Michetti: “Acercarse a Moyano me parece especulativo”
Criticó el acercamiento del PRO al líder sindical, evalúa presentarse como senadora en el 2013, pero adelanta que quiere ser la próxima jefa de Gobierno porteño a la revista Veintitrés.
Evalúa presentarse como senadora en el 2013, pero adelanta que quiere ser la próxima jefa de gobierno porteño.
Por Graciela Moreno
Pese a que casi toda la Ruta 2 está llena de carteles que dicen Macri-Michetti, para la diputada nacional del Pro y ex vicejefa de gobierno porteño Gabriela Michetti, eso es sólo parte del pasado. La sobrina nieta de Arturo Illia asegura que no se siente representante de la provincia de Buenos Aires, que prefiere cederle el lugar a otros. Está en plena época de definiciones, se acerca el 2013 y la candidatura a senadora nacional puede ser su próximo objetivo. Pero es necesario tejer alianzas. En una entrevista con Veintitrés, desde los pasillos de la 48º edición del Coloquio de IDEA en Mar del Plata, analizó su futuro, el del Pro y con quién podrían hacer alianzas y con quién mejor ni encontrarse.
–¿Los carteles de la Ruta 2 de Macri-Michetti forman parte del pasado?
–En realidad, quedaron. Se pusieron cuando había una posibilidad de que yo fuera candidata en la provincia, ya le adelante mi decisión a Mauricio Macri, no me siento representante de los habitantes de la provincia de Buenos Aires, sí de Capital, que es donde he trabajado. Estoy convencida de que al Pro le hace falta abrir el juego a otros dirigentes que están trabajando con nosotros, que son parte de nuestro gobierno y viven en la provincia. No podemos circular siempre los mismos dos o tres candidatos.
–¿Cómo se ve en el 2013?
–Todavía no tengo muy en claro si voy a ser candidata o no. Lo decidiré más adelante. Hay una posibilidad de que me presente como senadora por la ciudad. Me gustaría pero no lo tengo tan definido.
–¿Le gustaría suceder a Macri en la ciudad?
–Sí, la verdad, suceder a Mauricio en la jefatura me gustaría. Me parece que todo lo que hemos hecho es muy bueno y profundizar los cambios me resulta atractivo, pero no es lo que me mueve a hacer las cosas todos los días. Me parece que si te ponés un objetivo focal, podés cometer muchos errores. Corrés el riesgo de ejercer tu responsabilidad en el día a día, en pos de ese objetivo y todo lo medís si te sirve o no te sirve para llegar a ese lugar. No tomo la decisión y hago todo para llegar. Cuando estemos más cerca de la fecha, veo cómo viene el armado. Si viene bien y sirve para sostener nuestro lugar en la ciudad, me voy a candidatear. Si veo que hay otro lugar, como la Fundación Pensar y el armado de los equipos técnicos para la presidencia de 2015 de Mauricio o algún lugar en la gestión de la ciudad, también me encanta. No siento que cada vez que hay elecciones haya que presentarse a algo.
–¿Cómo se ve en una interna con Horacio Rodríguez Larreta?
–No tengo problema, no me genera nada. Me parece sano, si él quiere ser candidato y yo también, lo mejor que Mauricio puede hacer es definirlo en una interna. Cualquier otra definición de esa disputa que no sea a través de una interna va a generar confusión y lastimaduras al cohete.
–¿Con quién podría hacer alianzas y con quién no?
–Todo el mundo sabe que yo tengo una posición muy amplia de criterios. Mi criterio es un criterio de valores, más que de personas. Busco integridad, honestidad y transparencia. Dentro del radicalismo hay dirigentes con los que me llevo muy bien. Oscar Aguad, Ernesto Sanz, Silvana Giudici, Patricia Bullrich, Eduardo Amadeo, Gustavo Ferrari, Alfonso Prat Gay, Juan Manuel Urtubey, Mónica Fein o Miguel Lifschitz, entre otros.
–¿Con Francisco de Narváez?
–Siento que tenemos que resolver algo previamente, si bien tenemos muchos puntos en común. Hubo una ruptura, un problema entre su partido y el Pro en aquel acuerdo del 2009 que se rompió, y si solucionamos rispideces podemos volver a encontrarnos. Pero no podemos hacernos los tontos. Mauricio está con el dolor y la bronca de algo que se rompió y no tenía que haberse roto.
–¿Con Elisa Carrió?
–Lilita ha demostrado que es muy difícil el diálogo y la construcción con ella. Yo la sigo valorando, me parece una persona inteligente y valiosa desde el punto de vista de su integridad pero es imposible construir algo en conjunto. Lilita tiene una visión muy “yoísta” de la realidad. Yo siento que no escucha directamente, muchas cosas que dice son valiosas pero no hay lugar para otra cosa que no sea lo que piensa ella. Eso es terrible, en política no se puede construir nada así.
–¿Qué opina de Hugo Moyano?
–Me parece que Moyano es una persona que no le ha hecho mucho bien al país. Como líder sindical, creo que tiene una concepción muy autoritaria del poder. Ha sido un problema para el país en muchos momentos. No me parece verlo hoy con buena cara porque está coyunturalmente en la vereda de enfrente del Gobierno. Acercarse a Moyano hoy me parece especulativo, como mínimo. Si hasta hace dos años lo criticábamos en la oposición porque era amigo de Cristina, por qué ahora nos resulta tan interesante valorarlo como líder que puede llegar a ser el próximo dirigente opositor. Por más que hoy se haya peleado con el Gobierno o esté en la vereda de enfrente, no me parece el liderazgo sindical que me interesa que la Argentina tenga.
–¿Qué evaluación hace de los cacerolazos?
–Me parece que a todo lo que sale de la gente hay que ponerle una oreja, no se puede ningunear. La última manifestación de septiembre fue genuina, no había ni lugar para los opositores, cualquier opositor que aparecía ahí y lo hubieran maltratado. Es una manifestación de la clase media que está preocupada por algunas de las medidas que tomó el Gobierno y por los problemas de los que no se ocupa. Hay preocupaciones diferentes, algunos se mueven por temor por libertad de expresión, otros por la problemática de la propiedad privada que puede llegar a estar en jaque, otros sienten que no se puede ahorrar en dólares o no pueden viajar cómodamente. Otros por la seguridad, por la Justicia que no sienten que sea independiente, hay varios motivos.
–¿No cree que también es un mensaje para la oposición?
–Sí, creo que hay una disconformidad muy grande de la gente con la política en general.
–¿Está de acuerdo con la despenalización del aborto y del consumo de marihuana?
–No estoy a favor de la despenalización del aborto, el primer derecho humano es el derecho a la vida y no me parece una lógica correcta atentar contra ese derecho diciendo que defendés el derecho a no morir de mujeres que se hacen abortos. En el caso de las violaciones, está legislado el aborto no punible, creo que hay que cumplirlo y llevarlo adelante como está legislado (N. de R.: Macri vetó horas más tarde el aborto no punible.). En relación a las drogas, tengo la posición de los curas villeros que están preocupados con la despenalización. Puede ser en los países donde la clase media es extensiva a toda la población y no hay sectores vulnerables.
Revista Veintitrés
Criticó el acercamiento del PRO al líder sindical, evalúa presentarse como senadora en el 2013, pero adelanta que quiere ser la próxima jefa de Gobierno porteño a la revista Veintitrés.
Evalúa presentarse como senadora en el 2013, pero adelanta que quiere ser la próxima jefa de gobierno porteño.
Por Graciela Moreno
Pese a que casi toda la Ruta 2 está llena de carteles que dicen Macri-Michetti, para la diputada nacional del Pro y ex vicejefa de gobierno porteño Gabriela Michetti, eso es sólo parte del pasado. La sobrina nieta de Arturo Illia asegura que no se siente representante de la provincia de Buenos Aires, que prefiere cederle el lugar a otros. Está en plena época de definiciones, se acerca el 2013 y la candidatura a senadora nacional puede ser su próximo objetivo. Pero es necesario tejer alianzas. En una entrevista con Veintitrés, desde los pasillos de la 48º edición del Coloquio de IDEA en Mar del Plata, analizó su futuro, el del Pro y con quién podrían hacer alianzas y con quién mejor ni encontrarse.
–¿Los carteles de la Ruta 2 de Macri-Michetti forman parte del pasado?
–En realidad, quedaron. Se pusieron cuando había una posibilidad de que yo fuera candidata en la provincia, ya le adelante mi decisión a Mauricio Macri, no me siento representante de los habitantes de la provincia de Buenos Aires, sí de Capital, que es donde he trabajado. Estoy convencida de que al Pro le hace falta abrir el juego a otros dirigentes que están trabajando con nosotros, que son parte de nuestro gobierno y viven en la provincia. No podemos circular siempre los mismos dos o tres candidatos.
–¿Cómo se ve en el 2013?
–Todavía no tengo muy en claro si voy a ser candidata o no. Lo decidiré más adelante. Hay una posibilidad de que me presente como senadora por la ciudad. Me gustaría pero no lo tengo tan definido.
–¿Le gustaría suceder a Macri en la ciudad?
–Sí, la verdad, suceder a Mauricio en la jefatura me gustaría. Me parece que todo lo que hemos hecho es muy bueno y profundizar los cambios me resulta atractivo, pero no es lo que me mueve a hacer las cosas todos los días. Me parece que si te ponés un objetivo focal, podés cometer muchos errores. Corrés el riesgo de ejercer tu responsabilidad en el día a día, en pos de ese objetivo y todo lo medís si te sirve o no te sirve para llegar a ese lugar. No tomo la decisión y hago todo para llegar. Cuando estemos más cerca de la fecha, veo cómo viene el armado. Si viene bien y sirve para sostener nuestro lugar en la ciudad, me voy a candidatear. Si veo que hay otro lugar, como la Fundación Pensar y el armado de los equipos técnicos para la presidencia de 2015 de Mauricio o algún lugar en la gestión de la ciudad, también me encanta. No siento que cada vez que hay elecciones haya que presentarse a algo.
–¿Cómo se ve en una interna con Horacio Rodríguez Larreta?
–No tengo problema, no me genera nada. Me parece sano, si él quiere ser candidato y yo también, lo mejor que Mauricio puede hacer es definirlo en una interna. Cualquier otra definición de esa disputa que no sea a través de una interna va a generar confusión y lastimaduras al cohete.
–¿Con quién podría hacer alianzas y con quién no?
–Todo el mundo sabe que yo tengo una posición muy amplia de criterios. Mi criterio es un criterio de valores, más que de personas. Busco integridad, honestidad y transparencia. Dentro del radicalismo hay dirigentes con los que me llevo muy bien. Oscar Aguad, Ernesto Sanz, Silvana Giudici, Patricia Bullrich, Eduardo Amadeo, Gustavo Ferrari, Alfonso Prat Gay, Juan Manuel Urtubey, Mónica Fein o Miguel Lifschitz, entre otros.
–¿Con Francisco de Narváez?
–Siento que tenemos que resolver algo previamente, si bien tenemos muchos puntos en común. Hubo una ruptura, un problema entre su partido y el Pro en aquel acuerdo del 2009 que se rompió, y si solucionamos rispideces podemos volver a encontrarnos. Pero no podemos hacernos los tontos. Mauricio está con el dolor y la bronca de algo que se rompió y no tenía que haberse roto.
–¿Con Elisa Carrió?
–Lilita ha demostrado que es muy difícil el diálogo y la construcción con ella. Yo la sigo valorando, me parece una persona inteligente y valiosa desde el punto de vista de su integridad pero es imposible construir algo en conjunto. Lilita tiene una visión muy “yoísta” de la realidad. Yo siento que no escucha directamente, muchas cosas que dice son valiosas pero no hay lugar para otra cosa que no sea lo que piensa ella. Eso es terrible, en política no se puede construir nada así.
–¿Qué opina de Hugo Moyano?
–Me parece que Moyano es una persona que no le ha hecho mucho bien al país. Como líder sindical, creo que tiene una concepción muy autoritaria del poder. Ha sido un problema para el país en muchos momentos. No me parece verlo hoy con buena cara porque está coyunturalmente en la vereda de enfrente del Gobierno. Acercarse a Moyano hoy me parece especulativo, como mínimo. Si hasta hace dos años lo criticábamos en la oposición porque era amigo de Cristina, por qué ahora nos resulta tan interesante valorarlo como líder que puede llegar a ser el próximo dirigente opositor. Por más que hoy se haya peleado con el Gobierno o esté en la vereda de enfrente, no me parece el liderazgo sindical que me interesa que la Argentina tenga.
–¿Qué evaluación hace de los cacerolazos?
–Me parece que a todo lo que sale de la gente hay que ponerle una oreja, no se puede ningunear. La última manifestación de septiembre fue genuina, no había ni lugar para los opositores, cualquier opositor que aparecía ahí y lo hubieran maltratado. Es una manifestación de la clase media que está preocupada por algunas de las medidas que tomó el Gobierno y por los problemas de los que no se ocupa. Hay preocupaciones diferentes, algunos se mueven por temor por libertad de expresión, otros por la problemática de la propiedad privada que puede llegar a estar en jaque, otros sienten que no se puede ahorrar en dólares o no pueden viajar cómodamente. Otros por la seguridad, por la Justicia que no sienten que sea independiente, hay varios motivos.
–¿No cree que también es un mensaje para la oposición?
–Sí, creo que hay una disconformidad muy grande de la gente con la política en general.
–¿Está de acuerdo con la despenalización del aborto y del consumo de marihuana?
–No estoy a favor de la despenalización del aborto, el primer derecho humano es el derecho a la vida y no me parece una lógica correcta atentar contra ese derecho diciendo que defendés el derecho a no morir de mujeres que se hacen abortos. En el caso de las violaciones, está legislado el aborto no punible, creo que hay que cumplirlo y llevarlo adelante como está legislado (N. de R.: Macri vetó horas más tarde el aborto no punible.). En relación a las drogas, tengo la posición de los curas villeros que están preocupados con la despenalización. Puede ser en los países donde la clase media es extensiva a toda la población y no hay sectores vulnerables.
Revista Veintitrés
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