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Acusan a misionera estadounidense en Uganda por la muerte de un centenar de niños
Por Gerardo Fernández
Luego de haber viajado, vivido y trabajado en Uganda, en lo profundo del continente africano, Renee Bach se encuentra en aprietos.
A esta mujer de 35 años que fungía como misionera y enfermera dedicada a la salvación de niños desnutridos en una clínica de ese país se le acusa de operar una organización sin fines de lucro a través de un centro médico sin autorizaciones de las autoridades, lo que condujo “a la muerte de cientos de niños”, según un reporte de NBC News.
A Bach se le vio durante años con un estetoscopio y una bata blanca asistiendo a los enfermos, e incluso en medio de intervenciones médicas delicadas.
Pero nadie llegó a imaginar que la mujer originaria de Bedford, Virginia, nunca había estudiado para ser enfermera y que sus conocimientos en cuidados infantiles eran precarios.
Ahora dos de las madres de los más de cien niños que perdieron la vida en ese centro médico acaban de cursar una denuncia contra esta mujer.
Bach había visitado el país siendo una adolescente y en 2009 regresó para montar su propia organización benéfica exenta de impuestos, Serving His Children (SHC), centrada en combatir la desnutrición en la ciudad oriental de Jinja.
Aunque ella misma ha admitido que 119 niños murieron en sus instalaciones entre 2010 y diciembre de 2018, Bach se defiende con el argumento de que la organización que fundó tenía más de un 96% de “tasa de éxito” en el tratamiento de niños desnutridos.
“Se cometieron errores y se aprendieron lecciones, pero los errores y las lecciones de la vida nunca causaron daño a ninguna persona”, enfatizó en un correo electrónico al medio de prensa.
“Sabía que no estaba preparada”
“Yo sabía que no estaba preparada, pero ella tenía esta presencia que uno llegaba a creer que sí sabía", declaró un exvoluntario de su organización benéfica.
Bach, por su parte, aseguró que tenía “entrenamiento médico laico” y un certificado de RCP, pero no un título médico. También dijo que se había sacado su diploma de bachillerato estudiando en su casa.
“Nunca asumí intencionalmente la posición de tratar las enfermedades de los niños ni de involucrarme médicamente. Estaba allí —y no voy a culpar a ninguna otra persona—, pero había situaciones que me obligaban a actuar. No lo hice por elección”, dijo.
Sin embargo, según ex voluntarios de su organización benéfica y los documentos obtenidos por NBC News, en el período 2009-2015 la mujer estuvo muy involucrada en el cuidado de niños muy enfermos, algunos de los cuales murieron.
Además de por los fallecimientos, a Bach se le acusa de haber convencido a decenas de madres para que sacaran a sus niños de los hospitales del gobierno y los llevaran a Serving His Children, en el este de Uganda.
Tanto Bach como SHC están siendo demandados en un tribunal civil por las madres de dos menores que fallecieron respectivamente en julio de 2013 y en enero de 2018.
Los abogados de estas mujeres alegan que Bach operaba un centro médico ilegal que provocó estas dos muertes y otras más, superando la cifra de los cien fallecimientos. Las madres se enteraron de que Bach no poseía la capacitación médica adecuada cuando ya era demasiado tarde para sus hijos.
Women’s Probono Initiative, un grupo de defensa que brinda a las mujeres servicios legales gratuitos, se está ocupando de la acusación, centrada en que Bach repare los daños y que su centro médico sea clausurado.
Tanto Bach como su abogado insisten en que Serving His Children no es responsable de estas muertes. Uno de los menores fallecidos, Elijah, había sido rechazado en SHC porque no estaba desnutrido. La implicada dice incluso que su programa refirió a su madre a las instalaciones apropiadas, pero que la mujer decidió no ir.
“Ella eligió irse a casa”, apuntó Bach.
“Me imagino que, como madre, podría sentir algo de arrepentimiento y que está buscando a alguien a quien culpar —agregó—. Pero realmente no tengo mucho más que decirle, porque no estábamos involucrados”.
En cuanto a la segunda muerte, Bach recuerda que no se encontraba en Uganda en el momento en que el menor fue internado.
Sin supervisión
Según los documentos del proceso judicial, SHC se registró localmente en 2010 como una organización comunitaria y como una ONG en 2011. Este último registro le permitía “llevar a cabo actividades en los campos de la promoción del evangelismo, proporcionar bienestar a los necesitados, y empoderar a las familias y los necesitados con medios de ingresos sostenibles”.
Bach ha sostenido que creía que la misión de su organización era lo suficientemente amplia como para abarcar tanto la atención médica como la educación, y que nunca nadie le aconsejó que modificara su registro.
Una licencia de salud ocupacional obtenida en marzo de 2014 justificaría no pocas de las intervenciones de esta organización en materia de salud.
Mientras, los abogados de la implicada reconocieron que la mujer “ayudó” a las enfermeras en algunos casos, pero niegan que haya tratado a los menores mencionados en la acción legal.
“Estas acusaciones son claramente falsas y obvian que 3.600 niños malnutridos se han recuperado gracias a la atención y al tratamiento brindados por SHC”, concluyeron.
Con 2,2 millones de menores de cinco años con retraso en el crecimiento —según la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID— y otros 300,000 demasiado delgados para su estatura, todo por culpa de la desnutrición, este flagelo es responsable del 45% de las muertes infantiles en Uganda.
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