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Indignación en EEUU: policías a caballo llevan a un indigente esposado y atado con una cuerda
La imagen de un hombre afroamericano con las manos esposadas y atado a una cuerda que es conducido por policías montados a caballo, ha causado indignación en la opinión pública.
La Policía de Galveston, la ciudad texana donde sucedió el incidente, ha recibido duras críticas tras salir a la luz la fotografía en redes sociales, por considerar que se trata de un acto que degrada al individuo arrestado y tiene ominosas evocaciones a prácticas de racismo y represión institucionalizadas.
El detenido, Donald Neely, de 43 años, fue arrestado por la Policía de Galveston el pasado sábado por cargos de ingresar sin autorización en propiedad privada. De acuerdo a declaraciones a la televisora ABC13 realizadas por la hermana del detenido, Neely es un indigente que padece enfermedad mental.
"Imagínese revisar Facebook y ver a un ser querido siendo escoltado a pie hasta la cárcel por dos oficiales a caballo, con las manos esposadas en la espalda y atado con una cuerda", escribió Christin Neely en Facebook.
"En 2019????", continuó. ¡Fue tratado como un animal exhibido por las calles por dos incompetentes!".
Y, según información de la televisora KHOU11, al parecer los oficiales conocían a Neeley y éste había sido advertido en varias ocasiones de no entrar sin autorización a propiedad ajena.
No se ha clarificado lo que Neeley hizo para ser arrestado.
Las redes sociales reaccionaron con consternación cuando se reveló esa foto, y se reprochó que Neeley recibiera semejante trato inhumano. “Ni siquiera a un perro se le hace eso”, dijo una ciudadana a ABC13.
Las reacciones incluyeron acusaciones de racismo y deshumanización y señalamientos de que ese trato evoca “dolorosas imágenes de cazadores de esclavos africanos fugitivos”.
El jefe del Departamento de Policía de Galveston, Vernon Hale, emitió un comunicado en el que le pide disculpas a Neeley por el trato recibido y por la “vergüenza innecesaria”.
Con todo no queda claro si alude a la vergüenza que sufrió Neeley o a la de su departamento policial por la acción de sus oficiales, ni tampoco, en su caso, cuál sería una “vergüenza necesaria”.
Hale afirma que los dos policías a caballo tuvieron un “juicio pobre” al reaccionar en la citada situación y que debieron haber esperado en el lugar a que llegara un transporte a recoger a Neeley en vez de llevarlo a pie y atado de la manera descrita mientras ellos seguían a caballo rumbo a su base.
Y aunque Hale añade que esa forma de conducir detenidos puede ser apropiada en algunos escenarios, no lo fue en el caso de Neeley y, por ello, reconoce que se provocó “una percepción negativa” y determinó que “es apropiado suspender el uso de esa técnica” de transporte de personas durante arrestos.
Según Hale, los policías montados no tuvieron intención maliciosa al conducir a Neely de esa manera y todo fue una decisión carente de juicio, pero muchos de quienes han criticado este hecho sí han considerado la actitud de esos oficiales de raza blanca contra un afroamericano como racista. Muchos se preguntan si lo habrían hecho si el acusado fue un hombre blanco.
Que Neeley fuese además un indigente afectado de sus facultades mentales añade a la noción de abuso que se cometió contra él.
Con todo, más allá del cambio de procedimiento en la conducción de detenidos citada por Hale, de acuerdo a CBS News no se ha hecho mención de acción disciplinaria en contra de los oficiales implicados.
Y tampoco es claro cuál es la condición de Neely tras haber sido arrestado y conducido de esa manera ni si se ha hecho algo para tratar de asistirlo, dada su indigencia y sus enfermedades mentales.
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