jueves, 9 de enero de 2014
EL CONFLICTO INVOLUCRA A 85 COSTUREROS QUE TRABAJABAN PARA GRANDES MARCAS
El taller cerró hace un mes y fue vaciado por la dueña, que les debe dos meses de sueldo. Ayer fracasó una reunión de conciliación en el Ministerio de Trabajo porque no asistieron los representantes de las marcas de indumentaria.
Los trabajadores de un taller de costura del barrio Parque Chacabuco cumplen hoy un mes de acampe en la puerta de la empresa, cerrada a principios de diciembre. El conflicto llegó al Ministerio de Trabajo, donde ayer se frustró una audiencia de conciliación con representantes de importantes marcas de indumentaria, para las que trabajaba el taller. Los 85 costureros de la empresa Textil Mónica Mariel Boló aún no tienen respuesta, luego de que la propietaria despidiera a ocho trabajadores, no pagara los sueldos y luego cerrara las puertas del taller sin explicación.
El lunes habrá una nueva reunión entre las partes en el Ministerio de Trabajo.
“Recién volvemos de la audiencia. Nos presentamos junto al sindicato, pero los abogados de la dueña de la empresa y de las marcas no lo hicieron. Tenemos que esperar hasta el lunes para ver cómo sigue todo”, indicó a Página/12 Lourdes, una de las voceras de los trabajadores de la Textil Boló. “Ahora vamos a hacer una asamblea para ver qué medidas tomamos antes de la reunión de la semana que viene. No es la primera vez que se borran.”
Los 85 costureros de la empresa, en su mayoría extranjeros, denuncian a su empleadora, Mónica Boló, por cerrar la empresa el 9 de diciembre pasado sin previo aviso y sin dar precisiones sobre su condición laboral y los salarios que se les adeuda. Asimismo, reclaman un vale de 2500 pesos en términos de pagos por las fiestas del fin de año pasado.
“La semana previa al cierre, algunos trabajadores se plantaron en reclamo de ocho despidos y de los pagos retrasados de octubre y noviembre. Con abogados, se firmó un acta donde la dueña se comprometía a devolver los empleos y pagarnos, pero el lunes nos encontramos con las puertas de la fábrica cerradas y un cartel que decía que no abrirían hasta nuevo aviso. Los vecinos después nos comentaron que el fin de semana camiones de mudanza se habían llevado máquinas”, relató la vocera. Agregó que, en ese momento de incertidumbre, la abogada de Boló les informó que “no podíamos cobrar indemnización porque no estábamos despedidos”.
La denuncia también recae sobre las empresas para las que trabaja la textil, entre ellas, marcas importantes como Montaigne, Cheeky, Prestige, Wilson y Mimo. Se las considera responsables de alentar el trabajo en negro de más de 12 horas, sin aportes, aguinaldo ni vacaciones, ni normas básicas de seguridad, higiene e infraestructura para la fábrica. “Cheeky y Montagne nos querían hacer firmar un documento donde se desvinculaban del conflicto sin aceptar responsabilidades. No lo vamos a permitir porque es la única garantía que tenemos para recuperar nuestro trabajo”, remarcó Lourdes.
“Desde las últimas tres audiencias nos presentamos con delegados propios. Tuvimos que movilizarnos hasta nuestro sindicato e insistir a los directivos para que nos reconozcan. La verdad que no nos apoyan mucho”, contó la operaria, en referencia al Sindicato Obrero de la Industria del Vestido y Afines (Soiva), que los ampara.
Desde el mismo día en que comenzó el problema, los trabajadores y sus familias acampan frente a su lugar de trabajo, ubicado en Zañartú 608, en Parque Chacabuco. “Nos dividimos en tres grupos, con turnos de 24 horas cada uno. Como no tenemos plata, los vecinos nos ayudan y nos pasan comida. También hicimos un festival solidario para recaudar dinero para el fondo de huelga y así poder mantener el acampe. Esperamos poder recuperar nuestras fuentes de trabajo para poder pagar los víveres y los alquileres de nuestras viviendas.”
Informe: Gonzalo Olaberría.
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