque aquel bruto (Solano López) tiene todavía veinte piezas de artillería y dos mil perros que habrán de morir bajo las patas de nuestros caballos. Ni a la compasión mueve ese pueblo, rebaño de lobos” (A.Bray, Solano López, p.269 – J.M.Rosa. La guerra del Paraguay, p.300)
Es difícil determinar cual fue el peor de los crímenes de este sádico loco. Después de la batalla de Acosta Nú, en que un ejército de tres mil quinientoschicos son vencidos por veinte mil veteranos brasileños, al caer la tarde, cuando las madres de las criaturas salen del monte aledaño para asistirlos o darles sepultura, el sádico príncipe manda incendiar el campo envolviendo a madres e hijos en una hoguera.
El mismo historiador brasileño dice que “Las tropas aliadas que cometieron tales crímenes –los más hediondos de ellos al mando de Conde D´Eu- actuando por cuenta de gobiernos que se esmeraban en presentar al mundo al Paraguay como un cubil de bárbaros, la guerra como una forma de redención de los paraguayos de las garras de Francisco Solano López. Nunca el crimen de guerra estuvo tan íntimamente ligado a la calumnia, la infamia y la mentira. Nunca se vio tanta vergüenza en América”
Los crímenes de los aliados no tienen ejemplo en América, y en solo un año al mando del ejército, el sádico D´Eu se lleva todos los laureles de la infamia.
Fuentes:
- Rosa, José María – La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas – Buenos Aires (1985).
- García Mellid. Atilio. "Proceso a los falsificadores de la historias del Paraguay"(1965)
- Chiavenatto, Julio José. Genocidio Americáno: A Guerra do Paraguai. Sao Paulo
- Castagnino L. Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los paises del Plata
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
Prof GB
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