jueves, 18 de diciembre de 2014

Para Bonasso con amor: Parrilli echó a Stiusso

La primera decisión del flamante titular de la Secretaría de Inteligencia fue echar al agente Antonio Stiusso (en foto: a la derecha). El periodista Bonasso había afirmado que CFK le temía. ¿Qué dirá ahora?
Por José Cornejo
A las 20.30 de este martes 16, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, tomó juramento al ex secretario general, ahora titular de la Secretaría de Inteligencia, Oscar Isidro Parrilli. Un rato después partió volando para Paraná, Entre Ríos. La esperaba su par brasileña, Dilma Rousseff.

No hizo lo mismo Parrilli. Se quedó en el Salón Blanco de Casa Rosada, saludando a sus ex asesores y secretarios, muchos con lágrimas en los ojos. Visiblemente ofuscado, el subsecretario general exclamó: “Fin de año de mierda, ganó Racing y sacan a mi jefe”.

Eran pasadas las 21 cuando “el doctor” – como se lo nombra en la Casa de Gobierno – partió hacia la SI. Solo tuvo que cruzar Rivadavia. Se sentó en su despacho y firmó el pase a disponibilidad del director de Operaciones Antonio Stiusso y otros quince agentes.

El periodista Miguel Bonasso denunció a Stiusso en su último libro “Lo que no dije en Recuerdo de la muerte”. Allí señaló que Stiusso es el verdadero jefe de la ex SIDE y que había cometido delitos de lesa humanidad. Por su parte, Stiusso salió a responderle en la última edición de la revista Noticias tratándolo de “pelotudo” y negando su participación en la última dictadura.

La celeridad de Parrilli pone en ridículo a Bonasso, quien señaló recientemente en su blog que “hasta que no lo echen a Stiusso no voy a creer en la buena fe de la presidenta de sanear el área de Inteligencia, que es una caja negra".  

"Bolasso", tal como se lo conoce en el ambiente periodístico, tuvo otros raptos de lucidez:

- “Que lo echen, no que termine muerto como le pasó al Lauchón Viale”.
- "Stiusso es como un Grondona pero en la Side, nunca ningún gobierno se desprendió de él o mejor dicho, no pudo desprenderse".
- "Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia en el 2003, él mismo le entregó en mano los legajos de toda la información que venía recabando, incluida la de su misma esposa, Cristina Fernández de Kirchner”.

Como sea, el periodista hizo un aporte al denunciar a un sospechoso de cometer un delito de lesa humanidad. Pero su necesidad de autoreferencialidad y el rencor contra el gobierno nacional le impiden hacer análisis medianamente objetivos.

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