ZAFFARONI, GAK, ALEN Y CORTIñAS ANALIZARON LAS RAZONES ESTRUCTURALES
DE LA DICTADURA
El fin económico del
terrorismo de Estado
Abraham Gak, Luis
Alen, Alberto Segal, Nora Cortiñas y Raúl Zaffaroni, en el seminario de la
UBA.
Imagen: Leandro Teysseire
“Cuando los grupos económicos no
pudieron imponer su modelo de país entraron de lleno en los crímenes de Estado
masivos”, definió el ministro de la Corte, en la tercera jornada de un ciclo de
conferencias organizado por la UBA.
Por Sebastián Premici
“La
historia argentina se resume en la puja entre dos modelos de país:
mercantil-portuario contra un productivismo mediterráneo; federales contra
unitarios o liberales contra un movimiento nacional y popular. Cuando los grupos
económicos no pudieron imponer su modelo de país, entraron de lleno en los
crímenes de Estado masivos.” Con estas palabras, el ministro de la Corte Suprema
Raúl Zaffaroni inició su charla en la tercera jornada del ciclo “Poder Económico
y Terrorismo de Estado”, organizada por la Comisión por la Reconstrucción de la
Memoria de la FCE (UBA). El eje de este encuentro –como los dos primeros– fue
poner la lupa sobre los responsables civiles de los crímenes de Lesa Humanidad
cometidos durante la última dictadura.
Zaffaroni estuvo acompañado por
Luis Alen, subsecretario de Derechos humanos, y el economista Abraham Gak,
coordinador del Plan Fénix. La apertura estuvo a cargo de Nora Cortiñas, titular
de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y una de las artífices de la Cátedra
“Poder Económico y Derechos Humanos”.
El Estado está investigando
aproximadamente 604 liquidaciones de compañías –siderúrgicas, textiles, bancos,
entre otros sectores–, donde se aplicó una misma metodología: sus dueños fueron
obligados a vender o transferir acciones, e incluso llevarlas a la quiebra por
presión, bajo tortura. El caso más emblemático podría ser el de Papel Prensa,
por los actores involucrados, los diarios Clarín, La Nación y La Razón. Pero no
es el único. “Habría que leer el libro Decíamos Ayer, de Blaustein y Zubieta,
para ver cómo la prensa contribuyó a crear un clima propicio al golpe. Habría
que ver las tapas del diario Clarín de aquella época para ver qué decían en el
mismo momento en que Lidia Papaleo de Graiver estaba secuestrada”, sostuvo
Alen.
La investigación sobre los responsables o cómplices civiles de los
crímenes de lesa humanidad permite entender cómo algunos sectores “operaron”
para encubrir aquellos hechos. “En todos los documentos del Consejo Profesional
de Ciencias Económicas no se encuentra la mínima referencia a la ruptura del
orden constitucional. Una vez lo invitaron a Harguindeguy y aceptaron su
discurso pasivamente. Y cuando hablaron del modelo económico, fue para coincidir
con las políticas de Alfredo Martínez de Hoz”, manifestó Gak, quien agregó:
“Creo que hoy deben seguir teniendo la misma visión económica de aquellos
años”.
La charla se realizó en el salón de actos de la Facultad de
Ciencias Económicas (UBA), que estuvo colmado. Los que asistieron se encontraron
con una amplia bandera de la agrupación que representa a las comisiones internas
detenidas-desaparecidas de las empresas Ford, Mercedes-Benz y Ledesma, entre
otras. “Los militares hablaban de un proceso de reorganización nacional, y es
que quisieron reorientar el Estado de acuerdo con sus intereses económicos,
concentrando la economía y el poder. Y para eso necesitaron infundir el terror”,
manifestó Alen, quien llegó a su cargo en 2003, junto a Eduardo Luis
Duhalde.
El concepto de terror o miedo también está emparentado con el
rol de los “civiles” durante la dictadura. “¿Cómo hicieron los grupos económicos
para imponer su modelo?”, se preguntó Zaffaroni. “Primero tuvieron que encontrar
un chivo expiatorio. Lo primero que se necesita para un genocidio es crear
miedo. ¿Y cómo se construye ese miedo? –siguió el funcionario de la Corte–. De
la misma manera en que se construye la realidad, mediáticamente. A partir de ahí
se opera sobre la sociedad, seleccionando datos que indicarían que vivimos en un
mundo terrible. La prevención del crimen masivo está en la sociedad. Hay que
estar alertas.”
Para cometer crímenes de lesa humanidad con fines
económicos, la dictadura cívico-militar utilizó un andamiaje que también
involucró al Banco Central y la Comisión Nacional de Valores. “Entre los años
1976 y 1983 existió un entramado cívico-militar del aparato represivo, con un
grupo de tareas integrado por la División Bancos de la Policía Federal, que
trabajaba en conjunto con los funcionarios del Banco Central y la CNV. El
objetivo fue liquidar empresas, bancos y extorsionar empresarios. Para ello se
cometieron delitos de lesa humanidad, que en última instancia perseguían un fin
económico.” Esta es una de las principales conclusiones de un trabajo de
investigación que está llevando adelante la CNV.
En este sentido, también
existe un dictamen del fiscal Federico Delgado, quien estableció la vinculación
del Banco Central y la CNV en la persecución a empresarios, en su investigación
de los casos de Reynaldo Defranco Fantín, del ex Banco Odonne y del grupo
Chavanne-Grassi. Mismo vínculo encontró el fiscal Eduardo Taiano en la causa que
investiga la liquidación del Banco Latinoamericano, con una participación clave
del ex vicepresidente del Central Alejandro
Reynal.
GB
spremici@pagina12.com.ar
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