Por: Artemio López Leíamos ayer en un matutino opositor a Aldo Isuani, un militante opositor enrolado en la derecha del radicalismo, descalificar con notable soberbia al nuevo plan Progresar.
En la saga de la descalificación ya emblemática a la Asignación Universal por Hijo que propalara su correligionario Ernesto Sanz, según cuya notable visión "fomenta el juego y la droga", es ahora Isuani el que ve un dispositivo clientelar que "apesta a populismo". ¡Snif! ¡Snif!
Reclama Isuani y de manera persistente en su presuntuoso panfleto, "gestión". Gestión que no ve ni en el gobierno nacional ni en los gobiernos municipales ni en ningún sitio. Lo reclama nadie menos que él, un gran "gestionador" en su época de ex secretario de Tercera Edad y Acción Social durante el gobierno del doctor Chupete De La Rúa, otro gran gestionador que recortara nominalmente el 13% en jubilaciones y pensiones, mientras Isuani aplaudía sin prisa ni pausa. Eso sí, nada dice en sus críticas que apestan a gorilismo sobre la especificidad del Plan Progresar y mucho menos caracteriza a su población-objetivo.
Lo haremos nosotros, brevemente. Tras una década ganada en términos de empleo juvenil, en la que el desempleo en el grupo etáreo que va de 15 a 24 años (poco más de 5 millones de jóvenes) descendió del 55% en 2003 al 16% actual, gracias al dinamismo del mercado de trabajo y los diversos planes de empleo juvenil desplegados, los jóvenes (mal) denominados "ni-ni", que no estudian ni trabajan, se mantienen constantes y crecen levemente por sobre el ritmo vegetativo de su grupo de edad. Entre 2003 y 2013, el peso de los "ni-ni" en la franja de 15 a 24 sigue representando el 10% del total. Este amesetamiento de la carencia se dio pese al crecimiento de la economía, la mejora en el mercado de trabajo (incluyendo la baja del desempleo juvenil) y el aumento del presupuesto educativo. De acuerdo a estimaciones que se basan en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, en 2013, 500 mil jóvenes no estudiaban, no trabajaban ni buscaban empleo. Como toda carencia socio ambiental, aumenta cuando se desciende en el estrato social analizado. Así, en el cuartel inferior del tramo de jóvenes entre 15 y 24 están en condición de "ni-ni" el 14% del total, una carencia un 40% más intensa que en el promedio de la franja juvenil.
El plan Progresar, por primera vez en la historia de las políticas sociales del país, destina 600 pesos mensuales a los jóvenes beneficiarios, que se abonarán "con tarjeta de débito", como es habitual en los planes que despliega la presidencia de Cristina Kirchner. El beneficio impactará no sólo sobre los "ni-ni", sino sobre un millón y medio de jóvenes de todo el territorio nacional, de los cuales, según la EPH, el 35% no terminó el secundario, y el 11% no completó la primaria.
La ANSES tiene registrados 5.066.888 jóvenes de entre 18 y 24 años, de los cuales 3.036.176 no tienen trabajo o trabajan en negro. Al cotejar este universo con los ingresos de los padres, que debe ser inferior a los $ 3600 mensuales totales, la cifra de beneficiarios del Progresar se reduce a 1.555.817 chicos, tres veces el universo de jóvenes "ni-ni".
Progresar tiene además una gran amplitud porque responde a un diseño inteligente de política social de gran escala que evita el daño moral y al que despectivamente el gorila Isuani denomina "becas para todos y todas". Sucede que al expandir los beneficiarios más allá de la condición de "ni-ni" se evitan injusticias evidentes que el funcionario delarruista no ve porque no conoce nada del tema. Ejemplo: con el Progresar restringido sólo al joven "ni-ni", un joven de una familia pobre que va a la universidad no recibiría el beneficio. El diseño ampliado contempla beneficiar a ambos.
Los condicionantes para acceder al Progresar son, como en la AUH, la educación y la salud para poder recibir el 100% del beneficio, ya que el 20% se retiene hasta demostrar anualmente las credenciales educativas y de salud requeridas en el diseño del plan.
En cuanto a la distribución geográfica de los potenciales beneficiarios del programa, según datos de ANSES, un tercio (498 mil) son de la provincia de Buenos Aires; de la Ciudad de Buenos Aires, 156 mil; en Córdoba y Santa Fe hay más de 110 mil; en Tucumán, Mendoza, Salta, Misiones y Chaco arriba de 60 mil, y en Corrientes, Entre Ríos y Santiago del Estero, casi 50 mil.
El Ministerio de Educación será el encargado de presentar la oferta educativa, que incluirá formación profesional, finalización del secundario, cursos y tutorías del Ministerio de Trabajo, y la oferta de las nuevas universidades, en especial las del Conurbano Bonaerense. El programa se financiará desde el Tesoro Nacional y supondrá la incorporación al circuito de consumo de 11 mil millones de pesos, con el notable impacto que esto tendrá sobre la demanda agregada, motor del crecimiento desde el año 2003, demanda agregada sobre la que el delarruista Aldo Isuani tampoco agrega nada, valga la redundancia. ¡Ay! «
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