jueves, 1 de mayo de 2014
GRECIA NO ES ARGENTINA
crisis en la eurozona: efectos de las exigencias del fondo monetario sobre un "pueblo orgulloso"
Tal como lo señalaban "la encuestas de opinión pública", la dirigencia política mayoritaria de Grecia decidió no romper el viejo paradigma económico social de sujeción al pensamiento neoliberal que los llevó a la crisis de la deuda que a su vez impactó de manera brutal sobre las condiciones de vida doméstica. Primeras imágenes del primado de la Opinión Pública y la sabia sensatez ?
Griegos desesperados forcejean para conseguir alimentos gratis
El sector agrícola griego continúa con su protesta, que este jueves cumple su décimo día, contra el alza de los impuestos y los altos costos de producción. Los agricultores distribuyeron 55 toneladas de verduras y frutas gratuitamente a los ciudadanos necesitados.
Cientos de griegos, en su mayoría pensionistas y desempleados, hicieron cola para obtener la comida repartida fuera del Ministerio de Desarrollo Rural en Atenas. El caos se desató cuando se acabaron las frutas y verduras en los puestos donde se llevaba a cabo el reparto, lo que llevó a decenas de personas a correr hacia un camión cercano que también distribuía alimentos.
La multitud se abrió camino a empujones hacia el vehículo. Una persona resultó herida cuando cayó y se golpeó la cabeza tras ser empujada por el resto de personas y un empleado de la agencia Reuters recibió el impacto de varias coliflores mientras intentaba tomar fotos.
"Me enfurece ver estas imágenes. Me enoja ver a un pueblo orgulloso que no tiene qué comer, que no puede permitirse el lujo de mantenerse caliente, que no puede llegar a fin de mes", dijo el legislador del partido de izquierda Syriza Kostas Barkas a Reuters.
"Es difícil. Nunca imaginé que fuera a terminar aquí", dijo a los medios Panagiota Petropoulos, una mujer de 65 años que como tantos griegos fue a intentar obtener comida.
"No puedo pagar nada, ni siquiera en la frutería”, lamentó. “¡Todo es caro, los precios suben mientras que nuestros ingresos bajan y no hay trabajo", continuó.
Los agricultores rechazan tajantemente la subida de los impuestos ya que aumentan considerablemente los costos de producción y por lo tanto los precios de los suministros alimenticios básicos.
Así, exigen un menor Impuesto al Valor Agregado (IVA) para los productos agrícolas, así como una reducción en los precios de los combustibles.
Grecia, que actualmente se encuentra en su sexto año de recesión, está experimentando tasas récord de desempleo. Los ciudadanos se han visto obligados a soportar los recortes salariales y de pensiones para cumplir con las exigencias impuestas por la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.
El sector agrícola no es el único en huelga. Periodistas que trabajan para medios estatales y marineros también han protagonizado paros y protestas contra el plan de austeridad del Gobierno heleno durante los últimos días.
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En su momento en La Argentina, tras la crisis del neoliberalismo gaucho , la cadena Coto bajó el precio de la Canasta Básica Alimentaria y sin "controles populistas" hoy denominados "Precios Cuidados". Acá la baja en la CBA en un testimonio gráfico de enero 2002 .
PACTO ROCA - RUNCIMAN - 1 de mayo de 1933
El 1 de mayo de 1933, en Londres, el vicepresidente argentino Julio A. Roca (hijo del ex presidente Julio A. Roca) firma el tristemente conocido “Pacto Roca-Runciman”, por el cual nuestro país pidió a Inglaterra un préstamo de más de 13 millones de libras, entre cuyas cláusulas secretas estaba la creación del Banco Central.
El año anterior se habían reunido en Ottawa los representantes de los dominios del Commonwealth y en la reunión, el imperio británico firmó acuerdos con Australia y Canadá con el fin de otorgar preferencia a la compra de carnes. Si bien se habló de dificultades financieras del imperio británico, consistió más bien en una “apretada” a los productores y gobierno argentino, como una estrategia para obtener mejores precios y otras concesiones.
A partir de entonces la exportación de carnes argentinas a Inglaterra comenzó a decaer, y la oligarquía presionó al entonces presidente del fraude patriótico Agustín P. Justo para enviar una misión a Londres y arribar a un acuerdo.
Edmundo Rivero, en su “Milonga del consorcio” (de Rivero, Serrano y Godino), dice que “se forma una comisión / pa broncar en portería” . Pues bien, la comisión que iría a Londres en este caso, no era precisamente “pa broncar en portería”, sino todo lo contrario.
La “comisión” estaba presidida por el vicepresidente argentino Julio A. Roca (h), “Julito” para sus amigos paquetes del Jockey Club, y formada entre otros por Miguel Angel Cárcano, diputado conservador casado con la hija de Bemberg, Raúl Prebisch, ex gerente de la Sociedad Rural, Torbio Ayersa y Guillermo Leguizamón, catamarqueño director de una empresa ferroviaria inglesa en argentina. Este último luego seria nombrado Sir de la Corte de St. James, siendo el primer noble que hablaba ingles con tonada catamarqueña. La opinión pública, en vez de “el Cata Leguizamón”, pasaría a llamarlo respetuosamente “Sir Williman”.
La mentalidad entreguista de nuestros “representantes” fue tan alevosa, que previo al acuerdo, en banquetes y reuniones prácticamente pidieron “formar parte de las colonias británicas”, como para presentarse a “negociar” ya derrotados.
En un banquete ofrecido a la delegación argentina el 10 de febrero de 1933, el Príncipe de Gales dice, como para empezar a romper el hielo:“Es exacto decir que el provenir de la Nación Argentina depende de la carne. Ahora bien: el porvenir de la carne argentina depende quizás enteramente de los mercados del Reino Unido”. (1)
El propio Roca, ya con el hielo completamente roto, le contesta que “Argentina, por su interdependencia recíproca, es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del imperio británico”, (2) y Por su parte Sir “el cata” William Leguizamón agrega: “La Argentina es una de las joyas más preciadas de la corona de su Graciosa Majestad”.
También formaba parte de la delegación, Federico Pinedo, debidamente asesorado por el economista inglés Otto Niemeyer en las medidas adoptadas en el sistema de transporte con la fundación de ferrocarriles y tranvías de Buenos Aires, en la fundación del Banco Central y en la creación de la Junta Nacional de Granos.
En el diario “The Spectator” de Londres, en 1931 William Barton manifiesta que “Argentina hace tiempo que es prácticamente una colonia británica”, y por su parte Sir Arthur M. Samuel afirma en el parlamento británico: “La mejor solución de los problemas…es que la Argentina se convierta en declarado miembro del Imperio Británico”. (3)
Es evidente que el hielo ya estaba completamente roto.
Poco después se firmaba el Pacto Roca-Runciman, por el cual, “se permitió” a nuestro país enviar al mercado inglés una cantidad de su mejor producción de chilled beef (carne enfriada), libre de gravámenes, y a cambio la Argentina aseguró, en condiciones de claro privilegio, la importación de carbón británico para abastecer a las locomotoras a vapor (británicas) y de toda una serie de productos manufacturados de ese origen. Se eliminaron medidas “proteccionistas” contra las importaciones inglesas, favorecidas además por regulaciones cambiarias. Al mismo tiempo, el gobierno argentino se comprometió a alentar la inserción de las empresas del Reino Unido en el terreno de las obras públicas.
Los frigoríficos angloyanquis se reservan para si el 85 % de la exportación de carnes y les dejan a la Argentina el 15 % restante, pero solo para frigoríficos que no persigan “fines de beneficio privado”.
El empréstito inglés fue un “empréstito de desbloqueo” de 13 millones de libras esterlinas, y el 70 % de esa cifra fue destinado para pagar a la metrópoli utilidades de los ferrocarriles y empresas británicas. De esta manera, en una especie de “pase mágico”, la argentina cedía todos sus derechos, se endeudaba en 13 millones de libras esterlinas, pero a cambio recibe solo 3,5 millones.
Scalabrini Ortiz escribe: “Debe destacarse la similitud del empréstito Baring Brothers con este último empréstito de desbloqueo que contrajo nuestro país. Es decir, en ambos casos fueron ganancias internas que se transformaron en deuda externa, presentada a los ojos del gran público como una ayuda financiera prestada por Inglaterra para contribuir a nuestro progreso”. (4)
Felipe Pigna contó la impresión que le había causado tener en sus manos el documento del Pacto Roca-Rucinman. "En el papel mismo - decía Pigna - uno podía leer que la lista de cosas que entregaba la Argentina a Inglaterra era una lista muy larga, enorme; mientras que lo que entregaba Inglaterra a la Argentina - simplemente seguir comprando carne - eran dos líneas".
(1) Julio y Rodolfo Irazusta. “la Argentina y el imperialismo británico. Buenos Aires. 1934. p. 34
(2) J. A. Roca (h). Discursos, escritos, homenajes. Buenos Aires. 1943.p.55
(3) The Buenos Aires Herald. 12 de febrero de 1933
(4) R. S. Ortiz. Borradores de archivo RSO
Fuente: www.lagazeta.com.ar
El año anterior se habían reunido en Ottawa los representantes de los dominios del Commonwealth y en la reunión, el imperio británico firmó acuerdos con Australia y Canadá con el fin de otorgar preferencia a la compra de carnes. Si bien se habló de dificultades financieras del imperio británico, consistió más bien en una “apretada” a los productores y gobierno argentino, como una estrategia para obtener mejores precios y otras concesiones.
A partir de entonces la exportación de carnes argentinas a Inglaterra comenzó a decaer, y la oligarquía presionó al entonces presidente del fraude patriótico Agustín P. Justo para enviar una misión a Londres y arribar a un acuerdo.
Edmundo Rivero, en su “Milonga del consorcio” (de Rivero, Serrano y Godino), dice que “se forma una comisión / pa broncar en portería” . Pues bien, la comisión que iría a Londres en este caso, no era precisamente “pa broncar en portería”, sino todo lo contrario.
La “comisión” estaba presidida por el vicepresidente argentino Julio A. Roca (h), “Julito” para sus amigos paquetes del Jockey Club, y formada entre otros por Miguel Angel Cárcano, diputado conservador casado con la hija de Bemberg, Raúl Prebisch, ex gerente de la Sociedad Rural, Torbio Ayersa y Guillermo Leguizamón, catamarqueño director de una empresa ferroviaria inglesa en argentina. Este último luego seria nombrado Sir de la Corte de St. James, siendo el primer noble que hablaba ingles con tonada catamarqueña. La opinión pública, en vez de “el Cata Leguizamón”, pasaría a llamarlo respetuosamente “Sir Williman”.
La mentalidad entreguista de nuestros “representantes” fue tan alevosa, que previo al acuerdo, en banquetes y reuniones prácticamente pidieron “formar parte de las colonias británicas”, como para presentarse a “negociar” ya derrotados.
En un banquete ofrecido a la delegación argentina el 10 de febrero de 1933, el Príncipe de Gales dice, como para empezar a romper el hielo:“Es exacto decir que el provenir de la Nación Argentina depende de la carne. Ahora bien: el porvenir de la carne argentina depende quizás enteramente de los mercados del Reino Unido”. (1)
El propio Roca, ya con el hielo completamente roto, le contesta que “Argentina, por su interdependencia recíproca, es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del imperio británico”, (2) y Por su parte Sir “el cata” William Leguizamón agrega: “La Argentina es una de las joyas más preciadas de la corona de su Graciosa Majestad”.
También formaba parte de la delegación, Federico Pinedo, debidamente asesorado por el economista inglés Otto Niemeyer en las medidas adoptadas en el sistema de transporte con la fundación de ferrocarriles y tranvías de Buenos Aires, en la fundación del Banco Central y en la creación de la Junta Nacional de Granos.
En el diario “The Spectator” de Londres, en 1931 William Barton manifiesta que “Argentina hace tiempo que es prácticamente una colonia británica”, y por su parte Sir Arthur M. Samuel afirma en el parlamento británico: “La mejor solución de los problemas…es que la Argentina se convierta en declarado miembro del Imperio Británico”. (3)
Es evidente que el hielo ya estaba completamente roto.
Poco después se firmaba el Pacto Roca-Runciman, por el cual, “se permitió” a nuestro país enviar al mercado inglés una cantidad de su mejor producción de chilled beef (carne enfriada), libre de gravámenes, y a cambio la Argentina aseguró, en condiciones de claro privilegio, la importación de carbón británico para abastecer a las locomotoras a vapor (británicas) y de toda una serie de productos manufacturados de ese origen. Se eliminaron medidas “proteccionistas” contra las importaciones inglesas, favorecidas además por regulaciones cambiarias. Al mismo tiempo, el gobierno argentino se comprometió a alentar la inserción de las empresas del Reino Unido en el terreno de las obras públicas.
Los frigoríficos angloyanquis se reservan para si el 85 % de la exportación de carnes y les dejan a la Argentina el 15 % restante, pero solo para frigoríficos que no persigan “fines de beneficio privado”.
El empréstito inglés fue un “empréstito de desbloqueo” de 13 millones de libras esterlinas, y el 70 % de esa cifra fue destinado para pagar a la metrópoli utilidades de los ferrocarriles y empresas británicas. De esta manera, en una especie de “pase mágico”, la argentina cedía todos sus derechos, se endeudaba en 13 millones de libras esterlinas, pero a cambio recibe solo 3,5 millones.
Scalabrini Ortiz escribe: “Debe destacarse la similitud del empréstito Baring Brothers con este último empréstito de desbloqueo que contrajo nuestro país. Es decir, en ambos casos fueron ganancias internas que se transformaron en deuda externa, presentada a los ojos del gran público como una ayuda financiera prestada por Inglaterra para contribuir a nuestro progreso”. (4)
Felipe Pigna contó la impresión que le había causado tener en sus manos el documento del Pacto Roca-Rucinman. "En el papel mismo - decía Pigna - uno podía leer que la lista de cosas que entregaba la Argentina a Inglaterra era una lista muy larga, enorme; mientras que lo que entregaba Inglaterra a la Argentina - simplemente seguir comprando carne - eran dos líneas".
(1) Julio y Rodolfo Irazusta. “la Argentina y el imperialismo británico. Buenos Aires. 1934. p. 34
(2) J. A. Roca (h). Discursos, escritos, homenajes. Buenos Aires. 1943.p.55
(3) The Buenos Aires Herald. 12 de febrero de 1933
(4) R. S. Ortiz. Borradores de archivo RSO
Fuente: www.lagazeta.com.ar
TRATADO DE LA TRIPLE INFAMIA CONTRA EL PARAGUAY 1 DE MAYO DE 1865
Secreto develado
Al tiempo de librarse la Batalla de Tuyutí corre por el campamento aliado una noticia tremenda: El secretísimo tratado del 1 de mayo ha sido publicado y sus cláusulas, repartiéndose los despojos del Paraguay, son comentadas y analizadas en todos los países de América.
El británico John Russell había impulsado a la guerra brasileño-argentina contra Paraguay, porque un Paraguay inaccesible a sus mercaderías, dueño de sus ríos, gestor de su propia riqueza, con altos hornos, telégrafo, ferrocarriles y fortaleza de Humaitá, era un escándalo en América.
Pero en un momento dado, Russell creyó conveniente, siempre atento a sus motivos económicos, dar por terminada la guerra, chocando con los intereses de Brasil, dispuesto a llevarla hasta sus extremos; el inglés buscó entonces los mecanismos para que “toda América y toda Europa se pusiesen contra el prepotente Imperio y sus módicos auxiliares”.
El 2 de marzo de 1866 Russell inserta el tratado secreto (en inglés) en un libro denominado Blue Book. El escándalo fue tremendo. Alberdi lo retradujo al español y fue publicado en La América de Buenos Aires en abril. Ese mismo mes, El Pueblo de Buenos Aires comentó “esa obra de cinismo y abyección… hierve la sangre de indignación ante tanto servilismo”. En el interior la prensa acusa abiertamente a Mitre de haber provocado la invasión a Corrientes. La América del 23 de mayo dice:"El libro Azul (Blue book) de una monarquía egoísta, como las tablas del profeta del Sinaí, viene a advertir a la democracia muda o dormida que la venden por treinta dineros".
El tratado
El 1º de mayo de 1865, Francisco Octaviano de Almeida Rosa (reemplazante de Paranhos e integrante del partido liberal brasileño), Carlos de Castro (canciller del gobierno de Venancio Flores) y Rufino de Elizalde (canciller del de Mitre) firmaron en la ciudad de Buenos Aires el tratado de alianza que permanecería secreto debido a sus comprometedoras cláusulas, el mismo es el siguiente:
Art. 1. La República Oriental del Uruguay, Su Majestad el Emperador del Brasil, y la República Argentina contraen alianza ofensiva y defensiva en la guerra provocada por el gobierno del Paraguay.
Art. 2. Los aliados concurrirán con todos los medios de que puedan disponer, por tierra o por los ríos, según fuese necesario.
Art. 3. Debiendo las hostilidades comenzar en el territorio de la República Argentina o en la parte colindante del territorio paraguayo, el mando en jefe y la dirección de los ejércitos aliados quedan a cargo del presidente de la República Argentina y general en jefe de su ejército, brigadier don Bartolomé Mitre. Las fuerzas navales de los aliados estarán a las inmediatas órdenes del Vice Almirante Visconde de Tamandaré, comandante en jefe de la escuadra de S.M. el Emperador del Brasil. Las fuerzas terrestres de S.M. el Emperador del Brasil formarán un ejército a las órdenes de su general en jefe, el brigadier don Manuel Luis Osorio. A pesar de que las altas partes contratantes están conformes en no cambiar el teatro de las operaciones de guerra, con todo, a fin de conservar los derechos soberanos de las tres naciones, ellas convienen desde ahora en observar el principio de la reciprocidad respecto al mando en jefe, para el caso de que esas operaciones tuviesen que pasar al territorio oriental o brasileño.
Art. 4. El orden interior y la economía de las tropas quedan a cargo exclusivamente de sus jefes respectivos. El sueldo, provisiones, municiones de guerra, armas, vestuarios, equipo y medios de transporte de las tropas aliadas serán por cuenta de los respectivos Estados.
Art. 5. Las altas partes contratantes se facilitarán mutuamente los auxilios que tengan y los que necesiten, en la forma que se acuerde.
Art. 6. Los aliados se obligan solemnemente a no deponer las armas sino de común acuerdo, y mientras no hayan derrocado al actual gobierno del Paraguay, así como a no tratar separadamente, ni firmar ningún tratado de paz, tregua, armisticio, cualquiera que ponga fin o suspenda la guerra, sino por perfecta conformidad de todos.
Art. 7. No siendo la guerra contra el pueblo paraguayo sino contra su gobierno, los aliados podrán admitir en una legión paraguaya a todos los ciudadanos de esa nación que quisieran concurrir al derrocamiento de dicho gobierno, y les proporcionarán los elementos que necesiten, en la forma y condiciones que se convenga.
Art. 8. Los Aliados se obligan a respetar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República del Paraguay. En consecuencia el pueblo paraguayo podrá elegir el gobierno y las instituciones que le convengan, no incorporándose ni pidiendo el protectorado de ninguno de los aliados, como resultado de la guerra.
Art. 9. La independencia, soberanía e integridad territorial de la República, serán garantizadas colectivamente, de conformidad con el artículo precedente, por las altas partes contratantes, por el término de cinco años.
Art. 10. Queda convenido entre las altas partes contratantes que las exenciones, privilegios o concesiones que obtengan del gobierno del Paraguay serán comunes a todas ellas, gratuitamente si fuesen gratuitas, y con la misma compensación si fuesen condicionales.
Quitar a Paraguay la soberanía de sus ríos.
Art. 11. Derrocado que sea el gobierno del Paraguay, los aliados procederán a hacer los arreglos necesarios con las autoridades constituidas, para asegurar la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay, de manera que los reglamentos o leyes de aquella República no obsten, impidan o graven el tránsito y navegación directa de los buques mercantes o de guerra de los Estados Aliados, que se dirijan a sus respectivos territorios o dominios que no pertenezcan al Paraguay, y tomarán las garantías convenientes para la efectividad de dichos arreglos, bajo la base de que esos reglamentos de política fluvial, bien sean para los dichos dos ríos o también para el Uruguay, se dictarán de común acuerdo entre los aliados y cualesquiera otros estados ribereños que, dentro del término que se convenga por los aliados, acepten la invitación que se les haga.
Art. 12. Los aliados se reservan concertar las medidas más convenientes a fin de garantizar la paz con la República del Paraguay después del derrocamiento del actual gobierno.
Art. 13. Los aliados nombrarán oportunamente los plenipotenciarios que han de celebrar los arreglos, convenciones o tratados a que hubiese lugar, con el gobierno que se establezca en el Paraguay.
uelven, queda establecido que los aliados exigirán del gobierno del Paraguay que celebre tratados definitivos de límites con los respectivos gobiernos bajo las siguientes bases: La República Argentina quedará dividida de la República del Paraguay, por los ríos Paraná y Paraguay, hasta encontrar los límites del Imperio del Brasil, siendo éstos, en la ribera derecha del Río Paraguay, la Bahía Negra. El Imperio del Brasil quedará dividido de la República del Paraguay, en la parte del Paraná, por el primer río después del Salto de las Siete Caídas que, según el reciente mapa de Mouchez, es el Igurey, y desde la boca del Igurey y su curso superior hasta llegar a su nacimiento. En la parte de la ribera izquierda del Paraguay, por el Río Apa, desde su embocadura hasta su nacimiento. En el interior, desde la cumbre de la sierra de Mbaracayú, las vertientes del Este perteneciendo al Brasil y las del Oeste al Paraguay, y tirando líneas, tan rectas como se pueda, de dicha sierra al nacimiento del Apa y del Igurey.
Art. 17. Los aliados se garanten recíprocamente el fiel cumplimiento de los acuerdos, arreglos y tratados que hayan de celebrarse con el gobierno que se establecerá en el Paraguay, en virtud de lo convenido en este tratado de alianza, el que permanecerá siempre en plena fuerza y vigor, al efecto de que estas estipulaciones serán respetadas por la República del Paraguay. A fin de obtener este resultado, ellas convienen en que, en caso de que una de las altas partes contratantes no pudiese obtener del gobierno del Paraguay el cumplimiento de lo acordado, o de que este gobierno intentase anular las estipulaciones ajustadas con los aliados, las otras emplearán activamente sus esfuerzos para que sean respetadas. Si esos esfuerzos fuesen inútiles, los aliados concurrirán con todos sus medios, a fin de hacer efectiva la ejecución de lo estipulado.
Art. 18. Este tratado quedará secreto hasta que el objeto principal de la alianza se haya obtenido.
Art. 19. Las estipulaciones de este tratado que no requieran autorización legislativa para su ratificación, empezarán a tener efecto tan pronto como sean aprobadas por los gobiernos respectivos, y las otras desde el cambio de las ratificaciones, que tendrá lugar dentro del término de cuarenta días desde la fecha de dicho tratado, o antes si fuese posible.
En testimonio de lo cual los abajo firmados, plenipotenciarios de S.E. el Presidente de la República Argentina, de S.M. el Emperador del Brasil y de S.E. el Gobernador Provisorio de la República Oriental, en virtud de nuestros plenos poderes, firmamos este tratado y le hacemos poner nuestros sellos en la Ciudad de Buenos Aires, el 1º de Mayo del año de Nuestro Señor de 1865.
También se firmó un protocolo adicional, también secreto, que establecía lo siguiente: 1) demolición de las fortificaciones de Humaitá; 2) desarme de Paraguay y reparto de armas y elementos de guerra entre los aliados; y 3) reparto de trofeos y botín que se obtuvieran en territorio paraguayo.
Fuentes:
- Castagnino L. Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los paises del Plata
- Rosa, José María – La Guerra del Paraguay y las montoneras argentinas – Buenos Aires (1985).
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
Al tiempo de librarse la Batalla de Tuyutí corre por el campamento aliado una noticia tremenda: El secretísimo tratado del 1 de mayo ha sido publicado y sus cláusulas, repartiéndose los despojos del Paraguay, son comentadas y analizadas en todos los países de América.
El británico John Russell había impulsado a la guerra brasileño-argentina contra Paraguay, porque un Paraguay inaccesible a sus mercaderías, dueño de sus ríos, gestor de su propia riqueza, con altos hornos, telégrafo, ferrocarriles y fortaleza de Humaitá, era un escándalo en América.
Pero en un momento dado, Russell creyó conveniente, siempre atento a sus motivos económicos, dar por terminada la guerra, chocando con los intereses de Brasil, dispuesto a llevarla hasta sus extremos; el inglés buscó entonces los mecanismos para que “toda América y toda Europa se pusiesen contra el prepotente Imperio y sus módicos auxiliares”.
El 2 de marzo de 1866 Russell inserta el tratado secreto (en inglés) en un libro denominado Blue Book. El escándalo fue tremendo. Alberdi lo retradujo al español y fue publicado en La América de Buenos Aires en abril. Ese mismo mes, El Pueblo de Buenos Aires comentó “esa obra de cinismo y abyección… hierve la sangre de indignación ante tanto servilismo”. En el interior la prensa acusa abiertamente a Mitre de haber provocado la invasión a Corrientes. La América del 23 de mayo dice:"El libro Azul (Blue book) de una monarquía egoísta, como las tablas del profeta del Sinaí, viene a advertir a la democracia muda o dormida que la venden por treinta dineros".
El tratado
El 1º de mayo de 1865, Francisco Octaviano de Almeida Rosa (reemplazante de Paranhos e integrante del partido liberal brasileño), Carlos de Castro (canciller del gobierno de Venancio Flores) y Rufino de Elizalde (canciller del de Mitre) firmaron en la ciudad de Buenos Aires el tratado de alianza que permanecería secreto debido a sus comprometedoras cláusulas, el mismo es el siguiente:
Art. 1. La República Oriental del Uruguay, Su Majestad el Emperador del Brasil, y la República Argentina contraen alianza ofensiva y defensiva en la guerra provocada por el gobierno del Paraguay.
Art. 2. Los aliados concurrirán con todos los medios de que puedan disponer, por tierra o por los ríos, según fuese necesario.
Art. 3. Debiendo las hostilidades comenzar en el territorio de la República Argentina o en la parte colindante del territorio paraguayo, el mando en jefe y la dirección de los ejércitos aliados quedan a cargo del presidente de la República Argentina y general en jefe de su ejército, brigadier don Bartolomé Mitre. Las fuerzas navales de los aliados estarán a las inmediatas órdenes del Vice Almirante Visconde de Tamandaré, comandante en jefe de la escuadra de S.M. el Emperador del Brasil. Las fuerzas terrestres de S.M. el Emperador del Brasil formarán un ejército a las órdenes de su general en jefe, el brigadier don Manuel Luis Osorio. A pesar de que las altas partes contratantes están conformes en no cambiar el teatro de las operaciones de guerra, con todo, a fin de conservar los derechos soberanos de las tres naciones, ellas convienen desde ahora en observar el principio de la reciprocidad respecto al mando en jefe, para el caso de que esas operaciones tuviesen que pasar al territorio oriental o brasileño.
Art. 4. El orden interior y la economía de las tropas quedan a cargo exclusivamente de sus jefes respectivos. El sueldo, provisiones, municiones de guerra, armas, vestuarios, equipo y medios de transporte de las tropas aliadas serán por cuenta de los respectivos Estados.
Art. 5. Las altas partes contratantes se facilitarán mutuamente los auxilios que tengan y los que necesiten, en la forma que se acuerde.
Art. 6. Los aliados se obligan solemnemente a no deponer las armas sino de común acuerdo, y mientras no hayan derrocado al actual gobierno del Paraguay, así como a no tratar separadamente, ni firmar ningún tratado de paz, tregua, armisticio, cualquiera que ponga fin o suspenda la guerra, sino por perfecta conformidad de todos.
Art. 7. No siendo la guerra contra el pueblo paraguayo sino contra su gobierno, los aliados podrán admitir en una legión paraguaya a todos los ciudadanos de esa nación que quisieran concurrir al derrocamiento de dicho gobierno, y les proporcionarán los elementos que necesiten, en la forma y condiciones que se convenga.
Art. 8. Los Aliados se obligan a respetar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República del Paraguay. En consecuencia el pueblo paraguayo podrá elegir el gobierno y las instituciones que le convengan, no incorporándose ni pidiendo el protectorado de ninguno de los aliados, como resultado de la guerra.
Art. 9. La independencia, soberanía e integridad territorial de la República, serán garantizadas colectivamente, de conformidad con el artículo precedente, por las altas partes contratantes, por el término de cinco años.
Art. 10. Queda convenido entre las altas partes contratantes que las exenciones, privilegios o concesiones que obtengan del gobierno del Paraguay serán comunes a todas ellas, gratuitamente si fuesen gratuitas, y con la misma compensación si fuesen condicionales.
Quitar a Paraguay la soberanía de sus ríos.
Art. 11. Derrocado que sea el gobierno del Paraguay, los aliados procederán a hacer los arreglos necesarios con las autoridades constituidas, para asegurar la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay, de manera que los reglamentos o leyes de aquella República no obsten, impidan o graven el tránsito y navegación directa de los buques mercantes o de guerra de los Estados Aliados, que se dirijan a sus respectivos territorios o dominios que no pertenezcan al Paraguay, y tomarán las garantías convenientes para la efectividad de dichos arreglos, bajo la base de que esos reglamentos de política fluvial, bien sean para los dichos dos ríos o también para el Uruguay, se dictarán de común acuerdo entre los aliados y cualesquiera otros estados ribereños que, dentro del término que se convenga por los aliados, acepten la invitación que se les haga.
Art. 12. Los aliados se reservan concertar las medidas más convenientes a fin de garantizar la paz con la República del Paraguay después del derrocamiento del actual gobierno.
Art. 13. Los aliados nombrarán oportunamente los plenipotenciarios que han de celebrar los arreglos, convenciones o tratados a que hubiese lugar, con el gobierno que se establezca en el Paraguay.
uelven, queda establecido que los aliados exigirán del gobierno del Paraguay que celebre tratados definitivos de límites con los respectivos gobiernos bajo las siguientes bases: La República Argentina quedará dividida de la República del Paraguay, por los ríos Paraná y Paraguay, hasta encontrar los límites del Imperio del Brasil, siendo éstos, en la ribera derecha del Río Paraguay, la Bahía Negra. El Imperio del Brasil quedará dividido de la República del Paraguay, en la parte del Paraná, por el primer río después del Salto de las Siete Caídas que, según el reciente mapa de Mouchez, es el Igurey, y desde la boca del Igurey y su curso superior hasta llegar a su nacimiento. En la parte de la ribera izquierda del Paraguay, por el Río Apa, desde su embocadura hasta su nacimiento. En el interior, desde la cumbre de la sierra de Mbaracayú, las vertientes del Este perteneciendo al Brasil y las del Oeste al Paraguay, y tirando líneas, tan rectas como se pueda, de dicha sierra al nacimiento del Apa y del Igurey.
Art. 17. Los aliados se garanten recíprocamente el fiel cumplimiento de los acuerdos, arreglos y tratados que hayan de celebrarse con el gobierno que se establecerá en el Paraguay, en virtud de lo convenido en este tratado de alianza, el que permanecerá siempre en plena fuerza y vigor, al efecto de que estas estipulaciones serán respetadas por la República del Paraguay. A fin de obtener este resultado, ellas convienen en que, en caso de que una de las altas partes contratantes no pudiese obtener del gobierno del Paraguay el cumplimiento de lo acordado, o de que este gobierno intentase anular las estipulaciones ajustadas con los aliados, las otras emplearán activamente sus esfuerzos para que sean respetadas. Si esos esfuerzos fuesen inútiles, los aliados concurrirán con todos sus medios, a fin de hacer efectiva la ejecución de lo estipulado.
Art. 18. Este tratado quedará secreto hasta que el objeto principal de la alianza se haya obtenido.
Art. 19. Las estipulaciones de este tratado que no requieran autorización legislativa para su ratificación, empezarán a tener efecto tan pronto como sean aprobadas por los gobiernos respectivos, y las otras desde el cambio de las ratificaciones, que tendrá lugar dentro del término de cuarenta días desde la fecha de dicho tratado, o antes si fuese posible.
En testimonio de lo cual los abajo firmados, plenipotenciarios de S.E. el Presidente de la República Argentina, de S.M. el Emperador del Brasil y de S.E. el Gobernador Provisorio de la República Oriental, en virtud de nuestros plenos poderes, firmamos este tratado y le hacemos poner nuestros sellos en la Ciudad de Buenos Aires, el 1º de Mayo del año de Nuestro Señor de 1865.
También se firmó un protocolo adicional, también secreto, que establecía lo siguiente: 1) demolición de las fortificaciones de Humaitá; 2) desarme de Paraguay y reparto de armas y elementos de guerra entre los aliados; y 3) reparto de trofeos y botín que se obtuvieran en territorio paraguayo.
Fuentes:
- Castagnino L. Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los paises del Plata
- Rosa, José María – La Guerra del Paraguay y las montoneras argentinas – Buenos Aires (1985).
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
30.04.2014 | Balance de los avances y desafíos Expertos destacaron los logros agrícolas obtenidos en diez años
En 2014, la producción de bioetanol será de 515 mil metros cúbicos repartida en cinco plantas, y la transformación del poroto de soja en expeller y aceite ha llegado a más de 400 empresas manufactureras instaladas en diez provincias distintas. Todo ese proceso de agregado industrial de valor a los productos primarios y la prosperidad del interior del país eran inconcebibles a fines de los años noventa, con los campos hipotecados.
Diversos procesos económicos internacionales y políticas públicas generaron, en la última década, una transformación radical en la economía y permitieron por un lado industrializar el agro, y por otro aumentar los rindes y cambiar el perfil de especialización regional. Especialistas debatieron con Tiempo Argentino sobre las medidas y sus efectos en la economía.
Las medidas públicas han buscado potenciar los efectos positivos de los altos precios de la soja y los nuevos paquetes tecnológicos y menguar los daños colaterales sobre los pequeños productores y la desigual distribución de la renta. Algunas de las más importantes fueron el tipo de cambio alto, la pesificación asimétrica, las retenciones móviles, la política biotecnológica y diversos programas de asistencia técnica y económica.
El sector agropecuario cuando estalló la crisis había tomado créditos para adquirir los nuevos paquetes tecnológicos. En 2002, incluso con la mejora de los ingresos por la siembra al 1 a 1 y la cosecha luego de la devaluación, la morosidad del sector era del 53,7 por ciento. En 2013, por la bonanza económica la morosidad se hizo insignificante: sólo un 1% de las financiaciones del sector.
Esta mejora no sólo se debió a los mejores precios internacionales, sino también a la quita de deuda de la pesificación asimétrica, que permitió en conjunto la expansión del área sembrada, de 25,2 millones de ha sembradas en 2002-2003, a 34,6 millones de ha en 2012-2013.
Los logros más importantes fueron los 210 kg de proteína animal anual de consumo por habitante, 4,63 millones de cabezas de ganado porcino, la triplicación de la producción de aves, 105,3 millones de toneladas de producción de granos en el 2013 y exportaciones de semillas por US$300 millones.
Algunos programas específicos para el sector fueron el Prohuerta del Ministerio de Desarrollo social y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), con 3,4 millones de beneficiados, programa Minifundio del INTA, destinado a 11.500 productores, y el Cambio Rural, que llegará este año a 30 mil productores.
Juan Manuel Villulla, sociólogo e investigador del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios, comentó que "al principio la soja creció desplazando a otros cultivos, y en los 2000 se intensificaron los rindes en la región pampeana".
Juan Miguel Massot, doctorado en Economía (Universidad de Buenos Aires) consideró que esto se debió a mayor productividad, y elogió las políticas de biotecnología: "Fueron acertadas en muchos aspectos, hoy el sector público y los privados nacionales generan mejoramientos de semillas, e incluso se está trabajando en modificación genética."
Esto permitió un aumento de las exportaciones agropecuarias de US$ 16.475 millones a US$49.361 millones. Pero, al mismo tiempo resurgieron los viejos dilemas de la distribución de la renta de la tierra, que se cristalizaron en la puja por la Resolución 125 en 2007.
Por su parte, Ernesto Mattos, economista del Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (CEMOP), opinó que "hay que aumentar los derechos de exportación, que tienen un peso similar a las ganancias que pagan los trabajadores cuando deberían ser mucho más." Villulla, en cambio, optaría por retenciones escalonadas por escala "para dividir el frente antinatural entre la Sociedad Rural y la Federación Agraria."
En cuanto a las economías regionales, en 2013 se exportaron, por ejemplo, 312 millones litros, un 150% más que en 2003, aunque falta el agregado de valor de la materia prima. Según Massot, "los costos en dólares son altos, por lo que hay que reducir las cargas impositivas", mientras que Mattos apuntó a la falta de inversión. Uno de los ámbitos en los que los especialistas coinciden es en la necesidad de una Ley de Semillas. "Es necesario armonizar la regulación –opinó Massot– ayudaría a las universidades. Además, hoy muchos productores son considerados infractores de la ley, y quizás no deberían serlo."
En el único ámbito en el que los especialistas coincidieron es en el apoyo a la agricultura familiar, como la creación de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar y del Monotributo Social Agropecuario y el incentivo a la formalización del trabajo con el Estatuto del Peón Rural. Mattos, por su parte, defendió "la Reforma del Estatuto del Peón Rural, que bajó la informalidad 20 puntos porcentuales en un año y medio." «
Riego
La FAO y el Programa de Servicios Agrícolas del Ministerio de Agricultura organizaron ayer un seminario donde se abordó la temática del riego y la potencialidad Argentina en esa materia.
La FAO y el Programa de Servicios Agrícolas del Ministerio de Agricultura organizaron ayer un seminario donde se abordó la temática del riego y la potencialidad Argentina en esa materia.
Cupos para exportar, a favor y en contra
Una medida que se tomó sucesivamente a partir de enero de 2006 es la del Registro de Operaciones de Exportación (ROE), un instrumento de registro y monitoreo de exportaciones de distintos productos.
Los ROE rojos son aquellos que controlan las carnes, y los verdes refieren a productos agrícolas. Existe, además, un segundo objetivo relacionado con el control de las exportaciones y el abastecimiento doméstico a precios justos de productos alimentarios.
Massot opinó al respecto que "estas medidas son de corte coyuntural, por la crisis internacional, pero hay que desmantelarlas para exportar más y mejor. A la larga, esto afecta a los productores, que terminan cerrando, como en el caso del trigo."
Mattos, en cambio, sostuvo la defensa de "la mesa de los argentinos" y refirió al control de las exportaciones "estas medidas sirven para que se pueda chequear contra la declaración qué es lo que está saliendo por el puerto. Todo lo que permita una mejor fiscalización de los grandes exportadores concentrados debe ser bienvenido."
Los ROE rojos son aquellos que controlan las carnes, y los verdes refieren a productos agrícolas. Existe, además, un segundo objetivo relacionado con el control de las exportaciones y el abastecimiento doméstico a precios justos de productos alimentarios.
Massot opinó al respecto que "estas medidas son de corte coyuntural, por la crisis internacional, pero hay que desmantelarlas para exportar más y mejor. A la larga, esto afecta a los productores, que terminan cerrando, como en el caso del trigo."
Mattos, en cambio, sostuvo la defensa de "la mesa de los argentinos" y refirió al control de las exportaciones "estas medidas sirven para que se pueda chequear contra la declaración qué es lo que está saliendo por el puerto. Todo lo que permita una mejor fiscalización de los grandes exportadores concentrados debe ser bienvenido."
Escándalo en Uruguay: un ministro dijo que Sarmiento era "un grandísimo hijo de puta"
El ministro de Defensa de Uruguay, Eleuterio Fernández Huidobro, calificó de "grandísimo hijo de puta" al prócer argentino Domingo Faustino Sarmiento porque, recordó, instó a "matar gauchos diciendo que eran buen abono para las pampas".
En un discurso pronunciado ayer durante un acto en la ciudad de Piriápolis transcripto en el sitio "fmgente.com.uy", el funcionario uruguayo realizó un repaso por la historia rioplatense y tildó a los unitarios argentinos de "manga de sinvergüenzas".
En esa línea, se produjo el exabrupto sobre Sarmiento, de quien señaló que, además de haber fundado la escuela argentina, fue "un grandísimo hijo de puta" porque instó a "matar gauchos diciendo que eran buen abono para las pampas", tras lo cual advirtió que "la historia hay que darla completita".
"La historia hay que darla completita", sostuvo el ministro uruguayo.
Fernández Huidobro participó ayer de un acto organizado por su sector, la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L), en Piriápolis, donde brindó un discurso a favor de la descentralización territorial y poblacional de Uruguay.
PD DEL BLOGUERO...Y SI ES COMO DICE EL AMIGO....LA HISTORIA HAY QUE CONTARLA COMPLETITA.
SARMIENTO FUE UN BARBARO.
GB
POLÍTICA • Pablo Moyano • Miércoles 30 de Abril de 2014 | 19:50 Hugo Moyano dijo "están preparados para la guerra" por el conflicto con la basura
El jefe de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, advirtió hoy que el gremio de Camioneros "está preparado" para defender todos los puestos de trabajo si el gobierno nacional "quiere guerra" en el conflicto por la municipalización del servicio de recolección de residuos en Quilmes.
"Que sepa el gobierno que si quiere guerra los camioneros estamos preparados y que vamos a defender hasta los últimos puestos de trabajo. No me interesa que quieran joder a Moyano, yo me la banco, no soy un cagón como son ellos", aseveró.
"A mí me apresaron en la dictadura mientras ellos se escondían y si el gobierno nos declara la guerra los camioneros estamos preparados", sostuvo.
Moyano hizo estas declaraciones durante el plenario de secretario generales de la CGT Azopardo y la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo.
"Que sepa el gobierno que si quiere guerra los camioneros estamos preparados y que vamos a defender hasta los últimos puestos de trabajo".
Más temprano, su hijo y secretario general adjunto del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, denunció que la municipalización del servicio de recolección de basura en Quilmes es parte "del ataque permanente que está teniendo nuestra organización sindical a través de la señora presidenta y el ministro (Carlos) Tomada".
"Este es un avance más para tratar de destruir nuestra organización", aseveró el gremialista en declaraciones radiales.
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