Argentina es uno de los países de Latinoamérica que más progresó en materia educativa. Así lo indicó Jorge Sequeira, director de la Oficina Regional de Educación de la Unesco para América latina y el Caribe, en base al “Informe de seguimiento de la educación para todos en el mundo”, que presentó ayer el organismo internacional. Se trata de una actualización de información sobre los avances logrados por los países miembro en sus objetivos para mejorar la educación, pautados para 2015. De acuerdo con la evaluación 2013-14, junto con Uruguay, el país experimentó mejoras en el acceso a la educación, una reducción de las tasas de analfabetismo de la población más joven y un crecimiento sostenido del gasto educativo en la última década, entre otros logros.
El análisis del caso argentino se da en un marco donde, si bien se experimentó un aumento de la matrícula escolar, el acceso a la educación sigue siendo una deuda pendiente en todo el mundo, al haber “57 millones de niños que no está aprendiendo, simplemente porque no van a la escuela”, según reza el informe. También preocupa la actual “crisis de aprendizaje”, donde “un tercio de los niños en edad de cursar la enseñanza primaria no están aprendiendo las nociones básicas, haya estado o no en la escuela”. Según el informe, la crisis mundial del aprendizaje tiene un costo anual de 129.000 millones de dólares, por lo que se plantea como central “invertir en los docentes, con planes de estudios bien concebidos y estrategias de evaluación que mejoren la enseñanza y el aprendizaje”.En tanto, en América latina, el informe hace hincapié en la enorme desigualdad que existe entre los países de la región y, al mismo tiempo, la brecha entre grupos socioeconómicos al interior de muchas de las naciones latinoamericanas. Así es como, en El Salvador, sólo el 42 por ciento de los niños más humildes completa el ciclo primario, en tanto que en los sectores más ricos es el 84 por ciento. En sectores rurales de Panamá, el desempeño en matemáticas y lectura entre los estudiantes que viven en el campo desciende un 15 por ciento respecto de los alumnos de las escuelas urbanas.
Este no es el caso de Argentina, “uno de los países más igualitarios de la región junto con Uruguay, que redujo a prácticamente la mitad sus tasas de pobreza durante la última década”, explicó Sequeira.
El director de la Oficina Regional de Educación de la Unesco para América latina y el Caribe indicó que “Argentina presenta progresos en el acceso a la educación, así como en las condiciones estructurales de la calidad de sus sistemas educativos y de sus instituciones”.
Entre los logros en las metas de educación, Sequeira se refirió a “la extensión y mejora de la educación de la primera infancia, el acceso a la educación, la universalización de la conclusión del nivel primario y el incremento del acceso al nivel secundario”. También valoró “la reducción de las brechas de género, de las tasas de analfabetismo de la población más joven y el incremento del gasto educativo”.
El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, en diálogo con Página/12, sostuvo que “los resultados de la Unesco no hacen más que reflejar cosas que conocíamos: Argentina presenta un sistema educativo menos fragmentado, con un acceso a la educación más igualitario, una reducción de las tasas de analfabetismo de la población más joven y una mejora de la educación de la primera infancia, donde en sala de 4, por ejemplo, logramos una incorporación de chicos que ascendió de 48 por ciento en 2001 a más del 70 por ciento en los últimos tres años”.
El funcionario de la Unesco observó que “Argentina se encuentra en una posición muy favorable para lograr las metas de educación para todos al 2015. Sin embargo, uno de sus principales desafíos es el mejoramiento de los resultados de aprendizajes de sus estudiantes”. En referencia a este problema globalizado, Sileoni indicó que “con los planes Conectar Igualdad y Progresar, la inversión pública en educación supera el 7 por ciento del PBI”, mientras que precisó que “estamos trabajando para mejorar los aprendizajes en lengua, matemáticas y lectura y retener en el secundario a los adolescentes. También diseñamos estrategias de escuelas con jornada extendida y, en febrero y marzo, se llevará adelante un ambicioso proyecto de formación docente para lograr una mejor capacitación que mejore aún más la calidad educativa”.
Informe: Gonzalo Olaberría.
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