sábado, 8 de noviembre de 2014

"Hay, por lo menos, 9 millones de hectáreas en disputa entre campesinos y empresarios"

Diego Montón, del Movimiento Nacional Campesino Indígena, se encuentra en Santiago esperando el final del juicio por el crimen de campesino Cristian Ferreyra, ocurrido en 2011. Se investiga la responsabilidad de un empresario sojero.
Por Enrique de la Calle
APU: El juicio por el crimen de Cristian Ferreyra hace visible una problemática que se da en muchas provincias argentinas, que tiene que ver con la extensión de la frontera de los agronegocios y la expulsión de familias campesinas. ¿Cuál es la situación actualmente? ¿Cuáles son las provincias más afectadas?
Diego Montón: En esta etapa, la situación se agudiza por la ofensiva del capital financiero en la región, que en el marco de la crisis persigue subordinar la agricultura y los bienes naturales a sus lógicas especulativas. Esto se traduce en mucho dinero para el agronegocio bajo el circuito dominado por corporaciones transnacionales. Los territorios campesinos indígenas son un "obstáculo" para el desarrollo de esa estrategia imperial. Ahí comienza el conflicto, que en general cuenta con una gran complicidad del poder judicial y las policías. En la medida que se va fortaleciendo la organización y la resistencia campesina, entonces el agronegocio se torna mas violento. La situación es grave, porque son enormes las masas de capital que vienen para ser "invertidas" , eso aumenta la velocidad de destrucción de los bosques, la presión a los jueces. Se da en todo el país, en el centro y NOA con la soja, en Cuyo con olivos y vid, en el NEA, con forestales para pasteras. En el MOCASE hemos afrontado situaciones bien violentas en Santiago, en Cordoba, Mendoza, Salta, Neuquén.
APU: ¿Cuál es en general la actitud que toman los gobiernos provinciales?
DM: En general, los gobiernos provinciales están cooptados por una falsa idea de desarrollo de la mano de la inversión para los agronegocios. Es fácilmente demostrable que es todo lo contrario, este modelo de agricultura que quieren imponer ha generado destrucción del trabajo en el campo, ha aumentado el trabajo esclavo y el precio de los alimentos que además están contaminados. Se han destruido bosques y ecosistemas. Además, de expulsar a millones de personas hacia las ciudades, en donde no encuentran trabajo ni vivienda digna. Así, lo que el estado puede obtener por retenciones lo debe invertir en planes sociales para los expulsados del campo. Con los agronegocios solo ganan las corporaciones y un puñado de empresarios. Sumale ahora la especulación con la soja en los silos para devaluar. Es un modelo que atenta contra la paz y la democracia.
APU: ¿Existen leyes locales que protejan a las familias campesinas?
DM: Casi no existen leyes para proteger y potenciar la agricultura y la vida campesina, recién ahora estamos logrando dar algunos debates. En algunas provincias como Santa Fe, Salta y Río Negro avanzaron leyes para frenar desalojos, son avances, pero insuficientes. Según un informe de la Subsecretaria de Agricultura Familiar, en Argentina hay 9 millones de hectáreas en disputa entre campesinos y empresarios que involucran a más de 63 mil familias. En realidad eso fue un muestreo, no un censo, el número es mucho mayor. Las instituciones niegan al campesinado.
APU: ¿Es posible hacer compatibles los dos modelos, el de la agricultura en gran escala (agronegocio) y el de la agricultura familiar?
DM: Hoy convivimos, esa es la realidad. El tema es que es una convivencia violenta, donde se vulneran los derechos de nuestras familias, no solo con desmontes, desalojos y agresiones que terminan con tragedias, si no con fumigaciones y con contaminación genética de nuestras semillas, como pasa con el caso del maíz transgénico, que por deriva contamina nuestro maíz diverso y campesino.
El empresario sojero expresa esa idea del lucro máximo a costa de lo que sea. Es necesaria una transición hacia otro modelo, donde conviva el modelo campesino y quizás un modelo de empresa agraria con un sentido nacional y popular, incluso con tecnología más apropiada a un desarrollo sustentable. Eso solo puede darse con un Estado fuerte y presente: es necesario transformar el PEA (Plan Estratégico Agroalimentario) porque el actual plantea solo índices de productividad en un marco ultraliberal. Es posible un ordenamiento territorial que garantice la permanencia en el campo de los campesinos y pueblos originarios, y que por otro lado establezca los territorios para aprovechar la renta diferencial de la tierra en el mercado global. Pero para que eso suceda el Estado debe concentrar el mercado externo, y eso en este momento creemos solo es posible con una política de integración regional, que permita retomar el control de puertos, barcos y acopios.
Las empresas deben ganar los justo, y el resto debe ser redireccionado al desarrollo nacional. Es decir, hay que sacarse de encima a las corporaciones transnacionales y su paquete tecnologico. Esos modelos de agricultura y de vida podrán convivir con un fuerte control y regulación del Estado.

APU: Vienen hace tiempo pidiendo una serie de leyes sobre el tema. ¿Cómo viene esa situación?

DM: Desde el MNCI (Movimiento Nacional Campesino Indígena) venimos impulsado un proceso de debate sobre políticas publicas para el sector. Comenzó con la idea de una ley nacional que haga un relevamiento exhaustivo de la situación de los poseedores, suspenda los desalojos y regularice. A partir de allí se fue armando un espacio donde participan otras organizaciones como ACINA, FNC, FONAF, entre otras, y avanzamos hacia una ley nacional de la Agricultura Familiar y Campesina.
Recientemente se creó el Consejo Nacional de la Agricultura Familiar Campesina Indígena en el ámbito del Ministerio de Agricultura, y allí se ha debatido esta ley, que deberá ser seguida de otras. En síntesis, planteamos la necesidad de la función social de la tierra, la garantía de la permanencia en el campo y el acceso a la tierra a las miles de familias desalojadas, la vuelta al campo desde las ciudades. Plantemos también la defensa de las semillas y leyes que eviten su privatización. También estamos debatiendo cambios en el SENASA que plantea requisitos para la producción, faena y comercialización que son inaplicables para nuestra agricultura. El impulso de la Agro-ecología desde las universidades e instituciones. Todo esto lo llamamos la "Reforma Agraria para la Soberanía Alimentaria".

El otro campo

La concentración del uso de la tierra


La unión de las innovaciones tecnológicas en materia de agricultura y la avaricia de la oligarquía agropecuaria han plantado un nuevo paradigma que tiene como único objetivo el lucro.

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Por Nicolás Bondarovsky I La introducción de semillas transgénicas –con la soja como mayor exponente-  en 1997 y la modalidad de lo que se conoce como “siembra directa”, que tiene sus orígenes con la aparición de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID) en 1989, modificaron la relación entre capital y trabajo del sector agropecuario.
La unión de las innovaciones tecnológicas en materia de agricultura y la avaricia de la oligarquía agropecuaria han plantado un nuevo paradigma que tiene como único objetivo el lucro. Una provisión de alimentos ordenada por el mercado que lleva a concentrar aún más el uso de la tierra y dando lugar al fenómeno que marca la tendencia al monocultivo.  En 2011, la superficie cultivada con transgénicos trepó  a 22 millones de hectáreas correspondientes casi a la totalidad de la superficie cultivada con soja, 90% de la superficie total de algodón y 86% del total de los cultivos de maíz.
En la actualidad, lo que se conoce como “agricultura industrial”, tiende a hegemonizarse. Se producen una pequeña gama de bienes que se destinan al mercado nacional e internacional y con las divisas generadas se adquiere todo lo que no se produce. Enrique Mario Martínez, presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) por nueve años, describe lo que está sucediendo: “La tierra cultivable, hoy en día, está muchísimo más concentrada. Ha cambiado la propiedad de una fracción pequeña, pero sobretodo se ha modificado el uso de la tierra de una gran fracción. Las cifras de los últimos dos censos agropecuarios muestran que se aumentó 8 millones de hectáreas la tierra arrendada –tierra arrendada por grandes corporaciones asociadas a los dueños de grandes propiedades-. Ahora los pequeños propietarios son -en gran parte- rentistas, ya que eso le genera un renta interesante al dueño de 100 o 150 hectáreas que antes no se daba”.
José Cornejo agrega al debate las “bondades” de lo que se denomina, mundialmente, como el modelo Monsanto y el intento del dossier es contraponer lo que podríamos denominar como: Meganegocios insustentables contra Emprendimientos de pequeña escala diversificados, de producción local acordes a necesidades comunitarias. Es de destacar, que ésta transformación productiva que fue descripta al comienzo del artículo, sucedió con un Estado que estuvo ausente –lo sigue estando- para ordenar estos avances tecnológicos en beneficio de la soberanía alimentaria y no en beneficio del negocio: el agronegocio.
De los trabajos realizados por el investigador del CONICET, Eduardo Basualdo, se desprende lo siguiente: “Entre 1994 y 2010 se expandió la producción y el área sembrada pasando de 40 a 92 millones de toneladas y de 19,6 a 30 millones de hectáreas respectivamente, lo cual supone un crecimiento anual acumulativo del 5,4% en la producción y del 2,8% de la superficie sembrada”.

Continúa Basualdo: “Esa expansión del área sembrada tuvo no solamente un papel muy destacado en el sostenido incremento del valor de producción del agro pampeano, sino que también les permitió a los terrateniente de esa región –que conforman el núcleo central de esta producción- alcanzar una representación territorial ‘más nacional’ debido a que la soja tiene aptitudes para ser producida en regiones no aptas para el resto de los cultivos pampeanos, pese a la acentuada tendencia a la expulsión de la actividad de mano de obra directa e indirecta”.
Como describía anteriormente Martínez, uno de los fenómenos que se expresa con mayor fuerza –en términos de la tenencia de tierras- es el arrendamiento. Explica Basualdo: “Ese fenómeno cobra envergadura a partir de la exacerbación de las economías de escala, proceso que incrementa la rentabilidad a partir de una disminución del costo de producción originado en el aumento de la superficie trabajada”. Ver cuadro 1.
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(Fuente: Los propietarios de la tierra como protagonistas del actual paradigma. Por Eduardo M. Basualdo)
Andrea Janín es analista químico-biológica. Describe la situación actual como una fuerte puja entre grandes corporaciones económicas y comunidades movilizadas defendiendo sus derechos fundamentales para mantener una vida digna, con trabajo, salud, educación y justicia. “Mientras grandes intereses económicos siguen avanzando cual aves de rapiña por sobre nuestro territorio, tenemos que proponer e implementar acciones que fomenten el arraigo, la producción y el trabajo para el desarrollo local”, sostiene Janín.
“La prédica más usual en estos tiempos, que piensa en organizar la comunidad para exportar tal o cual conjunto de viene o servicios, y a partir de allí obtener los recursos económicos para adquirir todo lo necesario, a mí juicio no sólo no asegura el éxito, sino que además oculta el objetivo comunitario, y por lo tanto nos aleja de él”, explica Martínez.
El libro “Nuevos Cimientos, debates para honrar el Bicentenario” de Enrique Martínez –una lectura obligatoria para comprender lo que sucede en la Argentina de hoy- muestra interesantes puntos. Uno de ellos intenta darle fuerza al siguiente concepto: “Produzco lo que consumo es una consigna que busca sintetizar la vocación de aproximar la condición de ciudadano a la de productor, a la de transformador de su entorno, remplazando la condición actual de mero consumidor”. Para eso, propone un conjunto de iniciativas válidas –utilizadas en varias ciudades del mundo-  para sectores medios de la sociedad, tales como:
*Agricultura urbana
*Agricultura apoyada por la comunidad
*Mercado de productores
Sin embargo, Martínez advierte: “Nada de esto tendrá progresos relevantes si reiteramos la idea de que se trabaja buscando maximizar el lucro, ya que es el dinero el que simboliza la capacidad de mejorar la calidad de vida”.
Según todos los especialistas consultados, la Argentina está altamente preparada para contar con industrias locales y regionales vinculadas con los productos del campo muy superior a la que cuenta el país hoy en día. Además, que estén estratégicamente diseñadas para romper lo lógica hegemónica de monocultivo que tiene como único fin el lucro.
Como bien describe Soledad Guarnaccia en su artículo junto a éste proceso de expansión de la frontera agropecuaria, de monocultivo y con el único fin de maximizar la renta, han crecido las organizaciones campesinas que representan una oportunidad concreta para la construcción de organización social en torno a demandas, como la soberanía alimentaria y la protección de la vida.
Martínez es un poco escéptico de lo que pueda suceder en el futuro: “El modelo Monsanto tiende a ser hegemónico en los próximos años. Los ocupantes formales de la tierra, ya que no son dueños, van a seguir perdiendo”.
Expansión de la frontera agrícola
Los cambios mencionados han modificado la forma de producción, concentración y centralización del capital. Esta estructura fuertemente de servicios para el desarrollo de la producción agropecuaria tuvo una expansión geográfica de suma importancia y con mayor fuerza en las zonas de mayor rendimiento. Estos hechos explican la profundización de la producción agrícola, con una fuerte tendencia al monocultivo de soja. La frontera sojera se fue extendiendo más allá de la tradicional pampa húmeda presionando sobre territorios en manos de la agricultura familiar o las comunidades originarias. Desde el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) cuentan por lo menos cinco muertes en los últimos tres años, todas vinculadas con conflictos de tierra. A esa violencia hay agregarle otra que tiene que ver con las familias obligadas a desplazarse por el avance sojero.  
Eugenio Raúl Zaffaroni, en su libro “La Pachamama y el humano”, lo describe así: “La necesidad –eterna Celestina de todas las matanzas y guerras-deberá evaluarse conforme a las condiciones humanas de supervivencia digna y al uso no abusivo respecto de todos los entes naturales, y no a la conveniencia de pura obtención de mayores réditos”.
Los fondos de siembra
Son conocidos como “pools”, una de las mayores expresiones del capitalismo actual. Cuentan con el capital suficiente para comprar y aplicar ese nuevo paquete tecnológico en economías de escala y así concentrar aún más el uso de la tierra. Basualdo lo explica así: “Es una nueva forma de producción de carácter financiero, que les asegura a los inversores que adquieren una cuotaparte un rendimiento que iguala o supera a las inversiones financieras. Con ese capital los pools y fondos de inversión arrendan tierras en la región pampeana para producir diferentes productos”.
Por su parte, Martínez afirma: “Lo oligarquía terrateniente no fue desplazada por los pools de siembra, sino que forma parte del sistema y buena parte de los pools los tiene como promotores o socios. El primer gran pool de siembra lo generó un hombre de apellido Cazenave, corazón de la oligarquía. Se juntó el plano financiero con lo que se conoce tradicionalmente como la oligarquía agropecuaria”.
Los mismos de siempre
Los 35 grupos agropecuarios con más de 20.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires son los siguientes: Gómez Alzaga-Balcarce-Larreta, Duhau-Escalante-Avellaneda, Pereyra Iraola-Anchorena, Beraza, Duggan, Santamarina, Santamanina-De Alzaga, Galli-Lacau-Rossi, Lafuente-Mendiondo, Lalor, Ballester-Tronconi, Paz Anchorena, Beamonte, Blaquier, Ochoa-Paz, Guerrero, Harriet, De Apellaniz, Anchorena Zuberbühler, Inchauspe, Sansot- Vernet Basualdo, Pueyrredón, Defferrar, Duhau Nelson, Bullrich, Pereda-Ocampo, Zubiaurre, Herreras Vegas, Arrechea, Harriet, Lalor-Udaondo, Fuchus Facht, Colombo-Magliaro, Ayerza-García-Zuberbühler y Lanz.

Caso Cristian Ferreyra: histórico juicio en Santiago del Estero

Comenzó el proceso oral que investigará el asesinato del campesino y militante del Movimiento Campesino (MOCASE), Cristian Ferreyra, ocurrido en noviembre de 2011. Podría ser condenado el empresario Jorge Antonio Ciccioli, como autor intelectual. De fondo, el conflicto por la tierra que se extiende en muchas provincias.
http://www.redeco.com.ar/nv/images/stories/redeco/Nacional/campesinos2/inicio_juicio_crsitian_ferreyra.jpg
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Por Alba Silva, desde Santiago del Estero
"Mamita, Javier Juáez me ha 'baliao' porque le he dicho que las tierras son nuestras, por eso me ha 'baliao'. Mamita, cuídame mi esposa, mi hijo, mi moto. Javier ha venido a esta casa, me ha llamado y era por las tierras. Hemos hecho unas palabras y ahí nomás me ha metido un tiro y aquí estoy. Llévame pa' la sombra".
El desgarrador relato ante la Cámara del Crimen de I Nominación pertenece a Mirta Noemí Salto, madre de Cristian Ferreyra, el joven campesino asesinado en 2011.
Ahora, tres años después, el juicio oral y público, calificado como "histórico" por la principal organización campesina que hay en la Argentina, el MNCI-VC, comenzó en Monte Quemado, a 320 kilómetros de la capital de Santiago del Estero. "Sacha rupaj", monte caliente, monte que quema, sería la traducción desde el originario quichua que da nombre al principal poblado del departamento Copo. La zona está repleta de bosques y de hombres que trabajan como hacheros. Cualquiera puede ver el incesante desfile de camiones con acoplados cargados de quebrachos, algarrobos y otras especies nativas que pasan por la ruta 16. Salen, se van, se los llevan sin dejar ningún "valor agregado", es decir, ningún peso en estos pueblos. No hay transformación de la materia, sólo extracción.
Volvamos al miércoles 16 de noviembre del 2011. Cristian, acompañado por su esposa Ángela Beatriz Juárez y su hijito, Matías, visitaron al matrimonio formado por Viviana y Darío Godoy en Campo de Mayo, a unos cinco kilómetros de su casa. En eso llegó Javier Juárez, quien, tras increparlos, les disparó a Godoy y a "Cacho", como le decían todos a Cristian. Cacho murió y Darío resultó herido, al igual que Sergio Ferreyra, hermano de Cristian. Las mujeres presentes también fueron violentadas y Juárez se fue con su escopeta (¿o Itaka?)  en su moto.
Consta en el expediente que Juárez, pese a ser "semianalfabeto" según dijo al inicio del debate ante el Tribunal, mensajeó a su empleador, el pretendido dueño del campo, Jorge Antonio Ciccioli, santafesino y productor agropecuario. En ese texto le informó que había mandado a dos "mocaseros al hospital". Ahora se negó a declarar: dijo que "no sé de qué me acusan".
Luego siguieron las clásicas chicanas judiciales con planteos de nulidad que terminaron en un hecho concreto: los querellantes no podrán brindar el alegato final. Sí podrán preguntar a los testigos pero estarán vedados en la posibilidad de valorar las pruebas.
Juicio histórico
El juicio se desarrolla con público, integrado mayoritariamente por militantes del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) y algunos vecinos y familiares de Cristian. Está ocurriendo algo histórico: por primera vez un empresario, un productor agropecuario es juzgado. Ciccioli fue detenido el 22 de noviembre, seis días después del asesinato de Ferreyra y desde entonces permanece preso (otro hecho inédito).
Alto, delgado, calvo, no manifiesta emociones y tiene la piel pálida, acetrinada. Él, al igual que el principal acusado, Javier Juárez, usa todo el tiempo un chaleco antibalas: cuando ingresa y sale es retirado del recinto con casco protector. Los acompaña un fuerte operativo de seguridad que incluye policías de la montada, unas seis motos, cuatro perros y efectivos de la infantería. Parecería que temen desbordes de los campesinos que siguen el juicio adentro y afuera del recinto, con carteles que dan cuenta de la consigna que eligieron para la situación: "Ni un muerto más por el derecho a la tierra. ¡Cristian Ferreyra presente!".
En el proceso están siendo acusados el empresario Ciccioli, por homicidio simple, amenazas y lesiones en segundo grado, y Juárez por homicidio simple.
También son juzgados otros miembros de la denominada "banda armada": Carlos Gregorio Abregú, Mario René Abregú, Víctor Hugo Juárez y Walter Juárez .
Además del homicidio de Cristian Ferreyra, los acusados enfrentan cargos por "lesiones graves" en perjuicio de César Godoy y "abuso de armas y amenazas" contra César Ferreyra, Ricardo Galván, Angela Juárez y Mirta Salto.
Si tengo que matar, mato
Las audiencias se inician a las 9 de la mañana y se prologan hasta las 13 horas. Tras un cuarto intermedio se retoman a las 17 para concluir a las 21.30. Afuera, pegado a la ruta nacional 16, un campamento reúne a campesinos llegados desde todos los puntos del país. El ya clásico grito "aleeertaaaaa" no sólo abre los discursos de los miembros del Mocase o sus cánticos y consignas, también pone la piel de gallina.
Hay algo enorme en los campesinos organizados. La práctica los va afianzando y esa felicidad que adquieren en lucha parece una bandera que llevan bien en alto. Luchan, luchan. Sergio Ferreyra, hermano de Cacho, que sufre epilepsia y recibió un culatazo en la cara que lo desmayó aquel 16 de noviembre, declaró el segundo día. Cuando concluyó el interrogatorio en el que dijo con todas las letras que las tierras en disputa, unas 1800 hectáreas, "son fiscales", su rostro resplandecía. Él recordó que "la organización (Mocase) corrió a dos empresarios tucumanos que pretendían desalojar pobladores. Hubo uno que no pudo sembrar en nuestro territorio". Había dicho lo que tenía para decir: denunció prácticas mafiosas, provisión de armas a algunos pobladores, amenazas que llegan al homicidio de vecinos y a los hijos de quienes no se avienen a los deseos e intereses de los empresarios compradores de campos.
El caso abre un sinfín de interrogantes, no sólo la cuestión de la tierra. ¿Dónde estaban los policías, los médicos o la ambulancia que nunca llegó al lugar, a 60 kilómetros de Monte Quemado?
¿Por qué Javier Juárez y su banda andaban armados por los campos? ¿De dónde sacaron las escopetas? ¿Es el único caso de violencia contra pobladores que buscan denunciar amenazas?
Ángela Beatriz Juárez, la viuda de Cristian, contó que cuando balearon a su marido éste le dio las llaves de la moto y le dijo: "andá a buscar ayuda porque me voy a morir. En ese momento Javier luchaba con la esposa de Godoy porque le había sacado una foto y quería quitarle el celular. Mi marido era un hombre joven, de 23 años, no era un hombre de pelea. Cuando le disparó quedó paralizado".
El relato de Ángela es contundente: "Cristian le dijo: ´no Javier, nosotros somos dueños acá, acá nos hemos criado, están nuestros abuelos´. Y Javier le contestó: Ciccioli me paga por cuidar el campo, si tengo que matar, mato".

DE CARLA ARZUBI >

Si ganamos, “Es robo de boletas” Si perdemos, “Es la soberbia” Si
> crecemos a tasas chinas, “Es viento de cola” Si las Madres son del palo
> “Es cooptación” Si se enjuicia a los asesinos y torturadores de la
> dictadura, “Es revanchismo” Si los lugares de veraneo reventaban en
> Semana Santa, “Es el clima que acompaña” Si no paran de construir
> edificios, “Es por falta de alternativas de inversión” Si se paran, “Es
> por falta de un plan anticíclico”
> Si se sinceran las candidaturas que nunca nadie completa, “Es trampa” Si
> Artear tiene interferencias en el satélite, “Es Neshtor con la budinera”
> Si no se produce el tan anunciado “Colapso Energético”, “Es el clima
> benigno” Si el mentado “Aislamiento Internacional” se traduce en 4
> cumbres en un mes, “Es Obama que no le da la mano” Si se jubila a un
> millón ochocientos mil viejitos, “Es clientelismo” Si se recuperan los
> fondos jubilatorios antes que las AFJP quiebren y desaparezcan
> excusándose en la crisis internacional: “Es la caja” Si gracias a la
> recuperación de los fondos jubilatorios se da movilidad jubilatoria
> acorde a la capacidad de pagos: No alcanza hay que dar el 82 %. Si
> Neshtor no se abrocha el saco, “Es impresentable” Si Cris se viste a la
> moda, “Es la Vuitton” Si coparticipamos las retenciones “Es para comprar
> votos. Si no coparticipa: Se cagan en el federalismo Si no se mandan
> proyectos de ley al Congreso, “Es la diKtadura” Si se mandan, “Es la
> escribanía” Si se hace obra pública, “Es coima” Si no se hace, “Es robo”
> Si no pagamos la deuda, “Es la vergüenza internacional” Si la pagamos,
> “Es descapitalizarse” Si se reconocen los logros del gobierno “Es un
> ciber-ñoqui” Si el gobierno critica a la oposición mediática “Es
> censura” Si mi hijo acaba de comenzar a trabajar (hoy, y en blanco), “Es
> de culo” Si se debate en todo el país el proyecto de la Ley de Medios…
> “No es momento”. Si se retiene de ganancias hechas a costa de un dolar
> alto en vez de descontar sueldos o jubilaciones: Es confiscación. Si se
> implementa un sistema de renta universal como en los países nórdicos que
> eleva la calidad de vida y los niveles de escolaridad: Nos van a
> desfinanciar. Si se discuten paritarias salariales como en cualquier
> país desarrollado: Es la patota sindical. Si se llevan a upa al obeso de
> Deangelis: Represión!!! Si no se reprime trabajadores, desocupados o
> estudiantes: Hay libertinaje. Si se aprueba la ley de matrimonio
> igualitario : El gobierno es oportunista y el tema es extemporaneo. Si
> Borocoto se pasa al bloque oficialista: Lo compraron y se caga en el
> voto popular. Si el vicepresidente, y los diputados Sola, Katz, Donda,
> Bonasso y otros votados en la lista oficialista se hacen opositores: es
> la libertad de conciencia. ¿Saben qué? ¡Váyanse a la concha de su madre!

SÁBADO, 8 DE NOVIEMBRE DE 2014 HOMENAJES Stella, como la cigarra

Por Noemí Ciollaro
Nos conocimos en los ’70, en un local político gremial de San Martín, donde se creó la agrupación Los Obreros, que impulsó la proletarización de su militancia para foguearse en las fábricas y aportar en las luchas.
Teníamos 20 años, Stella Maldonado, Mona para nosotros, venía de un hogar peronista, era maestra, estudiaba asistencia social y adoraba a su compañero, Mauricio, llegado de las Ligas Agrarias.
Junto a Marta y quien escribe, buscamos empleo como obreras en el conurbano. De madrugada salíamos de recorrida intentando mimetizarnos y disimular nuestra extracción “burguesa”, negábamos estudios secundarios y nos llevó meses insertarnos. La primera fue Marta, que era alta y consiguió entrar en Nike, una textil, a Mona y a mí nos rebotaron por petisas: había que medir más de 1,65.
Al tiempo, ella entró en Kodak y yo en Wobron, en una sección “femenina” de placas electrónicas. La clase obrera llegó al paraíso...Vivíamos felices y agotadas, no era fácil integrarse, cumplir horarios, bancar maltratos de capataces y vincularse con las compañeras para plantear reivindicaciones que, a nuestro juicio, eran indispensables. Fue una época rica y febril donde a la fábrica se sumaban reuniones militantes y la atención de nuestras casas y compañeros. Eran los ’70, y las tareas del hogar eran cuestión de mujeres, a no engañarse... Pero la alegría de aquellos tiempos es inolvidable.
Luego el clima se fue enrareciendo, en 1975 la Triple A asesinó a Mauricio Tzeplisky, compañero de Mona y padre de su hija Ana, recién nacida. Y llegó la dictadura que nos azotaría con violencia y muerte y desparramaría a los cuatro vientos a los sobrevivientes. Mona volvió a la docencia y se replegó al cuidado de su hija; pero su enseñanza llevaba la impronta de la pedagogía para la liberación y, como en un relicario, guardaba los principios inclaudicables.
Ella se aferró a la vida, años después, como la cigarra, apostó nuevamente al amor, se casó con Alfredo Dalio; y nació su hija, Inés. El destino artero quiso que en 1987 un accidente en la fábrica en la que trabajaba, lo matara. Otra vez la soledad, la crianza de hijas sin padre, el dolor lacerante.
Pero nada impidió su lucha por la educación pública, popular y emancipadora; por los derechos humanos y los de lxs trabajadorxs, que la llevaron a ser la secretaria general de Ctera y artífice del Movimiento Pedagógico Latinoamericano.
Hace años nos reencontramos en el despacho de la ex diputada Mary Sánchez; nos fundimos en un abrazo y volvimos a compartir ideas y asados con compañerxs queridxs.
El azar quiso que antes de que estallara la enfermedad que se la llevó el 13 de octubre, le hiciera una entrevista televisiva sobre la historia de su vida. Ella, que siempre andaba a cara lavada, se dejó maquillar y riendo recordamos viejos tiempos y festejamos a su nieto, Ignacio. Antes de despedirnos, planeamos un locro con lxs cumpas. No pudo ser.
Así que... hasta más vernos, compañera del alma.

› MIAMI Galuccio, CEO del año en la región

"CEO of the year", fue el nombramiento a Miguel Gallucio otorgado por The Latin Trade Group, proveedor de servicios de información y de negocios para las empresas que operan en América Latina. Los BRAVO Business Awards es reconocido como el “Oscar de los negocios en América Latina” y su entrega se realiza hace 20 años.
“Durante su ejercicio, YPF ha visto un importante incremento en la producción de petróleo y gas”, destacaron los organizadores y añadieron: “Galuccio ha inspirado confianza en los mercados internacionales de petróleo, atrayendo cuantiosas inversiones extranjeras desde compañías como Chevron y Dow Chemical, entre otras, en un momento histórico donde el país está desarrollando el segundo deposito más grande del mundo de recursos no convencionales de gas y el cuarto de petróleo, que le provee a la Argentina la oportunidad única de recuperar la independencia energética”.
En años anteriores, este mismo premio en la terna de “Leader of the Year” fue recibido por influyentes personalidades como los ex presidentes de Chile, Sebastián Piñera y Ricardo Lagos; de Brasil, Lula Da Silva y Fernando Henrique Cardoso; de México, Felipe Calderón y Ernesto Zedillo; de Colombia, Álvaro Uribe y de España, Jose Maria Aznar; entre otros.
“Hoy, con orgullo, podemos afirmar que YPF muestra el crecimiento más alto de las petroleras de todo el mundo. Y eso, en gran parte, se debe al esfuerzo y calidad profesional de muchísima gente”, señaló durante su premiación.

14:49 › DESDE CORDOBA "El que dice que va a ajustar, propone desempleo"

Al encabezar un acto en Córdoba realizado en la sede local del Sindicato de Luz y Fuerza, Rossi afirmó que fue a esa provincia para presentar "una candidatura (la suya) muy simple, muy llana y trasparente", con la que propone la "continuidad de las políticas públicas que se expresaron el 25 de mayo del 2003" cuando asumió la presidencia de la Nación Néstor Kirchner.
"Lo que estamos propugnando -dijo- es la mirada y el lugar desde el gobierno, para recorrer los distintos problemas que tuvimos que resolver los argentinos durante estos años, la matriz ideológica sigue siendo la misma en una Argentina que yo miro con muchísimo optimismo."
Consideró que el país en los próximos años, "va a resolver su cuestión energética, vamos a tener soberanía energética y con eso vamos a profundizar el proceso de sustitución de importaciones y fortalecer claramente lo que significa el desarrollo industrial de nuestro país y con esto generar más empleo y una mayor cantidad de trabajo".