lunes, 30 de diciembre de 2013

El testimonio de Liliana Felipe

“Me deben 13.058 días de vida de mi hermana, a mí, a mi familia, al pueblo argentino”, les reclamó con la tormenta de su voz Liliana Felipe a los 41 represores imputados que no podían con su incomodidad. La presencia de la artista los avasalló desde su ingreso. Antes de declarar, les pidió a los jueces autorización para “mostrar una foto” de su hermana Ester, desaparecida el 10 de enero de 1978: apenas 25 días después de dar a luz, junto a su compañero, Carlos Luis Mónaco. “Perdonen –lanzó desafiante–. No encontré una chiquita.” Y desplegó una gigantografía con la que increpó a los represores: “¿La ven? ¿Se acuerdan de ella?”. Nadie podía dejar de mirarla. Desde los brazos abiertos de Liliana, la imagen rubia de Ester y su mirada cristalina, feliz, lo invadió todo. Antes había declarado Paula Mónaco Felipe, la hija de la pareja desaparecida. Paula, de 37 años, es periodista y vive en México. Ante la pregunta inicial –y de forma– del Tribunal, acerca de si conocía a los imputados, o eran acreedores o deudores suyos, la joven replicó que sí. Que sí son sus deudores: “Me deben una infancia con ellos. Me deben alegrías compartidas. Me deben que mis padres me acompañaran en momentos difíciles. Le deben un abuelo y una abuela a mi hijo. Le deben un hermano y una hermana a mis tíos; una tía a mi familia. Yo siento que sí, me deben mucho. Y creo que es muy importante que se estén dando estos espacios para hacer justicia”. La búsqueda incesante Abogada y viuda del también abogado Eduardo “Tero” Valverde, María Elena Mercado es una de las personalidades más respetadas de los organismos de Derechos Humanos en Córdoba. El mismo día del golpe de marzo del ’76, Valverde, quien había sido funcionario del gobierno democrático de Ricardo Obregón Cano y Atilio López, fue citado a presentarse en el Hospital Militar. Lo secuestraron de inmediato, lo llevaron a La Perla y lo torturaron hasta matarlo. María Elena Mercado nunca dejó de buscarlo. En ese trajinar fue abriendo el camino de los Familiares en esta provincia y, llegada la democracia, fue convocada para integrar la Conadep local. Fue ella también quien investigó y ayudó al descubrimiento de las fosas comunes del Cementerio de San Vicente: el más importante enterramiento clandestino de personas desaparecidas en Córdoba. Sitio en el cual el Equipo de Antropología Forense (EAAF) logró identificar a quince personas asesinadas por la dictadura cívico-militar, y sigue trabajando en la identificación de más de 132 esqueletos recuperados. María Elena Mercado obtuvo valiosos testimonios de los morgueros del Hospital San Roque que, a veces, fueron obligados a llevar los cadáveres al cementerio. Uno de ellos, José Caro, dio uno de los testimonios más detallados, espeluznantes y hasta definitivos en el juicio de 2008 que culminó con la primera condena a prisión perpetua en cárcel común de Luciano Benjamín Menéndez. “Un nido de subversivos” Carlos Hairabedián, uno de los penalistas más conocidos de Córdoba, atestiguó en el juicio. El ex juez estuvo secuestrado y fue torturado durante tres años y medio por la dictadura militar. “En La Perla fui arrojado a un pozo. En mi mente yo pensé que era el pozo fúnebre. Pensé que ahí se terminaba mi vida”. Hairabedián dio fe ante el Tribunal Oral Federal N° 1 que “cuando me trasladaron a la cárcel de barrio San Martín (conocida como UP1), en el pabellón 9 había sido alojado con grandes quejas por parte de él el ahora gobernador (José Manuel) De la Sota. Teníamos grandes diferencias... De la Sota, con su camisa negra, decía que había ido a parar a un nido de subversivos”. Consultado por el querellante Miguel Ceballos, Hairabedián aclaró que no se refería a sólo su vestimenta, sino a que “era un hombre típico de la derecha. Era su estilo, lo del negro por una cuestión ideológica (en referencia a los camisas negras del fascismo italiano). Este hombre (por De la Sota) había sido aislado por los demás presos políticos... Y ahora que nuestro poeta Juan Gelman en el Congreso de la Lengua introdujo una palabra, ‘boludo’, quisiera decir que, como una derivación de boludo, los demás presos no le daban bola. Era un tipo desagradable. Y por eso él se quejaba y pedía que lo sacaran del pabellón. No porque estuviera comprometida su seguridad. Esas personas que no tenían que ver con su ideología no le podían causar ningún problema. Sólo teníamos ideas diferentes. Y él se quejaba de que había caído en un nido de marxistas subversivos”. De la Sota permaneció detenido seis meses. 30/12/13 Página|12

LOS TESTIMONIOS SOBRE FAMILIAS DIEZMADAS EN EL MEGAJUICIO POR LOS CRIMENES DE LA PERLA “¿Le dice algo el apellido Vaca Narvaja?”

“¿Le dice algo el apellido Vaca Narvaja?” Miguel Vaca Narvaja había sido ministro de Frondizi y tenía 12 hijos. Fue secuestrado y asesinado a principios de 1976. En el megajuicio por La Perla se ventiló el caso de su familia. Por Marta Platía Desde Córdoba Luciano Benjamín Menéndez no puede consigo mismo y se descontrola no bien alguien que lleve el apellido Vaca Narvaja declara en el juicio. En menos de un mes, al ex dueño de la vida y la muerte en Córdoba y en otras diez provincias durante la última dictadura le estalló en pedazos la calma paquidérmica que adopta durante los juicios y se quejó, desencajado y despeinado, ante los jueces del Tribunal Oral Federal N° 1 por los dichos de los hijos de Miguel Hugo Vaca Narvaja (p.): un hombre que fue ministro de Gobierno de Arturo Frondizi, dos veces presidente del Banco de Córdoba, y que fue secuestrado, torturado, asesinado y decapitado a principios de 1976 por el llamado Comando Libertadores de América (CLA), una versión cordobesa de la Triple A que unificaba al Ejército y al III Cuerpo bajo el sesgo férreo de Menéndez. Vaca Narvaja tenía entonces 59 años. “A usted, que se dice occidental y cristiano, ¿le dice algo el apellido Vaca Narvaja? Dígame, ¿qué hizo con mi padre y con los 30 mil desaparecidos?”, le lanzó a la cara Ana María Vaca Narvaja, uno de los 12 hijos que tuvo Miguel Hugo Vaca Narvaja con Susana Yofre. Rubísima, imponente y dueña de un carácter enérgico, Ana María sacó de las casillas a Menéndez cuando le recordó ante los jueces: “Sé que a Luciano Benjamín Menéndez le gustaba que le llamaran ‘La Hiena’. Me puse a buscar en un diccionario, y leí que la hiena es un animal cobarde, que se alimenta de carroña. Los árabes suelen decir, incluso: no vayas a ser más cobarde que la hiena”. Fue en ese momento que, desfigurado por la ira, el represor multicondenado a prisión perpetua saltó desde su butaca y comenzó a gritarle a la testigo. El juez Julián Falcucci le ordenó callar y lo amenazó con sacarlo con la policía si no se comportaba. Menéndez quedó de una pieza. Lo ha dicho ya en varios juicios: no está acostumbrado a recibir órdenes. El Tribunal le señaló que si quería hacer preguntas debería formularlas a través de su abogada defensora de oficio, Natalia Bazán. Hacia la joven profesional fue entonces Menéndez, con un andar errático, atolondrado, tropezándose con los muebles del juzgado. Estaba tan fuera de su eje que tuvo que sentarse al lado de Bazán para reponerse. Ahí le pidió que le preguntara a la testigo “dónde militaba su padre”, y “de dónde había sacado que a él le gustaba que le dijeran Hiena”. La situación era excepcional: por lo general se espera que la persona termine de declarar para aceptar o no los interrogantes de los acusados. Pero Ana María Vaca Narvaja no tuvo reparos en contestarle. Incluso, aseguró que no le intimidaba la cercanía en la que quedó con Menéndez: a escasos dos metros, situación que fue apuntada por el fiscal Facundo Trotta en resguardo de la testigo. La mujer citó orgullosa los méritos personales y profesionales de su padre y desplegó documentación sobre el otro apodo del Cachorro Menéndez: “Lo de Hiena está en el libro Nunca Más. En el legajo 578, el señor Jorge Bonardel dice que a Menéndez le gustaba mucho que le dijeran la Hiena...”. Este fue el segundo episodio, en menos de un mes, de momentos indigestos para el ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército. Y todos vinieron de la misma familia. Es que cuando declaró Gonzalo Vaca Narvaja, el menor de los hijos de Miguel Hugo Vaca Narvaja, y el único que estaba con sus padres en el momento en que irrumpió la patota a la casa familiar y se llevó a su padre para siempre, Menéndez también se quejó. Ocurrió que Gonzalo se refirió a los secuestradores, torturadores y asesinos de su progenitor como “estos seres miserables”. Esto “ofendió” a Menéndez, quien le pidió al juez que “nunca más” permitiera que los insultaran. Que él “nunca más” –así, repitiendo (¿profanando?) esas dos palabras emblemáticas– permitiría que los insultaran a él y a sus subordinados, “que ahora estamos acá haciendo de imputados”. El juez Falcucci, con su habitual calma, le replicó que él no había escuchado “ningún insulto en particular para los acusados: el testimoniante se refirió en modo genérico a los miserables que le hicieron eso a su padre, y a ninguno de ustedes en particular”. Pero era tarde para Menéndez: ya se había puesto el sayo de miserable. Una vez más. Familias diezmadas La saña contra Vaca Narvaja, abogado de raigambre radical, padre de 12 hijos, defensor de presos políticos y ministro de Estado, entre otras ocupaciones, se enmarcó en las masacres que se perpetraron contra las familias de los jóvenes militantes de los setenta. Entre las más afectadas se cuenta la de Mariano Pujadas, el joven vocero de los fusilados en Trelew en 1972. La madrugada del 14 de agosto de 1975 Héctor Pedro Vergez, alias “Vargas”, asoló la finca avícola que los Pujadas tenían en Córdoba. Allí atormentó y asesinó al padre, la madre, un hermano y dos cuñadas de Mariano Pujadas. Sólo se salvaron un nene de 11 años, porque alcanzó a encerrarse en un baño y no lo descubrieron, y una bebé de un año y medio, María Eugenia Pujadas, que dormía en su cuna en la planta alta. Ella es hoy es la única querellante por la masacre de su familia. Los asesinos, insatisfechos con las torturas y la balacera infligida a sus víctimas, arrojaron los cuerpos a un viejo pozo en un campo cerca de Alta Gracia, y los dinamitaron. De esa matanza sólo sobrevivió una mujer: Mirta Yolanda Bazán, la mamá de María Eugenia. Los cuerpos de sus familiares la habían protegido de las explosiones. Murió pocos años después. Nunca pudo recuperarse del horror de creerse muerta y hasta enterrada en vida. Vergez se ha vanagloriado de lo perpetrado a los Pujadas. Lo contaba a los prisioneros de los campos creyendo que hablaba con “muertos vivos”. Varios sobrevivientes dieron cuenta de esto. El y sus cómplices querían cobrarse en el grupo familiar aquella legendaria fuga de la prisión sureña. Mariano Pujadas fue fusilado en la base Almirante Zar junto a otros 21 compañeros. Pero Fernando Vaca Narvaja, líder de Montoneros, sí logró escapar. Primero a Chile. Luego a Cuba. Se sabe que los represores no toleraban las actividades políticas de Vaca Narvaja padre, pero también que quisieron que repudiara públicamente a su hijo. Cosa que el hombre se negó a hacer. “Mi padre tuvo doce hijos, doce individualidades, doce universos y jamás iba a renegar de ninguno de nosotros”, afirmó Gonzalo en su declaración. “Ellos querían borrar nuestro apellido de la faz de la tierra. Eso me dijo el propio Vergez cuando me fue a buscar a la ESMA para matarme en Córdoba”, declaró Sara Solarz de Osatinsky, a quien le asesinaron a su compañero, el militante Marcos Osatinsky, sometiéndolo a brutales torturas, y a sus dos hijos: Mario, de 19 y José, de sólo 15 años. En esa premisa de crimen colectivo, de odio a muerte contra grupos familiares completos, estaban apuntados los Vaca Narvaja. La madrugada del 10 de marzo de 1976, la patota del CLA asoló la casa de Villa Warcalde donde “el Viejo” Miguel Hugo Vaca Narvaja vivía con su esposa Susana y el menor de sus hijos, Gonzalo, de entonces 16 años. Los golpearon, saquearon la casa, se robaron todo lo que encontraron de valor. A Vaca Narvaja apenas le dejaron ponerse un pantalón sobre el pijama y lo metieron adentro de un baúl. Antes, habían pasado por la casa de su primogénito: Miguel Hugo Vaca Narvaja (h.): abogado, 35 años, padre de tres hijos, y a quien ya tenían encerrado en la cárcel UP1 de barrio San Martín desde que lo secuestraron el 20 de noviembre de 1975. Fue a plena luz del día en las escalinatas de los tribunales cordobeses cuando salía de hacer gestiones por un preso político. La intención inicial de los represores ese 10 de marzo era secuestrar a la esposa de éste, Raquel Altamira, y a los tres chicos: Hugo, Hernán y Carolina. Como no los encontraron, tomaron como rehén a un pintor que había en la casa y lo obligaron a señalar dónde vivía “El Viejo”. Vaca Narvaja padre fue visto por última vez con vida en el Campo de la Ribera. Fue Amparo Fisher de Moyano, una mujer que también cayó cautiva por esos días, quien les contó a las hermanas Cecilia y Ana María Vaca Narvaja lo que presenció: “Un día escuché unos gritos, discusiones y la voz de una persona mayor. Pregunté a los suboficiales que quién era ese señor que discutía. Me dijeron: ‘Usted ha tenido muy mala suerte, porque está detenida con Vaca Narvaja el que lleva el dinero de los Montoneros’”. La mujer fue liberada el 27 de marzo del ’76, cerca del Parque Sarmiento con la orden de que olvidara “todo lo que había visto y vivido”. A todo esto, después del secuestro de Vaca Narvaja padre, la familia tuvo que tomar una decisión “de vida o muerte”, tal como la definió Susana Yofre luego de la última visita que pudo hacerle en la UP1 a su hijo Huguito. El le dijo que la familia estaba condenada. Que debía sacarlos a todos del país. Que los iban a matar como a los Pujadas. Así, Gustavo Vaca Narvaja, otro de los hijos, médico y escritor, organizó lo que llamaron “el asalto a la embajada de México”: el 23 de marzo, y a pocas horas del golpe de Estado, 26 miembros de la familia Vaca Narvaja entre los que había 13 chicos (el menor de apenas 9 años), y una embarazada: Patricia, la actual embajadora en México, ocuparon el edificio azteca en Capital Federal y pidieron asilo político sin papelería previa. Habían dejado sus casas con lo puesto. De hecho, el 24 por la tarde el Ejército rodeó la embajada con tanques y armas largas, y sólo pudieron llegar a Ezeiza el 2 de abril en cinco autos de la diplomatura mexicana. Regresaron recién en 1983, con la democracia. En México supieron del fusilamiento, el 12 de agosto, de Huguito Vaca Narvaja (h.), quien fue sacado de la UP1 junto a Higinio Toranzo y Gustavo De Breuil. En el camino, los asesinos comandados por Osvaldo Quiroga –quien hasta firmó un documento para retirarlos de la prisión y llevarlos al muere– tiraron una moneda al aire para ver a cuál de los dos hermanos De Breuil dejaban vivo, si a Alfredo o a Gustavo, el menor. Le tocó a Alfredo sobrevivir para ver el cadáver de su hermano y los de sus compañeros. Lo devolvieron a la cárcel y le ordenaron contarles a los presos lo que había visto “porque eso era lo que les esperaba a todos”. Del Viejo Vaca Narvaja, en cambio, nada más supieron. “Se lo tragaron la tierra y el silencio”, describió su hijo Gonzalo. Ningún dato concreto hasta el regreso en 1983. Fueron Valentina Enet y Carlos Albrieu, una abogada y un biólogo, respectivamente, quienes por azar obtuvieron información sobre el padre desaparecido y ayudaron a reconstruir sus últimos días. Ambos ya dieron su testimonio en este juicio. Valentina Enet contó que “los primeros días de marzo de 1976 se habían llevado a mi hermano Gerardo. Yo acompañé a mi padre a una reunión que él logró obtener con el entonces coronel (Raúl) Fierro (uno de los 41 imputados). Me acuerdo de que nos recibió en su despacho. Era un hombre raro. Se distraía con el vuelo de las moscas... Se lamentaba de que Primatesta no lo quería... En un momento dijo que lo llamaba Menéndez y se fue. Nos dejó solos en la oficina. Como yo quería saber sobre mi hermano y vi que este hombre tenía muchas fotos debajo del vidrio de su escritorio, literalmente me tiré encima para ver quiénes eran. Algunas fotos tenían manchitas rojas, como sangre; otras estaban escritas o tachadas con lapicera roja. Una, la más grande, me llamó la atención. Era un cuerpo sin cabeza. De pronto se abrió la puerta. Era Fierro que volvía. Cuando me vio, me dijo: ‘Ah, estás mirando mi álbum de recuerdos... Pero a ése no lo vas a poder reconocer porque le falta la cabeza... Eso es lo que les pasa a los padres que andan buscando a sus hijos, esos montoneros marxistas... A ése tu viejo lo conoce. Es Vaca Narvaja’”. Valentina Enet contó que su padre, aterrorizado, la agarró de un brazo y se la llevó “volando” de ahí. La abogada detalló que no creyeron que lo que les dijo Fierro fuera realmente cierto, hasta el hallazgo de la cabeza: “Ahí nos dimos cuenta de la barbarie”. Pasó que a fines del mes de abril, cerca de las vías del tren en el barrio Alta Córdoba, el joven Carlos Albrieu iba caminando con un amigo y encontró una bolsa de nailon con una cabeza humana: “No estaba en descomposición. Se ve que la habían mantenido en formol. Yo ya estudiaba en la facultad en ese entonces y había visto cuerpos conservados. Le faltaba un ojo. Tenía un bigote muy fino, una nariz larga, afilada... La llevamos con mi hermano a la comisaría séptima. La entregamos y esperamos que nos citaran a declarar. Eso nunca ocurrió (...). En agosto mi hermano necesitaba un documento y fue a esa misma comisaría. Como referencia, les dijo que vivía cerca de donde encontraron la cabeza. Y el policía le dijo ‘Ah, sí... la cabeza de Vaca Narvaja’”. Carlos Albrieu buscó a la familia cuando regresaron del exilio. “Me reuní con Gustavo Vaca Narvaja. Como no quería dejarme influenciar por fotos, no lo dejé mostrarme ninguna hasta que yo no le hiciera la descripción de lo que vi. Pero sí, cuando terminé y me mostró fotos de su padre, se parecía bastante...” En su declaración, Gonzalo Vaca Narvaja apenas pudo contener su angustia y su furia cuando preguntó ante el Tribunal lo que él y su familia se preguntan desde entonces: “¿Qué clase de seres son los que le cortan la cabeza a alguien y la conservan como un trofeo? ¿Y qué clase de miserables los que la exhiben? ¿Y ante quiénes la exhiben? ¿Quién dio la orden? ¿Qué miserables seres son éstos?”. No bien Gonzalo se retiró del estrado, Menéndez protestó haciéndose cargo del “insulto”. Ya en diciembre de 2010, algo similar le había ocurrido a su ex jefe, el dictador muerto Jorge Rafael Videla. Cuando hizo su descargo, horas antes de que lo condenaran por primera vez a prisión perpetua en cárcel común por delitos de lesa humanidad, Videla cuestionó puntualmente el alegato del abogado querellante Miguel Hugo Vaca Narvaja (n.), quien lleva el mismo nombre de su abuelo y su padre por ser el primogénito, y tenía sólo 9 años cuando la familia tuvo que salir del país. Según se quejó Videla, “el doctor Vaca Narvaja realizó un peligroso revisionismo histórico”, ya que en su alegato ahondaba en las matanzas genocidas y politicidas desde la Campaña del Desierto en adelante. Un apunte: si no fuese que a Menéndez le irrita tanto el apellido de esta familia y todo lo que ellos tengan para decir, estas audiencias hubieran transcurrido dentro de los parámetros normales. Esto es: los testigos relatan atrocidades, y él permanece como si nada sucediera: pose pétrea, duerme o directamente se va a la sala contigua. Pero no. Ha quedado al descubierto que, tal como ya le ocurrió a Videla, lo que implique a los Vaca Narvaja indigna al represor hasta hacerle perder el control. ¿Será por su capacidad de “resiliencia ante el dolor y la muerte”, tal como lo señaló Cecilia, otra de las hijas? ¿O tal vez el hecho de que la prolífica estirpe del hombre con el cual se ensañaron hasta la –primitiva, tribal– decapitación, se les haya escapado, multiplicado y sobrevivido? Tal parece que ése es el terrible, insoportable panorama para los represores: el de una familia repleta de hombres y mujeres jóvenes que no olvidan, señalan y reclaman justicia. Como tantas otras familias diezmadas que nunca se rindieron y siguen de pie.

Una recorrida Por Eduardo Aliverti

Como todos los años, la imagen dejada por el cierre parece anular cualquier otra consideración. Los balances políticos se subsumen en las fotos de la despedida. Y el adiós de este año es la juntada entre un calor insoportable y los cortes de luz. El análisis debe superar el impacto de la indignación y las protestas justificadas, porque de lo contrario se toma al todo por la parte. Las causas –ya se ha dicho, pero hay que ver si se asimila– deben buscarse en las empresas distribuidoras, no en la generación ni en el transporte de electricidad. Son las responsables de no haber hecho las inversiones necesarias, para garantizar un servicio que se resguarde de los picos de demanda e, incluso, de la demanda a secas. Su excusa es que no se les permite reajustar las tarifas y que en verdad operan a déficit, lo cual se contrasta con la pregunta de por qué permanecen en el negocio. Antes o después que eso, hay la respuesta de una economía que aún sigue creciendo, moderadamente, tras haber alcanzado tasas chinas. Mientras el país salía del infierno dejado por los sabios reaparecidos, entre quienes se cuentan los sucesivos funcionarios del área energética que fueron responsables del desquicio, funcionó el “canje” de “quedate y no inviertas, pero las tarifas se congelan”. Aquel país, con una desocupación pavorosa y más de la mitad de sus habitantes apartados de bienes y servicios esenciales, se convirtió en uno de reasignación más pareja de los recursos estatales, actividad industrial recuperada y boom de consumo (el lector sabrá comprender que en este aspecto no deben entrometerse las características productivas y culturales de tal avance; son, apenas, apreciaciones “técnicas” indesmentibles). En este país el canje ya no funciona, porque una economía recobrada hasta tal punto no aguanta –al ritmo y modo en que crecen los grandes centros urbanos– que a primera de cambio haya cableado y mantenimiento eléctricos atados con alambre. Hay quienes opinan que es absurdo plantear la estatización de las distribuidoras, con el argumento de que, si no se las sabe comandar y controlar, menos que menos se sabría gestionarlas. Eso no es cierto, pero no sólo porque este Estado ya demostró que puede ser eficiente en el manejo de empresas estratégicas. No es cierto porque el Gobierno las dejó (no) hacer a sabiendas, en función de aquel país que ya no es. ¿Qué se hace? ¿Se discriminan los subsidios entre ricos, clases medias y sectores populares? ¿No se puede porque es muy complejo? ¿Se puede, aunque sea complejo, pero los resultados se verían, con viento a favor, a mediano plazo? ¿Se extraen por otra vía más fondos, más capacidad contributiva, y se los administra y opera directamente desde el Estado, o con una empresa mixta u otras variantes? Bien podría pasar por esto último, pero la clave, en cualquier caso, es quiénes pagan para que la mayoría esté mejor, siempre y cuando no se refute desde subidas a platos voladores y con pérdida cognitiva de que estamos en un sistema capitalista. Con un gobierno progre, no con uno revolucionario que, si es por eso, tampoco propuso serlo; aunque, con lo hecho, ya marcó estar a la izquierda de esta sociedad. Extrae de la renta agraria, sin ir más lejos y sin que ese sector deje de andar de fiesta, y reparte con una orientación mucho más equitativa que lo conocido hasta ahora. Lo que se recuperó, en definitiva, es cierta capacidad del Estado como regulador de los desequilibrios sociales. Es con más Estado, jamás con menos, que deben hallarse las fórmulas y las experiencias para seguir avanzando. Eso incluye al paradigma y la operación energéticos, de la misma manera en que es aplicable a la mayoría de las variables de fondo. Como para ver algunas, se va el año en que fueron retomadas las líneas ferroviarias: el Mitre, el Sarmiento, el Roca, el San Martín, el Belgrano Sur y el Belgrano Cargas, aunque la foto siga siendo la estación Once (o precisamente por eso, tras el proceso constante de deterioro a partir de las privatizaciones del menemato). Se va el año de las protestas policiales en gran parte del país y el año del crecimiento o mostranza del narcotráfico, obligando a repensar integralmente a los organismos de “seguridad”, y si es sensato insistir con que sean estas policías las encargadas de proteger a la población. Se va el año del enfrentamiento del Gobierno contra un gran pedazo de la corporación judicial, que rechaza todo cambio sustantivo de su estructura ancestralmente conservadora. Se va el año en que la inflación continuó siendo un problema, y el año en que continuó diciéndose, con todo desparpajo, que la culpa corresponde con exclusividad al Estado y no a la cadena de valor de quienes forman los precios. Aunque parezca mentira, porque asoma como si hubiera sido allá por el fondo de los tiempos, también se va el año en que hubo elecciones legislativas nacionales. Se dio la lectura de que el Frente para la Victoria pudo asentarse como la fuerza principal en el total del país, y la de que lo central fue su derrota en los grandes conglomerados urbanos, sobre todo con la irrupción de Sergio Massa en territorio bonaerense. Pero ninguna, absolutamente ninguna, de las lecturas que se escojan invalida que la oposición permanece a la deriva en el objetivo –si es que lo tiene– de ofrecerse como opción de poder confiable. Ni siquiera para sus patrocinadores mediáticos. El fallo de la Corte sobre la ley de medios audiovisuales derrumbó las ínfulas opositoras a las horas, literalmente, de concluidos los comicios. Y la preocupación por la salud de la Presidenta se encargó de lo demás. Para bien y/o para mal, el año ratificó que es Ella, un abismo y recién después todos los que siguen. Un enorme reto para el conjunto opositor, que carece por completo de alguna figura con volumen indiscutible, como si fuera poco con sus luchas de egos y desarticulación política. Pero también para un kirchnerismo que, aunque no vaya a perder el liderazgo político de la jefa, deberá aprender a caminar con pies más propios. Y a todo esto, nombraron Papa a un argentino y la conmoción que el hecho provocó fue, por supuesto, imposible de parangonar. Pero, antes que tratarse de comparaciones, es cuestión de dimensionar lo auténticamente sucedido, tras semejante noticia, en la política local. Eso también debe incluirse en el balance. En orden correlativo, lo primero e instantáneo que hubo entre nosotros fue la contentura ampliada en el plano simbólico: nada menos que un Papa argentino, más reina y rey futbolístico. Las advertencias de unos muy pocos en torno del rol de este jesuita durante la última dictadura no solamente cayeron en saco roto, sino que fueron denostadas cual si fuera un sacrilegio obrado por la sinarquía marxista gobernante. Después, se destacó la actuación anti K del otrora cardenal. Desde allí, sin escalas y con una inconsistencia política asombrosa, se coligió que –con algunas reservas de forma– el nuevo papa seguiría siendo Bergoglio. Y que, por tanto, había sucedido para el kirchnerismo una noticia inimaginablemente negativa. Cristina desactivó esa patética intentona de operativo mediático y se erigió como jefa de Estado, no como Presidenta de marcados resquemores con quien había sido una suerte de “aséptica” punta de lanza de la oposición. Hizo todos los deberes, incluyendo sobreactuados que desembocarían en las concesiones lamentables brindadas a la curia durante el trámite de aprobación del nuevo Código Civil (y de las que cabe esperar que no sean finalmente concretadas, en nombre del raciocinio científico a más de la firmeza política). Algunos extravagantes adosan la designación de Capitanich, un católico ferviente, como gesto de acercamiento a la Iglesia. Pero los hechos demuestran que el jefe de Gabinete se carga al hombro una defensa convencida e irrestricta del modelo. Como se quiera, y como muestra del gataflorismo con que por acción u omisión procede la banda opositora, si Cristina hubiera reaccionado con desprecio frente al papa argentino la habrían acusado de ser una resentida incorregible. Al actuar diplomáticamente en sentido contrario, lo obstinado resultó ser su “desvergüenza”, y le descargaron toda la artillería, para exhibir que sus buenas migas con Francisco venían de ser su maltrato contra Bergoglio. Lo cierto es que, desde entonces, más o menos se acabó lo que iba a ser la tremenda influencia del papa argentino en la política argentina. El hombre ya tiene o tendría demasiado con los corruptos financieros, los pedófilos y las cabezas medievales, entre otras faunas de corporación, como para ocuparse de las esperanzas depositadas en él por la oposición de su país. Gracias si dejó trascender que recién vendrá al país en 2016. Sin embargo, algo subsiste en cuanto a la “utilización” de Francisco a como dé lugar. Es eso de que es hombre de diálogo, que no confronta, que busca la conciliación permanente y como debe ser. Eso del no conflicto, del apaciguar los ánimos, de no descansar hacia el reencuentro de los argentinos. De no profundizar la grieta. En primer lugar, claro, vaya la insistencia de interrogar quiénes son los conflictivos, los del bardo, los que agrietan. Pero más insistente y obvio todavía es el intríngulis de cómo sería una política sin conflicto. Es decir, sin que el conflicto sea, justamente, la razón de ser de la política, mientras se trate de beneficiar a los más afectando a más de los menos. ¿A favor y en contra de quiénes es la política no conflictiva que quiere esta gente de paz y amor? El 2013 también se va con esa pregunta, y se puede estar seguro de que es una de las grandes preguntas que cabe seguir haciéndose. Y cada vez, con mayor intensidad. 30/12/13 Página|12

LLUVIA DE CRITICAS POR LA INSOLITA ACTITUD DEL JEFE DE GOBIERNO PORTEñO Macri anunció la emergencia y se fue

Dijo que acortaba sus vacaciones por los problemas que atravesaban los porteños. Volvió el sábado, anunció la emergencia energética y el sábado a la noche ya estaba de vuelta en La Angostura. Luego de las críticas, dijo que hoy vuelve. El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, había anunciado que acortaría sus vacaciones, por lo que volvió el sábado a Buenos Aires para declarar la “emergencia energética” y dar una conferencia de prensa. Sin embargo, pasadas las 21 del mismo sábado, ya estaba de vuelta en el aeropuerto de Bariloche, bajando de un vuelo privado listo para retomar los días de descanso junto a su familia en Villa La Angostura. La actitud generó el inmediato repudio de todo el arco opositor político porteño. Ayer por la noche, luego del aluvión de críticas, la vicejefa porteña María Eugenia Vidal anunció que hoy a las 9.30 Macri ya estaría de vuelta para reunirse con los ministros que forman parte del comité de emergencia. Contaron quienes se encontraban allí que Macri se mostró molesto cuando en el aeropuerto se dio cuenta de la presencia periodística que registró su rápido retorno al sur luego de anunciar que había terminado sus vacaciones para dedicarse de lleno a atender las penurias de los porteños que llevaban varios días sin energía eléctrica. Lo esperaba –consignaron los cables de noticias– la camioneta de un dueño de laboratorios, con importantes propiedades en la zona de Bariloche y La Angostura. La situación venía a recordar la ocurrida en abril de 2012, cuando un fuerte temporal azotó la Ciudad de Buenos Aires, con saldo de víctimas fatales y destrozos materiales, mientras Macri estaba en San Martín de los Andes con su esposa Juliana Awada y su pequeña hija Antonia. Los referentes de la oposición porteña salieron ayer de inmediato a criticarlo. El diputado Juan Cabandié, quien hasta principios de mes ocupó la presidencia del bloque de legisladores del Frente para la Victoria en el recinto porteño, sostuvo que “evidentemente el ingeniero interrumpió sus vacaciones al mero efecto de hacer una conferencia de prensa. Esa conducta es algo recurrente, no sorprende. A Macri lo hemos visto en reiteradas oportunidades irse de la ciudad en medio de conflictos, sin hacerse problemas de lo que les suceda a los porteños”. Para Aníbal Ibarra, legislador porteño del Frente Progresista Popular, la actitud del jefe de Gobierno fue una “chantada”. “Macri se fue cuando hacía una semana que había cortes en la ciudad, es poco serio”, evaluó. “Vuelve de sus vacaciones para dar una conferencia de prensa y decir que la gente estaba desprotegida y abandonada e inmediatamente después toma un avión privado y retoma sus vacaciones”, insistió Ibarra. Sobre las medidas que anunció ayer el jefe de Gobierno en su breve paso por la ciudad, sostuvo que “más allá de su efectividad, tienen que ver con el show que le recomendó armar Duran Barba”. Al mismo espacio pertenece la legisladora Gabriela Alegre, quien opinó que “Macri no midió el impacto desde un primer momento” y que “tendría que estar al frente del operativo, del servicio de emergencia, la guardia de auxilio y el sistema de asistencia social, ya que de él dependen muchísimas cosas que hay que coordinar y poner al servicio de la gente”. “Más allá de que las empresas tienen que solucionar el problema de fondo, la situación requiere ponerse a disposición para resolver los problemas las personas”, consideró. Alegre apuntó a la conferencia de prensa de Macri: “Fue un aprovechamiento político”, sentenció. El legislador porteño Gustavo Vera, que integra el Bloque Verde Alameda miembro del frente UNEN, calificó el retorno de Macri a Villa La Angostura como “una chantada” y señaló que tanto él como sus funcionarios “no están a la altura de las circunstancias”. Vera advirtió que junto a otros legisladores habían realizado una convocatoria a sesión extraordinaria “hace 10 días para tratar cuatro proyectos de ley y como respuesta el macrismo decretó asueto en la Legislatura, cuando de hecho no está yendo nadie a trabajar”. Con respecto a los cortes de luz que afectan distintos sectores de la ciudad, Vera evaluó que se trata de “un sabotaje de la empresas eléctricas que buscan generar pánico en la población y provocar un tarifazo”. El legislador del Frente de Izquierda y los Trabajadores, Marcelo Ramal, ironizó sobre el tema al considerar que “lo que hizo Macri ayer es una caricatura de emergencia energética, no una verdadera emergencia”. Para Ramal, “las medidas que ordenó Macri no necesitaban de un decreto ni una conferencia de prensa, porque son las medidas lógicas de un Estado. No se dispuso ninguna medida extraordinaria para restaurar el servicio ni recursos para abordar una emergencia”. En ese sentido, exigió la apertura de la Legislatura y la discusión de los proyectos de ley que presentó el FIT, que contemplan la creación de cuadrillas adicionales de operarios y técnicos electricistas para atender los reclamos, así como la instalación de generadores. TWEETS DE ANIBAL FERNANDEZ DIRIGIDOS A MACRI “Se hace el sota con su amigo Caputo” Las críticas acerca del regreso de Mauricio Macri a sus vacaciones familiares en Villa La Angostura, tras haber anunciado en conferencia de prensa la conformación de un comité de emergencia en la Ciudad de Buenos Aires para afrontar los cortes de luz, sobrepasaron la frontera porteña y también se oyeron a nivel nacional. “Macri goza del blindaje opositor de La Nación y Clarín”, analizó el senador nacional Aníbal Fernández respecto de la actitud del jefe de Gobierno porteño y su responsabilidad en los diferentes problemas que atraviesan los porteños. Fernández afiló la lengua vía Twitter, cuando a través de pequeños mensajes comenzó con sus críticas dirigidas al jefe de Gobierno porteño. “Ayer (por el sábado) 28 de diciembre al mediodía, Mauricio Macri anunció que acortaba sus vacaciones para actuar personalmente ante cortes de luz” en la Ciudad de Buenos Aires, comenzó a reseñar el senador. “De inmediato, el blindaje de Clarín y La Nación titularon ‘Mauricio Macri interrumpió sus vacaciones para ocuparse de la crisis’.” Luego, mencionó que en la conferencia de prensa que ofreció, el funcionario porteño “habló de crisis energética y le echó la culpa al gobierno nacional”. “Es brillante cómo se hace el sota con la relación con su amigo y socio Nicolás Caputo, uno de los principales accionistas de Edenor”, ironizó Fernández. El diputado Andrés Larroque luego también pondría el acento en la relación personal de Macri con Caputo (ver página 7). Por último, Aníbal Fernández reseñó la hora en la que Macri regresó a Villa La Angostura pese a la crisis energética anunciada: “Como se puede observar, sólo fue una puesta en escena para los medios aconsejada por Duran Barba”, el asesor comunicacional de Macri. Dijeron que hoy vuelve A través de Twitter, la vicejefa María Eugenia Vidal trató de atajar las críticas a Mauricio Macri. “Volvió al Sur a buscar a su familia y en pocas horas estará nuevamente en Buenos Aires”, aseguró allí. Por la noche, luego de la ola de repudios, desde el gobierno porteño anunciaron que hoy a las 9.30 se reunirá en el Centro Unico de Coordinación y Control (CUCC) con los ministros que integran el Comité de Emergencia para luego hacer otra conferencia de prensa. Elisa Carrió festejó también en Twitter. “Hurra! Hurra! Jaja, los hicimos volver a todos y se harán cargo. Ahora estoy más tranquila”, escribió. 30/12/13 Página|12

Los cortes, las empresas y el gobierno

Una inadecuada estrategia política Por Alejandro Horowicz El clima impulsa la demanda energética, pero el cuello de botella se da por la escasez de inversión. La responsabilidad del Estado. “¡Bienaventurados los que pasan inadvertidos, porque no se les preguntará por qué están donde están!" H.F. Heard Esta temperatura es un dato objetivo. No cabe duda que fastidia, sobre todo cuando los picos de calor por encima de treinta y bastantes no escasean, dado que cruzamos la frontera del 21 de diciembre; pero el verdadero problema acontece cuando se transforma en un dato subjetivo, cuando la molestia exterior es acompañada por la convicción interna de la peligrosa gratuidad del sufrimiento personal. Ha llegado a morir gente por estos cortes de luz, y la vida de muchos está siendo puesta en tela de juicio. Las empresas eléctricas y el gobierno (nacional y municipal, en ese orden) son responsables de lo que está pasando. Y esa es también la percepción colectiva. Federico Pinedo hace centro en la estructura tarifaria. A su juicio se trata de una inadecuada política de precios. Y esa es una responsabilidad exclusiva del gobierno nacional, no de las empresas. Como los valores son inadecuados, dice, la energía termina siendo demasiado barata, por eso la inversión no resulta posible. Este argumento no deja de ser curioso. Si la producción de energía fuera el problema y no la transmisión, se podría considerar. Pero la inversión requerida para que el sistema soporte el aumento de la trasmisión –en los momentos pico– es mucho menor que la requerida para incrementar su producción. Recordemos, cuando durante el gobierno de Raúl Alfonsín se produjeron los cortes de energía el problema era doble: no sólo el mantenimiento de la planta eléctrica era deficiente, sino la producción era insuficiente. Hoy claramente no es así. Vamos Horowicz, es cierto que invertir en producción es más oneroso que invertir en mantenimiento, pero en todos los casos se trata de una reducción de los beneficios netos. Y los beneficios son la madre del borrego. Touché, ese es el punto: cuando se calculan los ingresos adicionales que tendría la empresa por incremento de la venta de energía, y se le descuentan los costos que tal incremento demanda, queda claro que no le conviene hacer la inversión. Los costos son mayores que los ingresos adicionales. Y si hubiera que aumentar la tarifa hasta el punto en que tal cosa no suceda, el precio del kilovatio resultaría prohibitivo. Los que desresponsabilizan a las empresas, como Pinedo, ni siquiera se proponen aumentar la tarifa, saben que no es el camino para resolver el problema, sólo intentan mantener la situación sin cambios, después de todo el verano no es eterno. Hace cinco años –6 de enero del 2008– Alfredo Zait escribía en el Suplemento Cash de Página 12, que en condiciones similares, con independencia del nivel tarifario, "las compañías piensan que no es rentable, invertir para sostener un sistema eléctrico preparado para esos días de máximas temperaturas, cuando la demanda alcanza picos extraordinarios". Leyó bien, pague usted lo que pague, y se muera quien se muera, las empresas no están dispuestas a invertir para que el sistema de transmisión tolere una demanda que la producción de energía está en condiciones de satisfacer. Por tanto queda claro que los cortes, los de ahora y los de entonces, "no fueron por imprevisión" sino por un "esquema de negocios que tal como está definido no obliga ni alienta a realizar las inversiones necesarias para evitarlos". Las empresas invierten lo mínimo, sin lo cual el sistema total colapsa, y por tanto cuando la demanda toca su techo, como sucedió el 28 de diciembre, según informó el Ministerio de Planificación con datos que aportara el Sistema Argentino de Interconexión (récord de demanda de potencia para un día sábado, a las 14:10 alcanzó un pico máximo de 21.264 megavatios) el sistema de trasmisión no lo tolera. Dicho en criollo, entre defender la tasa de ganancia empresaria y defender la sobrevivencia de los hombres y mujeres que habitan este sufrido territorio los gerentes no tienen la menor duda. Y en ese punto la regulación estatal no opera. Es decir, deja hacer y sucede lo que hubiera podido ser evitado. Esa es la responsabilidad del gobierno. Por cierto no se trata de un caso aislado, sino de un modus operandi. Así vienen actuando las empresas y así lo permite el Estado. Basta recordar para citar un solo ejemplo: el caso del transporte ferroviario, donde la muerte de Mariano Ferreyra y el "accidente" de Once impusieron el comienzo de un cambio de política. La imprevisión y la permisividad suelen ser la norma, y sólo cuando la catástrofe impone sus términos otra línea de acción pasa a ser considerada. El ministro de Planificación, Julio De Vido, dijo el sábado 28 que "la empresa italiana que es la principal accionista de Edesur no tiene actitud ni presencia para resolver el problema", y les pidió entonces a "las empresas argentinas" con acciones en Edesur que "asuman su responsabilidad como argentinos" ante los cortes de energía. "Me refiero al Grupo Caputo, Grupo Escasany, al grupo Miguens Bemberg, a Guillermo Reca y Guillermo Vázquez", puntualizó De Vido y agregó que "no es una crítica, simplemente les estoy pidiendo que tengan la actitud como argentinos con responsabilidad social y que actúen ante la situación que nos genera el clima". No cabe duda que el clima impulsa la demanda energética, pero conviene no ignorar que el cuello de botella esta dado por la política de inversión, y no queda tan claro que la nacionalidad de los inversores haga exactamente a la diferencia. Al menos, en los ferrocarriles la empresa era argentina y su comportamiento resultó idéntico. LA MARCHA DE LA POLÍTICA. Es evidente que las dificultades diarias para existir afectan la percepción política. El modo en que son procesadas induce a groseros equívocos. Si se mide la popularidad presidencial sin mayores precisiones, se corre el riesgo de aplanar estadísticamente el alto impacto que supone vivir 15 días sin luz eléctrica, en el quinto piso de un edificio de departamentos capitalino. No sólo se trata de subir por la escalera, acarrear agua, no tener heladera y por consiguiente sobrevivir sin cocinar o comiendo afuera, además dormir se vuelve una tortura adicional al no poder utilizar siquiera un modesto ventilador en la era del Split. Para no hablar de los problemas de salud que supone vivir sin electricidad para los precisan atención diferencial. Creer que esta experiencia es políticamente neutra requiere un modelo de "ingenuidad" casi inadmisible. Sin embargo, no faltan los politólogos que opinan que la primera mitad del año 2014 será devorada por el mundial de fútbol, y que si el seleccionado argentino disputa la final, la política seguirá en receso, y si los dioses fueran propicios, y Messi sacara de la galera los goles de la victoria, la situación sería cuasi idílica. No ignoro la relación entre fútbol y política, tampoco ignoro el carácter traumático de la experiencia en curso. Cualquiera que observe el comportamiento electoral en el Gran Buenos Aires, en las elecciones pasadas, y establezca la correlación entre votantes y zona de influencia del ferrocarril del oeste, comprobará que dirigentes con un alto nivel de implantación territorial, como Martín Sabbatella, hicieron la peor elección en muchos años. Es decir, pagó electoralmente la crisis ferroviaria. Entonces, creer que este complejísimo problema que impone tratamiento urgente y política de Estado, puede absorberse sin más, no sólo delata un nivel de cuasicinismo muy desagradable, además remite a una gravísima falta de comprensión política. Una sociedad puede no saber cómo se resuelven los problemas que la aquejan, pero pensar que directamente ignora que pasa, que carece de principio de realidad, bordea la insensatez. No es imposible ser insensato en política, lo que resulta imposible es no pagar las consecuencias por serlo. Sobre todo, cuando la principal carta de triunfo del oficialismo pasaba y pasa por Cristina Fernández, y todos saben que en 2015 Cristina ya no será candidata a nada. Infonews

Jugando al golf

Jugando al golf El secretario de Energía, Daniel Cameron, fue fotografiado el sábado por la tarde jugando al golf en el country Boca Ratón de la localidad bonaerense de Pilar, mientras miles de usuarios aún continúan sin luz en Capital y Gran Buenos Aires. Las fotos fueron publicadas por el sitio web de TN, y allí se informó que estuvo jugando entre las 11 y las 15 horas. El funcionario no formuló ninguna aclaración y desde el Gobierno tampoco se pronunciaron aún sobre el tema.

Un comité conjunto para apurar soluciones

FUNCIONARIOS DE LA NACION Y DE LA CIUDAD ACORDARON COORDINAR TAREAS PARA DAR RESPUESTA A LOS RECLAMOS POR LOS CORTES Apuntan a optimizar las tareas de reparto de agua, dar ayuda a los vecinos con problemas de salud y supervisar las tareas de las cuadrillas de Edenor y Edesur. El gobierno nacional y el bonaerense decretaron asueto desde las 12. En un día en que la térmica de la Ciudad de Buenos Aires trepó por encima de los 40 grados, el gobierno nacional y el porteño salieron a coordinar acciones para asistir a los afectados por los cortes de luz y la falta de agua. Funcionarios de la Nación y el macrismo pusieron en marcha una suerte de comité de crisis ante la emergencia, para optimizar las tareas de reparto agua, supervisión de las cuadrillas de Edenor y Edesur que deben hacer las reparaciones y dar respuesta a los vecinos que sufren descompensaciones por el calor. La reunión para fijar pautas de trabajo de común había sido reclamada el sábado por el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, que sin embargo ayer no participó en el encuentro porque volvió a irse de vacaciones tras declarar la emergencia energética. Aunque el servicio se fue reconectando en muchos barrios, todavía quedaban once mil usuarios en el área metropolitana –el número se refiere domicilios y no a personas– afectados por los apagones. Para ahorrar energía, hoy habrá asueto para el personal de la administración pública tanto en la Ciudad como en la Provincia de Buenos Aires. La medida regirá desde el mediodía para todas las reparticiones públicas. El macrismo ya había decidido el asueto al comenzar el fin de semana y ayer la Casa Rosada y la gobernación bonaerense anunciaron la misma medida. La coordinación busca disminuir la superposición en la asistencia y acelerar los tiempos de respuesta, especialmente delicados cuando hay ancianos afectados. En el encuentro de trabajo, que se realizó en el Centro de Comando y Control de la Ciudad, en el barrio de Colegiales, el director nacional de Emergencia, Carlos Zoloaga, en representación del gobierno nacional, explicó a los funcionarios porteños los operativos que desde hace una semana viene realizando la Nación para auxiliar a los sectores más vulnerables ante la cortes de electricidad. Ante la ausencia del jefe de Gobierno, la delegación porteña estuvo encabezada por la vicejefa María Eugenia Vidal, que fue acompañada por el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y el ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro. Zoloaga les detalló la ubicación de los siete operativos que la Nación dispuso para atender a los vecinos afectados, en los que varios ministerios –Defensa, Seguridad, Desarrollo Social y Salud– trabajan con efectivos de las policías Federal y Aeroportuaria, la Prefectura y la Gendarmería. A partir de este esquema, los funcionarios porteños y los nacionales coordinaron pautas de trabajo ante la crisis. La Nación le solicitó por otra parte al gobierno porteño que extremara los trabajos de limpieza en calles y plazas, porque hay un anuncio de lluvias y tormentas. La ministra de Defensa, María Cecilia Rodríguez, y el titular de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, fueron los encargados de dar, ya cerca del anochecer, un primer informe de la situación. Rodríguez señaló que todavía hay once mil afectados por los cortes de luz –el dato corresponde a las ocho de la noche–. “El número de afectados es menor (al del sábado); por suerte, la cantidad de usuarios sin luz ha disminuido bastante este fin de semana”, aseguró la funcionaria. Según agregó, la decisión es mantener a efectivos de las cuatro fuerzas federales en la calle mientras dure la crisis. Para el operativo hay 17 mil hombres de las cuatro fuerzas trabajando en la Capital Federal. Según dijo Montenegro, el gobierno porteño sumó a ellos “entre 4500 y 5000” personas más, entre policías metropolitanos y personal de los ministerios y secretarías. Los funcionarios evitaron hablar de la eventual estatización de las concesionarias eléctricas, tanto como mantener cualquier discrepancia pública frente a la situación. Las referencias a las protestas de los vecinos afectados por la falta de energía eléctrica, que ayer hicieron nuevos cortes de calles, tampoco se llevaron más que una mención. Contaron, sí, que durante la jornada estuvieron recorriendo los trailers de asistencia, entregando agua potable, atendiendo las emergencias por cuadros de salud y monitoreando que los cortes de calle no pasaran a mayores. Los asuetos El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, anunció que durante la jornada de hoy, a partir del mediodía, habrá asueto para la administración pública. Horas más tarde, la gobernación bonaerense tomó la misma medida. La Ciudad ya había dispuesto también el asueto, por lo que esta tarde no habrá actividad en las reparticiones públicas de los dos distritos. “Por expresa instrucción de la Presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) estamos trabajando desde este comando unificado, no desde ahora sino desde que esta ola de calor empezó a considerarse cada vez más extrema y grave”, indicó al hacer el anuncio. Como al asueto seguirán los feriados nacionales por el fin de año, las oficinas públicas permanecerán cerradas también el martes, miércoles y jueves durante todo el día. En cuanto a los bancos, mantendrán las persianas bajas el martes y miércoles. A su vez, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) recomendó que durante el día de hoy las empresas ubicadas en el área metropolitana “cierren total o parcialmente” para “ahorrar suministro eléctrico”. En el gobierno porteño y ante la ausencia de Macri, le tocó a la vicejefa María Eugenia poner la cara. La funcionaria, que advirtió que los cortes de luz “vinieron para quedarse”, aclaró que durante el encuentro con los funcionarios de Nación “no se trató” la posibilidad de traspasar el servicio eléctrico a la Ciudad, como sugirió días atrás Capitanich, sino que sólo se evaluaron acciones conjuntas para “asistir a los damnificados”. En su cuenta de Twitter, la vicejefa anunció por otra parte que Macri retornará a la ciudad “en pocas horas”. Los apagones encontraron al jefe de Gobierno de vacaciones en Villa La Angostura. Si bien el sábado volvió para decretar la emergencia energética en la Ciudad y dar el asueto de la administración pública, después de estos anuncios, el lider del PRO se volvió a ir en un avión privado al aeropuerto de Bariloche. Cuando trascendió la noticia, Vidal tuiteó una justificación, al asegurar que Macri sólo había vuelto “a buscar a su familia y en pocas horas estará nuevamente en Buenos Aires”. Voceros del macrismo informaron anoche que el jefe de Gobierno tiene en agenda hoy una reunión con sus ministros para analizar la situación de la crisis energética, tras lo cual hará una conferencia de prensa. CONTINUAN LAS INTERRUPCIONES DEL SERVICIO ELECTRICO EN EL AMBA Calor, cortes y nuevo record Anoche, a las 23, el consumo de energía según Cammesa fue de 20.708 megavatios, un nuevo record para un día domingo. Hubo cortes de luz en numerosos barrios de Capital y el Gran Buenos Aires. El Gobierno dijo que hay 11 mil viviendas afectadas. Por Fernando Krakowiak Los cortes de luz continuaron ayer en Capital y Gran Buenos Aires. Hubo interrupciones del servicio en Mataderos, Constitución, Floresta, Flores, Caballito, Villa Crespo, Almagro, Villa del Parque, Barracas y en numerosos barrios del conurbano. En la mayoría de los casos, no son apagones que abarquen amplias zonas, sino cortes aleatorios en distintas cuadras. La ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez, informó que aún quedan 11 mil viviendas sin luz. Los problemas comenzaron hace más de dos semanas y ni el Gobierno ni las empresas adelantaron cuándo podría quedar normalizada la situación. La ola de calor tampoco ayuda y mete más presión. Anoche a las 23 horas el consumo de energía, según Cammesa, fue de 20.708 megavatios, un nuevo record para un día domingo. Durante las últimas semanas, la oferta disponible de energía fue suficiente para abastecer la demanda del sistema, pero igual se produjeron cortes porque las que no resistieron fueron las redes de distribución. Hubo problemas en numerosas cámaras donde se quemaron cables y transformadores. La explicación es que Edenor y Edesur no invirtieron lo necesario para afrontar los picos de demanda. Las empresas sostienen que la inversión fue insuficiente porque el congelamiento tarifario no les da margen para mayores desembolsos. Sin embargo, en el Gobierno responden que las tarifas no son el problema porque el servicio está subsidiado. Incluso recuerdan que en la década del ’90 las distribuidoras tenían sus ingresos dolarizados e indexados y eso no impidió que en febrero de 1999 la falta de inversión de Edesur derivara en un gigantesco apagón que dejó sin servicio a 150 mil viviendas de la Ciudad de Buenos Aires durante once días. Más allá de las causas por las que las empresas no invirtieron lo que hacía falta, el principal problema para el Gobierno es que lo ocurrido dejó en evidencia un control estatal insuficiente. Las empresas no sólo no tienen instalaciones adecuadas para afrontar los picos de demanda, sino que la respuesta luego de los cortes viene siendo muy pobre. Una vez interrumpido el servicio, ni Edesur ni Edenor informan a los usuarios cuál es el problema y cuánto tiempo podría demandar su resolución. En los edificios de la ciudad la situación es crítica, fundamentalmente para las personas mayores y las familias con bebés y niños, que quedan desamparadas frente a la indiferencia e irresponsabilidad con que actúan las empresas. Cuando los clientes realizan el reclamo, la única respuesta es que el inconveniente continúa pendiente y que se está trabajando en el tema. Por lo general, ni siquiera es una persona la que informa el dato sino un contestador automático o un SMS. El ministro de Planificación, Julio De Vido, cuestionó el sábado esta actitud de los privados y puso el foco fundamentalmente en Edesur, controlada de manera indirecta por la extranjera ENEL. “La empresa italiana no tiene actitud ni presencia para resolver el problema”, aseguró. Por eso les pidió mayor protagonismo a los accionistas argentinos de la distribuidora: Caputo, Escasany, Miguens-Bemberg, Reca y Vázquez, quienes poseen una porción minoritaria de la firma. Edesur publica hoy una solicitada en los diarios donde una vez más les pide disculpas a sus clientes por las molestias que les está provocando. La compañía informa que puso en servicio 130 grupos electrógenos y que está repartiendo agua a través de un acuerdo con Aysa, pero ante los pedidos individuales o colectivos que formulan los vecinos en la mayoría de los casos no hay respuesta. El Gobierno ya adelantó que va a multar a las firmas y que los usuarios serán resarcidos económicamente. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Planificación, Julio De Vido, adelantaron incluso que la estatización del servicio también es una opción que están evaluando. Sin embargo, por ahora no habrá ningún anuncio. Lo primero que quieren los funcionarios es que las empresas normalicen la situación y después entonces se verá qué hacer. Consideran que antes no tiene sentido porque mientras la gente siga sin luz cualquier medida le resultará insuficiente. Las multas y los resarcimientos ya se dan por descontados, pero la posibilidad de una estatización es más incierta. Las empresas dicen que el negocio no es rentable, pero ninguna entrega la llave y se va. Las motivaciones para no hacerlo son varias. Especulan con una suba de tarifas o directamente con la posibilidad de que el Gobierno les quite la concesión, pues en ese caso reclamarán una indemnización ante tribunales internacionales. Los que están a favor de estatizar afirman que hay argumentos de sobra para rescindir el contrato haciendo valer incumplimientos por parte del concesionario, pero la situación no es tan sencilla porque, desde 2002 hasta la actualidad, los contratos registran incumplimientos de ambas partes. Por lo tanto, si se decide tomar ese camino serán los abogados los encargados de librar la batalla. El eventual reclamo de una indemnización no es lo único que hace dudar al Gobierno. También influye la delicadísima situación financiera en la que se encuentran las distribuidoras, con deudas millonarias, y el riesgo que supone asumir la responsabilidad de gestionar la empresa de manera directa en este contexto crítico. fkrakowiak@pagina12.com.ar OPERATIVO DE SALUD Y DEFENSA Agua y médicos El Ministerio de Defensa se encuentra involucrado en el operativo de emergencia por la crisis energética. Entregó 8500 litros de agua envasada en sachet e instaló cinco puestos sanitarios en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires. Articula su disposición con el Ministerio de Salud de la Nación, en el marco del operativo de seguridad lanzado por el gobierno nacional por la emergencia climática. “Para asistir a los vecinos que se encuentran sin energía eléctrica ni agua potable, se ha puesto a total disposición la planta potabilizadora y ensachetadora de agua que se encuentra en Villa Martelli”, informó el ministerio que conduce Agustín Rossi. A su vez, señalaron que se entregaron “17 mil sachets (8500 litros) de agua potable envasados en la planta potabilizadora al Ministerio de Seguridad”, en el marco del operativo. La cartera de Defensa informó que “se encuentran habilitados cinco puestos sanitarios con hombres y mujeres especializados, pertenecientes a las áreas de sanidad del Ejército y la Armada”. Las cinco unidades sanitarias desplegadas en la Ciudad se encuentran en las esquinas de Juan B. Justo y Honorio Pueyrredón, en el barrio de Caballito; Segurola y Alvarez Jonte, en Villa del Parque; Avenida San Martín y Cucha Cucha, en La Paternal, Rivadavia y Lacarra, en Flores y en Warnes y Dorrego, en Villa Crespo. Además “hay alistada una ambulancia”, y para hoy preveían tener “preparados diez mil sachets de agua potable para ser utilizados según la necesidad que requiera el operativo”. El Ministerio de Salud también instaló trailers sanitarios en otros cinco puntos de la Ciudad: Magariños Cervantes y Donato Alvarez; Avellaneda y Bahía Blanca; Baigorria y Cuenca; Rawson y Díaz Vélez, y Alberdi y Pilar. Jugando al golf El secretario de Energía, Daniel Cameron, fue fotografiado el sábado por la tarde jugando al golf en el country Boca Ratón de la localidad bonaerense de Pilar, mientras miles de usuarios aún continúan sin luz en Capital y Gran Buenos Aires. Las fotos fueron publicadas por el sitio web de TN, y allí se informó que estuvo jugando entre las 11 y las 15 horas. El funcionario no formuló ninguna aclaración y desde el Gobierno tampoco se pronunciaron aún sobre el tema. Baratta vs. Larreta El subsecretario de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación Federal, Roberto Baratta, afirmó ayer que a la ciudad de Buenos Aires “le va a llevar mucho más que dos años revertir el fuerte déficit en planificación y ejecución de obras hídricas, escuelas y hospitales”. En un comunicado, Baratta respondió así al jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien por la mañana había afirmado que “el problema de los cortes de luz va a durar dos o tres años”. 30/12/13 Página|12