A veces leo tantas ofensas que no sé a cual responder, incluso me digo que no vale la pena, que no es necesario, que la gente solita se va a dar cuenta de las mentiras que muchos periodistas y seudo intelectuales pretenden instalar desde sus supuestos altares. Pero no puedo dejar de responder a esta infamia, soltada como al pasar en notas periodísticas, comentarios radiales y televisivos: “Los artistas que apoyan este modelo lo hacen por dinero.” “Es el interés por recibir la dádiva del estado lo que los mueve a apoyar las consignas del gobierno” Es decir, que todos aquellos que sufrimos en carne propia las tremendas consecuencias de la censura, la persecución y hasta el exilio en muchos de nuestros casos y el dolor de ver como secuestraban y asesinaban a familiares y amigos, lo hicimos sólo como ahorristas de un crédito que la democracia nos iba a devolver en moneda constante y sonante, o en la forma de un programita de televisión, un recital, unos pasajes al exterior, la dádiva de un subsidio para una película, un dinerito para grabar un CD, etcétera, etcétera. ¿De verdad creen que este gobierno popular compra a sus artistas, o a sus intelectuales para transformarlos en sus compañeros de ruta? ¡Impresionante miopía! Brutal cachetada a la militancia de años que portamos muchos de los que hoy aplaudimos los logros de este modelo popular. Y no me vengan ahora con aquello de que “¿Ah, te cayó el sayo?”, porque no me cabe, como no le cabe a tantísimos que dieron parte de sus vidas y sus carreras en pos de un sueño colectivo que recién ahora y después de varios gobiernos democráticos empieza a vislumbrarse. No, estimados enemigos del progreso, no es por tan despreciable razón que acompañamos este modelo. Nuestra militancia tiene tantos años como cicatrices, tanta felicidad como lágrimas, tanto ayuno como renovada esperanza. Somos parte de un proyecto que comenzó hace mucho tiempo atrás y que fue encarcelado, desaparecido, torturado y asesinado tantas veces como las que resucitó. Da pena leer como equivocan sus análisis y como intentan menoscabar la digna lucha por una libertad que hasta les permite solazarse en sus falsedades, —quizá la palabra sea revolcarse—, sí, como lo hacen en el odio y el evidente rencor que les genera la derrota. Me temo que tendrán que revisar sus bolsillos, porque quizá sean ustedes los “pagados” cuando acusan a mansalva a los artistas populares, a los intelectuales que responden al interés colectivo, porque si no se han dado cuenta, tal postura los hace cómplices, socios de los mesiánicos y las corporaciones mediáticas, de los monopolios económicos que siempre manejaron desde las sombras a nuestro país. Les aseguro que no hay dinero de por medio en este orgullo de pertenecer al conjunto de argentinos que quiere otro país, hasta otro mundo para sus hijos. Creo que lo que más les duele a ustedes es que íntimamente saben que lo hacemos por amor al prójimo, a costa de lo que podemos perder si no ganamos la partida, eso creo que está claro en las viejas listas negras, en las amenazas, en nuestros exilios, lo está desde la incertidumbre familiar, desde el ostracismo que a veces sufrimos por pensar como pensamos. Pero tienen razón, no es gratis, a cambio recibimos miles de sonrisas, cientos de abrazos, millones de palabras de agradecimiento por estar donde corresponde, es decir con el pueblo, expresiones que, intuyo, a ustedes les deben llegar en cuentagotas. Una lástima, hay cosas que valen mucho más que un suculento cheque.
Víctor Heredia
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