viernes, 30 de octubre de 2015

Pueblo y corazón: dos palabras, un destino Por Pedro Patzer

Hubo un tiempo en que la política desterró de su discurso a la palabra pueblo y en que la poesía exilió de su arte al término corazón: ¿Se puede hacer política sin el pueblo? ¿Se puede hacer poesía sin el corazón? La poesía es el corazón del pueblo, el pueblo es el corazón de la política.

Ningún diccionario indica que la palabra pueblo es sinónimo del vocablo corazón, como ninguna escuela jamás enseña a atravesar con dignidad la tristeza del anochecer de domingo, o devela el nombre exacto del hombre barbudo que siempre aparece retratado en alguna nube.

Que la poesía haya dejado a un lado al corazón, es tan insólito como si el sistema solar negara el protagonismo natural del sol. También es cierto, que muchos fariseos de las letras quisieron hacer de la poesía un objeto exclusivo, sólo para entendidos, y la traficaron en el mercado negro de las palabras. La poesía como objeto de lujo no necesita corazón; la poesía como arma de los desesperados, requiere fundamentalmente del corazón. El corazón es el pan del poema de los afiebrados, el corazón es el agua de las palabras de los sedientos, y el poeta es el biógrafo del corazón humano.

Lo mismo con el término pueblo. Hay políticos (o facinerosos que se hacen llamar políticos) que jamás conseguirán alcanzar la palabra pueblo. Ellos lo saben, por eso la reemplazan por los términos: gente, ciudadanos o vecinos. ¿Se imaginan a un líder revolucionario arengando a los “vecinos”? El vocablo pueblo huele a las ollas herrumbrosas, a hachas desdentadas, a mesas desnudas, a guitarras impacientes y cajas desesperadas.

Las palabras pueblo y corazón han caminado juntas desde que el espíritu humano alcanzara el lenguaje:

El vocablo "corazón" aparece 873 veces en la Biblia, muchas de ellas aliada al término pueblo:

“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8)

Homero describe en La Iliada: “Aquiles convocó al pueblo al ágora: se lo puso en el corazón”
Shakespeare en Julio César, le hace decir a Bruto: “¿Sabéis hasta qué punto puede conmoverse el pueblo con sus palabras? ¡Mí corazón está ahí, en ese féretro, con César...”

La cultura popular se ha encargado de difundir esta alianza entre las palabras pueblo y corazón: “Oigo las voces del pueblo que cantó mejor que yo” escribió Yupanqui, el mismo que urdiera: “Lo que dentra a la cabeza/ de la cabeza se va .Lo que dentra al corazón se queda y no se va mas...”

Rafael Amor, le habla al pueblo cuando afirma: “Te han sitiado corazón y esperan tu renuncia/ los únicos vencidos corazón, son los que no luchan”

Juan Gelman, en su célebre libro Gotán, advierte : “abrió el pecho y sacándose/ los alrededores de su corazón,/ agitaba violentamente a una mujer,/ volaba locamente por el techo del mundo/ y los pueblos ardían, las banderas”

El imprescindible Neruda, en su Canto General, sentencia: “Está mi corazón en esta lucha. Mi pueblo vencerá”

Cuando una sociedad le teme a las palabras pueblo y corazón se vuelve parecida a sus miedos: comienza a justificar la muerte de su ángel; contribuye, con un párrafo más, a la carta suicida del mundo; coloca las fajas de clausuras del horizonte; multiplica a los predicadores de la vida chiquita, suma otro alarido al oscuro rugido de la Historia.
Extraído del libro “Aguafuertes Provincianas” de Pedro Patzer (Ediciones Corregidor)

Pan y Cielo, el blog de Pedro Patzer
www.pedropatzer.blogspot.com.ar
 

El discurso ganador Por Javier Schurman

Aunque a nivel nacional el Frente para la Victoria consiguió más votos que la alianza Cambiemos, es el frente que lidera Mauricio Macri el que quedó mejor parado.

Aunque a nivel nacional el Frente para la Victoria consiguió más votos que la alianza Cambiemos, es el frente que lidera Mauricio Macri el que quedó mejor parado. "Ganó Macri", se escucha y lee en los análisis de los especialistas y de los comunes. Y ganó, es verdad, políticamente, porque entendió cuál es el mejor discurso, cuál es la receta para seducir al electorado. Aunque no haya querido nunca llevar adelante esa receta.

Ganó -siempre con este concepto de sensación de triunfo- porque entendió que "en los países civilizados con democracias de fuerte intensidad, los adversarios discuten y disienten cooperando".

Entendió que hay que "construir políticas de Estado a largo plazo, para de esa manera crear futuro y generar tranquilidad".

Ganó porque "el pueblo ha marcado una fuerte opción por el futuro y el cambio".

Porque -parece- "se trata de cambiar, no de destruir. Se trata de sumar cambios, no de dividir". Se trata, además, de reconciliación: "Hay que reconciliar a la política, a las instituciones y al gobierno, con la sociedad."
¿Mirarse el ombligo? "No se trata de cerrarse al mundo", comprendió Macri para terminar el domingo con una revolución de alegría. "Se trata, entonces, de hacer nacer una Argentina (...) donde los hijos puedan aspirar a vivir mejor que sus padres".

Ganó Macri, o eso se percibe en las calles, porque (aunque con otras palabras) prometió "cambio responsable, calidad institucional, fortalecimiento del rol de las instituciones con apego a la Constitución y a la ley".

Ganó porque entendió que "el Estado debe ser esclavo de la ley para enfrentar el delito". Y porque demandó "la paz social, el respeto a la ley, a la defensa de la vida". Y, desde ya, también una "real seguridad jurídica".

Ganó, también, porque tiene claro que "el país no puede (...) recurrir a la emisión de moneda sin control".

Ganó Macri, o al menos ganó en el sentir de muchas personas, porque su proyecto "convoca a todos y a cada uno de los ciudadanos argentinos, por encima y por fuera de los alineamientos partidarios, a poner manos a la obra en este trabajo de refundar la Patria".

Porque tiene claro que "atrás quedó el tiempo de los líderes predestinados, los fundamentalistas, los mesiánicos". Y porque transmitió que cada uno debe hacerse cargo de su futuro.

Porque tuvo claro que "pensando diferente y respetando las diversidades, la inmensa y absoluta mayoría de los argentinos queremos lo mismo aunque pensemos distinto". ¿Qué es lo mismo? ¿Qué es lo que se quiere? "Enfrentar con plenitud el desafío del cambio". Porque "cambio es el nombre del futuro".

“Ganó” Macri, ganó el PRO, ganó Cambiemos, o todo el mundo parece haber visto eso, y lo hizo transmitiendo ese mensaje. Un mensaje que no le pertenece, porque no lo siente, no le es propio, no lo armó su equipo de campaña, ni sus guionistas. Esas palabras, cada una de las citas textuales que aparecen en esta nota, pertenecen al discurso de Néstor Kirchner el día que asumió la presidencia, el 25 de mayo de 2003, y que de alguna manera fueron la base del primer gobierno kirchnerista. El alcalde porteño -o su equipo de comunicación- adaptó esas palabras y las llevó a su campaña, las hizo parecer suyas para seducir a un electorado al que no llegaba. Y llegó.

Esa es tal vez una de las grandes victorias de Mauricio Macri, la comunicacional. Y una derrota pesada, difícil de digerir, para el kirchnerismo.

iNFO|news

Hablarles a unos para decirles a otros

Ante el inédito escenario de ballotage, la estrategia política del Frente para la Victoria no debe centrarse exclusivamente en captar aquellos votos que le han sido esquivos. Quizá sea más efectivo decirle algo a algunos pero hablándoles a otros.

Por Raúl Lemos*

Finalmente estamos en ballotage con la hegemonía kirchnerista seriamente cuestionada, y aunque cueste creerlo la fuerza insinuada para suplantarla es el Pro de Mauricio Macri.

Se escucha por estos días que se hizo mal en subestimar la imagen de Macri, que es como una forma de decir que para la política tan palurdo no es.

Lo que interesa es determinar con la suficiente aproximación qué es lo que ha conectado hasta ahora al jefe del Pro con la parte de la sociedad que lo votó o que eventualmente podría hacerlo.

En la consideración acerca de la visualización de un dirigente en su potencialidad como futuro presidente, intervienen dos aspectos estructurales y por ende constitutivos. El primero, concierne a las condiciones personales del sujeto- candidato, o al menos a algunas de ellas, sin las cuáles este no sería objeto de ese interés por parte del sector social que lo elige. El segundo, se refiere a la índole del interés de ese sector que lo ha impulsado a ese lugar en expectativa.

Es decir, la elección de una persona para cumplir, como en este caso, el rol de conductor de un país se compone necesaria e invariablemente de dos aspectos que se alimentan recíprocamente.

En este contexto, la adjudicación del mote de palurdo o alguno similar se relativiza, pues se puede dar que más allá de esa imagen, a quienes deciden ungirlo solo les interese para la construcción de sentido que como bloque social hacen, solamente algunos aspectos de ese dirigente al que erigen como líder.

En este último sentido, quedó demostrado por la localización del voto del Pro la clara preferencia de las clases medias y medias más altas de las grandes y medianas concentraciones humanas, quizá similar a la que tuvo Carlos Menem para ganar la primera vuelta del 2003 frente a Néstor Kirchner.

Ese sector de la sociedad, y para expresarlo con crudeza, no centra su atención principal en las significativas conquistas sociales que mejoraron la vida de los sectores más humildes, ni la instalación de la política como eje principal de las decisiones, ni todos los avances en ciencia y tecnología como haber colocado dos satélites en órbita y muchísimo menos la política de derechos humanos de este gobierno, para citar solamente algunos de los logros más significativos. Tampoco acreditan a favor de este gobierno la condición de garante de la vigencia a futuro de las paritarias nacionales, y en cambio sí le enrostran ser el culpable de la merma en su evolución económica, pues no les permite adquirir dólares de manera irrestricta.

El sujeto medio que integra este colectivo, no necesita lo que otros sectores valoran como virtud en un dirigente político, y por tanto, si alguna ves pueden haber apoyado a un Alfonsín o un Kirchner o una Cristina Fernández, es exclusiva y excluyentemente porque en algo le convenía a su interés de clase, aunque tan sólo fuera la gobernabilidad. No son valiosas, en orden a su predilección electoral, las virtudes superiores de liderazgo para emprender una epopeya, como las que, con mayor o menor éxito, tuvieron que emprender los nombrados en la nueva etapa democrática para poder asumir la tarea de reconstruir un país desde su ruina económica, política y social.

En cambio, si les interesa que el líder que eligen sea un nombre de negocios, haya sido eficaz para administrar el club de fútbol con mayor cantidad de hinchas, y principalmente la condición de ser un hombre del poder real, es decir, el económico. Porque ese valor es el que está en la cúspide del deseo de estos sectores: su realización como ser humano mediante la posesión de bienes, bien sea para gozarlos, bien sea para exhibirlos.

Si se miran nuevamente los porcentajes en que quedó dividido el electorado se verifica que éste es un sector minoritario de un 34,33 % frente al restante 65,67 % que, a juzgar por el núcleo de ideas que votaron cada uno un su respectivo estrato partidario, no comparten la radicalización confrontativa de las posiciones neoliberales de Cambiemos, aunque hayan sido desmentidas desde la noche de las Paso, pero sin quererlo pueden quedar muchos arrastrados hacia ellas. Por tanto, se impone una estrategia de disección entre unos y otros. Los unos son los descriptos, los otros son principalmente los que el Frente Renovador le sustrajo al denominado campo popular y que aún sin un sentido de pertenencia tan cerrada al mismo, tampoco comparten en toda su extensión aquella escala de valores y difícilmente quieran asumir el riesgo de volver al pasado de los noventa.

La pregunta es ¿cuál es la manera más efectiva para que se opere una depuración en la masa votante que haga que cada sector elija con objetiva aproximación a su interés?

El comienzo de esta nota centrada en la figura del líder del Pro y en las características del sector social que lo sigue, iba en la dirección de esa respuesta. ¿Por qué? Porque en principio, y a pesar de lo incontrastablemente realizado y fehacientemente comunicado por este Gobierno en comparación con cualquier otro de la democracia, la prédica acerca de la bobería de Macri y su entorno no ha tenido éxito. Pues precisamente, más allá de ser esa una condición real o fingida del sujeto en cuestión, lo que predomina en este caso es el interés de quienes lo siguen y lo elijen para su finalidad. No sólo los políticos usan a la gente, a veces, para inconfesables intereses; la sociedad también sabe hacerlo, sólo que es perfectamente legítimo y validado por la democracia.

Aunque suene ingenuo, a quien hay que interpelar fuertemente es al sector social que lo apoya para que reflexione en su intención, y si no que se haga a cargo del desastre al que con su interés individual de clase está dispuesto a llevar al país. ¿Para qué? ¿Para hacerlos cambiar de parecer? Con mucha suerte a algunos, pero ese no es el objetivo principal de la interpelación, sino el de mostrarle al resto, especialmente a los votos peronistas del Frente Renovador, cuál es el camino al que podrían estar siendo conducidos sin advertirlo y que tienen muchas más cosas que los alejan del Pro que del Frente para la Victoria, al que muchos ya deben haber votado. Pero para ello es necesario elaborar un mensaje específico dirigido a la base social del Pro, en lugar de seguir haciendo eje en la bobería de su dirigencia que, claro está, no dio resultado, pues el detrimento para la mayoría que implica el mero interés de clase que detentan queda oculto detrás de los globos amarillos que flotan en el aire mientras ellos danzan. Y esa escena es la que impacta más que mil críticas en las miradas de los ajenos a ese juego que ahora hay que convencer.

Y tampoco centrarse exclusivamente en captar esos votos que le han sido esquivos al proyecto popular de una base también peronista, pues naturalmente alertados de ello como a cualquiera que lo buscan para pedirle algo, es muy probable se los encuentre a la defensiva en consonancia con las operaciones y puestas en escena realizadas desde la cúpula del Frente Renovador para llevar agua a su molino, con prescindencia del objetivo superior.

Por ello, quizá sea más efectivo decirle algo a algunos pero hablándoles a otros.

Buenos Aires, 29 de octubre de 2015

* Miembro fundador e integrante de la Mesa Provincial del Partido Solidaridad e Igualdad.

Fantasías y fantasmas Por Adrián Murano




Por Adrián Murano

Jaime Duran Barba le enseñó a Mauricio Macri algo que el peronismo sabe desde siempre: el voto es un acto más emotivo que racional. Se vota como se siente. Y es evidente que, luego de 12 años de gestión intensa, muchos argentinos sienten la necesidad de meter "un cambio". Pero ¿cuál?

La destreza de la campaña diseñada por el ecuatoriano fue patentar el concepto –bautizó Cambiemos a la alianza PRO-UCR-, y dejar puntos suspensivos para que cada votante lo rellene a gusto. Por eso, entre los votantes de Macri hay quienes quieren que se mantengan muchas políticas del kirchnerismo, pero que "cambien" las formas: menos interpelación, conflicto, reto, grito en la tele. Hay, también, gente que detesta la política de Derechos Humanos del gobierno e intuye que el "cambio" que propone el ingeniero es volver a la impunidad. Los trabajadores de altos ingresos que votan al PRO suponen que eliminará el Impuesto a las Ganancias; los chacareros, que venderán a precios internacionales; los importadores que se reducirán los aranceles y los exportadores que se suprimirán las retenciones.

Muchos de esos cambios deseados son contradictorios entre sí. Y tienen daños colaterales ¿Cuáles complacerá Macri? Imposible saberlo de su boca, porque, como confesó Federico Sturzenegger, Duran Barba los adiestró para que no den precisiones sobre lo que piensan hacer. Se puede tomar como referencia la gestión del PRO en la Ciudad, tratar de decodificar las pocas definiciones del candidato, rastrear antecedentes de sus asesores para forjar un pronóstico, pero nada de eso neutralizará la idea ya instalada de que Macri encarna un "cambio". En eso, Duran Barba ya ganó.

Pero la competencia que viene tiene poco y nada que ver con la que pasó. En tres semanas, iremos a las urnas, ahora sí, para elegir el futuro. Los argentinos no tenemos experiencia en balotaje, pero los antecedentes de otras latitudes indican que, frente a una decisión tan crucial, el voto se vuelve más racional que emocional. Los ciudadanos exigen precisiones sobre qué, y cómo, los candidatos se proponen hacer lo que dicen que van a hacer. También es de esperar que ingresen a escena fantasmas que hasta ahora aguardaron en bambalinas. A Scioli, por caso, lo acechan las dudas sobre su pericia como administrador. Con Macri sobrevuela el espectro de la Alianza, un intento de gobierno coalicionista que terminó con el país en llamas.

Protagonista de aquella experiencia trágica, el radicalismo intentó tapar rápido ese agujero en la estrategia PRO: "No pasará con Cambiemos lo que pasó con la Alianza", dijo ayer el presidente de la UCR, Ernesto Sanz. No precisó por qué ahora será distinto a lo que fue. Como enseñó Duran Barba, es cuestión de creer o reventar. En este caso, quizá, literalmente.

iNFO|news


 

DAIA emprendió causa penal al periodista Carlos Aznárez


El periodista Carlos Aznárez denunció que la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) le emprendió una causa penal por condenar los ataques militares israelíes a los Territorios palestinos. Por ello, agregó, está en riesgo de una violación de su correspondencia electrónica personal.

El periodista dirige Resumen Latinoamericano, un portal en internet que cuenta además con versiones de programas radiales y televisivos.

En una carta con su firma, reportó que a raíz de su condena a los ataques a palestinos por parte de las fuerzas armadas de Israel, y en especial por las víctimas civiles que causan, recibió una advertencia de la empresa Google, que le informó que por la acción judicial de la DAIA deberá darle al juzgado acceso a todos sus correos.

El hecho representa una violación abierto a los derechos personales de Aznárez pero además impacta de lleno en el derecho a expresar opiniones y en el de buscar y difundir informaciones.

El texto completo de la carta enviada por el periodista es el siguiente:

“La DAIA abre una causa penal contra el Director de ‘Resumen Latinoamericano’ por ser solidario con el pueblo palestino

Por Carlos Aznárez

Esta vez me toca escribir en primera persona ya que, como director -desde hace 22 años- de la plataforma comunicacional “Resumen Latinoamericano” (periódico, radio y TV) me veo lamentablemente inserto en una acción contra el derecho a opinar, a informar y a manifestarme, que está explícitamente amparado por la Constitución Nacional.

¿Cómo comenzó todo? Días atrás, recibí en mi casilla de correos un mail de la empresa Google (escrito en inglés) en el que me informaba que “en el plazo de diez días” Google debería facilitar el acceso a todos mis correos, en función de una intimación formulada por el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal, Contravencional y de Faltas N. 28 donde está radicada la causa Causa N. 7271/15. De esta singular manera me enteré de un increíble atropello a mi privacidad como periodista ya que se trata de los correos que habitualmente utilizo para intercambiar información con otros colegas o con diferentes medios de comunicación, amén de las lógicas direcciones personales que cualquiera pueda tener en su casilla. Dicha intromisión se basa en una denuncia penal formulada por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), que me acusa lisa y llanamente por ser solidario con el pueblo palestino.

La DAIA y sus abogados, se personaron ante la Fiscalía Nº 25 para acusarme de “organización y propaganda discriminatoria” , blandiendo el argumento del “antisemitismo”. Las razones esgrimidas para tamaño procedimiento son más que burdas y me ofenden como ciudadano y como periodista.

La DAIA se refiere a mi participación en una actividad solidaria con el pueblo palestino en agosto del año 2014, cuando toneladas de bombas israelíes caían sobre Gaza y provocaban miles de muertos inocentes -con un alto porcentaje de niños y niñas- entre la población de esa ciudad, así como hoy ocurre en Cisjordania. En esa ocasión, como en tantas otras, debido a mi tarea profesional, ejercida tanto en el periódico Resumen Latinoamericano como colaborando con los canales internacionales Russian Today, Hispan TV y ALBA TV, me tocó cubrir periodísticamente las alternativas del acto y además fui invitado a expresar mi opinión sobre lo que venía ocurriendo en Gaza.

Sólo el hecho de estar allí presente junto a otros argentinos y argentinas, describiendo crudamente lo que estaba ocurriendo en Gaza y en todo el territorio palestino, parece resultar un delito para mis acusadores, y por ello tratan de enjuiciarme, solicitando una pena carcelaria, para de esta manera poner en marcha una abierta persecución al derecho de información, expresión y opinión.

Es por todo ello, que quiero DENUNCIAR este grave atropello contra mi persona y el medio que represento, al que indudablemente se intenta discriminar y cercenar en su función informativa”.

Fuente: Comunicadores de Argentina (COMUNA)

“Siempre voy a respetar la voluntad popular”

En su primera aparición pública tras las elecciones del domingo pasado, la presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, aclaró que ésta había sido “una semana muy especial” porque el lunes había viajado a su tierra, Santa Cruz, al cumplirse el quinto aniversario de la muerte de su antecesor, reivindicó al sistema electoral nacional por la transparencia de los comicios, “el mismo que le dio la oportunidad a Hipólito Irigoyen de ser dos veces presidente de la República, a Perón tres, y que permitió elegir a Raúl Alfonsín”, y felicitó a la electa gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y a su esposo, elegido intendente de Morón. Recordó que durante sus dos mandatos se aprobaron 867 leyes y solo vetó 3, y advirtió que “no se puede someter a la democracia y a la imagen de nuestro país como si fuéramos un país de fraudulentos”. Más adelante ratificó que el Frente para la Victoria se presentará al ballottage, y subrayó que cada candidato "representa un modelo de país y de políticas" distintas. Acerca del debate presidencial, aseguró que le gustaría que "ese debate estuviera signado no solo por las palabras sino que estuviera apoyado en el pasado reciente, porque no vale decir que 'hoy estamos de acuerdo' cuando hace poco estaban en desacuerdo". Acto seguido se refirió a las declaraciones de la compañera de fórmula de Mauricio Macri, Gabriela Michetti, quien dijo que se arrepentía de no haber votado la ley del matrimonio igualitario cuando era legisladora y se preguntó si cuando fuera vicepresidenta, en caso de que Cambiemos ganara las elecciones, se "seguiría arrepintiendo de no hacer otras cosas?". Hacía el interior de su propia fuerza política, instó a todos los militantes a dejar de lado las internas: "Es verdad que no todos somos iguales dentro de nuestro espacio, pero representamos el mismo proyecto político".

Cristina Kirchner recordó que durante el ballottage los argentinos no tendrán que decidir solo entre uno u otro candidato a presidente sino que "elegirán un modelo de país", y remarcó que durante los 12 años de gestión kirchnerista los ciudadanos han "recuperado derechos". "Nuestra fuerza política ahora tiene que ir al ballottage. ¿Qué significa este ir y elegir un nuevo presidente?,¿es solo ir y elegir uno nuevo? Creo que no", sostuvo la mandataria.

"Un presidente no representa solo eso, también representa un modelo de país y políticas de un país. Las políticas que hemos desarrollado estos 12 años, han permitido recuperar derechos para los argentinos", enfatizó. Tras la entrega de certificados de créditos de los programas Pymes y Fondear, y de mantener videoconferencias con el partido bonaerense de San Miguel, las ciudades de Córdoba y La Falda y la ciudad de Buenos Aires, la mandataria reivindicó al sistema electoral nacional utilizado en los comicios del domingo último y destacó su "transparencia y eficiencia", pese al "clima previo de fraude". Calificó de "curioso" que "cuando los resultados son mejores de lo esperado, para algunos no hay denuncias de fraude", en referencia a la oposición, y concluyó que "entonces no era un problema del sistema electoral, sino que no tenían seguridad de cómo les iba a ir".

Durante su discurso, la mandataria felicitó a la electa gobernadora de Buenos Aires por su triunfo del domingo y por haberse consagrado la primera mandataria mujer de la provincia, una de las cinco que estarán al frente de una gobernación a partir del 10 de diciembre.

Cristina destacó que el próximo 22 de noviembre "por primera vez Argentina va a ir a un ballottage" y destacó que a diferencia de lo sucedido en 2003, cuando Néstor Kirchner y Carlos Menem debían medirse en segunda vuelta, "esta vez no va a haber frustración". "Vamos a ir al ballottage porque somos una fuerza democrática".

Poco antes, la Presidenta dejó inaugurado el Archivo Histórico de RTA y el mural del artista plástico Daniel Santoro en el hall central de la TV Pública, entre otros emprendimientos. En el mismo acto, la mandataria presentó el proyecto Bosques Nativos y Comunidad, con el propósito de estimular a las economías del norte, promoviendo la recuperación y uso sostenible del patrimonio forestal. Además se entregaron créditos FONAPYME y cuatro FONDYF a pequeñas y medianas empresas por $ 30 millones, y se inauguró el Centro de Investigación y Desarrollo en Inmunología y Enfermedades Infecciosas (CIDIE) en la ciudad de Córdoba. De la misma manera se dio el puntapié inicial a las obras de restauración y puesta en valor del Museo Arqueológico Ambato de La Falda. Por último, la empresa IPH presentó la ampliación de su planta de cables de acero en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, en la que invirtió 16 millones de pesos.
 

Massa sólo puede ser Carrió Por Diego Genoud

Incluso si Mauricio Macri no hubiera hecho la formidable elección que hizo en la provincia de Buenos Aires y en todo el país, Sergio Massa no hubiera tenido otro camino. Más allá de sus 10 años como parte del activo kirchnerista, el creador del Frente Renovador despegó en 2013 y no tenía –ni tiene- otra opción que apoyar al candidato de la oposición que busca clausurar el ensayo político de los últimos 12 años. Massa no precisa respaldar a Daniel Scioli para volver al peronismo del que nunca se fue. Gane quien gane, necesita consolidarse como parte de la etapa que viene. Su situación se parece en ese punto a la de la Elisa Carrió de 2003, que apoyó a Kirchner de cara a la segunda vuelta contra Menem que nunca se concretó. Lilita había sido una tenaz propagandista del antimenemismo y -aunque conocía más a Cristina que a su marido- no tenía forma de declararse prescindente en el balotaje. Carrió apoyó a Kirchner, pese a que se había sentido víctima de la campaña del voto útil que inició Clarín para respaldar al candidato que proponía Eduardo Duhalde.

Sin acreditar durante la última década una militancia anti-gobierno de la misma envergadura, Massa puede argumentar que enfrentó un operativo reeleccionista que pretendía forzar un tercer mandato de la Presidenta. Además puede desempolvar la alianza que firmó con Macri para eso, la misma que minimizó en 2014 y quiso reeditar sin éxito en 2015. Pero la jugada del ex intendente de Tigre consiste en dos movimientos: apoyar ahora a Macri para dejar atrás el pasado kirchnerista y acentuar después su perfil crítico del nuevo gobierno hasta convertirse en líder de la oposición que viene.

Guiado por Durán Barba y por su propio instinto, el jefe de gobierno porteño alentó las corrientes proscriptivas del Frente Cambiemos que truncaron una gran PASO opositora que incluyera a Massa. Macri no lo hacía sólo para cerrarle la puerta al pejotismo de los que “ya gobernaron”, sino también porque quería evitar una competencia directa prematura y más complicada que la de enfrentar a Lilita y a Ernesto Sanz. En pocas horas, el jefe de Gabinete de Cristina anunciará su decisión, pero su sendero político lo emparenta con la misma dirigente que durante los últimos dos años lo acusó de vínculos con el narcotráfico y lo fulminó con críticas. Todo indica que Massa seguirá su huella de cara al balotaje. Lo que no está claro es cuáles serán los plazos y las formas que adoptará después, para convertirse en opositor ante una eventual presidencia de Macri. Más allá del tono impostado de su discurso público, será difícil que logre igualar la virulencia y la creatividad que Carrió ejercitó durante los últimos 12 años a la vera del poder. 

iNFO|news