martes, 21 de enero de 2014

CRITICAS DE GREMIALISTAS AL ENCUENTRO DE MAR DEL PLATA “Sin autoridad moral”

En la CTA señalaron que la cumbre de Moyano y Barrionuevo “más que un encuentro sindical es un encuentro político para armar un frente opositor”. Los cuestionamientos desde el FpV y el Evita.

La devaluada cumbre del sindicalismo opositor en Mar del Plata fue criticada por los sectores gremiales que no están enrolados en las facciones que responden al camionero Hugo Moyano y al gastronómico Luis Barrionuevo. Desde la CTA, Roberto “Beto” Pianelli consideró que el cónclave “más que un encuentro sindical es un encuentro político para armar un frente opositor”. El diputado nacional del Frente para la Victoria Edgardo Depetris, ex dirigente de los mineros de Río Turbio, calificó el encuentro marplatense de “más de lo mismo” y advirtió que los dirigentes que se reunieron allí “no expresan lo mejor del sindicalismo”. El diputado bonaerense del FpV y dirigente del Movimiento Evita Fernando “Chino” Navarro, por su parte, le apuntó al gastronómico: “No tiene autoridad moral” para criticar al Gobierno, afirmó. Ni Daniel Scioli ni Sergio Massa ni Juan Manuel de la Sota respondieron a las críticas de Barrionuevo, que los acusó de “no tener huevos” por el faltazo.
“La cumbre de Barrionuevo y Moyano no va a aportar mucho en el debate, están viendo cómo recuperan protagonismo y decisión en el partido justicialista”, dijo Depetris sobre el disminuido encuentro convocado por las CGT Azopardo y la CGT Azul y Blanca en Mar del Plata. Al mismo tiempo, consideró que en ese espacio sindical “no hay un debate que ponga en discusión cómo resolvemos los problemas. Desde ese lugar no hay una propuesta para mejorar la situación política y social”.
“Los trabajadores argentinos estamos en todo el país atentos al tema principal, que es la defensa de los puestos de trabajo”, sostuvo Depetris para remarcar luego que “no hay ninguna duda de que el gobierno de Néstor y Cristina han cambiado el paradigma: el modelo económico del pasado siempre fue ajuste y Argentina se ha industrializado y ha incorporado cinco millones de puestos de trabajo en estos años”.
En la misma línea, el diputado insistió en que “el 98 por ciento de los trabajadores están incorporados al sistema previsional, el impacto de la Asignación Universal por Hijo es impresionante. Argentina necesita consolidarse sobre el eje de seguir fortaleciendo el empleo y por eso la agenda del movimiento sindical debe ser terminar con el trabajo ilegal”.
Navarro, en tanto, relativizó el reclamo del plenario realizado por el sindicalismo opositor, al afirmar que “la reunión de Mar del Plata tuvo un encuadre más político que sindical, ya que tanto Moyano como Barrionuevo son opositores al Gobierno”. “Cuando se mezclan las cuestiones gremiales con las políticas, los que pierden son los trabajadores. En la Argentina hay varias centrales obreras y los que se perjudican son los trabajadores, y los que se benefician son empresarios”, remarcó.
De todas maneras, Navarro prefirió diferenciar entre los dirigentes que convocaron al cónclave sindical y le apuntó al gastronómico. “Barrionuevo estuvo ligado a un gobierno neoliberal de los ’90, por lo que no tiene mucha autoridad moral para hablar”, sostuvo el legislador provincial. Sobre Moyano, aseguró que “es difícil de entender” su posición porque “enfrentó a Barrionuevo, acompañó a este gobierno y por una cuestión política se distanció. Ojalá que recapacite porque este proyecto ha construido seis millones de puestos de trabajo”.
Para el dirigente de los metrodelegados y representante de la CTA Roberto “Beto” Pianelli, el cónclave del tándem Moyano-Barrionuevo “más que un encuentro sindical es un encuentro político para armar un frente opositor, por eso el enojo y la angustia que manifiestan frente a la deserción de los referentes políticos que ellos mismos invitaron”. Y agregó: “Son dirigentes que dejaron de lado los intereses de los trabajadores, que hoy pasan por la lucha contra la tercerización y el trabajo en negro, por sus propios intereses políticos”, sostuvo Pianelli sobre el encuentro marplatense. “Cada vez que se juntan para unirse en un frente opositor se encuentran con un tren fantasma, donde un porcentaje más o menos termina por alejarse porque una foto en medio de ese panorama no le suma”, sentenció Pianelli sobre la deserción de los referentes políticos a los que Moyano y Barrionuevo invitaron como los “candidatos presidenciables del peronismo”.
Los dardos contra Scioli, Ma-ssa y De la Sota lanzados desde Mar del Plata no obtuvieron respuesta directa de los aludidos. Sólo el intendente massista de Olavarría, José Eseverri, salió en defensa de su líder: “Si de algo dio muestras Massa ha sido de su coraje y decisión de encabezar un proceso de transformación en la Argentina”, sostuvo, y le apuntó al tándem sindical. “Las declaraciones las hizo (Barrionuevo) con Moyano, quien acompañó (en las elecciones) a Francisco de Narváez como muleto de Scioli”.

MOYANO Y BARRIONUEVO FRACASARON EN SU CONVOCATORIA Y CARGARON CONTRA MASSA, SCIOLI Y DE LA SOTA “Si no tienen huevos, que no vengan”

Sin la presencia de posibles candidatos del PJ a presidente, los dirigentes sindicales opositores no lograron dar la muestra de fuerza que esperaban. Sólo consiguieron la presencia de los gremios afiliados a sus centrales, más la UTA y La Fraternidad.

Habían invitado, no sin cierta dosis de grandilocuencia, a los presidenciables del PJ no kirchnerista, a la cúpula de la otra CGT –la de Antonio Caló– y a los empresarios. Pero a pesar de sus esfuerzos, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo no lograron hacer la cumbre opositora anunciada. En el encuentro de ayer en Mar del Plata, finalmente terminaron sellando un acuerdo de unidad entre sus centrales sindicales, la CGT opositora y la Azul y Blanca. Así, los dirigentes dieron a conocer un documento con críticas al gobierno nacional, llamaron al PJ que respalda al kirchnerismo a “volver al peronismo” y no escondieron su frustración por las ausencias en el plenario de Sergio Massa, José Manuel de la Sota y hasta Daniel Scioli. Moyano consideró que los candidatos no habían ido “por miedo a la foto”. Barrionuevo optó por un mensaje directo a los ausentes: “Si no tienen huevos, que no vengan”.
La reunión sindical se realizó en el hotel Presidente Perón, del gremio gastronómico. Participaron, según los organizadores, representantes de 105 gremios, con unos mil asistentes que acompañaron a sus secretarios generales. La cumbre sirvió para exhibir otra vez juntos a Moyano y Barrionuevo, pero no pudo mostrar a los aspirantes a presidente del PJ ni a los gremios más afines al oficialismo.
Al margen de los dos convocantes, las figuras más destacadas del plenario fueron Gerónimo “Momo” Venegas, dirigente del sindicato de los Peones Rurales, y Roberto Fernández, de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), alineado a la CGT que conduce Caló. Fernández aclaró que no fue en representación de su CGT, sino a título personal; así y todo, con tantas bajas en el encuentro, su presencia y la de Omar Maturano, jefe de La Fraternidad, ayudaron a levantar el decaído ánimo de los organizadores.
Sobreponiéndose a la menguada convocatoria, el líder camionero y el titular de los trabajadores gastronómicos llamaron al PJ que respalda al oficialismo a “volver al peronismo”. Y convocaron a un próximo plenario apelando al símbolo más querido del movimiento. La nueva reunión se realizará en la CGT Azopardo, “donde –recordó Moyano– se encuentra enterrado el cuerpo de Eva Perón, porque el espíritu de Eva va a estar satisfecho con esta unidad”.
Los reclamos
Como eje de los reclamos gremiales, los secretarios de la CGT opositora y de la Azul y Blanca pidieron “paritarias libres, sin techos y anticipadas”. Varios sindicatos del sector están planteando llevar a las negociaciones salariales de este año un pedido de aumento del 30 por ciento para recuperar el poder adquisitivo de los sueldos ante la inflación. También volvieron a pedir que se elimine el Impuesto a las Ganancias sobre los salarios y “la devolución de las retenciones de los fondos en poder del Gobierno de las obras sociales sindicales”.
En un documento dado a conocer al final del encuentro hicieron además fuertes críticas de carácter político, cuestionando el rumbo del Gobierno, al que acusaron de sufrir de “incapacidad en la gestión para la solución de los problemas”.
“La responsabilidad del Estado, lejos de estar presente, se debate, sin pena ni gloria, en una Argentina de saqueos, cortes de energía, cárceles sin control interno, fuga de capitales, inseguridad urbana, disparada de precios y un gran desorden estructural”, señalaron en uno de los párrafos del texto. También exigieron “la inmediata puesta en marcha de la erradicación del narcotráfico y la inseguridad en el país”.
En esta línea, remarcaron la necesidad de “un gobierno con todos, de consenso con los empresarios de todos los sectores, con los sindicatos en la diversidad de expresión, con el afán de nutrirse de la pluralidad de ideas para no caer en los errores de un pensamiento cerrado a la crítica constructiva”.
En cuanto a Scioli, Massa y De la Sota, las críticas no fueron por escrito. Moyano consideró que “seguramente” no habían ido “por la foto”. El camionero salió a confrontarlos: “Cuando se sacan la foto con (Amado) Boudou, con Julio De Vido, con (Ricardo) Jaime, ¿no sienten nada en la piel?”, les preguntó. Pasó por alto que tres días atrás el gobernador bonaerense y el jefe del Frente Renovador se sacaron una foto junto a Barrionuevo, en la inauguración del casino del Hotel Sasso, que pertenece al sindicato de los gastronómicos –al día siguiente, Massa y Scioli saldrían a aclarar que la imagen no tenía segundas lecturas, ya que no irían al congreso de Mar del Plata.
Moyano se dijo, en cambio, convencido de que las ausencias fueron un gesto “promovido por el gobierno nacional en el desprecio a la dirigencia gremial. Un desprecio que es hasta odio para algunos dirigentes gremiales. Pero a aquellos que nos gobiernan les decimos que hay odios que honran. Si estos personajes nos odian es porque seguramente se ven reflejados en no dar soluciones a quienes reclaman”, abundó.
Barrionuevo pareció no sintonizar con la idea de victimizarse. “A los que quieren ser presidentes y hoy no vinieron les pedimos que nos expliquen cómo van a hacer con la inflación, con la desindustrialización, porque si no tienen huevos, que no vengan”, desafió en cambio a los ausentes. “Queríamos saber sus propuestas, ya que quieren ser presidentes”, reprochó. Finalmente, dio por terminada la cuestión sin tanta vuelta: “Ya van a venir cuando nos necesiten”.

La paranoia del Wall Street Journal


Por Julián Blejmar
politica@miradasalsur.com

Leemos una nota del Wall Street Journal, donde –leo tal cual–, según analistas y economistas de los países en serio –y no como este que es una mierda–, de no corregir ciertas variables económicas la Argentina, en quince días a más tardar podría estallar, y esto provocar la muerte absoluta, la desaparición física y el fallecimiento total de sus 40 millones de habitantes, sin ningún tipo de esperanza de supervivencia. “Todos morirán”, titula el Wall Street Journal. Para pensar, ¿eh?.

Así editorializó cuatro años atrás el humorista Diego Capusotto en su micro radial “Hasta cuándo vamos a ser un país poco serio”, adelantándose en parte al editorial, “El derrumbe de la economía argentina” que este medio publicó el pasado lunes, junto al ranking sobre “libertad económica” que el propio Wall Street Journal, junto a la Fundación Heritage, difunde anualmente, y en el que la Argentina figuró entre los últimos países de América latina junto a Cuba y Venezuela.

El artículo publicado el lunes, y muy ampliamente difundido por la prensa hegemónica local, finaliza con un párrafo por demás sugestivo: “Una espiral inflacionaria agota la paciencia y una población que se siente tan impotente como la de la Argentina actual en algún momento se hará escuchar”.

Pero en rigor, el artículo es una recopilación de las últimas informaciones sobre la economía argentina, junto a las denuncias de corrupción por parte del diario La Nación, a las cuales les dedica un importante espacio. Pero también, sobre su experiencia in-situ en el país, donde la periodista notó “que una sensación de premonición se cernía sobre la ciudad” y que “los amplios bulevares y grandiosos edificios del siglo XIX están cansados y roñosos, y las calles huelen mal”.

No es posible encontrar datos sobre las variables de la economía real, esto es industria y empleo, aunque sí posee información sobre las dificultades financieras de los últimos meses y la política de congelamiento de tarifas, concluyendo en base a estos datos coyunturales que “el kirchnerismo está destruyendo la riqueza de una nación”.

De todas formas, esta contundente conclusión, en base a la lectura de los diarios hegemónicos y al estado de limpieza de los edificios, no debería sorprender cuando se leen las críticas que recibió, en los mismos Estados Unidos, la autora del artículo, Mary Anastasia O’Grady, quien antes de dedicarse al periodismo trabajó diez años como analista de diferentes firmas financieras como Merrill Lynch.

Sin dudas, la más resonante fue la de un ex presidente norteamericano. Frente a un artículo en el que cuestionaba la actuación del Centro Carter en las elecciones venezolanas, el ex mandatario Jimmy Carter le respondió por carta que “los resultados de cada una de las 20.000 máquinas fueron certificadas por los funcionarios electorales y observadores de los partidos”, que “las boletas de papel se mantuvieron bajo vigilancia militar” y que se habían realizado dos auditorías posteriores, concluyendo que “cuando los ciudadanos o extranjeros locales desaprueban una decisión política tomada en elecciones libres y justas, el único recurso legítimo es honrar la decisión, cooperar siempre que sea posible, y promover futuros cambios de liderazgo a través de medios democráticos”.

Asimismo, el periodista norteamericano Keane Bhatt escribió en el sitio North American Congress on Latin America, que una referencia para datos inexactos sobre Latinoamérica es justamente Mary Anastasia O’Grady, quien escribe “mentiras a menudo hilarantes”, con artículos “completamente desligado de la realidad, aunque arrogantemente y bien segura de sí misma”. Allí cita cómo después de que la dirigente estudiantil chilena Camila Vallejo se refiriera en buenos términos a Fidel Castro, O’Grady señaló que era un “títere de Fidel Castro” y que “su popularidad se hundió”, sin hacer referencia a encuesta alguna.

Otro periodista norteamericano, Phillip Cryan, residió un año y medio en Colombia para estudiar la situación política de ese país. Por eso, se horrorizó a leer un artículo que O’Grady escribió sobre este país. En su repuesta, titulada “le lente paranoica del Wall Street Journal en Latinoamérica” señaló el déficit en la cobertura sobre América latina de la mayoría de los periodistas, aunque remarcó que “las distorsiones de O’Grady se diferencian de estos sesgos. Ellas tienen un propósito y son consistentes y sistemáticas”. Para el caso de Colombia, señaló que la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), “una organización muy respetada” dirigió una carta al director del Journal manifestando “falsedades y exageraciones de O’Grady”, y rememoró otra columna de 2002 que contenía “una pregunta histérica: ¿Está Fidel Castro elaborando virus en los laboratorios cubanos para entregárselos a los fundamentalistas islámicos?”.

Para Cryan, “Todas las posiciones de O’Grady parecen derivadas de un modelo simple y cada vez más irrelevante: el anticomunismo ferviente. No importa que ya hayan pasado quince años desde que cayó el Muro de Berlín. En la paranoia de O’Grady, anacrónica – francamente patética–, si alguien no llena su estructura, o bien es un comunista o bien un desafortunado ingenuo manipulado por los astutos y poderosos Rojos”..

19/01/14 Miradas al Sur

lunes, 20 de enero de 2014

Todo lo que usted siempre quiso saber sobre Ariel Sharon y nunca se animó a preguntar

Las colonias judías en Palestina tienen muchos padres fundadores pero Sharon fue el primero y el más influyente, envenenando la democracia israelí y condenando al sionismo a su actual rol de colonizador irreverente.
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Por Ezequiel Kopel
Mientras vivía exiliado en Israel, durante la última dictadura militar argentina, Jacobo Timmerman entrevistó al entonces ministro de Defensa israelí Ariel Sharon y luego del encuentro lo calificó como “el hombre que quiere convertir Israel en la Prusia de Medio Oriente”.
Aunque murió el pasado 11 de enero, la verdad es que su persona abandonó este mundo hace ya 8 años producto de un ataque cardíaco que lo dejó en coma desde ese momento. Mientras la DAIA (Delegación de  Asociaciones Israelitas Argentinas) lo despidió llamándolo “un hombre de paz”, su legado no puede estar más alejado de increíble afirmación: la mayor herencia de su vida militar y política fue su personal rediseño del conflicto palestino-israelí a fuerza de un fiero unilateralismo y cruenta violencia. En una zona -Medio Oriente- donde encontrar un hombre de paz al estilo de Gandhi o Luther King es tan difícil como toparse con una ballena en el desierto,  Sharon no fue la excepción a esa regla, como tampoco lo fueron Yasser Arafat ni Yitzhak Rabin, pero la diferencia con estos últimos radica en que Sharon -a pesar de los obituarios y las notas de recordación- nunca cambió, jamás dio vuelta el timón y siempre fue fiel a la máxima que rigió su vida hasta el último de sus días: negar al otro  e imponer sus propios deseos a base de la fuerza .
El fallecido exprimer ministro israelí nunca creyó en una realidad “negociada” con su enemigos, ya sean palestinos, libaneses o egipcios. Fue el mejor alumno del unilateralismo israelí que aprendió en sus días de soldado. Repasemos un poco de historia, no tan reciente, que define quién fue y cómo vivió realmente Ariel Sharon. Como comandante y creador del célebre comando militar “Unidad 101”  (encargados de operar detrás de las líneas enemigas y autores de numerosos crímenes de guerra tal como lo admitieron algunos de sus propios miembros), encabezó una operación de represalia en la ciudad palestina de Qibya, en ese momento ocupada por Jordania, luego de que una mujer israelí fuera asesinada junto a sus dos hijos presuntamente por infiltradores jordanos. La orden impuesta - y escrita-  por Sharon a sus subordinados fue atacar el poblado de Qibya y producir “la mayor cantidad de muertes y daños a la propiedad”. El resultado: 69 muertos, de los cuales dos tercios eran mujeres y niños, la mayoría  sepultados al ser dinamitadas sus casas con ellos dentro. La justificación pública de Sharon fue tanto disparatada como extremadamente cruda: los soldados no se habían dado cuenta que había gente adentro de las viviendas cuando volaron por los aires. Esta no sería ni la primera ni la  última de las mentiras de un militar a quien el periodista israelí Uzi Benzimam calificó como una máquina de dar “golpes de castigo”.
Tres años después, durante la Guerra del Sinai contra Egipto, Sharon guió una brigada de paracaidistas a una innecesaria batalla en el Paso de Mitla, en territorio egipcio. A pesar de que nunca recibió autorización para el ataque de parte de sus superiores, Sharon los convenció de la necesidad de mandar una patrulla de reconocimiento a la zona. Sin embargo, no sólo no cumplió con lo prometido sino que envió un batallón entero. El resultado: 38 paracaidistas muertos en vano en un choque sin ningún tipo de relevancia estratégica.
Previo a la Guerra de los Seis Días, en 1967, mientras los líderes políticos israelíes debatían -a contramano de los deseos del alto mando militar- si era conveniente entrar en guerra con Egipto luego de que este país cerrara el paso a los barcos israelíes en el Estrecho de Tiran, a Sharon se le ocurrió que la mejor forma de materializar el conflicto era llevar a cabo un golpe de estado militar en Israel  y se lo propuso al jefe del Ejército de aquel entonces, Yitzhak Rabin. La propuesta ni siquiera fue discutida por los jefes militares y el mismísimo Sharon no fue enjuiciado ni ejecutado por traición como lo exige la ley. En cambio, poco después, ascendió al puesto de jefe del Comando Sur, a cargo de la vigilancia del  borde con Egipto. En enero de 1972, ya en pleno ejercicio de esta función, Sharon expulsó a miles de beduinos del noreste de  la recientemente conquistada península del Sinai. Su objetivo era preparar ese territorio para el establecimiento de colonias judías en el territorio nuevamente adquirido. Una comisión israelí –secreta- de investigación reprimió a  Sharon por “exceso de autoridad”. Calificación que lo definiría por el resto de su vida.
En 1973 renunció al Ejército (al no ser elegido jefe del mismo) pero regresó, momentáneamente, a fines de ese mismo año a su antiguo puesto de General cuando Egipto, con la intención de recuperar los territorios perdidos en 1967, atacó a Israel, desatándose la Guerra de Yom Kippur. Críticos y aliados coinciden de que en dicho conflicto pudo verse el genio militar de Sharon quien cruzó el Canal de Suez para rodear al tercer cuerpo del ejército egipcio por detrás y  obligar a las líneas enemigas a suplicar por un cese al fuego. Esta acción no fue diferente a las anteriores y tampoco contó con el beneplácito de sus superiores, a quienes no les quedó más opción que guardar silencio al ver lo efectivo de la medida, sumándose a las voces periodísticas de alabanza del general israelí al que se calificó por ese tiempo como “Ariel Sharon, rey de Israel”.
Ya como civil, en 1974, Sharon participó de forma activa en el establecimiento de Elon Moreh, primer asentamiento religioso del movimiento fundamentalista Gush Emunim en la Cisjordania ocupada. Las colonias judías en Palestina tienen muchos padres fundadores pero Sharon fue el primero y el más influyente, envenenando la democracia israelí y condenando al sionismo a su actual rol de colonizador irreverente. Sin lugar a dudas no hay proceso que haya causado mayor daño a la imagen de Israel ante  los ojos del mundo que el desarrollo de los asentamientos israelíes en territorio conquistado.
En 1977, cuando el partido derechista Likud de la mano de Menachem Begin ascendió al poder remplazando al Laborismo, de tendencia socialista, el autodenominado de “rey de Israel” fue nombrado ministro de Agricultura. En su flamante cargo duplicó los asentamientos israelíes en Cisjordania y en la Franja de Gaza y fue el autor del controversial plan “un millón de judíos a Judea y Samaria (nombre con el cual  los israelíes denominan Cisjordania)”. Actualmente viven en esa zona 400 mil colonos, es decir casi la mitad de su plan. También, en su calidad de ministro, votó contra  la firma del tratado de paz con Egipto en 1979, que igual se llevó adelante, terminando así con un conflicto de treinta años.
En 1981 llegaría su hora como ministro de Defensa y Sharon se propuso terminar de una vez por todas con la Organización de Liberación Palestina (OLP) y su idea de un Estado palestino. Con la excusa de llevar seguridad al norte de Israel en 1982, Sharon convenció a Begin de la necesidad de atacar al liderazgo palestino y sus bases que se encontraba alojado en el Líbano. La promesa del Ministro de Defensa fue crear una zona de seguridad de cuarenta kilómetros desde el borde norte de Israel, no entrar a Beirut, no enfrentar a las tropas sirias que ocupaban ese país y replegarse a los pocos días. La realidad fue todo lo contrario: la invasión provocó el nacimiento del movimiento chiita contra la ocupación israelí, el Hezbollah, desestabilizando el norte de Israel hasta el día de hoy. Israel invadió Beirut, se enfrentó con los sirios y continuó en el Líbano por el transcurso de 18 años.
Ese mismo año llegaría la hora fatídica para el “rey de Israel” con la masacre producida en  los campos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila (de 1000 a 2000 muertos). Mientras a la opinión pública de Israel se intentó inculcar que la matanza fue obra de cristianos maronitas contra musulmanes palestinos -hecho técnicamente cierto- la realidad fue mucho más compleja como lo dictaminó una comisión de investigación israelí conformada para investigar el hecho: el ejército israelí ocupó la zona de Beirut Oeste donde ocurrió la masacre (en clara violación al cese al fuego acordado con Estados Unidos), autorizó el ingreso de los “falangistas” cristianos al campo de refugiados (que buscaban vengarse del asesinato de su líder Bashir Guemayel días antes) iluminando desde el cielo su entrada y falló en su compromiso de proteger a la población civil ocupada. La Comisión concluyó que Ariel Sharon era  indirectamente responsable de  la masacre al aprobar el ingreso de las milicias cristianas y debía renunciar a su puesto, quedando incapacitado para ocupar la cartera de defensa por el resto de su vida. En un principio el ministro de Defensa descalificó a la Comisión -el único en un gabinete de 17 personas- pero luego de una masiva marcha de protesta de 400 mil israelíes no tuvo alternativa y debió dejar su puesto. A pesar de todo, continuó en el gabinete como ministro sin cartera.
En 1984 fue nombrado ministro de Industria y Comercio, posición que ocupó hasta 1990. En septiembre de 1987, Jacobo Timmerman publicó una nota en el diario español El País donde relataba un discurso que Sharon pronunció ante empresarios israelíes, que lo ovacionaron de pie. El mismo decía: “Cien mil obreros palestinos ingresan todos los días a Israel desde los territorios ocupados, a los que deben retornar al concluir sus labores. Salarios bajos, cero de protección sindical, cero de servicios sociales. La venta de productos israelíes a los territorios ocupados deja un beneficio de 500 millones de dólares anuales, reduciendo en un 20% el déficit comercial de Israel. Si algún imaginativo pequeño industrial palestino, mediante una fórmula heredada de su abuelo, fabrica chocolate en forma artesanal y vende su producción en pocas y pequeñas poblaciones israelíes, la Oficina de Control de Calidad sabe cómo clausurar la operación. Sólo el monopolio Elite (israelí) podrá vender chocolate. Si otro palestino emprendedor comienza a producir lácteos en Ramallah para vender a sus vecinos, los tres grandes conglomerados (Tnuva, Stranss y Yotvata) saben que Ariel Sharon restablecerá el orden en el mercado”.
Con la entrada de la década de los 90, Ariel Sharon cambiaría de puesto  para asumir la cartera de Vivienda y Construcción. Desde allí concentraría toda la actividad del ministerio en enviar millones de shekels (moneda israelí) a existentes y nuevos asentamientos israelíes en territorios ocupados y crearía un conglomerado de rutas para unirlos con centros urbanos de población israelíes como Tel Aviv o Jerusalem. Además, pobló las colonias con nuevos inmigrantes de la reciente desmembrada Unión Soviética –que en su mayoría ignoraban que los asentamientos son considerados ilegales por la comunidad internacional-.
El reconocido periodista israelí Akiva Eldar relató por estos días una anécdota de 1992, meses previos a que se iniciara las conversaciones de paz con los palestinos y el Likud abandonara el gobierno, en  la cual Sharon lo había invitado a recorrer determinados colonias junto a él. Apuntando con su dedo los techos de numerosas viviendas y las rutas que los conectaban, Sharon le dijo: “Usted seguro se preguntará cuál es el motivo de crear pequeños asentamientos en la punta de cada cerro y no agruparlos todos juntos en uno solo. La dispersión de los mismos tienen como intención prevenir que cualquier gobierno israelí en el futuro esté impedido de volver a los antiguos bordes y evitar la formación de un Estado palestino.
Ya fuera del gobierno, se convirtió en un encarnizado opositor a los acuerdos de paz firmados entre israelíes y palestinos en 1993, encabezando la campaña de incitación y desprestigio a Yitzhak Rabin, al punto de acusar al asesinado primer ministro de “volverse loco”.  En 1999 se convertiría en líder de la oposición y desde ese lugar realizaría una provocativa visita, un año después, al Monte del Templo o Haram Al Sharif (lugar santo tanto para judíos como musulmanes) en un momento donde el por entonces primer ministro israelí Ehud Barak trataba de revivir las conversaciones por el establecimiento de un Estado palestino con Yasser Arafat. Al ascender al Monte del Templo (donde se encuentran el Domo de la Roca y la mezquita de Al Aqsa), y escoltado por cientos de policías armados, Sharon dijo: “El Monte del Temple está en nuestras manos y seguirá en nuestras manos. Es el mayor sitio sagrado para el judaísmo y es el derecho de cualquier judío visitarlo cuando desee”. Al día siguiente, una masiva ola de protesta palestina se desencadenó  tanto en Israel como en los territorios ocupados y la Segunda Intifada comenzaba, la misma “intifada” que el mismo Sharon suprimiría violentamente, dejando miles de muertos. El portavoz de Ariel Sharon, Ra’anan Gissin  admitiría la verdad de la controversial visita  en una entrevista al Jerusalem Post diez años más tarde: “Era un momento muy sensible al fin de Ramadán. Yo le dije que la situación en Cisjordania estaba muy tensa y que se estaba planeando algo en el Monte del Templo. Sharon sabía que su visita  serviría como excusa pero él quería demostrar, de forma inequívoca, que no iba a dar el brazo a torcer con la división de Jerusalem. La visita cambió su carrera política y fue una movida decisiva para posicionarlo como un gran líder y una jugada definitiva para ser primer ministro”.  Meses más tarde, el mismo hombre al que se le había prohibido volver al ministerio de Defensa de por vida, era elegido la autoridad máxima del Estado de Israel.
En 2002, mientras los movimientos de resistencia palestinos realizaban atentados suicidas a diario dentro de Israel, Sharon ordenó destruir casi en su totalidad a la Autoridad Palestina y reocupar sus ciudades, casi destruyendo para siempre los Acuerdos de Oslo firmados en 1993 (que establecían un tipo limitado de autonomía palestina a la cual el mismo Sharon se había opuesto de forma vehemente en su momento).
En 2004 el primer ministro Ariel Sharon realizaría lo que muchos aún hoy consideran un giro radical en su política al anunciarle, mediante una carta al presidente estadounidense  George W. Bush, su “plan de desconexión”,  que consistió en abandonar la Franja de Gaza y destruir las colonias y bases militares israelíes que se encontraban allí, aunque sin abandonar el control de las fronteras aéreas y marítimas, argumentando que “no existe un socio palestino con el cual avanzar pacíficamente hacia un acuerdo.
Muchos militantes y políticos de izquierda israelíes y del mundo quisieron ver con este plan a un nuevo Sharon pero el viejo Ariel siempre fue el mismo. La  pregunta es si los que cambiaron no fueron los otros al apoyar un plan que negaba a los palestinos como interlocutores válidos para decidir su propio destino. Si a alguien le queda alguna duda de las verdaderas intenciones de Sharon cabe escuchar las palabras de su más importante asesor político, Dov Weisglass, en una entrevista al diario Haaretz: “El significado del Plan de Desconexión es congelar el proceso de paz y cuando se congela el proceso de paz, se previene el establecimiento de un Estado palestino, la discusión sobre sus fronteras, los refugiados y Jerusalem”.
Lo único cierto es que la  meta del gobierno de Sharon fue la “guerra contra el terror”. No hubo negociaciones de paz con los palestinos, pues las mismas requerían algún tipo de compromiso y eso para el “rey de Israel” significaba algo peor que una enfermedad mortal. De esta manera, rechazó de plano cualquier acercamiento hacia la paz, ya sea la Iniciativa de paz Árabe de 2002 -que le ofrecía a Israel el reconocimiento y normalización con los 22 miembros de la Liga Árabe- o el Mapa de Ruta de 2003 –que, apoyado por las Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia, proponían la creación de un Estado palestino si se terminaba la violencia de ambas partes- .
Ariel Sharon sólo creyó en la fuerza como motor de la historia, nunca estuvo convencido en la resolución del conflicto sino en la posibilidad de contenerlo. Y hasta el último de sus días fue el unilateralista por excelencia de todo Medio Oriente como bien lo plasmó con el más caro, grande e influyente proyecto de construcción de toda la historia de Israel: el Muro de Separación, que recorre 700 kilómetros dividiendo los grandes centros de población israelíes de los territorios ocupados palestinos anexando parte de ellos.

Báez: “(De Angeli) es el mismo personaje que invitaba a quemar el trigo”

El ministro entrerriano Pedro Báez disparó contra las patronales agrarias que se manifestaron en la ruta 14. Afirmó que la nueva ley tributaria exime del pago de ingresos brutos a quienes facturan menos de cuatro millones de pesos al año. Críticas a De Angeli.
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El ministro de Cultura y Comunicación de Entre Ríos, Pedro Báez, se refirió a la protesta de dirigentes agropecuarios en la Autovía Nacional 14. Los calificó como “símbolo de la Argentina decadente y sumisa que quedó atrás”. “Sueñan con un país para pocos”, dijo y en relación a la participación del senador Alfredo De Ángeli se preguntó “si es el mismo personaje que invitaba a quemar el trigo en la puerta de la Casa de Gobierno”.
“Los representantes del sector agropecuario mienten cuando dicen que se afecta a pequeños productores; la ley que votó la legislatura exime del pago de Ingresos Brutos a los que facturen menos de 4 millones de pesos anualmente”.
Dijo que la reforma que impone el tributo “a la actividad primaria (que se paga actualmente en otras provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba) es para quienes sobrepasen esa cifra”.
“Estos dirigentes gremiales están acostumbrados a mentir reiteradamente. Quieren imponer que son los únicos que pagan impuestos, cuando en realidad se creó un fondo para la seguridad social dónde todos los sectores tendrán que contribuir de acuerdo a su capacidad patrimonial”, dijo Báez y agregó: “Yo me pregunto si quien factura 4 millones al año no puede poner 40 mil pesos para que los maestros, policías, trabajadores de salud tengan mejores sueldos; este gobierno definió muy claramente que los que más tienen deben pagar más y en ese sentido marcha la reforma tributaria”.
En relación a la participación del senador Alfredo De Ángeli, quien en las últimas horas manifestó a un medio nacional su deseo de gobernar la provincia, el ministro afirmó: “Yo quisiera saber si De Ángeli es el mismo personaje que invitaba a quemar el trigo antes que venderlo, porque ahora que el Gobierno autorizó la exportación del cereal sale a hacer gataflorismo diciendo que no alcanza. Lo vimos todos diciendo que mejor era quemarlo antes que venderlo, después diciendo que no había que sembrar trigo y ahora está enojado porque no pueden exportarlo; repito: es una sucesión de mentiras y posturas mediáticas para llamar la atención a ver si lo llaman de algún canal de televisión”.
Así se refirió en relación a la autorización para la liberación de 1,5 millones de toneladas de trigo para la exportación, anunciadas por el ministro de Economía, Axel Kicilof, en tramos de 500.000 toneladas, en función del resguardo del consumo interno estimado entre 6 y 7 millones de toneladas y ante una cosecha total de entre 9 y 10 millones de toneladas.
Erogaciones del Estado
Sobre Ley 10.270 que impone Ingresos Brutos a la actividad primaria y a la industria, Pedro Báez comentó que “en la Legislatura quedó explícito el espíritu de la norma para la creación de un esquema sustentable de la seguridad social, para afrontar mayores erogaciones en salud, educación, seguridad y otros rubros. Sería bueno que el Senador Nacional nos explique cómo se afrontan mayores gastos sin aumentar los impuestos” señaló.
“A pesar de las quejas de los dirigentes agropecuarios no veo que se estén liquidando las propiedades rurales; al contrario aumentó la producción nacional de granos, mejoró el consumo de carnes a 64 kilos per cápita al año, la venta de vehículos batió records en Entre Ríos, por lo que no vamos a entrar en la lógica de estos personajes que son el símbolo de la Argentina decadente y sumisa que quedó atrás. Son los que sueñan un país para pocos, se quedaron parados en ‘el granero del mundo’ y nosotros creemos en otro país, más abierto, más inclusivo, más complejo también pero apasionante por todos los desafíos que nos restan cumplir”, finalizó.
La CTA cruzo a las patronales
“La resistencia por parte de un sector acomodado de la sociedad a pagar los impuestos que corresponden para sostener los servicios del estado comunes a todos los ciudadanos es una actitud inadmisible ante la que los gremios estatales no vamos a permanecer neutrales”, dijo Luís Gálligo, el secretario general de la CTA Entre Ríos, ante la movilización realizada por los ruralistas contra la reforma impositiva del gobierno y que ralentizó el tráfico sobre la Autovía 14 justo el día de recambio turístico.
Para el dirigente “en ningún caso pueden tomarse medidas que mediante un formato perverso provocan un daño enorme a todos los empresarios y trabajadores que viven del turismo, ya que si alguien experimentó estar en la ruta varias horas a paso de hombre seguramente el año entrante no vendrá, eso es algo verdaderamente inaudito que merece el repudio social” expresó el dirigente en un comunicado enviado a Página Política.
“La reforma que impuso el gobierno tomando como referencia las propuestas gremiales buscan garantizar la prestación de los servicios públicos esenciales en Entre Ríos”, fundamentó Gálligo.
Y agregó: “Es arto conocido que los retoques en los impuestos se dieron en el inmobiliario que es un impuesto que se paga sobre valores fiscales irrisorios que en modo alguno han seguido el incremento en el valor de la tierra. Así, cualquiera de esos señores que protestan están parados sobre un patrimonio real de tres o cuatro millones de dólares el que menos tiene. Entonces aquí no hay nada que discutir”, finalizó el secretario general de CTA.
Fuente: Página Política.

La poesía de Juan Gelman y la construcción de una memoria colectiva

La intervención poética de Juan Gelman en uno de los debates estéticos más importantes del siglo, a propósito de Carta Abierta.

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Por Victoria Palacios
La formulación de Theodor Adorno, ¿cómo escribir después de Auschwitz?, abre una polémica que cada tanto se renueva: ¿cómo nombrar el horror que las dictaduras latinoamericanas impusieron sobre el cuerpo social? Su abordaje, por parte de la poesía, viene a saldar la paradoja de la representabilidad de lo irrepresentable o de la imposibilidad de  transferir una experiencia del horror en un esquema necesariamente clásico, por ser mimético en la construcción de una metodología “aplicada”. La palabra poética, en su articulación polisémica inherente, se resiste a los sentidos únicos (y uniformadores) de  la  lengua, pero también de los discursos disciplinarios borrando sus fronteras. En el marco del dolor y la pérdida, la poesía no oculta los mecanismos del horror, los exhibe para mostrar su culpabilidad o los invierte a través de distintos procedimientos. Este lugar privilegiado de la poesía como espacio de resistencia frente a la imposibilidad de nombrar, tiene a Juan Gelman como su mayor exponente:
“A pesar de los genocidas, la lengua permanece, sortea sus agujeros, el horror que no puede nombrar. El ser humano creó las lenguas y hace cosas que ellas no pueden nombrar. El ser humano está dentro y fuera de la lengua. La poesía, lengua calcinada, tuvo que padecer en nuestro Sur discursos mortíferos, tuvo que atravesarlos y no salió indemne, pero sí más rica. Es que la poesía es un movimiento hacia el Otro, busca ocupar un espacio que en el Otro no existe. Pero, ¿cómo hacer olvidar a la lengua su ayer manchado de espanto? ¿Cómo cicatriza la lengua olvidando su ayer? [1].
Se podría pensar en esta formulación como el punto de partida para indagar en ciertos procedimientos que se vinculan con la construcción de una memoria colectiva, como mecanismos de repliegue, saturación y develación de verdades silenciadas durante la represión,  o intraducibles dado por la cercanía histórica, el duelo y la conmoción. En este sentido Carta abierta [2] es representativa de una voz casi agónica, un intento de desnudar la insuficiencia del lenguaje para nombrar el dolor de la pérdida que nunca termina, que no deja de marcar una ausencia:
Carta Abierta (fragmentos)
XVII
no quiero otra noticia sino vos/
cualquiera otra es migajita donde
se muere de hambre la memoria/cava
para seguir buscándote/se vuelve

loca de oscuridad/fuega su perra/
arde a pedazos/mira tu mirar
ausente/espejo donde no me veo/
azogás esta sombra/crepitás/

sudo de frío cuando creo oír/
te/helado de amor yago en la mitad
mía de vos/no acabo de acabar/
es claramente entiendo que no entiendo


XIX
¿qué otro trabajo tenés/amor/sino
amar? /¿mirando con ojos del alma? /
¿desapartando sombras para ver
lo que amás? /¿laceración
o brillo/o bestia de dolor? /¿o lumbre
que ilumina una cuna de esperar? /
¿quién habrá de mecer a la solita?

Todos los experimentos gelmanianos con la lengua -cuyo libro Cólera Buey, resulta fundacional- e instaurados durante el “período exiliar” están ahí enlazados en el reconocimiento de una lengua calcinada compartida. En cada pliegue, y saturación de un procedimiento, en cada nuevo giro/retorcer de la lengua, se hace visible la vinculación directa de la lengua con la demarcación de lo ausente. Reaparece el uso del diminutivo, la creación de neologismos, el uso de la interrogación directa encadenada y de la barra gráfica (ya inaugurada en Hechos), para instalar una cadencia distinta,  que le permite a la voz del poeta acercarse, ponerse en “situación”, en el “cuerpo” del otro intentando reconstruir una percepción posible para ese otro que pregunta (sueño grande de vos/¿quién me lo pone?/¿hablás así contra la pena/como arrancándote el alma?/¿me apretás con tu amor?/¿escondido?/¿te subís a cada sol?/¿cada luna?/¿pasando alto en el aire?/¿solo?/¿desasido?/ …) hasta concluir en una pregunta culminantemente dramática, en ese contexto,  como puede ser “¿solo?”; “¿desasido?”.
En el orden de la etimología “memoria” es la posibilidad de ex-tender un presente al pasado,  una con-tinuidad mancomunada. En el terreno de la poesía podríamos pensar en “voces” distintas  de una tradición,  “memoria” introduce la mirada del sujeto como aquel que recuerda, aquel que retoma en su acción un registro físico de la historia, registro físico que se asocia al corazón, como el órgano privilegiado de la poesía por su naturaleza rítmica, y en otro orden de implicaciones etimológicas, al diafragma, a la respiración, y su vinculación con el territorio en situación. Derrida dirá: la poesía se aprende de memoria, como el pulso del corazón, no en una vinculación fisiológica sino como dictado. Otorgando, en su repetición, privilegio a la musicalidad, como el punto de eclosión de todos los saberes, una experiencia que no puede ser anclada en el orden sintagmático del discurso. Esta dis-con-tinuidad es lo que el poeta percibe con doloroso dramatismo, “¿desasido?”, que reforzado semánticamente en un nuevo pliegue a “¿solo?”, expone la imposibilidad de disponer de un registro común. En Carta XVII el poeta “cava” “para seguir buscando”, la memoria está muerta de hambre, vuelve a reiterar el procedimiento, a pasar por las mismas zonas hasta dar con el espejo, que nunca refleja nada. Así, como el olvido, es la instalación de una ausencia como hueco, como zona letal (de Letheo podríamos seguir), de disociación de fragmentos, restos, de lo que una vez pudo ser un “orden del discurso”, esa ruptura remite siempre a un pasado, en el que las partes (o lexemas) aparentemente desvinculadas entre sí conformaron una sintaxis, materializada en el cuerpo textual a través de despliegues semánticos complejos, paradigmáticos y por eso profundos. De ahí, que la dictadura no sólo implementó un régimen de terror sobre los cuerpos, sino también sobre los discursos. Desplazó ciertos significados en un proceso de vaciamiento del Estado Nación, como espacio de reunión de un territorio y una identidad. Y más allá, articulando una prohibición implícita, impidiendo decir, enunciar, lo que podría ser castigado en el futuro en la figura del “desaparecido”.
La exposición e inversión de estos mecanismos, aplicados sobre el discurso y su indagación dolorosa, constituyen  los materiales teóricos de la poética de Gelman, esto es: la creencia vital en la poesía como transformadora del discurso en su vinculación con la experiencia.
Notas:
1 - En el discurso con el que recibió el Premio Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe el 26 de noviembre de 2000. En http://www.lainsignia.org/2000/noviembre/cul_057.htm (20 de julio de 2005).
2 - Carta abierta, está dedicada a su hijo Marcelo Ariel y puede considerarse una de las indagaciones más intensas sobre el dolor. Compuesta por veinticinco poemas escritos en enero de 1980, el destinatario ausente marca el pulso del libro, así como una parte importante de la producción de Gelman, al tiempo que establece una relación singular con el hijo, convertido en “padre de su padre”: “¿me despadrás para despadecerme?”. De esta forma, se transformará en “árbol de la vida”, al invertir la figura del árbol genealógico, produciendo, según Dalmaroni, una “constelación móvil de confusiones, que opera siempre en torno de la identidad, para descomponer sus formas aceptables e inventar morfologías contraculturales de la subjetividad y sintaxis sociales utópicas”. Junto a estos elementos, hay que apuntar también la importancia en Carta abierta del intertexto sanjuanista, que supone la puesta en acto de una teoría del dolor, y de una teoría de la memoria, es decir, con “una concepción del alma en la que la tensión entre memoria y esperanza –y también espera y desesperación– viene a ocupar un lugar central”  según aporta Geneviève Fabry, en: María Angeles Perez López, Ese oficio ardiente llamado poesía, vol. I / pp. 7-111 (105 páginas) / Ediciones Universidad de Salamanca-Patrimonio Nacional / 2005
 
La poesía de Juan Gelman y la construcción de una memoria colectiva
      

“En estos últimos diez años hay una recuperación incesante del poder adquisitivo del salario"

El jefe de Gabinete Jorge Capitanich manifestó esta mañana que “la evolución del poder adquisitivo del salario se ha incrementado en un 72% entre el año 2003 y el 2013 aun tomando en cuenta las estimaciones más pesimistas sobre el índice de precios al consumidor”.
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Jorge Capitanich aseguró en su ronda de prensa habitual que “a partir de indicadores y estimaciones oficiales como el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y no oficiales como las mediciones del Congreso o las de la consultora privada Bein y Asociados, se desprende que el crecimiento del poder adquisitivo del salario fue positivo aún en los peores escenarios”.
En este sentido, analizó que "el crecimiento promedio interanual de los precios para el año 2013 alcanzaría al 22,8%. En cambio, si se tiene en cuenta los datos del IPC “Congreso” el incremento proyectado de los precios para todo el 2013 llegaría al 25,1%. Frente a estos valores el incremento de los salarios vinculados a convenios colectivos de trabajo da como resultado una variación interanual promedio del 25,5%".
El Jefe de Gabinete afirmó además que "siete sectores específicos lograron, al menos, duplicar el salario real durante los últimos diez años, entre los cuales se encuentran: construcción (con un aumento del salario real del 98%), comercio (un 99% de aumento) y transporte de pasajeros (101%). En este grupo se destaca especialmente el sector de transporte de cargas – vinculado directamente al convenio de camioneros – que presentó el mayor crecimiento salarial de las actividades evaluadas: + 142%".
Finalmente, en el encuentro que mantuvo esta mañana con la prensa en Casa de Gobierno, Capitanich aseguró que “en estos últimos diez años hay una recuperación incesante del poder adquisitivo del salario de los trabajadores, independientemente de los indicadores que se puedan tomar”.