lunes, 10 de junio de 2013
La televisión, por Horacio González III
Lanata
Por eso la discusión de Lanata es que puede tener pruebas, cada uno pensará lo que sea, de ninguna manera me gusta un personaje como Lázaro Baez, desde ya lo quiero decir. Pero lo que propone Lanata es algo que de alguna manera los pueblos reclaman ante la globalización. Primero: ésta globalización nos permite pensar en una única cosa, que en la China podemos criticar productos chinos, esa moladora que antes venía de EEUU era mejor que la que ahora viene de China pero que cuesta la mitad. Podemos criticar esas cosas de China, que es un país de la globalización, aquello que el marxismo previó en el siglo XIX pero bajo otras formas de mercado y otras formas de producción. Entonces, en ese sentido, las finanzas son abstractas, son circulaciones que se registran electrónicamente, lo que llamaríamos corrupción desde el punto de vista de los excedentes monetarios y legales, se lo representa como una valija rebosante de dólares como en las historietas del tío de Patoruzú o una novela gótica que son todos géneros muy antiguos, satisfacen una necesidad de probarse porque el mundo se hizo tan abstracto, la economía se hizo tan abstracta que los economistas ante la televisión sienten la necesidad de divulgar. Se divulgan las matemáticas, bien, Paenza lo hace bien, pero no son las matemáticas de Euclides, son otras matemáticas pasadas por la televisión, Pigna hace una divulgación de la historia, creo que lo hace con respeto, pero ya no es el historiador solo porque la televisión le va pidiendo médicos, historiadores, Cormillot divulga las formas de adelgazar, ante lo hacían grandes magos, hechiceros, alquimistas, visitas secretas y particulares. La televisión nos abriga a todos a que seamos divulgadores de algo que existió antes o que existe para ciertos especialistas que podemos convocarlos para que nos esclarezcan pero cuando el doctor empieza a esclarecer “no, no va, usted habla difícil”, entonces viene el divulgador. Y en ese sentido la divulgación de la corrupción ¿qué sería?: elementos concretos, físicos, elementos que han sido dibujados por ciertos dibujantes de todo el mundo, lo que representan en la simbología de lo que podríamos llamar en nuestro inconsciente la caja fuerte, la caja fuerte es un personaje central en la vida financiera pero quién usa caja fuerte hoy.
El dinero es un dinero electrónico, no hay nada mas invisible que el dinero, triunfó la profecía de Marx del fetichismo de la mercancía que está representado por el dinero que es computable en grandes maquinarias de cómputos que no se ven nunca en ningún lugar. No es la máquina con la que la chica de la ventanilla cuenta los billetes, es algo que tiene otro lenguaje, ese lenguaje es un lenguaje de signos, es un lenguaje de signos electrónicos, es un lenguaje de una profunda abstracción, la economía se ha vuelto mucho más abstracta que nunca, el poder es totalmente abstracto, si alguien que es invisible con un botón que no sabemos dónde está, en qué lugar del Pentágono puede destruir una ciudad en Libia, entonces eso es una abstracción y las abstracciones permiten pensar. Por eso las abstracciones permiten pensar lo que es el mundo pero enormes partes de la población a las que le gusta la globalización porque hay maquinarias nuevas que apuntan a hacer de la vida domiciliaria, incluso amorosa, nótense que el diario La Nación le dicen cuantas posiciones sexuales hay, en primera página. De algún modo hay un público que viene de estratos antiguos, vienen de las batallas del Peloponeso el público real, porque la mente humana es muy plástica pero al mismo tiempo tiene registros retóricos muy antiguos, entonces es preciso representar con algo concreto la corrupción.
Cómo se representaría el flujo financiero, cómo habla un personaje de la familia Roca de Techint con su sucursal en Denver o en un condado de Lichenstein, con qué lenguaje habla, no lo sabemos bien, con qué teléfono habla, con qué tipo de registro simbólico intercambia mercancía, eso no lo sabemos. Pero una caja fuerte, una bóveda, una bóveda es un elemento trascendental de las novelas de terror, si en una bóveda encierra un osario y además encierra dólares, tenemos todo dicho respecto a la aniquilación de un momento histórico de un país. Qué estábamos pensando, que era la liberación nacional si estaba la bóveda, son elementos muy contundentes y hacen honor a lo que la televisión viene a traer que es la gran visualización del mundo. Si la televisión diría, no, esto no lo podemos visualizar. Todo tiene que ser visualizable, si dijera esta transacción entre una empresa como Techint y su casa matriz que ahora está en Lichenstein, ya no está en Argentina a pesar de ser una empresa italo-argentina, entonces como hacen para mostrar eso, eso es una desesperación de la televisión, no todo es mostrable. El mostrar al presidente Mujica comiendo un chorizo en la esquina de su casa lleva a la no demostración de lo que es efectivamente el mundo de la globalización. Que es un mundo del cual la televisión emerge, pero no puede mostrar sus más íntimos elementos. Que es dónde se toma la decisión efectiva de torturar, como se tortura en Guantánamo, eso no lo sabemos, porque no lo muestra Tinelli, por qué no lo muestra Lanata. Porque ellos tampoco lo saben y si lo supieran, lo más probable es que no les interesaría porque efectivamente el contrato, el pacto del público con la televisión no es que te muestre eso.
La televisión, por Horacio González II
Publicamos la participación de González en el Congreso de Cultura, donde disertó sobre tiempos televisivos, Lanata, justicia mediática, y nuevos golpismos, entre tantas otras cosas.
Fútbol televisado
Hay otro texto que les recuerdo es de Lacan que se llama Televisión, precisamente, donde también se da en la televisión, acá nunca se ha producido todavía esa situación donde se vaya a criticar a la televisión en su lenguaje con otro lenguaje que la televisión admite, porque la televisión admite todo. Como bien decía Oscar Landi que fue un gran estudioso de la televisión, la televisión puede encuadrar todo, incluso su propia crítica hecha desde el punto de vista del mundo intelectual, que es lo último que la televisión no ha confiscado enteramente. Por ejemplo, el futbol está muy confiscado por la televisión, las reglas siguen siendo más o menos las mismas pero el fútbol tiene que respetar los tiempos de la televisión. El verdadero espectador de fútbol es el espectador televisivo, por eso fue tan interesante esa escena del hincha de fútbol que frente al televisor se agarraba los pelos, quería romper el televisor, estaba representando al hincha virulento que no es que esté en extinción en el mundo porque si se acaba ese tipo de hincha se acaba el fútbol también. Pero ahora está representado en un mundo doméstico, y es posible que un hijo filme a este personaje y ese personaje se haga famoso como un hincha virulento, un verdadero hincha poseído por los dioses, por la amargura de la pérdida del sentido de su vida por un gol en contra, pero en el living de su casa. Entonces, en realidad aunque la gente sigue yendo a los estadios, las reglas del futbol no han cambiando íntegramente, pero el futbol es largo, dura 90 minutos, 45 minutos y 45 minutos, es un tiempo en que la televisión tiene que justificar la publicidad, etc. Por ahí, en algún momento futuro puede chocar la temporalidad del futbol que es una temporalidad interesante, no es la temporalidad del futbol algo fijo, algunos genios de la inversión de reglas inventaron la definición por penales y eso extiende el partido como si fuera la Atenas antigua, donde se jugaba a la pelota horas enteras y donde se representaba una obra de teatro durante horas y horas, terminaba y empezaba otra vez. Una definición por penales de verdad puede arruinar el fútbol porque el penal se convierte en la única forma de la dinámica del fútbol donde, al mismo tiempo, puede extender de una manera inadecuada el tiempo de la televisión.
La televisión, por Horacio González
Publicamos la participación de González en el Congreso de Cultura, donde disertó sobre tiempos televisivos, Lanata, justicia mediática, y nuevos golpismos, entre tantas otras cosas.
¿Qué es la televisión?
Yo no conocía este texto de Raymond Williams (La Televisión), que es un gran crítico marxista. En realidad, en Argentina estos textos de Raymond Williams –no éste-, sobre todo los de crítica literaria son muy consultados en todas las carreras de Letras. Este párrafo que acaba de leer Romero es muy avanzado para la reflexión de los años '70 en relación a qué hace la televisión con la lengua, con el ejercicio de la política, con la voluntad cognitiva sin más, con la voluntad cognitiva del humano. ¿Qué viene a ser la televisión? ¿Qué tipo de organismo cultural, visual, estético, político, lingüístico puede condensar la televisión? Porque todas esas dimensiones están en ella. Cuando hablamos, sentimos que la televisión habla como nosotros, cuando tenemos un horizonte de sentimientos de los más diversos y los más oscuros, sentimos que la televisión también los tiene. Sentimos y no sentimos que la televisión es algo que pertenece al rango de lo humano, al rango de lo pensable humano. Puesto que es una realización de las más altas tecnologías de la época, no la consideramos participe eminente del mundo humano. Pero como es una continuación de la lengua tenemos la incomodidad de definir qué es este aparato de las grandes tecnologías que también supone una continuidad con el mundo humano.
La televisión ha sido muy criticada, la seguimos criticando quienes la vemos, no es habitual entregarse totalmente a la lógica de la televisión, cualquiera que ésta sea. Si podemos intentaremos definirla, porque así como sospechamos que la televisión es una continuación de lo humano lingüístico, tal vez sospechamos que nuestra vida pertenece a una esfera de la libertades y autonomías que no necesariamente está en la televisión. Por eso la vemos, somos televisivos, somos de algún modo personajes de la tecnología televisiva contemporánea pero al mismo tiempo no estamos entregados a ella.
Este tipo de crítica, a partir de la de Raymond Williams, tuvo muchas otras expresiones importantes en la crítica a las culturas dominantes. En realidad provenían de pensamientos avanzados de centro izquierda, pensamientos de vanguardia, pensamientos culturales que diría de la intranquilidad de la época, que pensaban que la televisión era un fuerte aparato de confiscación de las experiencias y de los relatos que tienen la pertinencia de ser relatos y experiencias personales. En este caso, también se pensaba que era una mala heredera del cine, que no era la continuidad del cine, que podía convivir con el cine y con la radio, pero que no era la superación ni del cine ni de la radio. Hay una crítica de Pierre Bourdieu que yo sigo con placer y se llama igual a la de Raymond Williams: La televisión. La crítica la hace en un programa de televisión, lo invitan especialmente a realizar esa crítica, en dos programas de una hora cada uno. Es decir, la televisión suponía querer demostrar que la crítica a su modelo de tiempo, a su modelo de tiempo restringido, a su modelo de comprensibilidad, que es un modelo de comprensibilidad sumario y a veces brutal desde el punto de vista de la síntesis o de los agrupamientos cacofónicos que se ve obligada a hacer, precisamente para cumplir con un horizonte de temporalidad muy estricto, es el horizonte del capitalismo. No hay nada más parecido a la plusvalía capitalista que la plusvalía del tiempo televisivo que está representada por miles y miles de trabajadores: cameraman, el que pone el micrófono, el maquillador, etc. Son todas tecnologías que vienen del cine y el teatro, y del circo, la televisión si es heredera de algo es más del circo que de cualquier otra cosa.
GB
“Es muy difícil que un artista pueda intervenir en el campo popular sin la mediación de formas políticas”
Entrevista al crítico y escritor Ricardo Piglia acerca de las relaciones entre literatura y realidad política.
Por Luciana Sousa
El crítico, escritor y docente, Ricardo Piglia brindó el miércoles 22 de mayo una charla en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, invitado por el Movimiento Universitario Evita. Ante más de 200 personas, el escritor reivindicó el espacio universitario como espacio político, y sugirió que de allí tendrían que impulsarse las medidas innovadoras en el campo literario. Insistió en que la disputa política está hoy vinculada estrechamente al uso de las nuevas tecnologías y a las posibilidades que brindan los nuevos medios de comunicación e información. “Si hubiésemos tenido esta democratización de medios y tecnología durante la dictadura, no hubiese habido 30.000 desaparecidos. Les hubiese costado muchísimo esconder lo que estaba pasando”, afirmó.
Previo a la charla, Piglia charló con Agencia Paco Urondo.
APU: ¿Existe la posibilidad de hacer una literatura que interpele al campo popular? ¿Qué tipo de género funcionaría?
Ricardo Piglia: Yo creo que sí. Hay mucha tradición aquí de literatura que ha trabajado con esas cuestiones y ha tratado de llegar a ese público. Yo tengo la sensación de que esos caminos son mejores si uno trabaja con la no ficción. Creo que las historias de vida, la posibilidad de que el campo popular encuentre su voz, que Walsh lo abrió, y muchos con él, es más eficaz, más directo. Se puede hacer colectivamente: un grupo puede acercarse a una villa a buscar una historia de vida. Mientras que en una novela, o mediante tradiciones más elaboradas, con lecturas menos directas, son siempre más difíciles. Es difícil que vos encuentres una novela que pueda hacerlo: si vos la encontrás, voy a ir a escribir una igual. Pero va a ser difícil que la encuentres, porque ha habido novelas de denuncia y demás pero han circulado en espacios muy cerrados.
Mi perspectiva es que sería interesante llevar adelante, utilizando todos los medios nuevos, formas nuevas de acercamiento y divulgación de experiencias de vida.
AGENCIA PACO URONDO: Siempre en el marco del realismo.
RP: Yo creo que eso va a ser mucho más eficaz. Me parece mucho más complejo, mucho más difícil lograr que eso pueda canalizar en una ficción, porque la ficción supone un tipo de lector particular. Las tecnologías nuevas nos permiten formas que todavía están abiertas. Y hay experiencias que se podrían tomar como base: la experiencia de los soviéticos en los años 20 que desarrollaron toda una serie de textos por ese lado. Ellos la llamaban “literatura fáctica”, que es la literatura del hecho. Ellos decían “para qué hacer una novela sobre una fabrica ideal si podemos ir a una fábrica y hacer esa novela, sobre la base de la realidad”. Esa es para mí la perspectiva, y creo que es la tarea que hay que proponer desde aquí (la universidad), a través de los estudiantes de letras. Ellos tendrían que ser los que promoverán e incentivaran a este tipo de experiencias.
AGENCIA PACO URONDO: A partir de la entrevista aquella que le hiciera a Rodolfo Walsh, ¿qué variaciones cree que se fueron dando entre la militancia y la literatura?
Walsh en aquel momento decía que no se puede hacer literatura aislado de la política. Él tenía una respuesta, él estaba haciendo en ese momento el periódico de la CGT. Y ahí él publicaba como folletín ¿Quién mató a Rosendo? que era su investigación sobre un delito del ámbito sindical. Él se ocupaba de que estuviera muy bien escrito y la gente que trabajaba con él era muy buena. En ese contexto volvemos a lo que yo decía antes.
Quizás hoy hemos pasado esa etapa de reflujo, hemos pasado a una etapa de desarrollo y de auge, y siempre ha sido la etapa de desarrollo y de auge la que ha impulsado a los intelectuales. Cada experiencia que puedan ver, desde Tucumán arde, la experiencia de los plásticos; la película de Solanas, La hora de los hornos; las experiencias de teatro en villas de Briski; han sido posibles porque había un contexto social de movilización que permitía que los artistas se acercaran y establecieran esas conexiones. Es muy difícil que por sí mismo un escritor o un artista puedan intervenir en el campo popular sin la mediación de formas políticas desarrolladas en esos campos. La militancia ayuda porque crea espacios dentro de los cuales es posible realizar trabajos artísticos “de agitación y propaganda” como decían los rusos. El problema después es con qué medios realizarlo, como discutíamos antes, y me parece que es una cuestión que aquí, en la Universidad, deberíamos discutir: con qué técnica se llevaría a la práctica este trabajo artístico.
GB
Capitalismo y bancocracia Bemoles de la globalización financiera Por Alejandrto Horowicz
Los grandes bancos fueron eximidos de la quiebra pese a haber sido rescatados con fondos de toda la sociedad.
“Sin regulación e intervención estatales apropiadas, los mercados no conducen a la eficiencia económica”.
Joseph Stiglitz
Desde el comienzo de la crisis financiera global, hace ya un largo lustro, los responsables no preocupan a nadie, no fueron penalizados, y nada hace pensar que la punición los alcanzará en un futuro próximo. Las devastadoras consecuencias de un episodio que terminó siendo el pórtico de la crisis económica más importante de la historia del capitalismo, no sólo no rozó a los dueños de los bancos, ni siquiera puso en entredicho la política que la hizo posible. Salvo genéricas declaraciones como las del G-20, organismo que convoca a las economías más potentes del globo, sobre cuya eficacia práctica dejaremos caer un manto de piedad, la política que llevó a la crisis no se ha modificado ni mínimamente. Los mismos hacen exactamente lo mismo, ante la mirada atónita de los ciudadanos europeos, poniendo en entredicho el complejo maridaje entre democracia y capitalismo en el mundo entero.
Un estudio realizado por Stefania Vitali, James B. Glattfelder y Stefano Battistones, difundido por New Scientist, demostró que un pequeño grupo de 147 empresas, encabezado por los grandes bancos, ejerce un poder decisivo sobre la economía global. El trabajo observó 43 mil empresas transnacionales, y estableció que 1318 representan el 60% de los ingresos mundiales. Las 147 empresas (menos del 1%) del privilegiado pelotón controlan el 40% de la riqueza. Esa no era la situación que se registraba antes de la caída del Muro de Berlín, en 1989.
La crisis del '30 impuso por primera vez un exigente sistema de regulación pública de la banca privada. La Ley Glass-Steagall, sancionada en el año 1933 como respuesta a los excesos de la Gran Depresión, marcó la separación de la banca comercial y la banca de inversión. Durante el gobierno de Ronald Reagan la Ley Garn-St Germain de 1982 redujo sustancialmente las restricciones, pero durante la presidencia de Bill Clinton, en 1999, se derogó totalmente la Ley Glass-Steagall, permitiendo a partir de allí la actividad integrada de la banca.
El limitadísimo intento de Barak Obama por volver a separar banca comercial de banca de inversión fue exitosamente resistido por el lobby bancario, y la bancocracia no sólo no ha visto disminuido su poder, sino que podríamos decir, sin incurrir en excesivas simplificaciones, que nunca ha sido mayor.
Paul Krugman sostiene que la llamada "banca a la sombra", que era de escasa significación hasta los años '90, en 2007 emerge con una dimensión superior al sistema financiero tradicional. La política llevada a cabo, los famosos préstamos hipotecarios sub prime, préstamos que no contaban con adecuadas garantías, facilitaron el fulminante desarrollo de una burbuja financiera.
Vale la pena explicarlo. La relación entre la economía real y los papelitos que la representan –títulos, bonos y billetes– requiere para la teoría económica una adecuada relación. Por cierto existen diferentes aproximaciones conceptuales para tan complejo problema, desde la cuadrada que plantea una relación fija y dura de 1 a 1, para impedir la "sífilis inflacionaria", hasta la neokeynesiana que asume la necesariedad de un cierto nivel de inflación para sostener el crecimiento. Ahora bien, no hay ninguna teoría que sostenga la posibilidad que entre la economía real y sus representaciones monetarias pueda existir una relación que, según algunos expertos, llegaría a ser de 30 a 1.
En rigor de verdad, la desregulación Clinton modificó la estructura del poder global. No sólo confiscó la capacidad de control de la Reserva Federal hasta volverla sencillamente teórica, sino que además puso fin al monopolio de emisión monetaria del Estado. La privatización, de algún modo hay que llamarla, hizo que el sistema financiero a través de la emisión apalancada de títulos pudiera expandirse sine die.
Por cierto esa "fantasía" se topó con una dura realidad material, y la cadena de quiebras bancarias en los EE UU obligó al gobierno a intervenir. El valor de las acciones bancarias tocó su piso histórico, y la Reserva Federal se vio obligada a utilizar más de 750 mil millones de dólares públicos para rescatar a la banca privada. Joseph Stiglitz sostuvo que el proceso de salvataje no se limitó a los bancos, comprendió a sus accionistas materializando "la transferencia de riqueza más gigantesca del mundo, a lo largo de la historia del planeta, nunca tantos dieron tanto dinero a tan pocos y tan ricos sin pedirles nada a cambio".
El argumento era simple: el derrumbe del sistema financiero tenía para la sociedad global la implicancia de una catástrofe. Debemos admitir que era cierto. Pero una cosa es defender los bancos y otra defender a sus propietarios, y en este caso ex profeso una cosa se volvió la otra. Me explico. Al adquirir los bancos a su valor de mercado, al inyectarles ingentes cantidades de fondos públicos, los bancos cambiaban de dueño. Era una nacionalización del sistema financiero, y la vieja gerencia no sólo no tenía por qué continuar a cargo del manejo del crédito –después de todo su incapacidad quedaba más allá de la duda razonable– sino que la política crediticia podía ser modificada sin siquiera consultarlos. El crédito podía ponerse al servicio de la producción y el consumo.
Dicho con sencillez, se podía evitar que la crisis financiera, crisis que hasta ese momento no había afectado a la producción, se transformara en crisis productiva, y terminara deteniendo la economía global. Esa decisión estuvo a cargo del gobierno de Obama, y teniendo todos los instrumentos para tomarla no lo hizo. No sólo no cambió la dirección del sistema financiero, sino que facilitó su "saneamiento" mediante operaciones contables, y la Reserva Federal terminó colonizada por los dueños del sistema financiero.
UNA LECTURA POLÍTICA. Volvamos al inicio. Los grandes bancos –salvo Lehman Brothers, contra cuyos directivos no se conocen reclamos patrimoniales en sede judicial– fueron eximidos de la quiebra o liquidación pese a haber sido rescatados con fondos aportados por toda la sociedad. Y sin embargo, las víctimas no exigen el debido resarcimiento. Sostiene Stiglitz que se produce un compromiso entre los bancos y el gobierno norteamericano. Pagan una fuerte multa sin admitir ni negar su culpabilidad y "prometen no hacer nada parecido". Bien visto se trata de un arreglo muy conveniente… para los bancos; el costo de la multa, en relación a sus exorbitantes ganancias y sus siniestros efectos, no guarda la debida proporción, y al no admitir su culpabilidad, no se puede utilizar esa prueba en las demandas privadas. Y reconoce Stiglitz: "Los bancos saben que la mayoría de sus víctimas no tienen los recursos legales suficientes como para enfrentarse a ellos sin la ayuda del gobierno."
Eso no es todo, explica Alejandro Drucaroff Aguiar, en Daños en la contratación bancaria: "Los responsables señalados, tanto las entidades como sus directivos, gozan de impunidad –es decir, no reciben la pena o sanción pecuniaria que les correspondería a causa de su conducta– porque su poder es tal que los efectos de las leyes no pueden alcanzarlos. Quedan en suma colocados por encima de lo jurídico a cuyas reglas resultan, en definitiva, inmunes." Es decir, la impunidad inicial deviene inmunidad sistémica.
Por eso las investigaciones locales sobre lavado de dinero en la Argentina oscilan entre la más ingenua de las lecturas (casos excepcionales de violación de la ley) y la complicidad voluntaria, gratuita o venal con el sistema; es que en un orden donde los paraísos fiscales son parte del funcionamiento normal, el lavado de dinero no es un acontecimiento extraordinario. Y la idea de cumplimiento de la ley, de igualdad ante la ley, para los poderosos globales, tiende a volverse una encantadora teoría sin contrapartida. La bancocracia gobierna el mundo, sus integrantes no pueden ser penalizados, por el momento nadie dispone de suficiente poder político para tal cosa, por tanto no pueden sino ser "inocentes".
10/06/13 Tiempo Argentino
EDWARD SNOWDEN, EX TECNICO DE LA CIA, DIJO QUE EL FILTRO INFORMACION SOBRE EL MONITOREO DE LLAMADAS Y DE SITIOS WEB Reveló el espionaje de EE.UU. y pedirá asilo
Al gobierno de Barack Obama le llueven críticas por sus programas de monitoreo de llamadas telefónicas.
Imagen: AFP
“Tengo la intención de pedir asilo a cualquier país que crea en la libertad de expresión y se oponga a que la privacidad global sea la víctima”, declaró el joven que fue la fuente del diario The Guardian.
Edward Snowden, un ex técnico de la CIA que trabajó como consultor para la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) de Estados Unidos, se hizo responsable por las recientes filtraciones sobre el espionaje norteamericano. Según divulgó ayer el diario The Guardian, el joven estadounidense de 29 años trabajó durante cuatro años para la NSA como empleado de varias compañías adjudicatarias de contratos de defensa, la última de ellas Booz Allen Hamilton, desde la que tuvo acceso a la información secreta. “Tengo la intención de pedir asilo a cualquier país que crea en la libertad de expresión y se oponga a que la privacidad global sea la víctima”, indicó el joven, que se encuentra actualmente en Hong Kong, en una entrevista con el diario The Washington Post, dando cuenta de que piensa buscar asilo.
Snowden estuvo una década relacionado con la inteligencia estadounidense, primero como ingeniero informático de la CIA, asentado en Ginebra, y después como consultor en varias empresas externas de defensa que colaboran con la NSA, según reveló él mismo al diario británico. The Guardian aclaró que había decidido difundir la identidad del joven por deseo expreso de Snowden, quien cree que no ha hecho nada malo y no tiene miedo a lo que pueda ocurrirle, pese al juicio contra el soldado Bradley Manning, fuente de las filtraciones de Wikileaks y que es juzgado actualmente por una corte militar. “Quiero que el centro de atención sea sobre los documentos y el debate que espero que genere entre los ciudadanos de todo el globo sobre el tipo de mundo en el que quieren vivir”, apuntó el topo en declaraciones publicadas por The Guardian en su sitio web. “Mi única motivación es informar al público de lo que han hecho en su nombre y lo que se hace en su contra”, agregó. Snowden se encuentra actualmente en Hong Kong, adonde viajó el 20 de mayo después de abandonar su trabajo como consultor de la NSA en Hawai, una vez recolectada la información y copiados los documentos ahora divulgados.
Por otra parte, el coordinador de los servicios secretos de Estados Unidos, James Clapper, pidió al Departamento de Justicia abrir una investigación penal sobre las filtraciones con respecto a los programas de vigilancia electrónica, informó ayer la cadena NBC. “Para mí es literalmente desgarrador ver lo que está sucediendo, por el enorme daño que hace a nuestras capacidades de inteligencia”, dijo Clapper en un extracto de una entrevista con la cadena de televisión. La vigilancia electrónica es una herramienta clave para seguir protegiendo la seguridad de la nación, sostuvo.
El funcionario dijo entender las preocupaciones de la opinión pública con respecto a la invasión de la privacidad y las libertades civiles, pero dijo que mucho de lo que la gente está viendo y leyendo en los medios está bastante exagerado. “El debate sobre los programas es un arma de doble filo, porque nuestros adversarios se benefician de esa misma transparencia”, dijo. “Así que mientras nosotros hablamos, ellos van a la escuela y aprenden cómo se hace. Es por eso por lo que puede hacer un gran daño a nuestras capacidades de inteligencia”, advirtió.
Según la información de prensa, el servicio secreto estadounidense NSA reunió masivamente datos de usuarios de grandes empresas de Internet, como Facebook, Google, Apple, Microsoft y Yahoo! Estas empresas, por su parte, negaron haber facilitado el acceso directo a sus sistemas a las autoridades norteamericanas. Los periódicos estadounidense y británico The Washington Post y The Guardian publicaron varias páginas con gráficos de una presentación interna del NSA, que muestran el flujo de informaciones a esa agencia en el marco de “Prism”. De la presentación se puede inferir que la reunión de datos fue ampliada cada vez a más empresas de Internet.
Clapper dijo que no puede dar todos los detalles sobre el programa o corregir la información equivocada del artículo sin revelar información clasificada, pero indicó que desea disipar algunos de los mitos alrededor de los esfuerzos de las agencias de inteligencia. El documento de tres páginas explica, entre otras cuestiones, que con el programa secreto estadounidense “Prism” para la vigilancia en Internet no se reunieron datos sin avisar a las empresas implicadas.
“No es un programa de recolección de datos secretos sino un sistema informático interno del gobierno”, quiso aclarar Clapper. En el comunicado no ofreció detalles sobre el tipo de información reunida, pero indicó que se detectaron, por ejemplo, planes de organizaciones terroristas.
Además, legisladores demócratas y republicanos se sumaron a la polémica y pidieron más transparencia para que el público conozca las directrices que gobiernan los programas de ciberespionaje. En una entrevista con la CNN, el senador demócrata por Colorado, Mark Udall, dijo que su principal preocupación es que los estadounidenses no conocen hasta qué punto están siendo vigilados. Y opinó que el gobierno debe explicar a la opinión pública los dos programas de obtención de registros telefónicos y de acceso a información de servidores de empresas de Internet.
El senador no cree que la obtención de los registros telefónicos de estadounidenses, que incluyen números de teléfono, duración de llamadas o localización, sirva para detener ningún complot terrorista. El senador republicano Rand Paul dijo al canal Fox News que baraja denunciar ante el Tribunal Supremo el programa de control telefónico, por la posibilidad de que invada la privacidad de estadounidenses y vulnere la Constitución. La cuarta enmienda de la Carta Magna de Estados Unidos protege a los ciudadanos de investigaciones y aprehensiones arbitrarias o abusivas del Estado.
10/06/13 Página|12
Colombia y la OTAN Por Atilio A. Boron *
El anuncio del presidente Juan Manuel Santos de que “durante este mes de junio suscribirá un acuerdo de cooperación con la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) para mostrar su disposición de ingresar a ella” ha causado una previsible conmoción en Latinoamérica. Justificó la novedad diciendo que Colombia tiene derecho a “pensar en grande”, diciendo que “si logramos esa paz” –refiriéndose a las conversaciones en curso con las FARC en Cuba, con el aval de este país, Noruega y Venezuela– “nuestro ejército estará en la mejor posición para poder distinguirse también a nivel internacional”. Para ello nada mejor que asociarse a la OTAN, una organización sobre la cual pesan innumerables crímenes de todo tipo perpetrados en la propia Europa (bombardeo a la ex Yugoslavia), a Irak, a Libia y ahora en Siria, por su colaboración con los terroristas que han tomado a ese país por asalto.
Hasta ahora el único “aliado extra OTAN” latinoamericano había sido la Argentina, que obtuvo ese deshonroso status durante los nefastos años de Menem, luego de participar en la Primera Guerra del Golfo (1991-1992). El status de “aliado extra OTAN” fue creado en 1989 por el Congreso de los Estados Unidos como un mecanismo para robustecer y legitimar sus incesantes aventuras militares con un aura de “consenso multilateral” que en realidad no tienen. Esta incorporación de los aliados extrarregionales de la OTAN es hija de la transformación de las fuerzas armadas de los Estados Unidos desde un ejército preparado para librar guerras en territorios acotados a una legión imperial que, con sus bases militares de distinto tipo (más de mil en todo el planeta), sus fuerzas regulares, sus unidades de “despliegue rápido” y el creciente ejército de “contratistas” (vulgo: mercenarios) necesita estar preparada para intervenir en pocas horas para defender los intereses estadounidenses en cualquier punto caliente del planeta. Con su decisión, Santos se pone al servicio de tan funesto proyecto.
A diferencia de la Argentina (que en 2012 afortunadamente perdió el status de “aliada extra OTAN”), el caso colombiano es muy especial porque desde hace décadas recibe un muy importante apoyo económico y militar de Estados Unidos, de lejos el mayor de los países del área. Cuando Santos declara su vocación de proyectarse sobre el “mundo entero”, lo que esto significa es su voluntad para convertirse en cómplice de Washington, para movilizar sus bien pertrechadas fuerzas más allá del territorio colombiano y para intervenir en los países que el imperio procura desestabilizar. Y no es un secreto para nadie que la primera en esa lista no es otra que Venezuela. La pretensión de la derecha colombiana ha sido convertirse, especialmente a partir de la presidencia del narcopolítico Alvaro Uribe Vélez, en la “Israel de América latina”, erigiéndose, con el respaldo de la OTAN, en el gendarme regional del área para agredir a vecinos que tengan la osadía de oponerse a los designios imperiales. Claro que ante el rechazo que suscitaron aquellas declaraciones, Santos tuvo que ordenar a su ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, que aclarase que lo que se buscaba con la OTAN era “un acuerdo de cooperación para tres temas específicos: derechos humanos, justicia militar y educación a las tropas”. ¡Pobre Colombia, si acude a una organización criminal como la OTAN para ser instruida en esas materias!
Con su decisión, Santos también pone irresponsablemente en entredicho la marcha de las conversaciones de paz con las FARC en La Habana, asestando un duro golpe a las expectativas de los colombianos que desde hace décadas quieren poner fin al conflicto armado. ¿Cómo podrían confiar los guerrilleros colombianos en un gobierno que no cesa de acentuar su vocación injerencista y militarista, ahora potenciada por su pretendida alianza con una organización de tintes tan delictivos como la OTAN? Por otra parte, esta decisión no puede sino debilitar los procesos de integración y unificación supranacional en curso en América latina y el Caribe. ¿Qué hará ahora la Unasur y cómo podrá actuar el Consejo de Defensa Suramericano cuyo mandato es consolidar a nuestra región como una zona de paz, libre de la presencia de armas nucleares o de destrucción masiva y para lo cual se requiere construir una política de defensa común y fortalecer la cooperación regional en ese campo? El presidente Evo Morales ha solicitado una reunión de urgencia de la Unasur para tratar el tema, pero sin el decidido apoyo de Argentina y Brasil tal cosa difícilmente podrá prosperar.
Es indiscutible que detrás de esta decisión del presidente colombiano se encuentra la mano de Washington, que convirtió a la OTAN en un dispositivo bélico de alcance mundial, rebasando con creces el perímetro del Atlántico Norte. No menos evidente fue la directiva de Obama en el sentido de impulsar, poco después de lanzada la Alianza del Pacífico –una tentativa de resucitar el ALCA con otro nombre–, la provocadora reunión de Santos con el líder golpista venezolano Henrique Capriles. Similar maniobra se percibe ahora, dadas las graves implicaciones geopolíticas que tiene esa iniciativa al tensar la cuerda de las relaciones colombo-venezolanas; amenazar a sus vecinos y precipitar el aumento del gasto militar en la región; debilitar a la Unasur y la Celac; alinearse con Gran Bretaña en el diferendo con la Argentina por las Malvinas, dado que esa es la postura oficial de la OTAN. Y quien menciona esta organización no puede sino recordar que, como concuerdan todos los especialistas, el nervio y músculo de la OTAN los aporta Estados Unidos y no los otros Estados miembro, reducidos al triste papel de simples peones del mandamás imperial. En suma: una nueva vuelta de tuerca de la contraofensiva imperialista que sólo podrá ser rechazada si se combinan la masiva movilización de los pueblos y la enérgica respuesta de los gobiernos genuinamente democráticos de la región, algo que apenas se ha insinuado en estas horas. Esa será una de las pruebas de fuego que unos y otros deberán enfrentar las próximas semanas.
* Director del Pled, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.
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