Hace unos cuantos años, Eduardo Galeano contaba una misión evangelizadora con la que el pastor Miguel Brun había llegado hasta el Chaco paraguayo. Miguel y los misioneros hablaron con un cacique –“gordo quieto y callado, que escuchó sin pestañear la propaganda religiosa que le leyeron en lengua aborigen”, lo pintó Galeano–. Cuando la lectura terminó, el cacique se tomó su tiempo. Y dijo: “Eso rasca. Y rasca mucho, y rasca muy bien. Pero rasca donde no pica”.
Sirva el recuerdo para ilustrar los motivos por los cuales los medios hegemónicos comenzaron a rascar de manera compulsiva y despiadada contra aquello que les picaba. Esta vez, en contrapartida del cacique del Chaco paraguayo, los medios saben dónde pica, pero no rascan bien.
O rascan de manera mentirosa, para decirlo todo. La cuestión es que en menos de una semana, dos noticias trascendieron de manera meteórica y rebotaron en varios medios. Una: El gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli en un partido de futsal durante las últimas inundaciones. Otra: La presencia de Horacio Braga (uno de los asesinos del fotógrafo José Luis Cabezas) en el Concejo Deliberante platense cuando la decana de Periodismo de la UNLP y concejala Florencia Saintout presentó su proyecto de reinserción laboral para ex presos.
Si bien es cierto que tanto Daniel Scioli como Florencia Saintout pertenecen al Frente para la Victoria, no caben dudas de que las ideas –y las palabras con las que hacen llegar sus ideas al pueblo– desde las cuales adscriben al proyecto son distintas, muy distintas. Claro que para los medios hegemónicos –los encargados al fin y al cabo de brindarles todo tipo de argumentaciones a los partidos políticos de la oposición (con mayor o menor resultado), para que esos políticos de esos partidos de esa oposición traten de ordenar un poco sus desordenados discursos– Scioli –ahora, cuando lo avizoran como “el” candidato– y Saintout –desde siempre– son el enemigo. Y como tales, creen, hay que tratarlos. Una manera de señalar que, aunque todavía no haya arrancado, la campaña con miras a diciembre de 2015 ya se largó. Y con todo.
Por eso, la noche del 3 de noviembre, el programa Intratables (de lunes a viernes a las 22 por América) dejó de lado el debate gritón sobre cierta actualidad política y cierta actualidad mediática para que su conductor Santiago del Moro anunciara –mirada a cámara seria, transida de indignación maquillada– la inminencia de un video que mostraba a Scioli en un club de Pilar, vestido de futbolista, mientras continuaban las inundaciones provocadas por el temporal de esos días. El zócalo reclamaba impacto: “En medio de la inundación, Scioli juega al futsal”. El que siguió, trataba de que los datos numéricos, por más equívocos que fueran, generaran más impacto aún: “Scioli jugó un partido de futsal mientras hay más de 5000 evacuados”. En el video, se veía lo que se veía: el gobernador de Buenos Aires, de pantaloncito blanco y camiseta, campera y medias naranjas, parado delante del banco de suplentes mientras un grupo de personas jugaba el partido. El debate en el estudio –airado, con voces que se pisoteaban unas a otras, un tanto sobreactuado– llevaba poco menos de media hora cuando Scioli llamó por teléfono a la producción del programa para hacer su descargo. No saludó. Sencillamente le dijo a Del Moro “nos parecen poco felices estas imágenes”. Y ante el silencio del conductor, arremetió: “En primer lugar, yo no jugué un solo minuto del partido de fútbol, si quieren pregúntenle a cualquier persona que estaba ahí, así que pongamos las cosas como son. Estaba en Pilar porque fui a uno de los tantos centros de evacuados que visité estos días. En el club de la Sociedad Hebraica se estaba jugando un campeonato y pasé a saludar a los pibes pero no a jugar. Esto es una operación burda. Ya me lo habían avisado: ‘No pases por Hebraica que están Massa con Zuccaro (N. de la R.: el intendente de Pilar, perteneciente al Frente Renovador) que te van a hacer una operación, te van a sacar una foto y la van a mandar a las redes sociales’. Pero no soy hipócrita, pasé por el lugar, saludé a la gente, hicimos una foto de recuerdo y me vine para La Plata”.
El gobernador, una persona renuente a mostrarse enojado, se enojó. Y en el enojo, quizás comprendiendo que los medios –hasta ahí bastante amistosos con su figura– ya lo daban como “el candidato” del FpV en las presidenciales de 2015, arremetió con todo: “Parece que alguno está nervioso porque no le están yendo bien las cosas como pensó que le iban a ir. Y dicen que son la renovación, que son el cambio, que son el futuro, que son los que hacen la nueva política de no agresión, pero se la pasan haciendo estas cosas. Desde el primer momento de la tragedia, se la pasaron hablando de que las obras no se habían hecho, acusando a todo el mundo sin admitir sus propias responsabilidades. Me dijeron que Zuccaro mandó un tipo por orden de Massa para hacer las fotos, dárselas a un diario y a América”. Como para que no queden dudas, la noticia y las imágenes se difundieron primero en el portal de Clarín y minutos después en Intratables. Después del llamado de Scioli, llamó Massa, tratando de despegarse del conflicto. Mientras hablaba Scioli, la pantalla partida mostraba una foto estática del gobernador y las imágenes del video del partidito. Mientras hablaba Massa, la misma pantalla dividida mostraba una foto del referente del Frente Renovador y diversas escenas del diputado en campaña, abrazando gente, festejando el triunfo en las elecciones 2014. Todo un ejemplo de periodismo comprometido.
Unos días después, le llegó el turno a Saintout. Horacio Braga –uno de los hombres de la banda de Los Horneros que el 25 de enero de 1997 asesinaron a José Luis Cabezas–, condenado a 18 años de prisión, beneficiado por el régimen del 2 x 1, liberado en 2005, entró al Concejo Deliberante de La Plata y trató de que todos lo vieran aplaudir la presentación del proyecto de reinserción laboral para ex presos. La noticia, por supuesto, tuvo el efecto buscado por Braga y los impulsores de su presencia en ese recinto. El diario Clarín no reparó en gastos y apeló en su nota denunciatoria al increíble recurso de “historias paralelas” entre el asesino y la concejala: “Ahora el asesino forma parte de la ‘Cooperativa de Los Kbrones’, manera poco imaginativa, aunque sintomática y a la vez sincera de autodenominarse ‘Cabrones’. Es una agrupación de liberados cercanos al oficialismo y a Vatayón Militante. Florencia Saintout es la decana de la Facultad de Ciencias de Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata”. En el prontuario de Braga resaltaron el secuestro, asesinato e incineración de Cabezas. Para Saintout, a modo de prontuario, señalaron que “le entregó el Premio Rodolfo Walsh a la Libertad de Expresión, entre otros, al difunto presidente de Venezuela, Hugo Chávez, a Hebe de Bonafini y a Cristina Fernández de Kirchner”.
Poco importó que, desde el Decanato, se lanzara un comunicado: “Ante esta presencia (la de Braga) se le solicitó a la seguridad del Honorable Concejo Deliberante de La Plata que le pidiera que se retirara y que no permitiera su reingreso al recinto, pedido que fue desoído”. Para Clarín, “el repudio fue tardío y retórico”. Y, dando letra, remató: “Saintout es la ejecutora oficial del credo comunicacional del Gobierno. Braga es uno de los asesinos de Cabezas. La historia los juntó. Aplaudiendo a Saintout, Braga aplaudía por carácter transitivo a Cristina Fernández, mentora intelectual de Saintout. Es la escena desnuda de la era de la comunicación K”.
Las operaciones mediáticas, como la campaña, comenzaron fuerte. Es lógico. Como sabe cualquier pichón de gorila, cuando empiezan a despuntar los pelos, pica. Y poco importa si el que rasca lo hace mal. Lo único que interesa es que esté dispuesto a hacerlo.
16/11/14 Miradas al SurMiguel Russo
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