El Atlante buscaaalguien en
Plaza de Mayo
Yo sostengo el balcón frente a la Plaza ahora vacía: no me
pesa la saliencia de cemento, no es eso, ni la verja que
hacia arriba la rodea ni la hiedra que, cada primavera,
avanza un poco más hacia mis labios, tampoco es este
absurdo de estar por encima de la gente, en esta
demostración de fuerza que condecoran las palomas y
degrada cada lluvia, no es eso, no, no es eso, sino
haber sentido y hoy no saber nada de esos gestos que,
allá arriba, entre geranios y lazos de amor, o allá abajo,
entre pañuelos blancos, las tardes de sol me devolvían
al aire.
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