martes, 28 de abril de 2015

Con el diario del martes Por Mario Wainfeld

Las elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y Neuquén fueron seguramente las que concretaron más decisiones, dentro de la seguidilla que lleva cinco distritos. En Neuquén, porque es la primera que definió autoridades hasta 2019, sosteniendo la hegemonía del Movimiento Popular Neuquino (MPN). En la CABA por dos motivos. El primero es porque, aunque fueron Primarias Abiertas (PASO) y no generales, hubo internas en los tres partidos que acumularon cerca del 90 por ciento de los votos emitidos, o sea se ungieron candidatos y otros quedaron en el camino. Además, porque el caudal de votos del PRO y la diferencia respecto de ECO y del Frente para la Victoria (FpV) le abre a Horacio Rodríguez Larreta enormes posibilidades de suceder a su líder, Mauricio Macri. En eso, la Capital se asemejó a Salta. En el peso de las internas, superó a las demás.

El diario del lunes, reza el lugar común, informa con los hechos a la vista. El del martes debería poder analizarlos con algún detalle, extraer conclusiones generales, delinear escenarios jamás seguros pero sí sugestivos. Trataremos, centrándonos en la CABA.

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Macri consiguió todo a lo que aspiraba: conservar su alto nivel de voto histórico y que “Horacio” derrotara a la (semi) díscola Gabriela Michetti.

Martín Lousteau y sus aliados radicales o cívicos también cumplieron los objetivos: llegar segundos, superar al FpV, ilusionarse con la segunda vuelta.

El FpV, en el que Mariano Recalde sorteó fácilmente la interna, quedó detrás de sus pretensiones: tercero y con menos del 20 por ciento.

Empieza otra campaña, despejada de la multitud de partidos que no saltearon la valla del uno y medio por ciento de los votos válidos emitidos. Eran muchos, demasiados: dieciséis que sumaron el 6 por ciento de los votos. Mediáticamente dispersaban la atención, multiplicaban la oferta hasta el disparate. Ahora que restan cinco (los ya nombrados y dos de la izquierda) los pretendientes tendrán más visibilidad.

Lousteau y Recalde anunciaron su voluntad de llegar al ballottage. Cada uno arranca desde el pie o sea que no están iguales. Su desafío es traccionar nuevos votos, persuadir indecisos. La integración de la fórmula a jefe de Gobierno es una de las novedades disponibles, puede ser un recurso.

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Rodríguez Larreta es gran favorito aunque los partidos no se ganan antes de la pitada final. No es sencillo ni en la CABA ni en casi ningún sistema político del mundo, llegar a la mitad más uno de los votos en la primera vuelta. Nadie lo logró en las cuatro compulsas porteñas con ese sistema: ni Aníbal Ibarra en sus dos triunfos, ni Macri en los que obtuvo. Ibarra le pasó bien cerca: llegó al 49,13 en el año 2000 y su contrincante Domingo Cavallo renunció a la segunda vuelta, tras armar un escándalo infundado.

Aunque no venciera “de una”, el historial de PRO lo posiciona envidiablemente bien. Un implícito que acompaña las ambiciones de ECO y el FpV es que merme el caudal del PRO. La tendencia habitual es que los ganadores atraen más de lo que se mellan... como todo, puede fallar en una minoría de casos. El veredicto popular fue drástico, habilitando más al optimismo de la voluntad que a las ilusiones excesivas.

Lousteau tratará de succionar votos que fueron anteayer a Gabriela Michetti. No es tan simple, en grandes números. Una complicación para intentarlo es que ECO y PRO son aliados a nivel nacional lo que lo fuerza a edulcorar su discurso. “Gabriela” padeció el condicionamiento en su pugna con “Horacio”.

Recalde adelantó su táctica: polarizar contra el PRO, en función de la diferencia de proyectos. Ubicarse en esa postura es sencillo, lógico, casi jugada única. Conseguir imantar votos es más trabajoso.

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El resultado tonifica al PRO al que el kirchnerismo debería mirar con más atención y menos prejuicios. Entre otros motivos porque todo cambia en este mundo, incluyendo los adversarios.

Una fuerza de derecha o centroderecha en democracia no es un antagonista fuerte (sólo) por su ideología o su discurso. Si así fuera, los principales adversarios del oficialismo nacional serían, exagerando un cachito, Cecilia Pando o Alejandro Biondini. Los rivales dignos de atención, cuando se juega según las reglas democráticas, son los que tienen potencial electoral. Las huestes de Macri han crecido en ese aspecto, no tanto como pretende la Vulgata mediática que ya las endiosa, pero más de lo que suponen algunas interpretaciones K.

El PRO supo ser un partido provincial, sin arraigo más allá de la avenida General Paz. Hoy día está más expandido. Peleó palmo a palmo la gobernación santafesina en 2011 y ahora podría arrebatársela a los socialistas. Sin entrar en encuestas pocos fiables o en pronósticos rotundos: en trazo rústico le asisten un cincuenta por ciento de las chances, demarcadas por las PASO. En Córdoba, sumándose a la fórmula dominada por el radicalismo, seguramente pulseará con el dominante delasotismo, que siempre es favorito de local.

Claro que el color amarillo no termina de cubrir el suelo patrio. La provincia de Buenos Aires, enorme y decisiva, es casi un erial para el PRO; la precandidatura de la vicejefa porteña María Eugenia Vidal podría ser un chiste de Barcelona.

Sería poco serio trazar un mapa exhaustivo de la implantación territorial de PRO, provincia por provincia. Sin entrar en detalles, deshoja la margarita con suerte diversa: muchos distritos le dan poquito o nada. De cualquier manera, va por su tercer mandato en la CABA, tiene chances en otra de las cuatro provincias con más votantes... creció.

Cualquiera, uno mismo, puede asombrarse, enfadarse o mirar irónico cómo festejan los dirigentes de camiseta amarilla: los pasos de baile, los karaokes, hasta los trencitos. Pero su partido ya no es un club social de gente caprichosa: tiene disciplina, cuadros fogueados (anche peronistas), funcionarios con rodaje, hasta militantes, produjo una interna dinámica y masiva que ganó el pollo de su líder.

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Uno de los karmas de cualquier candidato, similar al de los DT de la Selección de fútbol, es que “cualquiera” le explica lo que tiene que hacer. El “coaching” tienta a militantes, académicos sin rodaje político, parientes lejanos, tacheros y periodistas, sólo para empezar. No caeremos en esa tentación... del todo. Sólo puntualizar que los candidatos del FpV no deben descansar en demasiados lugares comunes de sus compañeros.

Recalde dijo bien, en su difícil discurso del domingo, que el kirchnerismo no es testimonial: su afán es disputar el poder. Ese si no abarca el hostil suelo porteño. Para el peronismo es esquivo, la historia lo comprueba. Pero el propio FpV tuvo performances más propicias que anteayer. Daniel Filmus llegó al 27 por ciento hace cuatro años, en pos del Ejecutivo local. La presidenta Cristina Kirchner ganó ese mismo año. Es infrecuente (muy), no es imposible.

Revisar qué y cómo se hizo es una tarea que apremia a los candidatos y equipos de campaña. A título de opinión, ya formulada de antemano, este cronista cree que la pluri oferta de listas superó cualquier criterio sensato, se tornó ininteligible aun para los avisados. No existen siete propuestas distintas nacionales y populares para la CABA. La proliferación obedeció a la falta de acuerdos, a voluntades personales, a falta de muñeca en el cierre o a faccionalismo. O a varios de esos factores mezclados. Imposible saber si sumó o restó, científicamente. Este escriba olfatea que, al confundir, tiraba para abajo.

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Eso es pasado, claro. El presente a observar sin anteojeras incluye el modo en que se repartió el voto en las comunas porteñas, que pintan una semblanza social digna de ser atendida y pensada. El macrismo ganó en todas con amplitud, no es bicoca ni expresa un playo clasismo de ricos. Criticar a una supuesta clase media inmutable, insensible y sin matices es un falso jauretchismo, a menudo practicado por personas de clase media. Jauretche era más agudo, lástima que se lo cite mal y se lo entienda peor. El discurso kirchnerista se empaca y hasta se obsesiona con el desdén del macrismo hacia el Sur y los barrios más humildes. Sin embargo, en la Comuna 8 (Soldati, Villa Riachuelo, Lugano) el PRO empató la media de toda la Ciudad. El FpV mejoró su porcentaje y salió segundo, aunque con muchos menos sufragios que dos años atrás.

Entre esos márgenes transita la política: entre lo que se tiene y lo virtual alcanzable... o lo que se alcanzó y no se conserva.

Pensar en un electorado pétreo, inamovible contradice el credo peronista, la lógica de cualquier fuerza que quiera ganar las elecciones y los precedentes de poco tiempo atrás. Pintar el mundo en blanco y negro por ahí es facilongo, por ahí sirve de consuelo... no refleja la realidad.

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Las elecciones, instancia suprema del sistema democrático, ayudan a entender las demandas sociales, los “climas de opinión”, las tendencias. Saber descifrarlas es un imperativo sobre todo para quienes “piden” el voto o quienes están legitimados por él. En un año histórico por definición las votaciones en cascada (un exceso) son una oportunidad insuperable. Sigamos participando.

mwainfeld@pagina12.com.ar
 

Dilemas porteños Por Felipe Yapur

Los especialistas electorales vienen repitiendo que los oficialismos tienden a mantenerse porque, en general, estas sociedades no se arriesgan a un cambio. La ciudad de Buenos Aires no parece ser la excepción. El lento escrutinio confirmaba que el PRO continúa siendo el favorito de los porteños. Lo extraño, o si se quiere paradójico, es que esta es una de las ciudades que más se benefició con el modelo que lleva adelante el kirchnerismo desde 2003, pero que prefiere un partido de corte liberal-conservador para ser gobernada.

¿Sería alocado pensar que se trata de un pueblo, el porteño, que está dispuesto a retroceder en contra de su propia conveniencia? Porque una cosa es mantener al frente de la jefatura de Gobierno porteño a un partido liberal como el PRO, que sube impuestos, se endeuda en dólares y dejó en el olvido el sueño de construir 10 kilómetros de subte por año, con un gobierno nacional como el de Cristina Kirchner, que apuesta al desarrollo industrial, pleno empleo, recuperación de derechos y reconocimientos de otros nuevos, más una política social de inclusión.

Ahora bien, muy diferente será la historia si hacia fin de año los argentinos, por caso, prefieren a Macri en la Rosada porque la ciudad ya no contaría con ese modelo de país que hoy goza (y/o usufructua).

La disputa por el segundo puesto está entre Martín Lousteau, de ECO, con el más votado del FPV, Mariano Recalde. Al cierre de esta edición, lo que hace más volátil este análisis, la diferencia era escasa pero todo indicaba que se mantendría constante. Ahora bien, el dato que surge del caudal de votos que estaba recibiendo ECO era que una vez más las preferencias volvían a inclinarse por una fuerza también de corte liberal. Y es que ECO tiene la bendición y hasta un candidato a vicejefe de Elisa Carrió, la promotora del acuerdo con Macri que terminó por arrastrar a la UCR a este entente multicolor heterogéneo que se presenta como un fuerte competidor para las presidenciales.

Para el FPV queda el dilema de si era conveniente ofrecer un abanico tan amplio de precandidatos. No está claro, pero puede tomarse esta jornada electoral como un caso testigo para las PASO presidenciales. Lo que sí surge es que el que se impuso es el candidato que tiene el visto bueno presidencial y que tuvo un buen desempeño en uno de los distritos más refractarios al FPV. No es poco y, como ocurrió en Mendoza, la posibilidad de quedarse con el segundo puesto en las generales de julio no está para nada lejano. Sólo será necesario redoblar esfuerzos, conquistar aquellos votos que optaron por fuerzas menores y trabajar, como dijo el ministro de Economía, Axel Kicillof, “trabajar codo a codo y más unidos que nunca”. Ahí está el gran desafío.

iNFO|news


LUEGO DEL TRIUNFO EN LAS PASO PORTEñAS, MACRI DESCARTO EL ARMADO DE UN FRENTE UNICO OPOSITOR “Massa es una interna dentro del peronismo”

Mauricio Macri, dio ayer una conferencia de prensa en el hotel Sheraton junto a los candidatos en la Ciudad.

El jefe de Gobierno porteño desvirtuó la posibilidad de un armado único. Ahora apunta a polarizar con el oficialismo y apuntalar las posibilidades de su candidata bonaerense. Aseguró que ya tiene decidido quién será su vice.

Por Werner Pertot

Con la victoria en las PASO porteñas, Mauricio Macri lanzó su campaña presidencial. La apuntaló con una conferencia de prensa ayer por la mañana que compartió con su delfín y ganador de la interna del PRO, Horacio Rodríguez Larreta, y su compañero de fórmula, Diego Santilli. El jefe de Gobierno aprovechó para confirmar que no buscará un frente electoral que incluya a Sergio Massa, a quien volvió a recordarle su pasado kirchnerista. “Sergio Massa representa una interna dentro del peronismo”, sostuvo el líder del PRO, quien ya consiguió cerrarle la puerta a Massa en varios acuerdos provinciales. También dijo que no quiere hablar de su amistad con el gobernador bonaerense Daniel Scioli “a ver si la Presidenta me llama y me reta”. Además, Macri anunció que ya sabe quién será su compañero de fórmula, pero dijo que lo anunciará más adelante.

“Este es el primer acto de la campaña presidencial de Macri”, aclaró el secretario de Medios porteño, Miguel de Godoy, cuando el domingo a la noche el bunker PRO ya estallaba con globos y papel picado. Macri busca capitalizar los distintos éxitos electorales de aquí a agosto para dejar atrás a Massa, el último adversario opositor que queda en pie. A su vez, el macrismo intentará polarizar con el kirchnerismo, una jugada de manual.

La primera elección del año –las PASO en Salta– no ayudaron a esa estrategia (Macri no tuvo candidato a gobernador y apoyó a un candidato a intendente que perdió contra el de Massa), pero con el avance del calendario electoral el líder del PRO comenzó a sumar puntos: en las primarias de Santa Fe, Miguel Del Sel superó al Frente Progresista (por lo menos, con los votos que se contaron). En Mendoza, también se impuso su aliado radical, Alfredo Cornejo, en las PASO provinciales. Y las primarias porteñas pusieron al PRO al frente con un 47,34 por ciento entre los dos candidatos. Pero, además, se impuso el preferido por Macri, Larreta, sobre Gabriela Michetti, cuya victoria hubiera implicado un revés para el jefe de Gobierno, que se había jugado a fondo en la interna.

Los macristas imaginan que el calendario electoral que viene les seguirá trayendo malas noticias a Massa, al tiempo que el PRO se sigue posicionando. Por lo pronto, en la Ciudad el candidato de Massa, Guillermo Nielsen, no consiguió superar el piso de 1,5 por ciento de las PASO y ya no formará parte de la contienda para la primera vuelta del 5 de julio. En Santa Fe, los candidatos del Frente Renovador quedaron muy relegados en la contienda: cuartos detrás del kirchnerismo, el socialismo y el PRO. Los macristas confían en sacarle distancia a Massa con una victoria detrás de otra. Pero a la señal de largada fue, sin dudas, la primera aparición de Macri en el bunker del PRO porteño. De aquí en más, será todo campaña.
¿Tajaí Sergio?

El jefe de Gobierno puso en práctica de inmediato esta estrategia, en la conferencia de prensa que compartió con Larreta en el hotel Sheraton Libertador. “Sergio Massa representa una interna dentro del peronismo, representa una alternativa al propio kirchnerismo por parte de gente que gobernó, que fue parte de esta década, y en algunos casos de estos 25 años”, le enrostró Macri, quien suele recordar que Massa fue jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner para desperfilarlo de su rol opositor. “Hemos dicho más de una vez que no podemos seguir confiando nuestro futuro a aquellos que han gobernado estos 25 años y han cumplido muy poco”, reiteró el líder del PRO, quien descarta un acuerdo con Massa, con quien estuvo aliado en 2013 y, después, comenzó inexorablemente a competir por el mismo cargo.

“El cambio lo vamos a expresar nosotros junto a un montón de gente que se suma, que nunca había participado en política –recitó Macri el evangelio PRO–, pero con la alegría de que ha confluido un partido centenario como la UCR, más la Coalición Cívica de la doctora Carrió”.

El encargado de responderle desde el Frente Renovador fue el diputado Gilberto Alegre. “Esta es una constante que viene repitiendo Macri”, se quejó. “Es lamentable porque todo el espacio opositor tiene que crear un núcleo de coincidencias para ir a las PASO y que salga un representante para enfrentar al kirchnerismo”. “A cualquiera de las fuerzas de la oposición le va a resultar difícil conciliar los proyectos después de las PASO, sin un acuerdo previo”, argumentó el dirigente massista.
El vice

Macri jugó al misterio sobre su compañero de fórmula para la presidencial, un lugar que sigue vacante desde que Michetti se negó a ocupar ese rol y bajarse de la pelea porteña. El domingo, la ex vicejefa volvió a señalar que no será ella la que secunde al líder del PRO en la fórmula presidencial. Macri dijo que ya tiene a la persona: “Tenemos uno, pero lo vamos a comunicar en su momento. Sentimos que representa los valores que queremos representar”. En el macrismo, se mantuvo el hermetismo sobre quién puede ser el elegido, aunque el nombre del ex gobernador santafesino Carlos Reutemann figura en todas las listas de posibles candidatos.

En la conferencia, Macri también aprovechó para apuntarle a Scioli, a quien le ofreció un abrazo de oso. “Más allá de que es un amigo, que lo conozco hace 25 años, no me voy a meter a elegir dentro de la interna de ellos, a ver si la Presidenta me llama y me reta. Ellos lo elegirán, irán a las PASO, así que veremos dónde termina el tema”, lo desafió. En el comité de campaña del PRO señalan que la estrategia será apuntarle a la Presidenta y dejar a Scioli como una suerte de chirolita.

Por lo pronto, el procesado jefe de Gobierno va a seguir con recorridas por las distintas provincias y, sobre todo, en el conurbano, para fortalecer la candidatura a gobernadora bonaerense de la vicejefa porteña María Eugenia Vidal, que es una de sus principales preocupaciones del PRO. “Sentimos que en la provincia también hemos crecido muchísimo”, aseguró Macri, en pleno raíd existista.


Michetti se va de retiro

La senadora Gabriela Michetti resolvió hacer un retiro junto a su equipo de campaña en Mar del Plata para reflexionar sobre la derrota ante su eterno adversario Horacio Rodríguez Larreta. La dirigente aprovechará el fin de semana largo del 1º de Mayo para pensar cuál será su rol de ahora en más dentro del macrismo, como explicó en el bunker del PRO tras reconocer la victoria de su adversario. El encuentro será en el complejo Torres de Manantiales, propiedad del ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi. En su entorno, descartaron cualquier posibilidad de que Michetti abandone el partido. También advirtieron que quienes creen que éste es el final de la trayectoria política de Michetti no la conocen ni un poco.


Elogios de Hugo Moyano

El líder de la CGT opositora, Hugo Moyano, consideró que “el triunfo de Macri en las PASO porteñas expresa la voluntad de la gente; es un reconocimiento a la tarea desarrollada en la Ciudad y eso hay que respetar en democracia”. El elogio de Moyano al macrismo, que puede parecer sorpresivo, tiene su base en una serie de acuerdos que tejieron Moyano y Mauricio Macri en los últimos años que incluye en contrato de la basura –donde la Ciudad se endeudó para indemnizar a los recolectores que no iban a ser despedidos–, el de las grúas y la entrega de una zona al sur de la Ciudad para construir un centro de carga y descarga.

28/04/15 Página|12

Timerman renunció a la AMIA con duras críticas: “Hoy nos avergüenza”

A través de una carta, el canciller presentó su dimisión como miembro de la mutual israelita por considerar que tanto esta entidad como la DAIA obstaculizan la investigación del atentado de 1994.

El canciller Héctor Timerman presentó su renuncia como socio de la AMIA y le retiró a la DAIA el derecho de hablar en su nombre. El funcionario explicó su postura en que ambas instituciones con su "accionar obstruccionista" impiden el avance de la investigación del atentado ocurrido en 1994 "a la vez que alimentan, tal vez sin desearlo, campañas de quienes pretenden usar dicha tragedia para fines contrarios a los intereses a los nacionales".

En su misima dirigida al presidente de la entidad Leonardo Jmelnitzky, señaló que con las conversaciones mantenidas con los dirigentes queda en claro la intención de mantener la denuncia contra los sospechosos y al mismo tiempo boicotear toda posibildad de iniciar el juicio comenzando con obstaculizar los instrumentos de cooperación judicial acordados con Irán.

"He notado con desagrado que los referentes de la DAIA y la AMIA han vuelto a caer en la vulgar acusación que todo judío que critica su accionar, y no son pocos, sean tildados con el gastado argumento de ser "judios vergonzantes", afirmó.

Timerman recordó que en la audiencia ante Ia Cámara de Casación sobre la constitucionalidad del Memorándum de Entendimiento se presentaron dos organizaciones de familiares de victimas del atentado que se expresaron por la constitucionalidad de ese instrumento de cooperación judicial mientras la DAlA y la AMIA por la inconstitucionalidad. Al respecto, señaló: "¿No les llama la atención a dichos dirigentes estar en veredas opuestas a las victimas?, ¿también se adjudican su representación?. Fue una escena tan triste como ver desfilar por los medios del Grupo Clarin a cualquier dirigente de vuestras instituciones que desee vilpendiar la posibilidad de que se juzgue y castigue a los culpables del atentado".

Sostuvo que las victimas del atentado "nos interpelan a diario y lo seguirán haciendo mientras no se juzgue y castigue a los culpables". Al respecto, afirmó que "no es aceptable que su injusta muerte se convierta en una pieza de ajedrez de los intereses geopoliticos de otros paises o grupos partidarios locales. No los acuso a ustedes de montar una conspiración, los acuso de que vuestro silencio como dirigentes comunitarios valida que la escoria local e internacional utilice a las victimas para sus fines espurios".

"No alcanza con organizar actos una vez por año. No alcanza con reclamar justicia, menos alcanza con invitar oradores sinvergüenzas que se arrogan el derecho de definir traidores y leales, si al mismo tiempo la dirigencia comunitaria impide que avance la causa judicial", cuestionó Timerman.

Por último, recordó que ya hay un ex presidente de Ia DAlA procesado por encubrimiento del atentado. En ese sentido, indicó que "llegará el momento en que otros dirigentes también deberán rendir cuentas por su accionar ante la justicia, ante la historia, y ante las victimas que hoy dicen defender. Cuando ello ocurra no quiero que aleguen que hablaron en nombre mio, por eso renuncio como miembro de una organización de la cual supimos estar orgullosos y hoy nos avergüenza".

iNFO|news

La constitución de 1949 como producto histórico-cultural [1] Si cultura es poder, cultura nacional es poder nacional. Fermín Chávez

Por Francisco José Pestanha *
Raúl Scalabrini Ortiz manifestó en alguna oportunidad que los hombres siguen a los hombres, no a las ideas. Las ideas sin encarnación corporal humana constituyen entelequias que pueden disciplinar perfectamente a los filósofos, pero no a los pueblos. Ana Jaramillo, por su parte, refiriéndose a “La filosofía como historicismo” –la ponencia del filósofo e historiador italiano Benedetto Croce en el Primer Congreso Internacional de Filosofía, celebrado en Mendoza entre marzo y abril de 1949– sostiene en plena sintonía que tal proposición reafirma la identidad “entre la filosofía y la historia, y el rechazo a cualquier concepción metafísica o teologizante predeterminada o apriorística de la historia, como la hegeliana o la materialista, confirmando su planteo de la historia como hazaña de la libertad”.1

En el sentido scalabriniano preexpuesto, no cabe duda de que el clima epocal que antecedió a la sanción del texto constitucional de 1949 fue singular, no solamente por la inédita circulación y producción de ideas y obras emergidas de la cultura popular que se operó en toda Nuestra América, sino por la excelencia y el compromiso de mujeres y hombres concretos que encarnaron posteriormente muchas de aquellas aspiraciones para transformarlas en realizaciones especificas: “realidad efectiva”, como corea aún la marcha que identificó palmariamente el espíritu de aquel primer peronismo.

Cuando hablamos de cultura popular, hacemos referencia a la tesis central de Fermín Chávez en Historicismo e iluminismo en la cultura Argentina,2 donde el autor plantea la necesidad lisa y llana de crear un nuevo eje cultural, proponiendo firmemente en aquel entonces (1977) una ruptura radical con lo que consideraba la ideología de la dependencia –el iluminismo–, incorporada acríticamente en nuestra región y representada en aquel entonces por el liberalismo, el utilitarismo positivista y el dominio tecnocrático. Para el maestro entrerriano, las categorías centroeuropeas impuestas por el iluminismo en el siglo XIX ( europometrismo cultural) “no nos sirven: en realidad nunca nos sirvieron desde el punto de vista de una voluntad nacional autoconsciente”.

En su batallar anticolonialista, Chávez sostendrá que “desentrañar las ideologías de los sistemas centrales, en cuanto ellas representan fuerzas e instrumentos de dominación, es una de las tareas primordiales de los trabajadores de la cultura en las regiones de la periferia”. El autor asignará así, no a los académicos sino a los trabajadores de la cultura, una misión fundamental en lo que respecta al esclarecimiento de lo que en aquel entonces se conocía como mecanismos de tutelaje o coloniaje cultural: escindirse ideológicamente de los sistemas centrales que –en sus propias palabras– convivían en armónico connibium. Tal posición lo llevará a aseverar que “las crisis argentinas son primero ontológicas, después éticas, políticas, epistemológicas, y recién, por último, económicas”.

En el marco de esta postura que hace hincapié en el devenir histórico-cultural de los pueblos y en la potencia de la cultura popular para producir mecanismos autoconscientes, hemos sostenido en alguna oportunidad que la Constitución de 1949 será consecuencia de dos factores eminentes.

El primero es sin duda la inédita revolución cultural, estética y epistemológica que se desarrolló en nuestro país entre principios de los años veinte y fines de los cuarenta, protagonizada por lo que Juan W. Wally ha denominado la “décima generación de argentinos”. Dicha progenie –que entre otros tantísimos integraran Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, Benito Quinquela Martín, María Rosa Oliver, Oliverio Girondo, Ernesto Palacio, Álvaro Yunque, Leopoldo Marechal, Roberto Arlt, Samuel Eichelbaum, Florencio Molina Campos, Homero Manzi, Azucena Maizani, Rosita Quiroga, Celedonio Flores, Francisco Canaro, Pascual Contursi, José Luis Torres, Juan Alfonso Carrizo, Carlos Vega, Enrique Santos Discépolo y Armando Discépolo– tiñó el ambiente cultural y artístico argentino de una nueva sensibilidad, en cuyo marco la cuestión identitaria cobraría inédita relevancia.

La revolución cultural coincidió además con una profunda reacción antipositivista y antiimperialista que fue extendiéndose a todos y cada uno de los campos de la cultura y el pensamiento, detonando un impresionante cambio de paradigmas. El nativismo y cierto nacionalismo cultural no solo se expresará a través de la literatura política de los textos de Julio y Rodolfo Irazusta, José Luis Torres, Raúl Scalabrini Ortiz, Leonardo Castellani y Ramón Doll, entre otros, sino también en aquellos “bellos paisajes humanos de La Boca de Benito Quinquela Martín y los motivos camperos de las caricaturas de Florencio Molina Campos, que conectarán la belleza visual con el sentimiento popular”; también en el desarrollo de la música popular argentina, a través de la obra “de Carlos Gardel, Ignacio Corsini, Agustín Magaldi, Azucena Maizani, Rosita Quiroga, Celedonio Flores, Francisco Canaro, Pascual Contursi, Enrique Cadícamo y Enrique Santos Discépolo; en el ímpetu prodigioso del teatro nacional, que tendrá en “Armando Discépolo, Alberto Vacarezza, Samuel Eichelbaum, Luis Arata, entre otros, sus destacados cultores”, y en la revalorización del folklore, a partir de la obra de Juan Alfonso Carrizo y Carlos Vega, cuyas composiciones “serán expresiones diferentes de un mismo fenómeno que se constituirán en verdaderos hitos culturales del país”.3

También salieron de esta Generación los destacados juristas que cobrarán especial protagonismo en el devenir específico del instrumento supralegal sancionado en el año 1949: José Miguel Francisco Luis Figuerola y Tresols,4 Tomás Casares5 y Arturo Sampay.

Sobre esta cuestión en particular me remito a un artículo publicado merced a la extraordinaria generosidad de Oscar Castellucci en Colección Breviarios: Arte y Libertad, bajo el título “La generación décima; Arte, cultura e identidad nacional”.6

El segundo factor determinante es aquel fenómeno que en alguna oportunidad hemos denominado convergencia de los orilleros. Entre mediados de los años veinte y principios de los treinta, confluyeron masivamente en las márgenes de la metrópoli los grupos sociales heterogéneos que cobrarían especial protagonismo en los acontecimientos de octubre de 1945. A aquellos primeros orilleros ya asentados en los límites de la europeizada Reina del Plata, desplazados desde hacía décadas por el impulso del "progreso" de los vencedores de las guerras civiles, se les sumaron nuevas camadas de inmigrantes negados de “pan y tierra” en sus países de origen, y posteriormente, ya en los prolegómenos de la gran crisis de 1930, se adosaron a este conglomerado heteróclito los migrantes internos, población rural expulsada de las labores agrícolas debido al trance del modelo agroexportador. Este fenómeno sociológico, pocas veces examinado con la rigurosidad que merece, sería de trascendental importancia de cara a los aconteceres políticos que se avecinaban y daría lugar a las nuevas expectativas retratadas por las mujeres y los hombres de la cultura. También circulaba ente ellos, por cierto, la compleja demanda que coalimentaría el nuevo espíritu en germinación: la cuestión social.

Vale señalar que ambas convulsiones, lejos de ser inducidas por “individuos preclaros”, fueron protagonizadas por colectivos humanos imbuidos de una potencia que Scalabrini describirá ulteriormente como el espíritu de la tierra, e impusieron una rebelión político-cultural y económica que se plasmaría en la revolución de junio de 1943 para expresarse en todo su esplendor el 17 de octubre de 1945. En términos prácticos, esta revolución implicó que la producción industrial creciera exponencialmente en menos de tres años, aumentando en un 56 por ciento el salario real de los trabajadores, encuadrados a partir de entonces en organizaciones libres del pueblo. La política reapareció entonces como factor desencadenante, no como otrora “asentada sobre deleznables cimientos”,7 sino fundamentada en el compromiso activo de una generación que, aunque heterogénea y nutrida de contradicciones, intentaría llevar a la práctica ese conjunto de esperanzas y anhelos colectivos.

¿Constitucionalización de una realidad justa?

A la revolución política le sucederá –casi naturalmente– la innovación constitucional. Pero esta vez no estará respaldada, al decir de Arturo Sampay, en un modelo de “regulación formal observada al sancionársela o al derogársela”, sino en una nueva legitimidad sustentada “sobre el hecho de establecer los fines e instrumentar los medios adecuados para obtener el bienestar del pueblo, esto es, la efectuación de la justicia”. Ana Jaramillo sostiene en la actualidad que los derechos sociales allí consagrados serán en realidad “derechos de justicia”.8 Para esta autora, “el Derecho es una ciencia hermenéutica que debe interpretar los valores en una determinada época y en una cultura particular, las pasiones, las creencias, la intencionalidad, los afanes y deseos, así como la voluntad, que forman parte esencial del ser humano y que no se subalternan al racionalismo”.

Domingo Mercante, presidente de la Convención Constituyente y mentor de una irrepetida gestión como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, expresará en un manifiesto escrito ya en el exilio que “la reforma de 1949 tuvo por esencial finalidad consolidar jurídicamente los frutos de la revolución popular del 17 de octubre de 1945, ratificada electoralmente en los comicios libérrimos del 24 de febrero de 1946, cuyo contenidos consistían en hacer de una Argentina hasta entonces dependiente de un imperialismo expoliador, una nación económicamente libre y políticamente soberana”.9

A diferencia de su antecedente –la Constitución de 1853/60–, el texto concebido durante el primer peronismo será el fruto de un realismo político-jurídico que reconocerá derechos ya vigentes en la realidad. Tal como sostuvimos en cierta oportunidad junto al entrañable Ernesto Adolfo Ríos, se trató ni más ni menos que de la constitucionalización de una realidad justa. De esta forma, a diferencia del iluminismo apriorístico que había nutrido el texto de 1853 presuponiendo que la razón era capaz de construir ex ante una nueva realidad, la Constitución de 1949 será un instrumento jurídico elaborado para dar cuenta de una comunidad dispuesta a autorredefinirse sobre sus propios cimientos. La Constitución de 1949 vendrá entonces a supralegalizar lo real.

En esta línea de razonamiento, mal puede considerarse a la norma constitucional de 1949 como encuadrada dentro de lo que se conoce como constitucionalismo social clásico y que suele representarse en los modelos constitucionales de la República de Weimar (Alemania, 1917) y de la Constitución Mexicana sancionada en 1921. La Constitución de 1949 reconocerá derechos preexistentes, que serán llevados al cuerpo normativo fundamental a partir de una extraordinaria labor colectiva que encontrará en Arturo Sampay a uno de sus principales mentores. El citado Ríos dijo en este sentido que el gobierno peronista aspiraba a consagrar un “instrumento constitucional, para regir el destino nacional con un sentido de grandeza fundado en la Justicia Social apareada a un autosostenido desarrollo socioeconómico y a un espíritu comunitario de amplia resonancia en el concierto de los pueblos hermanos”: y esta obra “no es una más en el vademécum del ‘constitucionalismo social’, sino que expresará un género único […] es una constitución revolucionaria, instaurada sin romper la legitimidad anterior; sus preceptos no son declamativos, porque receptan […] derechos en plena vigencia; sus cláusulas económicas son absolutamente novedosas y argentinas”.10

En rigor de verdad, Perón encomendó originariamente la preparación de un anteproyecto de reforma a su secretario de Asuntos Técnicos, José Miguel Francisco Luis Figuerola. El exhaustivo trabajo del funcionario, que entre otras cuestiones reúne un corpus donde se detalla cada artículo de la Constitución a reformarse y la reforma proyectada, y donde además se incorporan todos los antecedentes parlamentarios y consultas de constituciones extranjeras, clasificados por materias, será uno de los nutrientes principales del esbozo, junto a todos los discursos presidenciales. El material “se archivó ordenadamente en un fichero de 105 mil tarjetas, puestas a disposición de quien quisiera consultar la documentación”,11 recuerda Figuerola, quien compiló además todas y cada una de las sugerencias ministeriales. Las estadísticas más relevantes que obraron como fundamentos fueron, entre otras, el Plan Quinquenal (1946) y el IV Censo Nacional (1947).

Sin embargo, ciertos sectores peronistas recelosos se opusieron a Figuerola y motivaron su posterior alejamiento. A pesar de ello, es justo recordar una labor impresionante que construyó el basamento para que otro conjunto de juristas y pensadores se ocupara de finalizar la tarea. Es allí donde cobrará relevancia Arturo E. Sampay, junto a otros colegas, olvidados por propios y ajenos, como Carlos María Lescano, Carlos Berraz Montyn, Oscar Salvador Martini, Domingo Mercante y Pablo Ramella.

Enrique Arturo Sampay: ¡Manos a la obra!

Para comprender cabalmente la magnitud de la obra que llevó adelante el maestro entrerriano, bien vale hacer al menos una somera referencia a su cosmovisión filosófico-jurídica. Se ha dicho con certeza que un principio aristotélico había modelado sustancialmente su pensar: la idea de que el sector dominante es la Constitución. Cabe recordar que, para Aristóteles, una Constitución no es sino “la ordenación de los poderes gubernativos de una comunidad política, de cómo están distribuidas las funciones de tales poderes, de cuál es el sector dominante en la comunidad política y de cuál es el fin asignado a la comunidad por ese sector social dominante”.12

El prestigioso constitucionalista y amigo entrañable Alberto González Arzac señala por su parte que es el grupo dominante el que conforma el poder político, de modo tal que, si el poder social dominante es nacional, el producto constitucional será nacional; pero si ese poder es colonial, la Constitución será seguramente colonial.

Sampay comparte la idea de que es un sector dominante el que establece las reglas de juego en toda comunidad, de modo tal que la estructura (o superestructura) jurídica suele coincidir con los intereses de dicho sector. De acuerdo con este jurista, toda comunidad humana posee una constitución primigenia “impuesta por las condiciones geográficas del país, por la ubicación del territorio estatal en el planeta y en el universo sideral, por la idiosincrasia de la población modelada por dichas condiciones geográficas y astrales y en especial por la cultura tradicional”.13 La constitución real, a su vez, estará determinada por el sector social que ejerce el dominio. De la combinación de ambas surge la constitución jurídica del Estado, que al decir de Sampay es un código supralegal impulsado por el sector dominante, que define los órganos del Estado, así como los derechos y las obligaciones de todos los integrantes de una comunidad determinada.

En lo que atañe a la labor del jurista entrerriano en el marco de su desempeño constituyente, bien vale además concentrarse en algunos de los vectores que nutrieron su realismo constitucional: la filosofía política y la historia nacional. No cabe duda de que el pensamiento de Sampay, así como el de otros autores de la época, encontró fuerte influencia en lo que se conoció como el nuevo humanismo cristiano, impulsado por una renovación de la iglesia católica a partir de las encíclicas Rerum Novarum y Quadragésimo Anno (de inspiración jesuita). La renovación cristiana, a su vez, se enriqueció con los aportes de numerosos autores americanos imbuidos del espíritu reformista que insufló la reacción antipositivista:14 una corriente centrada en la crítica al utilitarismo, al determinismo social y a la lógica del progreso indefinido. Nutrida de un vitalismo esencial, esta reacción propuso una axiología humanista con miras a recuperar ciertos valores rechazados por el positivismo. El humanismo cristiano constituirá una de las vertientes más poderosas de la doctrina justicialista.

Para Sampay, el hombre zoón Politikón es ontológicamente libre, y el Estado debe resguardar esa libertad promoviendo un orden justo. Dicha concepción implica el rechazo de los totalitarismos, que a su entender degradan al hombre, promueven la divinización del Estado y lo convierten en su instrumento. El bien común aparece entonces como garante temporal del bien individual. En este orden de ideas, Alberto González Arzac afirma que en el pensamiento de Sampay está clara la idea de que el Estado, “si bien tiene como fin la perfección y la felicidad del hombre que vive en sociedad –la suficiencia de vida que el aislamiento haría imposible lograr–, abandona la neutralidad liberal, que es intervención a favor del poderoso, y participa, dentro de la órbita de las funciones que le son propias, en las cuestiones sociales, económicas, culturales, como poder supletivo e integrador para afirmar un orden positivo, restituyendo o asegurando al hombre la libertad necesaria a su perfeccionamiento”.15

Las críticas al capitalismo contenidas en la encíclica Quadragésimo anno aparecen implícitamente en la marca con que Sampay impregna el texto constitucional, ya que las consecuencias del espíritu individualista en el campo económico se manifestaban por entonces con plena crudeza. La denuncia contenida en dicha encíclica señala que “la libre concurrencia se ha destrozado a sí misma; la prepotencia económica ha suplantado al mercado libre; al deseo de lucro ha sucedido la ambición desenfrenada de poder; toda la economía se ha hecho extremadamente dura, cruel, implacable.16

La vinculación entre las cuestiones sociales y económicas es un aspecto medular de este texto constitucional, y encuentra especial recepción en los artículos 38, 39 y 40 bajo principios tales como la función social de la propiedad, el capital al servicio de la economía, la tutela de las riquezas del suelo, la regulación contra los excesos monopólicos y la garantía de la renta de calidad de nuestras tierras mediante la organización del comercio internacional. En el discurso pronunciado el 3 de setiembre de 1948, donde se establece la necesidad de la reforma, Juan Domingo Perón enuncia algunos de los principios que según él deberán regir el nuevo Estado constituido:

En lo social buscamos: asegurar para nuestro pueblo un régimen social justo y humano, donde la cooperación reemplace a la lucha, donde no haya réprobos ni elegidos, donde cada hombre que trabaja reciba un beneficio proporcional a la riqueza que promueve; […] donde la sociedad no se desentienda, egoísta, del viejo ni del incapacitado […]. Asegurar los derechos del trabajador incorporándolos a la ley y las costumbres argentinas, para que las clases económicamente débiles estén protegidas contra el egoísmo, la prepotencia y la explotación de las económicamente fuertes. Asegurar el acceso a la cultura y la ciencia a todos los argentinos, para terminar con un Estado anacrónico y monstruoso en que el acicate de las capacidades es el dinero en vez de serlo las aptitudes, la inteligencia y la dedicación.17

El rol vital del Estado como garante del bien común y de la grandeza de la patria dejará también una huella indeleble en el ideario de Sampay, reflejada en los preceptos de nacionalizar el petróleo, las fuentes naturales de energía, el Banco Central y los servicios públicos; estatizar el comercio exterior y reconquistar la soberanía plena de nuestros ríos interiores. Con absoluto discernimiento de la dimensión estratégica que comportaba la obra puesta en sus manos, el jurista no titubeó en manifestar que “tenemos clara conciencia de la magnitud de esta empresa, sabemos medir el tamaño goliático de aquellos enemigos de la reforma constitucional”, y justamente porque tenemos conciencia histórica de nuestro cometido, y porque sabemos que en esa bancada [de los convencionales de la Unión Cívica Radical] están hombres de nuestra generación que acarician los mismos ideales, es que deseamos la colaboración de los componentes del bloque minoritario en esta verdadera gigantomaquia que, cualquiera sea el resultado inmediato –triunfo o derrota no son más que nombres que solo el ulterior desarrollo de los acontecimientos demuestra propios o prematuros–, nos permite sin embargo aventurar desde ahora la siguiente prognosis: esta reforma nos hará, junto al general Perón, los vencedores en la Historia.18


Constitución, universidad y saberes

Fue el primer peronismo el que consagró la plena gratuidad de los estudios superiores cuando, en el mes de noviembre de 1949, el entonces presidente de la Nación suscribió el Decreto 29.337 de Supresión de Aranceles Universitarios. Este dato desconocido por “partidarios” y negado por “contras” –y que resurgiera a la luz pública gracias a una persistente iniciativa emprendida por la conducción de la Universidad Nacional de Lanús– coincide con el espíritu del texto constitucional promulgado ese año. Nótese que ya en el preámbulo de la constitución de 1949 se incorpora la idea de “promover la cultura nacional”, circunstancia que implica, entre otros objetivos, constitucionalizar la obligación estatal de impartir saberes culturales, científicos y tecnológicos vinculados a la historia y al desarrollo del país, así como al bienestar de la población. De esta manera se intentaba romper con el aislamiento universitario, con la autonomía mal entendida y con la vieja estructura disciplinar medieval.

Ya desde los tiempos de la reforma universitaria, algunos integrantes de aquella generación, como Arturo Jauretche y Saúl Taborda, habían tomado conciencia de que no bastaba con que los estudiantes obtuvieran espacios de poder en la administración de las casas de estudios superiores, sino que también era preciso modificar contenidos, prácticas, metodologías y concepciones pedagógicas que atentaban contra el desarrollo integral del país. En textos de la época encontramos infinidad de impugnaciones, como el rechazo de los enfoques centrados en un “sicologismo empírico que ciega la inteligencia humana para el conocimiento de los valores objetos –de la justicia, sobre todo– a fin de conformar generaciones sumisas a las normas inmanentes al status quo de la dependencia con que gravan al país.19 También se impugnaban las facultades de derecho que impartían una enseñanza reducida a la teoría pura del derecho, es decir, al conocimiento “puro” “del derecho positivo –derecho de la dependencia, desde luego– para así sustraerlo del enjuiciamiento moral-político”.20 Esta enseñanza “pura” del derecho ponía de relieve el aprendizaje del código civil del liberalismo burgués decimonónico “con el propósito de infundirles a los jóvenes la ideología [según la cual] las relaciones sociales se fraguan entre individuos aislados, [y en cuyo marco] la utilidad de los bienes de producción y el intercambio de bienes y servicios deben estar regidos respectivamente por la libertad de los propietarios y por la libre voluntad de los interesados, y sabido es por todos que estos son los medios jurídicos para someter a los sectores populares bajo la férula de las oligarquías”.21

En el espíritu de los constituyentes también circulaba la idea de regionalizar las universidades para garantizar a todos los argentinos el acceso a la educación superior, pero también para promover el desarrollo de sus respectivas zonas “con el fin de que el progreso social se desenvuelva armónica y parejamente en todo el país”. El texto constitucional habla por sí mismo. Veamos entonces algunos incisos del artículo 37, sección IV, “De la Educación y la Cultura”:

(3) La orientación profesional de los jóvenes, concebida como un complemento de la acción de instruir y educar, es una función social que el Estado ampara y fomenta mediante instituciones que guíen a los jóvenes hacia las actividades para las que posean naturales aptitudes y capacidad, con el fin de que la adecuada elección profesional redunde en beneficio suyo y de la sociedad.

(4) El Estado encomienda a las universidades la enseñanza en el grado superior, que prepare a la juventud para el cultivo de las ciencias al servicio de los fines espirituales y del engrandecimiento de la Nación y para el ejercicio de las profesiones y de las artes técnicas en función del bien de la colectividad. Las universidades tienen el derecho de gobernarse con autonomía, dentro de los límites establecidos por una ley especial que reglamentará su organización y funcionamiento.

Una ley dividirá el territorio nacional en regiones universitarias, dentro de cada una de las cuales ejercerá sus funciones la respectiva universidad. Cada una de las universidades, además de organizar los conocimientos universales cuya enseñanza le incumbe, tenderá a profundizar el estudio de la literatura, historia y folklore de su zona de influencia cultural, así como a promover las artes técnicas y las ciencias aplicadas con vistas a la explotación de las riquezas y al incremento de las actividades económicas regionales.

Las universidades establecerán cursos obligatorios y comunes destinados a los estudiantes de todas las facultades para su formación política, con el propósito de que cada alumno conozca la esencia de lo argentino, la realidad espiritual, económica, social y política de su país, la evolución y la misión histórica de la República Argentina, y para que adquiera conciencia de la responsabilidad que debe asumir en la empresa de lograr y afianzar los fines reconocidos y fijados en esta Constitución.

Constitución y Corte Suprema

Las convulsiones sociales, políticas y económicas de la época también alcanzaron el mundo judicial. Poco se conoce, incluso dentro del peronismo, del rol que le cupo al Dr. Tomás Diego Casares, integrante de la Corte Suprema durante aquella década. Casares fue el miembro del tribunal supremo que acompañó el espíritu de la reforma con mayor valentía y compromiso. El propio Sampay formuló un reconocimiento explícito a dicha labor al subrayar que “la acción de Casares dentro de la Corte Suprema fue vital”. Magistrado que se había mantenido en su función a pesar del cambio que se produjo en la composición del tribunal supremo con la llegada del justicialismo al poder, Casares fue unos de los artífices necesarios para que el espíritu de la reforma fuera adoptado por el tribunal. En palabras del propio Sampay,

Mientras rigió la Constitución del 49, el sabio jurista Tomás D. Casares elaboró, en su carácter de ministro de la Corte Suprema, la jurisprudencia que, al otorgar prevalencia a la justicia del bien común sobre los derechos adquiridos en los cambios conmutativos siguiendo los preceptos de la nueva Constitución, supera la concepción del liberalismo económico que informó siempre, en lo esencial, a la jurisprudencia del alto tribunal.22

Sin la acción de juristas como Casares, el proceso constitucional podría haber quedado trunco. Profesionales del derecho y magistrados tienen plena conciencia de que, de no haberse operado este proceso –la decisión judicial de incorporar determinados preceptos al derecho vigente–, ciertas normas habrían caído en lo que se conoce como letra muerta. La participación obrera en las ganancias de las empresas, prevista en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, es un ejemplo contundente.

A falta de reconocimiento judicial, la normativa carece de vigencia. Casares fue además un prestigioso filósofo que, respecto del tránsito entre dos realidades constitucionales, sostuvo en alguna oportunidad que "durante los trances de crisis en los que coexistían una realidad jurídica agonizante y una nueva realidad, correspondía a los jueces sincronizar el ritmo del derecho positivo".23 Su gran labor fue entonces la de sincronizar el derecho vigente con miras a reemplazar el viejo orden constitucional liberal por otro de carácter social.

El "olvido de Casares" probablemente encuentre explicación en los acontecimientos que derivaron del conflicto con la iglesia católica. Casares era un hombre vinculado a la iglesia, cuya conducción, como sabemos, se enfrentó al gobierno peronista en las postrimerías del segundo mandato. Tal circunstancia acarreó para el magistrado un pedido de juicio político –impulsado por alguno de esos legisladores que son amantes crónicos de la obsecuencia acrítica– e incluso una denuncia de conspiración.

Mediante estas breves reflexiones hemos intentado dar cuenta del devenir de una serie de acontecimientos y causales que dieron origen al extraordinario texto constitucional sancionado en el año 1949, y que además nos remiten a fenómenos y convulsiones colectivas que antecedieron al proceso constituyente. Tal perspectiva de orientación historicista encuentra fundamento en la importancia que –para muchos de quienes aspiramos a contribuir al desarrollo de aquella epistemología de la periferia a la que se refería Fermín Chávez– debe asignarse a la cultura popular de Nuestra América como principal vector resistente a las tentativas de aculturación.

Dejaremos para una nueva oportunidad la profundización de algunos aspectos que quedaron en el tintero, pero cuyo desarrollo excede al objetivo de este texto que me fuera encomendado, congratulándome desde ya con tan dichosa iniciativa.

[1] Publicado por la Presidencia de la Cámara de Diputados de La Nación.


1 Ana Jaramillo, Presentación del texto Nuestra América. Pensamiento y Acción, Colección “Pensamiento Nacional”, Ediciones UNLA, 2014.
2 La última edición de este texto fue publicada por la Universidad Nacional de Lanús bajo el titulo Fermín Chávez: Epistemología para la periferia, Ana Jaramillo (comp.), Colección “Pensamiento nacional”, Edunla, 2012.
3 Juan W. Wally, Generación Argentina de 1940. Grandeza y Frustración, Buenos Aires, Dunken, 2008.
4 Nacido en España en 1897, allí se doctoró en Derecho y Filosofía y Letras. Fue designado por Juan Domingo Perón, primero como Secretario General del Consejo Nacional de Posguerra, luego (ya electo el primer gobierno) como Secretario de Asuntos Técnicos con rango de Ministro, encargado de coordinar los demás ministerios. Proyectó el Primer Plan Quinquenal y fue detenido inmediatamente después de ocurrida la insurrección “libertadora”. En 1958 estuvo a punto morir en un atentado con un artefacto explosivo. Luego se desempeño como Secretario General del Instituto Superior de Investigaciones Sociales, asesor técnico de la Federación Gremial de la Carne y asesor de los Sindicatos Unidos Petroleros del Estado (SUPE).
5 Filósofo y jurista de sólida formación tomista, Tomás Casares fue uno de los puntales del movimiento de renovación católica. Tras las visitas a la Argentina de José Ortega y Gasset en 1916 y de Eugenio D’Ors en 1918, y bajo el patrocinio de sus ideas, integrará el Colegio Novecentista, junto a Julio Irazusta y Vicente Sierra. Durante la década peronista se desempeñara como Presidente de la Corte Suprema de Justicia.
6 Francisco Pestanha, “La generación décima: Arte, cultura e identidad nacional”, en Colección Breviarios: Arte y Libertad, Facultad de Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata, no. 3, Año 2006, pp. 45-54.
7 Al decir de Raúl Scalabrini Ortiz en el prólogo de su libro Política Británica en el Río de la Plata (1940), Rosario, Fundación Ross, 2008, p. 18.
8 Ana Jaramillo: "Los derechos sociales son derechos de justicia", disponible enhttp://www.unla.edu.ar/index.php/noticias/199-novedades-destacadas/2092-ana-jaramillo-los-derechos-sociales-son-derechos-de-justicia
9 Citado por Fermín Chávez en el prólogo a Conozcamos Nuestra Constitución, Universidad de Buenos Aires, 1950/Adrifer Libros, 2000.
10 Ernesto Adolfo Ríos, “Suite constitucional incompleta”, en 1949: Rumbos de Justicia, Fondo Editorial Carlos Martínez, 2009, pp. 52 a 75.
11 En “Historia del Peronismo”, Primera Plana, 13 de junio de 1967, no. 233, pp. 42 y ss.
12 Citado por Fermín Chávez en el Prólogo a Conozcamos Nuestra Constitución, op. cit.
13 Citado por Ernesto Adolfo Ríos en “Suite constitucional incompleta”, op. cit.
14 Movimiento filosófico cultural que comienza a manifestarse en Nuestra América entre fines del siglo XIX y principios del XX, caracterizado, entre otros aspectos, por un reverdecer metafísico, la crítica radical al utilitarismo y la reivindicación de la ascética moral del héroe. La reacción contendrá variados matices filosóficos que la harán “tributaria de un nuevo espiritualismo”.
15 Alberto González Arzac, en Reconquista, no. 6, p. 18.
16 Encíclica del Papa Pío XI, promulgada el 15 de mayo de 1931.
17 1948 - Discurso de Juan Domingo Perón en el qué propició la reforma constitucional, en Conozcamos Nuestra Constitución, op. cit.
18 Sampay Arturo E. “La Constitución de 1949 y sus virtudes actuales”, artículo escrito en 1974 mientras se debatía en el Congreso la Ley Agraria y publicado recién nueve años más tarde, en la revista Reconquista, no. 6, pág. 14, enero-febrero de 1983.
19 Ibíd
20 Ibíd.
21 Ibíd.
22 Citado por José Raúl Heredia en “A la Memoria de Arturo Sampay“, disponible en <www.acaderc.org.ar>.
23 En: “Constitución del 49, reflexiones a 60 años”, Jefatura de Gabinete de Ministros, Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, 2009.

* Francisco José Pestanha: Abogado, docente y ensayista. Profesor Titular Ordinario del Seminario “Pensamiento Nacional y Latinoamericano de la Universidad Nacional de Lanús. Actualmente se desempeña como Director del Departamento de Planificación y Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Lanús.


“Necesitamos políticas de Estado, no discursos electorales”


"Para hacer funcionar un país, una economía, y para que la gente tenga trabajo para que pueda consumir, no hace falta arrastrarse, se necesita dignidad", dijo CFK sobre la disputa con los buitres. "Nadie me va a extorsionar en contra de los intereses de mi país", agregó.

La presidenta Cristina Kirchner inauguró el primer banco para depósito de armas del país y pidió al Congreso una ley para reemplazar al Renar por una "agencia nacional de materiales controlados". También destacó la colocación de Bonar 24 y la emisión de bonos de YPF, al tiempo que aseguró que la Argentina pagará sus deudas pero no "la usura internacional". Sostuvo que el espacio político que conduce "tiene a los hombres y mujeres que van a seguir con estas políticas, profundizándolas y mejorándolas".

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó que "unos de los desafíos de la democracia argentina y de la gestión del Estado es bajar de los discursos a los hechos y las realidades", al inaugurar el Banco Nacional de Materiales Controlados del Registro Nacional de Armas, ubicado en el partido bonaerense de San Martín. "Este es el único en todo el país, y para lograr políticas de desarme se requiere la decisión de hacerlo, los recursos y la realización en sí", destacó.

Cristina agregó que a partir de esta inauguración "las armas no van a estar en las comisarías, no van a estar en los juzgados" y destacó que la Argentina fue premiada en Naciones Unidas en 2013 por su política de desarme. "Hemos reducido drásticamente la portación de armas", insistió y anunció que en los próximos meses se llegará a la destrucción de 300.000 armas.

Luego pidió al Congreso Nacional que dé impulso a proyectos de ley presentados por distintos legisladores tendientes a reemplazar el “viejo y obsoleto” Registro Nacional de Armas (Renar) por una “agencia nacional” para que “la política en materia de portación y tenencia de armas” sea “una política nacional controlada por el Estado”. "Para que todos estemos más tranquilos, más seguros y más transparentes", explicó.

A través de una videoconferencia, la mandataria inauguró también en Santiago del Estero el laboratorio forense número 18 del país y anunció que para fin de año se prevé llegar a treinta establecimientos de ese tipo. "No va a haber una sola región que no cuente con laboratorio forense para sus jueces, para sus fiscales y para justicia de la sociedad", aseguró y remarcó que se trata de "una política de Estado en materia de seguridad, en materia de narcotráfico".

"En lugar de dar tantos discursos contra el narcotráfico, los máximos responsables del Poder Judicial deberían dotar a los juzgados federales y limítrofes de mayor cantidad de empleados, recursos y elementos para que puedan hacerlo eficazmente", dijo también la Presidenta. Sostuvo que el gobierno nacional "pone las fuerzas de seguridad y la inversión para luchar adecuadamente contra el narcotráfico que es un flagelo de carácter global" y pidió que "todos los poderes públicos trabajen sobre estos presupuestos".

En otro tramo de su discurso, la jefa de Estado destacó la colocación de Bonar 24 y la licitación de bonos realizada por YPF. "Obtuvimos mucho más dinero del que habíamos ido a solicitar", manifestó y consideró que "la Argentina volvió a acceder al mercado de capitales a tasas razonables porque honra sus deudas", en vez de “honrar la usura y la estafa internacional”, representada por los fondos buitre.

"No hace falta arrastrarse, hace falta mucho patriotismo, mucha dignidad, mucho coraje y mucha decisión", aseguró y rechazó las extorsiones de los buitres. "Primero no tengo ninguna cuenta para que me descubran y segundo que nadie me va a extorsionar en contra de los intereses de mi país", expresó.

Por último, CFK aseguró que el espacio político que conduce "tiene toda una historia y tiene los hombres y mujeres que van a seguir con estas políticas, profundizándolas y mejorándolas" y sostuvo que para gobernar "hay que tomar decisiones".


DESDE EL 25 DE ABRIL AL 21 DE JUNIO EN LIBERTADOR 8151 Fotos: Helen Zout

Huellas de desapariciones: la mirada de Helen Zout sobre la dictadura
En este ensayo, la fotógrafa muestra el rostro de la desaparición, el de los jóvenes de una generación reducido a un cráneo con un orificio de bala, la búsqueda de huesos, la mirada de las madres, de los sobrevivientes. El rostro del desaparecedor y el Ford Falcon, los aviones de la muerte, los campos de concentración, el río donde se arrojaron a los desaparecidos.

En Libertador 8151, desde hoy sábado 25 de abril a las 17 hs., hasta el 21 de junio. Entrada libre y gratuita