“¿Sabés qué pasa? Vos me hablás de este cenicero y me decís en qué lugar de la mesa podemos ponerlo, si podemos usarlo de adorno... Pero siempre me hablás del cenicero.” El cronista supone que ávido de hacerse entender, eventualmente, blandía el cenicero con serio riesgo para el objeto. Y agregaba “pero con este cenicero no hacemos nada. Precisamos que sea otra cosa, que tenga el tamaño de la mesa o de este despacho, o de toda la Casa Rosada”. Lo real es posible siempre, pero el arte de la política es potenciar lo virtual. Los recursos (sean económicos o de poder) distan de ser estáticos, es imperioso modificarlos cuantitativa y cualitativamente."
MARIO WAINFELD
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