A los faltantes de drogas para el VIH se sumaron irregularidades severas en la provisión de métodos anticonceptivos. El plan para ocultar la crisis.
Noelia Barral Grigera
2 de agosto de 2019 09:08 hs
nbg@cenital.com @nbg__
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Salud no tuvo la misma suerte que agroindustria. La Secretaría, que no volverá por el momento a tener rango de Ministerio, atraviesa un período crítico y se convirtió en la dependencia oficial que más está sufriendo el recorte presupuestario impuesto por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Consecuencia de ello, hace meses es irregular la provisión de vacunas, en las últimas semanas falta también medicación para el VIH y ,además, la última novedad: faltan anticonceptivos de provisión gratuita que la Secretaría tiene la obligación de proveer a provincias y municipios.
Según fuentes del organismo, de dos ministerios de Salud provinciales, de sindicatos y de ONGs que trabajan con salud reproductiva, los faltantes vienen desde hace algunas semanas y llegaron a su punto críticos estos días. La Secretaría ya prácticamente no tiene stock de pastillas anticonceptivas ni de inyectables mensuales ni de anticonceptivos hormonales de emergencia (conocidos como "la pastilla del día después") ni de preservativos. Esto último es doblemente grave porque, además de ser un método para evitar embarazos no deseados, los preservativos también previenen la propagación de enfermedades de transmisión sexual.
La información fue revelada el martes por la noche en C5N y ratificada un día más tarde por la Fundación Huésped, a propósito de la denuncia por faltantes en la provisión de Darunavir/r, una de las drogas que se utilizan para tratar el VIH. ¿Por qué polémica? Porque voceros oficiosos y oficiales pretendieron instalar que el faltante no era tal debido a que, por un lado, apareció una donación del Laboratorio Richmond para cubrir la urgencia; y por otro, a los pacientes del sistema público les fue reemplazado el medicamento faltante por la triple combinación de EFV/TDF/FTC. Aun así, el Darunavir/r falta en el sistema público, y por lo bajo, funcionarios y trabajadores de Salud admiten que no se trató de una falla ni una demora administrativa ocasional, sino de un modus operandi.
Tal como advirtió Huésped y ratificaron las fuentes consultadas para esta nota, "el faltante ocasional de medicamentos para el VIH, así como también de vacunas y de métodos anticonceptivos, es una situación que se ha repetido durante esta gestión de gobierno". La ONG remarcó algo más: dado que tanto la epidemia de VIH como los programas para prevención del embarazo adolescente y de vacunación son estables y vienen siendo gestionados desde hace años en nuestro país, las compras de insumos deben ser anticipadas pero además el Estado tiene todos los elementos para planificarlas correctamente. Es decir, una equivocación que origine faltantes de elementos tan sensibles debería ser una rareza. Sin embargo, para la secretaría de Salud se ha vuelto una tradición.
¿Inoperancia o modus operandi? Modus operandi, coinciden fuentes muy calificadas que pidieron reserva de su nombre. La Secretaría estaba al tanto de que tendrían lugar los faltantes (por alertas internos y advertencias externas, de ONGs como Huésped, que siguen de cerca la atención en el sistema público) y aun así permitió que la crisis llegara. ¿Por qué? Para estirar los tiempos y "patear" el gasto. Simple y cruel.
Había pasado también con las vacunas. Entre fines de 2017 y comienzos de 2018, las provincias denunciaron faltantes en la vacuna contra el meningococo, de la triple viral (contra sarampión, rubéola y paperas), la triple bacteriana (contra difteria, tétanos y tos convulsa), la inmunización contra la hepatitis B, contra el virus del papiloma humano (VPH), contra el rotavirus, la antirrábica y la Sabin bivalente (contra la polio), entre otras. El (entonces) ministerio de Salud lo negó rotundamente en declaraciones oficiales. Sin embargo, un año y medio después, en una reunión de la Comisión Nacional de Inmunizaciones, el director de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, Cristián Biscayart, admitió faltantes y aún más: explicó que se debieron a "problemas financieros".
Modus operandi
El Gobierno recién este lunes publicó en el Boletín Oficial la licitación para reponer el faltante de anticonceptivos, aunque las ofertas habían sido aprobadas en abril. Por la demora, los insumos recién estarán llegando a provincias y municipios en octubre. Un puente de seis meses, que además impacta en la imputación del gasto: un tercio de los $ 333 millones quedará anotado en el ejercicio 2020 y así las cuentas de 2019 cerrarán mejor.
Mientras tanto, para "emparchar" la situación y ocultar la escasez, la Secretaría viene reacomodando stocks entre centros de salud, pidiéndoles a otros programas públicos que les "presten" insumos (como la Dirección de SIDA, que mandó preservativos; o el Plan ENIA, que aportó implantes para prevenir el embarazo adolescente) y coordinando con las provincias del mismo signo político para que salgan a comprar de urgencia los elementos que Nación no envía. Buena alumna, María Eugenia Vidal publicó la semana pasada una licitación pública para comprar anticonceptivos. La redacción de los considerandos del decreto fue clarísima: "Considerando que el Ministerio de Salud abastece regularmente a los centros de salud municipales y los depósitos regionales de la provincia de Buenos Aires, y que por motivos de tiempos de compras en algunas ocasiones se retrasa en la entrega, y que es necesario garantizar un nivel mínimo de existencias de seis meses, que es el tiempo que puede demorar una nueva compra en la provincia de Buenos Aires para reabastecerse de insumos para cubrir las necesidades, se contempla la compra de aquellos que son indispensables para la atención". Vidal muestra incluso la previsión que la Nación no tuvo o no quiso tener.
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