viernes, 31 de enero de 2014

ACCIÓN DE CORRALES (o PEHUAJO) – 31 de enero de 1866

Guerra del Paraguay.
López solía hostigar a los aliados en territorio correntino con pequeñas brigadas.

Mitre, irritado, se propuso darle un escarmiento y preparó una emboscada, colocando la caballería del General Hornos y los guardias nacionales de Buenos Aires, escondidos en un monte; 5.000 hombres bien pertrechados.

El 3 de enero de 1866 avanzaba hacia San Cosme, en la forma acostumbrada, un regimiento paraguayo de 250 hombres a las órdenes del teniente Celestino Prieto.

Marchaban confiados hacia el paso de San Juan, cuando oyeron un griterío que los puso sobre aviso de la presencia de tropas enemigas. El general Conesa admite en su parte que arengó a la tropa, “la cual a pesar de haberle recomendado el mayor silencio, prorrumpió en entusiastas vivas, que supuse habrían revelado al enemigo nuestra situación” (Parte del general Conesa al comandante en jefe del cuerpo de Ejército vanguardia, general Manuel Hornos. Campamento en el arroyo de San Juan. 4 de febrero de 1866.- AGM.t.II.p327)

Alertados los paraguayos, el teniente prieto ordena el repliegue hacia el monte qeuroda a Corrales, equilibrando asi la desventaja numérica.

La rápida retirada paraguaya y la ocupación de posiciones ventajosas, desconcertó a las tropas argentinas, e quedaron retrasadas. El general Gelly y Obes, en informe a Mitre lo explica de este modo: “Lo montuoso del desfiladero que había que seguir favorecía la retirada del enemigo” (Gelly y Obes a Mitre, Ensenada 1° de febrero de 1866)

Según Conesa, la ventaja se debió a “la rapidez con que corría el enemigo, que descalzo y descansados se alejaba velozmente por el terreno cubierto de esteros y bosques, mientras que nuestros soldados, calzados, caminaban con la mayor dificultad” (Ibidem). No se entiende porque gastaba el ejército aliado en calzar a sus soldados, que de esa forma obtenían una “desventaja”.

Desde las posiciones paraguayas en su territorio, vieron la desventaja numérica de ese puñado de soldados "descalzos", despachando 200 hombres al mando del teniente Saturnino Viveros, y luego 700 más al mando del Comandante Díaz.

Comenta D¨Amico, uno de los participantes que Conesa por orden de Mitre ataca de frente a los paraguayos escondidos en un monte. Aquello fue una carnicería de gauchos, sin que Mitre – acampado a escasa distancia – se le ocurriese reforzar a Conesa, de quien estaba distanciado desde Cepeda. “ ! Como sería el lance de desigual cuando la división tuvo fuera de combate el 75 %, cuando con las armas que se usaban la regla era el 8 ó 10 % en los hechos de armas más sangrientos ¡…..!como sería, que tuvieron que hacer de oficiales los sargentos, porque la mayor parte de aquellos estaban fuera de combate!” (Carlos D´Amico. Bs.As., sus hombres su naturaleza, sus costumbres. México 1890) (JM Rosa t.VII.p.152) La acción duró varias horas, sufriendo graves pérdidas las tropas aliadas, por parte de los paraguayos parapetados tras los árboles del monte. Mitre en su parte, siempre “literario”, se lamentaba de que “su generoso ardor en la pelea la haya hecho experimentar sensibles pérdidas” (Mitre al ministro de Guerra y Marina general Julián Martinez. Cuartel General de Ensenada. 1° de febrero de de 1866)

Thompson sitúa en 170 el número de bajas paraguayas, entre muertos y heridos, y en 900 las bajas aliadas. Conesa en cambio calcula las bajas paraguayas en 200 muertos y 400 heridos, agregando que “ estas ventajas han sido obtenidas a costa de sensibles perdidas” No se entiende a que "ventajas" se refería Conesa en su parte.

El general brasilero Cerqueira, evocando esa acción, hace justicia al soldado paraguayo: “A sua resistencia foi digna de louvor porque os bravos adversarios se mostravan cada vez mais ardentes nas refregas, mantendo brilhantemente a suas glorisosas tradicoes” (Cerqueira, Dionisio: Reminiscencia da campanha do Paraguai. 1875-1870. Introducoes por Humberto Peregrino. Biblioteca do Exercito, Editora. 4° ed. Río de Janeiro)

“Pehuajo fue un crimen”, comenta D´Amico. “Pocos quisieron creer la impericia de Mitre al dar la orden de ataque contra una posición fortificada, sin reforzar los atacantes; muchos creyeron en el propósito deliberado de aniquilar a los gauchos de la División y al coronel Conesa, su enemigo desde que salvó el ejercito porteño en Cepeda cuando el no quiso hacerlo” ...”La prensa de Buenos Aires dijo entonces – sigue D´Amico – que Mitre había querido deshacerse de numerosos e influyentes enemigos políticos mandando esa división a tan peligrosa acción de guerra en vez de una división de línea, y permaneciendo en inexplicable inacción todo el día, a pesar del fuego alarmante que se oía en el campamento”(Carlos D´Amico. Bs.As., sus hombres su naturaleza, sus costumbres. México 1890) (JMR.t.VII.p.152)

J.M. de Rosas - L.Castagnino
Fuentes:

- García mellid, Atilio. "Proceso a los falsificadores de la historias del Paraguay"
- Castagnino L. Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los paises del Plata
- Rosa, José María. Historia Argetnina.t.VII)

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