miércoles, 31 de julio de 2013

En la vida hay que elegir y Massa eligió Clarín

En la vida hay que elegir y Massa eligió Clarín Las últimas encuestas de Enrique Zuleta Puceiro y Poliarquía, que revelaron una inquietante paridad entre los intendentes de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y el de Tigre, Sergio Massa, para el ensayo electoral de las PASO de cara a las elecciones de octubre, alteraron el clima hasta ahora exageradamente festivo y optimista del cuartel general del nuevo enfant terrible de Clarín y La Nación. Era previsible. A medida que Cristina Kirchner se involucrara en la campaña y definiera más claramente que su candidato oficial era Insaurralde, el voto filo-kirchnerista que veía con buenos ojos el experimento supuestamente cándido y balsámico del tigrense iba a reorientar su voto en apoyo del oficialismo. Por Roberto Caballero Frente a este escenario, Massa reaccionó endureciendo el discurso sobre seguridad, un hit de los tiempos pretéritos de Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf, sacándose el saco para pelear en un spot que recuerda a Fernando de la Rúa golpeando sin convicción la mesa del programa de TV de Mariano Grondona. La sobreactuación tiene una única intención: ir en busca de los votos "hartos", de derecha dura y bien antikirchnerista, del colombiano Francisco De Narváez, para inyectarle una recobrada vitalidad a su propuesta light, hoy amenazada por el repunte de Insaurralde, que se hace cada vez más conocido y atractivo, incluso para los críticos del oficialismo. La otra decisión de Massa ante esta realidad inesperada que comienza a preocuparlo fue definir su alineamiento mediático. Si en la vida hay que elegir, el tigrense eligió a Clarín. Durante el programa Infama, del picante Santiago Del Moro, puesto a optar entre Página 12 y Clarín, eligió como diario de cabecera el de Héctor Magnetto con pompa y sin remilgos. En estos tiempos, la suya es toda una definición política. En el contexto abierto por la Ley de Medios de la Democracia, con Clarín como ariete antikirchnerista sacado de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), lo de Massa es la verbalización de una alianza hasta ahora disimulada en la figura amigable de Mirta Tundis. En el pasado hubiera pasado como un pin pong alegre sobre gustos del candidato. Ya no. La sensación es que Massa arrancó hace dos semanas en el techo de sus posibilidades electorales. En el camino, probó asociarse al PRO de Mauricio Macri, fuerte compromiso que mantiene en San Isidro, Vicente López y todo el corredor de la zona norte del Conurbano, donde su cartelería es amarilla intensa y con el logo del partido autonomista porteño. Pero, en función de las encuestas, fue bastante patético ver cómo reculó y hasta ensayó con Macri un desacuerdo que no existe para no espantar al supuesto peronismo provincial no kirchnerista. No es menos llamativo que, jugado por jugado, elija aferrarse a los pantalones de Héctor Magnetto y sus 250 licencias televisivas y radiales. Massa necesita sacarle diez puntos al kirchnerismo para soñar convertirse en una referencia indiscutible de todas las oposiciones existentes para octubre, que es la elección que vale. El poderoso aparato comunicacional concentrado de Clarín es un socio formidable para cumplir con su deseo, ahora que descubrió que no hay tantos kirchneristas dispuestos a abandonar el barco que conduce Cristina Kirchner para subirse a la Interisleña que ofrece como si fuera un trasatlántico de lujo. Los títulos, los copetes, los epígrafes y los zócalos que abastecen a granel su ilusión desde el búnker de la calle Tacuarí, ahora más que nunca, seguramente reconfortarán el narcisismo del tigrense para enfrentar el desafío próximo. Pero en democracia, deciden las urnas. En la vida hay que elegir y Massa eligió a Clarín. Resta saber a qué intendente, si al de Lomas o al de Tigre, eligen los bonaerenses para que trabaje como diputado, haciendo leyes y debatiéndolas en el Parlamento; y no para ser estadista, como Magnetto quiere hacernos creer desde la hipnótica influencia que ejercen sus medios ilegalmente monopolizados. Infonews

Las maldades de la política Por Alejandro Horowicz

La maldad de la política, de esta política, sigue siendo la constante, y Carlos Saúl Menem la sintetiza. Leer los diarios se ha vuelto un trabajo. No me quejo. Hace años que forma parte de mis hábitos sistemáticos. El día arranca con desayuno y diarios, en ese orden. Cuando empecé, en los '60, me los devoraba. Entenderlos era el asunto. Entonces aparecieron los semanarios: Primera Plana, Panorama, Confirmado. La sombra de Jacobo Timerman atravesaba la prensa escrita, el modelo de la revista Time. Esos medios eran el backstage de la información, las columnas para la interpretación de la realidad: azules y colorados, peronistas y antiperonistas, la irrupción del psicoanálisis, los cambios de la vida cotidiana, el cine de autor y la Revolución Cubana; entender, interpretar los nudos problemáticos, entender el mundo cambiante de la bipolaridad, entendernos a nosotros mismos, esa era la razón de la información, del periodismo. Y los diarios de ese entonces cambiaron, se vieron obligados a elevar la puntería. Ya no alcanzaba con "pegar" los cables. El valor agregado del periodista especializado se volvió insustituible. Incluso la televisión dejó de ser el hijo bobo del divertimento, y aportó la instantaneidad de la noticia mediante noticieros notables. El Reporter Esso hizo escuela. En 15 apretados minutos, con elevadísimos picos de audiencia, Armando Repetto, bajo la batuta de Luis Clur, construyó el exitoso modelo que todos imitaron. Corría el año '63, y los programas periodísticos con analista y todo se volvieron parte del menú televisivo. Nada de esto ha sobrevivido. La dictadura burguesa terrorista del '76 fue bloqueando ese camino. Antes el Operativo Independencia educó a los medios. La distancia entre lo que sabíamos que pasaba y lo que se publicaba terminó por abrumar. La prensa perdió centralidad. Las secciones cambiaron de peso. El deporte ganó espacio incluso en los diarios "serios", la economía era la ultima ratio, y la interpretación de la política fue sustituida por los chimentos del poder. Los "analistas" recalentaban la misma data contada más o menos del mismo modo. Los monótonos discursos de oficiales retirados o en actividad, repetidos hasta la indecencia, ganaron la página central de diarios en perpetua cadena nacional; habituarse a leer en entrelíneas para averiguar alguito, el método contra la pobreza informativa; todo lo que importaba no se podía mentar; Jorge Rafael Videla explicando, sólo es un modo de contarlo, que había personas que no estaban más, que habían desaparecido, terminó por modificar el lenguaje nacional e internacional. La palabra "desaparecido" no requiere traducción. Ese es uno de los logros permanentes del '76, pero no es el único. La política como actividad se volvió sospechosa. Política y subversión se volvieron perfectamente intercambiables. Era tiempo de poner remedio a tanta voluntad transformadora. Debía quedar claro, la política no era una actividad para todos, sino un métier de profesionales: una barrera china separó a los ciudadanos de a pie de los políticos. En ese terreno se situó el botín de guerra. Entre las cosas que no se podían publicar, pero que todos sabían, los operativos contra la "delincuencia subversiva" se llevaban las palmas. Bastaba que se marcara un "sospechoso" para que un camión de mudanzas se ubicara en la puerta y todo fuera desprolijamente embalado. Muebles y enseres, libros y papeles, absolutamente todo se cargaba para la venta. Los grupos de tareas actuaban como si no fueran órganos del Estado, como si no se alimentaran del presupuesto público, como si las finanzas de sus integrantes sólo dependieran de su "capacidad" recaudadora. Era una verdadera privatización, y terminó siendo el modelo de todas las demás. La confluencia entre público y privado dejó de estar mediada, el proyecto político pasó a vago enunciado de circunstancias. Los integrantes de un grupo de tareas pasaron a tener genuinos intereses crematísticos. Eran los socios menores de una vasta operación de saqueo. Y las propiedades de los oficiales superiores, las de Emilio Eduardo Massera, por ejemplo, ya no podían compararse con las módicas casas de sus antecesores en el cargo. Alejandro Agustín Lanusse, presidente de facto entre 1971 y 1973, vivía en un departamento de clase media acomodada, atendía directamente el teléfono y servía el café a su circunstancial interlocutor. Dependía de su jubilación para pagar las expensas, y aunque era el integrante de una familia tradicional no podía pagarse una oficina propia en la década del '90. Cuando escribió con el "Conejo" Pandolfi las Confesiones de un general, para la Editorial Planeta, se juntaban a trabajar en el living. Ese sí que era un escándalo. El estallido de 2001 puso en entredicho el modelo menemista hasta un cierto punto. Con la democracia parlamentaria del '83 ni se comió, ni se educó, y mucho menos se cambiaron los valores puestos en circulación por José Alfredo Martínez de Hoz y sus mejores muchachos. La verdad se relativiza hasta volverla irreconocible. El mundo de la política y el de las empresas actúa con idéntica liviandad. En un lugar se dice una cosa y a pocos kilómetros de distancia se practica exactamente la contraria. Voy a dar un ejemplo entre centenares. La cadena de supermercados Carrefour cobra las bolsas de plástico a sus clientes capitalinos. Sostiene que se trata de una política ecológica, y que este es un instrumento para disuadir, reducir el uso de tales bolsitas. No cabe ninguna duda: un material inconveniente que se usa unos minutos para tardar años en ser reabsorbido por el planeta, como reza en la publicidad porteña de Carrefour. Eso no impide que en Paraná las mismas bolsitas, que hacen idéntico daño, en la misma cadena de supermercados se regalen, y que nadie alerte sobre el cuidado del planeta ni sobre ninguna otra cosa. La publicidad es un argumento de venta, o un negocio de circunstancias, pero de ninguna manera obliga a la empresa a un cierto comportamiento de principios. Y que una ONG llame la atención sobre el asunto, a menos que logre decenas de miles de firmas, no cambiará las cosas. Las campañas publicitarias de los partidos políticos siguen una lógica similar. De un lado de la General Paz se forma parte de una coalición que del otro no existe, de un lado se intenta ser opositor y del otro un oficialista muy tibio, ya que se dirigen a distintos mercados. Basta mirar los afiches para entender: todos tienen una foto sometida a un cuidadoso photoshop, donde los candidatos son más lindos, más jóvenes y muchísimo más intercambiables. Y al pie, como casi al descuido, la marca bajo la que compite; en algunos casos ni eso, sólo el número de la lista y punto. Cuidado, eso no quiere decir que no se decida nada. Sólo estoy subrayando el modo que esta decisión asume. Por eso el no decir, el dejar todo en aguas de borrajas, pareciera la estratagema salvadora. Ese estático abordaje sirve si nada se mueve. La campaña más pobre también incluye alguna clase de intercambio polémico. Y el discurso pastoral que al comienzo mide comienza a ser erosionado. Una encuesta publicada por La Nación registra que Sergio Massa pierde caudal a manos del oficialismo K, y de la violenta oposición que encabeza el colorado De Narváez. Los que apuestan a transformarlo en un punto de referencia de un oficialismo suavemente crítico corren el riesgo de perder esa apoyatura, y los que lo votarían por integrar las huestes de una oposición tranquila empiezan a otear otros pastos. Si los cimientos se conmueven, los que juegan a ganador, que no son pocos, abandonarán el barco, y una trabajosa maqueta del laboratorio comunicacional concluirá en fallido. No es obligatorio que suceda, pero conviene admitir que tanta fragilidad nos recuerda que la interna del peronismo sigue siendo el corazón de la política nacional. Mientras tanto, Carlos Saúl Menem sigue siendo senador, y difícilmente antes de octubre deje de serlo. La maldad de la política, de esta política, sigue siendo la constante, y Menem la sintetiza. Infonews

Sergio Massa, una incógnita predecible

Locuaz, histriónico, su imagen en el mercado electoral es la de alguien ajeno a la política. Por Jorge Muracciole Desde el conflicto con las patronales agrarias, en el otoño del 2008, la consigna opositora "el fin del ciclo kirchnerista" fue reiterada hasta el hartazgo por las redes de comunicación opositoras. Lo que quedó en evidencia en el transcurso del último lustro ha sido que los pronósticos tan solo quedaron en meras expresiones de deseos de la impotencia política del conglomerado opositor. Esta vez las hipótesis de fin de ciclo se disparan por la decisión de Sergio Massa de competir con lista propia en las elecciones legislativas de octubre. El sueño de los más acérrimos opositores al kirchnerismo, –de la cuña dentro de las filas gubernamentales– esta vez se hizo realidad. No fue el eterno candidato a dar el paso al costado, la esperanza opositora en las filas kirchneristas, Daniel Scioli. El bienvenido al blindaje mediático de la corpo esta vez fue un personaje típico de la política descafeínada de la escena contemporánea. Locuaz, histriónico, como una suerte de yuppie venido de la clase media de cualquier barrio capitalino. Su imagen en el mercado electoral es el de alguien ajeno a la política, un mero administrador de un municipio donde el brillo del turismo y el negocio inmobiliario de élite eclipsan el déficit en materia de infraestructura básica para importantes sectores de sus habitantes. Pero pese a esos datos que expresan los límites de su gestión en el municipio de Tigre, en cuestiones tan básicas como el tendido de agua corriente y la red cloacal, es instalado en el escenario electoral por la prensa hegemónica como el articulador de consensos amplios y el estandarte del post kirchnerismo. En esa alquimia política, desde el peronismo funcional a las recetas de los dueños del poder, se perfila el líder de la renovación, como catalizador de kirchneristas descontentos hasta liberales posibilistas que sueñan con un revival de los noventa, de la trágica alianza de la Ucedé y el Menemismo. Pese a contar con tres candidatos del PRO en sus listas, y de numerosos candidatos a consejales en diferentes municipios, a días de las PASO Sergio Massa sigue sin confirmar ante la opinión publica su alianza estratégica con el macrismo. Desde su aparición en la portada de Clarín, donde se confirmaba la primicia de la presentación de la lista de Renovación Peronista, Sergio Massa afirmaba que la suya no era una lista en contra de nadie sino en favor del consenso. Pero en su primer definición política aclaró su oposición a cualquier propuesta de re-elección. Se manifestó favorable a la Asignación Universal por Hijo y a determinadas medidas que han llevado el sello de las administraciones kirchneristas, como la re-estatización de los fondos de las AFJP, marcando asimismo su distancia con la democrática promulgación de la Ley de Medios, por amplia mayoría parlamentaria hace tres años, por entender que la misma "divide a los argentinos". Particular forma de entender la política del joven nacido en la década de los noventa en las filas de la Ucedé de María Julia Alsogaray, quien junto al caudillo riojano impuso las privatizaciones más escandalosas de la región, que hipotecaron el futuro de generaciones de argentinos. En esas políticas propias de la derecha neoliberal no se tuvo en cuenta, por los actuales "campeones del consenso ecuménico", el interés general. Sino que se privilegiaron los negocios privatistas de los dueños del dinero nativos, en asociación con las grandes corporaciones multinacionales, haciendo posible el desguace del Estado regulador, apropiándose a precio de remate de los recursos naturales estratégicos. Son esos mismos intereses que hoy dan prensa a la operación pendular de los sectores más dóciles del peronismo, en connivencia con el establishment de la dependencia. Lo que nadie sabe es cuál será en términos programáticos el post kirchnerismo del joven presidenciable. Cuál será el rol del Estado. Cómo se constituirá la agenda político-social que solucione las asignaturas pendientes de diez años de gobiernos kirchneristas. Temas como el trabajo precario heredado de las décadas de políticas neoliberales serán muy difíciles de eliminar con una alianza estratégica con el macrismo y sus concepciones de libre–mercado y de maximización de ganancias empresarias. Lograr la autosuficiencia energética con políticas propias de la alianza noventista tampoco será el camino más idóneo. Poder superar los guarismos en materia de creación de empleo obtenidos en la última década sin una política industrial definida, no será una tarea fácil para el mediático candidato de la Renovación Peronista. En síntesis, qué política regional diferenciada de la actual desarrollaría una alianza entre el massismo y el PRO, que no fuera el alineamiento a las políticas de EE UU y la restauración del ALCA. Infonews

UN EX CURA GAY ENVIO UNA CARTA AL PAPA POR SUS DICHOS SOBRE LOS HOMOSEXUALES “Queda mucho camino por recorrer” Andrés Gioeni dejó los hábitos después de asumir su orientación sexual. En una misiva a Francisco le pidió que se adecue “a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo”. Las otras repercusiones tras las declaraciones del pontífice en el viaje después de Brasil. Tras las declaraciones del papa Francisco en las que hizo mención a los homosexuales, distintos miembros de organizaciones de la diversidad sexual continuaron ayer pronunciándose sobre esos dichos. Martín Canevaro, presidente de 100% Diversidad y Derechos, consideró que todavía hace falta “una condena explícita” por parte de la Iglesia en contra de la violencia y la discriminación que sufre la comunidad homosexual. A su vez, Pedro Robledo, el joven militante del PRO que fue agredido por su condición sexual y que es, además, integrante de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt), escribió una carta pública en la que indicó que los dichos del Papa son el indicio de que “comienza un nuevo mundo”. Andrés Gioeni, un ex sacerdote gay mendocino, le envió una carta al jefe del Estado vaticano en el que lo instó a adecuarse “a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo”. Durante una rueda de prensa a bordo del avión de regreso a Roma desde Río de Janeiro, el Papa aseguró el lunes que no juzga a los homosexuales. “Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla? El catecismo de la Iglesia Católica explica y dice que no se debe marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad”, dijo Francisco. Gioeni, un sacerdote mendocino que dejó los hábitos luego de revelar públicamente su orientación sexual y comenzó a dedicarse al modelaje, la actuación y la escritura, celebró “el aire fresco” que ha significado la llegada de Francisco al Vaticano, pero advirtió “que queda mucho camino por recorrer”. En la carta que le escribió al nuevo pontífice, el ex sacerdote gay lo instó a adecuarse “a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo”. “Alguna vez fui sacerdote católico, pastor, compartí ese ímpetu misionero y esa necesidad de reclamo de apertura eclesial. Hasta que decidí abrirme a un costado cuando descubrí mi propia tendencia homosexual y admitir mi imposibilidad de ejercer el ministerio pastoral en celibato”, indicó Gioeni en la misiva, publicada en su cuenta de la red social Facebook. “Me atrevo a hacerme portavoz de una gran porción de personas que pertenecemos a la comunidad homosexual. Y simplemente, con humildad, pedirle encarecidamente que incentive, estimule, promueva y acompañe una mayor profundización en la teología moral sexual acerca del lugar y la experiencia de la persona homosexual”, solicitó el ex cura, quien explicó que se siente “feliz y realizado” tras llevar diez años viviendo con una pareja del mismo sexo. Gioeni dejó en claro que no pretende que el nuevo pontífice renuncie a la doctrina eclesiástica sino que “la ayude a seguir creciendo y adecuándose a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo que nos desafían a encontrar nuevas respuestas”. “¿De verdad el amor de dos personas, siendo del mismo sexo, no demuestra ni refleja nada del amor de Dios?”, cuestionó el ex cura, quien preguntó también si “la Iglesia con sus silencios va a permitir que se sigan estigmatizando a tantos jóvenes en tantos países donde se siguen asesinando solamente por su tendencia”. Gioeni se despidió pidiendo a Francisco que ayude a la comunidad homosexual a descubrir por dónde puede “transitar la fe” sin renunciar a su “experiencia de amor”. Canevaro, por su parte, consideró que “no esperamos que el Papa haga una defensa de nuestros derechos como comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y trans; pero sí esperamos que se exprese de manera categórica en contra de la violencia, la discriminación e incluso la pena de muerte que sufrimos como comunidad. Una condena explícita sí sería un paso más”. El presidente de 100% Diversidad y Derechos estimó que los dichos del pontífice “significan un cambio con respecto a la diatriba a que nos tenía acostumbrados Ratzinger (Benedicto XVI)”, aunque aclaró que “hay que poner las declaraciones en su debido contexto”. Para Canevaro, las palabras del Papa se enmarcan en una “crisis de legitimidad de la Iglesia Católica que pierde sistemáticamente fieles, y una crisis también al interior de la institución, que se refleja en el Banco vaticano y en los miembros expulsados por delitos en contra de la integridad sexual. En ese contexto es que el Papa elige un estilo diferente, una postura más pastoral”. Además, el activista recordó que “Bergoglio, en su momento, ha sido claro en su posición política oponiéndose al reconocimiento de todos nuestros derechos”. Por su parte, en una carta titulada “Un gran paso”, Pedro Robledo, quien milita en el PRO y es integrante de la Falgbt, consideró que los dichos de Francisco son el indicio de que “comienza un nuevo mundo”. “Esta es una declaración para volver y ser cada día más en las misas, en las procesiones, en las diócesis”, sostuvo Robledo, quien había sido recibido por la Presidenta luego de sufrir una golpiza por su orientación sexual. “Yo creo que Francisco es un mensaje más de Dios: un mensaje para comenzar la renovación que la Iglesia necesita. Ya ha hecho un primer milagro. Ha hecho que los jóvenes, todos, volvamos a creer que podemos cambiar el mundo”, finalizó su carta. La Falgbt había pedido el lunes una “fuerte autocrítica” y una “condena firme” a la discriminación sufrida por esa comunidad. No quiero tolerancia, exijo derechos Por Lisandro Orlov * El papa Francisco en su viaje de regreso a Roma y delante de los periodistas dijo en el avión: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la Iglesia Católica dice que no se deben marginar a estas personas por eso”, sostuvo, y agregó: “Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby”. Consultado sobre por qué no habló de estos temas en Brasil, respondió: “Tampoco hablé sobre la estafa y la mentira. La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre eso. Los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia”. Desde ayer esta afirmación que salió en todos los medios me viene molestando y me parece sumamente demagógica y populista. En primer lugar, en esta frase se coloca en un espacio de juicio y de juez donde nadie lo ha colocado. Ya esta perspectiva y esa mirada me parecen lamentables. ¿Quién soy yo para criticarlo? En un primer momento parece muy positivo pero todo el contexto nos lleva a sentir una especie de tolerancia, como que el Papa perdona la vida a quienes vienen del mundo de la diversidad sexual. No me parece que la tolerancia sea la mejor perspectiva y nunca habló sobre los derechos humanos a toda dignidad de las personas de orientación homosexual. Por otro lado termina la frase diciendo que no habló del tema porque “los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia” y ese es justamente el núcleo del problema y no su tolerancia personal e individual. En ningún momento propuso un cambio del catecismo de la Iglesia Católica, que afirma con todo desparpajo que la homosexualidad es “intrínsecamente desordenada” con relación a todos los criterios de esa iglesia con relación a la sexualidad. Toda esta expresión me ha parecido una frase que no le significa ningún costo teológico, doctrinario ni pastoral porque todo continúa igual desde la institución. No me sirve ni quiero esta posición individual que no implica ningún cambio ni costo. Es puro gatopardismo, digamos algo popularmente correcto pero no cambiemos nada. * Pastor. Iglesia Evangélica Luterana Unida

UN EX CURA GAY ENVIO UNA CARTA AL PAPA POR SUS DICHOS SOBRE LOS HOMOSEXUALES “Queda mucho camino por recorrer” Andrés Gioeni dejó los hábitos después de asumir su orientación sexual. En una misiva a Francisco le pidió que se adecue “a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo”. Las otras repercusiones tras las declaraciones del pontífice en el viaje después de Brasil. Tras las declaraciones del papa Francisco en las que hizo mención a los homosexuales, distintos miembros de organizaciones de la diversidad sexual continuaron ayer pronunciándose sobre esos dichos. Martín Canevaro, presidente de 100% Diversidad y Derechos, consideró que todavía hace falta “una condena explícita” por parte de la Iglesia en contra de la violencia y la discriminación que sufre la comunidad homosexual. A su vez, Pedro Robledo, el joven militante del PRO que fue agredido por su condición sexual y que es, además, integrante de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt), escribió una carta pública en la que indicó que los dichos del Papa son el indicio de que “comienza un nuevo mundo”. Andrés Gioeni, un ex sacerdote gay mendocino, le envió una carta al jefe del Estado vaticano en el que lo instó a adecuarse “a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo”. Durante una rueda de prensa a bordo del avión de regreso a Roma desde Río de Janeiro, el Papa aseguró el lunes que no juzga a los homosexuales. “Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla? El catecismo de la Iglesia Católica explica y dice que no se debe marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad”, dijo Francisco. Gioeni, un sacerdote mendocino que dejó los hábitos luego de revelar públicamente su orientación sexual y comenzó a dedicarse al modelaje, la actuación y la escritura, celebró “el aire fresco” que ha significado la llegada de Francisco al Vaticano, pero advirtió “que queda mucho camino por recorrer”. En la carta que le escribió al nuevo pontífice, el ex sacerdote gay lo instó a adecuarse “a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo”. “Alguna vez fui sacerdote católico, pastor, compartí ese ímpetu misionero y esa necesidad de reclamo de apertura eclesial. Hasta que decidí abrirme a un costado cuando descubrí mi propia tendencia homosexual y admitir mi imposibilidad de ejercer el ministerio pastoral en celibato”, indicó Gioeni en la misiva, publicada en su cuenta de la red social Facebook. “Me atrevo a hacerme portavoz de una gran porción de personas que pertenecemos a la comunidad homosexual. Y simplemente, con humildad, pedirle encarecidamente que incentive, estimule, promueva y acompañe una mayor profundización en la teología moral sexual acerca del lugar y la experiencia de la persona homosexual”, solicitó el ex cura, quien explicó que se siente “feliz y realizado” tras llevar diez años viviendo con una pareja del mismo sexo. Gioeni dejó en claro que no pretende que el nuevo pontífice renuncie a la doctrina eclesiástica sino que “la ayude a seguir creciendo y adecuándose a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo que nos desafían a encontrar nuevas respuestas”. “¿De verdad el amor de dos personas, siendo del mismo sexo, no demuestra ni refleja nada del amor de Dios?”, cuestionó el ex cura, quien preguntó también si “la Iglesia con sus silencios va a permitir que se sigan estigmatizando a tantos jóvenes en tantos países donde se siguen asesinando solamente por su tendencia”. Gioeni se despidió pidiendo a Francisco que ayude a la comunidad homosexual a descubrir por dónde puede “transitar la fe” sin renunciar a su “experiencia de amor”. Canevaro, por su parte, consideró que “no esperamos que el Papa haga una defensa de nuestros derechos como comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y trans; pero sí esperamos que se exprese de manera categórica en contra de la violencia, la discriminación e incluso la pena de muerte que sufrimos como comunidad. Una condena explícita sí sería un paso más”. El presidente de 100% Diversidad y Derechos estimó que los dichos del pontífice “significan un cambio con respecto a la diatriba a que nos tenía acostumbrados Ratzinger (Benedicto XVI)”, aunque aclaró que “hay que poner las declaraciones en su debido contexto”. Para Canevaro, las palabras del Papa se enmarcan en una “crisis de legitimidad de la Iglesia Católica que pierde sistemáticamente fieles, y una crisis también al interior de la institución, que se refleja en el Banco vaticano y en los miembros expulsados por delitos en contra de la integridad sexual. En ese contexto es que el Papa elige un estilo diferente, una postura más pastoral”. Además, el activista recordó que “Bergoglio, en su momento, ha sido claro en su posición política oponiéndose al reconocimiento de todos nuestros derechos”. Por su parte, en una carta titulada “Un gran paso”, Pedro Robledo, quien milita en el PRO y es integrante de la Falgbt, consideró que los dichos de Francisco son el indicio de que “comienza un nuevo mundo”. “Esta es una declaración para volver y ser cada día más en las misas, en las procesiones, en las diócesis”, sostuvo Robledo, quien había sido recibido por la Presidenta luego de sufrir una golpiza por su orientación sexual. “Yo creo que Francisco es un mensaje más de Dios: un mensaje para comenzar la renovación que la Iglesia necesita. Ya ha hecho un primer milagro. Ha hecho que los jóvenes, todos, volvamos a creer que podemos cambiar el mundo”, finalizó su carta. La Falgbt había pedido el lunes una “fuerte autocrítica” y una “condena firme” a la discriminación sufrida por esa comunidad. No quiero tolerancia, exijo derechos Por Lisandro Orlov * El papa Francisco en su viaje de regreso a Roma y delante de los periodistas dijo en el avión: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la Iglesia Católica dice que no se deben marginar a estas personas por eso”, sostuvo, y agregó: “Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby”. Consultado sobre por qué no habló de estos temas en Brasil, respondió: “Tampoco hablé sobre la estafa y la mentira. La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre eso. Los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia”. Desde ayer esta afirmación que salió en todos los medios me viene molestando y me parece sumamente demagógica y populista. En primer lugar, en esta frase se coloca en un espacio de juicio y de juez donde nadie lo ha colocado. Ya esta perspectiva y esa mirada me parecen lamentables. ¿Quién soy yo para criticarlo? En un primer momento parece muy positivo pero todo el contexto nos lleva a sentir una especie de tolerancia, como que el Papa perdona la vida a quienes vienen del mundo de la diversidad sexual. No me parece que la tolerancia sea la mejor perspectiva y nunca habló sobre los derechos humanos a toda dignidad de las personas de orientación homosexual. Por otro lado termina la frase diciendo que no habló del tema porque “los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia” y ese es justamente el núcleo del problema y no su tolerancia personal e individual. En ningún momento propuso un cambio del catecismo de la Iglesia Católica, que afirma con todo desparpajo que la homosexualidad es “intrínsecamente desordenada” con relación a todos los criterios de esa iglesia con relación a la sexualidad. Toda esta expresión me ha parecido una frase que no le significa ningún costo teológico, doctrinario ni pastoral porque todo continúa igual desde la institución. No me sirve ni quiero esta posición individual que no implica ningún cambio ni costo. Es puro gatopardismo, digamos algo popularmente correcto pero no cambiemos nada. * Pastor. Iglesia Evangélica Luterana Unida “Queda mucho camino por recorrer” Andrés Gioeni dejó los hábitos después de asumir su orientación sexual. En una misiva a Francisco le pidió que se adecue “a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo”. Las otras repercusiones tras las declaraciones del pontífice en el viaje después de Brasil. Tras las declaraciones del papa Francisco en las que hizo mención a los homosexuales, distintos miembros de organizaciones de la diversidad sexual continuaron ayer pronunciándose sobre esos dichos. Martín Canevaro, presidente de 100% Diversidad y Derechos, consideró que todavía hace falta “una condena explícita” por parte de la Iglesia en contra de la violencia y la discriminación que sufre la comunidad homosexual. A su vez, Pedro Robledo, el joven militante del PRO que fue agredido por su condición sexual y que es, además, integrante de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt), escribió una carta pública en la que indicó que los dichos del Papa son el indicio de que “comienza un nuevo mundo”. Andrés Gioeni, un ex sacerdote gay mendocino, le envió una carta al jefe del Estado vaticano en el que lo instó a adecuarse “a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo”. Durante una rueda de prensa a bordo del avión de regreso a Roma desde Río de Janeiro, el Papa aseguró el lunes que no juzga a los homosexuales. “Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla? El catecismo de la Iglesia Católica explica y dice que no se debe marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad”, dijo Francisco. Gioeni, un sacerdote mendocino que dejó los hábitos luego de revelar públicamente su orientación sexual y comenzó a dedicarse al modelaje, la actuación y la escritura, celebró “el aire fresco” que ha significado la llegada de Francisco al Vaticano, pero advirtió “que queda mucho camino por recorrer”. En la carta que le escribió al nuevo pontífice, el ex sacerdote gay lo instó a adecuarse “a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo”. “Alguna vez fui sacerdote católico, pastor, compartí ese ímpetu misionero y esa necesidad de reclamo de apertura eclesial. Hasta que decidí abrirme a un costado cuando descubrí mi propia tendencia homosexual y admitir mi imposibilidad de ejercer el ministerio pastoral en celibato”, indicó Gioeni en la misiva, publicada en su cuenta de la red social Facebook. “Me atrevo a hacerme portavoz de una gran porción de personas que pertenecemos a la comunidad homosexual. Y simplemente, con humildad, pedirle encarecidamente que incentive, estimule, promueva y acompañe una mayor profundización en la teología moral sexual acerca del lugar y la experiencia de la persona homosexual”, solicitó el ex cura, quien explicó que se siente “feliz y realizado” tras llevar diez años viviendo con una pareja del mismo sexo. Gioeni dejó en claro que no pretende que el nuevo pontífice renuncie a la doctrina eclesiástica sino que “la ayude a seguir creciendo y adecuándose a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo que nos desafían a encontrar nuevas respuestas”. “¿De verdad el amor de dos personas, siendo del mismo sexo, no demuestra ni refleja nada del amor de Dios?”, cuestionó el ex cura, quien preguntó también si “la Iglesia con sus silencios va a permitir que se sigan estigmatizando a tantos jóvenes en tantos países donde se siguen asesinando solamente por su tendencia”. Gioeni se despidió pidiendo a Francisco que ayude a la comunidad homosexual a descubrir por dónde puede “transitar la fe” sin renunciar a su “experiencia de amor”. Canevaro, por su parte, consideró que “no esperamos que el Papa haga una defensa de nuestros derechos como comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y trans; pero sí esperamos que se exprese de manera categórica en contra de la violencia, la discriminación e incluso la pena de muerte que sufrimos como comunidad. Una condena explícita sí sería un paso más”. El presidente de 100% Diversidad y Derechos estimó que los dichos del pontífice “significan un cambio con respecto a la diatriba a que nos tenía acostumbrados Ratzinger (Benedicto XVI)”, aunque aclaró que “hay que poner las declaraciones en su debido contexto”. Para Canevaro, las palabras del Papa se enmarcan en una “crisis de legitimidad de la Iglesia Católica que pierde sistemáticamente fieles, y una crisis también al interior de la institución, que se refleja en el Banco vaticano y en los miembros expulsados por delitos en contra de la integridad sexual. En ese contexto es que el Papa elige un estilo diferente, una postura más pastoral”. Además, el activista recordó que “Bergoglio, en su momento, ha sido claro en su posición política oponiéndose al reconocimiento de todos nuestros derechos”. Por su parte, en una carta titulada “Un gran paso”, Pedro Robledo, quien milita en el PRO y es integrante de la Falgbt, consideró que los dichos de Francisco son el indicio de que “comienza un nuevo mundo”. “Esta es una declaración para volver y ser cada día más en las misas, en las procesiones, en las diócesis”, sostuvo Robledo, quien había sido recibido por la Presidenta luego de sufrir una golpiza por su orientación sexual. “Yo creo que Francisco es un mensaje más de Dios: un mensaje para comenzar la renovación que la Iglesia necesita. Ya ha hecho un primer milagro. Ha hecho que los jóvenes, todos, volvamos a creer que podemos cambiar el mundo”, finalizó su carta. La Falgbt había pedido el lunes una “fuerte autocrítica” y una “condena firme” a la discriminación sufrida por esa comunidad. No quiero tolerancia, exijo derechos Por Lisandro Orlov * El papa Francisco en su viaje de regreso a Roma y delante de los periodistas dijo en el avión: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la Iglesia Católica dice que no se deben marginar a estas personas por eso”, sostuvo, y agregó: “Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby”. Consultado sobre por qué no habló de estos temas en Brasil, respondió: “Tampoco hablé sobre la estafa y la mentira. La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre eso. Los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia”. Desde ayer esta afirmación que salió en todos los medios me viene molestando y me parece sumamente demagógica y populista. En primer lugar, en esta frase se coloca en un espacio de juicio y de juez donde nadie lo ha colocado. Ya esta perspectiva y esa mirada me parecen lamentables. ¿Quién soy yo para criticarlo? En un primer momento parece muy positivo pero todo el contexto nos lleva a sentir una especie de tolerancia, como que el Papa perdona la vida a quienes vienen del mundo de la diversidad sexual. No me parece que la tolerancia sea la mejor perspectiva y nunca habló sobre los derechos humanos a toda dignidad de las personas de orientación homosexual. Por otro lado termina la frase diciendo que no habló del tema porque “los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia” y ese es justamente el núcleo del problema y no su tolerancia personal e individual. En ningún momento propuso un cambio del catecismo de la Iglesia Católica, que afirma con todo desparpajo que la homosexualidad es “intrínsecamente desordenada” con relación a todos los criterios de esa iglesia con relación a la sexualidad. Toda esta expresión me ha parecido una frase que no le significa ningún costo teológico, doctrinario ni pastoral porque todo continúa igual desde la institución. No me sirve ni quiero esta posición individual que no implica ningún cambio ni costo. Es puro gatopardismo, digamos algo popularmente correcto pero no cambiemos nada. * Pastor. Iglesia Evangélica Luterana Unida

DICTAMEN DEL INADI POR LOS DICHOS DE UN CURA CERCANO AL ARZOBISPO AGUER

El sacerdote discriminador Después de la denuncia, el arzobispo Aguer mandó levantar el programa del canal local. Imagen: Télam Por televisión, Raúl Sidders había tildado de “loquitas” y “yeguas” a mujeres que reclamaban por los derechos reproductivos. Para el Inadi, son expresiones con “violencia simbólica y mediática”. El programa era auspiciado por el Arzobispado de La Plata. Por Soledad Vallejos El Inadi dictaminó que en su programa de televisión, el presbítero de un colegio secundario de La Plata tuvo expresiones discriminatorias hacia las mujeres, cargadas de “violencia simbólica y mediática”, lo que constituyó una “práctica contraria a los principios fundantes de la democracia”. Entre otras cosas, el presbítero Raúl Anatoly Sedders tildaba de “yeguas” a estudiantes universitarias que se habían manifestado a favor de los derechos reproductivos. Por ello, el organismo también ordenó a Cablevisión y el canal platense que transmitía el programa semanal que dieran a conocer el dictamen y se abstuvieran de repetir los contenidos, y al Arzobispado de La Plata que se notificara de la actuación. La resolución respondió a una denuncia iniciada por Martha Ungaro y la madre de Plaza de Mayo Adelina Alaye, a la que también se sumó el defensor Penal Juvenil de La Plata Julián Axat, quien señaló a Página/12 que “el dictamen establece parámetros para medir la discriminación de género. Incluso, aporta a la discusión jurídica sobre libertad de expresión y discriminación”. El programa televisivo del cura Sidders se emitía todos los sábados de 10 a 11 de la mañana en el Canal 5 de La Plata. Se llamaba Ave María Purísima y de él participaban alumnos del colegio San Vicente de Paul, que acompañaban al religioso –presbítero del colegio– en el estudio, ante cámaras, y oficiaban de público en vivo. Salía al aire gracias a que el Arzobispado de La Plata contrataba el espacio al Canal 5 de La Plata, cuya señal opera Cablevisión. En 2012, después de conocida la denuncia, Ave María Purísima salió del aire por decisión del Arzobispado. Al mismo tiempo, fueron borradas de YouTube decenas de videos del programa. Sólo sobrevivió un fragmento, que había sido grabado por un medio platense, Diagonales, y que es el que todavía puede encontrarse hoy en Internet. El dictamen del Inadi se basó en ese fragmento de programa. El video es breve, pero el audio es claro. En él, con boina de paisano rural, rodeado de una escenografía minimalista, que reúne una estatua de la Virgen de Luján con un retrato de Manuel Belgrano, el religioso se refiere a una manifestación de universitarias por los derechos reproductivos; a veces habla a cámara y por momentos se dirige a dos adolescentes sentados a una mesa. Dice el sacerdote Sidders: “Había como unas cuarenta o cincuenta loquitas. Son esas que estudian periodismo ahí de la Universidad Nacional de La Plata, que nosotros les pagamos el estudio para que ellas no estudien y estaban en la puerta de la catedral porque era el día de lucha contra la violencia de género, ¿no? Y entonces estas minas aprovechaban para putear, amenazar que iban a quemar la catedral. Contra la violencia, no hay peor violencia que aquellas que pretenden matar a los bebitos que están por nacer porque estas minas... unas chiruzas, como decía mi abuela, ¿no? Contra la violencia de las mujeres, de la reproducción y siempre usan esos eufemismos, ¿no? Cuando hablan de salud reproductiva, en el fondo lo que están diciendo es que el bebito que está por nacer es una enfermedad, entonces el bebito hay que sacárselo de encima. Debe ser una enfermedad para las yeguas éstas. Y un montón de otras barbaridades, amenazaban a la policía. Pero bueno, nosotros somos católicos, creemos en un solo Dios verdadero que es padre, hijo y espíritu santo”. Basado en la Constitución nacional y pactos internacionales como Convención Americana sobre los Derechos Humanos y la Convención sobre Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, el Inadi estableció que “la libertad de expresión está atravesada por el derecho a la igualdad y el principio de no discriminación (...) los dichos del Sr. Raúl Anatoly Sidders constituyen un discurso discriminatorio”. Que Sidders llame “loquitas” a las manifestantes “estigmatiza a las estudiantes de periodismo en particular, aunque en definitiva y en términos generales la estigmatización abarca a todas aquellas mujeres que reclaman el ejercicio de derechos”. Además, el modo de referirse a las mujeres “que deciden ejercer su derecho a abortar constituye una construcción discursiva tendiente a criminalizar a las mujeres”. Según la ley contra la violencia hacia las mujeres, dice el dictamen, es “un caso de violencia simbólica y mediática”. El Inadi se expidió en función de ese breve video, porque los demás no están disponibles. El defensor penal juvenil Axat recuerda una emisión en la que Sidders “planteaba que si había una plaza que se llamaba Che Guevara, debería haber otra llamada Emilio Massera”. También, que se refirió a Hugo Moyano como “negro de pelo duro”. Sidders fue capellán de Gendarmería hasta 2002, cuando debió dejar Neuquén porque ATE y organizaciones mapuches pidieron su expulsión por autoritarismo e invasión de tierras. Desde entonces, fue asignado a La Plata, la diócesis comandada por Héctor Aguer en la que fue destinado a la capellanía del jardín de infantes San Bernardo, el Colegio San Vicente de Paul y el Instituto de Educación Superior. En 2008 ofició la misa del sepelio del periodista Bernardo Neustadt.

CARRIO RENOVO LAS CRITICAS A SUS ALIADOS, QUIENES HABLARON DE SUS PROBLEMAS PARA TRABAJAR EN EQUIPO

Cada vez más desunidos en Unen La precandidata a diputada consideró “cobardes” y cómplices de la corrupción a sus rivales internos en Unen. Lousteau dijo que la chaqueña tiene un carácter “volátil” y Gil Lavedra confió en que la van a poder “domesticar”. Por Sebastian Abrevaya Sus compañeros en el frente Unen, Rodolfo Terragno, Martín Lousteau, Ricardo Gil Lavedra y Alfonso Prat-Gay; su ex delfín Adrián Pérez; sus ex aliados Ricardo Alfonsín y Margarita Stolbizer; el senador kirchnerista Aníbal Fernández, los dirigentes radicales Enrique “Coti” Nosiglia y Jesús Rodríguez y hasta el ex presidente Raúl Alfonsín. Ninguno se salvó de las denuncias y acusaciones que salieron nuevamente ayer de la boca de Elisa Carrió. La precandidata a diputada volvió a decirles “cobardes” y cómplices de la corrupción a sus competidores internos, dijo estar “harta de la hipocresía” política, pero aseguró que no quiere “romper nada” sino que lo hace a propósito porque “la unidad es sufriente”. Sus adversarios de Unen prefirieron bajar el tono de la confrontación. Martín Lousteau dijo que la chaqueña tiene un carácter “exuberante” y “volátil” mientras que Ricardo Gil Lavedra sostuvo que confía en que la van a poder “domesticar”. El primer chispazo de la alianza Unen parece que encontró rápido material altamente inflamable. Tras las primeras chicanas lanzadas por las listas de Alfonso Prat-Gay (Juntos) y Rodolfo Terragno (Sumá+) respecto del “denuncismo vitalicio” y las críticas a “las denuncias mediáticas” que no tienen consecuencias, Carrió se despachó en una larga entrevista televisiva, donde lanzó las primeras críticas que ayer replicó y amplió. “¿Qué nos une en Unen? El respeto irrestricto a la Constitución. En eso estamos todos de acuerdo. ¿Qué nos diferencia? Que algunos hemos tenido el coraje de haber denunciado la corrupción y otros no lo han tenido. Algunos son más blandos con el kirchnerismo. Han ido a actos con el kirchnerismo, han entregado victorias como cuando han ido al diálogo con este ministro... Randazzo”, sostuvo Lilita, que volvió a acusar a Prat-Gay de no haberla acompañado en sus denuncias: “Uno lee el Código Penal y dice que comete el delito de encubrimiento quien omite denunciar”, remató. Además, quejándose por “luchar 20 años sola” contra la corrupción, Carrió sostuvo que sus declaraciones son a propósito, porque “no puede ser que la carga la lleve uno y los demás digan `yo me preparo para gobernar’”. Se trata de otro dardo directo para Prat-Gay, cuyo eslogan es “un senador para gobernar”. “La verdad es que yo escuché a todos los opositores decir lo que me decía Aníbal Fernández, que es el principal narco de la Argentina”, afirmó Lilita, que citando al papa Francisco dijo que nació “para hacer lío”. “A mí me encanta Lousteau, porque tiene unos pelos divinos, es lindísimo, pero yo quiero saber por qué dictó la 125”, ironizó la precandidata, que hoy participará de un debate televisivo con el ex ministro de Economía y con Gil Lavedra. En otro tramo, apuntó contra dirigentes de la UCR porteña como Enrique “Coti” Nosiglia y Jesús Rodríguez. “Esta unidad no puede ser el blanqueo para que Coti y Jesús sigan manejando el radicalismo de la Capital”, disparó Carrió, que también le tiró a Raúl Alfonsín. Según la diputada, le pidió al ex presidente que “saque a los corruptos” para quedarse en la UCR y Alfonsín le respondió “andá nomás, hija”. No conforme con criticar a sus actuales socios políticos, cargó también con sus ex aliados. Responsabilizó de la ruptura del Acuerdo Cívico y Social al radicalismo y al GEN por “votar todo” con el gobernador Daniel Scioli. “Ricardito se reunía con De Vido y Romero”, agregó sin dar más precisiones. Al presentar una boleta que habla (ver aparte), Terragno y Lousteau prefirieron bajarle el tono a la disputa. “Los que se enojan pierden ante la gente”, sostuvo el ex jefe de Gabinete y aseguró que “nada va a poder destruir el embrión de una alternativa que puede ganar en 2015”. Lousteau, que no había respondido a los primeros cuestionamientos de la chaqueña, consideró que hay más diferencias en el kirchnerismo y en el PRO que en Unen. “No creo que Cabandié tenga mucho que ver con Milani, espero. Ni Filmus con Boudou o Forster con De Vido y Moreno”, chicaneó el ex ministro kirchnerista, que calificó al carácter de Lilita como “exuberante” y “volátil”, pero prefirió “potenciar lo positivo”. Gil Lavedra fue un poco menos diplomático: “Todos la conocemos a Carrió, es una mujer difícil, le cuesta mucho la posibilidad de trabajar en equipo. Confío en que la vamos a poder domesticar (sic), porque hay un reclamo ciudadano muy fuerte para deponer personalismos, los egoísmos, para tratar de trabajar juntos, es lo que estamos tratando”. También Stolbizer opinó de sus dichos y aseguró que no le sorprenden porque “ella siempre tuvo dificultades para sus propias construcciones”. 31/07/13 Página|12

Carrió volvió a dinamitar la alianza UNEN

La líder de la Coalición Cívica continúa con su derrotero de declaraciones incendiarias contra sus socios políticos del espacio político que dirimirá candidaturas en las PASO. Volvió a pegarle a Prat Gay y dijo que "la unidad es sufriente". Sin embargo, aseveró que ya los perdonó a todos. Elisa Carrió no parece conforme con haber protagonizado una discusión en vivo con Pino Solanas en el programa de cable de Mariano Grondona ni tampoco con las respuestas que le llovieron desde sus socios de la alianza UNEN. Ahora, la ex UCR y ex ARI volvió a hablar de sus compañeros de espacio, más recargada que nunca. En diálogo con un complaciente Jorge Lanata, "Lilita" arremetió contra su ex hijo político, Alfonso Prat Gay, a quien acusó de ocultar "su cobardía" y de haber "recuperando el discurso del poder", por haberla definido como una "denunciante vitalicia". Pero Carrió también disparó contra su ex partido, la Unión Cívica Radical (de donde son gran parte de sus nuevos socios), al que señaló por haber pactado con la corrupción "por debajo". En este marco, la dirigente reconoció que es una mujer "difícil", reivindicó su lucha en soledad e insistió en que las diferencias no anulan la unidad. "Yo he peleado sola contra el narcotráfico. Me enfermé por luchar 20 años sola, yo quiero que en el espacio de UNEN ahora digan, 'cuando haya un delito, vamos a denunciar todos'", apuntó Carrió e insistió en que sus críticas a Prat Gay, Martín Lousteau y Rodolfo Terragno no arruinan la unidad, sino que buscan fortalecer la democracia. "La unidad es sufriente, porque uno tiene que perdonar, y yo perdoné. Cada uno quiere su toldito, pero yo no hice el toldito. Nosotros con Pino armamos una gran unidad. Tenemos caracteres diferentes, opiniones distintas, pero la unidad se basa en los valores y defensa irrestricta de la constitución", argumentó. "Es cierto, yo nací para hacer lío. Ahora, gracias que hacemos lío, porque si no estos se roban todo", agregó y confesó: "Ya estoy grande y tengo problemas de salud, entonces nosotros tenemos que dejar gente que quiera seguir luchando". Para Carrió, el problema es que "hemos perdido cultura democrática por años de dictadura". "Yo no quiero más hipocresía política", advirtió Lilita y volvió a cargar contra sus socios políticos en lo que respecta a la lucha contra la corrupción: "Me parece muy injusto que ellos, muchos, repitan lo que dijo el poder: 'ella es una denunciante', porque eso oculta la propia cobardía. No hay que blanquear la cobardía, hay que transformarla". "Soy una persona difícil, pero me muestro como soy, no hago marketing", insistió Carrió y siguió: "Yo quiero que la gente me vote por lo que soy, no quiero venderme. Quiero que la gente me vote o no me vote, pero como soy, no hay diálogo sin verdad. Ellos tienen virtudes que yo no tengo, soy más moderados, más dialoguista, menos apasionados". Infonews