sábado, 7 de junio de 2014

Colaboracionistas Por Osvaldo Bayer

Siempre he sostenido que la Verdad finalmente triunfa, aunque pasen muchos años. En la contratapa anterior escribí que Alemania había puesto a disposición del público los documentos oficiales entre el gobierno alemán y la última dictadura militar sobre la desaparición de personas. En los mismos se comprueba que al país europeo le interesaban mucho más los negocios que se hacían con los militares argentinos –entre ellos los de armas– que la Etica.

Ahora se ha dado un segundo paso de esa conducta. Altos funcionarios alemanes han reconocido que en aquella época no hicieron nada para salvar la vida de la joven alemana Elisabeth Käsemann, “desaparecida” por la brutal dictadura de los militares argentinos.

Esas declaraciones aparecen en el film documental alemán Elisabeth Käsemann, que acaba de estrenarse en Alemania.

Me toca muy a fondo este caso. Estando en el exilio fue uno de los temas por el cual más luché. Cuando circuló la noticia en Alemania –donde vivía en ese momento– de que había “desaparecido” la joven estudiante alemana Elisabeth Käsemann en Buenos Aires, nos pusimos a trabajar para que el gobierno alemán hiciera las reclamaciones necesarias a fin de protegerla. Fuimos tratados en aquella ocasión con absoluta frialdad por miembros del gobierno del primer ministro Helmut Schmidt (de la socialdemocracia). Hasta que finalmente se comprobó que los militares argentinos la habían asesinado alevosamente. Las gestiones fueron múltiples, apoyadas por los organismos germanos de derechos humanos y por las autoridades de la Iglesia Evangélica alemana, ya que dicha prisionera era hija de un pastor protestante muy conocido en Europa por sus escritos.

Pero el gobierno alemán no hizo ningún esfuerzo. Hasta que llegó la noticia que había sido acribillada a balazos por la espalda poco después de ser sacada de la cárcel. El gobierno alemán no presentó ninguna protesta ni exigió ninguna investigación. Por su parte, la dictadura militar hizo aparecer como si la joven mujer fuera una peligrosa guerrillera. Elisabeth Käsemann era estudiante de sociología y se dedicaba en Buenos Aires a estudiar el caso de nuestras villas miseria y dar ayuda a sus habitantes. Había sido detenida y el gobierno alemán hubiera tenido suficiente tiempo para lograr liberarla y trasladarla de regreso a su país natal. Pero no hizo nada.

Lo acaba de reconocer en el film alemán nombrado nada menos que un ministro de gobierno de aquel entonces, Klaus von Dohnanyi. Es que justo en esos días el equipo de fútbol de Alemania jugaba un partido con la Selección Argentina. Y funcionaba como el primer escalón al Campeonato Mundial de Fútbol que se realizaría en Buenos Aires.

El documental informa además que el 22 de marzo del ’77 Amnesty International señaló, en base a declaraciones de una ex prisionera, que Elisabeth había sido secuestrada y enviada a un campo de concentración. Hizo esta acusación ante el ministro de Relaciones Exteriores alemán, pero éste no tomó ninguna medida. Luego de 37 años de silencio el otrora ministro habló ante la televisión y dijo que “hubieran bastado dos llamados telefónicos de ese ministerio a la dictadura militar argentina para salvar a esa joven mujer”. Además, añadió el ex ministro: “cuando yo veo hoy el libro de actas del caso de la joven Käsemann, queda claro que era falsa la calificación de terrorista, ella era una pacifista interesada por lo social y no se la podía sospechar de terrorista”. Esto lo dice hoy el ex ministro. Un poco tarde.

También hablan en el film jugadores alemanes que concurrieron a jugar a Buenos Aires con el seleccionado argentino a pesar de la dictadura militar y de la de-saparición en ese país de ciudadanos alemanes. El arquero alemán Sepp Maier declara que se hizo porque la Argentina había ayudado con su voto y el de otros países latinoamericanos para que el próximo Mundial de Fútbol se jugara en Alemania. Sepp Maier dice hoy ante las cámaras: “Ese arreglo fue una gigantesca porquería”. El silencio ante el crimen por un arreglo mezquino.

El ex ministro alemán von Dohnanyi agrega: “Yo mismo me pregunto: ¿por qué no tomé alguna decisión. Yo estaba con mi cabeza con los problemas de Europa. Pero en esos casos de derechos humanos hay que estudiarlos e intervenir. Aún más –agregó–, se hubiera podido hacer fuerza para no vender armas a la dictadura argentina y no otorgarle préstamos financieros”.

Como decimos. Elizabeth realizaba trabajo social en las villas miseria de Buenos Aires. Y con la inglesa Diana Austin ayudaba a los perseguidos por la dictadura. “Por eso –agrega el ex ministro– sería un error poner a Elisabeth en la lista de terroristas. Ella era una mujer preparada especialmente en el trabajo social de ayuda a los necesitados.” Por su parte, el diputado socialdemócrata alemán Klaus Thusing acusa directamente al ex ministro de “impedir todo acto oficial para salvar a la prisionera de la dictadura”. Y agrega que, “por ejemplo, se hubiera podido dejar de lado el partido de fútbol entre los dos seleccionados para exigir la libertad de Elisabeth”.

El juez argentino Rafecas señala en el film: “si el gobierno alemán hubiese protestado, la dictadora habría dado seguramente la libertad de Elisabeth Käsemann”.

Todas pruebas de cómo gobiernos democráticos negocian tratados de comercio con las peores dictaduras. Una conducta que explica porqué esas dictaduras también se sostienen por lo actuado por los países que se dicen democráticos.

Recuerdo cuando fui al cementerio a visitar la tumba de Elisabeth, una vez que sus restos fueron descubiertos en una sepultura masiva y trasladados a Alemania. Fui con sus padres. El dolor profundo de ellos. Mi vergüenza como argentino de que eso hubiese ocurrido en mi patria.

Cada vez que se cumpla un aniversario del asesinato de ella –que figura como un “tiroteo” en los diarios de Buenos Aires–, la Embajada de la Argentina en Alemania debería depositar una corona de flores en la tumba de la joven mujer que viajó hacia nuestras tierras a ayudar a nuestras madres y niños pobres y encontró la muerte.

07/06/14 Página|12


 

¿El rey de España renunció por culpa de una organización secreta? Por Walter Goobar

Algo huele mal en Dinamarca". La shakespeareana frase pronunciada por el príncipe Hamlet al enterarse de la muerte de su padre, podría aplicarse a Felipe de Borbón, quien sucederá al rey Juan Carlos, que ayer anunció que abdicará a la corona española. La renuncia de Juan Carlos está íntimamente ligada a la reunión anual celebrada este fin de semana en Dinamarca del Club Bilderberg, una organización secreta de la oligarquía política, económica y militar que es una suerte de gobierno supranacional y al que pertenece, entre otras personalidades, la Reina Sofía.

Según el periodista ruso-canadiense Daniel Estulin, autor de una serie de libros sobre esta especie de gobierno invisible, secreto y trasnacional que hasta el domingo sesionó en Copenhage, Bilderberg "es un sistema que se perpetúa a sí mismo, una telaraña virtual de intereses financieros, políticos, económicos e industriales entrelazados alrededor de su núcleo, el modelo fondo ultramontano veneciano".

Se trata de un cónclave con 140 participantes de 22 países occidentales (es decir Europa Occidental, Estados Unidos y Canadá). No hay invitados de Europa Oriental, los Balcanes, Asia, Latinoamérica, África y Medio Oriente (con la excepción de Turquía).
Entre los asistentes de este año figuran también la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding; el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen; y directivos de firmas como Deutsche Bank, Shell, BP, Fiat, Airbus, Alcoa y Goldman Sachs.

El interés de Estulin por el Club Bilderberg se despertó cuando encontró en sus documentos algunos conceptos que ya le eran conocidos. El abuelo de Estulin fue miembro de la KGB (el servicio secreto de la ex Unión Soviética) y gracias a esa tradición familiar, que dice le ha proporcionado fuentes “en los servicios secretos más importantes del mundo”, oyó hablar de la destrucción de la demanda, una idea que volvió a encontrar en informes del Club de mediados de esta década, y que es el objetivo que se han marcado los verdaderos dirigentes del mundo.

Estulin rechaza las ideas conspirativas sobre este selecto club al que algunos han bautizado "Los amos del Universo", y sostiene que “la idea tras cada encuentro Bilderberg es la creación de lo que ellos llaman la aristocracia de propósito, entre élites europeas y norteamericanas, con el objetivo de gestionar el planeta de la mejor forma posible".

Bilderberg es una reunión de personas que representan una cierta ideología, un medio para reunir a las instituciones financieras más poderosas y depredadoras de todo el panorama económico mundial. Y, hoy por hoy, "esta combinación de intereses es la peor enemiga de la humanidad". En otras palabras, Bilderberg es un cártel gigante, más poderoso que cualquier nación de la Tierra, destinado a controlar las necesidades vitales del resto de la humanidad.

Se trata de un club de poder y de saber. Ellos deciden cuándo y cómo aumentar el precio del petróleo, cuándo debe acabar una guerra y dónde debe empezarse la siguiente, quién debe ser el próximo candidato a presidente o por qué conviene provocar una crisis global, como la iniciada en 2008.

Un ejemplo: los miembros del Club conocían desde 10 meses antes la fecha exacta de la invasión a Irak; también lo que iba a pasar con la burbuja inmobiliaria. Con información como esa, se puede hacer mucho dinero en toda clase de mercados.
El objetivo final de estos grupos, es crear una empresa mundial cuyo poder esté por encima de los diferentes gobiernos del mundo. Y para ese propósito hay dos cosas que les estorban. La primera, el Estado-Nación: "Con las instituciones internacionales como la UE y con los tratados de libre comercio, están eliminando todo poder nacional, con lo que evitan intermediarios". La segunda es la clase media.

El Club Bilderberg jugó un papel decisivo a lo largo de toda la Guerra Fría y su cúpula estaba integrada por personajes que salieron del viejo aparato nazi de la Segunda Guerra Mundial como su fundador, el príncipe Bernardo de Holanda, miembro de la SS, y Walter Hallstein, primer presidente de la Comisión Europea y abogado de Adolfo Hitler. El pasado de estos personajes fue ocultado y ellos se convirtieron en el núcleo duro de las estructuras antisoviéticas de la Guerra Fría en Occidente.
"No hay agenda detallada, no hay resoluciones, no hay votaciones, ni declaraciones", señala el portal del club, que describe las discusiones como "privadas e informales". La reunión de este año trató sobre el retorno del mundo bipolar: la búsqueda de mecanismos para neutralizar a Rusia y a Vladímir Putin y la crisis ucraniana, según afirmó Estulin en el canal RT de la televisión rusa. El Club Bilderberg está preocupado por el papel que desempeñe Rusia en el país vecino, dado que Moscú no permitiría nunca que Ucrania "cayera en las garras del poder occidental", indicó Estulin.

De todos modos, diversos observadores coinciden en que en el encuentro de este año surgió una clara escisión entre lo que se denomina el "Bilderberg europeo" y el "estadounidense". El del Viejo Continente pide que Rusia tenga un protagonismo mayor en el tema ucraniano porque considera que sin Moscú "no habrá ningún tipo de cambio importante en Ucrania". Por otro lado, el Bilderberg estadounidense apuesta por buscar otra forma de sacar adelante a Ucrania sin demasiada participación de Rusia.
Si bien la posibilidad de la renuncia de Juan Carlos era desde hace tiempo un secreto a voces en España, fue la reunión del Club Bilderberg en Dinamarca la que terminó por bajarle el pulgar al monarca que desde hace décadas alternaba sus correrías con el papel de lobbysta todoterreno de las empresas y los intereses españoles. Bastaba que el rey levantara el teléfono y se comunicara con algún compañero de juerga de las pertromonarquías del Golfo, para que España tuviera asegurado todo el combustible que necesitaba su capitalismo tardío. Acaso ¿no llamó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para terciar en favor de Repsol ante la inminente reestatización de YPF? Basta recordar el "¿Por qué no te callas?" a Hugo Chávez para entender qué papel jugaba el monarca en este lado del Atlántico.

Además de la embajada norteamericana en Madrid, que no ocultaba su preocupación por el desgaste de la clase política y la Casa Real, sacudidas por una seguidilla de escándalos de corrupción, uno de los brazos ejecutores de esta conspiración palaciega fue la propia reina Sofía. El domingo retornó del encuentro de poderosos en Dinamarca y el lunes precipitó la caída de su marido.
La periodista Pilar Urbano, que además de miembro del Opus Dei es una especie de vocera oficiosa de la reina, explicó en una entrevista publicada el 30 de enero pasado; “El reto del príncipe será hacer frente a la demanda de redefinir el Estado, a cómo se distribuye territorialmente España. Esto ya fue apuntado por el rey en su última entrevista. El rey trajo la democracia a España. A lo mejor Felipe tiene que traer la monarquía federal y hacer que la Casa Real sea más transparente. Porque el rey no puede ser un misterio divino. Tenemos que saber donde está". Y a renglón seguido Urbano acotó: “Las monarquías tranquilizan a los poderosos porque dan estabilidad. Todas estas cosas se discuten en el Bilderberg. Un rey en una España en crisis da más garantía de estabilidad que una república, donde puede venir otra persona distinta."

Para entender la referencia al Club Bilderberg hay que recordar que, según documentos desclasificados de la CIA, el club fue, en su época, el lobby más activo que presionó a Franco para que nombrase al entonces príncipe Juan Carlos como sucesor al frente de la Jefatura del Estado, reinstalando la monarquía en España. Ayer repitieron la historia con Felipe, que ya ha mostrado sus dotes como lobbysta de Google y los Juegos Olímpicos 2020, entre otros.

CFK INAUGURA EL MARTES UN ESPACIO PARA REIVINDICAR LA SOBERANIA DE LAS ISLAS Un museo para las Malvinas

Funcionará dentro del predio de la ex ESMA. “No será el museo de la guerra, sino que recorrerá toda la vida e historia de las islas”, remarcó su director, Jorge Giles. “Nos proponemos que Malvinas sea también una causa de los derechos humanos”, señaló.

El reclamo argentino por la soberanía en las islas Malvinas tendrá, a partir de la próxima semana, un espacio para promover su reivindicación. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner inaugurará el martes el Museo de Malvinas, que funcionará en el predio del Espacio de la Memoria (ex ESMA). A partir del sábado 14 el lugar quedará abierto al público. “No será el museo de la guerra, sino que recorrerá toda la vida e historia de las islas”, remarcó el director del organismo, Jorge Giles.

La idea, sostiene el funcionario, es que no sea “un museo de cosas muertas”. Por eso, en el recinto habrá desde experiencias sensoriales como el viento típico de las islas hasta el sonido de los aviones de la guerra. Esta característica interactiva se combinará con un memorial en recuerdo a los combatientes caídos en la guerra de 1982. Estará en una plaza abierta a la que se llegará a través de un largo muelle que une el museo con el espacio al aire libre que recrea la geografía de las islas: flora, fauna y un lago artificial como si fuera el paisaje malvinense.

Es en ese marco que también aparecerán referencias a personajes históricos como Antonio “El Gaucho” Rivero, que en 1833 encabezó un alzamiento en las islas; Dardo Cabo, el metalúrgico que lideró en 1966 el Operativo Cóndor en un avión de Aerolíneas Argentinas, y Raymundo Gleyzer, el primer director de cine que filmó en Malvinas.

“No será el museo de la guerra, sino que recorrerá toda la vida e historia de las islas. Será el primer museo nacional sobre las islas Malvinas en la historia del Estado argentino”, aseguró el director de la institución, quien desde 2011 trabaja en la idea y realización de este proyecto. Giles fue designado por el decreto 809 publicado ayer en el Boletín Oficial y estará al frente del museo de manera transitoria, por los próximos 180 días.

“Queremos contar la historia desde los primeros patriotas que vivieron en Malvinas y vamos a demostrar con objetos, con imágenes, y sustentados en la historia verdadera que lo que usurpó el colonialismo inglés no son dos pedazos de piedra, sino un pedazo de la Patagonia argentina, un pueblo laborioso que iba creciendo”, añadió Giles.

Tras la publicación del decreto en el Boletín Oficial y la designación de Giles, el secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Daniel Filmus, resaltó ayer que el nuevo museo “será un espacio para la memoria porque las Malvinas están siempre presentes en el sentimiento y el futuro de los argentinos”. A través de este espacio, sostuvo el funcionario, se buscará “mostrar a las nuevas generaciones el estrecho vínculo que tuvo históricamente” y “permitirá recordar a los que dieron la vida por Malvinas”.

El día de la inauguración por parte de la Presidenta coincidirá con el Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las islas: es la fecha en la que en 1829 se creó la Comandancia Política y Militar del archipiélago. El martes estarán presentes ex combatientes, historiadores y todo el cuerpo diplomático de la región que acompaña también el reclamo argentino por la soberanía.

Según el decreto presidencial, el objetivo del museo será entonces “difundir, comunicar, exhibir y concientizar” sobre la soberanía argentina en el archipiélago y “promover la reivindicación de la causa Malvinas como una causa argentina, latinoamericana y universal”. El organismo, señala también el documento, buscará “difundir e intervenir en los temas atinentes a la reivindicación de la soberanía nacional sobre las islas Malvinas en el marco de los pilares democráticos y los principios de paz, memoria, verdad y justicia”.

Precisamente, el museo se encuentra en el lugar donde durante la última dictadura funcionó uno de los más terribles centros clandestinos de detención, la ESMA, hoy recuperado como Espacio para la Memoria. La misma dictadura que, en 1982, decidió tomar las islas como su último manotazo de ahogado para sostenerse en el poder.

“No es una casualidad la elección del lugar porque, a partir de ahora, nos proponemos que la causa Malvinas sea también una causa de derechos humanos. No hay una disociación entre la defensa nacional y los derechos humanos. Somos parte de una misma matriz de vida”, explicó Giles.

Fundamentación histórica, fauna, flora, cercanía geográfica y la extensión insular como parte de la topografía de la Patagonia son todas cuestiones que tiene en cuenta el museo para reivindicar, a través de ellas, la soberanía argentina y narrar y describir así la historia sobre Malvinas. Todo eso es lo que se podrá ver en el predio del Espacio para la Memoria cuando el museo abra al público a partir del próximo sábado 14 de junio.

07/06/14 Página|12

Teoría del Estado Por Horacio González *

Se precisa una nueva teoría del Estado. En vez de temer que el Estado, al ocuparse de reactivar los núcleos del pensamiento emancipador existente en toda sociedad, se proyecte inhibitoriamente sobre ellos, debe pensarse en la adquisición de dimensiones libertarias por parte del Estado. Un Estado libertario y justo. Ni un Estado empresario, ni un Estado ausente, ni un Estado omnipotente, ni un Estado sin políticas colectivas, ni un Estado regulador de la cultura, ni un Estado sin competencias sobre la producción social y las políticas efectivas de soberanía en la acción política y económica. En verdad, un Estado amasado en libertades objetivas y subjetivas es lo que merece la época, y desde luego la multivariada y heterogénea cultura social argentina. La reciente creación de una secretaría de Estado vinculada con la promoción cultural, con el nombre de “coordinación estratégica”, despertó suspicacias que adecuadamente, quien ocupará el cargo, Ricardo Forster, se ocupó de disipar con sólo recordar su currículum y su formación humanística fundada en el alto pensamiento crítico de raíz universalista.

Efectivamente no es afortunado el nombre, pero podrá ser fructífera la función, entendiéndola de una manera original, porque en su intención profunda es un llamado a la invención cultural. Proponemos entonces la noción de Estado libertario, máxima condensación intelectual de una época compleja, capaz de hacer aparecer la noción de autonomía crítica –la célebre autopoiesis de la que hablaron tantos filósofos libertarios del siglo XX– en el lugar más inesperado, en el seno de la función pública.

¿Es posible un Estado que promueva acciones que signifiquen un antagonismo con su propia condición de ser una expresión “constituida y atravesada por las luchas sociales”? Esta definición es parte de las teorías del Estado escrita por los estructuralistas post-althusserianos de la década del ’60. Sobre ellas se levanta la persistente lógica hegeliana del Estado como “realidad de la idea moral”, que en algunas de sus versiones avanzadas lleva a la tesis del Estado como forma última de la libertad (Eric Weil) y en otras lleva al entrecruce con el anarquismo que, como un soplo nada débil, cruza la obra de Lenin y desemboca en la tesis de la “extinción del Estado”. Para postular hoy un Estado capaz de pensar la emancipación de la sociedad que lo constituye, es preciso dotarlo de formas internas paradójicas, de sectores del Estado “libertarios”, que participan en la construcción colectiva de lo social con decisiones que también se autoinhiban.

¿Es extraño esto? No dejan de tomarse decisiones, pero no se deja pensar que ellas se resuelven, en cuanto a su brazo cultural, en una nueva forma de la libertad moderna. Si hay una estrategia en la vida cultural, debe ser tácita pues debe omitirse como tal cada vez que crea sus motivos más incisivos. Pero en los demás ámbitos del Estado debe haber un agenciamiento de fuerzas sociales que puedan resolverse en su presencia en empresas productivas apartadas tanto de la reproductibilidad meramente capitalista como de la globalización compulsiva. De ahí que una política económica emancipada es, en el fondo, una verdadera política cultural; y una política cultural puede iniciar una época (incluso en la economía social), poniéndose en actitud crítica o denegatoria de las mismas instituciones públicas que le dieron origen. Parece difícil, pero al fin esto es lo decisivo.

Aún resuenan las palabras de Benjamin Constant: “Entre los modernos, el individuo, independiente en la vida privada, aun en los Estados más libres, es sólo soberano en apariencia”. Todo Estado moderno no sólo tropieza con dificultades para erigirse en garante de la libertad sin caer en el liberalismo abstracto (donde impera la incultura del mercado) sino que su cometido más urgente es el de reconstruir la noción cultural de derechos individuales, sociales y colectivos. La creación de la reciente secretaría, a pesar de la poca fortuna de su nombre, debería cargar sobre sí la responsabilidad de hablar sobre las corrientes intelectuales del país, en su más amplia acepción (y organizar conversaciones libres, foros de crítica y polemismo avanzado). Pero, ¿no hablan esas corrientes por sí mismas? Desde luego, y seguirán hablando cada vez más con autonomía del Estado que, sin embargo, ahora también habla institucionalmente sobre ellas. ¿Cómo debe hacerlo, puesto que el Estado, como todo Estado, es un Estado pensante? Con intervenciones propicias, capaz de negarse oportunamente a sí mismas, sabiendo que poseen un poder que saben y deben, llegado el caso, retirar de sí.

Muchas veces se dan pasos importantes con nombres y definiciones desventajosas. El error en el nombre puede auspiciar –ya ha auspiciado en las declaraciones de Forster sobre su formación de intelectual vinculado con las culturas críticas– un conjunto de actos impensables si no se hubiera partido de un concepto discordante, que originó tremendas e injustas acusaciones. El pensamiento nacional descubre súbitamente que pertenece al orbe infinito de los grandes legados universales. Ese es el favorable resultado de tanto ensañamiento. El nombre descaminado puede ayudar a encontrar un camino.

* Sociólogo, director de la Biblioteca Nacional.

07/06/14 Página|12
 

Nacional y popular Por Luis Bruschtein

La creación de una nueva secretaría en el ámbito del Ministerio de Cultura generó una metralla de ironías, comentarios socarrones y algunas críticas. El nombre es un poco pomposo, pero los desprecios apuntaron al fondo de la cuestión y la mayoría, con mucha ignorancia. Hubo quienes le auguraron al nuevo secretario, el filósofo Ricardo Forster, un descenso fulminante del mundo académico al de la plebe. En algunos ámbitos la palabra “nacional” eriza los pelos, se la relaciona con los “flor de ceibo”, como se les decía despectivamente a los intelectuales peronistas “porque crecen en cualquier parte” y no son “cultivados”. Son expresiones de otros tiempos en que se despreciaban las formas de pensamiento que trataban de vincularse con los movimientos populares. La cultura argentina tiene un rasgo dominante a izquierda y derecha, desde liberales a conservadores.

“No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza. El hombre natural es bueno, y acata y premia la inteligencia superior, mientras ésta no se vale de su sumisión para dañarle, o le ofende prescindiendo de él... Las repúblicas han purgado en las tiranías su incapacidad para conocer los elementos verdaderos de su país, derivar de ellos la forma de gobierno y gobernar con ellos. Gobernante en un pueblo nuevo quiere decir creador.” No era Sarmiento el que escribía así. Era José Martí, que publicó Nuestra América en parte como respuesta a la Civilización y barbarie de Sarmiento. “Las razas americanas viven en la ociosidad, y se muestran incapaces, aun por medio de la compulsión, para dedicarse a un trabajo duro y seguido. Esto sugirió la idea de introducir negros en América, que tan fatales resultados ha producido”, decía Sarmiento para quien la civilización estaba expresada en Europa y en Norteamérica y la barbarie en América latina y el resto del mundo. Son dos visiones de la misma realidad, la de Martí y la de Sarmiento.

Sarmiento era “nacional” porque había nacido en Argentina. José Martí no, porque era cubano de origen español. El pensamiento no tiene nacionalidad. La génesis cultural argentina se desarrolló bajo la poderosa impronta del pensamiento sarmientino: una cultura “nacional” que renegaba de lo “nacional”. Casi todos sus análisis eran etnicistas y supremacistas, planteaba la supremacía de europeos y norteamericanos sobre indios, criollos, mestizos y españoles, etnias, culturas y nacionalidades que formaban la Nación Argentina. Sarmiento era “nacional” porque había nacido en Argentina, pero cuando se expresaba despectivamente de indios y criollos, de sus costumbres y hasta de su aspecto físico, nadie puede decir que su pensamiento reivindicara esos caracteres que también eran “nacionales”. Se puede decir que Sarmiento era “nacional” por su origen, pero que el contenido de su pensamiento no era “nacional”.

En Nuestra América, José Martí dice que “ni el libro europeo ni el libro yankee daban la clave del enigma hispanoamericano. Se probó el odio y los países venían cada año a menos (...) De nuestra América se sabe menos de lo que urge saber, aun por aquellos que fungen de opinadores en las cosas públicas y celebran a los Estados Unidos con tanta pasión como la que ponen en denigrar a los demás pueblos de América”. Martí no era “nacional” porque no había nacido en Argentina, pero reivindicaba los componentes culturales nacionales, en este caso, de los pueblos que componían la Nación Latinoamericana. Era un extranjero que tenía un pensamiento “nacional”. De alguna forma hay que llamarlo y no es por el origen, sino por sus contenidos.

Con el pensamiento marxista o de izquierda hubo un proceso parecido. José Carlos Mariátegui era peruano, no era “nacional”, pero decía que el socialismo se construía a partir de las experiencias de las culturas originarias latinoamericanas, de las comunidades ayllu incaicas. Victorio Codovilla y Juan B. Justo fueron los fundadores en Argentina del Partido Comunista y el Socialista, respectivamente. Codovilla era uno de los dirigentes más importantes de la Komintern, que era controlada por la URSS. Primero era de la Komintern y después del PCA, y de hecho, sus restos quedaron en el Kremlin de Moscú. Su pensamiento se enfocaba desde Moscú para mirar a la Argentina, e incluso para mirar Latinoamérica, donde la Komintern se opuso a la lucha de Augusto Sandino en Nicaragua y al gobierno nacionalista de Lázaro Cárdenas en México, entre algunas de las causas populares que molestaban a la URSS. Juan B. Justo era un admirador de los Estados Unidos y pensaba que cuando ese país invadía a otro latinoamericano, estaba llevando el progreso. Mariátegui era peruano, no era “nacional” por origen, pero pensaba con ese contenido. Codovilla y Juan B. Justo, en cambio, eran argentinos, pero cada uno enfocaba su pensamiento desde otro centro de interés o punto de vista.

Sin embargo, entre los comunistas hubo pensadores como Rodolfo Puiggrós, que tenía una visión “nacional” opuesta a la de Codovilla. Y lo mismo en el socialismo, donde Manuel Ugarte tenía una mirada antiimperialista y latinoamericanista opuesta a la de Juan B. Justo. Puiggrós y Ugarte fueron expulsados de sus partidos, donde primaron las otras miradas. Los dos se mantuvieron fieles a su pensamiento, lo que no fue obstáculo para que Perón designara a Puiggrós al frente de la UBA y a Ugarte como embajador. En esa idea nacional confluyen marxistas, cristianos, humanistas, radicales y otras corrientes de pensamiento.

El pensamiento “nacional” no es el pensamiento “argentino”. Sería como decir que los existencialistas vienen de un país que se llama “Existencia”. El pensamiento argentino es mucho más amplio y diverso. Dentro del pensamiento “argentino”, el pensamiento “nacional” siempre fue una minoría, quizá por esa poderosa impronta que le dejó Sarmiento y que termina de cuajar en el proyecto de Roca y la generación del ’80 y después en los decantamientos que se van produciendo en las izquierdas locales que asumen en forma íntegra y acrítica la carga sarmientina despreciativa de ese acervo cultural identitario. Las imágenes del “cabecita negra”, del “grasa”, o del “aluvión zoológico” que describen al obrero peronista se emparientan con algunas descripciones que hace Sarmiento del gaucho y los indios en el Facundo, civilización y barbarie.

En todos los países de América latina hay corrientes de pensamiento que expresan supremacías y que ocultan o justifican esquemas de dominación de clase o de preponderancia de culturas extranjeras. En países donde la inmensa mayoría es mestiza o de pueblos originarios, los funcionarios son blancos y la educación, las publicidades y los medios de comunicación promueven pautas y valores que relegan y desprecian a esas mayorías para que se asuman como inferiores. El primer gobierno originario de América latina es el de Evo Morales en Bolivia y tuvieron que pasar 200 años desde la Independencia.

En Nuestra América, José Martí no habla de supremacía de una identidad cultural sobre otra –como hace Sarmiento–, sino de la necesidad de que cada quien asuma la suya como comienzo liberador. Es el ABC. Las ideologías de dominación buscan que las mayorías se sientan inferiores para poder dominarlas. “Nacional” es una forma de definir la búsqueda de esos hitos de identidad para construir formas de relacionamiento igualitarias con otras identidades y formas culturales distintas.

Hay otro párrafo del escrito de Martí que dice: “La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los incas a acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos. Injértese en nuestras Repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras Repúblicas”.

Lo nacional en América latina no tiene nada que ver con el franquismo, aunque usen el mismo adjetivo, ni con el ser nacional del militarismo. En América latina, lo nacional está relacionado siempre con sectores populares de obreros, campesinos, criollos, inmigrantes y pueblos originarios y con una idea de comunión latinoamericana. Cuando se habla de nacional y popular en América latina se piensa en esos términos. Pero en Argentina la academia está más acostumbrada a comparar todo con Europa y Estados Unidos.

07/06/14 Página|12
 

MARTINI SE REFIRIO A LOS CAMPOS DE ETCHEVEHERE Una práctica habitual

Los trabajadores vivían sin energía eléctrica, ni agua potable, ni baños.
Imagen: Bernardino Avila

El titular del Renatea confirmó que en la estancia del presidente de la Rural hallaron trabajadores en negro que vivían en malas condiciones. “Lo que antes no se veía siempre existió”, aseguró.

Por Sebastián Premici

El titular del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (Renatea), Guillermo Martini, aseguró ayer que es habitual que en establecimientos de productores muy grandes encuentren casos de trabajo no registrado y explotación laboral. El funcionario realizó estas declaraciones desde Viedma, donde asistió a la asunción del nuevo presidente del Instituto de Desarrollo del Valle Inferior del Río Negro. “En un campo del ex gobernador Ramón Puerta, en Misiones, hallamos 87 trabajadores yerbateros en condiciones precarias. En el caso de la familia Etchevehere, en la estancia La Hoyita, dos trabajadores no registrados vivían sin energía eléctrica, ni agua potable, ni baños, analfabetos, y con 400 pesos por mes de sueldo. Lo que antes no se veía, siempre existió”, afirmó Martini.

El Renatea se creó por ley a fines de 2011, cuando el Estado nacional decidió dar de baja el registro que era manejado por el gremio de los peones rurales, Uatre, junto a la Mesa de Enlace. Aquella entidad, llamada Renatre, tercerizaba el trabajo de fiscalización en la empresa Gregard S.A., que en el período 2010-2011 recibió recursos por 10 millones de pesos.

El Momo Venegas, titular de Uatre, se jactaba de haber conseguido la registración de 840 mil peones rurales desde la creación del Renatre, durante la breve presidencia de Eduardo Duhalde (2002). Sin embargo, al momento de su reemplazo, sólo el 40 por ciento de ese total realizaba aportes a la AFIP. Página/12 reveló el 13 de febrero de 2012 cómo era el mecanismo para entregar libretas a quienes no eran peones, con el objetivo de engrosar el número de supuestos registrados, que nunca se habían desempeñado como peones.

“Lo que antes se llamaba el Renatre y ahora es Renatea estaba manejado por la Mesa de Enlace más la Unión Argentina de Trabajadores Rurales. Por ejemplo, un trabajador de Entre Ríos que no estaba registrado tenía que ir a hacer la denuncia a la sede de la Sociedad Rural de Paraná, con el resultado imaginable”, explicó Martini.

Luego de que el Renatea realizara una inspección en el campo Las Hoyitas, perteneciente a la empresa del grupo Etchevehere, Las Margaritas, uno de los accionistas, Arturo Sebastián (Etchevehere), sostuvo en diálogo con Página/12 que todo se trataba de una operación política. Si bien no lo mencionó, Martini esbozó una respuesta para los críticos del organismo. “No nos gusta ser noticia por las irregularidades que encontramos, quisiéramos encontrar situaciones vinculadas a la normalidad de lo que marca la ley en las relaciones laborales. En los últimos dos meses hemos hecho más de 400 inspecciones y sólo dos de ellas tuvieron gran repercusión”, explicó Martini.

Entre febrero de 2013 y enero de este año, el Renatea relevó aproximadamente 400 empresas con una fiscalización de 8000 trabajadores. El resultado fue que en el 70 por ciento de los operativos se encontraron niñas, niños y adolescentes trabajando, en clara infracción al artículo 148 bis del Código Penal. “Hay muchas cosas que cambiaron. Este gobierno nacional ha avanzado en la restauración e igualdad de derechos, sobre todo en los sectores del trabajo doméstico y rural, que eran de los más atrasados. Vamos a seguir trabajando para que cada trabajador esté registrado en situación de derecho, con jubilación, seguro, y todo lo demás, ejerciendo todas las atribuciones que nos confiere la ley como organismo con poder de policía”, concluyó el funcionario.

07/06/14 Página|12

EN LA REUNION DEL G-7, EL TEMA CENTRAL ES UCRANIA Y LAS ACUSACIONES EXPANSIONISTAS QUE PESAN SOBRE MOSCU Una cumbre sin Rusia pero con Putin de protagonista

La ausencia física del presidente ruso en Bruselas está ampliamente compensada por el espacio que ocupa en la agenda.

Por Eduardo Febbro

Desde París

Por primera vez en los últimos 17 años habrá un ausente de marca: el presidente ruso Vladimir Putin. La crisis que se desató en Ucrania luego de la anexión de Crimea por parte de Rusia llevó a que la cumbre del G-7 que se celebra en Bruselas se lleve a cabo sin la presencia del mandatario ruso. En realidad, este megaespectáculo de política internacional debía haber tenido lugar en la ciudad rusa de Sochi y su nombre era “la cumbre del G-8”. Pero la trama Ucrania redujo el G-8 a G-7 y la sede se trasladó de Rusia a Bruselas. La ausencia física de Putin está ampliamente compensada por el espacio que ocupa el presidente ruso en esta reunión previa a la celebración del septuagésimo aniversario del desembarco de las tropas aliadas en Normandía (6 de junio), donde Putin sí estará presente. Herman van Rompuy, el presidente del Consejo Europeo, ya adelantó que el tema de “Ucrania es la prioridad de la agenda”. Hábil como pocos, Vladimir Putin pasó por el interciso de los medios para ser un protagonista bien presente. En una entrevista con el mandatario ruso difundida por el canal francés TF1, Vladimir Putin desplegó su estrategia, apuntó la responsabilidad de los europeos en la crisis actual y no excluyó entrevistarse en Francia con el nuevo presidente de Ucrania, Petro Poroshenko: “No cuento con evitar a nadie y hablaré con todo el mundo”, dijo el jefe del Estado.

En cuanto al tema central de la cumbre del G-7, es decir, Ucrania y las acusaciones expansionistas que pesan sobre Moscú, Vladimir Putin aclaró: “No estamos contemplando apoyar al nacionalismo ruso ni reconstituir un imperio. Espero que no haya una segunda fase de Guerra Fría”. El mandatario apareció muy locuaz, puntual y hasta agresivo en sus respuestas. Putin trató a los norteamericanos de mentirosos y negó toda intervención rusa en Ucrania, concretamente al Este de la república donde los separatistas rusos tomaron el poder. Según dijo en la entrevista, “no hay militares rusos en Ucrania. Los norteamericanos mienten: no hay personal militar ruso en Ucrania y nunca lo hubo”. Cuando se le preguntó qué pensaba sobre las declaraciones de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que comparó los métodos de Putin con los de Hitler, el presidente dijo: “Hillary Clinton nunca fue muy sutil con sus declaraciones (...) Es preferible no debatir con las mujeres”. Por último, Putin hizo responsable a Europa de la fase actual de la crisis Ucrania por haber querido que Kiev firmara con Bruselas un acuerdo de libre cambio. “En vez de mantener con nosotros ese debate por medio de vías legítimas y diplomáticas, nuestros amigos europeos y norteamericanos apoyaron una revuelta armada anticonstitucional contra el poder.”

Lo cierto es que los líderes del G-7 sí debaten en Bruselas sobre las estrategias comunes o poco comunes a adoptar frente a Moscú luego de la batería de sanciones aplicadas por Europa y Estados Unidos contra Rusia. El presidente norteamericano, Barack Obama, está en Europa estrenando su nuevo juguete imperial de dominación del mundo a través de alianzas internacionales sin recurso automático a la fuerza militar.

No caben dudas de que el presidente norteamericano encontró un límite inmediato a esa idea de coalición. La dependencia energética de Europa ante el suministro de gas procedente del Cáucaso es capaz de ablandar las alianzas más aguerridas. La cumbre del G-7 estará envuelta de una retórica fuerte, pero los hechos pueden ser limitados como lo demuestra la no anulación de la venta de dos barcos franceses portahelicópteros a Rusia. La canciller alemana, Angela Merkel, volvió a repetir que “no queremos nuevas sanciones. Queremos una cooperación estrecha con Rusia, pero si las nuevas sanciones son inevitables las adoptaremos de manera unánime”.

Este hilo de antagonismos verbales va acompañado de una fuerte actividad de consenso diplomático para evitar escaladas y más sanciones que podrían hacer que los sancionados sean en realidad los sancionadores. El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y el responsable de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, apoyaron la exploración de “posibilidades políticas y diplomáticas” para superar la crisis sin que se recurra a nuevos escarmientos. Ucrania es el equivalente a una cuadratura del círculo para los aliados de Washington. La dependencia energética de Europa limita el alcance de cualquier medida de fuerza, tanto más cuanto que ni siquiera los mismos países europeos están de acuerdo con la utilidad de las sanciones. Por otra parte, la situación de Ucrania es una catástrofe: es un Estado casi quebrado, con una guerra separatista en el Este, con una deuda enorme con Rusia por el gas que consume, supeditada a los fondos que Europa y el Fondo Monetario Internacional podrían suministrarle a cambio de la ya ultra sacrificial metodología de los organismos de crédito internacionales: ajustes, reformas, compresión del gasto. Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, Europa produce el 6 por ciento de la energía mundial pero consume el 14 por ciento. El gas representa una cuarta parte de la energía que se consume dentro de la UE. De esa cuarta parte, un tercio sale de Rusia y de ese porcentaje la mitad circula a través de Ucrania. EL G-7 debe sortear muchas dependencias mutuas y ajenas antes de estar en plenas condiciones de doblegar a Moscú.

Una “farsa” en Siria

Los líderes del G-7 calificaron ayer de “farsa” las elecciones presidenciales del martes en Siria y afirmaron que “no hay futuro” para Bashar al Assad. “Denunciamos la farsa de las elecciones presidenciales del 3 de junio: no hay futuro para Assad en Siria”, indicaron los países del G-7 tras la cena de anoche, dedicada a la política exterior. “Respaldamos de nuevo el comunicado de Ginebra, que insta a un ente dirigente de transición con plenos poderes ejecutivos y acordado por consenso mutuo, basado en la visión de una Siria unida, incluyente y democrática”, indicaron los líderes de las siete potencias de Occidente. Siria celebró el martes elecciones presidenciales a los que se ha postulado el presidente sirio, Bashar al Assad, junto al diputado de la oposición tolerada Maher Abdel Hafez Hayar y el ex ministro Hasan Abdalá al Nuri. Assad se impuso con más del 88 por ciento de los votos.

05/08/14 Página|12