miércoles, 31 de octubre de 2012

EL PERONISMO Y LA ETICA DEL AHORRO.



El “Plan Económico de Austeridad” de 1952.
En 1924, un Congreso Internacional reunido en Milán (Italia), proclamó al 31 de octubre como “Día Internacional del Ahorro”. Por entonces, el ahorro era considerado como la “base de la fortuna” y una práctica esencial al momento de financiar los procesos de recuperación de las economías gravemente dañadas por la Primera Guerra Mundial.
En nuestro país, la Caja Nacional de Ahorro Postal había sido creada casi una década antes, en 1915, con el fin de fomentar los hábitos de ahorro. Sin embargo, sólo seria durante el Segundo Gobierno de Juan Domingo Perón, cuando el ahorro sería proclamado como una política de Estado, en el marco del Segundo Plan Quinquenal.
Tiempos difíciles. En 1951, una amplia mayoría renovó el mandato de Juan D. Perón en las elecciones presidenciales, plebiscitando así su gestión durante la primera presidencia. Sin embargo, las variables económicas presentaban oscuros nubarrones sobre el futuro de la sociedad argentina. Dos años sucesivos de sequía en la Pampa Húmeda redujeron sustancialmente el excedente exportable, en tanto las reservas habían disminuido, y la política de boicot de los Estados Unidos restringía los mercados potenciales para los productos argentinos y nos privaba del aprovisionamiento de los repuestos indispensables para una industria que comenzaba a ver limitada su capacidad operativa, debido al desgaste provocado por los récords de producción de los años previos.
Obligado por las circunstancias, Perón decidió dar un golpe de timón en la orientación de su política económica del Primer Plan Quinquenal, que privilegiaba el consumo interno, tomando una serie de medidas para superar la crítica coyuntura, a las que dio una matriz orgánica a través del “Plan Económico de Austeridad”, lanzado en febrero de 1952. En su convocatoria, el presidente instaba a los argentinos a realizar un esfuerzo solidario para superar la situación adversa, contribuyendo en el incremento de la productividad y la reducción de los consumos innecesarios, para favorecer el ahorro. Asimismo, apuntaba a aumentar la producción agropecuaria, reducir las importaciones e multiplicar las exportaciones.
La austeridad solicitada no implicaba sacrificar los consumos imprescindibles, sino suprimir el derroche y los gastos innecesarios. Si a esta “política le agregamos un aumento sólo del 20% en la producción solucionaremos: el problema de las divisas, parte del problema de la inflación y consolidaremos la capitalización del país”.
Perón repartía las responsabilidades para el éxito del plan estaban repartidas del siguiente modo: el 50% correspondía al gobierno, el 25% a mutuales, cooperativas y sindicatos y el 25% a la acción popular en defensa de la economía hogareña. En este último segmento, las familias, y en especial las mujeres –“organizadoras del consumo” familiar–, debían jugar un rol esencial.
La ética del ahorro. A fin de superar la crítica coyuntura, Perón detalló algunas de las acciones que debían desarrollarse, a fin de convertir al ahorro en una política de Estado. Perón recomendaba que las mujeres economizaran en las compras, adquirieran y consumieran lo imprescindible, evitaran que los alimentos llenen los cajones de basura, no abusaran de las compras de vestuario y compraran en aquellos lugares donde los precios fueran menores, como ferias, mutuales, proveedurías gremiales o cooperativas. También solicitaba denunciar al comerciante inescrupuloso o al agiotista, considerados como enemigos declarados del bienestar de la comunidad.
Por cierto, no era la primera vez que el peronismo convocaba a las mujeres como defensoras primordiales de los ingresos familiares. En efecto, un mes antes de que Perón asumiera su primer mandato presidencial, en 1946, Evita dio un discurso para anunciar una campaña “pro-abaratamiento de la vida”, con el fin de incrementar el rendimiento del salario de los trabajadores. Sin embargo, la coyuntura económica era muy diferente, y la iniciativa naufragó en medio de la abundancia.
En 1952 y 1953 las cosas habían cambiado: ahora la consigna era ahorrar. Para contribuir a ese fin, las instituciones públicas repartían cartillas con consejos y sugerencias. Los noticieros, la prensa escrita y la radiofonía divulgaban comidas económicas y proporcionaban recetas alternativas que excluían la utilización de carne vacuna, a fin de reducir su consumo interno. El ministro de Salud, Ramón Carrillo, recomendaba incrementar el consumo de frutas, verduras, hortalizas y pescados, para mejorar los hábitos alimenticios, mientras el de Agricultura, Carlos Emery, instaba a que el Ejército cediera parte de sus tierras para obtener productos agrícolas a bajos costos.
Tampoco faltaban las publicaciones de la Caja de Ahorro que enseñaban a organizar el presupuesto familiar, distribuyendo tareas entre el ama de casa (medicinas, educación, alimentos, alquiler y esparcimiento) y el jefe de familia (periódicos, transporte y comidas en su lugar de trabajo).
En la asignación de funciones dentro del grupo familiar, la responsabilidad principal era asignada a la mujer, definida por Perón como una fundamental “cooperadora económica”. Los niños también eran convocados a participar activamente de la empresa comunitaria. En este caso, los libros escolares como Obreritos o Patria Justa divulgaban los hábitos de ahorro. La revista Mundo Infantil lo adoptó como tema prioritario, creándose personajes como Don Derrochín o Maese Ahorrín, y la Libreta de Ahorros fue reconocida socialmente como indicador de educación y de responsabilidad social hacia el futuro. “Para todos es necesario el ahorro –sentenciaba su contratapa–, y para todos es posible”, al tiempo que los estimulaba a reemplazar el consumo de golosinas por el de estampillas.
A los hombres se les solicitaba evitar los gastos superfluos, limitar la concurrencia los cabarets, al hipódromo y a las salas de juego, privilegiando la satisfacción de las necesidades esenciales.
Perón popularizó el término “rastacueros” para definir a quienes trataban de mostrarse como adinerados, pagando precios excesivos por sus consumos. Para no convertirse en “rastacueros”, se abrieron los “Grandes Almacenes Justicialistas”, que trataban de auxiliar a las cooperativas y mutuales en su esfuerzo por mantener los precios bajos. También la Fundación Eva Perón inauguró en 1951 una serie de proveedurías de bajos precios, además de fomentar actividades económicas productivas.
Tampoco la política estuvo ausente del esfuerzo. El Consejo Superior del Partido Peronista prohibió todo banquete, agasajo o vino de honor durante el año 1952, en tanto las censistas sumaron a su labor habitual el control y fiscalización de los precios máximos, el reparto de cartillas de precios y el asesoramiento de las amas de casa.
El futuro del proyecto nacional y popular estaba en juego. Sólo la Comunidad Organizada podría llevarlo a buen puerto.

MIRADAS AL SUR.
Prof GB

Juan Domingo Perón - Mensaje en el Día del Ahorro - 30-10-1948 (Parte 2)



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Juan Domingo Perón - Mensaje en el Día del Ahorro - 30-10-1948 (Parte 1)



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Visión 7: CLARIN PROVOCA.



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"HABIA QUE BUSCARLOS UNO POR UNO PARA MATARLOS."

Videla declaró en la megacausa por el Operativo Independencia
Para los fiscales el plan implementado en Tucumán en 1975 fue un "banco de pruebas" represivo.

PorRamiro Rearte

El ex dictador Jorge Rafael Videla prestó declaración indagatoria el viernes pasado por medio del sistema de videoconferencia, en el marco de la megacausa que investiga los delitos de lesa humanidad cometidos durante el Operativo Independencia. Ante el juez Daniel Bejas, el represor se limitó a leer el mismo descargo al que recurre desde 1984, en el que señala que en la Argentina hubo una guerra interna y que la justicia civil no es competente para juzgarlo. Esta fue la primera vez que el ex dictador presta declaración en una causa judicial en la provincia de Tucumán.

También declararon ante el juez otros 28 imputados, entre ellos el ex gobernador militar en las islas Malvinas, Mario Benjamín Menéndez, que quedó detenido en una unidad penitenciaria. El juez Bejas dispuso además la detención de José Ernesto Cuestas, Walter Saborido, Fernando Labayru, Pedro Adolfo López, Pedro Alberto Rojas y de Víctor Hugo Olmos.

En la acusación, los fiscales Pablo Camuña y Patricio Rovira, titulares de la oficina local de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos, destacaron que el Operativo Independencia consistió en la intervención masiva de las Fuerzas Armadas y de seguridad para ejecutar un plan sistemático de exterminio de opositores políticos mediante la utilización del aparato estatal y de control social a través del terror. Este plan comenzó a ejecutarse en febrero de 1975, durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón y con la aquiescencia del gobierno civil de la provincia de Tucumán.

La intervención fue comandada en primer lugar por Acdel Edgardo Vilas y luego por Antonio Domingo Bussi. Entre los aspectos particulares de la causa, la acusación fiscal señala que el eje del sistema represivo en aquel momento estuvo dado por lo que se conoce como el primer centro clandestino de detención (CCD) del país, La Escuelita Diego de Rojas de la localidad de Famaillá. Vilas reconoció en su momento la existencia de este CCD y describió su funcionamiento. Al respecto aseguró que entre el 10 de febrero y el 18 de diciembre de 1975, habían pasado por allí 1507 personas.

Los fiscales destacaron además que en el período comprendido entre febrero de 1975 y marzo de 1976 formaron parte de estas operaciones más de 30 unidades militares, de Gendarmería Nacional y de la Policía Federal de todo el país. "Las consecuencias en la sociabilidad de la provincia fueron devastadoras", señalaron y puntualizaron que de las causas judiciales en trámite por delitos de lesa humanidad en Tucumán, la tercera parte de ellas corresponde a hechos ocurridos con anterioridad al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. "Esto resulta un caso único en el país y remarca al mismo tiempo los efectos que tuvo en la sociedad tucumana este primer 'banco de pruebas' represivo, que sirvió para desmontar un sindicalismo azucarero organizado, un movimiento universitario y cultural único en la región, así como también representó el primer caso de disciplinamiento de la prensa y de utilización del Poder Judicial federal como un engranaje legitimador del plan criminal", señalan los fiscales en la acusación.

Todavía deben desfilar ante el juez Bejas, Luciano Benjamín Menéndez, Enrique José Del Pino, Ernesto Arturo Alais, Carlos Alberto Trucco, también imputados por los delitos de lesa humanidad cometidos durante el Operativo Independencia y hay dos pedidos de indagatorias que debieron ser suspendidas hasta tanto se constate si el estado de salud de los represores imputados les permite declarar.

Campos: "De los muertos yo me hago cargo"

De los muertos, yo me hago cargo. A partir del 14 de diciembre de 1977 me hice cargo de la Policía y estoy orgulloso porque paró a la subversión en la Provincia de Buenos Aires.” Con esas palabras, el ex subjefe de la Bonaerense durante la dictadura cívico militar, Rodolfo Aníbal Campos, admitió los asesinatos de prisioneros políticos durante su ampliación indagatoria en el juicio por los crímenes cometidos en el denominado Circuito Camps que se realiza en La Plata. El militar también reconoció la aplicación de torturas, se quejó del rumbo que tomó el país con la llegada de Néstor Kirchner y justificó el terrorismo de estado denominándolo “guerra sucia”.

Campos se despachó durante cerca de una hora en una nueva audiencia del juicio que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata realiza a 23 imputados por delitos cometidos en seis centros clandestinos de detención contra 280 víctimas.

Campos justificó el terrorismo de Estado y los crímenes de lesa humanidad. “Torturábamos como se tortura en todo el mundo para obtener información. No torturábamos porque nos gustara”, justificó el represor y dijo que los opositores políticos eran “jóvenes idealistas” a los que respetaba porque “peleaban como argentinos”, en lo que denominó “una guerra no convencional, una guerra sucia”. Ese razonamiento le bastó para disparar con artillería pesada: “Había que buscarlos uno por uno para matarlos.”

31/10/12 Tiempo Argentino


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MODELO NEOLIBERAL Y DICTADURAS.

ZAFFARONI, GAK, ALEN Y CORTIñAS ANALIZARON LAS RAZONES ESTRUCTURALES DE LA DICTADURA
El fin económico del terrorismo de Estado
Abraham Gak, Luis Alen, Alberto Segal, Nora Cortiñas y Raúl Zaffaroni, en el seminario de la UBA.
Imagen: Leandro Teysseire

“Cuando los grupos económicos no pudieron imponer su modelo de país entraron de lleno en los crímenes de Estado masivos”, definió el ministro de la Corte, en la tercera jornada de un ciclo de conferencias organizado por la UBA.

Por Sebastián Premici

“La historia argentina se resume en la puja entre dos modelos de país: mercantil-portuario contra un productivismo mediterráneo; federales contra unitarios o liberales contra un movimiento nacional y popular. Cuando los grupos económicos no pudieron imponer su modelo de país, entraron de lleno en los crímenes de Estado masivos.” Con estas palabras, el ministro de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni inició su charla en la tercera jornada del ciclo “Poder Económico y Terrorismo de Estado”, organizada por la Comisión por la Reconstrucción de la Memoria de la FCE (UBA). El eje de este encuentro –como los dos primeros– fue poner la lupa sobre los responsables civiles de los crímenes de Lesa Humanidad cometidos durante la última dictadura.

Zaffaroni estuvo acompañado por Luis Alen, subsecretario de Derechos humanos, y el economista Abraham Gak, coordinador del Plan Fénix. La apertura estuvo a cargo de Nora Cortiñas, titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y una de las artífices de la Cátedra “Poder Económico y Derechos Humanos”.

El Estado está investigando aproximadamente 604 liquidaciones de compañías –siderúrgicas, textiles, bancos, entre otros sectores–, donde se aplicó una misma metodología: sus dueños fueron obligados a vender o transferir acciones, e incluso llevarlas a la quiebra por presión, bajo tortura. El caso más emblemático podría ser el de Papel Prensa, por los actores involucrados, los diarios Clarín, La Nación y La Razón. Pero no es el único. “Habría que leer el libro Decíamos Ayer, de Blaustein y Zubieta, para ver cómo la prensa contribuyó a crear un clima propicio al golpe. Habría que ver las tapas del diario Clarín de aquella época para ver qué decían en el mismo momento en que Lidia Papaleo de Graiver estaba secuestrada”, sostuvo Alen.

La investigación sobre los responsables o cómplices civiles de los crímenes de lesa humanidad permite entender cómo algunos sectores “operaron” para encubrir aquellos hechos. “En todos los documentos del Consejo Profesional de Ciencias Económicas no se encuentra la mínima referencia a la ruptura del orden constitucional. Una vez lo invitaron a Harguindeguy y aceptaron su discurso pasivamente. Y cuando hablaron del modelo económico, fue para coincidir con las políticas de Alfredo Martínez de Hoz”, manifestó Gak, quien agregó: “Creo que hoy deben seguir teniendo la misma visión económica de aquellos años”.

La charla se realizó en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA), que estuvo colmado. Los que asistieron se encontraron con una amplia bandera de la agrupación que representa a las comisiones internas detenidas-desaparecidas de las empresas Ford, Mercedes-Benz y Ledesma, entre otras. “Los militares hablaban de un proceso de reorganización nacional, y es que quisieron reorientar el Estado de acuerdo con sus intereses económicos, concentrando la economía y el poder. Y para eso necesitaron infundir el terror”, manifestó Alen, quien llegó a su cargo en 2003, junto a Eduardo Luis Duhalde.

El concepto de terror o miedo también está emparentado con el rol de los “civiles” durante la dictadura. “¿Cómo hicieron los grupos económicos para imponer su modelo?”, se preguntó Zaffaroni. “Primero tuvieron que encontrar un chivo expiatorio. Lo primero que se necesita para un genocidio es crear miedo. ¿Y cómo se construye ese miedo? –siguió el funcionario de la Corte–. De la misma manera en que se construye la realidad, mediáticamente. A partir de ahí se opera sobre la sociedad, seleccionando datos que indicarían que vivimos en un mundo terrible. La prevención del crimen masivo está en la sociedad. Hay que estar alertas.”

Para cometer crímenes de lesa humanidad con fines económicos, la dictadura cívico-militar utilizó un andamiaje que también involucró al Banco Central y la Comisión Nacional de Valores. “Entre los años 1976 y 1983 existió un entramado cívico-militar del aparato represivo, con un grupo de tareas integrado por la División Bancos de la Policía Federal, que trabajaba en conjunto con los funcionarios del Banco Central y la CNV. El objetivo fue liquidar empresas, bancos y extorsionar empresarios. Para ello se cometieron delitos de lesa humanidad, que en última instancia perseguían un fin económico.” Esta es una de las principales conclusiones de un trabajo de investigación que está llevando adelante la CNV.

En este sentido, también existe un dictamen del fiscal Federico Delgado, quien estableció la vinculación del Banco Central y la CNV en la persecución a empresarios, en su investigación de los casos de Reynaldo Defranco Fantín, del ex Banco Odonne y del grupo Chavanne-Grassi. Mismo vínculo encontró el fiscal Eduardo Taiano en la causa que investiga la liquidación del Banco Latinoamericano, con una participación clave del ex vicepresidente del Central Alejandro Reynal.


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EL 8 N, OPINION.

El 8N y el síndrome de Estocolmo
El núcleo duro es el de siempre. El que Evita calificaba como "oligarcas, vendepatrias y farsantes".

Por Enrique Masllorens

Como se sabe, el llamado síndrome de Estocolmo define a la reacción psíquica en la cual la víctima, el rehén de un secuestro, desarrolla una relación de complicidad con quien lo ha secuestrado. Es un curioso efecto de identificación que se extiende a los campos de las relaciones familiares, laborales, sociales y hasta políticas. El nombre se originó en un resonante caso de asalto a un banco con toma de rehenes que duró seis días, en 1973, y las relaciones personales que se desarrollaron entre asaltantes y algunos de los secuestrados. Artísticamente este vínculo enfermizo fue fielmente retratado en El portero de noche (1974) de Liliana Cavani, con Charlotte Rampling y Dirk Bogarde.

Además de los casos más traumáticos o notorios, ciertas inextricables conductas se visualizan en otros ámbitos. Por caso en nuestra historia reciente, la actitud asumida por la Federación Agraria Argentina en el conflicto del "campo" contra el pueblo en 2008, con el liderazgo de Eduardo Buzzi, es una muestra más. Quienes venían representando a los pequeños agricultores, que se habían rebelado en el Grito de Alcorta contra los explotadores, el capital rentístico parasitario y los grandes latifundios, sucumbieron fervorosamente a las presiones de sus enemigos históricos de la Sociedad Rural Argentina y al afán de protagonismo mediático que les aseguraba el gran titiritero Héctor Magnetto.

El naciente romance político entre Mauricio Macri y Hugo Moyano, bendecido por el dirigente síndico-patronal "Momo" Venegas, desnuda definitivamente al camionero que se somete sin anestesia ante la gran esperanza de la restauración neoliberal, arrastrando en su cuesta abajo a sus trabajadores y a lo que creíamos que eran sus principios. Además, parece que lo hace con gusto. Lamentable y doloroso.

En estos días vamos a asistir a una gigantesca operación destituyente, fogoneada profesionalmente y con mucho dinero sosteniéndola. El 8 de noviembre confluirán sectores y organizaciones –algunas solapadamente– en una manifestación que como el huevo de la serpiente, incuba el veneno del odio y de la revancha.

El núcleo duro es el de siempre. El que Evita calificaba como "oligarcas, vendepatrias y farsantes". Los cenáculos que se convirtieron en enemigos de todo lo nacional y popular ya en 1944 cuando Perón decretaba el Estatuto del Peón, que juraron rencor eterno cuando se sancionó la extraordinaria Constitución de 1949. Los cómplices y herederos de la masacre de Plaza de Mayo en junio de 1955. Los socios de todas las dictaduras. Los dueños de todo.

Donde se verifica el padecimiento del síndrome de Estocolmo es en una gran parte de los que acompañarán casi inconscientemente a ese foco golpista que es el único que podría sacar ventajas si sus objetivos reales se cumplieran. Cegados y aturdidos por el monocorde discurso mediático concentrado, como gorilas en la niebla desfilarán repitiendo consignas decididas por otros, reclamando por variopintas razones, sin percibir el conjunto, sin reparar en todo lo que hemos avanzado como sociedad en estos casi diez años de transformación a favor de los más vulnerables.

Clamarán por mano dura junto a los seguidores de Aldo Rico y de Cecilia Pando –la justificadora del robo de bebés y de los genocidas– azuzados por el propagandista de la derecha Antonio Laje que noche a noche, al presentar casos policiales recomienda con cara de preocupado: "no se olviden de esto al momento de votar".

Lo que sería aconsejable es no olvidar que además de la prevención del delito, sin justicia social e inclusión, no hay salida al problema de la inseguridad. Se codearán con los que desprecian y discriminan a los pobres por la Asignación Universal por Hijo, con los que piensan que la ampliación de los derechos jubilatorios a más de dos millones de compatriotas víctimas del neoliberalismo que ahora son incluidos, es demagogia o injusticia.

Marcharán al paso que ordenan los mismos que los desprecian por considerarlos unos pelagatos de esa clase media que ellos siempre despreciaron, aunque ahora los necesiten para hacer número. Le darán visibilidad y repercusión a esa minoría cuyo proyecto político es de sometimiento de las mayorías para poder explotar mejor a la sociedad de la que ellos mismos forman parte.

Seguirán acompañando los insultos machistas contra Cristina, los deseos de muerte para quien y quienes representan la voluntad popular ampliamente consolidada por la mayoría. Defenderán a viva voz –y en nombre de la libertad de expresión– a quienes se apropiaron de Papel Prensa en sangriento acuerdo con los torturadores y corruptos militares del '76. Con los que habían secuestrado el fútbol para engrosar sus arcas. Con los que les cobran lo que quieren en sus abonos de cable y desaparecen señales que no le son afines. Con los que son delincuentes que no cumplen con la ley. Con los evasores seriales de sus obligaciones impositivas. Con los que mandan su dinero a paraísos fiscales. Con los que siempre se han defecado en ustedes.

Suele suceder con las víctimas que han sufrido el referido síndrome, que con el tiempo, algunos tratamientos y sus propias fortalezas, revierten esa permanente situación de sometimiento a sus victimarios y superan su patología comprendiendo la gravedad de lo sucedido y vuelven a su propia esencia y normalidad. La superación de los hechos de violencia de género, son un ejemplo.

Pero hacerles el juego a los golpistas de la reacción derechista es mucho más peligroso. Porque podría pasar que luego fuera muy tarde para arrepentirse. Y los que se los echarán en cara serán sus propios hijos.

31/10/12 Tiempo Argentino


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