sábado, 7 de febrero de 2015

EL SAQUEO DE ASUNCION – 1° de febrero de 1869

Guerra del Paraguay.

Como consecuencia del paso de la escuadra brasilera tras la fortaleza de Humaitá, Solano López emite un bando el 22 de febrero de 1869, ordenando a la población, evacuar Asunción.

Las tropas brasileras, al mando de Caixas ocupan la ciudad el 1° de enero de 1869, y creyendo terminada la guerra se embarca para Río de Janeiro, en tanto las tropas argentinas acampan a una legua de la ciudad, al mando de Emilio Mire.

El presidente Sarmiento, con vistas a la historia, aprueba este proceder:

“Aplaudo la determinación prudentísima de Ud. de no entrar en Asunción, dejando a la soldadesca brasileña robar a sus anchas. Esta guerra tomará proporciones colosales en la historia y es bueno que nuestro nombre figure limpio de reproche”(Sarmiento a Emilio Mitre. Buenos Aires, 21 de enero de 1969- Obras Completas, 10 tomos. Buenos Aires 1888-1913)(AGM.t.II.p.308)

El “robar a sus anchas” por parte “de la soldadesca” de que hablaba Sarmiento, se hace de una forma que horroriza.

“Novecientas mujeres que cayeron en poder de los brasileños fueron víctimas de la lascivia de la soldadesca…Los brasileños, posesionados de la ciudad, se entregaron al más implacable saqueo y devastación. Ni las legaciones, ni los consulados, ni los sepulcros, ni las iglesias fueron respetados. La tarea destructora siguió varios días. Durante la noche, las casas de fácil combustión, incendiadas después de saqueadas, y grandes fogatas alimentadas por los muebles sin valor y por puertas y ventanas, alumbraban el cortejo de vehículos que transportaban hasta los buques los frutos del saqueo. Las embarcaciones zarparon hacia Buenos Aires y Río de Janeiro repletas de objetos de valor. La escuadra brasileña también se prestó a esa tarea” (Cardozo, Efraín. “Paraguay independiente”.p.245, en Historia de América y de los pueblos americanos, dirigida por Antonio Ballesteros y Beretta. t.XXI. Barcelona 1949)

Así llevaba Mitre y Sarmiento la “civilización” al Paraguay y liberaba a su pueblo del “tirano”. Así se inició la regeneración de “ese pueblo bárbaro”.

Hasta las tumbas y cadáveres fueron despojados. Cuenta un testigo de aquellas aberrantes escenas:

“A mediados del año 1869 visitamos el cementerio de la Recoleta, y quedamos pasmados ante el repugnante espectáculo que presentaba aquel recinto. Los aliados vencedores del Paraguay, habían extendido ignominioso saqueo de la ciudad de la Asunción hasta el valle santo, donde descansan los muertos; demoliendo nichos deshaciendo los ataúdes y cajones fúnebres, violando cadáveres, en busca de alhajas…”(Godoi, Juan Silvano. “Monografías históricas” primera serie. p.105 – Juicio crítico Emilio H. Padilla, 2° edición Felix Lajouane, editor. Buenos Aires, 1893) Juan Godoi, fue convencional del 70, puntal del liberalismo.

Años después, un flemático caballero ingles (H.F.Decuoud) seguía echando paladas de tierra sobre López y absolvía a aquellos criminales: “En realidad – decía con cinismo - los Aliados hicieron muy poco para aliviar las miserias de aquel pueblo, pero no abusaron de su victoria con actos de ninguna especie”. (Cunningham Graham. “Retrato de un dictador”.p.221) …Si, es evidente que los aliados “hicieron muy poco para aliviar las miserias de aquel pueblo”. Lo que no es cierto, es que “no abusaron de su victoria con actos de ninguna especie”.

Las riquezas de aquel pueblo humilde y laborioso, los tesoros penosamente acumulados, los muebles valiosos, las alhajas de las sepulturas, todo fue llevado en barcos al exterior, principalmente a Buenos Aires.

Sánchez Quell, da la descripción (que atribuye “un contemporáneo” que no es otro que H.F Decuoud) de la llegada de los barcos:

“Desde los últimos días de la primera quincena de enero de 1869, comenzaron a llegar al puerto de Buenos Aires, buques cargados de muebles, frutos del país , etc., saqueados de Asunción del Paraguay, los que eran vendidos públicamente. La población concurría a la llegada de estos buques por la avidez de conocer el contenido de aquellos cargamentos, quedando estupefactos muchos de los curiosos ante la calidad, belleza y valor subido de tantas obras y objetos artísticos de que se componían, particularmente en presencia de unos juegos de sala, tapizados de pura seda, y otros muebles con primorosas incrustaciones de nácar; hermosos juegos de dormitorios, construidos de finas y delicadas madera, con aplicaciones de otros materiales representando bouquets de flores; pianos de las mejores marcas conocidas entonces; objetos de plata maciza, como cubiertos, lavatorios, jarras, templaderas; Preciosas tapicerías, etc. ; la hermosa y lujosa carroza presidencial que sirvió a los dos presidentes de la República, los López, para los actos oficiales; y, finalmente un sinnúmero de otros objetos de adorno y de culto, entre éstos, imágenes diversas e inestimable mérito como trabajo escultórico y por la calidad de sus pinturas que, a pesar de su antigüedad secular, permanecían inalterables” (Sánchez Quell. “La diplomacia paraguaya. p.236) (H.F.Decauod. “Sobre los escombros de la guerra. p.37)

Eran “los frutos de la civilización” llevada a cabo por Mitre y Sarmiento. Menos mal que las tropas argentinas acamparon a una legua de Asunción, si no se traen hasta la tierra. Los brasileros no fueron menos, y los barcos viajaban “hasta la línea de flotación”

Las descripciones de los saqueos no son fruto de ideas tendenciosas de antiliberales ni desvaríos revisionistas; El propio Cónsul de Francia protesta a Caixas por el prolijo saqueo de su representación:“Asunción fue tan indignamente saqueada como una ciudad tomada por asalto”…”He visto saquear el consulado de Portugal y la Legación Norteamericana” (Asunción, 13 de enero de 1869, Citdo por Decoud, “Guerra del Paraguay,p.189)

No hubo prejuicios de nacionalidad: todo fue saqueado “democráticamente”.


A medida que avanzaban los ejércitos de tierra, las poblaciones se saqueaban de forma similar. El 12 de agosto de 1869 toman Piribebuy, y caen en manos brasileras los tesoros que López había puesto en custodia del ejército nacional. Todo fue robado y trasladado a Brasil, en impresionante requisa, de la que hicieron inventario para que la historia al fin tuviera testimonio del saqueo. (Ver inventario levantado por los coroneles Decamps e Marques de Souza. AGM.t.II.p.311)

Lo que no pudieron llevar lo destruyen: arrasaron las industrias, la fundición de hierro de Ibicuy, las fabricas de implementos agrícolas y se encargó al ingeniero Jerónimo de Moraes Jardim, la destrucción e incendio de Ibicuy: La “civilización” había llegado.

La “civilizada” oligarquía porteña pudo decorar sus residencias con los finos objetos robados y requisados a los “bárbaros” paraguayos, y los mercaderes del puerto pudieron continuar sus negocios aprovechando la experiencia obtenida en “heroicas jornadas” como vivanderos de los ejércitos en operaciones.

Un punto de atracción de muchos de esos comerciantes y agiotistas, fue el local de Don Mariano Billinghurts . (AGM.t.II.p312) Descendiente de Robert Billinghurts, nacido en Surrey, Inglaterra, del que descendieron Robert y Mariano, guerreo de la independencia, y que luego ofreciera a López armarle la flota.

El “botín de guerra” previsto en le tratado de la Triple alianza fue en gran parte a subasta pública en el salón de Don Mariano, bajo la complaciente mirada de Sarmiento que quería mantener la historia y su nombre “libre de reproche”, no obstante lo cual mandó adquirir algunos objetos que pertenecieron a López para decorar la casa de gobierno.

Cuando Su Alteza Real el Príncipe Luis Felipe de Orleáns, (más conocido como conde d´Eu y yerno del emperador Pedro II) llegó a Buenos Aires, fue recibido en la casa de gobierno por Sarmiento, el mismo día que se inauguraba el mobiliario y tapicerías francesas obtenidas en lo de Don Mariano Billinghurts. El conde asentó en su diario: “se dice que pertenecieron a López” (Archivo del conde d´Eu. Archivo de la familia real en Petrópolis)

Es evidente que “la civilización” si había impuesto.
- Castagnino L. Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los paises del Plata
- García Mellid. Atilio. "Proceso a los falsificadores de la historias del Paraguay"
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar

1º de febrero de 1828, Revolución Decembrista.

Brasil la Banda Oriental

La Banda Oriental era parte de las Provincias Unidas de Río de La Plata. Y lo era por su historia, su tradición y su voluntad. Agredida e invadida por el 
Imperio brasileño con la complicidad de ciertos hombres de Buenos Aires, el imperio la mantuvo sojuzgada con el nombre de Cisplatina.

Con la invasión de los 33 orientales y la adhesión general, en 1825 los orientales declaran voluntariamente su reincorporación de la Banda Oriental a la Provincias Unidas del Río de la Plata. En el Art.1 de las “Leyes fundamentales”, (Florida, 25 de agosto de 1825) “Declara írritos, nulos, disueltos y de ningún valor para siempre, todos los actos de incorporación, reconocimientos, aclamaciones y juramentos arrancados á los pueblos de la Provincia Oriental, por la violencia de la fuerza unida á la perfidia de los intrusos poderes de Portugal y el Brasil que la han tiranizado, hollado y usurpado sus inalienables derechos, y sujetándole al yugo de un absoluto despotismo desde el año de 1817 hasta el presente de 1825…”

En su Art. 2, declara que “Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida á las demás de este nombre en el territorio de Sud América, por ser la libre y espontánea voluntad de los pueblos que la componen, manifestada en testimonios irrefragables y esfuerzos heroicos desde el primer período de la regeneración política de las dichas Provincias.”

Estos hechos fueron desencadenantes de la guerra de Argentina contra Brasil, que terminó con el triunfo de las armas argentinas en la batalla de Ituzaingó.

Bernardino Rivadavia
Pese al triunfo contundente de las armas nacionales, Rivada envía a Manuel García a Río de Janeiro para negociar la paz a cualquier precio, como si Argentina hubiera sido derrotada. Entre otras cosas se reconoce la segregación de la Banda Oriental. El artículo 2° de la Convención firmada en Río de Janeiro con fecha 27 de agosto de 1828, expresa que “El Gobierno de la República de las Provincias Unidas concuerda en declarar por su parte la independencia de la Provincia de Montevideo, llamada hoy Cisplatina, y en que se constituya en Estado libre e independiente, en la forma declarada en el artículo antecedente.”

La capitulación rivadaviana fue tan escandalosa que provocó la salida precipitada de Rivadavia.


Dorrego en el gobienro

Instalado 
Manuel Dorrego en el gobierno, no se resigna a aceptar la segregación de la Banda Oriental, pese a las presiones diplomáticas de Inglaterra y el boicot de los banqueros ingleses. El banco nacional tenía instrucciones de "no facilitarle crédito sino por pequeñas sumas para pagos mensuales" (instrucciones de Lord Ponsonby a los accionistas del banco, comerciantes ingleses).

Ponsonby informa a Dudley “es necesario que yo proceda sin un instante de demora y obligue a Dorrego, a despecho de si mismo, a obrar en abierta contradicción con sus compromisos secretos con los conspiradores y que consienta en hacer la paz con el emperador...La mayor diligencia es necesaria...no sea que esta república democrática en la cual por su verdadera esencia no puede existir cosa semejante al honor, suponga que puede ganar en la nefastas intrigas de Dorrego, medios de servir su avaricia y ambición”...(...)...”Mi propósito es conseguir los medios de impugnar a Dorrego si llega a la temeridad de insistir sobre la continuación de la guerra”...”me parece que Dorrego será desposeído de su puesto y poder muy pronto; el partido opuesto a él espera noticias para proceder” 

Ponsonby informa a Inglaterra que Dorrego “Está forzado a la paz por la negativa de la Junta a facilitarle recursos salvo para pagos mensuales de pequeñas sumas” y pretende que se firme una paz sobre la base de la “independencia de la Banda Oriental”. Dorrego en cambio pretende que los uruguayos decidan su destino por propia voluntad:

- “¿Usted habla de una paz bajo la base de que los beligerantes desocupen la Banda Oriental y la dejen libre para elegir su destino, sea independencia o unión con alguno de los beligerantes?" – pregunta Ponsonby.

“Si” – contesta lacónicamente Dorrego.


Amotinamiento de Diciembre de 1828
Juan Lavalle
Victoriosas en Brasil, las tropas nacionales regresan al país, y las intrigas unitarias las predisponen contra el gobierno legal de Manuel Dorrego. Juan Manuel de Rosas, comandante de milicias, le advierte claramente a Dorrego: “El ejército nacional llega desmoralizado por esa logia que desde mucho tiempo nos tiene vendidos; logia que en distintas épocas ha avasallado a Buenos Aires, que ha tratado de estancar en su pequeño circulo a la opinión de los pueblos; logia ominosa y funesta, contra la cual está alarmada la nación” (Julio Irazusta. Vida política de J.M. de Rosas a través de su correspondencia)

Las intrigas unitarias de Carril, Varela y otros hombres “de copete”, finalmente convencen a Lavalle, “la espada sin cabeza”, quien se alza en armas contra el gobierno legal, el 1° de diciembre de 1828.


La carta de Rosas

Sin renunciar, Dorrego se retira hacia Navarro buscando el apoyo de 
Rosas para resistir la revolución. Los hechos y acciones de Navarro son relatados desde el exilio por Juan Manuel de Rosas, en carta a Josefa Gómez el 22 de septiembre de 1869:
Juan Manuel de Rosas   
Obra de Teodoro Bourse   
Juan Manuel de Rosas
“No hubo tal batalla de Navarro. La tarde antes, supimos que las tropas de línea que habían llegado a la Ciudad, al mando del Señor General Lavalle, y que fueron amotinadas por los autores de la revolución, venían contra los paisanos que sin armas, y en el desorden que era consiguiente, se me habían, y seguían reuniendo.
Había llegado también S.E. el Señor gobernador Dorrego, Jefe Supremo del Estado, y puéstose a la cabeza de todos. Inmediatamente al ponerme con ésos grupos a sus órdenes, y pedirme opinión, le dije: Consideraba de absoluta necesidad para el completo triunfo, que en ese momento sin pérdida alguna de tiempo S.E. me ordenara dirigirme con los paisanos del Sud, al Sud, y con ellos y los indios, formar ya al siguiente día, un ejército que aumentaría más y más de día en día, tanto en número como en organización. Que S.E. tomaría también en el momento, los grupos del Norte y Centro, y se dirigiera también esa misma noche al Norte. Que esos grupos aumentarían también más y más, de día en día, tanto en número como en organización. Si el General enemigo seguía a S.E., yo le llamaría la atención por retaguardia, o iría sobre la Ciudad para obligarlo a volver sobre las fuerzas de mi mando. Si me seguía, S.E. le llamaría la atención por retaguardia para obligarlo a volver cerca de la Ciudad.
Ni S.E. ni yo debíamos admitir una batalla, en la seguridad de que a lo largo, las tropas de línea de que se componía puramente las tropas enemigas, quedarían reducidas a nada. Y que ya había empezado la deserción, como lo vería S.E. pues que acababan de llegar uno de los ordenanzas del Coronel Rauch con el mejor caballo de éste, y unos cuantos soldados que minutos antes había enviado yo a recibir órdenes de S.E.
S.E. el Señor Gobernador aprobó inmediatamente mis opiniones, y me dio sus órdenes de conformidad delante de dos Jefes de crédito y respeto. Pero me obligó a que lo acompañase esa noche hasta Navarro, para de allí irme al Sud, y él al Norte. Hube que obedecer. Esa marcha con solo grupos de hombres sin organización fue un desorden. No pude encontrar esa noche a S.E. cerca de Navarro para despedirme y decirle no debíamos parar, porque si el enemigo había trasnochado como nosotros, nos atacaría sin darnos tiempo para retirarnos en orden.
Al amanecer recibí aviso de avistarse gente que parecía enemiga, en dirección a Cañuelas. Para nada más tuve tiempo que para mandar decir a S.E. con varios chasques repetidos cada dos minutos, que el enemigo me parecía estar muy cerca, y que no perdiera tiempo en retirarse, pues que yo ya empezaría a hacer lo mismo así que no tuviera duda ser la fuerza enemiga la que se había indicado, y que personalmente iba yo en camino de reconocerla.
S.E. me mandó decir con enviados repetidos, sin interrupción, no me fuera, pues, que la fuerza la había ya formado para cargar al enemigo así que me acercara; que esto le aconsejaban los varios avisos seguros que esa noche había recibido, y las declaraciones de los diferentes pasados, también esa noche, todos acorde asegurando que las tropas enemigas iban a pasarse todas, así ser acercasen las nuestras.
Con profunda pena recibí esas repetidas órdenes. Ni tiempo tuve para formar y cargar de flanco con algunos Indios de lanza, que era lo único que había con armas.
El enemigo siguió, y los grupos mal formados por S.E., dispararon antes de ser cargados. Yo sabiendo que S.E. se había dirigido en fuga al Norte, ordené a los Indios y paisanos que tenía conmigo en el reconocimiento, se fueran al Sud del Salado, y que allí esperaran mis órdenes que les había de dirigir desde Santa Fe, por el desierto, frecuentemente.
No salí pues junto con S.E. el Señor Gobernador, ni me acerque a los Usares, cuerpo de línea que sirvió para su prisión. Fui directamente a Santa Fe, a donde pensaba se habría dirigido S.E. el Señor Gobernador, y en caso contrario por muerte o prisión, recibir órdenes de S.E. el Señor General López, Gobernador de esa Provincia, a quien no dudaba se nombraría por la Convención General en Jefe del Ejército que debiera operar contra el amotinado. Y así conociendo inmediatamente las resoluciones de la Convención, reglar, con suficiente luz, mis procederes ulteriores. Pero el Señor Gobernador fue preso y fusilado en Navarro 
(1)Quedé entonces obligado a usar la autoridad de que antes había sido investido, y me puse a las órdenes de S.E el Señor General López, General ya en Jefe, nombrado para operar contre el Ejército de línea amotinado.
Los paisanos e Indios amigos que yo había mandado al Sud del Salado a esperar mis órdenes, y que ya se habían aumentado y armado con lanzas de cuchillos y varas de durazno, recibieron mis órdenes (ya enunciadas) reiteradas y frecuentes, por el desierto, y fue por virtud de ellas que derrotaron las fuerzas de línea mandadas por el Coronel Rauch, escapando muy pocos, y muriendo también el valiente coronel, cuyo caballo fue boleado. Seguimos así de triunfo en triunfo, hasta la conclusión de la campaña.
Y agrega Rosas en su carta a Josefa Gómez:

"Eso que dice el Coronel Elías, respecto a chasque Comisario con dos vigilantes, con un oficio (carta) suplicatorio, para que al General Dorrego se le permitiera salir fuera del Pías, no es cierto. Lo que llevó ése Chasque distinguido, y urgentísimo, fue el borrador de la cartea, que el Señor General Lavalle dirigió al Gobierno delegado, dándole parte de haber él mismo General Lavalle, “fusilado la Coronel Dorrego por su órden”.

(1) En una incalificable actitud, Dorrego fue tomado prisionero por uno de sus ayudantes, Mariano Acha, y entregado a Lavalle, quien lo hace fusilar de inmediato en Navarrro, el 13 de diciembre de 1828.
Fuentes:

- Irazusta Julio. Vida política de Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia
- Raed José. Rosas. Cartas confidenciales a su embajadora Josefa Gómez
- Castagnino Leonardo. Juan Manuel de Rosas. Sombras y Verdades
- Castagnino Leonardo. Juan Manuel de Rosas. La ley y el orden

CULTURA › HOY INAUGURA LA MUESTRA INDIO EN LA BIBLIOTECA Recorrida por los tesoros del demiurgo del rock argentino

Por Andrés Valenzuela
“Con el Indio buscamos acercar a toda una gran masa de personas a la Biblioteca, porque también les pertenece a ellas, y al mismo tiempo queremos mostrarle también a ese público que detrás de toda esa gran obra hay libros.” Ezequiel Grimson, director de Cultura de la Biblioteca Nacional (Agüero 2502), se para de frente a la vitrina donde se acumulan las principales influencias literarias del Indio Solari, figura excluyente de la muestra que engalana la institución. Las lecturas del alma mater ricotera van desde La Isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson, hasta El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad. Y, por supuesto, el enorme –y fundamental para muchos de los grandes poetas del rock argentino– Antonin Artaud, representado en la estantería por Heliogábalo.
Sin embargo, para llegar a esa vitrina de libros –y el tesoro que la acompaña– hay todo un recorrido profuso que comienza en la plaza Julio Cortázar, que conecta a la Biblioteca con avenida Las Heras. Ese espacio de la Biblioteca suele estar ocupado por gigantografías de alguna de las exposiciones que alberga la institución y esta no es la excepción. Pero hay algo que llama la atención en estas imágenes y es la misma figura que es objeto de la muestra. El Indio aparece en ropa de viaje: pantalones cargo, campera y un buzo de cuello alto acompañan los inequívocos anteojos redondos. Detrás, un paisaje desolado, que hace pensar en la destrucción de la guerra de los Balcanes pero resulta ser mucho más cercana: es Epecuén, el pueblo sumergido y emergido de la provincia de Buenos Aires. Cuando se afina el ojo, se advierte que las fotos de Edgardo Kevorkian fueron tomadas en las ruinas de un cementerio y guardan en ellas la misma fascinación que ejerce la poética de Solari: la sensación de estar ante un prodigio insondable y terrible.
“El tesoro que no ves/ la inocencia que no ves/ los milagros que van a estar de tu lado/ cuando comiences a leer de los labios.” Esos versos de “El tesoro de los inocentes” encabezan la entrada al ascensor de la explanada Juan José Saer, que lleva al primer piso, donde está el corazón de la muestra. Cuando la puerta del elevador se abre, se está ante un pasillo intervenido con la convocatoria del músico en una de sus últimas presentaciones. Miles de cabezas ante el cielo abierto (porque no hay estadio que pueda contener al fenómeno Solari). Aquí es imposible no pensar en la definición que Horacio González, director de la Biblioteca, ofrece del homenajeado. González lo llama “demiurgo”.
González profundiza y destaca el papel del músico de rock y en particular del poeta rockero, como mediador. “Son autores que vinculan materiales de lo que se podría llamar alta cultura con, sin que llamarlas así represente ninguna connotación desdeñosa, las industrias culturales masivas, de las que la música es una de las más importantes.” Las palabras del director de la Biblioteca se harán evidentes hacia el final de la recorrida, cuando aparezcan intuitivamente ante el visitante los elementos recurrentes que ayudan a discernir la poética Solari-ricotera.
“Así eligió presentarse él”, destacan González, Grimson y la curadora Bárbara Maier durante la recorrida particular con Página/12. La imagen del Indio, de traje, con sus sempiternos anteojos oscuros, hablando ante un micrófono viejo, tiene ciertas reminiscencias de “comunicados”. De fondo, esqueletos con guitarras eléctricas y mucha, mucha intervención digital. Es imposible definir la imagen en un párrafo o en dos. Apenas si se la puede describir. Y otro tanto sucederá más adelante en la muestra. Porque una de las revelaciones de Indio en la Biblioteca es que pone de manifiesto la riqueza de su arte no sólo en su poética y en la música, sino también en la gráfica.
A partir de allí, comienza un primer recorrido, que se da sobre dibujos en lápiz y tinta, sobre la que Solari muestra un manejo que excede al del simple entusiasta. Sea por la influencia de los artistas gráficos que lo rodearon desde el comienzo de su carrera (como Rocambole), por práctica o inquietudes propias, se advierten en el trazo de Solari ideas claras de cómo construir cada imagen, sea en ilustraciones, en fotos, en chistes (que también incluye la exposición) o los dibujos fuertemente intervenidos con técnica digital. Nada de ello puede considerarse mera casualidad o producto de una selección generosa de los responsables de la curaduría. Ante la duda, allí hay tres óleos sobre papel, para mostrar que la riqueza de la imaginería abarca mucho más que su capacidad aparentemente inagotable para construir metáforas de enorme potencia poética, sonora y simbólica. Estas pinturas tienen motivos complejos, trabajos cuidados y precisos en el uso del color, y exigen al espectador una mirada atenta.
En este pasaje de la muestra se advierte también la recurrencia de ciertos temas fundamentales en la obra del Indio Solari, que se refuerzan con algunos de sus objetos personales que se exhiben, como las camisas o una exquisita guitarra nacarada, hecha especialmente por un luthier y que él utiliza para componer. Hay una pequeña selección de dos máscaras, por ejemplo, que consiguen a un tiempo representar su curiosidad por cierta imaginería oriental, su recurso a la idea del diablo y, a la vez, el juego de la máscara entre lo que oculta y lo que revela del mundo y su portador.
“Para nosotros, todo este costado fue bastante sorprendente”, confía Maier. “Había toda una faceta de dibujante y pintor que no estaba muy explotada y que desconocíamos.” Si bien el concepto general de la muestra se orienta a mostrar el fondo de olla del proceso creativo del Indio, las bases literarias sobre las que se asienta su poética, a la hora de trabajar con sus imágenes, Maier explica que buscaron “recrear y volver a esos dibujos que son de lápiz, o pinturas, y que conforman una estética muy similar en algunos puntos a la de Rocambole”. Algo de eso se ve en la primera vitrina, que tiene todos los discos publicados por Solari, desde su primera etapa ricotera hasta su última placa solista, donde ya él mismo se encarga de su arte de tapa. Allí también se ve cómo fue cambiando el formato y el arte de los discos –en parte consecuencia de la evolución de la industria musical y de su propio rol como artista destacado dentro de ella–, para derivar en los últimos hacia la inclusión de libros. “Me parece que él tiene su propia especificidad”, considera Grimson ante la mención de Rocambole. “El Indio quizás es menos denso, tiene momentos con una línea más ligada a la historieta clásica, con más humor, y Rocambole es más críptico, más fuertemente político en la mayoría de sus trabajos.” Se podría agregar, también, que así como recorre sus principales imágenes, en su faceta de artista gráfico el Indio también ahonda en intensas pulsiones eróticas.
El último espacio contiene los libros, ya mencionados, y el tesoro (quizás “el tesoro de los inocentes”, esa noción sobre la que cabalga la muestra) de las letras manuscritas de Solari. Una caligrafía precisa, llamativamente elegante y legible pese a tachaduras y el paso del tiempo, y claro, palabras que no fueron cantadas; palabras que perdieron ante el peso poético de otra que finalmente se hizo conocida y ayudó a conformar el mito ricotero primero y de su frontman después. “El Indio tiene la particularidad de hacer letras muy crípticas, muy densas de metáforas, y al mismo tiempo soltar frases tan directas que parecen un eslogan político, definiciones con las que es muy fácil identificarse o apropiarse, como ‘vivir sólo cuesta vida’”, elabora Grimson.
Horacio González señala la vitrina con los libros, sobre la que insiste particularmente. Admite no ser un escucha especializado en los Redondos, pero asegura que le satisface darse cuenta de que comparte con el homenajeado una serie de lecturas comunes. “Hay un nudo nietzscheano de libros leídos, de las cosas que circulaban en cierto momento, por eso también podemos encontrar a Artaud en otros compositores del rock, como Spinetta.” Los ejemplares exhibidos, advierte Maier, no salieron de las estanterías de la casa del Indio, sino que forman parte del acervo de la Biblioteca Nacional. Los títulos son los mismos, e incluso por falta de espacio faltan algunos. Los responsables de la muestra se apuran a mencionar En el camino, de Jack Kerouac. “El tiene cierto espíritu beatnik que también se refleja en las peregrinaciones de sus seguidores para verlo por todo el país”, comparten.
En una de las paredes de esta última sección resuenan las palabras del Indio, hablando de una futura conversación con González. Esa charla (aún) no sucedió, aunque los organizadores confiaban en que ocurriera, para proyectarla en la explanada de la Biblioteca. ¿No aparecerá el Indio? La curadora afirma que no está programada su presencia, aunque desde que la anunciaron no paran de recibir preguntas al respecto. “Aparece como una esfera que lo acompaña, como si fuera un gurú, un líder espiritual para mucha gente, hay toda una emoción por verlo porque se presenta como un ser enigmático que si aparece, algo puede suceder”, relata. “En parte, por esta figura armada en torno suyo es que nos surgió el impulso de la muestra, lo pensamos como una posibilidad de invitar a un público muy amplio que tiene un culto hacia su persona, para abrirle la puerta de la biblioteca a ese universo de gente.”

› PANORAMA ECONOMICO Rebeldía

Por Alfredo Zaiat
La gestión económica se nutre de los instrumentos que ofrecen las políticas monetarias y fiscales. Con la primera puede subir o bajar la tasa de interés, absorber o imprimir dinero, intervenir en el mercado de deuda, entre las medidas más básicas. Respecto de la segunda, tiene la posibilidad de expandir el gasto o aplicar austeridad sobre las cuentas públicas, elevar o reducir las alícuotas impositivas, como crear nuevos tributos, achicar la estructura estatal o ampliar la participación del sector público en el fomento de la actividad, entre las iniciativas más habituales. Puede haber diferentes combinaciones de esas opciones y de otras más específicas, aplicadas según la orientación ideológica del hacedor de la política. La historia económica moderna ha brindado un valioso aprendizaje sobre la utilización de esas políticas en crisis que comienzan en recesión y luego mutan a depresión, y también sobre cómo sirven para impulsar largos períodos de bonanza.
Existe cierto consenso entre economistas en que el denominado ciclo de oro del capitalismo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta el shock petrolero de comienzos de los ’70 estuvo motorizado por políticas expansivas, planes como el Marshall de reconstrucción europea que demandó recursos millonarios públicos y privados, y un pacto de anulación y quita de la deuda externa alemana (Acuerdo de Londres de 1953), que permitió el resurgimiento de Alemania como potencia mundial. En ese período, América latina registró también un importante crecimiento con un Estado activo en la economía, y Asia, a partir de los ’70 hasta la actualidad.
En sentido opuesto, las estrategias monetarias y fiscales restrictivas del presidente estadounidense Herbert Hoover derivaron en el crac bursátil y posterior depresión de los años ’30 del siglo pasado. También las condiciones financieras humillantes impuestas en Versailles por los aliados triunfadores de la Primera Guerra Mundial a la Alemania derrotada la hundieron en la miseria, desempleo y la hiperinflación, abriendo las puertas a la irrupción del nazismo. Más cerca, las políticas de ajustes fiscal y monetario desplegados en América latina durante las décadas del ’80 y ’90 fueron ruinosas para sus economías, con crecimiento de la pobreza, desocupación y de la deuda, hasta extremos que desembocaron en caos social y default, como el caso argentino.
Pese a esos valiosos antecedentes históricos, que deberían servir de referencia para abordar situaciones críticas similares, en Europa se sigue sosteniendo la estrategia del austericidio. Como se demostró en Estados Unidos de los ’30, en Alemania de entreguerras o en Argentina 2001, y ahora en Grecia con el triunfo de Syriza, esos procesos de ajuste con inmensos costos para la mayoría de la población pueden seguir su curso hasta que quiebran el umbral de tolerancia social.
Las elecciones griegas que le han dado el poder al líder de izquierda Alexis Tsipras han sido el resultado de esa instancia social de rebeldía por el ajuste. Pero esa situación de agobio puede también derivar en el crecimiento de fuerzas políticas xenófobas y nazis, como en la Alemania del ’30. La troika (Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el FMI) defiende su estrategia de la austeridad asegurando que está funcionando. El saldo de esa política es lamentable en términos económicos y sociales. Siete años de ajuste y austeridad han hundido a los países periféricos europeos en depresión. El Producto Interno Bruto de Grecia se derrumbó 25 por ciento en cinco años, la tasa de desempleo subió al 25 por ciento y entre los jóvenes supera el 60 por ciento, los salarios bajaron en promedio casi 40 por ciento, la pobreza se ha duplicado, el 30 por ciento de las empresas que existía hace seis años ha quebrado, y la deuda pasó a representar el equivalente al 175 por ciento del Producto.
La troika europea, Estados Unidos y Japón definieron que para enfrentar la crisis que estalló en 2008 deben aplicar una política monetaria expansiva e insistir con una política fiscal contractiva (austeridad). Sin embargo, el resultado no ha sido muy alentador. Estados Unidos contabiliza espasmos de recuperación sin poder retomar un sendero de crecimiento sostenido, además de registrar una mayor concentración de la riqueza. Japón regresó a la recesión con deflación, y Europa va del estancamiento a la recesión y hasta la depresión, según los países.
A comienzos de este año el Banco Central Europeo se ha unido a la estrategia que tuvo durante años la Reserva Federal y que ha imitado el Banco de Japón el año pasado: expandir la cantidad de dinero mediante la compra de títulos de deuda con el objetivo de impulsar la economía. Después de bajar la tasa de interés a casi cero, y con escasa respuesta de las empresas para invertir debido a la debilidad de la demanda por el recorte del gasto público (austeridad) que deprime el gasto privado, las autoridades monetarias de esas potencias decidieron expandir la cantidad de dinero. La Reserva Federal lo hizo por un total de casi 4 billones de dólares y el Banco de Japón, por el equivalente al 60 por ciento de su PIB. El BCE anunció que comprará títulos de deuda por 50 mil millones de euros por mes durante un año, para totalizar 600 mil millones en el año.
La base de esa estrategia es la siguiente: las bancas centrales al no poder reducir más el precio del crédito (la tasa de interés) para fomentar el crecimiento, deciden ampliar la cantidad de dinero con el objetivo de seguir exprimiendo a la política monetaria como palanca para la recuperación. Los mercados financieros, antes en Estados Unidos y ahora en Europa, festejan porque esa política alimenta la creación de burbujas en activos bursátiles (acciones y bonos). Por caso, el índice S&P de Wall Street ha aumentado más del triple desde su mínimo en marzo de 2009. Lo que esperaba la Reserva Federal era que ese efecto riqueza impulsara una explosión del gasto por parte de un sector privado más próspero. Pero poco sirvió a ese propósito, y sí a una mayor concentración de la riqueza. “El crecimiento del consumo real anualizado ha sido en promedio 1,3 por ciento desde el comienzo de 2008”, explica Stephen Roach en un artículo publicado en Proyect Syndicate. Este investigador del Jackson Institute of Global Affairs de la Universidad de Yale concluye que “con la recuperación actual del PIB real del 2,3 por ciento anual, dos puntos porcentuales menos (del consumo), resulta difícil de justificar el elogio generalizado” hacia la expansión monetaria dispuesta por la FED.
Estos resultados están demostrando que es nula la posibilidad de que ese tipo de política monetaria expansiva pueda restaurar la prosperidad en esas potencias. Esta política combinada con austeridad fiscal y reducción salarial está asfixiando la demanda interna. Por ese motivo, la economía de Estados Unidos no recupera dinamismo, la de Japón sigue entre la recesión y la deflación (la proyección oficial de inflación bajó de 1,7 a 1,0 por ciento) y las de Europa están sumergidas en un atolladero.
Después de estos años de prolongada crisis, la política monetaria flexible (denominada “relajación cuantitativa”) sólo ha servido para salvar bancos y banqueros, alimentar otra burbuja especulativa y aumentar las desigualdades. Los promotores del ajuste en Europa, que tienen al sector financiero como principal soporte, están mostrando que su política monetaria expansiva es un fiasco. Puede ser que, con el triunfo de Syriza y el avance de Podemos en España, se abra una pequeña ventana para que en Europa sea el turno de enfrentar la crisis con una política fiscal expansiva, de recuperación de derechos laborales y sociales, de mejoras salariales y de un plan de inversión pública que permita a la demanda conducir a la economía a un sendero de recuperación y crecimiento. Esta es la disputa que se abrió en la Unión Europea con el triunfo de Syriza en Grecia, que además de la legitimidad popular posee en su haber para la negociación con la troika dominada por Alemania la fortaleza que en su momento mencionó John Maynard Keynes: “Si debo una libra, tengo un problema; si debo un millón, el problema es tuyo”.

CONTRATAPA Hormigas y cigarras

Por Sandra Russo
Después de una primera ronda de entrevistas para plantear su posición ante diferentes mandatarios europeos, el gobierno griego recibió el primer apriete de la troika, que considera a la austeridad como parte de los tratados ya vigentes. La respuesta de Tsipras fue inmediata: “Grecia no aceptará más órdenes, especialmente las enviadas por correo electrónico”, refiriéndose al estilo de “gobierno” que ejercen los tecnócratas de las entidades de crédito. Según el diario El País, “el único bálsamo que recibió fue la masiva manifestación ciudadana en apoyo al gobierno”, en referencia a los miles y miles de griegos que salieron el jueves a decir “sí” a su soberanía en las calles. No lo hacen por el chori. Lo hacen porque el nuevo gobierno griego los defiende a ellos. El apoyo popular no es “el único bálsamo”, sino la base de su legitimidad.
Fue una semana muy intensa. El martes, el primer ministro italiano, Matheo Renzi, y Tsipras sorprendieron al término de una reunión privada, cuando, con cámaras y micrófonos delante, Renzi le extendió a Tsipras su regalo: una corbata italiana. Se sabe que los miembros del gabinete griego –todos varones, dicho esto sea de paso– no la usan. Tsipras había declarado que no se pondrá corbata hasta que Grecia inicie su etapa de crecimiento, y Renzi le regaló una, a modo de buen augurio. Se rieron. Renzi, de 41 años, habló entonces de algo más sustancial, dijo: “Una nueva generación se hace cargo de la política europea”. Y Tsipras agregó: “Nuestra generación ha sido el blanco de políticas equivocadas, es una generación que ha sufrido y que ha tenido que emigrar para soñar y vivir con dignidad”. Eso puede cambiar, siempre pudo cambiar, no es ni un designio divino ni una catástrofe meteorológica. Hasta las elecciones todo parecía, a los ojos de muchos, pura campaña y “desgrecia”, como manipulaban los diarios españoles, que es donde Syriza despierta más revulsión, con Podemos ahí nomás, creciendo y creciendo. Pero el proceso que está en marcha es vertiginoso, y Syriza, en sus primeras dos semanas de gobierno, arrancó con un ritmo ejecutivo frenético, y con objetivos puntuales que ya están sacudiendo a Europa desde su tuétano, que es Alemania.
Habían tratado a Grecia como a un país menor que, en todo caso, si se iba del euro por las suyas saldría perdiendo, y si no se iba perdería igual, siendo expulsado. Pero lo que nadie creyó, lo que todavía nadie en los respectivos establishments empresarios y mediáticos termina de aceptar –y es el quid, la cuestión, el hueso de este asunto–, es que el gobierno de Tsipras levanta la política por sobre la economía, y eso es tanto discursivo como fáctico: es con política y no con antipolítica que Syriza pretende no sólo recuperar la economía social griega, sino algo mucho más ambicioso y sin lo cual no se puede empezar a hablar en serio: el eje del programa económico ideado principalmente por el actual ministro de Economía, Yanis Varoufakis, es interpelar y plantear a la dirigencia política europea que es necesario reconocer que hay un ciclo declinante de “un proceso del reciclaje del excedente global” que tributaba a equilibrar las finanzas mundiales merced al déficit norteamericano (la hipótesis que defiende desde 2010, cuando la vertió en su libro El Minotauro Global), y es hora de comenzar a discutir otro modelo. Un new deal paneuropeo. Otro tipo de Estados. Otro tipo de asociación. Otro tipo de mundo.
Tendrán obstáculos y les jugarán sucio, naturalmente. La troika y los grandes medios. “En el primer día en nuestros ministerios –escribió Varoufakis en su blog el 29 de enero– el poder de distorsión de los medios me impresionó de nuevo. La prensa mundial estaba llena de informes sobre cómo el primer ‘acto’ de política exterior del gobierno de Syriza había sido vetar nuevas sanciones contra Rusia. No estoy calificado para hablar sobre asuntos exteriores, pero sin embargo, no tengo más remedio que compartir esto con ustedes a nivel personal.” Luego narra que el canciller griego, Nikos Kotzias, informó que en su primer día de trabajo escuchó en las noticias que la “UE había aprobado nuevas sanciones a Rusia por unanimidad”. El problema era que a él nadie le había preguntado. Habían dado la posición de Grecia por sentada, sin consultarlos. “Desde mi punto de vista –sigue Varoufakis– el fondo de la cuestión es si se respeta o no nuestra soberanía nacional. ¿Podrían los periodistas de todo el mundo tratar de hacer la importante distinción entre protestar por ser ninguneados, o protestar contra las sanciones? ¿O es demasiado complicado?”
Estamos siendo testigos del arribo, junto con dirigentes de una nueva generación y quizá por eso más inmunes al relato de la troika (el concepto lo usa Varoufakis pero no es el único: ese relato se basa en el “fingir y seguir”. Fingir que la crisis tal como está planteada tiene salida, para seguir endeudando más a algunos de sus miembros débiles), de un nuevo punto de vista que resulta revulsivo, pero por lo razonable. Es sencillo: el gobierno griego anunció que no aplicará más políticas de austeridad, y que necesita llegar a un acuerdo entre socios, que le permita cumplir sus obligaciones con su propio crecimiento. No importa lo que digan los medios. Lo que importa es que escuchen ese punto de vista los pueblos europeos que siguen rehenes de “lo inevitable” de su sufrimiento. Si el nuevo rumbo llega desde la política en serio, serán los electorados los que deban expresarse.
En lo discursivo, el ministro de Economía griego, un académico con trayectoria en Grecia y en Estados Unidos, es una figura clave porque participa de esa noción de la que en estos días estuvo hablando por aquí Thomas Piketty: “La economía es algo demasiado importante para dejarla en manos de los economistas”. Es un divulgador interesante, y aquí van dos ejemplos.
El primero, la manera en la que Varoufakis explicaba a una revista austríaca, apenas dos semanas antes de convertirse en miembro del gabinete, por qué cree que en la Europa septentrional no se visualizó, en los ’90, que los recortes de los derechos laborales podían ser un presagio de fenómenos que están ocurriendo ahora, con cifras de desempleo record. Varoufakis respondía que eso se explica con la fábula de Esopo. “La hormiga trabaja duro, no disfruta de la vida, guarda dinero, mientras la cigarra se dedica a cantar y a no hacer nada. Después llega el invierno y pone a cada quien en su sitio. Es una buena fábula. Desgraciadamente, en Europa predomina la idea de que todas las cigarras viven en el Sur, y todas las hormigas en el Norte. En la realidad, lo que hay son hormigas y cigarras en todas partes. Lo que ocurrió antes de la crisis es que las cigarras del Norte y las cigarras del Sur –banqueros del Norte y banqueros del Sur, pongamos por caso– se aliaron para crear una burbuja financiera que los enriqueció extraordinariamente, permitiéndoles cantar y holgazanear, mientras las hormigas del Norte y las del Sur trabajaban a la vez más y en condiciones más difíciles. Después, cuando la burbuja estalló, las cigarras del Norte y las del Sur se volvieron a poner de acuerdo en que la culpa la tenían las hormigas del Norte y del Sur. La mejor forma de recomponerse era enfrentar a las hormigas del Norte con las del Sur y Europa empezó a fragmentarse. El alemán medio odia al griego medio, y el griego medio odia al alemán medio. No tardará el alemán medio en odiar al alemán medio, y el griego en odiar al griego medio. Eso ya empezó, y es exactamente igual a lo que ocurrió en los ’30. Karl Marx estaba completamente equivocado cuando decía que la historia se repite como farsa. La historia, simplemente, se repite.”
El otro ejemplo del carácter netamente político de estos nuevos dirigentes es la forma de confrontar con Angela Merkel. No la han visitado todavía, no la admiten virreina, pero en esa entrevista reciente, Varoufakis, después de recordar que en alemán una misma palabra (Schuld) sirve para nombrar “culpa” y “deuda”, y es usada no casualmente cono antónimo de “crédito”, opinaba que a su criterio Merkel está atenta a la división alemana, y que ella sabe perfectamente que una cosa son las empresas alemanas, de cualquier tipo y tamaño, y otra cosa “son la Siemens o la Volkswagen”, que cuando el viento sople en contra enviarán sus ganancias a cualquiera de sus bases. “La señora Merkel es una política muy astuta, que no moverá una pieza hasta que haya consenso que le garantice su supervivencia política.” Y como es política la pelea que libran hoy los griegos y quienes se les sumen, Varoufakis concluía con su eje estratégico: “Ella está calibrando las placas tectónicas bajo sus pies. A lo que yo la invitaría es a pensar en su legado más allá de la mera supervivencia. Y me gustaría que considerara la posibilidad de que de acá a 10, 20, 100 años, Europa pudiera hablar no sólo de un Plan Marshall que salvó a Alemania, sino también de un plan Merkel que salvó a Europa”.
Si Merkel escucha, puede dar vuelta su rol histórico. Si no lo hace, Grecia explorará otras salidas, porque el mundo ya es multipolar.

OPINION Por qué los judíos tenemos la culpa

 Por Elina Malamud *
Mi abuelo Morduch Gurewitsch era bolchevique. Quién sabe en qué momento de fin del siglo XIX o principios del XX se fue de Chechersk a Gomel para estudiar. Era la parte de Rusia en proceso de industrialización que hoy se llama Bielorrusia. Cambió su torá tan vapuleada por escritos prohibidos que hablaban de un mundo más justo y así fue que se vio comprometido en la revolución de 1905, simbolizada bellamente por Eisenstein en El acorazado Potemkin y en el cochecito de bebé que rueda infinitamente por las escaleras de Odessa. Se escapó del zar rumbo a Berna, ahí estudió bioquímica y partió después a Sudamérica, seguido por mi abuela, Malka Lifschitz, licenciada ella en letras eslavas. Me encantaría hacer un agujerito en el diploma de Morduch, que cuelga enmarcado en la pared de mi living, para espiar al otro lado del tiempo esas dos vidas suyas, la del militante que no fue como Pavel Vlásov, el romántico revolucionario de la novela de Gorki, y la del estudiante emigrado que arrastró su pobreza del Este, que tal vez se haya codeado con Rosa Luxemburgo y cuya tesis final en la Universidad de Berna me regodeo en encontrar una y otra vez en Internet: Ueber einige Amidoderivate der Schwefelsa”ure, Inaugural-Dissertation... von Morduch Gurewitsch, 1910. Como tantos migrantes del Este de Europa que en aquella época se largaban a Palestina, a Estados Unidos, al Brasil, a Inglaterra, a Argentina, llegaron a Buenos Aires por 1911, pero nunca abandonaron la ilusión de volver a participar en la gran avanzada que cambiaría el mundo.
Los judíos socialistas del Bund en el que militó mi abuelo, según me explicaba Yeña, mi dulce idishe mame, imaginaban una sociedad futura igualitaria y sin explotados, en la que no existirían las fronteras nacionales y la única patria sería la clase trabajadora. En la izquierda de Poalei Tzión, en cambio, seguidora de Ber Borojov, consideraban que una historia común, una economía alejada de la producción primaria y un pasado lingüístico que los reunía conformaba a un grupo humano al que sólo le faltaba un territorio para constituirse como pueblo y ese territorio estaba en Palestina, donde deberían afincarse si querían recuperar su relato legendario y llevar la buena nueva de la revolución proletaria a los campesinos de Oriente Medio. No los juzgo. Sólo quiero contar cómo eran. Todos eran judíos socialistas que migraron como mi familia.
Moisés Malamud, mi padre, nació a principios del siglo pasado cerca de Kishiniov, la capital de Moldavia, que en esa época se llamaba Besarabia y era también parte de la Rusia de los zares. Venía de una familia menos intelectual, más atada a la tradición religiosa y dispuesta a crecer en esa Argentina promisoria de leche y miel que fue refugio de emigrantes de toda la Europa del hambre, la persecución y la guerra. Mi abuelo Elías, un pobre mameligue alimentado a polenta, se vino a Buenos Aires antes de que empezara la guerra ruso-japonesa, a dormir de noche sobre el mismo mostrador en el que trabajaba de día, pero ya había progresado a kventenik –vendía “por su cuenta”– ofreciendo colchas de puerta en puerta, cuando toda su prole llegó a su encuentro. Hoy es una familia de doctores y comerciantes, estancieros y rentistas y hasta políticos que fragotearon con el general Bonnecarrére en los años convulsos que caracterizaron nuestro medio siglo y la caída del gobierno de Perón.
Así y todo, Moisés se fue, recién recibido, a constituirse en el único médico del Dock Sud, en la época de Barceló y Ruggierito, donde atendió con la misma solicitud a laburantes y malandras; organizó una cooperativa de médicos en Avellaneda que pronto quedó en manos de los que querían transformarla en una clínica privada de médicos directores y médicos asalariados. Entonces, ya director del Hospital Fiorito, fundó la cooperadora que todavía existe, cuando creyó que, si las partidas no alcanzaban, era lícito pedir ayuda a las fuerzas vivas de la ciudad y hoy un pequeño busto, en el patio del hospital, recuerda su trayectoria. Así fue, así es mi familia judía.
Así como esos vecinos que fundan un club de barrio para reunirse a bailar pasodoble, tango y cumbia, a jugar al truco, a rifar una bicicleta para construir la canchita donde ellos y sus hijos puedan ejercitar algún deporte, terminan cooptados por las millonadas obscenas de los traficantes de jugadores de fútbol, así también la mutual judía y la delegación de entidades judías, herederas de la primera cooperativa agrícola de Sudamérica fundada en 1890, en la sinagoga de piso de ladrillo de Basavilbaso, continuadoras del Bund y del teatro IFT, hoy están en manos de empresarios y rabinos que tejen sus negocios y sus políticas pro israelíes, programan la currícula de la educación comunitaria, deciden quién es suficientemente judío y quién no lo es para morir su eternidad en los cementerios que ellos administran... votados por ellos mismos.
Y la culpa es mía, es nuestra, nuestra de todos los judíos que priorizamos la vida ciudadana y no nos sentimos llamados a actuar en el seno de nuestra minoría étnica. Somos cientos de miles los judíos y judías argentinos y argentinas que no hemos sido obligados a continuar nuestra infancia y juventud en la colonia de verano de Summerland, ni a remar en Hacoaj, ni a jugar al vóley en Macabi, ni a hacer vida cultural en Hebraica, ni a ir a la sinagoga porque no creemos en la existencia de dios, ni a mandar a nuestros hijos al colegio Weitzman ni al Wolfsohn, ni nos hemos casado con un buen judío sino con un compañero de la facultad o de la militancia o con el hermano de una amiga del barrio que no profesaba nuestra religión ni tenía la misma historia del templo arrasado pero compartía nuestros ideales y nuestra esperanza de un mundo más justo. Somos cientos de miles los judíos y judías argentinos y argentinas que no estamos representados por la AMIA y la DAIA, que no comulgamos con las dirigencias israelíes, que lamentamos la derechización de una sociedad que se olvidó del kibutz y de los motivos que llevaron a sus antepasados a Palestina, y nuestras organizaciones comunitarias no tienen por qué convertirnos en sus adláteres, en sus defensores, en sus cómplices. Somos los que queremos una Palestina sin territorios ocupados, donde nadie se crea superior ni explote al otro y una dirigencia independiente que no pretenda colocar a nuestra minoría en un estamento ideológico que no le corresponde, porque los judíos somos muchos y pertenecemos a corrientes políticas diversas.
Es así que esos judíos deberíamos haber tenido una participación más activa en las instituciones comunitarias, o quizá, aún estemos a tiempo de crear otras nuevas en las que la diversidad de pensamiento y una visión del mundo más amplia no nos recluyan en estructuras manoseadas por miserias locales, mezquindades empresariales e intereses globales. Los judíos debemos hacer el mea culpa y recuperar el espíritu solidario de los fundadores de estas instituciones hoy cuestionadas, pensando en sus mutuales, en sus cooperativas y en los grandes hombres y mujeres de nuestra etnia que dedicaron su vida a la lucha por un mundo mejor y que ya han sido vastamente nombrados en los varios artículos que tantos judíos hemos publicado últimamente en los medios.
* Escritora y periodista.

UNA MOVIDA PARA REALIZAR ESTE AÑO UN ENCUENTRO NACIONAL DE ARGENTINOS DE ORIGEN JUDIO Judíos pero no de la DAIA ni la AMIA

Luego de que la denuncia y posterior muerte del fiscal Alberto Nisman volviera a poner en el centro de la discusión el atentado contra la AMIA, un grupo de miembros de la comunidad judía decidió desmarcarse de la posición oficial adoptada por la AMIA y la DAIA por considerarlas “burdamente alineadas con los sectores más belicistas de la política internacional” y comenzó a organizar un Encuentro Nacional de Argentinos de Origen Judío para algún momento de este año. El sociólogo Mario Toer, uno de los motorizadores, señaló que se trata de un espacio para quienes “no quieren ser utilizados” y confió en que la propuesta será “altamente convocante”.
“Las principales organizaciones de la comunidad judía se atan a una política mundial que no toma en cuenta lo que son los pareceres de una comunidad tan vasta, con tanta inserción y con tantos exponentes como la nuestra”, afirmó Toer, apuntando contra las autoridades de la AMIA y la DAIA. “Es fundamental convocar a esta enorme cantidad de gente, que seguramente va a aceptar el llamado, porque está clarísimo que muchos no compartimos la manera en que las agrupaciones de la comunidad se alinean en función de una política a nivel internacional”, agregó.
El académico consideró que luego de la muerte del fiscal Nisman “se hizo muy evidente” cómo la conducción de las organizaciones judías “se plegó a operaciones políticas” y por eso la nueva vertiente surge como una respuesta a esa postura. “Fue tan alevoso ese alineamiento que se ha generado una reacción”, afirmó.
La convocatoria está circulando a través de las redes sociales y las adhesiones se reciben en el mail argentinosdeorigenjudio@gmail.com. Allí expresan que “quienes formulamos este llamamiento no pretendemos constituirnos en la voz de la totalidad de los argentinos de origen judío, pero les negamos a la DAIA y la AMIA la atribución de hablar y negociar como si fueran los depositarios del monopolio de ‘lo judío’”. Entre otras cosas, recuerdan “el vínculo de subordinación del fallecido fiscal Nisman con la embajada de Estados Unidos” y el brusco cambio de parecer de la conducción de la AMIA-DAIA respecto al Memorándum de Entendimiento con Irán. “Nuestro destino estuvo –y está– íntimamente enlazado con el futuro de la Argentina”, remarcan.
Toer explicó que la iniciativa pretende “generar un encuentro que dé un cauce a los que no queremos que nos utilicen”, y se mostró optimista respecto de los apoyos que podrían cosechar. “No tengo datos precisos de cómo va a seguir este encuentro, pero sí tengo la certeza de que va a ser muy convocante dadas las características tan burdas y este alinearse con los sectores más belicistas de la política internacional de las principales organizaciones judías”, remató.