martes, 19 de agosto de 2014

Panorama sindical Empiezan a prenderse algunas luces de alerta

Ana Vainman
Empiezan a prenderse algunas luces de alerta
La situación del empleo preocupa hoy a todos los actores relacionados con el mundo laboral, aunque algunos lo digan más abiertamente que otros. Si estos actores –especialmente sindicatos, empresarios y Estado– no toman cartas en el asunto, muchos temen que la cosa empeore.
Estadísticas, informes, documentos, declaraciones y opiniones muestran que durante el primer semestre del año hubo un deterioro en los niveles de empleo a nivel general. Pero además, encienden luces de alerta en algunos sectores de la economía como la industria automotriz y la construcción. Según la Encuesta de Indicadores Laborales que elabora el Ministerio de Trabajo, durante el segundo trimestre de 2014 hubo una leve caída (0,3%) del empleo con respecto al año pasado.
En el informe "se observa una expansión de la dotación de personal en la mayoría de las actividades, con excepción de la construcción y comercio. En el caso de la construcción, la variación interanual sigue registrando una caída de 4,6 po ciento. Por su parte, comercio, hoteles y restaurantes presenta una reducción interanual moderada (-0,3 por ciento)."
El titular del gremio de la UOCRA, Gerardo Martínez, ya había aunciado la pérdida de 20 mil puestos de trabajo en lo que va del año.
En el sector del comercio, desde las propias cámaras empresarias reconocen que lanzan planes de retiro voluntario y la reducción de horas extra. Sin embargo, desde los sindicatos denuncian que también hay despidos en forma de goteo, que son los que se ven reflejados en los números.
Otro de los sectores en los que hay alarma es en la industria, especialmente en la automotriz y la metalmecánica. Según un informe sectorial del Indec, la cantidad de obreros cayó un 2% durante el segundo trimestre del año, en comparación con 2013. Las ramas en situación más crítica son la automotriz (donde se mantiene el número de ocupados, pero aumentan las suspensiones y se reducen las horas trabajadas), la autopartista (con altos niveles de conflictividad) y la de electrodomésticos (con pérdidas de puestos de trabajo que llegaron al 2,8 por ciento).
Pero además de los números oficiales, hay voces que se pronuncian con preocupación en torno al empleo. Desde el sector sindical, oficialistas y opositores coinciden en que la segunda parte del año no será más sencilla que la primera.
En la reunión de mesa chica que el martes pasado tuvo la CGT que conduce el metalúrgico Antonio Caló el tema fue ineludible. Sobre todo si se tiene en cuenta que dentro de esta central obrera están los gremios más afectados: SMATA, UOM, UOCRA y Comercio.
En la CGT Azopardo, conducida por el camionero Hugo Moyano, la preocupación por el empleo será uno de los ejes del paro que se convocará para fin de mes. "Hoy vemos que lo que empezó con despidos goteo en el sector automotriz ahora también llegó a la construcción y a la industria metalúrgica y se extenderá a otros sectores, especialmente los afectados por la contracción del comercio mundial", aseguró un dirigente cercano a Moyano que conduce un sindicato relacionado con las exportaciones.
Pero la Iglesia también se pronunció sobre la cuestión laboral. La Conferencia Episcopal Argentina expresó el martes pasado su preocupación por la inestabilidad laboral creciente, producida por las suspensiones de personal y los cierres de fábricas.
Hay casos que pueden potenciar la preocupación existente, como el repentino cierre de la empresa gráfica Donelly (filial local de la multinacional que a nivel mundial reportó ganancias por 218 millones de dólares en 2013) que dejó a 400 empleados sin trabajo. Desde el gobierno calificaron la decisión de la empresa de "política" y desestimaron que detrás de la declaración de quiebra haya motivos de tipo empresarial o económico.
Más allá de que el panorama no es el más alentador de los últimos años, son muchos los que se resisten a tener una mirada tremendista. Entre ellos está el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien declaró a Radio América que, si bien hay dificultades en el mercado laboral, aún se está en niveles razonables.
"No desconocemos que no hay el mismo nivel de crecimiento del empleo que hubo en otros tiempos. Sabemos que hay algunos sectores muy particulares, recortados, que están sufriendo los embates de una restricción, de obstáculos en las exportaciones que pueden afectar puestos de trabajo", dijo el titular de la cartera laboral.
Según Tomada, "el mercado de trabajo se mantuvo estable y no ha habido más despidos, por ejemplo, que en 2012 y 2013". Además, destacó que "en otras crisis económicas internacionales, se perdían de a millones de puestos de trabajo en un año. No estamos siquiera en la relación de 2009."
El ministro se refirió así al momento en el que la caída de Lehman Brothers y la explosión de la burbuja de inmobiliaria en Estados Unidos y otros países produjo un cimbronazo a nivel mundial. En ese momento, Argentina lanzó medidas contracíclicas y fortaleció otras. Así, por ejemplo, el Programa de Recuperación Productiva (REPRO) –que consiste en una ayuda monetaria del Estado para que las empresas paguen los sueldos a cambio de que no despidan personal– llegó a tener 150 mil destinatarios. Según Tomada, ese instrumento tiene hoy solamente 37 mil beneficiarios.
La consultora de recursos humanos Adecco acaba de publicar una encuesta de expectativas laborales. Allí se informa que en el próximo año un 37% de los consultados planea despedir personal y un 16% no lo sabe, mientras que un 47% no despedirá.
Dentro de la encuesta se consultó si se harán nuevas contrataciones. Un 26% respondió que no, un 13% que no sabe y un 61% dijo que sí tomará nuevo personal. La mayoría de quienes no van a tomar nuevos empleados tomó esa decisión por "la incertidumbre económica, política y social" (56%), mientras que sólo un 34% porque resolvió eso ya que no hay necesidad de hacerlo en esas empresas en cuestión.
Como se ve, no todos los empresarios desvincularán empleados e incluso todavía hay quienes planean contratar personal.
Ghidini Rodil, otra consultora de Recursos Humanos, focalizó esas esperanzas laborales en ciertos sectores. "Las ofertas laborales aparecerán en sectores industriales. Por sobre todo, el de tecnologías de la información (IT) o sistemas. En segundo plano, el de energía y petróleo, donde proyectos incipientes como el de Vaca Muerta genera a través de YPF una demanda sostenida de perfiles técnicos. En tercer lugar, algunas chances más esporádicas en agro, laboratorios, medios y consumo masivo", indicó Matías Ghidini, gerente de la consultora.
Los especialistas aseguran que entre los perfiles profesionales que pueden tener ofertas estarán los programadores y los ingenieros especializados (mecánicos, electrónicos o químicos). Para ampliar esa posible demanda de personal y detener un potencial incremento de las desvinculaciones, el gobierno amplió los alcances del REPRO, que se amplió de $ 1500 a
$ 2000 y podrá otorgarse hasta por 12 meses. Esta ampliación persigue el objetivo de mantener la fuente de trabajo. "Una vez que se pierde, es más difícil el proceso de reinserción", explicaron desde Alem 650.
Pero además, lanzó ProEmplear, un programa que combina el REPRO y el Progresar (prestación económica de 600 pesos mensuales para apoyar a jóvenes entre 18 y 24 años a retomar o iniciar sus estudios). Quienes están adheridos al plan Progresar podrán acceder a los programas de capacitación laboral rentada que podrán hacerse en una de las 375 mil empresas incluidas en el listado (que son pymes). Una vez concluido el entrenamiento, si el empresario decide contratar al trabajador, el Estado se hará cargo del pago de $ 2700, por un lapso que irá entre los seis y los 12 meses.
Desde la cartera laboral se indicó que se busca que a "la capacitación que se da en el Progresar le siga la inserción laboral".
Desde el sector sindical opositor, sin embargo, se cuestionaron ambas medidas. La primera, por ser un "parche que no soluciona el problema que existe en la industria" y la segunda, por promover a la "precarización, que en otros tiempos se llamaba pasantías".
La medida será efectiva si se consigue que no se profundicen los despidos que ya se estuvieron produciendo en algunos sectores. Pero también será positiva si no es utilizada con la picardía que pueden llegar a usar los empresarios para beneficiarse a costa del Estado, como los directivos de la gráfica Donnelly, que buscaron asistencia financiera cuando no podían justificarla con los números

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