miércoles, 31 de octubre de 2012

"HABIA QUE BUSCARLOS UNO POR UNO PARA MATARLOS."

Videla declaró en la megacausa por el Operativo Independencia
Para los fiscales el plan implementado en Tucumán en 1975 fue un "banco de pruebas" represivo.

PorRamiro Rearte

El ex dictador Jorge Rafael Videla prestó declaración indagatoria el viernes pasado por medio del sistema de videoconferencia, en el marco de la megacausa que investiga los delitos de lesa humanidad cometidos durante el Operativo Independencia. Ante el juez Daniel Bejas, el represor se limitó a leer el mismo descargo al que recurre desde 1984, en el que señala que en la Argentina hubo una guerra interna y que la justicia civil no es competente para juzgarlo. Esta fue la primera vez que el ex dictador presta declaración en una causa judicial en la provincia de Tucumán.

También declararon ante el juez otros 28 imputados, entre ellos el ex gobernador militar en las islas Malvinas, Mario Benjamín Menéndez, que quedó detenido en una unidad penitenciaria. El juez Bejas dispuso además la detención de José Ernesto Cuestas, Walter Saborido, Fernando Labayru, Pedro Adolfo López, Pedro Alberto Rojas y de Víctor Hugo Olmos.

En la acusación, los fiscales Pablo Camuña y Patricio Rovira, titulares de la oficina local de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos, destacaron que el Operativo Independencia consistió en la intervención masiva de las Fuerzas Armadas y de seguridad para ejecutar un plan sistemático de exterminio de opositores políticos mediante la utilización del aparato estatal y de control social a través del terror. Este plan comenzó a ejecutarse en febrero de 1975, durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón y con la aquiescencia del gobierno civil de la provincia de Tucumán.

La intervención fue comandada en primer lugar por Acdel Edgardo Vilas y luego por Antonio Domingo Bussi. Entre los aspectos particulares de la causa, la acusación fiscal señala que el eje del sistema represivo en aquel momento estuvo dado por lo que se conoce como el primer centro clandestino de detención (CCD) del país, La Escuelita Diego de Rojas de la localidad de Famaillá. Vilas reconoció en su momento la existencia de este CCD y describió su funcionamiento. Al respecto aseguró que entre el 10 de febrero y el 18 de diciembre de 1975, habían pasado por allí 1507 personas.

Los fiscales destacaron además que en el período comprendido entre febrero de 1975 y marzo de 1976 formaron parte de estas operaciones más de 30 unidades militares, de Gendarmería Nacional y de la Policía Federal de todo el país. "Las consecuencias en la sociabilidad de la provincia fueron devastadoras", señalaron y puntualizaron que de las causas judiciales en trámite por delitos de lesa humanidad en Tucumán, la tercera parte de ellas corresponde a hechos ocurridos con anterioridad al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. "Esto resulta un caso único en el país y remarca al mismo tiempo los efectos que tuvo en la sociedad tucumana este primer 'banco de pruebas' represivo, que sirvió para desmontar un sindicalismo azucarero organizado, un movimiento universitario y cultural único en la región, así como también representó el primer caso de disciplinamiento de la prensa y de utilización del Poder Judicial federal como un engranaje legitimador del plan criminal", señalan los fiscales en la acusación.

Todavía deben desfilar ante el juez Bejas, Luciano Benjamín Menéndez, Enrique José Del Pino, Ernesto Arturo Alais, Carlos Alberto Trucco, también imputados por los delitos de lesa humanidad cometidos durante el Operativo Independencia y hay dos pedidos de indagatorias que debieron ser suspendidas hasta tanto se constate si el estado de salud de los represores imputados les permite declarar.

Campos: "De los muertos yo me hago cargo"

De los muertos, yo me hago cargo. A partir del 14 de diciembre de 1977 me hice cargo de la Policía y estoy orgulloso porque paró a la subversión en la Provincia de Buenos Aires.” Con esas palabras, el ex subjefe de la Bonaerense durante la dictadura cívico militar, Rodolfo Aníbal Campos, admitió los asesinatos de prisioneros políticos durante su ampliación indagatoria en el juicio por los crímenes cometidos en el denominado Circuito Camps que se realiza en La Plata. El militar también reconoció la aplicación de torturas, se quejó del rumbo que tomó el país con la llegada de Néstor Kirchner y justificó el terrorismo de estado denominándolo “guerra sucia”.

Campos se despachó durante cerca de una hora en una nueva audiencia del juicio que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata realiza a 23 imputados por delitos cometidos en seis centros clandestinos de detención contra 280 víctimas.

Campos justificó el terrorismo de Estado y los crímenes de lesa humanidad. “Torturábamos como se tortura en todo el mundo para obtener información. No torturábamos porque nos gustara”, justificó el represor y dijo que los opositores políticos eran “jóvenes idealistas” a los que respetaba porque “peleaban como argentinos”, en lo que denominó “una guerra no convencional, una guerra sucia”. Ese razonamiento le bastó para disparar con artillería pesada: “Había que buscarlos uno por uno para matarlos.”

31/10/12 Tiempo Argentino


GB
 

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