Por Mercedes López San Miguel
Desde Montevideo
Danilo Astori, vicepresidente y senador electo por el Frente Líber Seregni (sector moderado dentro de la coalición Frente Amplio), es un hombre de marcada confianza de Tabaré Vázquez y de certezas económicas. El candidato presidencial ya anunció que en un eventual nuevo gobierno volverá a apostar por Astori al frente de la cartera de Economía. Proclive a favorecer a los mercados, Astori es elogiado por haber posicionado a
Uruguay en la senda del crecimiento, la reducción de la pobreza y la baja del desempleo. Con la voz ronca, vestigio de una campaña intensa, Astori atiende a Página/12 desde su despacho.
–Usted plantea un Mercosur más flexible, para que los socios puedan firmar acuerdos comerciales con otros países. ¿Acaso no es incompatible ser miembro del Mercosur y pretender acordar Tratados de Libre Comercio?
–Ya fue compatible. Uruguay firmó un Tratado de Libre Comercio con México en 2004 que fue autorizado por los demás socios.
–Pero el intento de acordar un TLC con Bush hijo fracasó.
–Ese acuerdo no fue posible por razones internas y externas, porque el propio gobierno de Estados Unidos tenía dificultades. Para Uruguay, el Mercosur es imprescindible, pero así como está no funciona bien, lleno de barreras arancelarias que desvirtúan el proceso de integración. Con Brasil tenemos un grupo de alto nivel que opera a escala bilateral dentro del Mercosur, lo que denota como estamos. Esperamos que el Mercosur acepte que los miembros puedan hacer acuerdos por fuera del mercado común o de bloque a bloque. Yo me inclino más por lo segundo, es auspicioso el paso que se dio recientemente para avanzar en un tratado entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico. Llevamos diecisiete años intentando un acuerdo Mercosur-Unión Europea, que nos haría bien a todos.
–Usted vivió de cerca los vaivenes de la relación con la Argentina, sobre todo durante el primer gobierno del Frente Amplio. ¿Cuál va a ser la estrategia futura?
–Uruguay y Argentina son impensables sin buenas relaciones. Hay que seguir negociando, intercambiando información, la relación tiene que andar bien. Porque el vínculo trasciende el comercio de bienes y servicios, tomamos decisiones sobre infraestructura binacional. Hemos tenido etapas positivas y negativas, por eso el balance es deudor. Tenemos la esperanza de poder aplicar el cronograma de dragado del río Uruguay, que es fundamental para ambos países. Un ejemplo de traba es lo que sucede con los puertos, ya que la Argentina decidió que las mercaderías no podían hacer trasbordo en puertos uruguayos.
–La política económica durante esta década arrojó buenos indicadores económicos y sociales. ¿Cómo se hace para continuar en esa línea avanzando y no estancándose?
–El ministerio de Economía tiene que involucrarse en las tareas pendientes de transformación, no sólo vigilar los equilibrios macroeconómicos. Uno de los objetivos será aumentar el potencial físico del país, para mantener el nivel de crecimiento sostenido; ese potencial se divide en cuatro áreas: transporte, comunicaciones, servicios portuarios y energía. Otra meta es el desarrollo de la capacidad humana, en educación, ciencia y tecnología, seguridad ciudadana y matriz de protección social. Para los próximos cinco años tenemos el compromiso de aumentar al 6 por ciento del PBI en educación (hoy es del 4,8) y triplicar el porcentaje respecto del PBI dedicado a la investigación y la ciencia.
–Usted ha declarado que no habrá más impuestos en Uruguay. ¿De dónde obtiene esos nuevos recursos?
–Es cierto, no vamos a aumentar la carga impositiva. No va haber nuevos impuestos en Uruguay. El camino que necesitamos recorrer para que podamos cumplir con los compromisos es el aumento del nivel de actividad, el combate a la informalidad y la mayor eficiencia del sistema tributario. Esto, teniendo en cuenta el manejo de los tiempos, no son asuntos a corto plazo.
–¿Cómo se logra una mejor redistribución del ingreso, siendo que el 1 por ciento más rico aún concentra un ingreso equivalente al de 800 mil de uruguayos?
–Durante los diez años de gobierno del Frente Amplio fue el período de mayor distribución del ingreso según el índice Gini y también según lo observado en la relación entre ingresos altos y bajos. Este tema, donde la clave es la política fiscal, no se puede resolver en períodos cortos. Claro que influyen las transformaciones monetarias, el aumento del salario mínimo, la negociación laboral. Desde una perspectiva a largo plazo, hay que construir igualdad de derechos y de oportunidades.
–¿Se levantará el secreto bancario?
–Estamos negociando un acuerdo de intercambio de información tributaria más avanzado en el marco de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Hoy, para levantar el secreto bancario en Uruguay se necesita una autorización judicial.
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